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noisesweetnoise · 2 years ago
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Roller Coaster, el festival que vino para quedarse
Después de un año en el que la movida alternativa emergente de la ciudad de Buenos Aires no paró de crecer, donde todos los fin de semana se podía ir a ver bandas de los más diversos estilos y orígenes musicales, surge la Roller Coaster, un festival ideado y concebido por este medio, Noise Sweet Noise, y el medio periodístico audiovisual, Intonik, para exhibir y dar a conocer la riqueza y diversidad de este colectivo musical. En esta primera edición se contará con seis bandas que vienen de espacios radicalmente distintos, para mostrar la potencia y el poder hipnótico que viene transmitiendo esta nueva generación de artistas. 
Hannie Schaft
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 Hannie Schaft es tal vez una de las promesas de la escena underground de nuestra ciudad. El trío sub-20 de rock alternativo con tintes trip-hop destaca por su simpatía, química y virtuosismo en el escenario. Logran una perfecta y prolija ejecución, que se suma a su pícara complicidad con la gente. Hannie viene de llenar los antros y las salas con su fusión noventosa y su carisma, atrayendo a un público que viene en ascenso.
Podés escuchar a Hannie en vivo acá
Candy Kane
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Por otro lado tenemos a Candy Kane, que viene pisando fuerte desde el año pasado, perteneciente a la rama psicodélica de esta nueva coyuntura músical. La banda de noise psicodélico fue cambiando de formación y de sonido desde su origen por allá en el año 2020, y hoy cuenta con una formación de siete integrantes donde destaca por su alta puesta en escena, sus guitarras motorizadas y la integración recientemente de un sintetizador para terminar de crear una atmósfera caótica. Los Candy vienen de tocar en la última edición de la Ganga Records, el volúmen X, donde fueron parte de un show que quedará en la historia.
Playa Nudista
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Presente también estarán las consagradas Playa Nudista, que hace poco lanzaron su último trabajo discográfico “Botas Fuego Desierto”, elegido como uno de los mejores discos del año en nuestra votación. Con su personalidad y sus canciones alocadas reminiscentes a la psicodelia y el calor del verano, hicieron delirar al público este año pasado, llegando a tocar en lugares de la talla del Complejo Art Media o Niceto.
Vicente Colombo
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También tocará el club de amigos originarios del oeste y perteneciente al sello discográfico 1/4, Vicente Colombo. La propuesta músical de la VC tiene un rango expresivo muy amplio, que proviene quizá de la variedad de escritores y músicxs presentes. Van desde la ternura a la furia, del pop al punk, adaptándose a lo que las canciones, siempre personales y directas, piden. La banda viene ganando terreno en la escena musical actual, tocando en los principales escenarios elegidos por esta nueva generación.
WRRN
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También dirán presente los WRRN, el cuarteto porteño que fue clasificado como fundamental para el emo argentino. Con su mezcla de shoegaze, screamo y emo, su sonido excelentemente logrado y su potencia tanto musical como lírica han logrado cautivar los corazones de muchísima gente. Actualmente se encuentran en el estudio, trabajando en su prometedor primer disco de larga duración.
Neodoppler
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Finalmente, contaremos con la presencia de Neodoppler, la versión nueva del famosísimo grupo Doppler. Desde una óptica progresiva, fusionan elementos del rock alternativo, el funk y el jazz para deleitarnos y ponernos a bailar con su virtuosa performance. Vienen de una gira por la Patagonia, derechito a darlo todo en una hermosa noche de verano en el Polo.
La fecha es el 21 de enero, en el Polo Cultural 1040 (Figueroa de Alcorta 1040), al lado del Emergente. La velada musical comienza puntual a las 20:30, y podés conseguir tus entradas acá: https://app.flashpass.com.ar/event/roller-coaster?fbclid=PAAabzZNV1MiM_g8e_yESqpn2k8rBTGt11lCDGktbaJBK-6WvGtDerF927LCU
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noisesweetnoise · 2 years ago
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DeMovida x Noise Sweet Noise: Los mejores lanzamientos del año
Más allá de que el tiempo, medido en una unidad cuantificable como son los segundos, los minutos, los días, los meses y los años, sea una invención humana bastante arbitraria quizá, es una herramienta muy útil que permite organizarnos como sociedad. Sin embargo, el tiempo es también una forma de ponerle una medida al paso de la vida, al correr de las acciones humanas. Y entre esas acciones humanas se encuentra la expresión artística, la musical en este caso.
Con el medio hermano, DeMovida, decidimos aliarnos para que ustedes, lxs lectores, y un grupo de periodistas, músicxs y productores especializadxs puedan elegir sus diez lanzamientos musicales preferidos de este año 2022, el primer año "normal" después de aquella trágica pandemia, el año en el que el rock alternativo revivió en los corazones de la juventud.
No a modo de competencia, sino como un reconocimiento al mérito y al esfuerzo de lxs artistas que conforman esta escena independiente que está dando el batacazo en la cultura de nuestro país.
Sin más preámbulos, acá están los flamantes elegidos del 2022:
10. Playa Nudista - Botas Fuego Desierto (Buen Día)
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Desde ese rasgueo de apertura, el nuevo disco de Playa Nudista parece revelar una clara propuesta de valor: rock surfista a��ejo y psicodelia controlada, aunque en los 20 minutos de tiempo reproducible cabe alguna que otra cosa más.
Ya en ese primer corte, “Marea”, se siente una aproximación fresca e imaginativa a la escritura de las letras, pese a que los textos que acompañan cada canción son cortos, lo cual es coherente con el estilo musical. Lo importante es que ese minimalismo resulta altamente expresivo, como en la insistente búsqueda de un hogar en “Casa”.
A medida que se avanza, entre una constante muralla de sonido, elementos clásicos y modernos se combinan en canciones que tienen gancho, sin abusar de lo pop. Hay lugar como oyente para sentirse estimulado continuamente (tienen la receta para evitar el tedio) y, dependiendo del ánimo, invitado a bailar.
Aunque las Playa Nudista reconocen basar en su propuesta en sonidos de hace más de cinco décadas, exponen una sensibilidad multigeneracional que se hace evidente en un track como “Champagne”, donde se describe la escena de estar escuchando rap en un convertible de los años sesenta. Por otro lado, “Antro”, la canción más corta del álbum, es un instrumental poderoso que explora terrenos post-punk y muestra otros horizontes posibles para el cuarteto.
“Coca en la Estación” (que ya habían grabado para otro EP hace varios años, en una versión más punketa que la actual) le da cierre a la producción con un importante nivel de humor e ironía, que encaja bien con el camino por el que nos han ido llevando. Nostalgia, diversión y mucha energía.
-Juan Manuel Eslava (@juanmanueleslava // @noixpopuli)
9. Fin del Mundo - La Ciudad Que Dejamos (Anomalía)
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El último EP de las Fin del Mundo es una proyección de la banda, ya no buscando un sonido donde sostenerse, sino afianzándose en su mística y esencia, haciendo así uno de los mejores lanzamientos del año. “La Ciudad que Dejamos” es el resultado de la madurez y el desarrollo desde su EP homónimo, que continúa con la idea de un sonido amigable y dreampopero, de letras de ensueño e instrumentales largas. Fuera de los detalles técnicos, en el disco se pueden encontrar versos oníricos y transiciones musicales cómodas y quizá, más armoniosas que en el primer trabajo de la banda; un trabajo que representa el amor que nunca se olvidó, que sigue existiendo y estando presente, pero, aunque distante, está el esfuerzo de encarar ese viaje a otros tiempos, recorriendo un camino ya conocido. Y eso es lo que se siente de “La Ciudad que Dejamos”: un pasaje a rememorar observando el paisaje, para recorrerlo con una perspectiva diferente y seguir adelante. Un viaje hermoso de 18 minutos.
-Fabián Lista (@fabianlistaa // @noisesweetnoise)
8. Máze - Todo Por Dos Pesos (1/4 CD)
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Si bien comparte nombre con uno de los shows más caóticos de la historia de nuestro país, el EP debut de Santiago Mazzeo no podría estar más alejado de ello. Su primer esfuerzo en solitario muestra la faceta más autoral de un músico que siempre tocó en bandas, reflejada en la atención al detalle puesta a la instrumentación que acompaña a su familiar combo de guitarra y voz. Reminiscentes a la portada del proyecto, Máze se destaca en lo económico de sus arreglos, no hay nada de más y cada uno destaca por su ausencia en el resto del tracklist, como el sombrío solo de saxo ska en “En Serio” o el heroísmo guitarrístico ricotero de “Antes de Dormir”. A lo largo del EP, Máze utiliza una forma de lírica dialogal con él mismo, reafirmando su propio sentido de seguridad y convenciéndose de las decisiones que tomó en forma de himno como en “Tiempo Necesario” y logrando exteriorizarla en forma de desahogo con “¿Quién?”
Todo x dos pesos establece a Máze como uno de los cantautores más únicos de la escena actual y solo podemos esperar que tenga el tiempo necesario de alegrarnos el 2023 con su disco debut.
-Matías Vertula (@mvertula // @elclubaudiovisual)
7. Dum Chica - Figuritas/Gratis (Casa del Puente)
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El tornado que a fines de 2021 comenzó a arrasar las diferentes salas de Capital Federal y alrededores no podía cerrar este año sin un lanzamiento de singles, esos que a todo corazón nos aprendimos con el correr de los fines de semana y nos desgastamos la garganta cantando. 
“Figuritas / Gratis” es un pantallazo del voraz sonido de este trío que con voz, bajo y batería sabe conquistar de principio a fin los escenarios y también el estudio de grabación, capturando el espíritu del vivo y la energía de este.
El bajo de Juana es la columna vertebral de cada una de estas canciones, cuyas melodías espesas te invitan a moverte a primera escucha. Junto a la feroz percusión de Ramiro y la hipnotizante voz de Lucy la fórmula es infalible y no podemos esperar menos que uno de los grandes álbumes debut de la escena el próximo febrero de 2023.
-Mery the Roadie (@merytheroadie // @interzinerevista)
6. Sextape - Alter Ego (Agatha)
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La propuesta de Sex Tape con su primer LP, siendo este trabajo una extensión de su primer EP, es magnífica. Nos proponen un gran disco, con buen sonido, temas bien compuestos y pegadizos y mucha energía y melancolía.
Letras directas, que te llevan a lo personal del artista, mezclando lo melancólico y lo enérgico de la banda, transmitiendo así la química de este power trío y siendo los riff de guitarra el punto más destacable de este trabajo.
Es un buen album, con una muy marcada influencia del grunge, de bandas como Nirvana, Stone Temple Pilots o Silverchair.
