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Teoría del cuerpo enamorado
OBERTURA
Manifiesto por la vida filosófica
"El corpus filosófico antiguo funciona de manera extremadamente activa para quien se apropia de él y aspira a una verdadera complicidad intelectual. A mi modo de ver, los pensadores griegos y latinos pertenecen más a los lectores que les piden ayuda para su vida cotidiana que a los forenses que los confiscan para realizar sus lecciones universitarias de anatomía en la atmósfera confinada de las cátedras de la corporación. A Lucrecio hay que vivirlo más que leerlo –y leerlo debe encarase únicamente desde la perspectiva de practicarlo-."
" Así, siguiendo el espíritu de la palabra, el libertinaje –ese arte de ser uno mismo en la relación con el otro-encuentra singularmente su primera forma en el materialismo hedonista epicúreo, y más precisamente en el gran poema de Lucrecio De la naturaleza de las cosas."
"El primer paso negativo de mi andadura supone la deconstrucción del ideal ascético: para llevarlo a cabo, trataremos de acabar con los principios de la lógica renunciante que tradicionalmente relacionan el deseo y la falta para después definir la felicidad como lo completo o como la realización en, por y para el prójimo; evitaremos sacrificar la idea que la pareja fusionada propone la fórmula ideal de esta hipotética cima ontológica; casaremos de oponer encarecidamente el cuerpo y el alma, pues este dualismo, que ha resultado un arma de guerra temible en manos de los amantes de la autoflagelación, organiza y legitima esa moral moralizadora articulada sobre una positividad espiritual y una negatividad carnal; renunciaremos a asociar hasta la confusión el amor, la procreación, la sexualidad, la monogamia, la fidelidad y la cohabitación; recusaremos la opción judeocristiana que amalgama lo femenino, el pecado, la falta, la culpabilidad y la expiación; se estigmatizará la convivencia entre el monoteísmo, la misoginia y el orden falocrático; fustigaremos las técnicas de autodesprecio puestas en circulación por las ideologías pitagóricas, platónicas y cristianas –continencia, virginidad, renuncia y matrimonio-, sobre cuyo espíritu se ha erigido nuestra civilización; subvertiremos la familia, esa célula básica primitiva de la política estructuralmente apoyada en ella. Varios siglos de judeocristianismo pueden comprenderse así y luego ser anulados."
"Mi segundo paso, afirmativo, propone una alternativa al orden dominante gracias a la formulación de un materialismo hedonista: elaboraremos una teoría atomista del deseo como lógica de los flujos que llaman la expansión y necesitan para ello una hidráulica catártica; secularizaremos la carne, desacralizaremos el cuerpo y definiremos el alma como una de las mil modalidades de la materia; propondremos un epicureísmo abierto, lúdico, gozoso, dinámico y poético a partir de los posibles esbozados y ofrecidos por el epicureísmo cerrado, ascético, austero, estático, y autobiográfico del fundador; precisaremos las modalidades de un libertinaje solar y un eros ligero; se invitará a una metafísica del instante presente y del puro goce de existir; tenderemos a un nomadismo de solteros promoviendo a una opción de cíclopes; reactivaremos la teoría del contrato pragmático, utilitarista, deseable y dominado por la voluntad de disfrutar mutuamente; propondremos una opción radicalmente igualitaria entre los sexos y la formulación de un feminismo libertario; reivindicaremos una autentica aspiración a la esterilidad y una práctica de las leyes de la hospitalidad redoblada por una permanente invención de sí; desembocaremos así en una verdadera estética pagana de la existencia. Algunos siglos de judeocristianismo pueden encararse de esta forma y ser rebasados."
" Instalada resueltamente en las comarcas antiguas, en guerra contra el modelo ético dominante, mi propuesta reanuda sin ambages el trato con el proyecto de todas las escuelas helenísticas: hacer posible la vida filosófica. Y para ello, ha de quererse abiertamente el fin de la vida mutilada, fragmentada, explotada y dispersada que fabrica nuestra civilización alienante, apoyada en el dinero, la producción, el trabajo y el dominio."
" Todas las fuerzas movilizadas por el impetrante durante los largos años de experimentación –pitagórica, socrática, cínica, cirenaica, estoica, epicúrea, escéptica, etcétera- se aflojan cuando el esfuerzo se disuelve en el sosiego, la paz del alma, la ataraxia y la calma realizadas. La sabiduría procura un objetivo a nuestra época de nihilismo generalizado, y la filosofía, una vía creadora de potencialidades magníficas para alcanzarlo."
