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El sendero
Si estás aquí, es por tu interés en esta historia, y cómo esta se interconecta con quienes somos nosotros. El mundo es distinto ahora; el pasado, presente y futuro no son lo que creíamos y tampoco son lo que esperamos. Lo paranormal y paradójico es base de nuestra existencia y es justamente para nosotros la definición de lo común y ordinario. En este espacio habitamos todos juntos; los vampiros, seres extraordinarios de facciones delgadas y estilizadas que se distinguen por su amplio orgullo y su dominancia para con los demás. Se caracterizan por tener piel blanquecina, orejas puntiagudas y con una fascinación particular por la noche, ellos son nuestros líderes desde hace varios siglos y la razón por la cual nuestro conocimiento sobre el entorno y el universo se limita a los cielos estrellados y las constantes visitas de nuestro único amigo espacial en la tierra, la luna. Según mis antepasados, antes existía alguien que era la contraparte más luminosa de ella, le decían “Sol” o eso creo, sin embargo, aquel cuento es solo ahora eso, un relato… Algo por lo que desde mi nacimiento no he sido capaz de vislumbrar.
Sumando a los vampiros, encontramos a los úlfuros, seres salvajes que act��an como la autoridad y justicia en donde vivimos y con un aspecto muy animal: orejas puntiagudas, garras más filosas con las que atacan a su presa y atraviesan cualquier material conocido, pelo grueso y áspero de tonos cobrizos que actúa como su distintivo y su escudo sobre cualquier amenaza que pudieran encontrar y un largo hocico con el cual logran encontrar a cualquiera que según ellos vulnera la “libertad” de nuestro mundo; cada paso de ellos simboliza el peligro y el miedo encarnado para aquel que sea buscado por ellos; suele decirse que cuando estás siendo cazado por ellos, tu mundo personal se ve invadido por un frío absoluto y la única emoción que te recorre sea donde sea que estés, es un miedo inimaginable que solo se compara a la penumbra previo a la muerte y te incita a desear dicho destino fatídico. Son demasiado idiotas a mi parecer y no cuentan con ninguna clase de intelecto más allá de lo que les digan sus amos, los vampiros, pero logran cualquier cometido que se les ordene sin rechinar.
Finalmente hace falta el pueblo, ¿no? aquellos que siguen las normas y son los corrientes aquí, simples civiles donde el ojo público no suele mirar a menos de que sea por algo catalogado por ellos mismos como vil o que atente contra su status quo y son los gobernados, es aquí donde entro yo, Vagur y te preguntarás quiénes somos nosotros, soy… bueno, somos zombies. No necesitamos una larga descripción honestamente más allá de que parecemos demacrados, sin vida, con tonos pálidos y visión perdida. Nos dicen en pocas palabras los “sin cerebro” y aquellos que nos limitamos a seguir nuestra rutina y no ir más allá en pro de nuestra evolución conjunta, eso hasta hace un tiempo que se han estado desencadenando protestas y revoluciones, algo impropio de nosotros y a lo cual nos vemos obligados a fingir que no existe; dichos alegatos y actos desmedidos de controversia en la que algunos de nuestra especie se han visto involucrados en pro de querer mayor relevancia dentro de la sociedad y ser más que un simple peón. Sorprendentemente dichos actos han logrado despertar el interés de los vampiros y han decidido con el afán de seguir en sus constantes rutinas de ignorancia acerca de nosotros, establecieron un nuevo departamento dentro de los úlfuros, y es la escuela de detectives de zombies, algo que para la parte protestante de la especie, les es insuficiente y continúan exigiendo más cambios y participación dentro de las decisiones gubernamentales de nuestro mundo; recuerdo como si hubiera sido ayer el anuncio de este departamento, donde mostraban el cambio de nuestra sociedad y como somos escuchados, etc, etc… Sinceramente lo único que recuerdo con totalidad fue la edad requerida (diecisiete años) y que íbamos a ser el ejemplo del mañana. Tenía ocho años en aquel momento, y no tenía idea alguna de las protestas que existían fuera de mi entorno; aquella situación para mí fue increíble, al ver dicho anuncio me sentí encaminado, como si supiera que el hilo del destino de lo que seré algún día y aquello con lo que mi felicidad, será algo alcanzable.
