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새로운 장 🇰🇷 and we'll go If you're ready, like I'm ready
La noche había estado llena de emociones. Su plan había funcionado, por suerte y ahora se encontraba mucho más tranquilo. La sonrisa en su rostro no desaparecía en lo absoluto y sin duda, le fue complicado manejar a su siguiente destino. Elio tenía una última sorpresa. El refugio animal no quedaba muy lejos y había aprendido bien el camino por los últimos días que lo estuvo visitando. Días atrás adoptó un pequeño shiba, sabiendo que a su novia le encantaba aquel pequeño y recordaba muy bien que hace meses le comentó que quería uno. Por alguna razón, creyó que podía ser buen momento para que uno se integrara a su nuevo hogar. No mencionó nada al respecto en el camino, quería que ella le viera por sí misma y quién sabe, tal vez y terminaran llevando más animalitos a casa ya que estuvieran ahí. Al ingresar al local, saludó con confianza a los encargados, quienes ya estaban acostumbrados de verle por ahí, pues desde que adoptó, diario iba a pasar un poco de tiempo con el cachorro, e incluso, aquel día le había visitado horas atrás, para comentar sobre aquella visita especial que haría por la noche. La chica que les atendía, les dejó por unos minutos solos en el local, mientras ella iba a traer al perrito. Tan pronto salió, Elio se puso de rodillas para recibirle de brazos abiertos, acariciándole la espalda tan pronto lo tuvo en sus brazos. — Hola, pequeño. Hoy traje alguien especial para que conozcas, ella es mi novia, mi prometida y quien te va a cuidar y proteger tanto como yo. Tienes que ayudarme a cuidarla, queremos que esté con nosotros por siempre, ¿cierto? — mencionó todo aquello al cachorro con toda intención de que Sen le escuchara. Le invitó a colocarse a su altura también para que pudiese saludarlo por primera vez. En el collar del pequeño shiba colgaba el verdadero anillo, amarrado en un pequeño hilo de la parte donde debían ganchar la correa cuando quisieran ir a pasear. Podía ser bobo y haber hecho la propuesta con un anillo de papel, pero no lo iba a dejar de aquella forma, esa nunca fue su intención. Sólo esperaba que Sen pudiese notarlo.
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우리는 할 바보 같은 뭔가를 찾고 있습니다 🇰🇷 'cause it's a beautiful night
En menos de una hora, ambos estabn listos para tener una cita "sin plan" a Hongdae. Aquella noche de Viernes, Elio había sacado aquella idea de la manga y tras un poco de conversación, consiguió lo que quería. Se transportarían en su auto, de modo que fuera más cómodo y rápido su traslado. Antes de comenzar a conducir, el chico envió un mensaje de texto y sin más, partieron, llegando a la tan conocida y concurrida calle. Era un poco tarde y aunque sí había bastantes personas, muchas estaban por terminar su paseo y volver a casa. Ellos, por su parte, caminaron sin paradas hasta uno de los espacios donde solían presentarse pequeñas bandas a interpretar canciones propias o covers de canciones conocidas. — Tengo algo por mostrarte, espera. — Sí, entendía si Sen estaba un poco impaciente por saber lo que fuera que tuviese en mente, pero no quería decir más de lo que había dicho hasta el momento. Era una sorpresa después de todo y se esforzaría por no arruinarla. Los colocó a ambos frente a la banda presente en el pequeño escenario, sonriendo al vocalista y asintiendo ligeramente con una sonrisa, como señal a que podían comenzar a tocar. El mensaje que envió antes había sido para uno de los miembros de aquella pequeña pero buena banda que conocía desde tiempo atrás, avisándoles que iban en camino. Sabía que siempre se presentaban en Hongdae, dando conciertos a quien fuera que se quisiera detener a escucharlos y normalmente él era una de esas personas. Para ese día les había pedido un gran favor. No de un día a otro, sino de semanas para poder realizarlo. Elio dio una lista de canciones a los chicos, pidiéndoles si podían interpretarlas todas en cierto orden aquel sábado, revelándoles su plan completo al cual accedieron sin problema. — Ellos son chicos que conozco hace tiempo, amigos míos y juntos organizamos una pequeña sorpresa para ti, espero te guste. — comentó, dando un beso en la frente de su novia y pasando uno de sus brazos por el hombro ajeno, listo para escuchar lo que venía. quince canciones después Cada canción que pasaba, su corazón se aceleraba un poco más. El nerviosismo le comía vivo aún cuando estaba logrando aparentar que no era así. Al terminar la última canción, Elio volteo a verle, haciendo un pequeño gesto con su mano para que aún no dijera nada. Entregó su teléfono celular a su novia, mostrando la playlist completa de lo que acababan de escuchar y pidió que leyera lo que formaban las iniciales de la misma. Mientras ella lo hacía, sacó un pequeño anillo de papel de su bolsillo y se puso de rodillas, sosteniéndolo a la altura de sus hombros para cuando terminase de leer. Podía ser la forma más cliché de todas, pero los pequeños detalles le hacían diferente a cualquier otra, mucho más porque esta vez se trataba de ellos dos. Y se podrían preguntar, ¿por qué de papel? Simplemente porque más de una vez mencionó un anillo de papel en su relación y no quería dejarlo fuera del plan. — ¿Te casarías conmigo? — cuestionó firme con un corazón tembloroso. Estaba bastante nervioso pero emocionado a la vez.
