maxkalm
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maxkalm · 1 year ago
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Salary man
Estaba sentado, esperando el autobús. El lugar estaba vacío, desolado, no se veía un alma a kilómetros. Todos los días tomaba esta parada después del trabajo. Siempre estaba igual. Y sin embargo, todas las veces que pacientemente aguardaba por el retrasado vehículo, sentía el mismo escalofrío, la misma sensación de ser observado. Y cuando la tensión parecía estar por estallar, y fuera lo que fuese que me estuviera acechando saltara por mi, el autobús llegaba, proporcionándome un abrazo metálico cálido.
Aún así, era cuando bajaba en la parada más cercana a mi casa que el auténtico terror me atenazaba.
La sensación de ser observado volvía con más fuerza, además, no sé como, pero sabía que se trataba de la misma criatura. Muchas noches echaba a correr hasta llegar a mi casa, totalmente atemorizado. A veces me pareció sentir un aliento cálido y animal en mi nuca. Nunca me he dado la vuelta para comprobar si había realmente algo.
Pero hoy se ha atrevido a entrar a mi casa. Lo esperaba, y me he preparado para ello.
Llevo mi linterna de cabeza, mi bate de aluminio, y ya he avisado a la policía en el ascensor.
-¡Te estoy esperando bastardo! ¡¡Llevo meses haciéndolo!!
De entre las sombras del pasillo surge una figura delgada, humana, que renqueando se acerca poco a poco a mí. Trato de prender de nuevo la luz del salón, pero continúa sin funcionar, a pesar de los fusibles estar perfectamente. Cuando la persona entra en mi haz de luz comienzo a examinarlo. Tiene barba de días sin arreglar, viste un traje sucio y maltrecho. Sus ojos son acuosos.
Mis manos aprietan con más fuerza el mango del bate. Un paso más y podré golpearlo. Con todas mis fuerzas le asesto un golpe. El hombre cae desmadejado, como un muñeco, en el suelo. Las articulaciones dobladas de formas imposibles. Como si nada sucediera volvió a levantarse. Abrió la boca de la que salieron un par de moscas y una cucaracha. Y, en apenas un susurro, como agonizando, me dijo:
-En [compañía cualquiera telefónica] tenemos unos descuentos y ofertas muy interesantes, ¿cuál es su actual...?
No pudo terminarla frase, una brecha se abrió en la pared de mi salón, y unas manos enormes le atraparon. El pobre hombre lloró y trató de soltarse como un animal salvaje.
Una voz de ultratumba resonó por todo el edificio.
-No has cumplido con la cuota Peláez. Es tiempo de que parlamentemos en mi despacho.
El hombre suplicaba y le prometía mejorar. Pero aquellas terribles manos eran imparables, y lo arrastraron hacia la grieta en la pared. Se lo tragó entero. Tras esto la brecha se cerró y las luces volvieron a mi piso.
Lo peor de todo eso es que me gustaría cambiar de compañía móvil, pero me da palo llamar yo.
Por Max Kalm
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maxkalm · 1 year ago
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Mitski, mi Erató.
Por Max Kalm
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