Tumgik
luciadeleonlove · 7 years
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SAMUEL DE LUQUE | GRAY BLUE | AESTHETIC
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luciadeleonlove · 7 years
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¿Qué es el amor? Parte 35 // fanfic wigetta
La semana transcurrió con tranquilidad: clases en el instituto, sus ya acostumbradas idas al gimnasio, algunas salidas al parque, o al centro comercial, o a algún café, o simplemente a caminar sin un rumbo fijo, su semana iba como todas pero sin parecerse ¿como puede ser eso? Bueno siempre salían juntos pero nunca hacían lo mismo ni charlaban de lo mismo, no existía una rutina en su relación y eso les gustaba a ambos, no les agradaba la monotonía ni la simpleza, les gustaba lo variado y nuevo, así era su relación, llena de sorpresas. Era miércoles, mitad de semana, al día siguiente tenían una exposición de lengua y como no les tocó en un equipo juntos, se juntarían en casa de Guillermo.
-¿entonces nos veremos a las cuatro con treinta en tu casa?-pregunto María.
-Sí, ¿ya te anotaste la dirección?-ella asintió-vale, os veo ahí.
Guillermo se despidió de María y Mónica para reunirse con Samuel; que no había traído su auto y tuvo que venir en autobús, y Karol en el estacionamiento.
-¿entonces habrá muchas personas en casa?-pregunto la menor al entrar al auto.
-no serán muchas pequeña, solo tu hermano, dos chicas de la clase y yo.
-¿y son majas?
-bastante, una de ellas es nueva así que lo poco que la conozco me agrada y la otra lleva más años en el insti y siempre ha sido amable conmigo así que no tienes de qué preocuparte.
El camino a casa fue rápido, Guillermo preparo arroz con carne esta vez, las pastas que usualmente hacia lo estaban aburriendo a él y a su hermana y esta vez que su chico comería en casa quería intentar preparando algo nuevo.
-cuando lo probéis quiero que me digan que os parece, quiero la verdad, si sabe fatal me lo dicen ¿vale?
El mayor y la menor se miraron con complicidad antes de probar lo que Guillermo preparo, sonrieron, estaba delicioso, como siempre.
-no porque te quiera mucho significa que te vaya a mentir, está exquisito cariño.
-¿de verdad?
-incluso cocinas mejor que mamá-comentó Karol.
Y no era mentira que Guillermo al pasar la mayor parte de su vida solo en casa no desaprovechó el tiempo y aprendió suficientes recetas de cocina como para comer dos meses sin repetir un platillo, ¿como no le iban a servir ocho años cocinando? Incluso en algunas ocasiones cuando toda la familia Díaz Ibáñez se reunía le tocaba a Guillermo cocinar el plato fuerte junto con sus tías y abuela, y a decir verdad no le aburría en lo absoluto.
-¿has pensando en estudiar gastronomía o algo así? Podrías poner un restaurante y darnos comida gratis a Karol y a mí.
-sí claro, ¿algo más? ¿El rey quiere que le lleve la comida servicio a domicilio?
-sería un puntazo eh.
-que eso de cocinar es un hobby, me volvería loco si tuviese que cocinarle a más personas o en menos tiempo, creo que me explotaría la cabeza en realidad.
-vale, entonces podrías tener un restaurante privado en el que nos sirvas a Samu y a mí.
-¿acaso no lo tengo ya? Si os alimento casi a diario y gratis, debería empezar a cobrar lo que les cocine.
-¿y si mejor no haces ningún restaurante?
Guillermo rodo los ojos con una sonrisa.
-sois tontos.
-así nos quieres, y lo sabes.
La comida continuo con normalidad, hablando de temas al azar y jodiendo un poco a Guillermo, a este se le dibujaba una gran sonrisa en el rostro al estar junto a las dos personas que más quería en el mundo: Karol y Samuel.
Se dirigieron al estudio y decidieron encender el reproductor para poner una de los discos preferidos de la menor
-¿cuál ponemos?-pregunto Samuel agachándose para buscar las películas en el cajón-¿la quinta estación?
-¡sÍ!-exclamó la menor.
Guillermo no dijo nada, le daba igual la canción pero sin querer había posado su mirada en el culo de Samuel y ahora no podía quitarla de ahí.
-¿tú que opinas cariño?-preguntó el mayor-¿cariño? ¿Guille?