" Así pues, el filósofo actúa como médico del alma, como terapeuta, como farmacéutico. Trata y disipa las enfermedades, cura y conjura los trastornos, instaura la salud y despacha los miasmas patógenos. La vida filosófica se convierte en alternativa a la vida mutilada tras la sola decisión de seguir un tratamiento: cambiar la vida, modificar sus líneas de fuerza, construirla según los principios de una arquitectura deudora de un estilo propio. Lo cotidiano fragmentado, reventado e incoherente genera dolores, sufrimientos y penas que atormentan los cuerpos y destruyen la carnes. Entre las almas cascadas, rotas, pulverizadas y los cuerpos medicalizados, psicoanalizados, intoxicados; entre los espíritus frágiles, vacilantes, enclenques y las carnes angustiadas, gangrenosas, putrefactas, la filosofía ofrece la tangente de un camino que conduce al apaciguamiento."
"Lejos de lo que constituye las pasiones fútiles de la mayoría –la búsqueda desenfrenada de honores, dinero, poder, posesión y riquezas-, la terapia materialista propone una ascesis, un auténtico despojamiento de los pesares inútiles y vanos en provecho de la única riqueza que hay: la libertad."
"La tradicional oposición entre los placeres cinéticos (en movimiento) de los filósofos de Cirene y los placeres estáticos (en reposo) de Epicuro no basta para cavar un foso infranqueable entre las dos escuelas."
"En las antípodas de una filosofía del deseo, los materialistas hedonistas formulan una filosofía del placer, al mismo tiempo que una erótica alternativa a las incitaciones nocturnas del judeocristianismo."
Primera parte
GENEALOGÍA DEL DESEO
Capítulo primero: De la falta
“Comprendo que, en el Banquete de Platón, Aristófanes recurra a la platija para simbolizar la condición humana desde que los dioses colocaron el destino de los hombres bajo los signos de la desesperación, la sanción y el castigo.”
"Aristófanes, el hombre de los retruécanos, los juegos de palabras, las bromas, la risa y lo grotesco, toma la palabra en el demasiado famoso banquete para mostrar la miseria del hombre sexuado. Allí, entre dos célebres ataques de hipo, en aquella famosa noche de borrachera filosófica que ha entrado en los anales de la historia de las ideas, formula una teoría del deseo que sigue envenenado a Occidente."
"La totalidad de las culpas originales monoteístas proceden de una voluntad de saber, de un deseo de autonomía intelectual y de libre conocimiento que disgusta enormemente a las divinidades deseosas de sujeción."
"El primer lugar común generado por la historia platónica de Aristófanes señala: el deseo es falta."
"La genealogía idealista del deseo supone definir el amor como búsqueda de lo completo originario."
"Aristófanes es culpable de asociar deseo y falta porque su lectura implica una definición del amor como búsqueda ¤cuando no hay nada que encontrar."
"El segundo lugar común generado por el discurso del comediante hiposo formula: ¤el deseo se apacigua en la unidad primitiva reconstituida y la pareja le proporciona teóricamente su forma."
"Pero, ¿Qué es un andrógino reconstituido? ¿A qué se parece la individualidad cuando se reformula el animal primitivo? Pues bien, el hermafrodita conlleva la negación y extinción de la sexualidad, ya que supone la coexistencia de los dos sexos, su cohabitación en una única forma. Cuando deja de estar atormentado por la falta, el monstruo conoce la beatitud tonta y necia de los sujetos abandonados por el deseo: el impotente, el frígido, el anciano, el muerto. En cuanto a la pareja, con la esfera como emblema, le queda por experimentar en lo cotidiano el destino del autista, cerrado sobre sí mismo, prisionero de su naturaleza, forzado a estar dando vueltas sobre sí, a multiplicar las repeticiones onanistas y las reiteraciones solipsistas del animal enjaulado. "
"La consideración de la esfera como modelo de la pareja produce la mayoría de las neurosis de Occidente en materia de amor, de sexualidad o de relación sexuada. Pues buscar una perfección sustancialmente inexistente, enarbolar un señuelo, conduce con seguridad al desengaño, a la desilusión, a ese momento en que se acaban los encantos e ilusiones artificiales del principio y empiezan las penalidades que los siguen."
"Aspirar a la fusión es querer la confusión, perder la identidad, renunciar a nosotros mismos en provecho de una figura alienante y caníbal."
"El conjunto del pensamiento occidental se organiza en torno a esta alternativa, que obliga a una elección precisa: la trascendencia y la pasión vertical o la inmanencia y el entusiasmo horizontal, estar en otra parte o en este mundo, en compañía de los ángeles o en presencia de los hombres."
