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🌙┊。.゚✧* — ♡ #INS24 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 싸늘한 STORM AT SEONGMI 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #ATJELLYMOON + #ATPINKU 。.゚✧*
El agradable chófer de la familia Uchinaga había pasado años al servicio de los integrantes, junto a la familia. Desde antes del nacimiento de Aeri hasta la actualidad, en la que ella se había vuelto una universitaria de primer año. Hacía tiempo que la japonesa aprendió a moverse por las calles de Seongmi con tal naturalidad, que parecía haber nacido ahí, debido a la necesidad constante de la escuela y el trabajo; sin embargo, de vez en cuando le pedía amablemente al chófer si podía llevarla a ciertos lugares.
Él ahora era un hombre mayor, que quizá estaba por jubilarse y se había acostumbrado a llevarla a todos lados desde su temprana edad, que ahora se había vuelto una tarea imposible el decirle que no, por el simple cariño que le tenía.
El recorrido desde Yongjeon hacia Haebyeon no era demasiado largo, pero aun así se acomodó en su asiento mientras veía cualquier cosa en su teléfono, al menos hasta que el hombre al volante llamó su atención y entonces bloqueó su pantalla.
—Señorita Aeri, ¿cree que vayan a estar bien? Quizá se venga una tormenta. —Deberá estar bien, chófer Kang. Una pequeña lluvia no nos detendrá. Él soltó un par de risas, llenas de ternura. —¿Se encontrará con la señorita Vic?
Aeri asintió un par de veces, mostrándose bastante animada, como cada vez que se mencionaba el nombre de su mejor amiga. No era un secreto para nadie de su familia, el que ella quisiera pasar todo el día a su lado, pero vivir en distintos distritos volvía difícil la tarea. Aun así, hablaba constantemente con ella e incitaba el crecimiento de su vínculo con pequeñas escapadas como ese día.
Para el momento que llegaron a la ubicación marcada por el GPS del vehículo, Aeri se despidió de su chófer, haciéndole saber que le haría una llamada cuando su estadía con Vic terminara, para que pudiera recogerla. Después subió por el ascensor del edificio donde su mejor amiga vivía y tocó el timbre sin más. El par de chicas había quedado con anterioridad, así que estaba segura de que la recibiría con los brazos abiertos, como era justo y necesario. —¡Vic bebé!
La estrechó entre sus brazos, más fuerte de lo que le hubiera gustado. Pero, la extrañaba muchísimo y no se iba a quedar con las ganas de hacérselo saber. Pasó al interior del departamento con sus cosas, poniéndose cómoda luego de la invitación de su amiga. La japonesa llevaba un par de accesorios veraniegos, porque aunque aún hacía algo de frío en esa estación, estaban seguras de que por la tarde podrían disfrutar de la zona del malecón.
—¿Qué opinas? ¿Crees que algo de lluvia nos detendría?
Cuestionó divertida, soltando algunas risas conforme se acercaba a la ventana más próxima. De pronto, notó cómo un relámpago cruzaba el cielo en su totalidad, sintiéndose algo aterrada por la escena digna de una película de apocalipsis. En ese momento, la programación de la televisión se vio interrumpida, abriendo paso a un anuncio importante de última hora que daba el canal de noticias de Seongmi.
En tanto el azul del cielo se veía opacado por nubes tan grises como casi negras, la reportera hacía el aviso importante acerca de fuertes tormentas tanto de lluvia como eléctricas que rodearían Seongmi durante los próximos días. Desde ese momento se vio desanimada ante la prohibición de ir a las áreas cercanas al malecón, pues podría haber un desbordamiento en aquella zona de Haebyeon.
Evitar salir si no era necesario o cargar paraguas e impermeable al momento de ir a la calle, tener todos los suministros necesarios para un posible corte de luz y estar pendientes de las actualizaciones para recibir actualizaciones eran algunos de los consejos que mencionaba la presentadora de las noticias.
Al igual que Vic, la japonesa llamó a sus familiares y amigos, especialmente al chófer Kang para advertirle que evitara salir a la calle, mucho menos que regresara por ella. No deseaba poner en peligro la vida del hombre que apreciaba tanto. Podría llegar a ser peligroso si la lluvia nublaba su vista o las llantas se derrapaban por la humedad del concreto.
—¿Estás lista para estar atrapada conmigo? Al menos mientras la lluvia baja un poco de intensidad.
Soltó unas leves risas, acercándose nuevamente a Vic. Mantenía el ánimo y estaba segura de que lo resolverían con un par de bebidas calientes, comida reconfortante y un maratón de la serie favorita de ambas. La siguió por el departamento, sintiéndose algo nerviosa cuando el ambiente se veía blanco debido al repentino resplandor de los relámpagos.
—Al menos no se ha ido la luz... de momento.
Mencionó entre una risa nerviosa. Y justo en el momento en que un relámpago se acompañó de un estruendoso trueno, la lluvia pareció desenfrenarse al comenzar a golpear fuertemente las ventanas. Ambas corrieron hasta el vidrio, para ver la ciudad, confirmando que parecía sacada de una película del fin del mundo.
—Ahora tengo miedo.
Un trueno más fuerte se volvió a escuchar, provocando que Aeri se abrazara a Vic con un sutil temblor. La lluvia le encantaba, pero los truenos detonaban algo dentro de ella, que la hacían sentir como una niña nuevamente, recordándose a sí misma completamente sola en su habitación, escondida bajo la cama, con sus peluches alrededor mientras intentaba ocultarse del fuerte sonido de una tormenta.
En el momento en que sintió los brazos de Vic a su alrededor, alzó el rostro para encontrarse con su sonrisa y al instante se sintió muchísimo mejor. Una vez más recordaba que no importaba qué tan fuerte fuera la tormenta, pasarlo en compañía de su mejor amiga, siempre se sentía como un lugar seguro.
Y ese momento no era la excepción.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #2BCKTLST_02 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 YONGJEONG. ICE SKATING 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #ATJELLYMOON 。.゚✧*
En pleno invierno, el parque de Lotte World vibraba con música, atracciones brillantes de todo tipo y la helada brisa invernal de la que la japonesa se sentía adicta. Cuando el viento soplaba con gentileza, a pesar de provocar más de un escalofrío recorrer su espina dorsal, la sensación cálida tan única de presenciar su estación favorita en pleno apogeo, la invitaba mantener una sonrisa adornando su rostro mientras se dirigía a la taquilla para comprar su boleto de ingreso al famoso parque de atracciones.
Un gorro negro cubriendo su cabeza la resguardaba del frío para mantenerse cálida, pero aun así, sus largos cabellos rosados se las arreglaban para brillar junto a esas luces que adornaban el paisaje frente a ella.
La puntualidad era una de las virtudes de Aeri, pues normalmente se aseguraba de llegar al menos diez minutos antes de la hora acordada. Era de la idea de no hacer esperar a la persona que le acompañaba en cada momento. Ese día, no obstante, la motivación era diferente. No solamente los nervios la estaban traicionando al hacerla sentirse un poco preocupada por si se veía lo suficientemente presentable para ese día, además, la idea de encontrarse con Mingyu no hacía más que provocarle una fuerte sensación de cosquillas en el estómago en cada oportunidad que pensaba en él.
En un intento de sentirse más en calma, Aeri se situó justo a un lado de la entrada a la pista de hielo. El patinaje sobre la gélida superficie era una de sus actividades favoritas para hacer en aquella estación y, claro, era la primera atracción que deseaba visitar. La primera de muchas, pues aun cuando terminara su turno para disfrutar de esa aventura, estaba segura de que lograrían divertirse con algunas otras actividades. Era algo que había deseado hacer hacía mucho tiempo. No era muy buena para mantener el equilibrio, pero estaba segura de que se divertirían bastante.
Al menos, creía que las risas no faltarían.
Durante su espera, alzó la mirada hacia el cielo para darse cuenta de que la noche había caído, percatándose de ello aun cuando parecería que las luces del parque temático podrían opacar ese anochecer, pero no para ella. Aeri esperaba por él, dirigiendo su vista hacia todas las direcciones posibles, esperando que los nervios no le jugaran una mala pasada.
Fue entonces cuando, segundos después, Mingyu se acercó lentamente en su dirección. La sonrisa que se dibujaba en el rostro masculino era aún más brillante que cualquier luz existente dentro de ese parque de atracciones. Su mirada se encontró con la de él, percibiendo todo en cámara lenta hasta que se giró un poco, encontrándose de frente con su acompañante.
Y de pronto, parecía que el mundo había cobrado vida.
Ni siquiera la helada brisa de la pista de hielo detrás de ella, logró disminuir el calor que la emoción le provocaba ante el encuentro con Mingyu.
Ambos consiguieron ese par de patines que les garantizaba una aventura divertida, tras saludarse con entusiasmo.
—¿Estás listo, oppa? Espero no caerme.
Señaló entre risas, aligerando los propios nervios que ella estaba sintiendo. Avanzó un poco, sosteniéndose del amigable soporte que le habían prestado por si se volvía complicado hacerlo sola. Enseguida se volvió a dar vuelta, esperando por él.
Y en el momento en que lo vio entrar en la pista de hielo, Mingyu se aproximó a ella para deslizarse a su lado por la extensión del hielo, con el cielo nocturno y las estrellas sobre ellos. La calidez volvía a llenar su cuerpo, esta vez siendo una mucho más interna. Cuando se sentía sola, se acercaba aún más a él y se sentía como en casa.
Justo como en ese momento.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #PAN06 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 싸늘한 AT SEONGMI'S MUSEUM 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #ATJELLYMOON + #ATMUSE。.゚✧*
El recorrido que hacía la camioneta que la trasladaba de regreso a su departamento luego de tener un desayuno importante con su padre, se volvió mucho menos aburrido cuando decidió pedirle amablemente a su conductor, que encendiera la radio, localizando la estación que le apetecía escuchar en ese momento. En cuanto las canciones distintivas de la época de los ochenta comenzaron a resonar en sus oídos, una amplia sonrisa se mostró en el rostro de la japonesa.
Aeri miraba entretenida por la ventana, tarareando o cantando las letras que mejor se sabía. Durante ese momento no prestó atención a su teléfono, pues quería apreciar el agradable día que parecía dar inicio al ver que la zona comercial de YongJeon abría sus puertas a cualquier visitante o transeúnte que pasara por ahí.
El sonido interrumpido de una de sus canciones favoritas llamó su atención, estando a punto de quejarse debido a los anuncios publicitarios, hasta que una voz bastante armoniosa comenzó a citar información importante con respecto al Museo de Cultura, Ciencia y Tecnología de Seongmi. Escuchó atenta, sorprendiéndose por la variedad de temáticas que abarcaba el espacio cultural.
Tomó su teléfono para anotar rápidamente la información, pues desde que escuchó acerca de los espacios ambientales como las exposiciones al aire libre y el planetario, estaba segura de que necesitaba darse una vuelta.
Los horarios de atención eran bastante generosos, así como los días en que se encontraría abierto y claro, los precios eran superaccesibles al tratarse de algo tan especial como lo era el arte y la cultura. Ahora estaba ansiosa de asistir, pero no deseaba encontrarse sola recorriendo los pasillos de aquel museo. Durante un momento pensó, hasta recordó a aquella nueva amistad que había encontrado por casualidad en el paseo del acuario.
Chloe, era una chica bastante agradable con quien apenas había intercambiado algunos mensajes; sin embargo, deseaba profundizar aquella interacción para encontrar una nueva amistad con la cual pudiera sentirse cómoda. Justamente era como se sentía en compañía de aquella chica. Probablemente, ella también había escuchado las noticias, pero no quiso quedarse con las ganas de extenderle la invitación.
[SMS: CHLOE] [09:00] ¡Buen día, Chloe! [09:01] Espero que estés despierta, pues no quisiera ser la causante de una madrugada en pleno sábado. ㅋㅋㅋ [09:03] El Museo de Seongmi ha abierto sus puertas. Quizá ya te enteraste por las noticias, y quería preguntarte si te gustaría ir conmigo, ¿qué dices?
Esperó pacientemente por la respuesta, dándole tiempo para adentrarse en su departamento cuando llegó al edificio. Se despidió del chófer Kang cuando se bajó del vehículo, ingresando animada hasta que llegó al interior de su hogar. Suspiró un par de veces, decidida a terminar sus deberes. Fue entonces que recibió la respuesta positiva de Chloe, con quien finalmente quedó para verse fuera del museo, a las 12:00 en punto. Aún quedaba tiempo para que ambas estuviesen listas para encontrarse.