Se giró y avanzó hasta estar frente a Guillermo que no lograba salir de su trance hasta que sintió la respiración de Samuel cerca de él.
-eh, voy a darme una ducha antes de que lleguen las chicas, ¿podrías cuidar que Karol haga sus deberes?
-claro, será un honor.
Guillermo se acercó al mayor y depósito un suave beso en sus labios, para seguidamente acercarse a su oído y susurrarle:
-quizá me arrepienta de decírtelo pero te he mirado el culo por accidente y ahora no me arrepiento.
Samuel se ruborizó ante tal comentario, ¿desde cuando su chico tímido hacia o decía esas cosas? Estaba impactado así que no sintió cuando el menor abandonó el estudio dejándolo solo con Karol.
-¿Samuel? Estás con una cara de bobo ¿qué pasa?
Este tardó un poco el procesar que la menor le hablaba.
-nada nada, anda pongo la película mientras haces los deberes.
-tengo que dibujar una historieta, ¿me ayudas?
El mayor asintió, ambos se sentaron en el suelo a dibujar una historieta de princesas mientras la película se reproducía, pero Samuel no podía sacarse lo ocurrido de la cabeza, ¿Guillermo ya le había mirado el culo antes? Igual y lo tímido estaba desapareciendo del menor, quizá. Mientras tanto en el baño del segundo piso Guillermo se lamentaba, ¿por qué había hecho eso? Probablemente fue la calentura que no le dejo pensar con claridad y le provocó que se diera una ducha de agua fría, ¿que pensara Samuel de él?
-eres un idiota-se dijo Guillermo a si mismo.
No volvería a dejar que la calentura tomará papeles en el asunto con Samuel, ¿creerá que solo fingía ser tímido? Porque no era así, Guillermo seguía siendo pudoroso a más no poder podían ser contadas con una mano las veces en las que Guillermo no era tímido con una su pareja; con Samuel o Alonso más específicamente. Termino de darse la ducha y se enrolló con una toalla para vestirse en su habitación, a mitad del pasillo se encontró con Samuel saliendo de la habitación de su hermana, el color rojo se apoderó de su rostro.
-¡disculpa! Karol me pidió que viniera por sus marcadores nuevos, no sabía que saldrías así de la ducha.
-no..no..no hay problema-murmuró-voy a vestirme y ahora bajo.
Samuel asintió y cerró los ojos, Guillermo sonrío y se dirigió a su habitación dando zancadas, menos mal que el mayor aún sabía que era muy tímido. El menor se vistió con ropa deportiva pues más tarde irían Samuel y él al gimnasio, se miro en el espejo por cuarta vez desde que llegó a la habitación, su cuerpo había cambiado un poco pues llevaba meses viniendo al gimnasio, ¿se parecía al de Samuel? Para nada, él llevaba años haciendo ejercicio y en ocasiones excesivo por lo que le sería muy complicado el ponerse igual que él pero lo intentaría, mientras tanto le agradaba como se ponía su cuerpo: sus brazos eran fuertes, sus piernas lucían mejor, su abdomen se marcaba, todo estaba mejorando y eso le alegraba, admiraba tanto a Samuel, él siempre había sido constante en lo que se proponía y él era todo lo contrario, se rendía fácilmente y desde que este llego a su vida se ha esforzado más a en todo, no solo en el gimnasio.
-¡cariño las chicas han llegado!-anunció Samuel sacando a Guillermo de sus pensamientos-les abriré la puerta, ¿vale?
-¡vale, bajo en un minuto!
Escucho voces femeninas en el piso de abajo y dejo de mirarse en el espejo para volver al piso de abajo de una vez por todas. Mientras lo hacía lograba escuchar las voces con mayor claridad y unas cuantas risas.
-Hola Mari, hola Moni, ¿por que tanta gracia?
-no sabíamos que tenías una hermana menor, y mucho menos que era tan adorable-respondió María sin desviar su atención de Karol.
-¡Guille! ¿Sabías que Mónica de pequeña tenía un perrito? ¿Por que no tenemos uno también? Sería increíble tener uno.
-¿de verdad? ¿Que raza?
-un husky, se llama toby-comentó Mónica mostrándoles a los hermanos Díaz una fotografía de este-tiene cuatro años.
-¡quiero uno igual Guille! ¿Podemos tener un husky?
-ya veremos peque, yo no decido aquí, decide mamá y papá.