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(parte 2) Cloud 9. 토이 스토리 4 🇦🇺 aventuras de dos drogos enamorados
Faltaba poco para llegar a su siguiente destino: Bright, una ciudad ubicada en Victoria, Australia. Esta vez, había tomado la decisión por su cuenta tras un poco de investigación en google, mientras a Sen sólo le dijo el nombre del lugar en cuanto subieron al auto, en caso de que quisiera buscar imágenes de la bella ciudad que les esperaba. Podrían disfrutar de la naturaleza, su compañía y también realizar algo que acordaron tiempo atrás, como era ver la nueva película de Toy Story. Conocer cómo dio con aquel lugar resultaría divertido, pues sólo buscando "mejores cines de Australia" y revisando unos tantos, encontró uno que llamó bastante su atención por su aspecto a una pequeña cabaña con una decoración increíble. Ahí fue donde buscó la ubicación, revisando lo que había alrededor y quedó encantado. Necesitaba mostrárselo a su novia y qué mejor que llevándola hasta ahí. Si tenía oportunidad, después le contaría el cómo lo descubrió, ya que podría hacerla reír y no había nada mejor que verla de aquella manera a causa de él. — Sin duda es más lindo en vivo que lo que vi en las fotos. — lanzó el comentario al aire, asombrado por la vista que tenía. — Debemos revisar toda la ciudad pero primero haremos una parada. Aún no le revelaba que su intención era llevarla al cine, pretendía que fuera una sorpresa, que supiera que en verdad no había olvidado su acuerdo y lo cumpliría aún estando tan lejos de casa. "Ha llegado a su destino." Escuchó la voz del aparato, deteniéndose tan pronto tuvo oportunidad en un espacio entre dos carros a orillas de la acera. El cine estaba a su izquierda y se podía ver el poster de la película que verían en la entrada. — No nos perderemos la película por nada del mundo y aprovechemos que es Lunes, temprano, seguro hay poca gente. — comentó a Sen, dedicándole una ligera sonrisa aún en el auto. Lunes, 24 de Junio de 2019
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(parte 1) 여행지로... 🇦🇺 aventuras de dos drogos enamorados
— Dos boletos, a su vuelo más próximo, por favor. — Entonces serán dos boletos a Melbourne, Australia. Su vuelo sale en 30 minutos. ¿Van a dejar algo de equipaje? Elio negó a la última pregunta y procedió a pagar los boletos. Estaba emocionado, todo estaba saliendo mejor de lo esperado. Australia siempre estuvo entre sus destinos deseados. ¿Cómo habían llegado ahí? Su conversación mientras desayunaban les hizo decidirlo y tan pronto habían terminado, empacaron sólo lo necesario y tomaron el primer taxi al aeropuerto. Siquiera podían decir que lo pensaron, actuaron por impulso y curiosos por lo que estuviese por venir. El plan fue comprar el vuelo más próximo, sin importar a dónde era y en ese lugar, hacer un viaje por carretera para poder pasar buenos momentos juntos, y por supuesto, conocer su desconocido destino. Su único equipaje era una mochila que Elio cargaba, donde llevaban identificaciones, cargadores y por supuesto, dinero, entre una que otra cosa extra. No necesitaron documentarla, pues fácilmente podía cruzar como equipaje de mano. Debían apurarse, faltaba poco tiempo para despegar y aún debían pasar todos los controles de seguridad y cruzar el aeropuerto para llegar a la puerta de embarque. Tenían que correr, no había otra opción. Sostenía una de las manos de su chica con la diestra, mientras su izquierda cargaba los boletos. Volteó hacia Sen, soltando un ligero suspiro y dedicándole una amplia sonrisa. — ¿Lista? — cuestionó, esperando su respuesta para comenzar a correr. No iban a perderse su primer viaje juntos.