—12:00—
En cuanto cruzó la calle, se encontró con la increíble estructura que marcaba el frente del museo, sorprendida por el trabajo del arquitecto. Ella no conocía sobre ese tema, pero debía haber sido un genio el que lo diseñó. Animada dio unos pasos más hasta que se encontró sorpresivamente con Chloe, a quien rápidamente saludó con una sonrisa. Estaba nerviosa cada vez que convivía con personas, pero también se recordó mentalmente, que debía disfrutar de esa pequeña salida que no solamente le regalaría una nueva perspectiva cultural, si no, que también le permitiría conocer una nueva amistad.
Una vez que el par de chicas adquirió sus boletos de entrada, caminaron animadas hacia el interior del lugar. Entonces, la japonesa volteó a ver a Chloe para hacerle saber que su mayor deseo para esa experiencia, era el explorar la zona al aire libre, donde se exhibía parte del ambiente natural que rodeaba a Seongmi.
—¿A dónde deseas ir tú? ¡Hay tantas secciones!
En el momento en que decidieron ir a explorar primero las salas que cada una quería ver, pensó que quizá no podrían explorarlo todo en un solo día, ya que el museo era bastante grande. Afortunadamente, los letreros que mostraban las indicaciones eran bastante claros.
Fue así que exitosamente se encontraron con la exhibición del jardín al aire libre, proyecto que mostraba las diversas especies de vegetación propias de la región de Seongmi, donde además florecían en sus respectivas zonas, las plantas y flores provenientes de las secciones Haebyeon, Jinsil y YongJeon. Cada una de esas zonas era especial, pero debido a las diversas condiciones climáticas de cada una de las regiones, las foráneas eran más pequeñas, aunque no menos hermosas.
El invierno aún abrazaba al hemisferio norte, provocando que la vegetación fuese más rústica, quizá sin tanto color como sería en primavera, pero aun así era gratificante encontrarse rodeados de naturaleza aún en medio de una zona llena de edificios y empresas. Quizá ese era el punto para darle vida y un toque verde a ese lugar.
—Está haciendo frío aquí afuera, pero creo que lo vale por completo. ¿No crees?
Aeri cuestionó mientras recorrió junto a Chloe cada uno de esos pasillos, tomando fotografías con su teléfono. Cada tanto volteaba a ver a su compañera de aquella aventura, compartiendo comentarios, lecturas de los letreros, explicando cada exhibición y algunas risas hasta que el recorrido llegó a su fin, devolviéndolas al pasillo interno, que las resguardó un momento de la sutil brisa invernal.
—¿Estás lista para ir a tu sección elegida?
Volvió a preguntarle, mostrándose igual de animada que al principio. Así, entonces, caminó en la dirección que Chloe le señalaba.
Todavía quedaba mucho por ver, así que no se detendría por el momento, pues se sentía más que curiosa por ver qué maravillas les aguardaban.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #INS22 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 싸늘한 HAEBYEON AQUARIUM 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #ATJELLYMOON 。.゚✧*
Estudiar podía ser abrumador cuando las vacaciones se terminaban, especialmente después de haber pasado una preciosa temporada invernal en compañía de la temporada navideña, pasando los días envuelta en alguna cobija, viendo películas mientras una deliciosa taza de chocolate caliente te hace olvidar que durante todo el año fuiste un desastre.
La japonesa estaba lista para continuar su recorrido por las aulas cuando terminó su comida. Sin embargo, antes de levantarse, reconoció en el ambiente un dulce aroma a cerezos que percibió justo en el momento en que Jimin se sentó frente a ella, con esa enorme y brillante sonrisa que la caracterizaba. Para ella era imposible apartar la mirada, cuando entraba en cualquier habitación, mucho menos cuando era claro que estaba ahí para verla.
—¡Aeri-yah! La mencionada mostró una sonrisa sutil, contrastando con la brillantez de su compañera. Era un gesto que consideraba lo suficientemente frío, para que la más alta no pudiese darse cuenta de su emoción cada vez que decía su nombre. Quizá porque no deseaba demostrar que, al minuto dos, su corazón le pertenecía a la dueña de esa sonrisa mágica.
Su acompañante le extendió su teléfono, a fin de mostrarle una noticia de la ciudad. Aeri tomó el dispositivo móvil y se propuso leer el artículo. Sus ojos se abrieron con sorpresa; jamás había escuchado de un acuario en Haebyeon, mucho menos que tuviese tantos años funcionando con una inmensa y diversa cantidad de especies marinas.
—Debido a la llegada del año nuevo, el Acuario de Haebyeon, ¡regalará el acceso gratis a los residentes de Seongmi!
No era fácil tomarse tiempos libres para hacer actividades que le gustaran, fuera de la rutina que llevaba. De la escuela partía a la agencia y cuando no había trabajos, estaba sentenciada por su padre para llevarla a las reuniones aburridas con sus colegas empresarios.
Afortunadamente, ese día estaba libre de sesiones fotográficas.
—Debe ser muy lindo, eonnie. ¿Piensas ir después de clases? Quizá era demasiado obvia la invitación indirecta, pero la japonesa no quería darse el lujo de no escucharlo explícitamente. Jimin se mostró ansiosa, frunciendo el ceño ante el jugueteo de Aeri, quien se hacía de la vista gorda. La mayor de ambas rodó los ojos para finalmente soltar un par de risas.
—¿Te gustaría ir conmigo, Aeri-yah? Ocultó perfectamente que la emoción invadiera su cuerpo entero, provocando que una sonrisa amplia fuese imposible de evitar. La japonesa alzó la vista antes de asentir, levantándose finalmente de su silla, para dirigirse a sus últimas clases
Habían quedado en verse en la entrada del lugar, justo después de clases.
Pero, después de una invitación de ese tipo, ¿quién podría poner atención a lo que el profesor decía? Aeri tuvo momentos difíciles para concentrarse cuando solamente podía pensar en aquella visita al acuario en compañía de Jimin, mientras se perdía en el azul del cielo, mirando por la ventana como si ella estuviese ahí.
Estaba nerviosa, no iba a negarlo.
Durante el recorrido hacia la dirección marcada por el mapa en su teléfono móvil, no podía evitar sentirse cada vez más ansiosa.
Su corazón latió rápido cuando, al mirar por la ventana, observó a Jimin esperándola. Aeri llevó la mano a su pecho para intentar calmarse y finalmente bajó del vehículo. Caminó animada hasta donde ella se encontraba, soltando algunas risas por verla tan emocionada, como si un cachorro la hubiese poseído.
Rápidamente, fue hasta ella, dedicándole una sonrisa que guardaba más que el sentimiento de felicidad. Las dos caminaron hacia la entrada y el interior, luego de mostrar sus identificaciones que avalaban su residencia en Seongmi.
Ella estaba en YongJeong mientras Jimin formaba parte de Haebyeon.
En cuanto cruzaron la entrada principal, el azul del agua, reflejándose en todo el panorama, la llenó de entusiasmo al ser su color favorito. Lucía mágico, como sacado de un cuento de hadas. El túnel por el que caminaban mostraba todo tipo de animales marinos, desde peces pequeños hasta caballitos de mar, e incluso había algunas especies más grandes por ahí. Lo confirmó cuando vio nadar sobre ella, algunos tiburones probablemente de alguna especie más "amigable" para vivir en un acuario.
—¡Tomemos una foto, eonnie! Para recordar este momento.
Propuso la japonesa con entusiasmo, a lo que Jimin respondió al acomodarse a su lado, aunque un poco detrás para encajar perfectamente. Estaba segura de que guardaría aquella fotografía por el resto de sus días.
—¿A dónde deberíamos ir ahora? ¿Vemos a los pingüinos? ¿El jardín de medusas?
Preguntó una emocionada Jimin mientras se alejaba con pasos grandes, jugueteando animada mientras mostraba esa sonrisa tan propia de ella, que solamente la hacía ver aún más bonita. La mayor se reía mientras vagaba por debajo del túnel, completamente pintada del azul más reconfortante que hubiese visto alguna vez. No estaba segura de nada, solamente sabía que Jimin era una de sus personas favoritas en todo el mundo.
Y de pronto pensó, que podría ser la última vez que la viera. La incertidumbre era un sentimiento constante cuando pasaba tiempo a su lado, así que sabía que debía aprovechar al máximo cada segundo.
Caminó detrás de ella, tomándole algunas fotografías más cuando ella inspeccionaba por sí sola las vívidas imágenes dentro de esa enorme pecera. Era el mejor modo de inmortalizar ese momento, pues las memorias podían desvanecerse junto con las personas.
No obstante, una fotografía era eterna. Tan eterna como el complejo sentir que caracterizaba su vínculo.
Cada segundo, cada momento, tenía que hacerlo durar tanto como le fuera posible. El tiempo siempre había sido generoso con ella, pero ahora se desvanecía rápidamente para abrir paso a una fragilidad que en cualquier momento podría romperse.
Pero, entre más tiempo pasaba con ella, menos quería dejarla ir. Quería pedirle un día más a su lado, suplicarle que no se fuera y, sobre todo, que no se llevara con ella su frágil corazón.
Y aunque Jimin siempre decía que seguirían siendo amigas y, sin importar lo que pasara, se encontrarían nuevamente algún día. Aeri se aproximó hasta la más alta para rodearla por los hombros, desde la espalda, compartiendo un abrazo tan sincero como ansioso.
¿Se iría? ¿Se quedaría un día más?
Sabía lo que quería decirle, aun cuando se lo guardara para ella, justo como esas lágrimas que buscaban un recorrido por sus mejillas.
«But if you leave, don't look back.»
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #SAMAJI 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 YONGJEONG. COLLECTION 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #ATJELLYMOON 。.゚✧*
Atravesó la puerta que daba hacia el interior de su habitación para recostarse en la cama, decidida a descansar un momento antes de dedicarse, probablemente toda la tarde, a quitar las decoraciones navideñas de su departamento. Aún no podía creer que su temporada favorita hubiese terminado y, con ello, volvería la aburrida vida fuera de esas festividades mágicas. Se impulsó a sí misma para intentar rodar un poco, al menos hasta tratar de alcanzar el control remoto de su televisor. ¿Quizá alcanzaría a ver una de esas películas navideñas antes de que terminaran la transmisión para volver a la programación normal?
De pronto, sintió una sutil molestia en la zona de su costilla izquierda, por lo que se levantó un poco al recordar que más temprano había hecho una compra importante durante su camino de regreso a casa. Tomó asiento en la acolchada superficie, metiendo un par de dedos en la bolsa de su abrigo, encontrándose con un precioso collar de Ghostface.
—Oh, my god! I'm really sorry.
Fue lo primero que pensó en decirle a aquella figura en color blanco con sus respectivos tonos negros, soltando una risa llena de vergüenza. No era la primera vez que se encontraba hablando con un objeto inanimado, pero al menos justo en ese momento estaba sola y nadie podía verla como si estuviese loca.
Se levantó para dirigirse hacia la habitación continua, esa donde guardaba sus más grandes tesoros. Cuando abrió la puerta, de lleno se encontró con el enorme estante que resguardaba con tanto cuidado su colección temática de una de sus películas preferidas: Coraline. Animada por encontrarse nuevamente con todo lo que había obtenido durante ese tiempo, se aseguró de que cada pieza estuviese impecable mientras se desplazaba hacia el otro extremo del estante, donde había comenzado una colección de su personaje favorito de todos los tiempos.
Observó orgullosa la figura de Ghostface que estaba perfectamente acomodada al centro de las películas pertenecientes a la franquicia y con cuidado colocó también el collar recién adquirido, haciéndole compañía a esa preciosa vista de los DVD de Scream en todas sus versiones hasta el momento.
Ladeó un tanto el cuerpo, cargándose a su derecha a fin de encontrarse de frente con la aún más pequeña colección: la que mostraba bolas de nieve con temática navideña, una que estaba en proceso de volverse tan grande como la que resaltaba apenas ponías un pie en la habitación. Esos tres estantes definían todo lo que la japonesa era, desde su personalidad, hasta sus alegrías más grandes.
Sin duda alguna eran un reflejo de sus intereses, de esas cosas que a menudo la hacían sentir en un lugar seguro.
Había tantas memorias ahí dentro, contenidas en una habitación, como esperando a ser liberadas cada vez que giraba la manija para ingresar. La iluminación en un sutil morado dentro de la habitación provocaba que su corazón se sintiera aún dentro de la espeluznante magia de Halloween, aun cuando el año nuevo había dado inicio con el mes de enero un par de días atrás.