Todo eso se fue acrecentando más y más cuando llegó el día con el que finalmente podría entrar a la escuela de detectives zombies, mis padres no estaban muy entusiasmados con esa idea al comienzo porque escuchaban que todo aquel que entraba ahí, no prosperaba y quedaba marcado de por vida como algo malo para los demás zombies al ir en contra del común social en el que están los demás; sin embargo, sobre cualquier pensamiento general, mis padres decidieron apoyarme y no interfirieron con mi idea de entrar a la escuela, aún sabiendo que debía estar lejos de ellos durante todo el año escolar que implicaba, alrededor de los próximos 5 años.
Finalmente llegó el primer día de la escuela, y debo decir que fue extraño. Al momento del ingreso en agosto 05 del 2023, me sentía desubicado y no porque no encontrara cómo llegar al sitio de clases, ni mi habitación, sino por el recibimiento por parte de los úlfuros, ya que sí, la escuela estaba ubicada en medio de la academia de entrenamiento y seguridad “Grát Öryggi” en la que salía cada nuevo Úlfuro a vigilar y según ellos, “proteger el pueblo”. El asco, petulancia y arrogancia por parte de cada uno de ellos era evidente con cada paso que daba en lo que ellos catalogan como su territorio, pero dicha sensación empieza a desaparecer en cuanto conozco a mis primeros compañeros, quienes se volverían después en mis mejores amigos: Kryatt, un zombie estrafalario que no teme a las adversidades y expresa siempre sin importar qué su opinión aun cuando pueda tener posturas en las que muchos otros zombies no estén de acuerdo; fiel partidario de las protestas y revolución presente dentro de nuestra sociedad y busca llegar a desenmascarar los secretos de los vampiros gracias a lo que pueda aprender como detective; Asper, una zombie que lo contrario a Kryatt, nunca ha sentido un talento y sentimiento temerario sobre lo que sucede alrededor nuestro y trata por medio de la escuela, dejar que sus logros hablen por ella y lo que busca en su vida y la de los demás zombies. En un comienzo no creí que fuéramos a ser tan unidos pero el deseo del cambio y la evolución del todo, fue un fuerte vínculo y el nexo con el cual converge nuestra amistad.
A partir del primer día, empezamos a lidiar con la escuela, sus responsabilidades y enseñanzas que a nuestro pesar, teníamos en nuestra cabeza que quizás la enseñanza que nos daban era muy limitada, con respecto a la de los úlfuros; como si simplemente este departamento y profesión fuese solo un pretexto y un estímulo vacío para mantener calmada a la muchedumbre enfurecida, tanto así que las clases prácticas nunca sucedían, los profesores nos informaban que se posponía una y otra vez y nosotros sentíamos como nuestra nueva compañía, la constante impotencia en forma de una cadena que solo nos limitaba y reducía a algo cercano a “un cero a la izquierda”. Pasaron los meses y como de si una chispa que desencadena en una flama se tratase, dicha frustración se convirtió en un reto, y junto a Kryatt y Asper, estábamos hartos del manejo que estaba teniendo nuestra enseñanza, que adicional a esta, nos dejaba casi en la miseria puesto que nuestras aulas estaban acabadas y nuestros alimentos se veían cada vez más reducidos con respecto a los de nuestra contraparte de especie. En pro de buscar mejorar en nuestra área y demostrar a los úlfuros que éramos más que solo un peón desechable para todos, decidimos buscar nuestra propia práctica de un caso por nuestra propia cuenta; Kryatt entusiasmado con la idea, pretendía salir de la academia como “Pedro por su casa” y entre Asper y yo lo detuvimos, Asper no estaba segura de la idea, pero en beneficio de lo que sería nuestro futuro la convencí finalmente mencionando:
Si eliges que el futuro sea distinto, no habrá un detonante mayor para el inicio del cambio… que la decisión de comenzarlo.