(Hay un diálogo platónico que ilustra este conflicto: Teeteto. Los Amigos de las formas o los Hijos de la tierra. Unos creen en lo que no ven, los otros se entregan exclusivamente a lo que se les presenta).
"El tercer lugar común generado por la ideología platónica indica: existen dos amores, uno, defendible, ajustado a la lógica del corazón y de los sentimientos, del alma y de las virtudes; el otro, indefendible, sometido a los únicos principios del cuerpo, privado de su chispa espiritual, amputado de su parte divina, enteramente destinado a la materia."
"En la lógica platónica, todo lo que ata al individuo a la materialidad de su carne, todo lo que le conduce a experimentar en él los impulsos libidinales animales merece, franca y netamente, una condena inapelable. En cambio el único deseo defendible, el único amor posible, exige la unión del alma con el Bien, que en él cielo de las Ideas salva la existencia presente y futura."
"Todo lo que se entretiene demasiado en los cuerpos, en las carnes, en los sentidos, en la sensualidad concreta, se paga ontológicamente con una condena, con una sanción, con un castigo."
"Sea como sea, la concepción el amor en Occidente procede del platonismo y de sus metamorfosis en los dos mil años de nuestra civilización judeocristiana."
“Los Padres de la Iglesia, obviamente, aprovecharon la teoría del doble amor, para celebrar su versión positiva –el amor de Dios y de las cosas divinas- y desacreditar la opción humana, sexual y sexuada. Este trabajo de reescritura de la filosofía griega para hacerla entrar en el marco cristiano atareó a los pensadores durante catorce siglos, en cuyo curso pusieron desvergonzadamente la filosofía al servicio de la teología. De manera que teologizaron la cuestión del amor para desviarla a los terrenos espiritualistas y religiosos, condenando a Eros en provecho de Agápe, fustigando a los cuerpos, maltratándolos, aborreciéndolos, castigándolos, haciéndoles daño y martirizándolos con cilicio, infligiéndoles la disciplina, la mortificación, y la penitencia. Y se inventa la castidad, la virginidad y, en su defecto, el matrimonio, esa siniestra máquina de fabricar ángeles.”
“El platonismo muestra teóricamente el cruel olvido del cuerpo, el desprecio de la carne, la celebración de la Afrodita celeste, la aversión por la Afrodita vulgar, la grandeza del alma y la pequeñez de las envolturas carnales; luego se abren prácticamente en nuestra civilización occidental, inspiradas por estos preceptos idealistas, extrañas y venenosas flores del mal: el matrimonio burgués, el adulterio que lo acompaña siempre como contrapunto, la neurosis familiar y familiarista, la mentira y la hipocresía, el disfraz y el engaño, el prejuicio monógamo, la libido melancólica, la feudalización del sexo, la misoginia generalizada , la prostitución extendida en las aceras y en los hogares sujetos al impuesto sobre las grandes fortunas . Y también la figura del inhibido violento. La cerebralización del amor y su devenir platónico vuelven paradójicamente más vulgares las prácticas sexuadas. La dureza del ascetismo platónico cristianizado engendra y genera numerosos sufrimientos, dolores, penas y frustraciones. Terapeutas, médicos y sexólogos lo atestiguarían: la miseria de las carnes gobierna el mundo.”
“El cuerpo gorioso alzado al pináculo conduce indefectiblemente al cuerpo real a los tugurios, a los burdeles o al diván de los psicoanalistas. En lugar del logro exitoso de las disposiciones hedonistas, lúdicas, gozosas y voluptuosas, los dos milenios cristianos no han producido más que odio a la vida y la incrustación de la existencia en la renuncia, la compostura, la moderación, la prudencia, la reserva y la sospecha generalizada con respecto al otro.”
"La muerte triunfa como el modelo de las fijaciones e inmovilidades reivindicadas: la pareja, la fidelidad, la monogamia, la paternidad, la maternidad, la heterosexualidad y todas las figuras sociales que absorben y aprisionan la energía sexual para enjaularla, domesticarla y constreñirla al estilo de los bonsáis, en convulsiones y estrecheces, en torsiones y obstáculos, en tensiones e impedimentos. La religión y la filosofía dominantes se han asociado siempre, hoy también, para lanzar una maldición contra la vida. Una teoría del libertinaje supone, pues, reivindicar el ateísmo en el terreno amoroso clásico y tradicional, a la par que un materialismo combativo. Allí donde los vendedores de cilicios triunfan con sus platijas, sus esferas y sus ostras, el libertino se divierte con las travesuras del pez masturbador, el gruñido de los cerdos de Epicuro y las libertades del erizo soltero."