Los recuerdos de las personas que le había dado algunos de esos objetos provocaron que su corazón se estremeciera dentro de su pecho. Algunos de ellos ya no estaban a su lado, los vínculos con otros no eran los mismos que antes y aunque muchas veces se sentía triste porque extrañaba lo que alguna vez había sido, no podía evitar sonreír cada vez que detallaba con sus brillantes iris, la emocionante habitación dedicada a lo que tanto la fascinaba.
Se acercó nuevamente al collar de Ghostface, soltando una leve risa al leer el mensaje que estaba escrito en el pendiente. Un detalle que sintió fue lo que sería llamado the tip of the iceberg.
—"The icon of Halloween", well... duh!
Mencionó nuevamente para aquel personaje que le encantaba desde que tenía memoria, o quizá, más bien para sí misma. Entre algunas risas y contenta, se decidió a salir de aquella habitación, esperando encontrar la voluntad para regresar a la normalidad luego de una nostálgica temporada de esas festividades que amaba.
Quizá ahora más animada después de ver su habitación llena del ambiente espeluznante y mágico que sus colecciones le inspiraban.
De pronto, encontró la valentía en aquellos objetos de sus colecciones para continuar con su vida como sea que viniera y esperar pacientemente a que octubre llegara nuevamente.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ ACT. INICIAL 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 SEONGMI. YONGJEONG 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #ATJELLYMOON 。.゚✧*
La adolescente seguía sin poder creer que su padre fuese tan egoísta. En ese mismo momento se enfrentaba al hombre en un duelo de miradas fijas, siendo ella la primera en perder, parpadeando en tantas ocasiones que causó la risa del adulto, hecho que la japonesa realmente odió, pues lo consideraba como una burla hacia ella y sus sentimientos. En determinado momento miró fijamente por la ventana del avión que la alejaba del mundo que había conocido durante toda su niñez. La pequeña de tan solo doce años veía con lágrimas en los ojos cómo la torre de Tokio se alejaba cada vez más de su vista.
El reflejo de su nostálgica mirada parecía ser el inicio de un cruel destino que la aguardaba una vez llegara a su nuevo hogar. La ciudad de Seongmi parecía un lugar idílico para la familia que deseaba extender la marca Uchinaga a un país vecino, al haber encontrado un par de socios coreanos que les ayudarían a abrirse paso en la industria automotriz, inclusive a nivel mundial.
Aeri observó de reojo a su madre, quien estaba sentada justo a su lado, leyendo tranquilamente una de sus revistas de moda favoritas mientras su padre revisaba detalladamente los papeles legales propuestos por aquella sociedad de la que sería parte. La adolescente resopló al ver lo contentos que ambos se encontraban debido a aquella decisión. Miró nuevamente por la ventana, encontrándose con la esponjosidad de algunas nubes.
No podía estar enojada con sus padres, no cuando hacían aquello para mejorar la calidad de vida de la familia. Aeri limpió las lágrimas que amenazaban con deslizarse por sus mejillas, suspirando un par de veces para darse el valor de despedirse de la vida que estaba dejando atrás. Su antigua casa, sus amigos, inclusive aquel inocente crush que había experimentado por un chico de la escuela.
Cerró los ojos para intentar conciliar el sueño, pero enseguida escuchó un constante ruido agudo que la hizo despertar tan rápido como cerró los ojos minutos atrás —o al menos así le había parecido—, encontrándose con el reloj despertador que le avisaba que era momento de levantarse para iniciar el día.
Observó por la ventana que el cielo aún estaba oscuro al marcarse las seis en punto. Se levantó y caminó en dirección del tocador con espejo y se miró fijamente, mostrando una sutil sonrisa. Nuevamente, había tenido ese sueño en el que se recordaba despidiéndose de su antigua vida en Japón. La joven que ahora cursaba la universidad caminó hasta encontrarse con aquel estante donde guardaba sus más preciados tesoros llamados fotografías.
—Y pensar que creíste que este lugar no sería tu hogar... mírate, construiste toda tu vida aquí en Seongmi.
Mencionó para sí misma al tiempo que acariciaba con las yemas de sus dedos las esquinas de los portarretratos que guardaban sus más cálidas memorias. Los cambios eran aterradores para ella, quizá más de lo que se atrevería a aceptar, pero finalmente aquella nueva ciudad se había sentido como un hogar desde el primer momento en que sus pies habían tocado el piso al bajar del avión cuando era apenas una adolescente.
Caminó nuevamente hasta donde se encontraba su cama, ignorando los mensajes de su mánager, al menos momentáneamente. Las notificaciones comenzaron a llenar su teléfono, pero el encontrarse con un mensaje en específico recordó que el sentimiento de sentirse en casa había nacido cuando aquella nueva experiencia trajo a aquella persona que se había vuelto precisamente su hogar.
«¿Te gustaría comer conmigo por la tarde, Aeri bebé?»
La sonrisa se hizo aún más amplia mientras respondía con rapidez antes de cualquier cosa, porque ella era la persona más importante.
«¡Por supuesto que sí! Me encantaría, mi bebé Vic.»
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⭐┊。.゚✧* — ♡ #HOMEXMAS29 다치고 망가져도 나 뭘 믿고 버티는 거야 어차피 떠나면 상처투성인 CHAPTER IV. FUNKY GLITTER: 29 채로 미 워하 불쌍해하는 네가 내 눈엔 더 불쌍해 네 멋대로 내 사랑을 끝낼 순 없어 이 아픔 없 #JELLYMOON + #DEERSC 。.゚✧* 🎄
Un nuevo año siempre marcaba una nueva Navidad para celebrar en compañía de la princesa Sophie, la gran amiga con la que siempre ansiaba poder convivir, especialmente en las emocionantes fechas decembrinas que se llenaban de festividades en todos los reinos. Al igual que en Zumaria, Encantia se pintaba de Navidad, apenas llegaba el primero de diciembre.
Nuevamente, convenció a su padre para que la dejara viajar hasta el reino de su mejor amiga desde muy temprano por la mañana, a fin de comenzar con los preparativos para la fiesta de esa noche. Vivian no deseaba hacer madrugar a nadie, pero había quedado con Sophie desde antes del comienzo de las vacaciones del periodo invernal en la escuela de magia. No quería llegar tarde ni entregar fuera de tiempo los regalos.
El cochero de su reino la llevó en el carruaje hasta el castillo de la princesa Sophie y apenas puso un pie en la entrada. Se encontró con la familia real, a la que saludó amablemente, además de respetuosamente con una reverencia al tirar suavemente de los costados de su vestido. Después de que el rey Roland y la reina Miranda la recibieran con los brazos abiertos, Vivian casi corrió para abrazar a Sophie.
Después las dos se dirigieron hasta la enorme habitación de la princesa e instantáneamente las sonrisas y risas llenaron los pasillos del lugar.
Vivian caminó al lado de su mejor amiga mientras se contaban todo tipo de novedades de las que pudieron haberse perdido durante la pausa de la jornada escolar. Su amiga, por supuesto, también la estaba poniendo al día con respecto a su vida, especialmente acerca de aquel príncipe que sabía que le gustaba desde que eran niños. Una vez dentro de la habitación, la más alta tomó asiento en la cama, cuidando que su vestido no se arrugara y así comenzó con su interrogatorio.
—¿Vendrá a la fiesta? ¿Qué decidiste obsequiarle, Sophie?
Vivian cuestionaba, animada, ansiosa por ver a su mejor amiga finalmente confesarse al príncipe Hugo. O quizá solamente se acercarían un poco más cuando le diera el regalo, esperando que este pudiera hacerle saber que, al igual que él, Sophie también tenía interés romántico en él.
La más alta soltó un grito de emoción cuando Sophie le aseguró que el príncipe Hugo iría a la celebración en su castillo. No se cansó de recordarle que cuando hicieron su baile navideño, él no había podido quitarle la mirada de encima. Era divertido ver a la más baja sonrojarse al ser molestada con ese tema, pero también era agradable reflexionar que Sophie parecía la típica protagonista de una historia romántica.
La princesa de Zumaria soltó una risilla en el momento en que la princesa la regañó por desviarse del tema, pidiéndole que se concentrara. Le mostró un enorme saco lleno de regalos, muy parecido al de Santa Claus. Vivian se sorprendió por la cantidad y rápidamente se levantó de la cama para ayudarle.
—¿Son todos estos? ¿Crees que terminemos a tiempo?
La preocupación llenó el rostro de la joven; sin embargo, Sophie permaneció tan positiva como siempre. Se contagió rápidamente del ánimo de la más baja y caminó a su lado, tirando con fuerza del saco de regalos para llevarlos al enorme salón de baile donde estaba el árbol de Navidad.
Las manecillas del reloj le recordaron que el tiempo no era nada gentil cuando había tanto por hacer. Cuando terminó de envolver el regalo que sostuvo en sus manos, caminó despacio hasta el árbol para dejarlo debajo de las ramas. Exhaló un momento, dándose cuenta del caos que tenían con el papel. ¿Por qué se habían propuesto para hacerlo? Ahora se arrepentía. Solo un poco.
—Nos quedan pocos, pero parece que el tiempo transcurre como el agua de un río.
Exclamó con pesadez, acercándose nuevamente al espacio de escritorio donde estaban trabajando juntas. Escuchó entonces a Sophie decirle que no debía preocuparse porque había pedido refuerzos. Curiosa la miró un momento antes de suspirar nuevamente. ¿Quizá James iría en su rescate? ¿Quizá Amber? No, no creía que fueran ellos. Tal vez algunos chicos de la escuela.
Concentrada en su labor, de pronto sintió su cuerpo estremecerse, al tiempo que su corazón se aceleraba y resonaba fuerte dentro de su pecho, justo como un tambor. ¿La razón de su estado actual? La emoción de escuchar la voz de cierto hechicero real. Vivian levantó la mirada para encontrarse con el rostro de Sophie, quien aguantaba una cómplice sonrisa, pero sí le guiñó un ojo.
Explicó que le había pedido ayuda a Cedric para envolver los regalos, el cual había accedido —aunque no de muy buena gana—. Vivian volteó un momento únicamente para encontrarse con el hechicero. La joven le dedicó una sonrisa tímida, intentando no mostrarse demasiado sonrojada cuando la expresión del pelinegro era más suave que años atrás.
Vivian se levantó para permitir que Cedric tomara lugar entre los regalos mientras pensaba en algún hechizo que pudiese servirles para terminar a tiempo. La sonrisa en el rostro de la joven era cada vez más brillante, especialmente por encontrarse con su mirada cada tanto.
𝐸𝑙 𝑐𝑎𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑎 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑎 ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑗𝑜́ 𝑝𝑎𝑝𝑒𝑙𝑒𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑜𝑑𝑎 𝑙𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑎, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑠𝑒𝑛𝑠𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑡𝑖𝑠𝑓𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛.
Sensación que también la abordó cuando obtuvo más tiempo junto a la persona que más le gustaba en todo el mundo. Y pensó, al igual que Sophie, ¿quizá esta sería la Navidad en la que también ella pudiera acercarse más a Cedric? Quería descubrirlo.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #HOMEXMAS03 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 CHAPTER I. WHITE: 03 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧* 🎄
Aeri se paseó por entre los muebles de la sala de estar, esperando ansiosa a que la menor de ambas estuviese lista. Solamente se detuvo un momento para revisar la hora en la pantalla de su teléfono, sin saber la razón de que se encontrara tan nerviosa por ese momento. Era buena hora para llegar a tiempo y ser parte del tumulto de personas que llenarían las tiendas del mercado local. Las sutiles decoraciones dentro del departamento le daban esa sensación navideña que tanto había deseado percibir desde el inicio de noviembre. Parecía estar todo perfecto, especialmente cuando en las noches apagaban todas las luces a fin de ver las series navideñas resaltando en medio de la oscuridad.
Sin embargo, la japonesa sabía que necesitaban ese algo más para que aquella decoración fuese tan mágica como la mismísima temporada. Necesitaban ese significativo elemento que era propio de la Navidad: un árbol. En cuanto escuchó los pasos de Vic aproximarse por las escaleras, Aeri colocó sobre su cabeza un gorro negro para cubrirse un poco de esa helada mañana que les esperaba.
Cuando sus pasos las situaron fuera del departamento, Aeri se apretó la una con la otra al momento de que una brisa helada las rodeó. Volteó a ver a su mejor amiga con una expresión de sorpresa, pero inevitablemente comenzó a reír para finalmente emprender camino hacia esa aventura. Quizá las personas las considerarían un par de locas por salir desde temprano en pleno otoño solamente para conseguir un árbol navideño.
Ella sabía que no era cualquier cosa, un árbol era algo más que necesario.