Para ser el primer trabajo amplio de la banda, está muy bien, y se nota el potencial y lo sólido del grupo.
-Diego Muccela (@Lemuzza // @intonikk)
5. Los Bilis - Con Amor (Arkonte)
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Hoy elegimos "Con Amor" de Los Bilis. Minimalismo y electro-punk. La banda nacida en el barrio de Lanús estrenó su tercer EP en el mes de octubre. Uno de los datos más curiosos de la banda es que no cuentan con guitarristas. De ahí la presencia inexorable de los teclados y las percusiones que generan el mantra Bili. Los bajos también están al frente y configuran ese clima de firmeza y éxtasis constante. Un poco eso será el punk. Ir siempre para adelante.
Es un EP de corta duración pero no por eso menos disfrutable. En las letras hay una intención de relatar una experiencia, algo concreto, sin misticismos ni muchas metáforas. No hay complicaciones. Cuando decimos minimalismo, en este caso, hablamos de una estética musical, visual y auditiva donde no existen grandes complejidades, porque tampoco son necesarias para generar algo, que es en definitiva lo más importante. Las voces, desde este punto de vista, son las que terminan por cerrar el clima punkie. Son las que dan la cuota de cachivachismo y diversión. 
Nos gusta mucho el punk. Nos gustan mucho Los Bilis.
¡Sigamos sumando!
-Martín Volpatti (@martinvolpatti //@demovida.ar)
4. La Real Academia - Programa (1/4 CD)
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Como fan recalcitrante de La Real Academia de la primera hora, me siento muy honrado de haber sido elegido para hacer una reseña de su flamante, nuevo y hermoso EP, el cual tomó un rumbo algo diferente al primero, dejando de lado en algunos temas las baterías electrónicas. Incluso hay muchas guitarras haciendo acordes y rasguidos en vez de punteos y cambios de tono increíbles. Como en “Me Da Igual”, un auténtico temazo, en el cual todos los acordes cambian de tono (algo arriesgado y no muy explorado en el post punk, que en este caso fue bien ejecutado) casi constantemente, siendo conectados por la melodía de voz, para luego llegar al estribillo y ser sorprendidos con unas guitarras alternadas entrando en territorios que, personalmente, siento que habían sido inexplorados anteriormente por la banda, revelando influencias como bloc party o Interpol y generando un sentimiento que... generalmente conocemos como rock, no? El viejo rock and roll que tanto conocemos.
En resumen, estas características presentes en estos temas nos muestran un lado más agresivo y humano de la música de la Real, ese lado que tal vez se sentía más en el vivo, haciendo las versiones con batería acústica y la guitarra al palo. Por otro lado, hay canciones que vuelven a utilizar los recursos anteriores de las baterías electrónicas y melodías chiquitas, pero de una manera nueva, ya que se utilizan de manera que, de la mano con las letras, logran generar nuevos paisajes sonoros. 
Este ep definitivamente transcurre en la noche, y junto a las letras genera misterio. Expresa un desgano frente a la insignificancia de la vida, para luego mostrarnos pequeños momentos de significado que contrastados con lo anterior golpean mucho más fuerte.
"Cuanto menos pienso, menos lamento(...) no nos caemos, estando quietos" // "No quiero dedicarte más canciones que no vas a escuchar" // "Nuestras piernas están cerca, a punto de chocar".
Esas son algunas de mis frases favoritas de un par de  canciones del EP, las cuales siento que ejemplifican ese sentimiento de insignificancia, soledad y desesperanza generalizada que siente el protagonista al ver que sus acciones importan poco y nada, y que contrastan tan bien con los pequeños buenos momentos que ocurren en la vida. Esos momentos que al vivirlos se sienten como si te estuvieses ahogando en el medio del mar y al momento de tocar fondo encontrás una pepita de oro que te da ese pequeño empujoncito para seguir nadando y te hace pensar "bueno, tal vez valga la pena seguir viviendo".
Básicamente, muy buen EP loco, mañana cuando me haga un tiempito lo escucho.
-Tomás Palen (@tecnologia.tecnologia)
3. Buenos Vampiros - Destruya! (Casa del Puente)
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En diciembre de 2021 los Vampis cerraban el año sacando "Desmotivada", primer adelanto de lo que sería su segundo álbum. En Febrero salió "Todo el Mal" y en Abril vio la luz "El Perro". Tanto las portadas cómo la estética de las canciones ya nos hacían pensar que los lanzamientos formaban parte de un trabajo más grande, había algo más. Finalmente, en Julio pudimos escuchar "Destruya", el álbum que las reúne e incorpora 5 canciones adicionales al repertorio vampiresco.
A pesar de los kilómetros que los distancian de CABA, ciudad donde vivo, puedo dar fe de que los Vampis están muy presentes en el boca en boca de los que vamos a las fechas, trascendiendo cualquier barrera impuesta por la geografía. La banda es una referencia en común y forma parte del imaginario colectivo de lo que está pasando a nivel música.
Personalmente, siento que "Destruya" es una prolongación de lo que venían mostrando que, además, reafirma el estilo y la impronta de la banda. El álbum plantea un clima que se va expandiendo a lo largo de las ocho canciones que lo componen y en cada una hay elementos en común que nos hacen sentir que seguimos dentro del mismo universo sonoro.
Los juegos de las guitarras que se complementan, la mezcla entre ahogo y bronca que cargan las voces, las métricas, los coros, la batería al medio y firme, y el bajo que por momentos asume un rol organizativo, uniendo las melodías que se abren en simultáneo, y por momentos se suma al juego melódico doblando a las voces, las guitarras e incluso sumando riffs propios. 
Está sensación de coherencia también se refleja en la estructura de los temas, que en su mayoría arrancan con un momento instrumental que luego desemboca en la primer estrofa y se repite después de los estribillos para sacudirnos de nuevo, después de ese trayecto a través de la canción. Destacó esto como un mérito de la banda que parece haber encontrado un lenguaje que le sienta bien y le es muy natural. Hay un marco compartido que luego cada canción explora de forma distinta.
La sensación es de mucha oscuridad, pero a la vez el disco invita a moverse y soltar la cabeza. Las voces de Irina y Nacho se sienten muy vivas y dan ganas de sumarse a expulsar el dolor con ellxs, como en un ritual liberador. Y en vivo, este fenómeno se amplifica mucho más.
Para cerrar, les dejo una confesión. En general cuando escucho un disco o canción por primera vez incurro en el pecado de pensar "¿a qué se parece esto?" Supongo que es normal y en mayor o menor medida nos pasa a todxs. Pero con los Vampis, y más después de este disco, me pasa algo distinto. Me encontré viendo bandas en vivo y diciendo "esto tiene cosas de Buenos Vampiros". Con "Destruya" la banda termina de definir una estética que le es inconfundible y que la separa de cualquier tradición o género que le navega alrededor. Los Vampis forjaron un sonido que los acompaña y que siguen ampliando y reafirmando conforme sacan nueva música. Cierren los ojos y sumérjanse en el viaje.
-Fran Loria (@fran.loria // @demovida.ar)
2. Plenamente - Interminable (Sin Tierra)
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Llega fin de año y me toca escribir sobre un disco de 2022 que me voló la cabeza. Bueno, no me toca, lo elegí yo, decisión de la que en primera instancia me arrepiento un poco ¿cómo lograr escribir de forma imparcial sobre un proceso que viví tan de cerca? Lo escuché en sus etapas de creación, yo lo colgué en Spotify, vi como Charly García reclamaba su sample el mismo día del lanzamiento, y fui viendo como las nuevas canciones se metían en el repertorio de una banda que odia tocar siempre lo mismo.
Es que desde que me mudé a esta ciudad me sumergí profundamente en el círculo que se forma alrededor de esta banda y otras similares, y he visto lo que este disco genera en la gente. Esas voces ininteligibles, a veces hasta inescuchables bajo esas paredes y paredes de guitarras, generan y convergen una infinidad de distintas emociones y sensaciones en los oyentes.
Con algunos cortes de este disco chocarán los cuerpos, volarán las piñas y se agitarán las pelucas. Esto es inevitable con las vigorizantes y potentes baterías y los riffs filosos de temas como Profundidad, Refleja o Para Siempre, que cuenta con las voces de Lobo Idiota Lobo. Con otros quedaremos anonadados y maravillados por la creatividad y la técnica para lograr sonido dispuesta en este trabajo, como la increíble fusión indietrónica en Pasear o Todo lo que Puedas Alcanzar. 
Pero probablemente lo que más predomina al escuchar este disco son los ojos tristes. La forma apesadumbrada de cantar que tiene Juan Olima y la alta carga de emotividad en las letras, hundidas en capas y capas de guitarras, son la combinación perfecta para descomprimir y dejar ir en lágrimas las sensaciones y los recuerdos cuando nos abruman. “Que hermoso ahogarse detrás de esa pared de violas”, dijo Niniö Ayer, artista de Bariloche, sobre su participación en “Y Que Sería de Todo el Resto si no Estuvieras?” y la verdad es que sí, no hay cosa mejor que cerrar los ojos y dejarse llevar con las canciones.
Quizá la cereza del pastel sea la naturaleza DIY del proyecto, grabado, mezclado y masterizado en su totalidad por Juan en su habitación, en la casa de sus padres en Barracas. No obstante, el trabajo se manifestó gracias a su naturaleza DIT (do it together), invitando a Lobo Idiota Lobo y Niniö Ayer a cantar, hermanándose con el proyecto de su actual baterista, Diciembre de 2001),  utilizando performances  de Marcos Coronel y Agustín Jaluf, exmiembros de la banda, y con una tapa diseñada por su amiga Vompfrat.
En este LP conviven los elementos post-hardcore y noise rock que rememoran a su antecesor, Ultrasuave, con un nuevo sonido que Oli describe como “rock todo crusheado onda Astrobrite”, ultra digital y explotado, sin amplificadores ni simuladores. Quizá es por eso por lo que le agradece por igual a sus bateristas como al emulador de baterías de Spitfire Labs.
“Interminable” se plantea como un compilado de canciones que existen desde 2018 y sobrevivieron los múltiples cambios de alineación de la banda, pero prefiero verlo a modo de una súper emocional transición entre lo que la banda fue y lo que la banda será en el futuro. En ese cambio de sonido que están buscando lograr. Sin embargo, hay algo que reside en su esencia y que nunca perderá: Plenamente es un recorrido interminable a través de todos los espacios que Olima precise para expresar de forma musical su mundo interior.
