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La gente como tú, no cambia
Prometo dejarte ir en unos días, pero hoy no.
No esta noche, tal vez tampoco la que viene.
Pero te dejaré salir de mi,
porque te urge,
porque no quieres estar.
Me duele todo, de tanto amarte.
Me llueven los recuerdos en el pecho, que me ahogan
y las risas en forma de llanto me salen por los ojos.
Amor, amor,
vengo a despedirme de ti,
claro está que no quiero irme.
Vengo a mirarte con mis ojitos tristecitos,
manteniendo la esperanza,
de que tomes mi mano.
Pero la gente como tú no cambia,
y lo siento,
la gente como yo tampoco, ¿por qué?"
Todo es Efímero, Lucie.
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Si vas a enamorarte
Si vas a enamorarte que sea de una loca, una problemática.
Fuera de control.
Que aburrido es que siempre se enamoren de lo mismo, de lo típico.
Enamorate de lo complicado, lo inexplicable.
Lo que te saca de tus casillas, de aquella que quiere que te arranques los cabellos por lo loco que te vuelve.
Que se griten tanto amor, que se muerdan con pasión.
Que tenga mundos en la mente, algo más que sólo verse bien y ser guapa, que sea inteligente, necesariamente.
Que te lleve la contraria.
Enamorate de aquella que sin más se preste a ti, porque aunque nunca será tuya, siempre se prestará a ti.
Que termine volviendo sin retorno, después de intentar irse unas cien veces, que regrese una vez más.
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Lo que nunca pude decirte
Quisiera pedirte perdón, nunca te pedí perdón por algo que yo había hecho, así que te pido perdón si en su momento te causé algún dolor. Me di cuenta que es verdad cuando dicen que entre más te aferras a algo, más lejos se va, pero si lo dejas ir, también se va.
Nunca pude decirte pero siempre esperé que fueras tras de mí, tienes razón, siempre queriendo hacer todo como una novela, pero yo siempre te vi así, como un principal. Nunca pude decirte en persona, que si algún día dejabas de quererme o amarme, si algún día dejabas de querer estar conmigo, yo haría todo para enamorarte de nuevo
Te amo tanto, como no tienes una idea y por eso mismo te dejo ir, porque nunca fueron suficientes veces el decírtelo.
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Enredada en hilos rojos
En un mundo tan grande, con más de 3 millones de habitantes, en alguna parte de este planeta, está detrás de todos los nudos la persona con la que te toca estar en esta vida. Me aterra entregar mis mejores años a una persona errónea, me aterra entregarle mis mejores miradas, mis sonrisas sinceras. Pero es parte de crecer y aprender, que no todo es tan fácil en esta vida, en la vida ganarás mil medallas, pero esas mil medallas son nada cuando no hay alguien que lo es todo.
Tal vez en alguna parte de este mundo, no lo sé, tal vez estás riendo, tal vez llorando, tal vez te rompieron el corazón y estés pensando que el amor es lo peor que nos puede pasar, que ya no quieras amar nunca más o quizás, vaya, quizá estés acostado pensando en mi, en cómo luzco, en cómo huelo, en si mis manos son suaves o si mi cabello huele a uva, en qué pasará cuando deshagamos los nudos que nos rodean y nos encontremos. Incluso tal vez ya te conozco y no nos hemos dado cuenta, y lo siento si es así porque probablemente estamos en los mejores años de nuestras vidas, lamento dejar pasar el tiempo y que tú también lo dejes pasar. Te espero con ansia y con gusto.
Aquí te espero,
enredada en hilos rojos.
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Les Parapluies de Cherbourg (1964) dir. Jacques Demy
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Un amor ideal
Mi amor ideal debe ser compasivo, debe tener unión profunda con mi persona, mi amor ideal no solo debe tener un buen corazón, debe tener un vocabulario amplio, donde las palabras “perdón” y “perseverancia” entren día con día y se mantengan, porque soy una persona que se equivoca, soy humana. Mi amor ideal debe ser trabajador, soy una mujer interesada, y no, interés no va necesariamente de la mano con la economía. Me interesa que mi amor ideal sepa lo que es trabajar y de la responsabilidad. Quiero al mejor, porque uno puede ser guapo, pero puede que sea flojo. Mi amor ideal debe amar a su familia, debe entender mi sensibilidad por los animales de la calle y lo mucho que me encantan las películas de amor y la poesía. No me interesa un amor poeta, pero me interesa un amor sincero. Mi amor ideal debe ser agradecido y carismático. Probablemente debe ser competitivo, no quiero a un conformista. Podría decirles que me encantaría que tuviera esos detalles de película, donde te mandan flores espontáneamente, donde sales de tu casa y están ahí recargados en un auto, de los que te dedican canciones. ¡Oh! Me encantaría tener a un John Cusack sosteniendo un estéreo portátil afuera de mi ventana. Quiero a Jake de Sixteen Candles esperando afuera de la iglesia por mi. Sería fascinante un Judd Nelson levantando su puño en el aire porque sabe que me tiene. Quiero besarme en los museos, mojarme con los rociadores de jardín.