Subieron rápidamente a la van, buscando algo de calor dentro del vehículo. Aeri le agradeció con creces a su mánager por ayudarlas a llegar rápidamente al destino.
En el momento en que dieron vuelta en una esquina, se quedaron atascadas en un tráfico que parecía infinito. Desde esa corta distancia pudo darse cuenta de que estaban a unos pasos de la entrada al mercado, pero parecían no poder avanzar por la cantidad de vehículos. Ahí confirmó que no eran las únicas personas que esa mañana harían compras navideñas.
𝐸𝑙 𝑚𝑒𝑟𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑙𝑜𝑐𝑎𝑙 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎 𝑎𝑏𝑎𝑟𝑟𝑜𝑡𝑎𝑑𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑎́𝑟𝑏𝑜𝑙 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜 𝑒𝑛 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑜𝑠 𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑟𝑖𝑡𝑢𝑎𝑙.
—¡Hay demasiadas personas!
Exclamó sorprendida, volteando a ver a Vic con una sonrisa, aunque algo preocupada por la gran cantidad de asistentes. Finalmente, se animó a bajar de la van para continuar a pie el corto camino hacia la entrada. Tomó de la mano a su mejor amiga, dirigiéndola por entre las personas hasta la entrada que protegían dos enormes partes de un cancel que sería abierto apenas marcaran las siete.
El enorme reloj sobre la puerta parecía avanzar rápidamente conforme sus manecillas giraban, hasta que un constante sonido de campana anunció la apertura del mercado.
Naturalmente las personas se precipitaron a ingresar e ir en busca de lo que necesitaban. Era caótico, pero aun así Aeri comenzó a reírse divertida por las locuras que podía hacer la gente por algo como la Navidad, incluida ella. Con firmeza tomó la mano de su mejor amiga para evitar separarse y rápidamente comenzó a correr para librarse de ese apretado espacio.
Los puestos se llenaron de personas, pareciéndole divertido cómo incluso los vendedores se veían abrumados por la cantidad de compradores. No obstante, la alegría llenaba cada pasillo. Había sonrisas por todos lados, además de luces navideñas que seguramente ellas necesitarían para iluminar su árbol.
—¿Has pensado qué tipo de árbol te gustaría, bebé?
Preguntó a la menor, mirando en todas direcciones hasta que se encontró con la tienda llamada 'Granja de árboles'. Su mirada rápidamente fue a la increíble variedad que había en cada pasillo.
Había de todos los tamaños, de todos los colores. Seguramente había un árbol para cada persona.
—Me gustaría uno muy frondoso, no quiero tener un árbol pelón.
Enarcó una de sus cejas, bastante segura y seria acerca de aquella cuestión que finalmente le hizo soltar una risilla.
Se aproximó en compañía de su mejor amiga hasta el interior, donde comenzaron a inspeccionar cada uno de esos árboles. Y sin importar cuán abrumador pudiese resultar escoger solamente uno de entre miles, estaba aún más segura de que saldrían de ahí con el árbol perfecto.
Y lo sabría. Cuando al encontrarse con él, se sintiera como familia.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #HOMEXMAS02 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 CHAPTER I. WHITE: 02 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧* 🎄
La temporada navideña no solamente traía consigo sensaciones llenas de emoción, felicidad y cariño. Incluso con el ambiente en el que se podían respirar los villancicos, los recuerdos de todo lo vivido durante el año siempre le daban ese toque de nostalgia a cualquier actividad que pudiese relacionarse a la Navidad, especialmente alguna que se hubiese hecho con anterioridad o incluso un objeto que además de ser hermoso, también traería consigo algún tipo de dolor emocional.
Durante el fin de semana parecían estar relajadas, aunque no demasiado. Eran fechas familiares en las que ambas debían pasar tiempo con sus seres queridos; sin embargo, Vic era la persona más importante para Aeri así que la japonesa siempre que podía hacía el esfuerzo de pasar tiempo a su lado, robándola de sus familiares por un tiempo sin ningún tipo de remordimiento.
—¡Mira lo que encontré!
Exclamó con un tono de voz lo suficientemente audible para llamar la atención de la pelinegra, para escucharse por encima de los villancicos que resonaban en el departamento desde temprano. Emocionada, le mostró un par de cajas de esferas navideñas en colores tradicionales. Ante la respuesta positiva de Vic, la japonesa tomó las cajas para llevarlas hasta el sillón donde estaban colocando todo lo relacionado con el árbol navideño.
Hacía un par de años que habían decidido vivir juntas, pero parecía ser la primera Navidad oficial que pasarían juntas en su nuevo hogar, en el complejo de departamentos. Aeri había llevado consigo todos los adornos que recolectó durante su vida, sin embargo, no había tenido oportunidad de revisar ninguna de las cajas cuando se mudó, por lo que ahí se encontraban ambas, viendo qué podía servirles y qué podían donar a algún otro espacio que necesitara decoraciones.
Las risas no podían faltar durante ese momento, especialmente cuando la tarde pasó a ser una de karaoke navideño. Ambas cantaban con fuerza las canciones que se sabían, siendo Aeri la que propuso poner una canción navideña con la que se había obsesionado desde que había sido lanzada. "Magical" combinaba sus personalidades y gustos de una forma mística, mágica como decía la canción. Super Junior y TVXQ!, cantaban a todo volumen aquella emocionante pieza junto con ellas dos.
Aeri juguetona le dedicó un par de versos a su mejor amiga, pues la letra trataba de una amistad sincera y profunda que existiría por la eternidad.
Entre sutiles movimientos de baile fue avanzando mientras cantaba las partes de los chicos. Unas risas abandonaron sus labios al escuchar cómo algunas de esas frases salían desentonadas de su parte, cubriendo sus labios antes de seguir con su investigación. No podía ocultar lo emocionada que estaba por estar disfrutando de la Navidad, especialmente junto a Vic.
Habían clasificado casi todos los adornos en diversas partes del departamento para no revolverlos. Y claro, durante ese momento se veía bastante desordenado, pero conforme fueran adornando, cada cosa encontraría su lugar.
Estaba segura.
—¡Solamente falta una caja!
Avisó emocionada, volteando a ver a la menor cuando esta le avisó que iría por un par de bebidas para ambas. Aeri asintió, bastante de acuerdo en que se las merecían tras tanto trabajo. Entonces, la japonesa se colocó de rodillas al pie de la caja para comenzar a abrirla, curiosa acerca de lo que pudiese contener en su interior. No tenía recuerdos acerca del interior, por lo que, algo más dudosa la destapó para así ver lo que se guardaba con tanto recelo entre esas paredes de cartón.
Con cuidado removió el hielo seco solamente para encontrarse con una gran bola de cristal que contenía un copo de nieve en su interior. Durante un momento se quedó pensativa acerca de su origen hasta que los recuerdos vinieron a ella como un balde de agua fría, provocando que la joven sintiera como si una brisa gélida atravesó la sala de estar hasta abrazarla con firmeza. Agitó con cuidado el objeto desde la base para lograr agitar la blanca nieve del interior, la cual comenzó a deslizarse hacia abajo como si de una verdadera nevada se tratase.
Buscó el botón en la base para darle cuerda, confirmando con la melodía que se trataba de aquel obsequio que en una Navidad pasada le había dado a una persona a quien había amado con todo su corazón. Desafortunadamente, la felicidad en las relaciones a veces podía ser tan efímera como la Navidad, como había sido el caso de Aeri. Normalmente, durante la temporada decembrina se sentía contenta, pero no podía descartar esos momentos llenos de nostalgia en los que extrañaba tiempos y personas que no volverían jamás. Sintió cómo las lágrimas humedecían abruptamente sus ojos y rápidamente los cerró mientras apoyaba la frente en la fría superficie de aquel adorno navideño.
Suspiró un par de veces, aferrándose a la bola de cristal al pegar su mejilla a esta. La melodía sonaba con ternura al ser como la de una caja musical, pero a pesar de la suavidad, su pecho dolía al sentir como si algo dentro se estuviese estrujando. Y pronto, las lágrimas se deslizaron por sus mejillas con la misma suavidad que la nieve del interior de aquella bola de cristal.
𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑐𝑎𝑗𝑎𝑠 𝑝𝑜𝑙𝑣𝑜𝑟𝑖𝑒𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑦 𝑟𝑖𝑠𝑎𝑠, 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟𝑜𝑛 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙 𝑣𝑖𝑒𝑗𝑜 𝑎𝑑𝑜𝑟𝑛𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑟𝑎𝑖́𝑎 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑜𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑁𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠.
Las imágenes en su memoria iban desde otras Navidades que ahora no eran más que vagos recuerdos, hasta personas que aunque no estaban más... aún calaban en lo más profundo de su corazón.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #HOMEXMAS01 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들���놔 CHAPTER I. WHITE: 01 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧* 🎄
Las chicas se habían envuelto en tantas ocupaciones desde finales de noviembre, que no solamente no habían podido pasar tiempo de calidad juntas, tampoco se habían hecho cargo de las decoraciones navideñas en el departamento. Tanto Aeri como Vic se encontraban a altas horas de la noche o por la mañana apenas unos minutos para intercambiar algunos saludos y palabras de aliento para esos días tan llenos de actividades que eran propios del fin de año.
Afortunadamente, la japonesa había tenido tiempo durante una mañana para ir por las calles de la Gangnam a fin de comprar algunos adornos y luces navideñas, algo sencillo que pudiesen adornar su hogar, deseosas de evitar verse como ese grupo de personas a los que comparaban con aquel personaje color verde que no gustaba de la Navidad.
El aire decembrino se podía respirar en cada esquina, y aunado a ello, percibía la emocionante sensación invernal que el delicioso y dulce aroma del chocolate caliente servido en cada puesto callejero que se cruzaba durante su recorrido. Contenta acomodó la bufanda alrededor de su cuello, decidida a evitar resfriarse nuevamente porque necesitaba tener energías para esa temporada navideña.
Su departamento la necesitaba y creía que el espíritu navideño también, así que respiró profundamente mientras cerraba sus ojos antes de volver mirar hacia el frente, mostrando la sonrisa más brillante que pudiese haber enseñado cuando el sutil tintineo de algunos cascabeles hizo estremecer su corazón. Un par de pasos hacia el frente la ubicaron en una tienda Country que estaba repleta de adornos navideños. La propietaria vendía desde lo más común como algunos set de vajillas hasta un par de edredones con patrones distintivos de la festividad.
Habiendo pasado algunas horas, sabía que era hora de volver al departamento. Quería sorprender a Vic y también quería compartir con ella algo tan importante como el decorar así que cuando removió y dejó su calzado en la entrada de su hogar, colocó en sus pies ese par de pantuflas navideñas que le provocó soltar una sutil risilla al momento de encontrarse con los ojos de aquel hombre de nieve que ahora resguardaba sus pies del frío de ese día.
Aeri observó la hora en la pantalla de su teléfono, asegurándose de que no fuese demasiado tarde. La hora de llegada de su mejor amiga estaba cerca, así que caminó rápidamente a la cocina, arrastrando sus pantuflas por todo el piso. Contenta hizo una sencilla preparación de chocolate caliente listo para servir, para recibir a Vic con una taza sumamente festiva.
Las horas pasaron volando y en menos de lo esperado, el reloj de su teléfono marcó las ocho en punto.
En cuanto escuchó el sonido de la puerta abrirse, la joven sintió que su corazón se aceleraba. No había nada que le encantara más que el hecho de verla entrar por la puerta. Emocionada, tomó la taza con motivo navideño repleta de chocolate caliente y se aproximó cuidadosamente hasta la entrada para recibirla.
—¡Bienvenida, bebé! Te extrañé mucho.
Comentó al dejar la taza a un lado sobre la mesa del centro, abrazándola con fuerza cuando estuvo libre. De pronto se sintió aún mejor por la sensación acogedora que la abordó cuando se encontró con la calidez del cuerpo de la menor. Durante un corto segundo disfrutó de ese sentir antes de separarse para darle espacio y extenderle la taza.
—Sé que estás cansada, pero te hice chocolate caliente y... una mágica serie navideña nos espera.
Mediante algunos mensajes de texto, se habían puesto de acuerdo para ambas decorar su hogar. El trato era sencillo: ir poniendo tantos adornos como pudiesen durante los días después de las ocupaciones. Incluso una cosa por día sería suficiente para llegar al día de Navidad con la emoción de un hogar perfectamente decorado.