-vale, les diré luego-murmuró Karol desanimada-subiré a mi habitación Guille, adiós Mari y moni, adiós samu.
Esto hizo que algo hiciera clic en la cabeza de Samuel, y la idea de un futuro regalo apareció en su mente.
Los cuatro jóvenes se despidieron, los únicos que notaron la tristeza en el rostro de la menor fueron Samuel y Guillermo pero solo su hermano entendía el porque. En el pueblo habían tenido un perro, un cocker más específicamente, sus padres adoraban al animal y este vivió con ellos desde que Karol nació hasta que ella cumplió cuatro años, ¿que le sucedió? Un día este salió de la casa y tuvieron que buscarlo por todo el pueblo, finalmente lo encontraron en el parque con un herida el cuello, tres dias después es cocker murió, desde entonces sus padres no quieren perros, quieren ahorrarse tristezas. Guillermo intento olvidar el tema empezando el proyecto que tenían que hacer los cuatro.
-¿empezamos?
Podría decirse que era el mejor equipo de todos, ¿por qué? Sencillamente porque María y Mónica eran mejores amigas de toda la vida y siempre hacían sus trabajos juntas y obtenían sobresalientes, por otro lado Samuel y Guillermo se complementaban de la mejor manera, siempre que realizaban un proyecto juntos obtenían los resultados más altos de la clase, y si sabias sumar dos más dos te dabas cuenta de lo bien que se complementaria este equipo.
Tenían que elaborar un folleto con las medidas de 60x50 cm con dibujos y la información suficiente que un folleto requería, y tal como era de esperarse acabaron en menos de dos horas y había quedado un proyecto excepcional, con la caligrafía de María y Samuel habían logrado escribir el texto sin errores y de manera delicada mientras que con la habilidad de dibujo que poseían Mónica y Guillermo lograron rellenar los espacios dedicados a los dibujos, y no solo eso, le habían dibujado pequeñas decoraciones al folleto que si la profesora lograba darle cuenta seguro que les daría más puntos.
Al terminar el proyecto las chicas no se fueron de la casa del menor, se quedaron un rato charlando en el comedor de la cocina, sobre nada en específico en realidad pero aún asi estaban interesados en lo que se charlaba, al acercarse las 7:00 p.m. Estas dos chicas se fueron de la casa no sin antes despedirse de Karol y de los dos jóvenes.
-os vemos mañana.
-no olvides el folleto Guille.
-hasta mañana chicas.
-las veo mañana, no lo olvidaré, no os preocupéis.
Estas abandonaron la casa dejando a Samuel y a Guillermo solos en el piso de abajo.
-¿crees que logremos ir al gimnasio hoy?-pregunto Samuel al ver la hora que era.
-no me apetece mucho en realidad.
-¿crees que alcance a hacer una rutina?
-no no no, tú no te irás de aquí mi niño, un día sin ir al gimnasio te matará, quédate conmigo anda.
-pero cariño…
-¿de verdad prefieres ir allá a estar conmigo?-murmuró el menor con un puchero en el rostro-anda Samu.
-no me hagas esto cariño, sabes que te prefiero a ti antes a cualquier cosa.
-entonces quédate aquí, por favor, podemos ver una película, charlar un poco, o lo que tú quieras.
-vale, veremos una película entonces, una de terror.
-¡no! Me espantan esas películas.
-creo que ese es su propósito-murmuró entre risas-no te matará verlas.
-¿y si llega un asesino?
-me tendrá que matar primero a mí antes de tocarte un solo cabello mi niño.
Samuel rodeó con su brazo el cuerpo del menor y lo acercó a él, había ocasiones como estas en las que Guillermo actuaba como un crío y eso le parecía adorable, ser como “el protector” de su chico le gustaba y como había dicho, moriría antes de permitir que algo malo le sucediese.
-tú ve a preparas palomitas mientras que busco alguna buena película, te veo en tu habitación.
Cada uno hizo su parte, Guillermo preparo un paquete de palomitas de maíz con mantequilla y tomo también unas cuantas galletas de chocolate mientras que Samuel escogió “imágenes del más allá” una película que salió el año anterior en el cine y fue a ver con Luzuriaga y Lana, los cuales estaban acojonados. El menor ya esperaba a Samuel en la habitación, había conectado el DVD y se había cubierto con mantas.
-¿te he dicho lo guapo que te ves hoy?-comentó Samuel después de haber puesto el disco y sentado al lado de Guillermo.
