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Lírico.
¡El amor de mi vida
es la herramienta conque labra
lo hermoso de la vida el corazón!
Una pluma con tinta azul
pero con esencia roja
para hacer sangrar
o enaltecer a tu persona,
a mi estado de ánimo
que cuando ama no perdona;
Escribe de sus triunfos y derrotas
sobre lienzos,
en hojas de papel.
Petrifica pensamientos
en cortezas,
y que fidelidad de certeza
al probar sus labios
endulzados de cereza.
Escribir y liberarme de ataduras,
ser un ladrón que secuestra
del cielo las estrellas,
un vagabundo sin problemas
en sus asuntos.
Viajar a lugares lúgubres,
a paraísos con entradas libres,
ser fuego
y ser hielo,
morir y vivir,
mirarte aún estando ciego.
Crear y destruir con tan sólo escribir,
y a ti te hago partícipe
de un reino donde soy un príncipe,
un esclavo sin estirpe.
Según como partícipes,
en tus días felices y tristes
te regalo arcos de colores,
jardines con distintas flores.
Con la imaginación llego a ti,
en una migración sin límites,
porque tú eres estación,
un banquete exótico
para mi tentación.
Tu nombre dándole sentido a una oración.
Escribir por vocación,
sin buscar aplausos,
una reverencia o una ovación.
Expresar que espero contigo
la ocasión,
la ocasión para expresarte
con fervor mi adoración.
Quizá exagero,
pero lo expresó yo primero,
recitando con el estómago vacío.
Amar me convierte en prisionero,
Heme aquí con la reja abierta,
cantando y negado a levantar el vuelo,
Escribiendo tu nombre
como una escalera para tocar el cielo.
Estoy contigo mi cuerpo mortal,
en nuestro hábitat llamado suelo.
Estoy a tu lado mi alma inmortal,
en tu sueño eterno.
Jorge Martínez C.
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Lírico.
¡Temas escabrosos
que mienten por no vulnerar normas!
Delatados por ademanes graciosos,
en la pared de algún callejón
se proyectan como dos simples sombras,
dos manos unidas no tan distintas,
el mismo color,
la misma camisa.
Hacer el amor sin medida,
sin el temor de una futura contracción.
La oposición, la crítica, y el mejor negocio:
plantarse en una esquina
cuando entiendes que la sociedad
está marchita
pero aún así el corazón te necesita.
( ¿Donde voy?
Me acuerdo de alguien,
de vos,
vos que sos una canción
que endulza, que amarga,
pero que deseo se repita.
Ojala estuvieras aquí
para mirarte, respirarte,
contaminarme, absorber toda tu esencia,
como un platillo delicioso,
un tema delicado complicado
para besarte con cuidado.
Al llegar la noche
seré más claro,
cuando mis manos y tu cuerpo
se estén comunicando.
Pero ahora voy a ningún lado
con el chaleco de la indiferencia
perfectamente ajustado )
¿Te gustan los hombres?
Alguien pregunta
y otro responde,
parase que el sol se esconde,
el enemigo vive oculto en un closet,
se retira porque el día le intimida
y el pánico le abre un campo
cultivado de flores;
En casa respira sus distintos olores,
lleva a diario una distinta
pero no tiene maña,
las caricias no engañan
y le punza la espina.
Pétalos marchitos
después de la bonanza,
insatisfechos de amores.
Que ironía, respetables señores,
que agonía puede resultar la vida,
blanco y negro
es lo mismo que la apatía.
Afuera tras la llovizna,
amo ese ópalo,
ese llanto que se deja oír temprano,
que al volverse risa
Ilumina todo de colores.
"Te acusa todo, sin excusas,
sin salida,
te atrapé, te distraes cuando saludas"
El miedo tiene dos salidas,
la ruta con más luz
es la suicida.
Para ti este escrito en exclusiva,
para ti mi pensamiento de todos los días.
Lo digo todo
¿Y a cuantos ojos incomodo?
Hombres con renombre de sodomita,
pecadores,
buenos pescadores,
su existencia se preserva en una Biblia.
¿Quien escribió tanta cita,
tantas reglas que ni por error práctica?
¡Que falacia sin estructura mi plática!
