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Diario de aprendizaje: llegando al final del camino

En este último bloque del curso sobre los paisajes de aprendizaje han confluido todos los elementos trabajados con anterioridad. He podido reflexionar sobre las necesidades de los estudiantes en relación a la asignatura y el currículo y adaptar la materia de Filosofía a las diferentes particularidades presentes en el aula. Teniendo en cuenta la taxonomía de Bloom y la teoría de las inteligencias múltiples, he diseñado un proyecto filosófico teniendo presentes la normativa presente y la necesidad de individualizar los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Con todo, lo mejor del proceso es que el paisaje de aprendizaje resultante puede implementarse en la cotidianidad del aula, pues tiene en consideración el currículo del primer bloque de la materia de Historia de la Filosofía y redunda en los elementos imprescindibles para que el estudiante se haga con la materia. Además, contiene una multiplicidad de actividades que vienen a incidir en los rudimentos que debe conocer el alumno para dominar el mencionado bloque de la materia. Por otro lado, tiene un grado de exigencia ascendente y permite cierta libertad de trabajo al estudiantado.

Uno de los componentes fundamentales del paisaje de aprendizaje es la narrativa y creación de insignias que permite incluir un componente de ludificación que llega a un mayor número de estudiantes. Las insignias generadas tienen un carácter ascendente y esto provoca el interés de los discentes por el proceso narrativo incrustado en la asignatura. De este modo, se crea una atmósfera inspirada en la Grecia clásica que hace que se establezca un interés adicional por la cultura, la historia y la tradición grecolatina. Conjuntamente, es posible desarrollar, sobre el modelo generado, todo un curso para Historia de la Filosofía que mantenga el espíritu de la narrativa original, aunque aplicada a otros contextos, momentos y currículo de la asignatura.

En otros cursos había utilizado elementos narrativos para conducir las asignaturas que imparto, aunque de manera más residual. El paisaje de aprendizaje realizado en el curso ha resultado más ambicioso y completo. Entre otros motivos, por el uso de elementos pedagógicos inclusivos como las inteligencias múltiples o la taxonomía de Bloom. Mi experiencia precedente me indica que el resultado de este tipo de narrativas es beneficioso para un mayor número de estudiantes por despertar un interés agregado por la asignatura.

Las herramientas propuestas desde el curso me han resultado de utilidad, pues no son complejas para su empleo, son gratuitas y ofrecen buenos resultados. De otra parte, permiten descargar los trabajos realizados o dejarlos guardados en las cuentas creadas por lo que suponen un buen repositorio sobre el que se puede trabajar durante cursos sucesivos. La mayoría de herramientas me eran desconocidas, pero como he comentado, han sido sencillas de utilizar.

En definitiva, el curso de paisajes de aprendizaje me ha hecho tomar conciencia de elementos que, si bien conocía, no los tenía insertos de manera metódica en mi forma de abordar el diseño de mis asignaturas. Me quedo con los dos que considero principales: la necesidad de individualizar la educación y la importancia de adaptar contenidos áridos y abstractos a los intereses adolescentes.

El resultado final del paisaje de aprendizaje puede verse en el siguiente enlace: https://view.genial.ly/5ddd5ca5e6b4040f5c48cbcf/interactive-image-imagen-interactiva

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La conexión con el currículo

El último bloque de tareas a superar ha permitido la conexión del trabajo previo con el currículo de mi asignatura. En este caso, la Historia de la Filosofía. El objetivo que me había planteado, con el curso en general y con las propuestas a superar en particular, era implementar el contenido trabajado en la realidad del aula. Entiendo que he conseguido esta meta, pues he logrado conectar con el currículo oficial y con la normativa el primer bloque de la materia.

En un primer momento, se me antojaba complicado el establecer una conexión entre los paisajes de aprendizaje y la realidad del aula, aunque, finalmente, después de trabajar los contenidos y desarrollar las tareas propuestas he encontrado el camino para lograr pasar de la teoría a la práctica. Finalmente, el trabajo realizado puede resultar operativo para el curso de 2º de Bachillerato en la materia de Historia de la Filosofía.

El paisaje de aprendizaje que estoy desarrollando establece una conexión con mi trabajo diario debido a que estoy tratando contenidos que controlo, aunque los había abordado de manera distinta. Con independencia de que siempre había incluido proyectos en mi trabajo de aula, en este caso he logrado establecer una propuesta más sólida que conjuga mis conocimientos previos y que permite individualizar los procesos de enseñanza y aprendizaje a un nivel más elevado. La ventaja ofrecida desde el curso es que, con un diseño previo, es posible establecer una variedad de itinerarios que se adaptan a las distintas inteligencias del estudiantado y que posibilitan un aprendizaje progresivo siguiendo la taxonomía de Bloom.