SEN
Acontecimientos que parecían inherentes a su imaginación resultaron verosímiles al verse tomada de la mano de su pareja en el aeropuerto, con dos boletos de avión que los llevarían a otro continente. Supo que aquél día sería una locura al tener como preludio la idea de emprender un viaje sin organización previa, pero no se esperaba que tras un impulso lo estuvieran llevando a cabo. Lo que los había colocado en esa situación era simplemente el deseo de experimentar cosas nuevas y crear recuerdos juntos, con un equipaje menor a lo que cualquiera llevaría, sabiendo que era un viaje largo y -probablemente-, sin un regreso programado, pero con todo su corazón repleto de amor para él. Dentro del contexto lleno de adrenalina, juró que sus ojitos brillaron al escuchar la pregunta de su compañero de ideas extraordinarias. — Lista. — Sin tener tiempo para dudarlo, el escape dio inicio cuando Sen comenzó a recorrer a prisas y entre risas, el trayecto que les faltaba, influyendo en las acciones de Elio también. Recobró el aliento al pasar por el control de seguridad y ubicar su puerta de embarque, esperando hasta escuchar que el vuelo con destino a Melbourne era el siguiente fue que cayó en cuenta de que no había vuelta atrás. La mayor locura que hubiese cometido a su corta edad estaba comenzando oficialmente cuando
ELIO
Soltó un hondo suspiro al encontrarse frente al encargado de revisar sus boletos. Su sonrisa no bajaba por más nervioso que se encontrara y sólo volteaba a ver a su novia cada minuto, para confirmar que aún estuviese dispuesta a aquello junto a él y por supuesto, para mantenerse consciente de que en verdad estaban juntos a minutos de ir a un continente desconocido, y todo por una pequeña conversación que habían tenido por la mañana. Entregó los boletos al hombre, permitiéndoles entrar al revisar lo que debió, y repetirles los asientos que estarían ocupando. — Fila trece, A y B. — repetía para sí mismo una vez en el angosto pasillo del avión, dando con ellos sin mucho problema gracias a la ayuda de una sobrecargo y porque claro, iba prestando atención a su camino. Agradeció a la chica que les ayudó y le despidió con una leve reverencia. — Pasa primero, tal vez te guste el lado de la ventana. — aseguró, esperando que Sen entrase primero, mientras él colocaba su mochila en el compartimento arriba de sus asientos. Tenían suerte por conseguir buenos asientos y también porque aún cuando la columna en la que estaban era de tres asientos, sólo los de ellos estaban ocupados, por lo que tendrían un poco más de espacio y ningún problema para salir o entrar a su pequeño pasillo.
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최대한 빨리 달려라 🇱🇷 don't let them catch you
Los gritos resonaban en toda la calle, seguidos de disparos y risas de quienes los provocaban. Todos trataban de buscar un escondite pero era complicado. Quienes habían iniciado aquel caos eran un grupo de no más de quince personas que, los primeros minutos, parecía ser un número insignificante comparado con el de sus similares quienes los triplicaban sin dudad, pero conforme fueron avanzando, podía sentir que los número se iban igualando. El pueblo estaba sumido en terror y nadie se atrevía a enfrentarlos, sólo se intentaba sobrevivir escapando. Habían forzado las cerraduras de todas las casas, haciendo que ningún lugar fuera lo suficientemente seguro. Si le preguntaban qué ocurría, no podría responder, sólo sabía que de un momento a otro se encontraba huyendo junto a una chica rubia que parecía ser cercana a él. Corrían, uno a la par del otro en su pobre intento por protegerse entre ellos. En su camino comenzaba a notar la situación. Más de una casa se mostraban con todas sus puertas abiertas y personas tiradas en el suelo, rodeadas de charcos de sangre. Parecía que mataron a todo aquel que se negara a obedecerles, o mejor dicho, a todo el que quisieron. Juzgando por sus risas, parecían disfrutar del momento y aprovechar aquella comunidad que en su momento llegó a ser considerada la más segura. En la que las armas "no eran necesarias". No había más, aquello se sentía como correr o morir y no estaba dispuesto a detenerse a averiguarlo. Volteaba atrás cada cierto tiempo para saber la ventaja que llevaban contra aquel chico que les perseguía desde el inicio. Les separaba una gran distancia y debido a que esta era cada vez mayor, podía deducir comenzaba a cansarse y a dejarlos ir. Ahí, habiendo ganado suficiente tiempo, tomó a la chica por la muñeca y giró en su camino hacia la derecha en lo que era parte del jardín de una de las casas. — Rápido, sube. — Se agachó, empalmando sus manos frente a él para darle a la rubia un apoyo y que pudiese cruzar aquella barda a la comunidad vecina. Él le siguió de cerca, cayendo varios metros más de los que habían subido, en el patio trasero de una casa azul bastante pintoresca, pequeña y completamente distinta a las casas que habían dejado atrás. Con sigilo se acercaron a la puerta trasera, entrando sin problemas y encontrando a nadie en su interior, sólo un montón de figuras de diferentes tamaños de gnomos de jardín y aves, ordenadas en ambas orillas de un pasillo amplio con varios estantes. Las figuras más grandes se paraban en el suelo y conforme iban disminuyendo su tamaño, se acomodaban en los estantes más altos. Era un tanto espeluznante, más cuando tantos ojos parecía que les miraba específicamente a ellos. Elio buscó la mirada de Amê sin saber qué decir. Era sorprendente el largo del pasillo, pues por lo que vio afuera, adentro no había nada pequeño y cualquiera afirmaría que era al menos tres veces más grande que lo que imaginó. También, todo mantenía un estilo vintage y raramente acogedor, como si fuese la casa de la abuela.