Aeri esperó a que la menor se pusiera más cómoda con su ropa, recibiéndola a los minutos con esa taza de chocolate caliente. El año estaba terminando, había muchos cambios en su vida desde el primer mes y hasta ese momento se había sentido incompleta, incluso extrañándose a sí misma, pero ese momento que compartía con Vic le recordaba lo emocionante que podía ser el estar juntas, el poder seguir siendo ella misma.
Entre risas desenredaron las luces, ayudándose la una a la otra para que el acomodo de esos copos de nieve hechos de plástico quedara perfectamente en su respectivo lugar. Eran las primeras luces que adornarían el departamento, así que estaba aún más emocionada por encenderlas cuando terminaron de colgarlas.
—¿Estás lista, bebé?
Cuestionó animada a su amiga, esperando su señal.
Aeri sostenía un extremo de la extensión mientras Vic preparaba el otro para enchufarlo, esperando que cada uno de esos focos prendieran para darles una hermosa vista navideña. El par de amigas contó hasta el número tres y enseguida lograron conectar la serie.
Los ojos de la japonesa se humedecieron un poco, casi brillando ante la vista que obtenía en medio de un departamento completamente oscuro cuando corrió para apagar las luces y dejar que la magia navideña las invadiera. Solamente aquellos copos de nieve resplandecían con el mismo entusiasmo que su corazón sentía durante ese momento.
𝐿𝑎𝑠 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑢𝑐𝑒𝑠 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑒𝑛𝑑𝑖𝑒𝑟𝑜𝑛 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑝𝑎𝑟𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜, 𝑏𝑎𝑛̃𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑑𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝑐𝑎́𝑙𝑖𝑑𝑜 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜𝑟 𝑑𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜.
Nuevamente, se acercó a su mejor amiga para poder abrazarla con firmeza sin apartar la mirada de aquel espectáculo. Finalmente, se sentía como la Navidad normalmente se sentía, como estar en casa.
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⭐┊。.゚✧* — ♡ #HOMETOBER25 다치고 망가져도 나 뭘 믿고 버티는 거야 어차피 떠나면 상처투성인 INSOMNIA. BEETLEJUICE, BEETLEJUICE, BEETLEJUICE 채로 미 워하 불쌍해하는 네가 내 눈엔 더 불쌍해 네 멋대로 내 사랑을 끝낼 순 없어 이 아픔 없 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧* 🎃
En la nueva casa, la joven se sentía cómoda, pero había algo dentro de ese lugar que no le permitía estar tranquila, especialmente por las noches. No podía dormir en su nueva habitación; cada madrugada se removía sobre el colchón una y otra vez. Algo impedía que lograra conciliar el sueño por más de media hora.
Durante ese tiempo se había sentido incomprendida con respecto a ello, pero eso se terminaría —al menos por unos días—, pues su mejor amiga iría de visita. Gracias a la tecnología se la pasaba hablando con ella vía mensajes de texto, pero nada se comparaba a tenerla físicamente presente.
La joven salió corriendo a la entrada principal para recibir a su mejor amiga con un fuerte abrazo. Saludó contenta a los padres de Lisa, pero evidentemente tenían cosas más importantes que hacer juntas, así que dejó las maletas en la entrada y la invitó a ir a su habitación para hablar de todo, como si no hubieran hablado en años.
—¡Ahora sí, cuéntame! ¿Quién es ese chico del que me hablaste?
Invitó a Lisa a tomar asiento en el colchón de su cama, ansiosa de escuchar toda la historia de su interés amoroso. Nada en el mundo le hacía sentir más contenta que ver a su mejor amiga recibir cosas tan buenas como las que le estaban pasando. Si alguien merecía algo así de mágico, era ella. JiSoo aplaudía emocionada, gritaba en cada uno de los detalles brindados por Lisa con respecto al joven.
Cuando finalmente llegó la pregunta acerca de su vida en aquella nueva ciudad, la mayor se alzó de hombros en respuesta y continuó contando su experiencia. Sabía que si alguien entendía su sentir, era Lisa. No solo era el hecho de estar en una nueva ciudad más lejos de su mejor amiga lo que la tenía desanimada, también impactaba negativamente el no sentirse cómoda en su nueva habitación.
—He sufrido de 𝗶𝗻𝘀𝗼𝗺𝗻𝗶𝗼 desde que llegué aquí. Tengo sueños extraños donde camino por un pasillo iluminado con un azul oscuro. El piso es de mosaicos en blanco y negro, y es larguísimo, como si fuera infinito, y las paredes se cubren de muchas puertas. ¡Una detrás de otra!
JiSoo se cruzó de brazos al intentar recordar vívidamente el sueño que constantemente estaba teniendo desde que llegaron a la casa. Muchas veces se sentía como si fuera un aviso de que algo estaba por suceder, algo importante.
—Lo más raro es que llega un punto del sueño donde me encuentro con un hombre bastante extraño, sonriéndome e invitándome a decir su nombre tres veces. Parece un fantasma con un traje muy anticuado, por cierto. ¡Me dan escalofríos!
Hizo una breve pausa mientras recordaba que dentro del sueño había leído el nombre de aquel ser fantasmagórico en un letrero de neón durante su caminata por el cementerio al salir de aquel lúgubre edificio monótono.
—Su nombre es... Beetlejuice. Tendría que decirlo tres veces, pero no me imagino qué podría pasar si lo hago. ¿Crees que quiera decirme algo? ¿Quizá me volví loca?
Explicó al sacudirse un poco aquella sensación espeluznante, hasta que recibió el abrazo de Lisa. Enseguida se sintió reconfortada cuando accedió a aquel contacto. ¡Ahora no importaba nada! Porque ese día saldrían a explorar juntas la ciudad, además de ir a pedir dulces por la noche de Halloween. A la mayor le encantaba esa festividad y no haría otra cosa más que honrar su amor eterno por la víspera de la Noche de Brujas, saliendo a disfrutar de la noche en compañía de su persona favorita en todo el mundo.
Juntas comenzaron a transitar por las calles, pidiendo dulces a las amables personas que no les negaban la diversión, aun cuando ya no eran unas niñas. De pronto, a lo lejos, observó a un joven completamente vestido de negro que intentaba ser discreto al perseguirlas, fallando rotundamente, por cierto. La joven de cabello más oscuro miró en dirección de Lisa con preocupación, aunque intentando no preocuparla por la presencia de aquel hombre que había conocido semanas atrás, cuando recién se mudó a la ciudad.
Del que Lisa aún no sabía.
El hombre había insistido demasiado en salir con ella, sin importar cuántas veces JiSoo se había negado. Parecía que no podía aceptar un no por respuesta, pues ahí estaba decidido a seguirlas toda la noche.
—¡Dulce o truco!
Exclamaron el par de amigas al unísono, mientras un amable señor de la tercera edad les obsequiaba algunos chocolates. Las dos chicas agradecieron contentas, disfrutando de ver la gran variedad de dulces que llevaban en sus calabazas de plástico. Estaba disfrutándolo, pero la sensación de ser perseguida le provocaba intranquilidad y así se detuvo un momento. Tomó asiento en una banca y se disculpó con Lisa, haciéndole saber que descansaría un momento debido a que se sentía mareada.
La joven tailandesa, preocupada, se acercó a la tienda que estaba algunos pasos adelante para buscar algo que pudiese ayudar a su amiga. JiSoo esperó por ella, buscando algún dulce para ver si con ello mejoraba, pero el temor llegó a ella cuando el hombre que la estaba siguiendo se apareció frente a sí. Era un hablador, él sabía bien qué decir para que ella bajara un poco la guardia, aprovechando justo ese momento para atraparla, lo que provocó que el hombre forcejeara con ella tras un intento exitoso de rapto.
Él repetía una y otra vez que JiSoo se arrepentiría de haberlo rechazado mientras se la echaba al hombro como si fuese un costal de papas.
Debido al pañuelo húmedo con el que cubría su rostro, la fuerza de pelear abandonaba el interior de la joven, quien comenzó a sentirse más mareada cada segundo que pasaba. Su calabaza de plástico terminó en el piso, provocando que algunos dulces quedaran regados en el concreto. En medio de la borrosa vista, observó a su mejor amiga salir de la tienda.
—¡Lisa!
Gritó JiSoo para que pudiera verla, completamente aterrada cuando el hombre hizo un movimiento más para dejarla inconsciente. Todo a su alrededor se volvió oscuro y confuso. Había perdido el sentido de la realidad. No escuchaba nada ni sentía nada tampoco.
Más tarde, solamente podía ver una y otra vez aquel sueño que había marcado su estancia en aquella ciudad. Beetlejuice le hacía un gesto con ambos brazos, un gesto que parecía invitarla a decir su nombre, mostrándole una sonrisa que sugería lo mismo. Como si fuera su única salvación.
De pronto despertó, sobresaltada. Su respiración agitada fue en aumento, pero se tranquilizó al encontrarse soñando con lo mismo de siempre: la iluminación azul, el piso en blanco y negro, las infinitas puertas. Solo faltaba encontrarse con el extraño hombre de la sonrisa; sin embargo, su sorpresa fue aún más grande cuando, en lugar de aparecer frente a ella como en el sueño, este se aproximó, por un lado.
—¿Qué...?
JiSoo asustada de percibir que aquello no era solamente un sueño, pero la realidad lo que estaba viviendo, se quedó atónita mientras veía fijamente al hombre.
—Esto no hubiera pasado, si tan solo hubieras dicho mi nombre, babe. Tu amiga está en peligro, ¡pero aquí adentro no puedo hacer nada!
Expresó Beetlejuice entre algunas risas, limpiándose el polvo imaginario de su sucio traje a rayas. La última frase mencionada por él, le hizo reflexionar que aquellos sueños trataban de avisarle que estaba en peligro y que probablemente necesitaba la ayuda de un fantasma superpoderoso como lo era él.
—Ojalá que ella sea más inteligente que tú, y diga mi nombre tres veces.
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⭐┊。.゚✧* — ♡ #HOMETOBER28 다치고 망가져도 나 뭘 믿고 버티는 거야 어차피 떠나면 상처투성인 FOG. THE HEADLESS HORSEMAN 채로 미 워하 불쌍해하는 네가 내 눈엔 더 불쌍해 네 멋대로 내 사랑을 끝낼 순 없어 이 아픔 없 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧*
Durante la primera hora de clases, Chisa siempre estaba somnolienta. Ni siquiera el hecho de que la clase de arte se trataría de esculpir calabazas con motivo de Halloween lograba mantenerla despierta. El profesor de historia sí que sabía cómo hacer que una chica con problemas de sueño pudiese dormir tranquilamente. Entre sueños escuchó su nombre, ser susurrado un par de veces, pero ni ello fue suficiente para que sus ojos se abrieran. La castaña se acomodó mejor en la paleta de su pupitre hasta que el fuerte sonido de algo pesado cayendo sobre la madera la hizo abrir los ojos rápidamente.
El corazón le latió fuerte. Estaba a punto de quejarse hasta que se dio cuenta de que la persona que había hecho, había sido nada más y nada menos que el profesor para poder despertarla. La joven japonesa soltó una risa nerviosa antes de intentar explicarle su situación —por milésima vez en el curso—, pero entonces sonó el timbre de cambio de clase. El adulto exasperado regresó a su escritorio para recoger sus cosas mientras maldecía su trabajo como profesor.
A su lado, observó a su mejor amiga Hinata, quien divertida se reía del momento vivido, pero también se disculpaba con ella por no haber hecho un esfuerzo más grande para que despertara cuando susurró su nombre varias veces.
Caminaron juntas hasta el salón de artes y la emoción fue aún más grande al ver que sobre las mesas se encontraban dos calabazas tan grandes como un par de cabezas. Chisa casi corrió entre los asientos, tirando del brazo de Hinata para que rápidamente tomaran asiento.
—¡Estoy tan emocionada! Ya quiero tallar mi calabaza y ponerla en la entrada de mi casa.
En cuanto dio inicio la clase, la castaña comenzó a remover el interior de la fruta con ayuda de un cuchillo especial.
—¿Qué tipo de expresión harás en la tuya, Hina-tan?
Dejarlas completamente vacías era necesario para poder colocar dentro las velas que iluminarían por las noches, a fin de que la expresión de la calabaza fuese mejor apreciada por las personas que la vieran. Cada tanto volteaba a ver a su mejor amiga, mostrándole una sonrisa llena de cariño.
Nada le gustaba más que poder compartir con ella ese tipo de actividades, aun si cada una estaba concentrada en lo suyo.
La expresión de su calabaza fue una que consideraría una combinación entre lindo y espeluznante. Cuando estuvo lista, se sintió contenta al obtener el reconocimiento del profesor, así como se aseguró de elogiar el talento de su mejor amiga con un fuerte abrazo.