He integrado la evaluación en paisaje de aprendizaje desde distintas perspectivas. Sin perjuicio de las pruebas escritas, pues se trata de un curso orientado a las pruebas de acceso a la Universidad, he procurado introducir distintos niveles de evaluación que inciden en las inteligencias múltiples. Se evaluarán las pruebas escritas siguiendo los criterios de calificación de la EvAu, el paisaje de aprendizaje incluirá rúbricas de evaluación de las intervenciones orales; se propondrán coevaluaciones entre los estudiantes, pues el bloque dedicado a los presocráticos incluye la valoración de los trabajos ajenos; se incluye la autoevaluación ya que las matrices de calificación ayudan al estudiante a valorar su propio trabajo; se evaluará mediante herramientas digitales por medio de los formularios Google; se tendrán en consideración criterios estéticos en las presentaciones, póster e infografías realizadas. Por último, las competencias digitales serán implícitamente evaluadas, pues el estudiantado tendrá que hacer uso de distintas aplicaciones para superar el paisaje de aprendizaje propuesto.

En definitiva, entiendo que el paisaje de aprendizaje diseñado incidirá directamente en mi labor docente y me permitirá hacer uso de un registro pedagógico más amplio y ajustado a las necesidades específicas de mis estudiantes. Esto es debido a la personalización, adaptabilidad y carácter progresivo del paisaje de aprendizaje aplicado a los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Ejemplo de paisaje de aprendizaje elaborado para el primer bloque de Hª de la Filosofía

Ejemplo de vídeo para apoyar el proceso de enseñanza y aprendizaje

¡Saludos vikingos!

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Diario a aprendizaje: reflexión sobre el proceso de aprendizaje

Los últimos bloques sobre los que hemos trabajado en el curso de paisajes de aprendizaje han despertado en mí varias ideas.

En primer lugar, me parece un acierto la posibilidad de crear un paisaje de aprendizaje que vaya ascendiendo por niveles y que trabaje sobre las distintas inteligencias con las que contamos. De este modo, el proceso de enseñanza y aprendizaje sale del encorsetamiento habitual para convertirse en un elemento dúctil y con la posibilidad de moldearse dependiendo de las demandas de nuestro estudiantado.

De este modo, los contenidos y destrezas a trabajar pueden integrarse en un escenario mucho más amplio que permite al docente establecer caminos alternativos para facilitar el aprendizaje. Resulta evidente que este tipo de propuestas multiplica las posibilidades y abre espacio para la autonomía del estudiante, pues este se integra en un recorrido más amplio y diverso.

La experiencia de aprendizaje ha resultado positiva por varios motivos. Se trata de un curso proyectado de manera progresiva y que cuenta con materiales propios para que el estudiante pueda insertarse en las dinámicas propuestas. De este modo, el esfuerzo es progresivo y permite profundizar en los contenidos a un ritmo bastante personal. De otra parte, he podido implementar alguna de las propuestas en las sesiones de mis materias. Las aplicaciones y las tareas a realizar han resultado de gran ayuda para mejorar mis clases. Así, algunas aplicaciones las he compartido con mis estudiantes y, parte de los proyectos que he realizado para el curso, he podido aplicarlos en la cotidianidad del aula.

La creación de un entorno fundado en los niveles de pensamiento es posible y puede resultar una respuesta ante la diversidad que nos encontramos en nuestros centros educativos. Es importante el trabajo previo de preparación de las sesiones para que, dentro de la libertad de acción que se puede permitir a los estudiantes, se muevan en un entorno controlado por el docente. Los niveles de pensamiento pueden trabajarse abordando los contenidos desde las distintas perspectivas que nos ha mostrado el curso. Esto cuenta con la ventaja de que todos los estudiantes se sentirán integrados en alguna parte del curso y, si bien esto no eliminará definitivamente posibles casos de desmotivación, redundará en que todos en algún punto se sientan incluidos en los procesos de enseñanza y aprendizaje permitiendo una mejora de la autoestima y, por añadidura, una mayor implicación en las propuestas del profesor. Los métodos clásicos de enseñanza inciden en uno o dos niveles de inteligencia y esto deja fuera a un amplio grupo de discentes.