Asper al escuchar esto decide contarnos su idea, mencionando que el día de ayer mientras se dirigía a la clase de análisis forense I, escuchó a 2 úlfuros como discutían sobre el aumento de casos “D.R” y que el más reciente aún no ha sido localizado el cadáver pero que tenían pistas sobre su paradero cerca a memorial central y se dirigían allá en 2 días para hacerlo desaparecer de entre los zombies. Apenas nos comentó esto Asper, decidimos aprovechar que todavía no habían ido en búsqueda del cadáver ignorando el comentario final y sin cuestionarnos el porqué de su deseo por hacer eso, logramos escapar de la academia y llegar al memorial central al anochecer, sin embargo, nos sentíamos extraños, nuestra piel se veía extraña y menos pálida que de costumbre, la niebla en nuestros ojos comenzaba a desvanecerse, pensábamos que era por no haber podido comer bien todos estos días. Allí descubrimos un olor distinto, un extraño material seco que guiaba hacia un callejón por donde la única luz que entraba era la de un rayo del cielo, distinto al de la luna y cuando finalmente dimos con el cadáver, nos impactamos. Su apariencia era completamente distinta a la de cualquier otro zombie que hayamos visto antes, su piel era más cálida, su cabello era oscuro como el cielo mismo, y sus ojos brillaban más que cualquier estrella que pudiéramos ver. Cuando decidí acercarme e intentar determinar su causa de muerte antes de la llegada de los úlfuros, despierta el zombie y me empuja hacia una casa abandonada, en la que llegan Asper y Kryatt, y junto a mi, somos embarrados de su líquido rojizo mientras nos calla y advierte del peligro; de la nada, el ambiente se vuelve frío, con angustia, y la vida misma se encuentra con terror y miedo dentro de nosotros. Un úlfuro decidió adelantarse a su grupo e intentó encontrar más rápido que los demás el cadáver D.R para robar “el alimento” antes que los demás puesto que ya no se veía igual, era más errático y salvaje y todo su cuerpo se veía más vulnerable; finalmente decidió regresar con mucho enojo puesto que consideraba que estaba en un punto muerto y buscó por otros lados de la ciudad.
Una vez que se fue, tuvimos la oportunidad de hablar con el cadáver zombie y le pedimos explicaciones. Comenzó diciendo que no era un cadáver ni mucho menos un zombie, era un “humano”; nosotros no entendíamos qué quería decir eso, por lo que nos contó la verdad:
Soy un humano, y todos ustedes también. ¿quieren saber la verdad? la verdad es que todo lo que ustedes consumen, son sobras humanas con un compuesto vegetal; es procesado e industrializado como alimento proveniente de cada humano que ha despertado previamente y lo que hace en sus organismos es mantenerlos como son ahora… Frágiles, manipulables y sin un verdadero libre albedrío. ¿no se han cuestionado por qué decidieron hacer lo que hicieron hasta aquí y su apariencia en manera proporcional ha cambiado? No están enfermos, están muriendo y su muerte, es el renacer a la verdadera libertad.
Al escuchar todo esto, los tres éramos incapaces de reaccionar, nuestra mente estaba en shock y la simple realidad nos costaba asimilarla completamente; lo único que logré pensar fue si toda nuestra realidad ha sido mermada y construida en base de engaños, ¿Cuál es el verdadero hecho de nuestra existencia? nuestro futuro y todo lo que creíamos que era real, ¿somos incapaces de construirlo? El exterior y el ser van más allá de lo que nuestros ojos logran ver, y si queremos descubrir la verdad, debemos escuchar el horizonte y alcanzar el punto de fuga.
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