Al término de la jornada escolar, era hora de volver a casa, aunque más tarde de lo usual, debido a la exposición de arte de las calabazas de toda la escuela.
El camino de regreso a sus respectivas casas se había envuelto en una misteriosa neblina, provocando que el par de amigas se detuvieran al no saber en qué dirección debían seguir caminando. Chisa tomó con fuerza la mano de Hinata, bastante curiosa acerca de la razón de aquella 𝗻𝗶𝗲𝗯𝗹𝗮 misteriosa. Avanzaron un par de pasos más en medio de aquella silenciosa calle por la que normalmente también pasaban los vehículos, no obstante, todo estaba desierto.
—¿En dónde están todos?
La situación fue aún más extraña porque a lo lejos se escuchaba un sonido creciente, el cual ambas pensaron que pertenecería al vehículo de algún conductor, pero en lugar del sonido del motor, el ambiente se llenó con un fuerte relinchar de un caballo junto a ese característico sonido que hacían las patas al chocar contra el suelo.
—¡¿Escuchaste eso, Hina-tan?!
Susurró Chisa llena de miedo, apretándose al cuerpo de su mejor amiga entre escalofríos. Era desconcertante debido a que nadie en esos tiempos andaba a caballo en la ciudad, además de que segundos después parecía que alguien andaba detrás de ellas. Motivadas por el miedo, se decidieron a seguir con el camino que de memoria conocían.
Caminaron más rápido hasta que el ambiente nuevamente se llenó con un intenso eco del fuerte sonido de una carcajada tenebrosa.
El corazón le latía rápido mientras veía el rostro de su amiga. Estaba terriblemente asustada porque, además de lo sucedido, no se podía ver nada debido a la densa niebla que parecía volverse cada vez más densa. Cuando el sonido del trotar del caballo se volvió más fuerte, Chisa intentó salir corriendo de ahí con su mejor amiga, pero pronto se dieron cuenta de que algo les impedía el paso.
Ambas se detuvieron al pie de un enorme caballo completamente negro que expulsaba destellos de las pezuñas. Su mirada fue subiendo, encontrándose con los ojos rojos de aquel animal, algo completamente extraño. La risa nuevamente se escuchó, acelerando el ritmo de su corazón y entonces sus pupilas finalmente pudieron ver a través del tono grisáceo del ambiente. Un hombre de complexión mediana cabalgaba al caballo, aferrándose a las correas con las que lo manipulaba. El jinete estaba inmóvil, como si aguardara por algo. Pero lo verdaderamente terrible para las chicas fue cuando la neblina se disipó un poco para mostrarles que aquel hombre no tenía cabeza alguna.
El cuello de su traje era lo último que se veía de su figura, el cual abrazaba el mutilado cuello. La herida, aún fresca, escurría hilos de sangre por la tela que llevaba puesta. Un jinete sin cabeza.
Inevitablemente, los gritos agudos se escucharon por parte de las chicas cuando finalmente se movió, explotando esa risa tenebrosa que habían escuchado antes, causándole tanto susto que soltó los tirantes de la bolsa donde llevaba su calabaza recién tallada, provocando que la misma rodara hasta los pies del hombre que bajó del caballo.
El terror la llenó en su totalidad cuando notó que aquella expresión linda y tenebrosa hecha en su calabaza, cambiaba a una completamente espeluznante y tétrica, apenas las manos del jinete la tocaron. El hombre se colocó la calabaza encima del cuello, como si fuese su cabeza, pero por alguna razón el disgusto en él fue tan grande que furioso la sostuvo con tanto odio que le prendió fuego.
Chista estaba petrificada del miedo. Gracias a Hinata, finalmente reaccionó cuando la rubia tiró de su mano para salir corriendo. El jinete sin cabeza les lanzó la calabaza en llamas, sin tener mucho éxito. El par de amigas corría rápidamente en busca de auxilio, gritando por si alguien las escuchaba ahora que el hombre había vuelto a montar al caballo y este galopaba a toda prisa, persiguiéndolas. Por alguna razón, era bastante claro lo que aquel hombre quería de ellas en ese momento.
—¡Quiere tu calabaza!
Exclamó Chisa hacia Hinata, quien aún mantenía su trabajo de arte en una bolsa bajo su brazo. Pero la verdadera cuestión era: ¿qué pasaría con ellas cuando descubriera que no era más que una calabaza? Justo como pasó con la de Chisa.
El par de amigas no podía ni pensar claramente, lo único que podían hacer era seguir corriendo aun cuando pareciera no haber salida de aquella pesadilla.
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #HOMETOBER02 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 NIGHTMARE AT THE LIBRARY. FREDDY KRUEGER 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧*
Tras las actividades escolares, el par de amigas aún debían ir en busca de algunos libros a la librería más grande de la ciudad. Las tareas a la antigua sí que podían ser un dolor de cabeza. ¿Quién todavía pedía ir a buscar información en los libros obsoletos de la librería? Claro, el maestro de historia que parecía haberse quedado estancado en lo que más le gustaba estudiar: el pasado.
—Me gustan los libros, pero no los aburridos que están desactualizados...
Se quejó mientras tomaba el brazo de Vic, quien iba caminando a su lado con una sonrisa divertida. La menor de ambas era más lectora que la propia Aeri así que de cualquier modo estaba segura de que lograrían tener una exitosa tarea gracias a la destreza de su mejor amiga, a la cual apoyaría en todo lo que necesitara.
Comenzó a recorrer los pasillos de la solitaria biblioteca, recolectando una parte de los libros que el maestro había pedido específicamente. La japonesa inspeccionaba detalladamente las cubiertas para asegurarse de escoger los adecuados, pues tampoco quería perder el tiempo buscando algo que no encontraría. Cuando finalizó, los llevó entre sus brazos para regresar a la mesa donde había quedado en verse con Vic. Habían pasado algunos segundos y, mientras regresaba la menor, Aeri empezó a leer uno de esos libros aburridos de historia. Inevitablemente sintió cómo el sueño llegó a sus párpados, haciéndola pestañear de forma aletargada.
Era como si hubiese tomado un somnífero que rápidamente la indujo en un profundo sueño durante algunos segundos nada más, porque se despertó al escuchar la voz de su mejor amiga cuando le llamó un par de veces. Aeri alzó la mirada, esperando encontrarse a Vic, pero no parecía haber rastro de ella.
—¿Vic?
Cuestionó Aeri cuando vio la parte de libros que a la menor le había tocado recoger de los estantes sobre la mesa. Se puso de pie al instante, regresando a la zona de las escaleras luego de inspeccionar en cada una de las zonas de la planta baja de la biblioteca, asegurándose de que ella no estaba ahí. La preocupación hizo de las suyas, creando en Aeri una sensación amarga que recorrió su cuerpo rápidamente mientras subía escalón por escalón a donde los estaban los estantes de libros que parecían ser infinitos.
Observó la figura de un hombre alto que vestía un suéter a rayas de colores rojas y verdes, el cual también llevaba un sombrero. Este le daba la espalda, pues parecía leer un libro él mismo.
—¿Disculpe? ¿Ha visto a una chica de cabello oscuro por aquí?
Preguntó la joven castaña al hombre que aún no notaba su presencia, pero estaba algo temerosa, pues se encontraba completamente sola con él. Suspiró un par de veces antes de volver a intentar llamar la atención del hombre que parecía no escucharla.
—¡Disculpe! ¿Ha...?
Aeri se quedó con las palabras en la boca cuando el hombre finalmente volteó a verla, provocándole un escalofrío que recorrió su cuerpo. La cara masculina estaba completamente cubierta de heridas de quemaduras, como si se hubiese incendiado durante años. Una sonrisa siniestra adornaba su rostro, mostrando dientes tan asquerosos que sintió ganas de vomitar, pero no fue ello lo que la preocupó en su totalidad. El hombre juguetonamente alzó una de sus manos, mostrándole que sus dedos estaban cubiertos con unas filosas cuchillas.
—D-Disculpe... no quería molestarlo.
La joven dio un par de pasos hacia atrás, intentando controlar el temblor de sus piernas, pero antes de poder salir corriendo, escuchó la tenebrosa voz de aquel hombre.
—¡Espera, Aeri! Pensé que buscabas a tu mejor amiga. ¡Yo la encontré!
Un par de lágrimas se acumularon en sus ojos, ¿cómo sabía su nombre? Estaba por hacer preguntas, pero entonces él le mostró a una Vic completamente debilitada bajo esas filosas cuchillas. Las izquierdas las había enterrado en lo más profundo de su estómago y debido a ello, hilos de sangre le escurrían por las comisuras mientras le advertía con el último aliento que corriera lejos de ahí. El hombre soltó una fuerte carcajada que cubrió toda la biblioteca con un eco que la persiguió mientras parecía correr infinitamente por el pasillo sin poder llegar a las escaleras.
Cuando avanzó un poco más, de pronto apareció el principio del primer escalón, provocando que tropezara. Quedó algo lastimada luego de resbalarse por algunos escalones y entonces observó al aterrador hombre acercarse con pasos lentos, arrastrando a Vic con él.
Aeri lo observó desde abajo, muerta de miedo.
—Este es tu peor miedo, ¿verdad? Perder a tu mejor amiga. Lo volví una realidad, especialmente para ti.
Cubrió sus ojos al ver que el cuerpo sin vida de su mejor amiga se acercaba a ella mientras le llamaba con una expresión tétrica. Repetía su nombre una y otra vez, haciéndola llorar por lo aterradora que se veía. Cerró un momento los ojos antes de sentir cómo Vic se abalanzaba sobre ella para sacudirla, haciendo que Aeri gritara sin parar mientras el hombre entre carcajadas se acercaba a su cabello para olerlo y enseguida cortar con sus cuchillas uno de sus castaños mechones.
"¡Aeri!", escuchó nuevamente hasta que se levantó abruptamente de una silla en la que aparentemente estaba sentada. Iba a salir corriendo cuando nuevamente sus ojos se abrieron, pero Vic la sostuvo de la muñeca para hacerla entrar en razón. Cuando la menor le preguntó si estaba bien debido a que había estado gritando dormida, Aeri la abrazó fuerte al darse cuenta de que no había sido más que una 𝗽𝗲𝘀𝗮𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮.
—¡Tuve un sueño horrible en el que morías!
Exclamó aún asustada, intentando calmarse con las caricias que su mejor amiga dejaba en su espalda y en sus cabellos. Después de que Vic le aseguró que ella estaba bien, Aeri finalmente dejó el miedo atrás, decidida a olvidar aquel terrible sueño.
La menor de ambas propuso regresar a casa, obteniendo una respuesta positiva por parte de la japonesa. No obstante, una pregunta en específico que le hizo Vic mientras caminaban en dirección de la salida, logró que una expresión de sorpresa y terror, nuevamente cubriera el rostro de Aeri.
« ¿En qué momento te cortaste ese mechón del cabello, Aeri? »
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🌙┊。.゚✧* — ♡ #HOMETOBER05 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 SILENCE. OUIJA BOARD 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + #PINKSUNSET 。.゚✧*
—¿Funciona? ¿De verdad funciona?
Esa fue la primera pregunta que vino a su cabeza cuando la chica frente a ella le hizo entrega de una bolsa negra que contenía un tablero de la Ouija. Ambas estaban siendo cuidadosas, pues no deseaban que los demás estudiantes comenzaran a esparcir rumores, o peor, que algún profesor confiscara el objeto, así que rápidamente lo guardó en su mochila.
El accidente que había marcado el final de la vida de su mejor amiga aún calaba en lo más profundo de su corazón, provocando en ella una intensa y profunda tristeza que estaba segura de que sería imposible de sanar. El funeral había sido hacía un mes y Aeri estaba completamente alejada de superar aquel evento. Un día Vic estuvo con ella y al día siguiente todos hablaban de la menor en pasado, haciéndole recordar en cada momento que ella ya no se encontraba a su lado.
En el interior del departamento todo parecía haber perdido su color cuando recordaba la ausencia de su mejor amiga. No era que aún no regresaba de la universidad o del trabajo, es que ella no iba a volver jamás. Se limpió las lágrimas un par de veces, mostrándose ansiosa y algo agitada mientras abrazaba su mochila con fuerza. Pero aquella situación estaba por cambiar, pues haría uso de aquel juego para ponerse en contacto con Vic.
Deseaba recordarle cuánto la quería y quería hacerle saber cuánto la extrañaba.
Aeri no se había atrevido a entrar al cuarto de Vic desde aquel día en que se despidió de ella con un atuendo en color negro. Por mucho tiempo había sido una de sus tonalidades favoritas, pero recientemente solo tenía un significado triste para ella: la pérdida de su alma gemela.