-Nica Maldonado (@softfocus01 // @noisesweetnoise)
1. Rosamonte - Inevitable (Independiente)
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El primer baldazo de agua de esa escena under más orientada al emo y el shoegaze, antónimo de ese rock barrial “indie” con alegría, dos dedos levantados y un porro prendido, lo sentí por primera vez cuando vi a Rosamonte en vivo. Yo nunca fui un devoto fanático del emo y el screamo, y una parte de mi cuerpo no entendía el momento que estaba viviendo mientras miraba al cantante gritar los versos de “Aurora”. Con el paso del tiempo, los recuerdos que tuve mirando la performance de la R se fueron uniendo y pegando más a la piel, y creo que finalmente tengo una idea. Yo le pongo como falso título “Flores, piedras y un río que corre debajo de ellas”, tal cual lo que muestra la portada de su álbum debut, Inevitable. Esa imagen parece comunicarse de forma indirecta, introduciéndose como una representación de la vida, lindos momentos y obstáculos pétreos fluyen en la misma dirección. Que el álbum debut de Rosamonte se llame justamente “Inevitable” me hace sacar una risita porque parece activarse un triste recuerdo de un pasado adolescente inmaduro y casi estúpido que miras con vergüenza y melancolía cuando pones “Hey” al palo... y mágicamente no me animo a hablarle, y pienso en un escenario lejos de la realidad en donde me atrevo a invitarla a tomar un helado (o a ahogar un pelado) y no sé qué más. Es inevitable el regreso a esa juventud.
Podría hablar solamente de “Hey” y “Aurora”, mis dos favoritas del disco (una lástima que esta última no esté en la tracklist del disco en Spotify porque ese hilo que tienen ambas canciones juntas es perfecto), pero todas las canciones tienen una brisa, un cachetazo que no se puede dejar pasar: lloran los riffs, Damián grita con dolor desde su interior, las letras transmiten una vibra acogedora, nostálgica, que te hace pensar en talvez una persona linda con la que querés compartir todo. Me imagino el cielo casi nublado del Conurbano a la espera del atardecer, caminando para casa mientras suena “Melancolía” de fondo. Después llega, con la oscuridad iluminada por el televisor o la pantalla de la computadora, “Películas”. Las piedras mojadas por el curso del río no paran de pincharme la espalda.
Cada vez que escucho el disco, las llamas de esa experiencia (rara, a primera vista) que tuve cuando vi a Rosamonte en el Club Morrison se prenden como una brasa. Me voy acordando, poco a poco, de cómo la gente empezaba a saltar, mover la cabeza sin parar, y preparar pequeños pogos mientras poco a poco el descontrol reinaba… pero no, que haya descontrol no significa que haya caos, quilombo. Un descontrol de sentimientos y recuerdos inevitable que estaba perfectamente controlado por Rosamonte: Damián no paraba de moverse mientras tenía a toda la gente alrededor, en algún momento otra persona tuvo el micrófono en sus manos y siguió cantando la letra. Todos se reúnen y comparten ese hilo por media hora, una hora o una hora y media. Depende de la hora, depende del lugar, depende del pacto. La gente, yo creo, mira sus recuerdos inevitables del pasado, del presente y aquellos que existirán en el futuro. Todos nadan en la misma dirección, son todos ellos el caudal del río. Eso es la R.
-Valentín Pate (@valentinpate // @noisesweetnoise)
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noisesweetnoise · 2 years ago
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La vuelta triunfal de Niño Mercurio: “pasaron cosas”
El mítico power trio del shoegaze nacional anunció de sorpresa un show de reunión después de cinco años sin compartir escenario. En uno de los ensayos, a través de una entrevista que les sirvió a cada unx para “bajar a tierra lo vivido”, hicimos un repaso sobre las experiencias y sensaciones vividas por una banda indispensable para la movida under de Capital Federal.
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Niño Mercurio en 2022
¿Cómo se dió la primera formación de Niño Mercurio?
Facundo Juárez: La primera formación éramos cuatro. Yo en la batería, Eugenia en el bajo, Oli en una guitarra y Ariel en la otra. Ariel era un pibe de Villa Ballester que tenía auto y estaba bueno porque nos transportábamos con eso.
Juan Olima: Me acuerdo de una vez, el chabón tenía un Peugeot de los que tenían dos puertas, y creo que a la salida de que tocamos en Bar Íntimo, de esos lugares en Belgrano de mala muerte, entramos con nueve en un auto para cuatro personas. Fue re gracioso.
F: Así era básicamente como se prestaba con el auto el pibe. Entonces estaba bueno, era una época muy divertida, muy jovial. Yo creo que tenía 14/13 años.
Lucas Salas: Eras más grande que yo…
F: Lucas apenas aparecía en los recis, era como una figura ahí… seguidora. Y creo que con Oli tenía mucha más relación. Como siempre, los entes online se conocen y demás. Y esa primera formación siempre ensayó en mi habitación toda pintada, en mi casa en San Telmo, con los amplis al re palo, o si en una sala amiga de Barracas.
La conexión clave creo que tiene que ver entre Oli y yo, y bueno, fue a través de mi hermano, porque él y Oli iban al mismo colegio de artes juntos. Él me vió tocar en el hotel Baue, yo tenía nueve años, creo que fue mi primer reci o algo así, con mi viejo y mi hermano,
O: Literal, después de que me desplazaron de la primera banda que había armado en la secundaria, yo tenía un par de temas y estaba buscando gente para tocar. A la primera a la que voy es a Trapito (Eugenia), después a otro pibe que no me acuerdo muy bien su nombre, y a la salida de un reci, no me acuerdo quién tocaba, como que la ranchamos con su hermano un toque. Después fuimos a la casa de él en San Telmo, y estaba Facu, y no sé por qué nos pusimos a tocar. Yo estaba tocando pelotudeces y él me seguía, y sentía que entendía a donde yo quería ir, era muy desenvuelto tocando, está bueno eso.
¿Cómo y en qué momento llegaste vos Lucas? Vos hiciste el primer merch de Niño Mercurio, ¿verdad?
L: Si, en la fecha esa de bar íntimo, yo caí con una remera manga larga toda roja que decía Niño Mercurio. Ese fue mi primer reci de ellos, además de las fechas que hacían afuera de lo de Oli…
O: También la vez que tocamos en mi escuela, que vos caíste.
L: ¿En la Belgrano?
F: Ahí tocamos dos boludeces, estuvo bueno.
O: Bay un video de esto, está muy enterrado.
L: Bueno yo no tengo memoria de eso.
Y empezaste a ir a las fechas de Niño y… ¿Cómo te empezaste a llevar con ellos?
L: Mi relación con Oli ya era bastante fuerte, por eso yo empecé a ir a los recis también, eso solo lo reforzó. Fue cuestión de tiempo, seguí yendo a los recis hasta que Eugenia dejó de tocar, por alguna razón, y Juan me dice para tocar. Para julio de 2016 ya estaba tocando el bajo. Tocaba Mati la otra viola en ese momento.
O: Por momentos. La onda era tocar con amigos que iban y venían
L: Claro, pero se hizo hermético el trío, digamos
Vamos con el disco 2015 ¿Cómo fue el proceso?
O: Lo grabamos en una sala donde ensayábamos, ahí en Barracas. Lo de Hernán, la sala se llamaba “lasalamasmaravillosadelmundo”, así todo junto. Él lo grabó todo en Cubase y después yo lo “mezclé” como pude, o capaz ni siquiera lo mezclé, grabé encima y listo-
F: Era como una mezcla así rara. Después salió el CD de eso, todo con arte de tapa de Oli, está bueno. También habían unos videos con unas visuales copadas para pasar en los recis.
¿Por qué y en qué momento decidieron grabarlo?
O: Había que grabarlo. En esta banda nunca existió la idea de sacar singles porque en esa época yo me acuerdo de que las bandas sacaban el disco y ya está, no había adelanto ni nada de eso, al menos en las bandas DIY. Era tirar el disco y ya está, que sea rock.
L: Y la gente lo escuchaba y lo apreciaba.
O: Ahora es como que tenés que obligar a la gente si querés que lo escuchen.
Dijeron algo de eso, y teniendo en cuenta que hace mucho están en el circuito ¿Qué cambió? ¿Qué sienten que es distinto?
F: Creo que la clave ahora es que hace cinco años no había esta velocidad de Instagram, hoy en día nadie te pasa un evento de Facebook.
L: Como que se amoldó a otro ritmo, con otra gente. Llegó a distintos círculos gracias al algoritmo.
F: Yo en esa época rara vez tenía celular. Creo que tuve celular a partir del 2018, algo así. Entonces encontrarme, ubicarme para hacer ensayos o pasarme un evento era si o si por Facebook cuando me conecte. Existía eso, hoy estás todo el día conectado. Me llamaba literal al teléfono de línea (*risas*)
O: Me atendía siempre tu mamá, tenía que irte a buscar, y se escuchaba de fondo tus hermanitas jugando y eso. Una vez sampleé una de esas llamadas.
L: Es que Niño Mercurio hoy en día no pasaría de la misma manera, está re claro. Yo veo como hicimos las cosas y no se pueden hacer así hoy.
F: Porque no tenemos 14 años…
L: Claro, porque no tenemos 14 años, y porque hay más una necesidad de que algo te sea redituable en corto plazo. Y antes ni siquiera pensábamos a largo plazo, las cosas pasaban, nosotros seguíamos tocando y componiendo temas, seguíamos grabando y acumulando cosas como una especie de meter muebles adentro de la casa ¿viste? Y era eso. Una especie de mecanismo, que funciona distinto en todas las bandas.
F: Producir no por el producto sino por la actividad. Pero además, en los comienzos era tocar con bandas que veíamos como inalcanzables, caían los locos con equipos y los instrumentos y todo eso, cosa que es normal, pero a los 14 no tenés nada.
Ahora si pasamos a Permanencia… ¿2016 fue un año en que Niño Mercurio estuvo medio desaparecido no?
F: Estábamos re tocando, pero era todo tocar en vivo y no grabar nada. Ese fue el Conurbano approach, no parar de tocar alrededor de Buenos Aires y un poco en Capi también, siempre mucho zona sur y zona oeste.
O: Yo creo que en 2017/2018 se re picó ya, no sé qué pasó en 2016 sinceramente.
F: Fechas por todos lados, dos tres por noche.
O: O sea, íbamos a Zona Norte, a lugares donde no hay movida, casi nada.
Permanencia lo grabaron en tu pieza Facu ¿no? ¿Cómo fue eso y por qué lo grabaron?
F: Era grabar por grabar, teníamos micrófono y teníamos una placa. Agarramos un Boss DS-1, lo usábamos de pre-amp y grabamos todo lo que pudimos con esos mismos materiales.
O: Lo grabó Edu (Eduardo Argandoña), en Logic. No sé cómo hizo para que se escuche todo tan bien, me encanta como suena
F: Hizo magia el chabón.