-en realidad no.
-pues déjame decirte que te ves espectacular hoy, eres adorable, ¿sabes?
-¿y eso está bien?
-hombre claro que lo está, eso produce que me enamore de ti.
Guillermo sonrío después de soltar un suspiro, estaba feliz al estar con Samuel, el iluminaba sus días.
-si tienes miedo no dudes en abrazarme, ¿vale?
El menor asintió, ambos miraban atentos la pantalla pero al comenzar las escenas de terror, Guillermo cubría sus ojos con sus manos, tomaba la mano de Samuel o lo abrazaba, a mitad de la película su cuerpo temblaba, ¿como es que a su novio le gustaban este tipo de películas? Y lo más importante, ¿como demonios las veía sin estar muriendo de miedo? Al acercarse el final, Guillermo decidió dejar de ver la pantalla y fijar su mirada en Samuel pues eso deleitaba más su vista y no le causaba terror, observó sus facciones, la manera en la que sus labios se entreabrían cada cierto tiempo, la manera en la que sus pestañas se movían, lo observaba detalladamente hasta que el mayor se dio cuenta y se giró a verlo, en otra ocasión Guillermo se hubiera girado pero no, siguió observándolo hasta que Samuel tomo su mandíbula y lo beso suavemente, moviendo sus labios con cierto ritmo y haciendo así que sus lenguas chocarán, vaya beso se habían dado esos dos. La película termino, eran cerca de las 9:20 p.m. por lo que Samuel tenía que volver a casa.
-¿entonces vendrás mañana a mí casa?
-¡claro! Me encantaría ver a tu abuela antes de su partida.
-espléndido, te veré mañana en clases Guille, descansa, te amo.
-yo te amo mucho más Samu, mucho más de lo que te imaginas….
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- ¿Que tal les va? Suerte en sus proyectos y exámenes finales a todos los que estén en esta etapa, como yo que me ha robado tiempo libre y por eso no había podido publicar y me encanta poder volver a hacerlo, aún no acaban mis exámenes pero pronto lo harán e intentaré estar aquí más seguido, lindo día!
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luciadeleonlove · 7 years
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¿Qué es el amor? Parte 34.2// fanfic wigetta
Conocer un nuevo miembro de la familia de Samuel podía poner demasiado nervioso a Guillermo, la posibilidad de no agradarle a su abuela le aterraba.
-no tienes que estar así, samu ya conoció a nuestro abuelo-susurró Karol.
-no es lo mismo pequeña.
-tú tranquilo y yo nerviosa, ¿vale?
Guillermo tomo la mano de Samuel y la de Karol, ¿por qué se ponía así? Las abuelas aman a todos ¿no es así?
-Ya he llegado-anunció Samuel al entrar a la casa-y he traído invitados.
La madre del joven apareció por la puerta y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¡mi querido guille! Qué alegría me da verte, ¡al fin te dignas a traerlo a desayunar!
-también me alegra verla, desde aquí huele delicioso.
-espero les guste lo que preparamos mi suegra y yo, y mira quién está aquí, ¿como te llamas hermosa?
-soy Karol.
-es la hermana de guille.
La mujer abrazo a la niña, siempre había querido tener más hijos pero las circunstancias no sé lo permitieron y cada vez que veía a una niña tan pequeña le causaba nostalgia y un instinto materno aparecía en ella.
-anden vayan a la cocina, tu padre bajará en un momento-comentó señalando a su hijo.
Los tres jóvenes se adentraron en la casa, Guillermo la conocía de memoria el hogar de su novio pues desde que el mayor le contó a sus padres ambos pasaban mucho tiempo juntos tanto en casa de Guillermo como en la de Samuel, por el contrario era la primera vez que Karol visitaba la casa del novio de su hermano y le parecía muy similar a la suya excepto por algunos toques en la decoración y las fotografías en las que aparecían rostros de la familia de Samuel y no de la suya; obviamente. Cuando llegaron a la cocina se encontraron con una mujer de la tercera edad, de unos sesenta y ocho años aunque en realidad aparentaba sesenta, aún tenía algunos mechones castaños y tenía unos ojos pardos que cautivaban a cualquiera, aquella mujer canturreaba una canción mientras sacaba unas galletas del horno, las coloco en un plato y se giró al escuchar la voz de su nieto.
-buenos días abue, he llegado.