Me apoyo en ella y reviso sin táctica
lo que deseo,
lo que quieres, mi héroe de Antártida.
Andar en mis pensamientos
es pasear por un glacial,
en su mínima expresión:
patinar descalzo por una pista de hielo.
Y aquí estás,
naciendo a diario como un volcán,
derritiendo, invadiendo y explorando.
Jorge Martínez C.
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Lírico.
Conectado, noctámbulo,
confundido, fuera de ángulo,
sin proporción, mal acostado
en posición de recibir
el cuerpo anhelado.
Maldecido,
soy un basurero,
no me decido.
Fracasando también, como usurero,
como un contenedor sin fondo
donde desechar tus caprichos complacidos,
y el próximo con sólo sonreír
lo has merecido.
Mi humano favorito con actitud de bicho,
¿Quien eres para llegar
y estrellar los vidrios de mi tranquilidad?
Volando torpe sin avisar,
polilla fantástica
con alas pálidas sin maquillar,
tu voz me come,
sin tregua me dejo martillar.
¿Oruga o ninfa? Que se yo.
Sirena con alas,
monstruo esperándome
sentado en la sala
tomando una infusión.
Tu belleza es una ilusión,
hoy lo supe
y el misterio desenrolla la canción,
esta narración
que nace de la soledad sentada en un sillón.
Aburrido de expresar con frases lindas,
mejor grito tu nombre
mientras exhalo la explosión,
una tesis terminada
escurriendo por tus dedos,
una exposición líquida
que terminaras bebiendo.
Conectado
pero de la realidad desconectado,
no se si ya estoy acostado.
Creo que gané
pero rechazó el regalo.
El miedo a perder
mata la esencia del saber.
De pie frente al armario,
el armario de pino blanco
es como un banco
donde descansan de turno en turno
oscuras y bellas historias,
trofeos ocultos de mis victorias,
fracasos seguidos de insultos.
Mi último título
se escapa en blanco,
firmando de invicto,
frustración en la horca,
perseguido y capturado
como un convicto.
Jorge Martínez C.
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Lírico.
1:16 para ser exacto
y un minuto más adelante
porque me distraigo un rato
saludando a los fieles fanáticos,
aquellos fieles
que no se detienen a probar las mieles
de mis relatos.
Vienen por miles ignorando,
fieles compañeros,
amores con los que alguna vez
desee un encuentro,
doncellas virginales,
encuentros surreales.
Pasando los quince, ella
es la más bella.
Visitando los perfiles
me transporto a una feria,
un concurso de belleza
y pierdo el lado pulcro
cuando algo en mi se endereza.
Los brazos, los ojos dilatados,
una pasarela llena de jovial locura,
mientras más me adentró
pierdo años y estatura.
Cuando despierte
me caeré de las alturas.
Y que pasaría si te detienes a leer,
alma sin cuerpo,
tú que tienes de la naturaleza
lo mas bello,
como un canto de ave
sin el exótico plumaje;
Así es como te escucho sin mirarte,
como un ciego
absorbiendo la luz
impregnado de sosiego,
así como se respira el aire.
Percibiendo aromas
en un sólo lugar
se le marchita el olfato al caminante.
"No hacemos hogar
los solitarios y somos suicidas y arrogantes.
Me detengo en el camino
cuando aparece la ternera,
el olor a caricias frescas
disparan el dardo en la carrera.
Con paciencia y diligencia,
con astucia de zorro
lo que es pequeño hace que crezca
y crecen la fiebre conque corro.
Es tiempo de auxiliarme,
de darme tu mano para levantarme,
es ahora.
La amabilidad en tus modales
es una persona vestida de traje
blanco, casi en estado puro,
una flecha de mis ojos abatidos,
la mancha de sangre.
"Ojala se extinguieran juntos
nuestros latidos"
Fiel lector,
estoy leyendo los números de tus lunares.
Que dure más el cielo oscuro,
sus estrellas son cuantiosas,
pero tú brillas en cualquier ambiente,
en todos los lugares.
Jorge Martínez C.
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Lírico.
Se perdió la reflexión,
un informe de mala conexión.
Fiesta en el infierno
es como detenerse el corazón.
Molesto, tengo que cambiar la dirección.