O: Era como para lanzar lo nuevo, porque lo viejo ya no lo estábamos tocando y no nos representaba tan bien.
L: Los demos que están subidos los grabamos en la pieza de Facu antes de Permanencia.
O: Esos los grabé yo, con un condenser.
F: Con un Behringer C1OU, que para grabar una batería lo clavás casi en el medio.
O: Eran los Beatles boludo (*risas*)
F: Los Beatles jaja, así suena.
Este fue el primer material que grabaron con Edu, que después colaboraría de nuevo con ustedes ¿Cómo conectaron con él y eso?
L: Hasta tocamos con él, en la presentación de Harmony Korine.
O: Yo era amigo del violero de la banda que en ese entonces era Niño Rayo, después fue Parque de Atracciones. Los invité a tocar una fecha en el Espacio Audible, y ahí como que pegué onda con Edu. En realidad, no me acuerdo cómo llegué a tirársela para que nos grabe Permanencia, pero fue increíble.
L: Estamos todos agradecidos.
O: Me re gusta como que quedó.
L: Y él también debe estar re agradecido.
Jaime, de este EP, quedó en el compilado “TIRED” de Stupid Decisions, un sello mexicano ¿Cómo se sintió llegar a otros lugares con su música?
L: Esas cosas pasaban.
F: Hubo siempre mucha conexión y colaboración.
O: Por las dudas aclaro, Jaime era el primer batero de Niño que duró un ensayo…
L: No por Jaime sin Tierra.
F: Pero podría ser... (*risas*) Pero siempre hubo mucha conexión internacional creo.
L: Hubo una edición de Harmony Korine en ese sello también.
O: Nunca nos mandaron nada. El otro día me enteré de que hubo como 20 copias que se vendieron en México, nunca vi nada.
L: Los bootlegs, o sea bajaron el disco de Bandcamp y lo pusieron ahí en un cassette.
O: Encima en el Bandcamp de ese sello el disco tiene un montón de compras,
L: Y están todas perdidas…
F: ¿No hay un PayPal ni nada?
O: Exacto, es que éramos pibes, estábamos en cualquiera.
L: Lo mismo nos pasó con los vinilos.
F: Igual a Oli siempre le chupó un huevo, era el más grande de la banda y nada. (*risas*)
O: (*risas*) yo quiero tocar boludo.
L: Igual esas cosas se hacían, a algunas bandas les chupaba un huevo que lucren con ellos, otras no, vienen de otras enseñanzas.
O: Igual nos gustaba que esté sonando la música en otro lado
F: tiene más que ver con eso, con la circulación
Bueno, ahora sí Harmony Korine ¿Cómo fue el proceso?
L: Se grabó en todos lados.
F: Grabamos en zona oeste, en el estudio Baumann, con Pato Baumann.
O: Ahí grabamos las batas y los bajos.
F: Los bajos quedaron inutilizables creo, por un problema con un pedal o algo así. No me acuerdo que había pero había un acople siempre.
O: si, lo regrabamos, en Mantra. Después grabamos guitarras y todo en Mantra. Después grabamos más guitarras en la casa de Edu
F: Y después grabamos un piano en lo de la hermana de mi exnovia.
O: Las voces las grabamos en donde era casa vacía en ese entonces, en el segundo piso de mi casa, en una habitación vacía, a oscuras.
L: Ahí mismo está grabada la Sesión Sin Tierra.
F: Un olor a chivo tiene ese disco (*risas*)
¿Y la composición?
L: Oli caía con un tema, y después yo empecé a caer con otros, y así se fue formando la idea de hacer un disco. Igual los temas no eran lo que son en el disco, obvio.
F: Nunca lo fueron y nunca lo serán.
L: Y después del disco seguían cambiando, eso siempre nos pasó.
O: Creo que es sabido que no nos gusta mucho el disco, porque no representa mucho lo que tirábamos ahí arriba, en vivo.
L: Para nosotros.
F: Para nosotros.
O: Yo reconozco porque le gusta tanto a la gente y está perfecto, pero a mí también me gustaría que me guste.
¿Fue especial ese disco de alguna manera? Porque medio que coincide con esas fechas en las que explotan…
F: Lo especial de ese disco, en parte, creo que tiene que ver con tener una edición en vinilo de un disco propio. Es algo extraordinario y so��adísimo y muy inesperado. Que se dio también de una manera muy natural: no vimos nunca un peso y no nos importó porque teníamos un vinilo. Es más, yo no tengo lo tengo vinilo, hay uno solo y es de la banda. Lo tiene Oli y a veces gira.
O: Iban a hacer más pero no había guita para hacerlo.
F: Y nada, se vendió en Texas, quince unidades. Creo que hay una anécdota de un chabón que lo compró y laburaba en la NASA. Pero nada, es un disco muy especial. Creo que en el planeta cada tanto lo reconocen, una vez mi hermana me manda de TikTok, que no tengo y nunca vi, de alguien que reconoce el disco y dice que es “uno de los mejores o el mejor de shoegaze de Argentina”, y hacen siempre tops y pasan cosas. Y es re gracioso, porque a ninguno de los tres creo que nos gusta tanto como al resto. Lo respeto mucho y me gusta el disco y si se lo muestro a otra gente se lo muestro con entusiasmo…
O: Es más divertido tocarlo que escucharlo.
F: Totalmente, hicimos como 600 fechas con ese disco.
L: Lo que pasó es que tocamos un montón los temas que estaban en el disco antes de sacar el disco y la gente nos rompía las bolas: “saquen el disco, saquen el disco”.
O: Y cuando sacamos el disco, ya no queríamos tocarlo más.
L: Y tres meses después nos separamos.
F: Y no queríamos tocar más. La gente quer��a que sigamos tocando, entonces siempre que nos juntábamos hacíamos como un revival, una vez por mes hacíamos una Niño Mercurio, y la gente iba muy emocionada porque creían que era la última. Eso fue genial porque fueron ocho meses diciendo que era la última fecha, y todo el mundo se emocionaba, algunos boludos lloraban y venían y te abrazaban y decían “es hermoso esto”, y vos le decías “nos vemos el mes que viene” (*risas*). Y nada, creo que el disco ganó mucha significancia a través de eso.
Pero después lo que pasa en las fechas lo viven Oli y Lucas.  El otro día alguien me preguntó en la calle si yo tocaba en Niño, le pregunté si me vió en vivo alguna vez y me dijo que no, y es tremendo, porque nadie sabe que soy el batero, pero todo el mundo sabe de Niño, todos escucharon los discos, pero nadie nos vió en vivo.
O: Porque son pibes de una nueva generación, y lo peor es que vos y Lucas son de esa generación, porque ustedes tienen esa edad, de esos pibes que nos escuchan ahora. Estoy viejo…
F: Nosotros hicimos el producto que ustedes escuchan ahora creo, y no sé, eso que está pasando ahora, yo no lo veo y nunca lo viví, salvo ahora que estamos reuniéndonos un poco ahora.
¿Quieren hablar de la separación?
O: Nos separamos y listo. O sea, veníamos de tocar un montón todo el tiempo. Yo con ellos toqué como con ninguna otra banda que haya tenido, y creo que se desgastó un toque la amistad. Nos desgastamos nosotros… no queríamos ni ensayar.
F: Una separación es un poco una oposición decidida; esto fue más una disolución: las cosas se diluyen, la historia pasa, el tiempo pasa. Además, era cada uno con su personalidad y cada uno en la suya, cuando uno crece quiere estar más en la suya creo.
O: Pero en el medio de todo eso Lucas tenía un par de temas más, y me estaba rompiendo las bolas para que los grabemos. A la segunda vez que me dijo de hacer eso le digo “bueno, ya fue, toca todo vos, yo te grabo”, y listo. Y el grabó las baterías, que las grabamos en Mantra y los bajos y guitarras en mi casa, las voces, etc. Yo no toqué, pero me encanta ese disco.
F: Creo que yo tampoco, ¿no?
L: Tocaron los dos en Japón.
O: Claro, que me había quedado colgado de otra época.
L: Es como si Oli hubiese pasado la antorcha.
F: Y dijo “apagala” (*risas*)
Leí que habían querido viajar a Chile, que habían querido viajar a Córdoba y que les invitaron a la SXSW en Austin, Texas ¿Por qué nunca se dieron esas cosas?
F: Número uno: la plata. Inclusive cuando estuviese todo pago o algún porcentaje pago, era porque éramos menores y es muy difícil que un menor salga con alguien, a pesar de estar autorizado.
L: Había que hacer siempre un montón de papeleo que nos atrasaba todo.
F: Imagínate que, si no cobrábamos por las cosas que pusimos online o los discos editados, menos íbamos a tener ganas para viajar.
O: En ese momento no se ganaba plata tocando, nosotros nunca vimos un peso.
F: Obvio, si vimos plata fue para comer una pizza y tomar una coca…
O: Si si, y yo ni siquiera con los cassettes que se vendieron, los vendíamos muy baratos. Esta banda nunca vio ganancia de nada porque lo hacíamos más por amor a la música. Nos chupaba un huevo. Lo máximo fue ir a Zaráte, y big shot out para el papá de Lucas que nos llevó, porque sin él creo que no hubieran sido posibles un montón de cosas. Él nos acompañó a un montón de fechas y nada, nos dejaba ensayar gratis en Mantra, un capo.
F: Cruzamos a Entre Ríos, nos bañamos en el Paraná y después seguimos para Zaráte.
O: Tocamos como el orto encima. (*risas*)
¿Ven todo eso como oportunidades perdidas?
L: No, por como hicimos todas esas cosas pasaron y no pasaron.
F: Llegamos también. Todos los lugares a donde nos invitaron los vemos como un reconocimiento, y se aprecia, pero no sabíamos cómo hacer.
L: Ni yo ni Facu podíamos decidir por nuestra cuenta legalmente sobre nosotros mismos, eso es un montón… Había que laburar.
¿Que les motivó a volver después de casi cinco años?
F: Es el cumple de Lucas, y vamos a regalarle algo al pibe.
L: Y pintó aparecer.
O: Y el año que viene se cumplen cinco años de Harmony Korine, que no poca cosa, es un disco importante en mi vida y creo que en la de ellxs también.
F: Si, cinco años de eso, es el cumple de Lucas y además viene mi novia de Holanda. Nunca escuchó esto, y nunca va a escuchar lo que es que yo toque en vivo, porque yo dejé de tocar, ya no hago música. Quería que ella escuche una gran parte de mi personalidad, ella es música clásica, se va a tapar los oídos demasiado pero igual está genial.
L: Pintó aparecer, para los amigos.
