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NCMKFNSMMXMCMSMKSMS LE QUIERO, BEBÉ 😓😓😓 yo ese fingiendo odiarlo mientras cocino nomás para consentirlo a usted y tenerlo gordito y lo taño y... FELICES FIESTAS!!!
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Para el mago resulta fácil aprovechar la ausencia del guerrero en el hogar, aunque no tanto como probar su paciencia por milésima vez. Sabe que el juego que tiene en mente está lejos de ser navideño y de mantener viva la tradición de abrir los regalos bajo el árbol, salvo por uno pequeñito que fue envuelto pésimo con ayuda de un tutorial porque no sabe cómo hacerlo y quien suele solucionarle los problemas es su novio. La magia no le funciona para las cositas cotidianas.
Así que pasea por cada habitación del hogar de su guerrero, enganchadísimo con el que utiliza para dormir. Allí entre risitas acomoda una lámpara para el bebé sobre la mesita de luz que deja nomás encendida.
De puro perezoso apenas visualiza la cama que tanto acostumbra a compartir con su pareja, se lanza un cachito y prepara el otro regalo levantando las sábanas y posicionándolo del modo más tierno posible a la par de un peluchito que, sabe, va a quedarse él pero que continuarán durmiendo juntitos.
Los minutos de plena paz son usados para pensar en él y calmar las ansias de su pechito, diciéndose a sí mismo que falta cada vez menos para pegarse a su cuerpo cual garrapata y vivir la primera navidad. Motor suficiente pa' abandonar la cuchita y continuar con las travesuras dirigiéndose a la cocina, donde esconde entre los juegos de cocina unos cuantos cucharones con forma de dinosaurio. Sabe que su guerrero, aunque no lo haya dicho tanto en voz alta, es buenísimo para la cocina y lo quiere incentivar; también esconde una espátula con patitas gatunas y sobre la mesita posiciona como si ná la tacita.
Y al segundito recuerda la taza que alcanzó a ver en una de sus tantas idas al centro, aquella que quiso mostrarle (y compró sin más). Profundiza el apodo «gordito» al colocar encima del envoltorio un cartelito asegurando que se parece a él y lo instala también bajo los mini papá noel colgando. Por ratitos debe admitir que se achica pensando que es absurda la cantidad de tazas que le ofrece, pero luego se acuerda de lo rápido que crece la familia y con ella los momentos de inquietud total para las bestias, el gris, la bomboncita (si llega a volver), el gordo inclusive. Nunca está de más recibirlas/regalarlas.
Sobre el último regalo resiente todavía el ardor que deja un pinchazo que saca gotita tras gotita de sangre. Es que para el mago no es un simple decir ni exagera cuando declara ser capaz de dejarse comer y beber por el contrario ante tanto sentido de pertenencia. Le adora al grado de que quiere darle su sangre, su esencia, su alma. Y espera, a cambio, lo mismo para terminar de pactar tantísimo amor.
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Mi gordito.
Generalmente se me da pésimo expresar con palabras lo que siento, pero creo que es su culpa por causar un mundo gigantesco de cosas inexplicables cada que lo pienso. Porque es así. Cuando pienso en usted, nada es suficiente para dimensionar aunque sea un poco el enorme amor que le tengo.
De todas maneras, estas últimas noches me percaté de algo nuevo. Un sentir mucho, mucho más fuerte y pepón. Y es que además de estar enamorado de lo que significa su alma, también sé que le tres letras –un poquito me avergüenza, me visualizo en este instante como un tipito por de más nuevo en lo que conlleva el amor y... Está ahí con la carita repleta de confusión. Toda viva como mi timidez. Pero esta timidez o vergüenza no hace flaquear en lo más mínimo lo que acabo de confesar, porque estoy segurísimo de que es así, sino cómo explica esas madrugadas mordiéndome entera la lengua pa' no decírselo de golpe y, tal vez, incomodarlo. La ternura que me hace atravesar incluso entre las peleas tiene esa única forma de ser expresada cortamente para que se entienda.
Le tres letras.
Y nunca dejaré de agradecerle por los momentos especiales que hemos vivido, el despertar hermoso que provocó en mi corazón con cada risita y beso cómplice, la necesidad fuertísima de conocer más y más sólo de su manito, el sonrojo que bien habla de los amores sintiéndose como nuevos. Esta navidad, mi hyung, que fue la primera después de tantas que verdaderamente esperé para armar el arbolito con usted y compartir nuestros espíritus sintiéndose niños.
Feliz navidad, noviecito mío. Llene su pancita de las comidas más ricas y permítame seguir queriéndolo.
https://pololitos.univer.se/
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