La sonrisa de la mujer se ensanchó al ver a su nieto y a las visitas, se acercó para darles un beso en la frente a los tres y se presentó.
-pero que lindos jovencitos tengo aquí, me llamó Pilar pero también pueden llamarme abue como me llama mi Samuelito, ¿cuales son sus nombres?
-yo soy Karol-respondió animada la menor.
-un gustazo conocerte preciosa.
-eh… yo soy Guillermo un gusto.
El rostro de la mujer fue como si hubiese encontrado un millón de euros en su puerta, alegría pura.
-¡pero si tú eres el tal Guille del que tanto habla mi niño! El gran gusto es mío, ansiaba por conocerte, eres tan mono como dice él, pero mírate que guapo estás como no gustarle a mí Samuelito, seguro que sois preciosos juntos.
Guillermo se sonrojó ante los halagos de la mujer, pero la sonrisa no se borro de su rostro. Tal como dijo Samuel, su abuela apretujo los mofletes de su novio durante unos segundos y luego beso su frente.
-siéntense vamos, estaba apunto de servir el desayuno.
Como siempre, Samuel y Guillermo se sentaron el uno al lado del otro, Karol en una de las cabeceras, la señora Pilar aún lado de Karol; frente a Guillermo, y cuando los padres de Samuel bajaron a la cocina ocuparon los lugares que quedaban, tal como contó el mayor la mesa estaba repleta de comida: tres tipos de zumos distintos, huevos revueltos, pan tostado, frutas, galletas, churros con jarabe de chocolate, una jarra con leche, y tortitas.
-tengo que deciros que todo esto se ve delicioso-comentó Guillermo mientras servía de todo un poco en su plato.
-nos halagas.
-eres un encanto siempre que vienes a comer Guille-respondió la madre de Samuel con una sonrisa-deberías venir más seguido.
-sería un placer.
Fue un punto a favor de Samuel que no lo obligaran a comer de más ya que más personas en la mesa significaba menos sobras y menos calorías para el joven. Durante el desayuno abarcaron risas y comentarios de todo tipo, al padre de Samuel le agradaba bastante que si su hijo era homosexual su pareja fuera Guillermo.
-ese joven es un ejemplo a seguir-dijo el una vez, y realmente lo pensaba pues siempre se comportaba de manera educada, eso significaba que siempre que Guillermo y el padre de Samuel estaban en el mismo lugar hablaban sin parar y si a esto le sumabas lo parlanchin que era Samuel y lo risueña que era su madre era un no parar respecto a la charla, había ocasiones que Samuel miraba a Guillermo; sin decir nada, simplemente observaba sus rasgos al hablar y sonreía por lo afortunado que se sentía.
-me recuerdas a tu abuelo-le susurró Pilar a su nieto-en una fotografía que tengo en casa está mirándome tal como lo miras a él, con esa cara de tonto enamorado y un brillo en los ojos divino, me agrada tu Guillermo, es lindo.
Samuel sonrío y le guiñó un ojo a su abuela.
-soy el más afortunado.
El desayuno continuo, a ratos Karol participaba en la charla, a otros ratos participaba Pilar. La comida estuvo a punto de acabarse, quedaron un par de galletas y un poco de zumo de naranja, la madre de Samuel guardo las galletas en una servilleta y se las entregó a Karol.
-¿como se dice?-dijo Guillermo al notar el gesto de su “suegra”.
-muchas gracias señora Beatriz.
-llámame solo Beatriz, linda.
Charlaron unos minutos más hasta que el padre de Samuel tuvo que ir a trabajar, su madre volvió a la cocina pero la abuela Pilar espero hasta que Guillermo y Karol se fueron.
-espero volver a veros antes de irme al pueblo.
-Samu me ha invitado a cenar en unos días.
-¡será un placer tenerte aquí Guillermo!
La mujer se despidió con un abrazo de Karol y Guillermo, pero beso la frente de su nieto, iban dirección al auto hasta que la mujer los detuvo.
-¡Guillermo aguarda!
El mencionado se dirigió a la mujer mientras que Samuel y Karol subían al auto.
-quiero agradecerte.
-¿a mi? ¿Por qué?
-mi querido samuelito era un niño muy serio, apenas y hablaba y siempre que los visitaba la pasaba fuera de casa o en su habitación y ahora que está contigo simplemente no deja de sonreír y me agrada ver cómo se comporta contigo y su nueva actitud, gracias por hacer a mi nieto feliz.