O: No significa que vamos a volver, pero vamos a vivir el momento, tocar un “tiqui”.
L: Es como cuando la gente se junta y no le pone nombre a nada de lo que está haciendo.
F: Es como volver con tu ex (*risas*). Pero también esta bueno extrañar. Además, nos gusta que sea único, es un momento. Como hacer una exposición de fotos de Niño Mercurio, con los temas en vivo. La gente lo va a ver y no va a estar un mes ahí, va a estar esa noche.
O: El que logre verlo bien ahí, después me rompen las pelotas con que volvamos. ¡Anda el sábado boludo!
Podés escuchar los sonidos de Niño Mercurio acá o escucharles en vivo en El Portal el sábado 21 de octubre a las 21 hs, junto con Injusticidio y Los Fuegos Felices.
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noisesweetnoise · 2 years ago
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Estanislao López, el productor que está moldeando la movida musical alternativa
El productor, músico e ingeniero de sonido oriundo de Capital Federal viene trabajando hace casi una década con las bandas más influyentes del underground argentino, una escena que “está empezando a calentar los motores para algo que está muy bueno”.
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Estanislao López, director de una nueva generación del rock (Foto:Nicanor Maldonado)
Todo comenzó cuándo tenía 16 años, y un amigo lo invitó a operar sonido en vivo para artistas como Amelita Baltar en el mítico bar Clásica y Moderna. Hoy, dirige Casa del Puente Discos, uno de los sellos independientes más importantes de nuestro país, fundado por Cecilia Amenábar, la artista exesposa de Gustavo Cerati, y Pedro Moscuzza, de la icónica banda marplatense Altocamet. Produce a las bandas más importantes de la escena como Riel, Atrás Hay Truenos y Pyramides. Pero entre medio trabajó con el Flaco Spinetta, se codeó con los mejores productores estadounidenses y trabajó en el sonido para el cine y la televisión.
¿Cuál fue el primer contacto que tuviste con la música?
Cuando era chico, mi viejo escuchaba Depeche Mode, The Cure y The Police, y mi vieja tenía la compilación de rock nacional de la revista Noticias, con los que conocí a Calamaro, a Charly (Charly García) y a Los Abuelos de la Nada. Flasheé mucho con los Abuelos, fue el primer CD que me compré.
Instrumentos empece con la batería, a los 15 más o menos. Estudié un par de años en un conservatorio. Fue la primera vez que tocaba algo con más gente y veía que se genera cuando varias personas vibran juntas. Después, a los 16, estudié armonía aplicada a la guitarra con Sebastián Barbui,  hermano de la vida y tremendo guitarrista. Yo quería hacer canciones, quería una melodía. Ahí nos hicimos íntimos amigos, terminamos tocando juntos y laburando con Amelita Baltar y varias bandas de jazz y tango. Después estudié en Tecson, una escuela de grabación y post-producción de audio, y en el ENERC (La Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica).
¿Cuáles son tus principales influencias? ¿Hay algún disco que te haya cambiado la vida?
Varios discos me cambiaron la vida. El primero fue Nevermind. Recuerdo escuchar Smells Like Teen Spirit en el programa de Ruth Infarinato, Conexión MTV, re de los ‘90. Esos acordes del principio junto con la bateria de Grohl que entra me explotaron la cabeza. No sabía lo que era, pero lo quería.
También la primera vez que fui a Cemento, con mi tío político, que es además un hermano de la vida. Él me invita a ver a la banda de un amigo, que era Darío “Pelado” López, bajista de Fun People. Con trece años, entrar a Cemento y ver a esa banda, el mosh, el pogo y la locura que hicieron. Me voló la cabeza.
Inevitable decir Loveless, de My Bloody Valentine, o Disintegration, de The Cure. ¿Cuántos bondis habré tomado escuchando esos discos? Podes estar millones de horas y es interminable el análisis, pero son las canciones. The Head on the Door, Pornography, 17 seconds… una carrera tan prolífica tiene The Cure. Y es la cabeza de Robert Smith. Acá los vi en River Plate, pero los volví a ver en 2018 en Hyde Park, Londres, por su aniversario. Había terminado una gira en Sudamérica y fui a Europa a hacer un par de laburos, y estaba justo en Londres. Fue una emoción tremenda. Cantaron los temas más clichés… digo, tocaron Boys Don’t Cry, ya casi al final, y viste cuando decís “¿cuántas veces habré escuchado este tema?”, pero arrancó y me emocionó. Volví a tener los 13/14 años que lo escuché por primera vez y me “fuckdeapeó” la cabeza.
Hablando así de influencias y de grandes ¿Qué se sintió ese encuentro que tuviste con Charly García? ¿Y aquel encuentro con el Flaco Spinetta?
Un flash. A Charly un par de veces ya me lo había cruzado, pero justo fue para el cumpleaños de una amiga que era el día siguiente, y ese día era mi cumpleaños también. Escuchamos los demos de su disco nuevo un par de veces, fue muy lindo. Y bueno, es Charly ¿no? ¿qué decir de Charly? En un momento habían puesto un disco de GIT y Charly decía: “Este lo produje yo”, después uno de Suéter, que a mí me encanta, y salta de nuevo: “este lo produje yo también”. Y claro, la mitad del rock nacional lo produjo Charly.
Y bueno, lo del Flaco fue tremendo. Para mí el Flaco, y Gustavo (Cerati), fueron muy grosos. Calaron a un nivel en el inconsciente colectivo muy profundo. Y tener la oportunidad de estar ahí con Luis, interactuar un rato, estar laburando, y después estar mezclando eso y escucharlo también, fue muy emocionante. Yo era chico, además, tenía como 23. Fue una de las primeras veces que sentí que estaba haciendo algo que siempre quise hacer. Y eso es lo lindo. Después no sé dónde quedará o que es lo que pasará, pero no es lo que importa, Lo lindo es vivir esa experiencia, transitar eso. Tenía ganas de conectar con esas personas, te deja un montón de enseñanzas. Es algo que te vas a acordar siempre.
¿Hay alguna otra figura que te hubiera gustado conocer?
Siempre hay alguien que uno tiene ganas de conocer. A Gustavo no llegué a conocerlo, pero soy muy amigo de una buena parte de su familia. Lisa y Beni (Cerati) son dos personas que quiero un montonazo, dos grosos, y de alguna manera es como que uno va armando el rompecabezas de lo que fue la persona a través de la familia y los afectos. Eso es lo lindo también. Yo nunca fui de idolatrar o poner en pedestales, siempre me interesó la parte de la persona. Son todas personas, al fin y al cabo, que se van a dormir igual que vos y yo.
Me acuerdo de una vez que tuve un par de reuniones en Ciudad de México. En la primera noche, y mi primera vez en esa ciudad, me siento a comer en una taquería, y se acerca un pibe cantando “me verás caer, por la ciudad de la furia”. Muy loco estar en México y que lo primero que me recibe sea un tema de Soda. Del habla hispana, Gustavo fue el más groso creo yo, el que más llegó. Le tocó una buena época, pero laburaban mucho, ensayaban todos los días. Un iluminado, pero consciente o inconscientemente se dio cuenta de eso y lo laburó. Como el Flaco, un artista tan prolífico. Ves la discografía de Soda y de Gustavo, y es impecable, y hacían lo que tenían ganas de hacer.
Vos comenzaste tu carrera trabajando para la televisión y el cine. Llegando incluso a Netflix, Google y otras empresas. ¿Cómo fue que decidiste dejar eso y volver de lleno a la música?
Fue en parte una necesidad, de haber arrancado de chico y tener que subsistir. El cine me encantó siempre, ahí laburé una bocha y cada tanto alguna que otra cosa en esa area hago, pero me acuerdo que cuando terminé Tecson me ofrecieron dos laburos: como asistente en El Pie (El Pie Recording Studios), o como operador de Pro Tools en un estudio de post-producción de doblaje y televisión. En el segundo pagaban mucho más, y yo no tenía un mango. Porque en esa época laburaba y estudiaba, y los fines de semana tocaba. No tenía vida. Apenas terminé el ENERC dejé ese laburo y empecé a laburar por mi cuenta.
Y después en Los Ángeles laburé haciendo foleys (efectos de sonido para el cine). E igual, tenía que hacerlo. Nunca tuve la solvencia económica como para estar tranqui y esa es una ciudad cara. Me fui a vivir a lo de un amigo que abajo tenía el estudio. Me metí super rápido, pegamos buena onda. Soy bastante laburador, muy organizado y le meto para adelante. Lo valoraron y me dieron una gran oportunidad. De hecho, los gringos de la industria son especiales para laburar, muy sectarios. A la gente que llega de afuera no le dan mucho espacio, sobre todo a hispanohablantes. Y llegó a un nivel que cada vez que voy para allá me preguntan si tengo tiempo para laburar.
Igual, cuando voy hago otras cosas. Está bueno porque se paga bien, pero que se yo, estoy en otra. Se empezaron a dar tantas giras, tantos shows, tantos discos que con eso puedo vivir bien. No estoy tirando millones de dólares como Ricky Fort pero no me quejo, me va bien, estoy cómodo.
Y en cierta medida lo disfrutás más…
Total. Además, hace un par de años puedo elegir con que artistas laburar y con cuales no, y eso me parece clave. Estoy en un momento de mi vida en el que todo lo que haga quiero que me sume a nivel espiritual, que me deje algo, que me enriquezca como ser humano. Más allá de la plata, porque al fin y al cabo la guita no sirve para nada. Para comprar dos boludeces, pagar el alquiler y la comida.
Y más equipos…
Claro, que siempre se necesitan y nunca son suficientes. Pero a lo que voy es que está bueno lo que te deja algo. Me han llegado varios mensajes o proposiciones para laburar con ciertos artistas o de otros géneros que quizá no me ceban ni me entusiasman tanto, al menos ahora. Y es como “mirá, yo personalmente no hago mucho esto, así que si querés te recomiendo a alguien que lo va a hacer muy bien”. Y prefiero eso: los artistas que tienen una búsqueda, las cosas de verdad, que me dejen algo a nivel espiritual.
El signature está siempre. Si uno está, ya está dejando una marca, y eso significa algo. Con el tiempo aprendés a verla. Quizá al principio no la ves, pero esta misma entrevista que estamos haciendo tiene tu marca porque vos la estás haciendo. Uno deja impresa una parte de uno, porque es inevitable.
Significa exponerse, pero es de lo más sincero que puede haber…
Totalmente, y al fin y al cabo es expresarse. Todo es expresión, venimos acá a expresarnos de alguna manera. Para poder encontrar y encontrarnos a nosotros mismos. Ya estar acá es una expresión, un dictamen de algo. Por eso estamos acá, y para entender un montón de cosas.