Le hace honor al título,
palabras volando como polillas
directo al fuego,
fundidas en abrazo eterno.
Estos dos personajes
hablando de todo,
haciéndole honores al lodo,
ambientado con vibraciones subliminales
una fiesta para adultos.
Adultos presumiendo un ropaje
de aspecto fino,
criticando quien llegó
y quien no vino.
Nos queda bien el traje
hilado de insultos,
le ajusta bien a mi espíritu
movido por clavos,
tuercas y bronce oxidado
sin correr peligro mi estado crítico.
Piso el templo con cuidado,
te agradezco la vida Cristo,
no es locura lo que digo,
en mi mente ya estaba escrito.
El ambiente de la portada
me tiene los ojos marchitos
y estoy cantando a gritos
cada letra,
cada nota llena de salud.
En la estancia enferma,
en el garaje no cabe el auto.
Se me han cruzado los cables
y aprovechó el espacio
para fumarme el verde de la felicidad,
montado en el humo fantasmal
para iniciar el viaje.
Jorge Martínez C
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Lírico.
Así juntos, sentir mía tu piel,
compartir microscópicos seres
en cada rose,
sabores distintos de nuestros sudores.
Sin saberlo nos pertenecemos.
Un gen recesivo
surgido de tu cuerpo activo,
diluyó mis nervios
recorren tus partículas,
mis recónditos adentros.
Fotografías sin exclusiva,
las que provocan
despiadados encuentros,
encuentros crudos con el pasado.
Lo extraño no es lo que invocan,
lo perturbador es extrañar
el ópalo lujurioso del vaivén de tu boca.
Avanzan los segundos
como gotas desbocadas
de esta tarde lluviosa.
El corazón frío
que late dentro mío
le apetece un sorbo hirviente
de tu cariño.
Entro sin ti al umbral del desánimo,
juego en el jardín de la tristeza
como un niño travieso
y después descanso en el lecho
de musgos y helechos,
del verde de tu universo.
Sobre tus ojos
se derraman mis versos
y a mi me colmas de tu enojo.
Estáticos atrapados en una foto
haciendo el amor semidesnudos,
me gustas tanto
y lo escribo porque me quedo mudo.
Te doy la razón,
un secreto oculto vive en el corazón,
intenciones que ocultan la luz.
Hay un sol destructor
tras este cielo nublado.
Jorge Martínez C.
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Poesía oscura.
Lírico.
Como un cumplido
diré que en efecto llegó,
más dañado, inversamente espléndido,
aún conservando ese lado
encantador y a la vez tan sintético.
Que mal por ambos,
no pude resistir
y le abracé con el instinto
de un animal acorralado,
entregándome al predador,
un suicidio donde nada estoy salvando.
"Que se canse de reír"
se como llora,
se como hacerle sufrir,
se cual es su lado más humano.
¡Puedo hacer en su mundo un caos!
Y tocando el punto,
la razón que me trae al caso,
de lo que quiero expresar:
es que me fragmento
(Redundancia sin importancia)
en pedazos.
Llamar mi atención con llamas,
humo, y cenizas enseguida.
¡Ese es el resultado cuando amas!
Deambulo por la avenida,
contando hasta hoy con 8 días
desde que anuncie la profecía.
Tardes intranquilas
sin el consuelo de sorber un tequila,
igual te doy la bienvenida
"Infernal Mesías"
Bueno, ¡A sonreír!
Es bueno que no me cueste fingir,
por dentro va el calvario,
<Un carruaje negro de caballos condenados>
Semanas con noches santas
sin el apetito de la carne humana.
Reflexionar, reflexionar, reflexionar,
tres veces tres.
De tanto vociferar
ya me han salido canas.
Dulce venganza:
ver por tus labios escurrir
la savia de la dulce caña.
Jorge Martínez C.
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Dedicado a mi amiga Sarita Parra Cartes.
Lírico.
Te dejo un saludo
para todos los días,
una canción que en tus noches
suene como un arrullo,
un algo que sientas sólo tuyo.
¿Tu nombre escrito en diminutivo
Cómo es que se escucha? "Sarita"
Sin estar cercanos me sigues y te sigo
y vamos a todos lados.