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respuesta a amê
En ese momento, se maldecía a sí mismo. De no haber sido porque leyó mal el mensaje que le habían mandado, donde le citaban en aquel salón del cuarto piso, no hubiera sido testigo de lo ocurrido. Había llegado una hora antes a la reunión porque no vio bien la hora acordada y al tratar de reclamar que el salón estaba vacío, sólo recibió burlas de sus amigos, quienes terminaron diciéndole "ahora te tocará esperarnos a todos". Para ser sinceros, se lo merecía, más de una vez había llegado tarde a ese tipo de eventos e incluso los había dejado plantados. Para pasar el rato, desperdiciar su tiempo en el celular pareció la mejor opción. Al menos así fue hasta que escuchó una voz, que le resultó familiar, en los pasillos. Se levantó de su lugar para confirmar sus sospechas y así fue, una vez que abrió la puerta pudo ver a su ex novia hablando con una chica rubia que no recordaba haber visto antes. Pensó en salir a saludarlas, había pasado mucho tiempo desde la última vez que habló con ella, aunque terminó por descartar la opción debido al ambiente que las rodeaba, quedándose a ver para saber cuándo terminarían de hablar. Lo que vino después le paralizó por segundos, para después cerrar la puerta en su intento por esconderse. Mala idea, la puerta le había delatado y podía apostar que la rubia se daría cuenta. ¿Ahora cómo iba a salir de ahí? Se escondía tras la puerta una vez cerrada, agachándose un poco para que no lo vieran, como si fuera él el culpable. Había sido una reacción inmediata, temiendo que a él igual le pudiera hacer algo. ¿Abrir o no abrir? Tras varios minutos, lo hizo. No tenía idea de cómo debía mostrarse, optando por tratar de esconder su nerviosismo y actuar tan normal como pudo. — ¿Quién eres y qué quieres hablar? — Comentó arrogante, alejándose de la puerta y a su vez de ella, terminando por recargarse sobre la pared contraria, con los brazos cruzados a la altura de su pecho.
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무의미한 말 🇰🇷 guess this is it
— Esto no es lo que parece, puedo explicarlo. Las palabras salían de su boca como si fuese un reflejo y tras ellas no hubo nada más que silencio. No había explicación, todo había sido claro. Se encontraban en una sala concurrida y consumida por el alto volumen de la música, sin embargo, en esos momentos no escuchaba nada más que sus propios pensamientos y cualquier sonido que la pareja frente a él hiciera. Todos habían bebido. Claro, una cosa llevó a la otra, era una fiesta después de todo y una fiesta sin un error de aquel tipo ¿realmente era una fiesta? Haerin le miraba aterrada. Podía decir por su mirada y el llanto que de verdad se arrepentida por lo que acababa de pasar, mas no sabía cómo tomar aquello. ¿Era real su arrepentimiento o sabía fingir muy bien? ¿Había disfrutado el momento o no? ¿Valió la pena meterse con el mejor amigo de su novio? Por otro lado, Donghyuck sólo le veía a él. No decía nada, mantenía una expresión igual o muy parecida a la propia: en blanco, incrédulo y en espera de que algo los iluminara para que pudieran terminar con eso de una vez por todas. Lo sabía y lo sentía, ver a Hyuck sólo le estaba destrozando por dentro y de no ser porque realmente sabía contenerse, en ese momento estaría derrumbado y haciendo una escena. Era su mejor amigo y sabía lo mucho que le gustaba Haerin. No quería perderlo pero difícilmente le perdonaría. ¿Cómo había permitido que aquello pasara? Los tres eran incapaces de ser el primero en terminar la incomodidad de su ambiente. Uno esperaba por una explicación, la chica lloraba consciente de su actuar y el otro sólo estaba paralizado, tratando de pensar una buena excusa que le sacara de ahí. — De verdad puedo explicarlo, sólo...— Con un gesto de su mano, Jaemin detuvo las palabras de su amigo, respirando hondo y tragando un poco de saliva para aclarar su garganta antes de seguir. — Los vi, estoy seguro de lo que vi. Ahorita no quiero hablar con ninguno de los dos y Haerin, creo que es obvio que terminamos. Su mejor amigo había besado y avanzado un poco más con su novia en los pocos minutos que él fue al baño y los dejó solos. Lo había visto claro cuando regresó, Donghyuck estaba sobre ella y lo único que los detuvo fue que Haerin se dio cuenta de que Jaemin los observaba, esperando que su vista lo estuviese engañando y llevándose una gran decepción al notar que sí era lo que él veía.