Yo lo que busco personalmente, como productor, ingeniero y músico es transformar una energía en otra. Un transductor, que es esto, un micrófono, que convierte vibraciones en electricidad, que se codifica en ceros y unos para que quede en el disco rígido. Estás haciendo lo mismo, transduciendo la vibración de alguien. En esa transducción ya queda impregnada una marca. Hasta este mismo micrófono tiene una respuesta en frecuencia que es única. La pregnancia de uno está siempre, a veces la podés encontrar más o menos. Lo importante es siempre ver que es lo que necesita la banda y siempre adaptarse… es una simbiosis, uno debe adaptarse a la banda, y la banda debe entender la estructura que le das para trabajar.
Por algo te eligieron…
Claro. A veces la banda no tiene una estructura y la necesita. Quizá nunca la tuvo, o la que tiene no le termina de cerrar. Entonces la idea es siempre armar una unión. Por ejemplo, siempre es un tema complejo el cómo cobrar siendo ingeniero de sonido, de cuantas correcciones te pueden pedir, a veces son millones y a veces la versión número uno es perfecta. Pero yo en el presupuesto que paso de lo que sale la mezcla por canción están incluidas las correcciones. Porque mi idea no es decirte “vamos hasta acá y es esto”, quiero que vos, como artista, te vayas contento, y hasta no conseguir eso no paramos. Que lleve el tiempo que tiene que llevar, en tanto y cuanto sea racional, no un delirio místico, que a nadie le sirve.
Hay un disco que estamos hace dos años haciendo. Y ya sé que es increíble, y las canciones una bomba. Los Truenos (Atrás Hay Truenos) son grandes artistas. Diego, el bajista, es un músico tremendo, Robbie, el cantante, es poeta e interprete excelente. Y bueno, la búsqueda de ellos va por el lado que estamos transitando.
Pero eso es lo importante, la simbiosis. A nivel de que en los ensayos de los Truenos me cuelgo yo la viola. Hay arreglos y armonías que armé yo para que Robbie pueda estar más cómodo cantando. Es como que nunca hay una forma, esta es la primera vez que me pasó eso.
¿Creés que el rol del productor ha cambiado? Vos estás en casi todas las etapas de producción de un disco
Yo creo que el rol del productor nunca cambió y cambia siempre. Nunca cambió porque en realidad es tan distinto, tan único y personal, que no hay ninguna línea. Yo no estudié producción musical. El primer disco que produje no sabía que lo estaba produciendo. Me llegó el CD y decía “producido por: Estanislao López”, y dije “¿esto era producir?”. Siempre me pregunto, ¿Qué carajo enseñarán en una carrera de producción musical? Obviamente en Berkley tienen un sistema buenísimo. Por algo es la mejor universidad de música del mundo. Pero a lo que voy es la parte psicológica. Cuando me preguntan “quiero ser productor ¿Qué tengo que estudiar?”, y andá a estudiar psicología, porque lo que hay que saber es como encaminar un grupo humano para sacarle el mayor provecho y poder llegar a un producto terminado.
A nivel humano es muy complejo producir un disco. Es como desnudarse, lo más profundo que tengas. Obviamente, la música va por ese lado, por expresarlo. Pero es eso, el rol del productor es tan único como cada persona que hay. Hay algunos que se quedaron más atrás, otros que están más metidos. Hay un documental muy bueno que se llama Shangri-La (2019), y es sobre el productor Rick Rubin. Él hizo algunos de los mejores discos de la historia de la música y encima hace meditación trascendental, muy espiritual. Labura mucho desde ahí, y su forma de producir es única: anda descalzo para sentir la conexión con la tierra, vive en un rancho en Malibú y cuando va a producir se sienta al lado de la ventana mirando al mar, mientras escucha y charla con el artista. Pero ni siquiera se sienta a la mesa, eso lo hacen sus ingenieros y asistentes. Él está del lado de cranear y de conectar con la persona para que se genere esa vibración. Bajar esa información que viene de más arriba para que funcione.
Y después tenés otros productores que son muy duros con los músicos…
Por ejemplo, Martin Hannett, de Joy Division. El tipo mezclaba con el fierro ahí para que no lo molestaran. En un documental sobre la banda mostraban a los músicos diciendo “che, pedile que baje la guitarra esa, está muy fuerte”, “no, no. Yo ya la pedí que baje el bajo, andá pedile vos”. Y claro, si tenía un fierro ¡el tipo estaba re loco! Pero bueno, produjo Unknown Pleasures y Closer, un par de disquitos. No hay recetas de nada.
¿Y sentís que hoy se le presta más atención o tienen más oportunidades los productores?
Creo que hay más visibilidad porque la conectividad que tenemos es más grande. Ahora se visibilizó ese lugar, principalmente por eso. Lo podés seguir en Instagram y ves lo que sube, entonces empezas a investigarlo. Tenés un historial, la vida del chabón quizá. Cualquiera que ve mi Instagram scrollea para abajo y tiene bocha de data desde hace cuatro años. Es un “uh mira que loco este pibe/esta piba que produce. Uh mirá laburó acá, allá”. Está bueno.
¿Pero no sentís como que los artistas remarcan también la importancia de los productores? Hoy tenés temas en los que aparecen como colaboradores.
Pasa que cambió la industria también. Cambia todo el tiempo. Hoy el productor a veces ni siquiera sabe qué hace. Yo me pregunto “¿Qué carajo hace un productor?”. En muchas ocasiones termino haciendo de todo: tocando, como ingeniero, como productor, como beatmaker. Es complejo saber puntualmente que es lo que hace, ponerle una etiqueta.
Es un trabajo muy multifacético.
Es muy multifacético, o tan multifacético como vos quieras. Te metés hasta donde querés, hasta donde podés o hasta donde te lo piden. A veces te lo pueden pedir, pero no lo podés dar.
Siempre fui muy lanzado en ese sentido. Para la primera gira que me llamaron para ir a Estados Unidos me dijeron “che necesitamos un operador -como yo, hasta ahí vamos bien- y un tour manager”. No tenía la más mínima idea que era eso. Y dije “vamos”. Una gira por Estados Unidos, quince fechas, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Miami… ya ni me acuerdo, un montón de ciudades de Estados Unidos. ¿Te voy a decir que no?
Medio como un autodidacta lanzado…
100%. Viendo y aprendiendo de la gente de afuera. De las bandas con las que girábamos. Muchos me han llamado para ir a laburar con ellos allá, e ir a hacer giras. Al menos les gustó. Pero más allá deese laburo de guerrilla del sonido en vivo que es super complejo, pero que lo sé hacer, es el mantener también el grupo humano. Una gira es muy desgastante, muy cansadora. Hay gente que se estresa mucho – yo me estreso- pero también hay gente que se estresa y se pone mala onda. O es medio padre prohibitivo. No, yo soy más “hace lo quieras, vos mañana tenés que estar acá a tal hora para hacer tal o cual cosa, sino el que se jode sos vos. Perdés guita, no te traemos más”. Responsabilidad mutua y las cosas claras. Bueno, también tuve suerte de trabajar con gente copada. Me he cruzado con algunos flipados, siempre los hay, pero son memorias divertidas.
¿Trabajarías en algo “más pop”?
Depende de si me gusta el proyecto, si el artista tiene algo para contar. Ahora estoy trabajando en un par de discos con sellos más grandes y obviamente está buenísimo. Hay más presupuesto, es más fácil, pero me tiene que interesar al nivel humano. Si el proyecto está bueno y está bueno lo que hace, re contra. Pero antes de pasar un presupuesto o número para algo siempre pido que me pasen un demo para escuchar que vienen haciendo, tomo un café o una birra con el artista y veo que pasa. Sino es una tortura. Ya me ha pasado, “¿para qué me metí en ésta? ¿Por cuánto? ¿Qué te vas a comprar una casa con esa guita?”.
Sobre los singles que lanzaste, Despertar y Hanza / Niza. ¿Cómo surgió la posibilidad de hacerlos? ¿Cómo varía producir para vos mismo en vez de para otros?
Es dificilísimo, un quilombo. Al menos para mí. Hay otros productores que quizá les es mucho más fácil. La verdad es que son temas nuevos y viejos. Niza lo hice cuando tenía 14 años, muy chico, y la letra cuando tenía 18 años, en el sur con unos amigos, mirando las montañas, plena observación.
Pero más allá de eso, para mi es super difícil producir para mí. Igual, tengo ganas de sacar un disco mío. Personalmente creo que me merezco tener uno.
Es un hito en la carrera de uno tener un disco.
Es lindo, y a mí me gusta “experienciar”, vivir eso. El tema de sacar un disco, “cranearlo” y ser vos. Eso es tremendo. Y me gusta experimentar eso para después poder transmitirle algo al artista con el que esté laburando que le sirva. La mejor forma de aprender algo es vivirlo.
¿Por qué es tan difícil trabajar para vos mismo?
Estás vos solo. Tener el feedback y el ida y vueltate ponen en perspectiva. Ponele, yo cuando mezclo nunca mezclo y lo mando al toque, sino que lo hago y al día siguiente lo vuelvo a escuchar muchas veces, hago una mínima modificación y lo mando ¿por qué? Porque es ganar perspectiva, limpiar la oreja y la cabeza de lo que vengo pensando para después escucharlo como lo haría otra persona, un poco más alejado, y de ahí volver a entenderlo. Esa perspectiva en uno es más difícil, sos vos con vos y vos. Y nada más. Entonces a mí, personalmente, me resulta más complejo.
Ahora si, hablando de la movida. Está este movimiento de bandas, del que vos sos parte, que tienen un sonido que se asemeja mucho al rock alternativo de los 90’. Y a la gente le está gustando ¿Vos lo ves como una continuación de la “móvida sónica” argentina? ¿o es otra cosa?
Yo creo que tiene mucho de eso, y los chicos agarran mucho de esa movida, pero no sé si es una continuación. Hubo un bache grande en el medio. Creo que la rueda ahora empieza a girar a nuestro favor un poco más tambien. Lo digo de haber estado laburando todo este tiempo en el que era un poco más complejo, hoy en día yo creo que hay una escena que está como a punto de ebullición, empezando a calentar los motores para algo que está muy bueno. Y bueno, mi idea es tratar de alimentar eso lo más que pueda. Porque creo que realmente vale la pena, hay pibes y pibas tremendamente talentosos. No sé si sería una continuación, sino más bien una nueva era. Rompen más esquemas todavía.
¿Por qué creés que estuvo ese bache ahí?