El cielo está nublado ahorita
y es cálida tu compañía,
siempre dispuesta en la mensajería.
Ella, mi amiga tan distante
y tan cercana como una estrella,
de voz sensual y excitante,
para cualquier día frustrante.
Gracias por inspirar a cada instante,
nos unen sueños
y lloras por mi cuando yo no puedo.
Tus despendidas
nunca son definitivas,
son la luz de un hasta luego.
Este es nuestro lenguaje,
bueno a malo,
carente tal vez de talento
pero es nuestro equipaje
para provocar un encuentro,
escribir hasta quedar somnolientos.
Sin aniversarios,
sin fechas de vencimiento,
sin encuentros físicos reales
pero con una amistad de buenos cimientos.
¿Cuanto es que nos debemos?
No sólo versos,
también un buen licor a tu salud
y a mi salud nos bebemos,
y tiernos y arrebatados,
cariñosos y hasta enfadados besos.
Buenos días,
buenas tardes,
buenas noches,
cuando no estés, no tardes.
En la carretera en progreso
puedo ser la luz molesta de los coches,
te dejo una señal tardía
y tú un mensaje que me aparte tu regreso.
Con respeto para ti mi amiga,
ayer fue el día de todas.
Para ti en especial que me acompañas
sin pedir nada a cambio.
Jorge Martínez C.
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/Lírico/
¡7 sin mencionar un día antes,
preciosa rutina sin ti!
Princesa, tu nombre es una metáfora,
te besaré antes de morir
y viviré con el afán de existir.
Dejar fluir el talento quebradizo
con el hielo que se deshizo
cuando llegaste en abril.
Princesa sin capa,
sin historias rosas.
Mi corazón se escapa
y atado estoy a tus manos con esposas.
Mi princesa con zapatos bajos,
con chaleco de soldado,
toda mía, haciéndome correr asustado,
encaramado en tu cetro
y siendo yo de tu atención totalmente
el centro.
Renunció al título,
a tu piel, a tu alma noble,
y regreso a los rumbos de la prole
a recordar lo que soy:
el vagabundo fiel a caminar sin rumbo.
Los palacios de arena
son para reyes de sal
y el hacer el amor
son noches de tormenta.
Tienes que ser sólido
para poderte enamorar.
Así es como lo explico:
fronda verde de carrizo
de tu materia celular,
de tu aliento escurridizo
forme un hogar.
Tu hablar melancólico
en un vaso alcohólico,
siento respirar tu aroma
y en el vuelvo a tomar;
Bambú extendido,
casi tocas el cielo
y te miro muy, muy alto, sorprendido,
en el patio de lo que imagino.
Hojas de ti caen cuando suspiro,
primavera y otoño,
tú y yo y la palabra amigos.
Algo surgió de la humedad,
de tu belleza, de mi enfermedad mental,
algo sin equilibrio,
frágil, volando con alas de vidrio,
ciego, mitad malvado, mitad divino;
Algo que nos une,
hediondo como el perfume,
me respiras y me encierras en el estuche.
Liberame cuando el elixir del deseo
tenga necesidad de que te escuche.
Jorge Martínez C.
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-Lírico-
Llegó, se sentó en pose
de conquistar y se me antojó de postre.
No probaría otra cosa
hasta sentir de su piel un rose.
Un ejemplar como pocos,
incomoda sin saberlo,
o tal vez intuye
que quisiera poseerlo.
Llegó montado en un caballo,
a un me llega su olor rudo a establo.
Seguro de lo que dice,
en cada letra, en cada códice,
y cuando calla tiene la gallardía
de un cisne,
de un lobo solitario.
Cazador cazado, te preparo
para esta noche perdices,
en una hoja sobre la mesa
deja una nota suspensiva,
complica la respuesta, ¿anda, que decides?
¡Así me dijo como lo escribo!
Con toda su humanidad sensible,
como le gusta volar
cuando describe.
Con buena pinta,
con buenas curvas para explorar
su pista.
Que intensidad
cuando se concentra en mirar,
Hace que otra vez quiera
respirar su indiferencia natural.
Existe la posibilidad,
la cordialidad de un saludo.
<Evidencias que no se pueden negar>
Jorge Martínez C.