Guillermo creyó que iba a llorar, le dio un fuerte abrazo a la mujer y beso su mejilla.
-le veré luego abue.
El menor se dirigió al auto, se metió en el asiento del copiloto y vio como Samuel lo miraba expectante.
-¿que te dijo?
-nada importante, que esperaba verme muy pronto.
El mayor no decidió insistir, seguro que era algo sobre él, algo bueno. Un poco de tráfico impidió que los jóvenes llegarán pronto a su destino pero no les amargo el día, a pesar del caluroso clima estos encendieron el aire acondicionado y la radio, un poco de música les sentó bien hasta llegar a casa de los Díaz. Karol bajo del auto con prisa pues no paro de decir en el transcurso a casa que tenía que ir al baño.
-¿te veré por la tarde?-pregunto Samuel.
-¿seguro que quieres acompañarme al gimnasio con tu abuela aquí? Yo puedo ir solo.
-¿y dejar que todos estén mirando a mí atractivo novio? Ni hablar.
-¿que dices? Si la gente te mira a ti.
Samuel rodo los ojos y plantó un beso en los labios de su Guillermo.
-también te ven a ti y a tu culo.
El menor se sonrojó, lucia como un tomate.
-eres un tonto.
-pero así me quieres, anda tengo que volver a casa guapo, vendré por ti a las cinco para que hagamos un poco de ejercicio porque estoy seguro que mientras mi abuela este en casa subiré un par de kilos.
-¿estás seguro que no eres vigorexico?
-que te he dicho mil veces que no, si fuera así no me hubiera comido cuatro churros esta mañana, me gusta estar bien.
-vale, te veo más tarde amor.
Y de nuevo, algo en el interior de Samuel se removió y con más intensidad. Un beso de despedida y Guillermo bajo del auto, entro a casa y tomo una ducha, si que sería una buena semana.
-
-
-
- Si, ¡lo logre! Subí un capítulo seguido después de muchísimo tiempo y estoy feliz con ello, mayo significa puentes; para quien no sepa que es, puentes son los días que se suspenden clases, pero también significa proyectos y exámenes y junio serán finales y un examen extra curricular que tendré que presentar por lo que ¿voy a estar dándome un tiro? Si, pero eso no quitará que cuando tenga días libres escribiré todo lo que pueda.
En el próximo capítulo la abuela de Samuel tomará un papel un tanto importante. ¿Que les parece? Me alegra que apoyen tanto. Para los que han preguntado por desgracia no tengo wattpad; si alguien le apetece leer el fanfic pero le da pereza buscarlo en mi perfil simplemente mándenme un mensaje y yo les enviaré todos; o la gran mayoría, de los capítulos hasta que me decida entre crearme un wattpad o no.
¡Buenas noches gente!
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luciadeleonlove · 7 years
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¿Qué es el amor? Parte 34//fanfic Wigetta
Guillermo y sus demás amigos habían asistido a casa de frank pues horas antes este les había enviado un mensaje a los otros cuatro: “noticias urgentes, los espero a las 5:30 en mi casa, os matare si no llegan”, los cuatro jóvenes llegaron a casa de Frank, incluso antes de la hora que les indicó. Se sentaron en la cama de Frank en silencio, ninguno entendía porque la repentina invitación o porque la mano izquierda de frank estaba temblando; ademán que hacía cuando estaba nervioso.
-ya estamos todos-comentó Alex-¿qué es eso tan urgente?
Todos miraban expectantes a Frank; que caminaba de un lado a otro en la habitación.
-tío me estoy poniendo nervioso por tu culpa-susurró Rubén que seguía con la mirada a su amigo-incluso creo que me estoy mareando.
Guillermo se puso de pie y se paró frente a frank haciendo que este se detuviera.
-somos tus amigos y sea lo que sea que tengas que contarnos sabes que vamos a apoyarte-frank asintió-vale, entonces ¡¿podrías decirnos de una vez que sucede?!
-ayer he invitado a Miranda a una cita-comenzó a decir, ninguno de los jóvenes se esperaba eso-tenía todo planeado, la invitaría a su restaurante favorito y pasearíamos por ahí hasta que comenzará a anochecer, antes de llegar a su casa hay un parque en el que ella pasa mucho tiempo libre y ahí había un cartel que le preguntaba si quería ser mi novia.