Es difícil. Yo creo que los primeros discos que hice se podrían considerar una continuación. De hecho, esos primeros discos nacieron un poco con el revival del shoegaze que hubo ya hace unos años. Asalto al Parque Zoológico, La Suma de Todos los Tiempos, Niños del Parque, los primeros discos de Riel, que es una banda que tiene diez años ya. Esos discos fueron el revival latinoamericano del shoegaze. Son bandas que hoy ya no están tocando o están en pausa, y es muy loco porque me escribe gente joven, pibes de 20 años. Por Hexadecimal, de Asalto, que ya salió hace unos ocho años,o por Un Punto Azul Pálido de Niños del Parque, ni hablar por Riel que sigue activa. Eso es lo que me asombra.
Lo de hoy se puede ver como la nueva ola. Lo están dando vuelta. Cada banda tiene mucha personalidad, eso me gusta. Vos escuchás Mujer Cebra, a Buenos Vampiros o al Club Audiovisual y aunque estén en la misma movida no tienen nada que ver.
Siento que hay muchas bandas muy buenas, me pone muy contento. Es lindo ver que la música llega. Y hay contextos en los que es difícil.
Más hoy, que estamos hiper-conectados pero nadie te escucha
Es difícil, pero hay una movida y lo mejor es ir y apoyarla y vivirla. Porque eso es lo lindo. Yo viví varias movidas así y la experiencia es increíble. Ver en Cemento a Los Violadores, Fun People, Loquero, Flema, El Otro Yo, que me gustaba un montón. Abrecaminos fue un disco que nos marcó a toda una generación post-Cromañón. soy hijo de esa época, no podíamos tocar, no había shows ni recitales.
Esa fue una época increíble. Ir a la Bond Street los sábados a comprar discos y eso. Me acuerdo de Suárez, que los discos no los conseguía en ningún lado, hasta que un día encontré el paquete de la discografía completa. Los sigo teniendo, son tesoros. Hace poco me mudé y me di cuenta de que tengo como siete cajas de discos. Es algo de lo que todavía no me quiero desprender. Era muy lindo eso de buscar el disco, tenerlo y escucharlo. Y yo era capo de la mafia de copiar CDs. Mi tío tenía una copiadora de lentísima, que capaz te arruinaba los CDs, pero él me hacía la copia, y buscaba y hacía las tapas. No tenía la plata para comprar todos originales, pero necesitaba escucharlos. Es un objeto muy loco hoy en día. El vinyl es muy hermoso, pero tiene sus limitaciones, la practicidad del CD es otra. Yo tenía mí discman Sony amarillo, era mi herramienta de vivir. Gracias a eso sobreviví la adolescencia, escuchando música todo el tiempo, el escape típico.
Hablaste de Suárez, que fueron de las primeras bandas independientes de la escena. ¿Qué tan importante es el condimento independiente que tiene la escena?
La autogestión es clave porque si no te vas a morir esperando a que un sello un poco más grande te de pelota. Ahí el DIY (hazlo tú mismo)es todo. Soy estandarte de eso, pero también sé que a veces hay cosas que se hacen muy complejas. Recuerdo al Nekro (Carlos Damián Rodríguez) organizando giras en Japón u arreglando para grabar The Art of Romance con Steve Albini en Boston, en el ’98, a través de fax, llamados telefónicos y cartas. Un genio del do it yourself, e icono de la movida hardcore y punk de Buenos Aires. Es muy importante el DIY, sobre todo para lo que hacemos nosotros.
¿Cómo fue que llegaste a Casa del Puente?
En realidad, ellos empezaron a editar discos que yo había producido. Ahí me hice muy amigo de “Crijo” (Cristian Jofré), el label manager anterior, que también era operador de Altocamet. Él se fue a vivir a España, así que lo reemplacé como operador, y en la gira por Estados Unidos con Altocamet me hice muy amigo de Pedro (Moscuzza), el director artístico del sello. Empezamos a laburar juntos, y a los pocos meses lo oficializamos, por llamarlo de alguna manera. Y por Pedro la conocí a Ceci (Amenábar), y ahí a Beni y Lisa (Cerati), y se empezó a armar un grupo que está buenísimo y hoy son muy amigos míos.
¿Qué se siente estar trabajando ahí, donde han pasado grandes exponentes de nuestra cultura que suenan mucho acá y afuera?
Está buenísimo. Es lindo cuando vamos de gira, encontramos muchos fans del label afuera. México, sobre todo. Hay mucho cariño. Siempre tratamos de que crezca lo más posible y llegue hasta donde se pueda, lo que no es fácil para un sello independiente. Pero el año que viene cumplimos 20 años ya. Yo estoy hace cinco, un poco más.
¿Cómo impacta ese 20 ahí? ¿Hay algo pensado?
Estamos viendo de armar un festival, como showcase del sello y sus bandas. Uno ahora a principios del 2022 y otro más cerca de la fecha original, más o menos julio/agosto. Pero eso, armar pseudo-festivales, con varias bandas del sello, donde estemos todos. Una celebración. Estamos viendo también de armar un compilado de los 20 años con temas nuevos, la idea sería editarlo en vinilo. Hay muchas ideas, algunas ya las estamos poniendo en práctica y otras las tengo en la cabeza y las tengo que bajar. Me gustaría un mini-documental o algo también. Pero tengo que encontrar la gente que tenga ganas de hacerlo también. Algunas entrevistas. Ellos tienen mucha historia, el sello mutó tanto también, mutó toda la escena. 20 años es un montón y pasaron muchas cosas en el medio.
Sentís que estás continuando con un legado importante entonces ¿no?
Si, sí. Es seguir construyendo el legado. No sé si llamo legado, pero se va construyendo.
Y que te dice que al seguir no armas tu legado ahí…
Estaría bueno que quede una marca por dejar algo, al fin y al cabo, es eso. Dejar discos es lo más noble que hay. Son fotos, impresiones de momentos. Segundos, minutos de gente. Artistas, gente que quiere decir algo. Y la foto es algo que no existe, pero lo hacés real. Imprime de alguna manera en algún formato, y es una creación nuestra, del ser humano. Quizá viene gente después que ni siquiera lo entiende.
La música es frecuencia, y nosotros somos un corazón que late. Entonces ya tenés un beat. Está entre 80 y 110 laburando todo el día. No late más y nos vemos la próxima. Si ya estás vibrando compartilo.
Como label manager, ¿Cuáles serían tus responsabilidades?
Es una buena pregunta. No tengo la menor idea (*risas*). No, a ver… lanzamientos, acomodar la agenda… es una especie de todo un poco. Laburo en la producción, producimos y bookeamos fechas, laburamos estrategias de lanzamientos. Un poco de A&R (Artist and representation) también hago, de fichar nuevas bandas.
Somos tres. Pedro Moscuzza, el director artístico. cuya bajada artística está buenísima y estamos siempre en el mismo camino, y Nicolás Agüero, que es A&R y maneja lo digital, la producción ejecutiva y otro montón de cosas. Pero todos hacemos de todo, quizá yo estoy más en el día a día, en el campo, pero siempre estamos conectados.
¿Hubo algún cambio que implementaste o propusiste desde tu rol como label manager?
Un montón de cosas, y hay otro montón de cosas más para aplicar. Sobre todo a nivel organizativo. Uno sería juntarnos con los Friki Discos. Eran dos fans del selloque compraban discos, y un día el dueño me comenta que quiere armar una tienda digital y empezar a vender y traer discos de afuera, y nos empiezan a comprar. Nosotros justo necesitábamos una mano con la tienda online, y ahí surgió la idea que sean la tienda oficial, y vienen a los shows, ponen la tienda y prestan un servicio de diez porque aman lo que hacen. Otra cosa fue el laburo con las chicas de prensa. Es algo muy estructural a nivel nuestro de cómo encarar y armar estrategias para los lanzamientos. Y los diferentes canales que tenemos: el de comunicación con la prensa, el de venta de discos, el distribuidor digital, los laburos de las fechas, etc.
¿Qué tan importantes son los artistas marplatenses para la identidad del sello?
El sello es marplatense, yo sería la filial de CABA. Son muy importantes porque el sello nació allá. Hay una escena muy linda en Mar del Plata, hay artistas muy copados y tienen muchas menos formas de hacerse ver que acá. Entonces la idea es siempre apoyar y crear un nexo entre MDQ y CABA, lo que nos permite crear como un mini-circuito que nos asegura que las bandas van a llegar y conectan constantemente.
¿Qué criterios se siguen al momento de seleccionar una banda y ficharla al sello?
Nos tiene que gustar, nos tiene que flashear. Buenas canciones, buena banda. Obviamente tiene que haber una mínima estructura de tener ganas de laburar, de entender más o menos como es la cosa. Y más allá de aquellas cosas, que pueden aprender, la idea es que sean proactivos, que haya ganas de laburar y empujar. Nosotros no somos una major, podemos ayudar con ciertas cosas y brindar algunas herramientas, pero tampoco despilfarrar. Es un sello bastante colaborativo. Me gusta pasarles la data a las bandas y que ellos generen sus formas. Pato, el baterista de Mujer Cebra, por ejemplo, está produciendo fechas en las que tocan ellos, y está buenísimo que se pueda encargar él y que la fecha funcione bien. Yo no puedo tampoco con todo. El día de mañana alguno de ellos terminará sumándose al sello y laburando con nosotros.
Vos produjiste, mezclaste y grabaste el último disco de Pyramides ¿Qué pueden esperar los que lo escuchen?
Es un disco con un concepto que laburamos un tiempo largo con Facu (Facundo Romeo). Es una especie de viaje, un disco que mutó muchas veces. Lo arrancamos pre-pandemia. Realizamos dos singles en 2019 que salían en 2020 a más tardar y terminaron saliendo a fines de 2021. Entonces mutó un montón, porqué además mutó tres veces la banda en el medio. Hay temas muy viejos de Facu, hay temas nuevos. Usando pedazos de maquetas reciclamos un montón de material que estaba buenísimo.
Tenía que salir de alguna manera
Claro. Y Facu arma cosas en su computadora, muy buenas maquetas., y quisimos potenciar eso. No hizo falta cambiarlo al 100%, partimos de ahí y después lo tuneamosun poco. Es un disco que es difícil conceptualizarlo o definirlo en “que pueden esperar” porque es un disco muy distinto a todo, me parece. Se van un poco del género, del post-punk, en el cual la gente los ve como estandartes. Tiene cosas de eso, pero también de dream pop, de new wave, cosas de los ‘90, una especie de nuevo grunge con las guitarras también.
Es lo que yo escucho cuando escucho a bandas como Mujer Cebra
Totalmente, es una especie de new grunge. Me gusta llamarlo así, porque no se quedaron en Alice in Chains o Soundgarden, y está buenísimo, me encanta.