Octubre había llegado, dándole mucha más nostalgia de la esperada. Su festividad favorita y su cumpleaños no eran razones suficientes para que la alegría la llenara cuando hacía falta aquella persona importante, quien la complementaba, a quien habría querido ver todos los días de su vida hasta el final.
Entre nuevas lágrimas, presionó con su mano la perilla para así abrir la puerta que daba a la habitación de Vic. El sentimiento la llenó por completo cuando alcanzó a percibir ese aroma tan propio de ella y entonces sintió que nuevamente todo volvía a derrumbarse cuando notó que las cosas estaban intactas. Era como si solo se hubiera ido a la universidad, dejando un pequeño desastre en la habitación.
—Te extraño mucho, Vic...
Sollozó mientras se sentaba en el piso, alcanzando uno de esos peluches que ella tenía cerca de la cama y lo abrazó con fuerza. Entonces se decidió a sacar de su mochila la Ouija para abrirla, situándola en el centro de la habitación. Se quedó en 𝘀𝗶𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼 un momento, preguntándose si serviría aquel ritual. Era una miedosa de primera cuando se trataba de cosas sobrenaturales, pero en ese momento solo tenía un objetivo en mente.
Un par de velas alumbraron la oscuridad de la habitación, siendo lo suficientemente fuertes para darle una clara vista de las letras que estaban en el tablero. Tomó una bocanada de aire, exhalando con fuerza antes de situar las manos en la pieza central con la que se seleccionaban las letras o al menos así había visto en las películas.
—¿Hola? ¿Estás aquí Vic?
Cuestionó nerviosa, con los ojos cerrados. Estaba sintiéndose como una completa tonta por intentarlo, pero aun así no se detenía. Constantemente le pedía una señal a su amiga, esperando que pudiese notar que estaba queriendo hablar con ella, quizá por una última vez antes de despedirse definitivamente.
—¿Vic? ¿Puedes darme una señal?
Nuevamente, preguntó, esta vez con un tono de voz más fuerte. Cerró los ojos un momento antes de volver a abrirlos y mirar en dirección del tablero. Entonces entró en pánico cuando sus manos se movieron con la pieza central, como si hubiese aplicado fuerza extra para hacer que se deslizara por la superficie de madera pero no había sido ella. Aeri cubrió sus labios tras quitar de ahí sus manos, silenciando un grito agudo porque lo que menos quería era llamar la atención.
Observó en todas direcciones, mostrándose tanto asustada como sorprendida.
—¡¿Eres tú, Vic?!
Preguntó inevitablemente más animada, volviendo a colocar ambas manos sobre la pieza central que servía para comunicarse con la persona en el "más allá". Las velas alrededor de ella se apagaron un momento solo para volverse a encender mientras se señalaba la palabra afirmativa que le dio la clara respuesta de que sin duda alguna era Vic.
Aeri comenzó a platicar todo tipo de cosas con aquel espíritu, dándole una sensación de tranquilidad. De pronto, una cuestión que alcanzó a percibir cuando deletreaba las palabras señaladas por aquel ente fuera del mundo real, logró hacerla sentir algo nerviosa.
¿Qué estaría dispuesta a hacer para recuperar a su amiga? ¿Por qué Vic le preguntaría algo así?
La japonesa volvió a notar cómo la luz de las velas se volvía intermitente antes de mirar por el espejo frente a ella. El terror llenó su interior cuando notó una sombra completamente oscura en el reflejo. No creía que Vic pudiese tener cuernos, así que comenzó a sentir miedo. Al mismo tiempo, notó cómo recibía un mensaje de texto de la chica que le había prestado el tablero de la Ouija.
Cuando sus ojos leyeron ese mensaje, Aeri contuvo el aliento mientras sentía cómo el miedo escalaba en su cuerpo.
«Olvidé mencionarte que te asegures de que sea Vic la que esté hablando contigo, porque hay muchos espíritus esperando ser contactados.»
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🌸┊。.゚✧* — ♡ #HOMETOBER19 제자리걸음 너에게로 혼자 웃고 또 나 울고 있어요 이렇게 SCREAM. PRETTY LITTLE LIARS 난 그 다른 곳 을 라 보네요 왜 그년가요 흔한 사랑 얘기 나 상상이니까 #JELLYMOON + YURI。.゚✧* 🎃
YoonA caminaba tomada del brazo con su mejor amiga mientras avanzaban por las solitarias calles de Rosewood. Se podía percibir el ambiente de Halloween no sólo por el aroma tan exquisito a otoño, también porque en el vecindario, no había ni una sola casa que no mostrase su entusiasmo por aquella festividad que volvía loca a la ciudad. Ella no era la excepción; se había esforzado en combinar su disfraz con el de YuRi a fin de ser un par de princesas misteriosas por esa noche.
Deseó que fuera lo contrario pero muy a su pesar, se encontrarían ahí con SooYoung. Era ella la que les daba el pase a esa fiesta a la que sólo asistían los chicos populares pero no podían evitar sentirse algo abrumadas por el actuar tan sospechoso de su amiga.
YoonA se quedó en medio de los estudiantes de la escuela preparatoria mientras su amiga iba en busca de las otras dos chicas, TaeYeon y MiYoung. Eran un quinteto de amigas aunque parecía que a menudo eran abandonadas por Soo, quien se moría por experimentar la vida universitaria aún a esa corta edad. Todos bailaban, lucían sus mejores disfraces y ella no podía evitar mostrar una sonrisa aunque bastante tímida, especialmente cuando se topaba con la mirada de alguna chica.
—Tu secreto está a salvo conmigo, Yoong. Las palabras de SooYoung resonaron con un fuerte eco dentro de su cabeza aún cuando se las había susurrado al oído segundos atrás. La preocupación en el rostro de la castaña se volvió tan evidente que en la expresión de la otra chica se mostró una sonrisa victoriosa. YoonA se apresuró a irse lejos de ella para encontrar la calma que necesitaba pero resultó todo lo contrario; sentía de todo menos tranquilidad al caer en cuenta que Soo podía leerla tan fácil como a una revista para adolescentes.
Había tomado asiento en una improvisada banca hecha con un tronco de madera en el jardín, estando algo apartada de los demás. Se sentía tan fuera de lugar, no sabiendo por qué siempre accedía a ir a esas fiesta en las que pasaban cosas que terminaban haciéndola sentir de ese modo. Pero Soo siempre terminaba convenciéndolas, pues las fiestas de Halloween de Noel Kahn eran un "must" para todos los habitantes de Rosewood.
De pronto observó que YuRi se acercaba con una expresión que dejaba en claro lo abrumada que se sentía, al igual que ella.
Ambas se miraron sin decir palabra alguna.
Al mismo tiempo, MiYoung y TaeYeon se aproximaban a ellas para discutir acerca de su tiempo en la fiesta. Quizá estaban listas para irse a la casa de alguna donde podrían tener una mejor experiencia de Halloween si pedían pizza y se perdían un momento en la emoción de un maratón de películas. No obstante, sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando enseguida todas recibieron de forma individual un mensaje de texto por parte de SooYoung.
[DM: SOOYOUNG] [12:00] Estoy en problemas, ven sola.
Las cuatro chicas se miraron preocupadas, especialmente al notar la dirección adjunta al mensaje. Cuando fueron al rescate de la rubia, todas iban tomadas del brazo, miedosas y asustadas debido a que la casa a la que se habían dirigido, se veía todavía más aterradora en persona. YoonA se aferró al brazo de YuRi, percibiendo su corazón acelerarse al estar en el interior de una espeluznante casa abandonada que no se encontraba adornada con nada más que cortinas de encaje completamente rasgadas y una colección de muñecas en su respectiva casa, perfectamente acomodadas pero empolvadas y desgastadas.
El recorrido fue tortuoso mientras TaeYeon alzaba un poco la voz en busca de obtener una señal de SooYoung, pero no había nada más que sustos cuando al atravesar la sala de estar, YoonA jaló del brazo de YuRi para llamar su atención. —¡Acabo de ver una figura en la oscuridad con una aterradora máscara! Alguien nos está siguiendo. —todas se asustaron al encontrarse con un rechinido en el piso de madera, sonido que las llevó a divisar en una habitación oscura a una persona colgando en el techo.
MiYoung parecía ser la más asustada debido a que había comenzado a lagrimear pero en realidad todas estaban aterradas. Incluso después de caer en cuenta que la aparente persona que las seguía no era más que un saco colgado, aunque ello resultaba igual de inquietante.
—¡¿SooYoung?! ¡Esto dejó de ser gracioso horas atrás! Exclamó una impaciente MiYoung, al borde de las lágrimas.
Entonces todas escucharon un 𝗴𝗿𝗶𝘁𝗼 que conducía al piso de arriba. YoonA miró a las demás con preocupación; la sangre se le había ido a los pies pero no tardaron en reaccionar al reflexionar que era la voz de su amiga que había desaparecido horas atrás en la fiesta. Corrieron escaleras arriba para encontrarse al pie de una puerta trabada que les impedía ingresar.
YoonA intentó abrirla varias veces al tirar de la manija mientras SooYoung desde dentro relataba con terror que alguien la había arrastrado hasta ahí, amenazándola con quitarle la vida usando un cuchillo. La experiencia empeoró al momento de que YuRi llamó la atención de las tres para ver por el ojo de la cerradura. La imagen de un hombre disfrazado con una capucha negra junto a una desgastada y espeluznante máscara de bebé, luchando contra SooYoung y el cuchillo sólo aumentó el pánico que sentían las cuatro chicas, especialmente cuando pareció haberla lastimado, pero de pronto la joven desapareció cuando escapó de aquella lucha.
Entonces YoonA reflexionó que aquel disfraz era el que había visto minutos atrás en la habitación donde apareció el saco, no había sido producto de su imaginación y ahí fue cuando sintió aún más miedo.
La puerta curiosamente se había destrabad y se apresuraron en ir corriendo al interior de la habitación; no hubo rastro de la rubia así que regresaron escaleras abajo buscándola a gritos, pero el recorrido hacia la salida terminó pronto cuando en uno de los cuartos previos a la salida, se encontraron con la imagen de SooYoung meciéndose en una silla, bastante tranquila, jugando con el cuchillo que antes había sido el posible arma homicida de su historia.
Se veía completamente loca mientras las veía fijamente antes de hablar. —Fue todo una actuación. Noel era el atacante, la sangre es cátsup. Pasaron la prueba. ¡Feliz Halloween! —expresó divertida con algunas risas de por medio.
YoonA volteó a ver a sus amigas, sintiéndose bastante tonta al haber creído —una vez más— en uno de los teatros de SooYoung. Estaban completamente en blanco, aún llorosas debido al miedo que habían sentido. TaeYeon fue la que decidió hablar por todas, expresando su decepción y lo heridas que estaban por el estúpido chiste de Soo, ella por otro lado, continuó diciendo que ahora sabía que podía contar con ellas como sus verdaderas amigas cuando las necesitara.
—Vámonos chicas. —expresó la mayor de todas, caminando lejos del interior de aquella espeluznante casa. YoonA notó algunas calabazas destrozadas al pie de la casa pero no le tomó importancia. Después de la tensa experiencia, las chicas regresaron a la fiesta con una mezcla de alivio y confusión.
Las cuatro aún estaban bastante molestas por el comportamiento de SooYoung pero guardaban silencio.
Desde ese momento, YoonA supo que debían irse de ahí. No se sentía nada cómoda y sus ganas de salir de ahí aumentaron al encontrarse con la sorpresa de que la fiesta de estudiantes de preparatoria ahora estaba infestada con chicos de la universidad, gracias al hermano mayor de Noel.
—Chicas, ¿deberíamos irnos a casa? Cuestionó YoonA, bastante segura de que no deseaba permanecer más tiempo ahí.
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🌙┊ 。.゚✧* — ♡ #DAYDREAM14 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔 ANIMAL SWAP. BLACK KITTEN 들어놔 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + #PINKSUNSET。.゚✧*
Aeri era una chica que se tomaba demasiado en serio el Halloween así que después de cumplir con la agenda del día, decidió ir a comprar todo tipo de decoraciones que aún hacían falta tanto para el departamento como para su habitación. La emocionante brisa de octubre anunció no sólo el otoño, también esa temporada tan mágica que la llenaba de emoción.
El viento acarició con gentileza los cabellos rubios de la joven japonesa, provocando una brillante sonrisa instantánea en su rostro.
