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Cuando no era lo que esperabas
25 de enero 2017, ya a un año de haber entrado a trabajar después de ese periodo sabático de ama de casa. Fue la ruleta rusa. Primero, mucha emoción, entusiasmo, felicidad, una luna de miel. Sí, duró 6-7 meses. ¿Qué pasó? creo que se le llama realidad, y después vino el periodo de “esto es, superalo ASAP”
Obviamente en estos primeros meses vi muchas cosas en la oficina con las que considero no estaban bien llevadas, hechas, gestionadas, pero mentalmente me decía que no había que juzgar ni ser pesimista, yo estaba en mi “mood” de mamá trabajadora feliz y el coco wash era que estaba exagerando. Pero la realidad me alcanzó.
En los primeros meses tuve trabajo moderado, como para ocuparme en mis 8 horas laborables lo suficiente, aprendiendo de la empresa, etc. Todo iba bien. De repente, cero proyectos. Lo que ya merito iban a comprar, no se compraba. Lo que ya merito iba a empezar, no empezaba. Lo que casiiiii estaba a punto de iniciar, estaba parado. Asi meses. Un día, haciendo una propuesta, y según yo, teniendo un lider que sabia lo que quería del área, es clara en sus instrucciones, etc etc... resultó que no. En esos meses y por obviamente otros trabajos, sé y me consta que lo más posible siempre deben quedar las cosas por escrito, y bueno, seguí mi práctica habitual de así documentarlo, o mandar correos, etc. Pero en esta “hechura” de propuesta, a pesar de quedarme tarde e incluso venir el sábado a exclusivamente imprimir lo que el área de ventas necesitaba, el lunes me encontré con una retro que me hizo quedar como la peor saca copias y oficinista de México. Prácticamente me dijeron que ni siquiera pude imprimir bien, que se quejaron de todo, de lo que imprimí, lo que dije, lo que entregué, sacrificadamente Ventas tuvo que rehacer todo. TODO.
No sé si el argumento “hice lo que me pidieron” sea suficiente sin que caiga en un juicio acerca de que no fui más allá o no propuse o no agregué valor, porque creo que no. Haya sido como haya sido, ahí estaba yo, y 2 semanas después fue la semana de evaluación de desempeño donde obviamente me fue fatal por mi pecado cometido.
Me sentí tan mal, incluso en mi casa me notaron triste, de capa caída, realmente pensé que era la mega looser y que era mi culpa, hasta que solita también vino la parte reflexiva de ver lo que he hecho en otros trabajos y repasar las razones de cuando un proyecto o un equipo de trabajo es exitoso. Y si, perdon pero el problema no era yo.
Estas situaciones ocurrían no solo conmigo sino con todos. Y cuando digo todos, TODOS, desde la cabeza de la oficina, hasta la asistente administrativa. Repasé que el camino de un área / empresa exitosa es: Tener una buena estrategia, saber cómo lograrla, procesos para ejecutarla, medir para saber cómo vamos y concretar acciones para mejorar.
¿No les pasa que en un trabajo el rollo o discurso de RH o la empresa o el jefe es “vamos a echarle ganas”? En lo personal, cuando escucho rollos así, realmente me quiero volver chango como Homero!!! ¿WTF is that???? Echarle ganas. A ver. Repasemos. Si partimos de asumir que todos queremos ser felices en la vida, es ridículo pensar que todos nos despertamos en las mañanas queriendo joder al mundo. Eso solo es para EPN, Trump, y así. No para los Godinez mexicanos. En fin, uno se levanta en la mañana, con toda la actitud, te bañas, te apuras, llegas al trabajo y el ideal es trabajar feliz. Quieres pasar un buen día. Y hay una crisis donde te dicen “échale mas ganas”... o sea ¿como? y justo ese es el punto. Responde a la pregunta de CÓMO!!!!
En mi experiencia, esa es tu responsabilidad como líder de algo... decirle a tus subordinados exactamente cómo. En medio hay otros factores obviamente, desde desarrollo organizacional, desarrollo del individuo, creencias, cultura, valores, etc... pero suponiendo que pues ya estás ahí, con tus subordinados que en teoria estudiaron X carrera para dedicarse a eso, pues es lo que al menos deberíamos darles. Decirles cómo y de forma puntual y eso incluye la parte de Aptitud (por ejemplo, conocimientos técnicos o especializados, si falta que domine un tema, que se capacite, que investigue, etc etc), y la parte de Actitud (forma, estilo, comunicación, y otros).