Mi amor ideal debe ser alguien que sepa realmente qué es humano, que va a fallar y se va a caer, pero que tiene que levantarse. No debe ser egoísta, y mucho menos egocéntrico. Debe aprender a perder, pero intentar ganar. No quiero un amor perfecto, quiero un amor en donde las peleas se hablen y acaben con besos.
Pero mi vida no la dirige Richard Linklater o Michel Gondry y mucho menos John Hughes. Tampoco la escribió Benedetti o Pablo Neruda, mucho menos Jaime Sabines. Eso me lleva a la conclusión de qué tal vez, espero mucho del amor en la actualidad.
Y ya saben lo que dicen, quien espera mucho, se decepciona mucho.
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Hay que amar a quien nos hiere
Hay que amar a quién nos hiere, puesto que nos causa ilusión. Hay que amar a quién nos hiere, porque nos dibuja alas y nos enseña a volar.
El amor es un arte tan ilógica, ya que cuando nuestros corazones están rotos, creamos arte.
Hay que amar a quién nos hiere, porque nos convierte en seres humanos fuertes, resistentes. Hay que amar a quién nos hiere, porque nos hace avanzar y crecer como personas, nos da madurez. Hay que amar a quién nos hiere, porque no nos queda de otra, aprendemos todo de ellos y al final con ellos creamos arte, los plasmamos, dibujamos y escribimos e incluso los hablamos.
Pero hay que odiar a quién nos hiere, porque luego de dibujarnos las alas más bonitas y enseñarnos paisajes hermosos mientras volamos, las arrancan en cuestión de segundos, nos dejan heridos. Caemos en la monotonía de la vida, no más color, ni más felicidad, aprendemos a amar la oscuridad y por eso hay que amar a quién nos hiere, ya que nos enseñan a vivir en un mundo de colores, pero cuando se van, nos arrancan las maravillas que a un principio nos dieron, aprendemos a vivir en la oscuridad. El amor son palabras y promesas, corazones rotos y latidos Lucie.
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“Cuando elijas estar con alguien, primero debes conocerlo antes de decidir si quieres estar con esa persona, a veces nos enamoramos tan rápido que nos cegamos de todo y no nos damos cuenta de quién es realmente la persona con la que vamos a estar. Entonces cuando empiezan las peleas y te grita, o cuando te hace daño y sientes que ya no puedes más con todo, es más difícil dejar ir a la persona, puesto que aún lo ves con ojos de amor y metemos excusas absurdas como "Nunca lo hace, no volverá a pasar" o la típica de "El no es así". Es duro darse cuenta de que las personas que amamos, a veces no son quiénes creemos que son. Y aunque juran que nunca nos harían daño, terminan comiendo sus palabras, y sus promesas con sus acciones, así que te das cuenta de que quién menos esperas que te lastime, es la primer persona que lo hace. Y el problema es que cuando te enamoras, tú les das el arma, y te pones como el blanco.”
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Huracán
Siempre me he preguntado porqué mis emociones siempre se multiplican más que las de otras personas, ¿por qué lo que es una lluvia para muchos, yo lo siento como huracán? Fue entonces cuando me senté a escribir novelas y me di cuenta que estaba increíble y que escribiendo se me quitaban las ganas de suicidarme. Yo quería más, así que comencé a dibujar para sentir algo vivo en mi. Un día observé fijamente unos ojos y sentí océanos en mi pecho, sentí furia emanando de mis adentros y escribí poesía. Convertí a mis ex amores en obras maestras ante mis ojos, colgando letras bellísimas de los mechones de sus cabellos; llené mis pupilas de arte y terminé perdiéndome en todo aquello que me salvaba. Estaba bien, hasta que me dijeron que estaba mal. Que mi pasión por escribir y por la poesía era una tontería, que mis ganas de pintar era intensidad absurda. Ahora me encuentro perdida en lo que me gusta, con ganas de arrancarme el alma y sacar las mariposas que vuelan en mis costillas. A veces me pregunto si el amor aún existe, el amor loco y desenfrenado, porque creo que yo ya lo he agotado.
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Caballitos de mar
¿Alguna vez leyeron aquella frase en la que una persona explica el porqué le dan miedo las relaciones amorosas? Comenta que las relaciones le aterran, por el simple hecho de que son tan inestables, un día sonríes con una persona, la besas, caminan agarrados de la mano, no puedes pensar en alguien más que no sea esa persona, incluso se dicen mutuamente que se aman, pero de pronto… tan solo, ya no.
Y he creado tantas teorías en mi cabeza, tantas posibles y otras tan incoherentes que incluso sigo errando con la respuesta. Al final, solamente vuelvo a crear mil preguntas en mi cabeza, todas son similares sólo cambian las palabras de la pregunta. ¿Cómo alguien que dice amarte puede irse tan rápido? ¿Cómo alguien que dice amarte puede cambiarte tan rápido? ¿Cómo alguien que dice amarte puede reemplazarte tan rápido? Es imposible contestar esa pregunta con certeza, quizá nunca te amó, quizá te amo demasiado, pero, ¿Cómo pueden simplemente así como si nada un día ya agarrar la mano de alguien más tan pronto? ¿O tal vez besar otros labios? ¿Cuándo se toman el tiempo para dejar ir? O más bien, ¿desde cuándo te dejaron ir?
Qué va, el amor es ilógico, un puente para suicidarse, taladra el alma, es tan tonto.
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