Caminando por las calles del distrito, inspeccionó cada una de las tiendas en busca de más cosas porque creía fielmente que nunca eran suficientes. Aún no estaba segura de si hacer una fiesta por su cumpleaños; no había sido un año fácil, mucho menos con tantos recuerdos queriendo estropear el único tiempo que sentía como su lugar seguro. Sin embargo, llevó consigo una vajilla inspirada en Halloween, además de algunas decoraciones propias de sus películas favoritas.
—¿Dónde te pondré a ti? Quizá justo al lado de mi cama. Compartió aquel pequeño diálogo con la inanimada figura de plástico de Ghostface que "le había hecho ojitos". Soltó una leve risa, inspeccionando alrededor que nadie estuviese viéndola hablar con un objeto sin vida.
Y como si fuese cosa del destino, sintió que una fuerza atraía su mirada hacia el frente, hasta encontrarse con una tienda que parecía no haber estado ahí antes. O al menos eso recordaba de sus miles de paseos por esa calle. La puerta era rústica de madera con unas ventanas adornando la misma. Por uno de esos vidrios se asomó al interior sólo para darse cuenta que también vendían todo tipo de decoraciones para Halloween, aunque lucían más detalladas.
Ya tenía todo lo que necesitaba, sabía que no debía comprar nada más pero algo dentro de ella la invitó a cruzar la puerta hacia el interior. El sutil resonar de una campanita anunció su llegada aunque nadie acudió a su encuentro. Extrañada repasó las vitrinas y estantes más por curiosidad que por otra cosa e inspeccionaba con recelo, respirando la misma emoción que en la calle principal.
Algunos quizá la tacharían de loca pero ese lugar en específico tenía el más puro aroma a Halloween, algo que la hizo sentir reconfortada.
De pronto se encontró con la figura de un gato negro. Era bastante hermosa y relucía con el brillo de las tenues luces del lugar, pero algo extraño ocurrió; al fijarse en los ojos de aquella figura inanimada, estos resplandecieron como un par de chispas en color naranja. Ello la sacó de su concentración, preguntándose si había ocurrido realmente o simplemente había sido producto su imaginación.
Decidió salir de ahí cuando recibió la llamada de su mejor amiga, quien la esperaba con ansias para ponerse de acuerdo en un sinfín de planes. Aeri salió abruptamente de la tienda hasta que llegó a la comodidad de su hogar donde se encontró con Vic y animadas se pusieron al día con sus respectivas vidas. La japonesa le mostró las hermosas decoraciones, pero había omitido su visita a esa tienda ciertamente "spooky".
La noche transcurrió rápidamente, cambiando así a un nuevo día más rápido de lo que esperaba. Molesta por la luz que anunciaba el amanecer, se removió en la cama antes de aceptar su destino y levantarse. Ese día debía asistir forzosamente a la universidad así que de un salto salió de la cama, pero extrañamente veía todo diferente. Era como si estuviese caminando a la altura del piso o arrastrándose. Observó cada uno de sus pasos a fin de llegar al fondo pero pronto se dio cuenta que tenía un par de patitas en color negro en lugar de sus pies.
Asustada corrió a encontrarse con el espejo de cuerpo completo que colgaba de la pared y entonces sintió que la sangre se le iba a los pies... ¿o a las patas?
La imagen parecía salida de un sueño o una pesadilla mientras se reconocía a sí misma en el cuerpo de un pequeño gato negro, el corazón le latía fuertemente. Todo se sentía demasiado real. Corrió velozmente a la puerta pero le resultó inútil el salir de su habitación porque estaba cerrado con llave gracias a su psicosis. Con la angustia llenando su ser, se acercó entonces a la ventana en un intento de encontrar a Vic.
¿Pero qué le diría? ¿Cómo le haría saber que se trataba de ella si nada más que maullidos abandonaban su boca?
Normalmente le tenía miedo a las alturas así que cuando pasó de un barandal a otro, su cuerpo entero se erizó por completo mientras maullaba en éxtasis, deseando llamar la atención de su mejor amiga para que le abriera la ventana. Pareció no tener éxito, pues justo observó a Vic salir de su habitación con la mochila puesta. Más tardó en volver a su habitación que Vic abandonando el complejo de departamentos. La japonesa la observó caminar hasta la parada del autobús e inevitablemente sintió pánico, se sentía más vulnerable que nunca y no estaba dispuesta a pasar ese día lejos de la china.
Desde las alturas observó que el camión estaba cerca así que olvidó su temor a las alturas un momento y torpemente se lanzó, aprovechando la habilidad que tenían los gatos para caer siempre "de pie". Corrió tan rápido como pudo aunque no lo suficiente para alcanzar el camión en el que se había subido Vic.
Maldijo una y otra vez por sus cortas piernas, sumamente desesperada. ¿Cómo lograría llegar a la universidad? Vio en todas las direcciones, finalmente encontrando un poco de esperanza: reconocía al amable señor que trabajaba en la librería de la escuela así que corrió nuevamente hasta lograr subirse a la parte trasera de su camioneta.
Podía sentir su corazón acelerarse a un ritmo que de humana no sería nada normal.
En el momento en que llegó a la universidad, de un salto se bajó de la camioneta, escondiéndose detrás de las llantas. No tenía collar ni parecía tener dueño y lo que menos quería era que hubiese algún niño o persona que deseara llevarla consigo. Necesitaba encontrar a Vic. Atravesó a su velocidad normal el campus, subiendo, bajando escaleras, cruzando cada pasillo pero no había rastro de ella.
Y nuevamente se erizó por completo cuando escuchó ladridos resonando en su cabeza. Debía ser una pesadilla. Recordó al perro guardián de la escuela tarde, cuando este venía corriendo en su dirección. La joven en su forma de gato volvió a correr tan rápido como podía, sintiendo ganas de llorar debido al miedo que repentinamente sintió, especialmente cuando los ladridos detrás de ella mostraron al enorme Golden Retriever perseguirla. Maullaba con desesperación como su método de buscar ayuda y entonces, a lo lejos observó la bonita cabellera negra de una chica que sólo podía ser de su mejor amiga.
Podía percibir a distancia ese agradable perfume que ella usaba todas las mañana.
Lo confirmó cuando estuvo cerca, encontrándola cuando escuchaba música mientras sostenía su teléfono entre sus dedos. El pequeño gato subió una barda para encontrarse en el jardín con ella, dejando atrás al perro. Se aproximó a la menor, dejándose caer sobre una de sus piernas, pues estaba exhausta y antes de poder hacer algo más, se descubrió dormida sobre el cálido regazo de su mejor amiga.
No sólo era debido al cansancio, también a que finalmente había logrado su cometido: llegó a su lugar seguro.
Alzó su cabeza para intentar enviarle algún mensaje pero sólo podía maullarle a una confundida Vic que probablemente no tenía idea de qué hacía un pequeño felino sobre su regazo. La japonesa ronroneaba entre una sensación de gusto, acurrucándose en sus piernas cubiertas por la tela de su pantalón.
¿Cómo le haría saber que se trataba de ella? Y lo más importante, ¿cómo lograría volver a su forma?
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🌙┊ 。.゚✧* — ♡ #HOMETOBER20 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아넣어 수 를 느 끼게 멘탈 을 흔들어놔 FEAR AT DERRY. PENNYWISE 싸늘한 관중 무너져 더는 널 못 참아 이젠 내가 너를 잡 익숙하잖니 양보해 참아야만 돼 #JELLYMOON + MINJEONG 。.゚✧*
"Chicas, prometamos que si un día "Eso" vuelve, nosotras también volveremos", las palabras dichas por Jimin años atrás aún resonaban en el interior de su cabeza, sobre todo cada vez que se encontraba sola y por las noches cuando ansiosa se removía en su cama esperando conciliar el sueño. Ese momento no era diferente, pues daba vueltas sobre el colchón, pensando en cómo ambas habían decidido continuar con su vida luego de mudarse lejos de Derry de una vez por todas. Era más fácil hacer como si aquello no había sucedido, aún cuando muy en el fondo el peligro vivido todavía les hacía recordar que seguían siendo sólo un par de niñas asustadizas.
Extrañaba a sus otras dos amigas pero no estaba dispuesta a regresar a aquel lugar, no sin un motivo fuerte. Todos los días se iba a la cama al final de su jornada escolar, pidiéndole a los cielos no recibir mensaje alguno de quien se había quedado en Derry para cuidar el supuesto descanso eterno de Pennywise. Nuevamente abrió los ojos cuando se encontró con el sonido constante de su alarma, reflexionando que no se había dado cuenta cuando se quedó dormida. Parecía ser un día como otro pero desde que se levantó de la cama se sintió extraña, tenía un presentimiento acerca de algo.
Durante la noche había apagado su teléfono para poder dormir así que cuando encendió el dispositivo móvil, logró encontrarse con un montón de mensajes que fueron apareciendo en la pantalla uno tras otro. El corazón le dejó de latir un momento sólo para comenzar a latir con fuerza y rapidez cuando acto seguido leyó el nombre de Jimin en la pantalla. Se negaba a abrir el mensaje, percibiendo la sensación similar a un hueco creciendo en el estómago, sintiendo que las manos le sudaban en tanto sus dedos se movían nerviosamente por el teléfono.
Las esperanzas de que Jimin le escribiera sólo para saludarla fueron minimizándose cuando presionó la conversación para abrirla. El contenido de los mensajes provocó que las náuseas incrementaran junto a unas inmensas ganas de llorar ante el nerviosismo de saber que su presentimiento era una realidad. Derrotada caminó fuera de la habitación para encontrarse con MinJeong. La buscó hasta que la encontró en la cocina preparando su desayuno; la coreana le hacía todo tipo de preguntas mientras Aeri en shock optaba por sentarse en una de las sillas más cercanas.
—M-MinJeong... ha vuelto. Murmuró aún incrédula, sabiendo de sobra que la menor no la había escuchado. Quizá si no lo decía, le restaría el sentido de realidad. Sus ojos se cerraron durante un momento antes de volver a decirlo, esta vez más fuerte. Su mirada también buscó la de la chica frente a ella; observó su expresión cambiar de una bastante sonriente a una que se mostró completamente sombría. —P-Pennywise ha v-vuelto...
Hacía años que su problema de tartamudez parecía haberse extinguido pero con aquella noticia era como si todo hubiese regresado a ella, dándole el mismo sentir de cuando era una niña asustadiza que no podía hacer más que encerrarse en el baño para esconderse de aquellas pesadillas que tanto 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼 le causaron. Estaba segura de que ninguna de las dos quería volver a Derry, pero habían hecho una promesa que sabían debían cumplir.
Un par de maletas las acompañaron hasta la estación de autobuses luego de cancelar todo tipo de planes durante al menos unas semanas. Ninguna de las dos decía palabra alguna durante el abordaje ni cuando encontraron sus asientos. Era diferente a cualquier viaje que habían hecho durante ese tiempo, no se sentía la misma emoción. La japonesa se acomodó en su lugar sin saber qué decirle a su amiga, quien al igual que ella buscaba ponerse sus audífonos para desconectarse un momento de la realidad.
Aeri observó por la ventana en un intento de despejar la mente pero el terror invadió su ser cuando allá afuera parecían estar caminando en un eterno bucle que mostraba siempre la misma imagen: una parada de autobús. Nuevamente su corazón estaba por salirse del pecho cuando el paisaje seguía avanzando rápidamente pero en cámara lenta aparecía aquel payaso de cabellera rojiza mientras sostenía un globo rojo con una de sus manos. La japonesa se levantó un poco de su asiento aunque estaba paralizada de miedo, lágrimas se precipitaban en sus ojos al encontrarse con Pennywise allá afuera, saludándola con una enorme sonrisa que sólo aumentó el pánico en ella.
Su labio inferior comenzó a temblar mientras extendía una mano hacia atrás para intentar llamar la atención de MinJeong. Cerró los ojos al apretarlos, deseando que aquella imagen desapareciera pero cuando los abrió, se encontró con una imagen aún más aterradora. It estaba viéndola fijamente con una expresión bastante seria, creía fielmente que no estaba nada feliz por verlas de regreso.
Acto seguido el payaso comenzó a correr en su dirección hacia la ventana, logrando que la joven soltara un grito mientras se cubría los ojos con ambas manos. Afortunadamente no había nadie más ahí que ellas dos, fue entonces que MinJeong preocupada le preguntó que había ocurrido. Aeri entre lágrimas fue incapaz de abrir los ojos mientras sollozaba, dando como respuesta la única lógica que su aterrada mente alcanzaba a estructurar.
—¡Sabe que estamos de regreso y no está feliz con ello!
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