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Lírico
Lluvia intensa, delicada,
caprichosa, refrescando la selva urbana.
Oh, exclamo...
Alguien se fue
y no concluyó la temporada.
Que puede ser mejor
que comenzar en solitario.
Me pondré los zapatos,
de los tiempos vagos;
E iré a conocer gente
con la intención de encontrarme,
con alguien diferente,
platicar de cualquier asunto
absurdo o inteligente.
Pero que sea autentico,
espontáneo, altamente lúdico,
que en conjunto
con defectos y virtudes
sea único.
Con manos suaves,
o manos rudas y graves,
que ocasionalmente olvide las llaves
y que por aprender más
olvide lo que sabe.
Que no lleve un reloj,
que le sean indiferentes los minutos
al contar mis poros diminutos.
Te sublevo,
maniquí coqueto en la vitrina,
me cambiaste la rutina,
tras mirar tus ojos
en un parpadeo,
ayer que abrías la cortina.
Parase que no sabes más que reír,
te imagino haciéndome cariños
y el sueño me empieza a perseguir,
Crear con la mente
es de locos,
es de sabios,
le dejo la realidad ,
a los que se crean coherentes.
Yo quiero la galaxia de tus labios,
el vertiginoso puente
de tus brazos,
lanzarme sin arnés,
escalarte de los pies a la cintura.
Te estoy haciendo una escultura
con mi incipiente escritura.
Que bueno que no soy sapiente,
tengo un espíritu nato, delirante,
así es como puedo entrar en ti,
en todas tus páginas,
en tus capítulos exquisitos
con títulos marginales.
Idealizarte antes de criticarte,
aunque después el declive
sea un gigante desesperado
por aplastarme.
Tú, explorador pisando ruinas,
si escuchas mi voz
has pasado sobre mi.
En marcha acelera y camina,
que aún no duele
el dolor es placer,
complícame los días,
haz que anochezca
antes de que sea temprano.
Yo quiero complicarte,
lo que estés pensando.
¿Fecha?
Día cuatro
y estoy así,
alucinando en el cuarto,
la droga de tu imagen
me quita el sueño.
Te consumiré alguna vez
como un vegetariano
reprimido por probar la carne.
Jorge Martínez C.
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/Lírico/
Soy el autor
y me responsabilizo de lo que escribo,
me desconocen mundialmente,
creo no necesitar amigos,
prefiero un ladrido para mis malos actos
como testigo.
En este, día 5 de marzo
quien sabe que son los idus
pero me declaró emperador
del homicidio.
Genios amados e idolatrados,
mutilados,
perdiendo en el rodeo de la vida
una oreja,
esculpiendo cuerpos desnudos,
muriendo en soledad.
A veces dan náuseas tener pareja.
Moraleja:
las mejores obras emergen
tras una celda.
3:00 AM, hago lo que puedo,
te busco para agradecerte,
y para que puedas aborrecerme
a todo le prendo fuego.
Ojos esmeralda a medio matizar,
mi musa con pantalón
vestido de gamuza,
"tantas letras tiradas a la basura"
Si un día tu afecto tiene hambre,
no pases de largo
y este libro aburrido en letargo
sin retardo abre
y come de mis adentros,
aunque te expreses de mi
diciendo "pobre"
Tú inspiraste coraje,
tristeza, amor lleno de simpleza.
Aún llevo tu voz,
la escucho en la grabación del corazón
y me embeleza.
Te extraño, no es posible
¿Por qué sin querer hace daño?
Ya para que me engaño,
entro al cuarto de la melancolía,
permaneceré ahí
hasta que termine el año.
Muza con camisa azul,
de hablar pausado,
de tanta paranoia sentirte acosado.
Alguna vez y otras cien
sentí tu lado desalmado
y se fundió mi rostro con tus manos.
¿A que parte de ti no le canté?
¿Cuantas noches por mentir
le marque a las ventanas de cuarto?
Y tomado por sorpresa me espanté,
estabas a mi lado pero se ahogó el abrazo.
Muza nueva en el lienzo desgastado,
sin más y con todo que decir
le doy al olvido pincelazos,
para que pierdas presencia,
para que yo pueda dormir
unos minutos escasos.