Había que traerlo más acá
Eso ya pasó hace 30 años. Había que rejuvenecerlo de alguna manera. Es algo muy natural lo que les sale, así que hay de todo en el disco. Es un disco de canciones, que es lo que me gusta hacer a mí. Me gusta hacer de todo, pero principalmente las canciones son las que quedan. Los buenos estribillos, las buenas melodías. Y tiene mucho de eso.
No sé quién había dicho que hacer una buena canción nunca pasa de moda
Lo que funciona es la canción. Sumo, por ejemplo, que es una banda que podés comparar con Pyramides por el estilo, por la onda, etc. Lo que hacía Luca (Luca Prodán) eran canciones. Canciones increíbles, que conectaban con la gente de una manera loca. Y hay discos de Sumo que están grabados de una manera muy distinta, por llamarlo de alguna manera. Eran los recursos que tenían en el momento, más gauchesco porque esto estaba lejos de ser Inglaterra para hacer un disco como Tones on Tail o Wire. Una vuelta me contaba una anécdota uno de los miembros de Virus de cuando fueron a estudios ION a grabar un disco, y pidieron algo así como un delay en la voz, y les dijeron “¡¿Qué?!”. Ahí se grababa folclore y tango, no grababan otra cosa. Eran los recursos de la época, y la cabeza y el conocimiento. Era otro momento también de la información, muy lejos de la hiperconectividad desfasada y deshumanizada que es hoy.
Finalmente ¿se vienen cositas? ¿Hay algo que nos puedas adelantar?
Se viene el disco de los Buenos Vampiros, del cual ya salieron tres singles, que está buenísimo, los chicos hicieron canciones increíbles.
Por otro lado, hay un tema que lo tengo casi terminado. De hecho, ya está casi mezclado, medio que cuando voy produciendo le voy metiendo mano. Lo canto yo, que tenía ganas de hacerlo, y es una reversión de Drexler, que la hice medio dream pop. Drexler me fascina, es uno de los cantautores más grosos que hay. Es un tema muy lindo que siempre había tenido ganas de hacer y lo armé medio con mi estilo. Todo en la cuarentena, era un buen momento. Me falta hacerle un solo de minimoog que no llegué por estar a mil. La idea sería terminar un par de canciones que tengo ahí, para sacar este tema como single y después sacar un disco propio. Hacer tres canciones más y tendría un disco de ocho temas.
Podés escuchar los sonidos de Estanislao López acá:
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noisesweetnoise · 2 years ago
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Plenamente: “que sea rock”
Si bien siempre oscilan entre lo denominado shoegazing, los sonidos de Plenamente, banda/proyecto oriundo de Barracas, Capital Federal, fluyen libremente por los intereses del creador y mente maestra, Juan Olima. Desde el onirismo apagado del EP debut, Elemental, hasta el digitalismo aplastante de los últimos sencillos de la banda, y pasando por el explosivo y hardcore Ultrasuave, siempre se ha tomado las licencias para lograr la mitosis perfecta entre sonido y concepto.
Minutos antes de una espléndida performance en el Batacazo Cultural en la que lo acompañaron Jano (@jano.cc) y Matías (@mr4everaguitarist), pudimos dialogar con Oli (@by_oli_) sobre los comienzos, la trayectoria y lo que el futuro depara para esta querida banda.
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Plenamente en el Espacio Cultural Moscú, porque me olvidé de sacarles una foto en el Batacazo (foto: Nicanor Maldonado)
¿Cómo arranca el proyecto llamado Plenamente?
Después de 2018 más o menos, yo me había separado de una banda a la que le metí mucho tiempo desde 2015 (Niño Mercurio), y quería seguir haciendo música, explorarla por ahí. Tenía unos temas, busqué músicos que quisieran tocar y le mandamos.
¿Cuál fue el proceso de grabación del primer EP, Elemental?
No tiene mucha mística. Lo grabamos en Baumann Studios, un estudio re piola en Florida. Nuestro batero de ese momento, Jaluf (@jaluf101), justo estaba con una banda llamada Los Suplentes, así que grabó dos discos en una misma jornada de cuatro horas. Y bueno, grabamos todo ahí y después seguimos con Eduardo Argandoña (@loboidiotalobo), un amigo de Chile. Grabamos el resto de las cosas ahí, en su casa.
¿Qué podés contar esa gira de dos semanas por Neuquén y Bariloche?
Uff… hace un montón eso. 10 puntos. No tengo nada más para decir. Es más, eso me cambió la vida porque viajar y tocar los temas tuyos y conocer otros lugares… estuvo re piola. Aparte lo conocí a Juani (Niniö Ayer), que hasta ese momento vivíamos chateando, y hoy es un gran amigo y hemos colaborado muchas veces. Conocí un montón de lugares piola, muy buena gente.
¿Afectó la pandemia al grupo? Parecía que venían en una trayectoria, construyendo algo…
Yo creo que no, pero en un sentido sí… acá está Mati conmigo. Con él hicimos una sesión en el verano de 2020, que ensayamos en Sala Independencia. En ese momento con Jaluf en la batería y Male (@malenquis) en el bajo. La grabamos, y teníamos pensado ir a Uruguay, Rosario… pero vino la pandemia y murió todo. ¿Qué pasó? Para mí fue como hacer un reset ¿viste? De cero todo y hacer las cosas mejor: ver realmente que querías hacer y hacerlo. Porque yo creo que antes uno hacía por hacer algo, pero con todo esto del post-COVID es como empezar a hacer lo que te gusta, apreciar más el momento, el ahora.
Yo creo que afectó y no afectó. Estamos tocando ahora, con otra formación, pero la estoy pasando igual de bien de lo que la pasaba en ese momento. Siempre la paso bien. Si afectó, más que todo fue para bien de alguna manera.
Creo que a todos nos afectó, no solo a mí.  Todos de alguna manera hicimos lo que pudimos, pero estamos todos haciendo lo que nos gusta, supongo… espero… al menos yo sí.
Ultrasuave nació en la pandemia ¿verdad? ¿Cómo fue ese proceso de idear, realizar y sacar un disco en un contexto en el que no sabían cuando lo iban a poder tocar?
Pintó hacer unos temas que tenía guardados. Como siempre, tengo ahí un cúmulo de canciones con las que no sé qué hacer, y dije “bueno, me voy a animar a un disco largo, algo medio conceptual”. En el medio se me murió un amigo de la secundaria que sin él no estaría acá. Él me metió en la escena under en el 2011 con bandas de la movida. Nunca se me había muerto un amigo muy cercano, fue un antes y un después, y no pude evitar que me afectara. Porque me recontra afectó, y creo que en alguna medida todas las letras de ese disco son hablando sobre él. Soy yo grabando en mi casa, molestando a mis viejos hasta tarde. Después la batería es toda programada por Jorge, yo le daba indicaciones, no hay mucho realmente, fue todo muy casero.
Para presentarlo creo que agarré el lugar que estaba disponible y tocamos. Estábamos listos. En ese momento estaban conmigo Jorge (@19abr90), Mati y Marqui (@entidadanimada), todos de diferentes bandas, preparamos los temas y nada, salimos a tocarlo.
En retrospectiva se ve que hay muchos cambios en la alineación de Plenamente ¿Cómo funciona eso?
La formación cambió muchas veces porque era ver quién iba pudiendo en el momento en el que estábamos transitando. Capaz un batero no podía, trataba de ver qué onda, y si no le avisábamos a otra persona. Pero siempre en buenos términos ¿viste? El que quiere tocar toca. Y va pintando, como que voy dejando que todo fluya. Si en el momento quiero tocar busco ahí a la gente, y le mandamos. Busco gente que saque rápido los temas, como para ensamblar. Y siempre buena onda, a todos con los que toqué los quiero un montón, los admiro y por suerte se portaron bien.
¿Y como llegaron a la alineación actual? ¿Cómo funciona la química?
Mati entró a Plenamente hace un año y medio. En la pandemia 2021 más o menos. Él está en Anillos de Ceniza, una banda de zona sur full alternativa. Después está Jano, un batero excelente que toca conmigo en Superpusssy y tocaba en otras bandas. Y la verdad la mejor. Practicamos los temas, ensayamos y cuando se puede tocar, tocamos. Tratamos de enganchar fechas piolas, de bandas amigas que conozco, y la verdad todo bien. Somos amigos queriendo hacer música, en este caso lo que yo compongo y ellos cuando lo tocan le meten su brillo, y le mandamos.
¿Qué priorizan al para el vivo? ¿Cómo les gusta sonar en los recitales?
Que suene polenta, que suene fuerte. Replicar un poco el sonido del disco, pero como surja, con los equipos e instrumentos que haya. Mandarle un poco el cuerpo nosotros también. Hay temas nuevos que son con drum machine que le metemos un flow con nuestro batero. La pretensión es vibrar, sentir la música y tocar polenta.
Se dice que los shows de Plenamente son “la misa” …
No sé… que la gente flashee lo que quiera flashear. Si la pasa bien con estos temas, joya. Son re-depre, un tiro, pero si les llega, y les genera algo positivo la música, piola. Que le llamen como le quieran llamar, pero que sea rock.
¿Cómo fue el proceso del nuevo sencillo, Soñé que te ibas?
Es un tema que hicimos con Jano para su proyecto de shoegaze, Diciembre de 2001, que básicamente es él tocando la bata y yo hago las violas, al estilo japonés. Yo lo ayudé a hacer eso, y tiré un par de riffs que me gustaron mucho, y me copó la idea de que haya como el feat, tanto Plena como Diciembre compartir el tema. Para mi funciona.
Con los últimos temas, como el último sencillo, Salud Mental o Todo lo que puedas alcanzar se nota un cambio estilístico en la banda…
Particularmente el último tema no es tanto un cambio de sonido, sino el hecho de la colaboración que le da un toque distinto al tema.
Pero lo que pasa es que estuve escuchando más Astrobrite últimamente, un proyecto noise pop de Scott Cortez. En Ultrasuave se notará que andaba con Swirlies y todo eso… es como que me voy cebando con lo que estoy escuchando en el momento. Antes de lanzar Ultrasuave hice una playlist de temas que estaba escuchando… Deftones, Shakira, etc. Ahora me estoy enganchando mucho con ese sonido, la pared de violas. No necesariamente usar amplificadores, porque realmente no los usamos, es todo digital y a veces sin simulación de amplificadores. Pinta esa, me pintó más el noise pop.
¿Se vienen cositas?
Vamos a estar tocando en La Plata el cinco de junio, en las Salas Aure, junto con ORTIVA y HARVASSiAN, y ahí a los pocos días sale el disco. El día de mi cumple, el 11 de junio. Vamos a ver que hacemos…
Podés escuchar los sonidos de Plenamente acá:
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