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백일몽, 너 🇰🇷 daydreaming
¿Sería posible? Ir de la manos juntos mientras disfrutaban de su compañía. Complementarse tan bien que si agregaran otra cosa, no sería nada más que un extra en su camino. Renjun le sorprendió por detrás con un golpe suave en la nuca, recuperando la atención que había perdido en medio de su conversación. Se disculpó antes de que el chino comenzara a reclamarle por haberse perdido pero lo único que escuchó de su parte fue: "Deberías dejar de babear desde aquí y comenzar a hablarle." — Sueñas. Aún no es el momento. — aseguró. Le veía reír, a lo lejos y desde su lugar, conversando con sus amigos de temas con los que no estaba familiarizado. Tan centrado en ella, que siquiera se daba cuenta de la sonrisa que mantenía en su rostro y de lo obvio que sería para cualquiera que lo viera. Le conocía poco y acercarse no era una opción muy viable. Antes lo había pensado pero él mismo se detuvo. Por primera vez, no contaba con la confianza suficiente para abrirse camino mediante coqueteo y palabras lindas. Si se acercaba, quería que fuera de otra forma pero al ser territorio desconocido, no podía. Prefería quedarse al límite antes que hacer el ridículo.
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헤어지게하다 🇰🇷 sorry but i don't like you anymore
El accidente no había sido su culpa, todo se trataba de un mal entendido. Mal momento para la caída, mal momento para que el llanto comenzara, mala elección de expresión y por supuesto, mal momento para que alguien ingresara al salón de clases. Pudo haber salido intacto de aquella situación si tan sólo hubiera ignorado los reclamos de Miyeon y se hubiera ido minutos atrás, pero él no era así. Tenía que terminar todo por completo y hacerse responsable de sus acciones, y si ella tenía algo que decir, debía escucharla; su opinión no cambiaría pero era mejor dejarla expresar todo lo que sintiera en el momento. Lamentablemente, la ruptura salió peor de lo que había imaginado. Jamás le había cruzado en mente que el siguiente golpe que se presenció fuera hacia él. Perdió el equilibrio pero logró mantenerse de pie al reaccionar rápido y apoyarse sobre una de las mesas a su lado. Su expresión se mantenía igual que antes, tal vez incluso con molestia más evidente y creciente. Donghyuck no debía meterse en problemas de otros, mucho menos sin antes saber qué había ocurrido y saltar a la conclusión que había sido Jaemin quien le pegó a la chica, jurando que él había visto la forma en que lo hizo, cuando estaba completamente equivocado e incluso inventando cosas. Su vista le había mentido. Le había agregado escenas que no ocurrieron, probablemente sólo porque no se soportaban y siempre estaban uno sobre el otro, esperando por una razón para terminar peleando o demostrándose quien era el mejor en cualquier tontería. No iba a caer en los golpes también. Prefirió mantenerse al margen, más porque tal vez se lo merecía después de cómo había tratado a Miyeon. Era un imbécil con ella, lo sabía y por esa razón la terminaba. Tocó su labio, limpiando la sangre que había salido y volviendo su vista hacia ambos. — Tomaré el golpe sólo porque tal vez me lo merecía, no de tu parte... pero de la de ella sí. Y para que quede claro, yo no la empujé, no le pegué, ella sola tropezó con sus pies. — Sus palabras iban dirigidas hacia ambos, aunque sí, principalmente hacia Donghyuck. — Oh y... Miyeon, no me busques más. Lo siento pero de verdad ya no me gustas. Concluyó, saliendo del salón con su izquierda metida en el bolsillo de su pantalón y la otra aún tocando lo que había pasado en su labio.
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