Jorge Martínez C.
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{Lírico}
¡Hasta que te vayas totalmente!
Pero como se le hace
para ya no pensarte.
Llena tus maletas
y cuando salgas haz leña la puerta,
yo saldré como siempre,
nombrándote, bajando la escalera.
Hoy suplico porqué no te aparezcas,
no resisto tu encanto,
soy de papel al absorber tu llanto.
Un tequila más,
un shot del aliento de tu boca.
Fue sin quererlo.
¿Que es está reacción infernal
que en mi pantalón provocas?
Humedad dentro del textil
y lluvia afuera que me recuerda
nuestro aniversario en abril.
Dame de tus labios
el placer sagrado,
baja una y otra vez
hasta verme sangrando.
Esta noche me ate las manos,
son traicioneras,
unas rameras para todo ser solitario.
Ven, se conmigo solidario,
derrama otra vez sobre la cama
el fluido fermentado,
ese aroma dulce.
En silencio me seduce
tu fresco olor a uva,
tomándolo completo en una cuba.
"Licor de vid aún tierno
te beberé hasta mi entierro"
Sigues aquí cantando a mi lado,
temblando, tomados de la mano,
fumando mi personalidad ambigua
que te hace daño
y la absorbes hasta quedar saciado.
Te hiciste humo
en el cuarto, estoy enloquecido
y a mi mismo me presumo.
Ingenuo que soy,
lo debo y lo consumo,
en altos intereses.
Olvidé que soy uno
y pago por más de dos, con creces.
Día tres,
me pongo ridículo,
cursi, blanco como el frío del Ártico
y te pido un abrazo
y tu corazón es mi abrigo.
Jorge Martínez C.
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Lírico.
El Tigre solitario
caza y de cuando en cuando
es afortunado.
La carne tierna
la voluntad le enferma,
copula con el instinto de reproducirse
y pronto abandona la presa.
¿A cuantos has mutilado
por el placer que emana
de un cuerpo desangrado?
El Tigre en el espejo de la trampa,
es un cachorro que aún mama,
inseguro enciende la bengala
y la voz surge intimidante.
Por dentro es blando
como el relleno de una cama.
Una cama de esperanzas vanas
donde descansa
oculto por las mañanas
y afila las garras con las pocas ganas.
Perezoso, se está domesticado,
ya no recuerda la última vez
que se deleitó con un gamo.
su apariencia arrogante
le compensa los pocos gramos
de sus sueños delirantes.
Aunque toma impulso,
el salto no avanza adelante.
Felino
de colmillos finos,
catador del latido tinto,
espeso, con olor a hierro líquido.
Has perdido el estilo,
poco a poco te conviertes
en una marioneta,
en un gracioso personaje sin pulir,
en la antipatía te vas a diluir.
Bufón insípido
ni a ti mismo te haces reír.
Gatito inspiras penas,
con ternura lo digo apenas.
El silencio, que en estos días reina
te ata a sus cadenas
no tienes el valor,
en la soledad pierdes color.
El miedo te mantiene en vela,
ni siendo inmortal
conseguirás su alma bella,
su aura preciosa,
su mirada vehemente de tormenta.
Fierecilla,
despierta de tu loca pesadilla,
de tu fantasía.
Donde estas sentado no es un trono,
es una vulgar y corriente silla,
Un león vive en tu corazón,
un león necesitado de amor.
Eres lo mismo que un verano
permanentemente nublado,
igual que cazar
en un bosque sin venados.
Tienes hambre sin saciar
hasta la lengua le quisieras ensuciar
al exquisito manjar
de sabor soez.
Tigre solitario, en tus fauces
hazle descansar
y después pregúntale quien es.
Jorge Martínez C.
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Lírico.
Duerme mi pequeño bebé,
sueña y diseña en tus sueños
lo que quieras creer.
Duerme, yo seré la noche tibia
que te envuelve
¿Me podrás querer?
Desnuda tu piel de querubín
para que yo te arrope
y estarás tranquilo al fin.
Te cantaré acariciando tus mejillas,
en silencio, hasta terminar mi aliento,
y pediré por ti
por verte feliz y
por qué siempre sonrías.
