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Segundo diario paisaje de ataque

Este segundo bloque me ha permitido aprender a diseñar paisajes interactivos. Diseñarlos requiere un trabajo de reflexión y organización previa. Se necesita preparar un itinerario de actividades, elegir su tipología (optativa, voluntaria, obligatoria..), ponderar su calificación y elegir la narrativa del paisaje.

Mi experiencia anterior en técnicas de narración se limitaba a la práctica los los "story cubes" (los alumnos inventan o continúan historias basándose en los dibujos que marcan los dados). La gran diferencia con los paisajes de aprendizaje reside en que estos últimos son más interactivos y motivadores y además permiten integrar actividades variadas.

La narrativa de mi paisaje consiste en el reto de los alumnos para convertirse en magos. Para gamificarlo, al inicio del paisaje les otorgaré una insignia caldero, a medida que resuelvan actividades obtendrán el gorro de mago y al finalizar el paisaje conseguirán la varita y ya serán magos.

En el diseño del paisaje he utilizado la herramienta Genially. ya que no conozco otras herramientas para ello. Su uso me ha resultado intuitivo y sencillo. Te permite diseñar el paisaje usando diversos tipos de botones interactivos y dispone de  varias opciones a la hora de compartirlo (bien usando un enlace web, insertando el código HTML...).

La principal ventaja que encuentro en el uso de esta herramienta es que permite trabajar con diversos tipos de contenidos interactivos (cuadros de texto, videos, documentos pdf etc..).

En la siguiente entrada os muestro mi paisaje

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Primer diario paisaje de ataque

Este nuevo bloque me ha recordado la importancia de mantener siempre presente el currículo a la hora de diseñar o seleccionar cualquier actividad. Si no lo tuviéramos en cuenta, podríamos cometer el error de no proporcionar a los alumnos actividades suficientemente variadas para trabajar todos los contenidos, con lo que perjudicaríamos su aprendizaje.

Igualmente, es necesario tener presente cómo se van a evaluar dichas actividades, para conocer el grado de competencia que el alumno va alcanzado.

En el aula seleccionamos actividades para trabajar todos los contenidos de nuestras unidades didácticas y evaluamos todos los estándares. Esto mismo debemos realizar cuando diseñemos nuestros paisajes de aprendizaje, si no, podríamos caer en el error de crear paisajes "huecos", carentes de contenido.

Aquí muestro algunas actividades de mi paisaje y su relación con los estándares del currículo y las competencias clave.

Para evaluar el paisaje he diseñado el siguiente itinerario, en el que se ve el peso y la categoría de cada actividad.

Además, para evaluar las actividades, podríamos incluir herramientas variadas como por ejemplo: explicaciones orales del alumno, evaluar su cuaderno, realizar escalas de valoración de las actividades (rúbicas). De este modo, al usar diversos instrumentos, podemos comprobar los avances del alumno, sin limitarnos al clásico examen escrito.

Creo que es conveniente proporcionar un feed.back al alumno tras la realización de cada actividad que vaya tomando conciencia de la construcción de su aprendizaje. 

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Segundo diario paisaje aprendizaje

Estos bloques  de actividades me han suscitado la idea de la necesidad de ajustar la enseñanza al estilo de aprendizaje de cada alumno. Para ello contamos con un arma potente: conocer su tipo de inteligencia. Pero esto no es suficiente, además debemos diseñar actividades que favorezcan el uso de todos los niveles cognitivos. Estos niveles de pensamientos están descritos en la taxonomía de Boom:

Durante el recorrido por este paisaje de entrenamiento he tenido la posibilidad de experimentar un aprendizaje personalizado. Me he sorprendido a mí misma eligiendo actividades que se correspondían con mi tipo de inteligencia. He comprobado como el realizar tareas que implican los niveles de conocimiento de la taxonomía me ha facilitado la adquisición de los contenidos. Esta manera de enseñar es muy distinta de la enseñanza tradicional, que se vasa más en la memorización y repetición de conceptos y rara vez utiliza funciones cognitivas superiores, por lo que el aprendizaje se olvida rápidamente y la comprensión no siempre se alcanza.

Creo que es viable y recomendable crear un entorno de aprendizaje basado en los niveles de pensamiento. De esta manera se atenderá a la diversidad del aula, ya que todos los alumnos podrán comenzar los aprendizajes desde el nivel más bajo (recordar), hasta el nivel más alto (crear), a su ritmo. Este sistema nos permite detectar en que nivel de pensamiento necesita más ayuda cada alumno y atender dicha necesidad facilitándole más actividades que impliquen el uso de ese nivel cognitivo.

Para aplicar esa metodología es necesario un trabajo previo por parte del docente. Es necesario que diseñe o seleccione actividades y las agrupe por niveles de pensamiento. También es conveniente que el docente tenga en cuenta las inteligencias múltiples de sus alumnos, para poder ofrecerles distintas opciones de tareas en cada nivel de pensamiento. Para ello, el docente cuenta con herramientas organizativas como la matriz de paisajes. A continuación os ofrezco un ejemplo de dicha matriz:

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Primer diario paisaje aprendizaje

Este viaje por el primer bloque ha suscitado en mí varias ideas nuevas sobre el proceso de enseñanza y mi labor en las aulas. Ideas como la importancia de amoldar la enseñanza a las características personales de cada alumno.

El ofrecer una enseñanza ajustada a cada individuo es lo que llamamos enseñanza personalizada.

A continuación muestro una reflexión sobre las causas y las consecuencias que se producen al  no personalizar el aprendizaje:

He descubierto que para personalizar la enseñanza es necesario conocer el tipo de inteligencia de nuestros alumnos.

Podríamos definir la inteligencia como la manera de aprender de cada persona, es decir, la manera de relacionarse con el mundo.

Existen ocho tipos de inteligencia según Howard Gardner, llamadas inteligencias múltiples:

A raíz de mi viaje por este primer bloque creo reconocer algunas inteligencias en mis alumnos:

Algunos de ellos disfrutan redactando historias y tienen facilidad para extraer la información relevante de un texto (inteligencia lingüística).

Otros alumnos poseen dificultades en lo anterior y sin embargo tienen facilidades para resolver operaciones numéricas (inteligencia matemática).

Nosotros también poseemos una inteligencia predominante y, como docentes,  puede condicionar la manera de enseñar, de relacionarnos con los alumnos. Por lo tanto, debemos conocer tanto  nuestro tipo de inteligencia  como la de nuestros alumnos y ofrecer una "enseñanza para todos". 

Esta tarea puede ser fácil si observamos bien la manera de trabajar y comportarse de los alumnos y si les realizamos el test de las inteligencias múltiples.

Así podremos crear una escuela que de respuesta a la diversidad de inteligencias, aplicando una metodología variada ( información visual, escrita... )ofreciendo distintos tipos de actividades (reflexión, lógica, expresión, grupales, individuales...).

 Como conclusión, durante mi viaje por este primer bloque, he descubierto que la enseñanza de calidad es aquella que permite que el alumno construya su propio aprendizaje y que nuestra labor como docentes es facilitar que esto ocurra.