Las posibilidades de esta metodología son múltiples y creo que puede aplicarse a cualquier materia, siempre y cuando el docente trabaje con el convencimiento de que es lo mejor para su materia y para los procesos de enseñanza y aprendizaje. Los requerimientos son la formación previa del profesor, el reciclaje tecnológico, el poder contar con recursos informáticos en el centro y, a poder ser, tener una ratio menor de estudiantes en el aula. Con todo, estos requerimientos, debido a la flexibilidad de la metodología, y con la excepción de la formación y trabajo del profesorado, pueden adaptarse a las distintas realidades de nuestros centros educativos.

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Diario de aprendizaje

En este diario de aprendizaje iré volcando mis conclusiones y las ideas suscitadas por el curso sobre los paisajes de aprendizaje.  Debo adelantar que me está resultando estimulante y me está haciendo recapacitar sobre algunos asuntos que, si bien de manera tácita estaban presentes en mi trayectoria profesional, deben hacerse explícitos en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

En primer lugar, el curso, tal y como está planteado, me está ayudando a reflexionar sobre mí más allá del ámbito profesional. Aunque creo conocerme bien, no está de más poner de relieve rasgos de mi carácter que pueden resultar útiles para trabajar con los estudiantes.  Por otro lado, las tareas se realizan con aplicaciones que no había usado habitualmente y que pueden implementarse para trabajar en el aula. De este modo, destaco el autonocimiento al que me está empujando la organización del curso, el uso de las nuevas tecnologías y la aplicación práctica de una teoría, como la de las inteligencias múltiples, que en muchos casos no pasa del ámbito teorético.

La inteligencia implica una serie de capacidades que permiten a los seres humanos desarrollar actividades diversas. Por esto, la inteligencia, antaño vinculada prácticamente con exclusividad al ámbito matemático y lingüístico, tiene un mayor alcance y profundidad. Este es el motivo por el que algunos sujetos destacan en unos campos y en otros no son capaces despuntar. La inteligencia, por tanto, no tiene un carácter unívoco y ofrece múltiples facetas. La teoría de las inteligencias múltiples viene a defender la existencia de ocho tipos que todos tenemos en mayor o menor medida.

A lo largo de mi trayectoria he sido partícipe de las múltiples inteligencias de mis alumnos. Es más que patente que unos destacan en unos ámbitos y, en algunos casos, no son capaces de llegar a un mínimo en otros campos. No obstante, a veces es posible traducir a otras inteligencias parte de los contenidos a tratar. Recuerdo, por ejemplo, un estudiante con serios problemas en relación a la inteligencia lingüística que traducía para el estudio sus apuntes a dibujos y esquemas con los que conseguía comprender lo estudiado.  De manera evidente, este alumno tenía una cadencia hacia la inteligencia visual y en el instituto no encontraba el entorno adecuado para el desarrollo de su potencial. Podría decirse que este estudiante estaba cohibido por el sistema educativo tradicional y esto incidía en su motivación y autoestima.

Para crear una escuela que atienda a la diversidad de inteligencias se necesitarían varios elementos fundamentales.

Primeramente, una ley educativa consensuada y que no oscile con cada vaivén electoral. Si no es posible el desarrollo, maduración y recogida de resultados después de la implementación de una ley educativa se hace difícil valorar la idoneidad de la propuesta. Por supuesto, después de un periodo previamente consensuado, sería posible variar o ajustar algún elemento para seguir mejorando el ámbito educativo.

Por otro lado, sería imprescindible volver a situar en un lugar referencial la labor del profesor. Esto se consigue de varias maneras: recompensando su trabajo con un salario adecuado a la responsabilidad desplegada, protegiéndole por medio de la ley, realizando campañas de concienciación y publicitando su labor a un nivel gubernamental y estatal.

De otra parte, se necesitaría un presupuesto más holgado y evitar la competencia entre centros para conseguir matrículas. Esto podría lograrse disminuyendo el número de alumnos por aula, aumentando la plantilla de profesionales de la enseñanza y dotando a los centros de recursos.

Además, sería imprescindible un plan de formación y reciclaje para el personal docente para que pueda entrar en contacto con realidades para la que en muchos casos están desfasados por desidia, falta de tiempo o desconocimiento.

Llevando a término estas medidas a buen seguro que la educación tendría un carácter más personalizado, se podrían detectar los campos en los que destaca cada uno de los estudiantes con los que trabajamos y se evitaría en gran medida el abandono y el fracaso escolar.