Capítulo segundo: Del exceso
TRAVESURAS DEL PEZ MASTURBADOR
"El deseo define la resultante de una complexión material, pues lo real se limita a los átomos y a sus relaciones en el vacío."
"No hay una Afrodita alada sino una Venus con falo."
"Así pues, en tanto filósofo atomista preocupado por verificar las causas y los efectos, por buscar y encontrar los orígenes y las consecuencias, Demócrito aproxima el deseo y el placer para reducirlos a su proceso atómico: la eyaculación del onanista y del enamorado perdido se equiparan absolutamente. Nada distingue a un solitario atareadísimo en su trabajo manual, de un amante modelo preocupado por dar la talla."
"Las Afroditas no son ni vulgares ni celestes, ni pandemonianas ni uranianas, sino nada menos que hidráulicas. La mecánica inmoral de los fluidos reemplaza a la metafísica moral de las intenciones."
"Demócrito parece apreciarlop todos (a los placeres); nunca los jerarquiza y los justifica siempre y cuando no turben la serenidad y el equilibrio del sabio."
"Un cálculo hábil de los placeres permite descartar a priori todo deseo cuyo disfrute se pagueta un precio demasiado caro, pues hay que optar por los regocijos incapaces de degenerar más tarde en disgustos."
"La ética democrítea tiende, pues, a los goces y las voluptuosidades. En este bosquejo de doctrina de la virtud, lo agradable y lo desagradable funcionan en relación con lo útil y lo dañino." Las invitaciones democríteas implican evitar en la vida del sabio, todas las ocasiones de turbación, y todas las organizaciones de la materia, generadoras de enfermedades sufrimientos y penas."
"En la constelación materialista, el deseo se analiza exclusivamente en términos de fisiología, no de metafísica."
"El método del materialismo en la cuestión del deseo, de su nacimiento y de sus formas, pasa por la deconstrucción cuyo modo de empleo y e ilustración nos proporciona repetidas veces Marco Aurelio: se trata de descomponer lo real que parecía complejo en tantas partes como sea necesario para que aparezca simple y surjan, de facto, una revelación, una desnudez y una crudeza probadas."
"En la cuestión específica del deseo, los materialistas reclaman su reducción a la voluntad de eyaculación -masculina o femenina-: lógica masturbatoria, exceso que necesita desbordarse, mecánica de los fluidos, que se han de equilibrar. En todos los casos, sus modalidades revelan un principio catártico. Las acepciones del término, mucho antes de la referencia aristotélica, remiten todas a la medicina griega y en concreto al corpus hipocrático. La etimología supone la pureza y la purificación, pero también, en el terreno específicamente médico, las menstruaciones, los desechos posteriores a una purgación, o el derrame prematuro del líquido amniótico al nacer."
Respecto a la catarsis: "La enfermedad misma se transforma en farmacopea. En la esencia de la música se encuentran los medios de hacer olvidar los afectos provocados por su audición: el dolor oculta en su epicentro las ocasiones del alivio. A la nocividad del dolor le sucede el gozo inocente. Toda catarsis transfigura el malestar en placer, el deseo en placer."
"El deseo, y luego el placer, revelan y ponen al descubierto el encierro de cada cual en su piel, en sus límites corporales apremiantes. La intersubjetividad sexual supone menos la fusión que la yuxtaposición, menos la confusión que la separación."
"Una vez superada, la poesía deja lugar a la fisiología; y la teología se aparta, reemplazada por la filosofía. Ayer los mitos y las historias edificantes, hoy la razón y las lecturas petrificantes. La lucidez exige un tributo sin concesiones."
“En el jardín de Epicuro, en efecto, se discute con firmeza sobre la naturaleza material de lo real, sobre la estructura atómica del tiempo, sobre la relación entre la física de los elementos y la ética de los comportamientos; se habla de clasificar los deseos y de la necesidad de los placeres; se diserta sobre la excelencia virtuosa de la amistad, sobre el igualitarismo ontológico fundamental entre hombres y mujeres, y sobre todas las cuestiones aún hoy útiles para elaborar una teoría de la erótica solar. Dejando aparte las calles de Cirene, o el ágora de la ciudad libia, seguramente nunca se ha hablado tanto y de manera tan filosófica de estas cuestiones, celebrando el cuerpo real y concreto, la vida cotidiana e inmanente."
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