Reposa en mi tus ojos
por tiempos llorosos,
aquí a tu lado estoy yo
borrándote congojos.
Háblame de lo que te atormenta
con tu boquita que bosteza,
apóyate en mi pierna
y con fuerza que se oiga
tu risa que resuena.
Estoy tomando tu mano
y endulzando con ternura
tus malos días,
tus malos ratos.
Amor con olor a cuna,
con triste mirada de aceituna,
quiero llevarte muy, muy alto
besando tus carmines labios.
Ahora respiras
y por momentos entrecortado, suspiras.
Cielo nublado, dime
quién tu malestar inspira,
y si me permites ser el sol
para tus días,
una estrella en tu noche
o una Luna llena a la que contemplar
y platicar
cuando te trasnoches.
Duerme ternurita,
encantadora musiquita.
Mis oídos por escucharte esperan,
vestidas de gala tus palabras
en la diaria cita.
Adiós noche,
hay gotas en mis ojos, dispersas,
la flama en mi corazón
sin detenerse tiembla,
se desvanece tu sueño
y la imagen mía sin existir te habita.
Jorge Martínez C.
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Lírico
¡Buenas noches maldiciendo!
Mentando nombres
con la poca paciencia que me sobre.
¿Por que no caí
y quedé inconsciente?
Despiértame hasta diciembre
o en abril lleva flores
hasta mi sepultura vacía
cubierta por el polvo.
Que me importa la oscura noche
¿Hoy salió el sol?
Me falta algo...
Talvez tu mirada sólida de cobre,
forjada de tanto aborrecer
mi nombre.
Muy malas noches
mal compañero de viaje.
Ojala en tus sueños padezcas insomnio,
y yo pueda dormir a tu lado,
sin voluntad desvelado
y pases en vela llorando.
Carnicero hambriento de sangre,
acribilla con mente criminal
y sin culpa sal a caminar.
( Un latido, un final, un corto instante )
No guardes los guantes,
la atmósfera es fría
y mis palabras insignificantes.
En el averno solicitan vacantes,
te espero con gesto triunfante,
martiricé y gané.
En la mente llevó un enjambre,
labora sin descanso el desastre.
Ojala tu tranquilidad ande errante,
que sean interminables las calles,
que no tengas rumbo,
no tengas pendiente
yo prometí cuidarte.
Le tengo pánico a tu imagen,
y me cubro con ella para no llamarte.
Eres aire en la habitación,
toxicidad en este ambiente denso,
alucinando,
bebiendo,
sin vaciarse la copa de veneno.
¡Que buena noticia!
Un canto molesto predice
estar amaneciendo.
Quiero una tregua justa
con la culpa y tu recuerdo
Un segundo sin pensarte,
un segundo para habitar el mundo
caótico de tu cuerpo.
Jorge Martínez C.
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Lírico
¡Hibernando una temporada!
Ya no me tocarán palabras,
pero seguiré amando tus detalles
e iré buscando tu espectro por las calles.
Gracias por las lágrimas,
por las risas,
por el infierno de tu ausencia.
Ser divino,
dos almas seguirán de la mano
haciendo camino.
Recuerdos hermosos en verano,
días de pesca
tumbados en la hierva seca,
con los zapatos sin amarrar las agujetas
y soñando con lo no alcanzado,
compartiendo con placer
y sentir tus lindas manos.
Hoy te toca desaparecer
pero no te irás... en mi recuerdo,
te quedas congelado.
Te encontraré cuando te extrañe
hasta en el lavamanos,
pidiéndome el jabón perfumado
y el paño húmedo para secar tus labios.
( Por un momento me siento mareado,
no puedo detenerme ni retenerte a mi lado )
Parece que llegas y endulzas mis brazos
con el saludo agobiado y acostumbrado
de contarme tus agravios,
y se me escapa el beso agrio,
y estoy cantando desolado.
Vibra en mi pantalón
el mensaje digital
y punza el dolor infiltrado.
"Un feliz final para este desgraciado"
Recuerdo, la vida tiene tu nombre
y sonreímos con las hermosas arrugas,
del pasado.
¿Como se escribe con lágrimas?
¿Alguien lo sabe?
Lastimar y ser lastimado.
Jorge Martínez C.
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