lunoblega - Tumblr blog

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Ojalá.

Ojalá mi amor, antes de dormir, te preguntes por mí, cómo me sentiré, qué estaré haciendo, dónde me encontraré, quién me acompañará esta noche en la que no estás y me consume la soledad. Ojalá mi vida, cuando veas mi color favorito te acuerdes de mí, cuando veas un lugar te preguntes si me gustaría ir, cuando escuches una expresión que solía decir te preguntes si todavía la diré. Ojalá mi cielo, reconozcas una de las miles de canciones que te dediqué, cuando escuches mi canción favorita te preguntes si todavía me gustará, cuando escuches nuestra banda favorita te preguntes si todavía la escucharé.  Ojalá corazón, te acuerdes de mí, aunque sea un instante. Ojalá todavía sientas algo por mí. Ojalá.

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Perdóname

Sé que nunca imaginaste que ese sería el final, no te culpo, ni yo lo hubiese podido imaginar, ¡Cómo!, si te había llenado de besos, de te amos, de no te dejaré de amar jamás. Mis ojos brillaban al verte como brilla el sol cuando se refleja en el mar.

No, jamás me dejaré de sentir culpable, de no haberte dicho la verdad, quizás me hubieses dicho más, al menos me hubieses besado por última vez y en ese beso volcar todo el amor que te quedaba para dar; lo acepto, te robé esa oportunidad, te robé el derecho de decir adiós sabiendo que no quieres soltar, pero que aunque duela es parte de un ciclo que se está por cerrar. Jamás me lo podré perdonar, pero es que si te lo decía no me dejarías marchar y yo me refugiaría en tus brazos, lloraría como una niñita que tuvo una pesadilla y acaba de despertar, temblaría de miedo de no saber cuál es la realidad, si estoy bien o mal y tú me levantarías el rostro, secarías mis lágrimas y dirías:

“Tranquila, no pasa nada, aquí estoy, no me iré jamás, pase lo que pase no te voy a dejar”

Y yo caería otra vez en ese cuento de nunca acabar, seguiríamos estando distantes, tú allá y yo acá, con un abismo en medio de nosotros, con esa maldita distancia que no se puede medir en kilómetros porque no acabaría jamás.

Te amo, perdoname, sé que no hay vuelta atrás; quizás sea tarde para recapacitar, quizás me estés odiando; mientras yo te amo más, quizás ese es mi castigo por haberte privado de una despedida, de un final.

Quiero que sepas al menos, que no te mentí jamás, que todas las veces que dije: “no te dejaré de amar jamás”, todas se tatuaron en mi alma y nada las podrá borrar. Lo sabes, ¿verdad?.

-Sofía Mendoza-[Las cartas de Sofía-Sofía Mendoza]

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El amor no es suficiente.

El otro día dejaste tu celular sin clave sobre la mesita de noche. Entraste al baño, a darte una ducha, y notaste que no lo traías. Cuando saliste, me miraste. Creo que pensabas encontrarme con él en la mano, aprovechando tu descuido para hurgarlo. No lo hice. En lugar de eso estaba, como siempre, soñando despierta con mi vista fija en el techo, ahí, acostada en la cama. Días después, me pediste prestado mi portátil para revisar tus redes sociales. Se te pasó el tiempo y saliste de prisa, dejando todas las sesiones abiertas. Las cerré sin titubear. La semana pasada me dijiste que hacía algún tiempo no te veías con tus amigos. Te pregunté la razón, y te animé a que les escribieras para que acordaran encontrarse. Antes de salir, me aseguraste que sería cosa de pocas horas, que llegarías a casa justo para vernos varios episodios de nuestra serie favorita. Se hizo tarde y no llegabas, así que te escribí un mensaje diciéndote que esperaba que se estuvieran divirtiendo mucho, que te cuidaras, que mañana nos veríamos. Y me quedé dormida al instante. Ayer me pediste que habláramos. Tus ojos se veían tristes, apagados. Me preocupé. Pensé que tenías problemas en el trabajo, o que te sentías mal de salud. En lugar de eso me preguntaste si me sentía bien contigo, si te quería, si quería seguir junto a ti. No me esperaba ninguna de estas preguntas, por lo que fruncí el ceño mientras intentaba comprender. Tú aprovechaste mi silencio para confesarme que habías notado lo del celular, lo de tus redes sociales, lo de mi indiferencia porque no habías llegado a estar conmigo aquel día. -¿Indiferencia?- te pregunté- ¿Eso crees que significan mis acciones? Ay, mi amor -te respondí condescendiente mientras tocaba tu cara con ternura- lamento que te hayan dañado haciéndote creer que la desconfianza, los celos y la posesividad eran amor. No lo son. Mi cielo -te seguí diciendo suavemente-, la paz y la tranquilidad no tienen precio. Eso quiero sentir contigo, eso quiero ofrecerte. Si no confiara en ti, no estaría contigo: he aprendido que el amor por sí solo no es suficiente. También comprendí que si queremos un “para siempre” que nos dure toda la vida, no podemos asfixiarnos, y eso pasará irremediablemente si nos adueñamos de todo nuestro tiempo, de todo nuestro espacio.

No necesito saber tus claves, tus contraseñas, no necesito que cambies tu estado de soltero a “en una relación” conmigo, ni que tengas una foto juntos en cada rincón de tus perfiles. Eso no me dice nada, no me demuestra nada. 

Necesito que ames mis rarezas, que no quieras cambiarme, que salgamos los sábados y te quedes los domingos, que me apoyes en mis sueños y me hagas parte de los tuyos, que creas en mí. Yo haré lo mismo contigo.

Eso sí que será un “y vivieron felices para siempre”.

- Psicotinta.

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Hoy fue un día triste, pues acepte que tendría que dejarte ir, sin reproches y llevándome todo lo bueno que junto a ti vivi, y de lo malo lo aprendido, se que ahora no estoy bien, pero con el tiempo tal vez alguien le agrade lo que una vez a ti te volvía loca de mi, con menos defectos tal vez, pero ella con otras ganas y buena vibra, con lo que volveré a sonreír; antes o después pasará lo mismo contigo y aún que en el fondo seguramente me ponga triste, agradecere a la vida por tenerte feliz. Me despido con ese famoso nudo en la garganta, con ganas infinitas de luchar que ahora se que tendré que reservarlas para alguien más, pero estare deseoso de que encuentres el amor que te mereces, que seas muy feliz al final de todo.

Luis Martinez

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Nunca nadie me ha querido por lo que soy, usualmente quieren algo de mi y siempre que se los doy me abandonan.

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❤️

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Me dan ganas de autogolpearme cuando me pongo sensible de la nada.

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“¿y quien va a querer a alguien como yo?”

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Nunca fui tan feliz como cuando te vi sonreír la primera vez que estuvimos juntos

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Qué bonita se va poniendo la sonrisa a medida que la alimentas de amor propio.

Benjamín Griss

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Quizás no te pude abrazar pero al verte sonreír sentí que me abrazabas, al ver tu mirada, sentí que mi mano apretabas, al oír tu voz mi corazón se emocionaba, un pequeño miedito de mi se apoderaba. Sólo bastaba con verte para sentirme vivo, para sentir mi alma llena, para sentir mi corazón vivo.

Stup (via s-t-u-p-7-d)

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Pero lo hice.

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Prefiero dormir antes que vivir

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