Diciendo esto, imaginen por un momento que en mi situación, vine a trabajar, con buena actitud, hice todo lo que pidieron sobre lo que mi rol tenia que entregar, a detalle, documentado, ordenado, imprimí documentos impecables, con calidad hasta de tinta y papel, y de repente te dicen que no, que estuvo todo mal (un trabajo de 2 semanas donde fui entregando poco a poco para que se lograra en tiempo y forma) pero resulta que eso que estaba mal fue porque no entregué cosas que jamas me comunicaron o me pidieron porque perdón por mi falta gravisima que admito, pues aún no leo mentes, y que a pesar de yo misma estuve preguntando “oye, esta bien este documento? quieres que le corrija alguna otra cosa?” aún con todo eso, estaba mal. Pero nunca me dijeron algo que efectivamente hayan pedido y yo no haya entregado o sido capaz de entregar. Nunca.
Empecé a ver a mi alrededor, despues de mi etapa reflexiva que les comento, y así era con todo y con todos. Como se dice en los noviazgos mexicanos: no eres tu, soy yo. En este caso era: no soy yo, eres tu.
No era lo que esperaba.
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Back to Work
Pues si, después de casi 2 años de no trabajar, tuve a mi bebé y vi que la vida de ama de casa no era para mi. De hecho, eso es un blog que seguramente escribiré después. Y bueno, que me pongo a buscar trabajo. Cuál ha sido mi sorpresa que no encontré tan fácil como otros años. Por que sí, en mi otra vida (esa de soltera y libre cual viento) cuando algo no me gustaba de un trabajo, literalmente decía Adiós y lo que sigue (o como dicen los gringos, Next).
Y bueno, ahí estaba yo, con mi hija, mi convencimiento rotundo de no ser ama de casa, y mis ganas de regresar a trabajar. He de decir, mi último trabajo fue... digamos... muy frustrante el último año, estaba harta (eso también es material de otro blog), Así que casi 2 años sin trabajar, fue excelente, ser madre (como dice el cliché) te cambia la vida y soy feliz de ser madre. Asi que junto con mi felicidad, salía a buscar trabajo.
Un día no lo encontré, no, el trabajo me encontró a mi. Era diciembre y yo juraba que pues ya mejor para enero le seguía buscando porque era fin de año. Un dia, la chica de recursos humanos me llamó y empecé el proceso. Incluso, antes del 24 de diciembre me llamaron para avisarme que de momento estaba congelado el proceso, hasta pensé que qué decentes en avisar (en otros lados ni te pelan). Y bueno, en enero, yo pensé que iba a otra entrevista de trabajo ahí mismo pero no, ya era para escuchar la oferta.
Hasta eso, he de decir que "me puse mis moños". Con todo y que no encontraba tan fácilmente, tenia la firme convicción de que si regresaba pues tenia que estar contenta con todo (sueldo, oficina, jefe, prestaciones, etc). Y cual va siendo mi sorpresa que si. Empezó la oferta, me explicaban lo que ofrecían... el puesto (yo yo pensaba adentro de mi cabeza, ah ok, si, suena bien)... responsabilidades (ok), sueldo (ah pues si, 5 mil pesos menos que el anterior pero si no dan prestaciones... puesssss)... prestaciones superiores de ley (ah ok, entonces puede ser)... COCHE, ahí pregunté si era utilitario o cómo (?) y no, era de acuerdo a mi puesto y lo elegiría en la agencia de coches... (ah ok, ah pues esta padre porque aunque no gane lo mismo $$$ pero voy a tener coche) y 22 de vacaciones al año. Colapsé. Literalmente abrí los ojos, y dije ¡¿¿¿QUEEEE??!!!! ¿¿¿22 días de vacaciones??? llegué al paraíso o como? jajajaja... pues si, porque extendían las mismas prestaciones a cualquier oficina y la compañía es de un país Europeo, y con razón. No bueno, es obvio que acepté de inmediato.
Y el 25 de enero entré a trabajar después de 2 años, con toda mi tristeza y nostalgia y culpa por dejar a mi hija, pero contenta porque regresaba al mundo laboral. Y heme aquí, 7 meses después.
LJO
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