-¿y que te dijo?-gritaron sus 4 amigos al mismo tiempo.
-¡me dijo que sí!
Todos brincaron de la emoción y abrazaron al chico, llevaba un año enamorado de aquella chica y todos se alegraban que al fin se le hubiera declarado, en especial Alejandro que había soportado las lágrimas, enfados y alegrías de su amigo enamorado.
-te juro que si no le decías algo pronto te iba a matar-murmuró Miguel Ángel-dime que le diste las flores.
-¿cuales flores?-pregunto Rubén sin entender nada.
-Mangel descubrió que Miranda ama las flores sobre todo los tulipanes y los girasoles por lo que le di un ramo de varias flores pero sobretodo tulipanes y girasoles.
Todos excepto Miguel Ángel miraban a frank asombrados.
-¿donde has dejado a mi amigo?-comentó Guillermo con una sonrisita-aquí veo a un auténtico caballero, estoy orgulloso de ti Frankie.
Esa tarde salieron al centro comercial a tener una especie de festejo por el momento tan especial de frank.
-estoy comenzando a creer que todos vais a tener pareja pronto y me voy a quedar solito-comentó Miguel Ángel al notar cómo entre la multitud una chica le coqueteaba a Rubén que estaba formado en el puesto de hamburguesas-prométanme que no comenzarán a salir en citas cuatruples y me excluirán de sus planes.
-¿pero que dices Mangel?-respondió Alejandro con un poco de preocupación al escuchar eso-te aseguró que encontrarás novia antes que yo y si no sucede nunca te dejaremos solos.
-todo llega a su momento-le recordó Frank, era una frase que Miguel usaba constantemente.
-tarde o temprano llegará la indicada, ella sabrá apreciar el caballero que eres y veras que te querrá demasiado, eres una persona fantástica Mangel y se que por ahí hay alguien para ti-Guillermo rodeó a su amigo con el brazo cuando termino de hablar-te lo aseguro. * El joven sonrío y continúo comiendo, hacia dos años que no tenía pareja y no es porque no se hubiera presentado la oportunidad sino porque las cosas no salían de lo mejor, desde que la relación de Miguel Ángel y Carmen; su ex novia, termino él había estado muy deprimido pues cuatro años de relación fueron tantos y terminaron de la peor manera, la chica la puso los cuernos con su vecino y lo único que le dijo fue: “lo lamento pero no me gustas ya”, no solo Rubén, Alejandro y frank se preocuparon por él, todos sus compañeros lo hicieron no sólo porque Miguel era alguien muy amable con todos sino porque se notaba en su cara lo triste que estaba, siete meses pasaron para que Miguel se acercara a otra chica y las cosas iban bastante bien; a pesar de las inseguridades del chico, hasta que la chica se beso con otro,
-¡tengo una jodida maldicion, me voy a morir solo y en la mismísima mierda!
Exclamo Miguel Ángel un día que llegó a casa de Alejandro, su corazón estaba destrozado.
-no me parece justo que el tenga que soportar eso-había comentado Rubén-él tiene un corazón de oro y es el más dulce que conozco, ¿por qué tiene que irle tan mal en el amor?
-las mejores personas son las que más sufren y nuestro amigo es lo mejor que le pudo pasar al planeta.
Desde aquel día en casa de Alejandro, Miguel Ángel dejo de acercase a las chicas a coquetearles por miedo a que sucediese lo mismo, por eso sus amigos le levantaban tanto el animo, se lo merecía, y esperaban ansiosos el día que Miguel encontrase el amor al fin. * Rubén volvió con su comida en una bandeja roja.
-os juro que estas hamburguesas son cocinadas por el mismísimo Dios, no puedo creer lo buenas que están-comentó Rubén al tomar asiento, al notar que todos sus amigos lo miraban se incómodo-¿tengo algo en la cara? Sé que no estoy muy bien peinado pero no creí que estuviera tan mal.
-tío tu cara y tu cabello están normal, lo que pasa es que te vimos desde aquí con aquella chica-comenzó a decir Guillermo-y desde aquí parecía que había química allí.
Rubén se ruborizó un poco y dio un bocado a su hamburguesa para no tener que responder a aquello, las relaciones, el compromiso y él no eran grandes amigos.
-y no puedes decir que no porque cuando una chica te atrae pones tu mano izquierda en tu bolsillo y te la pasas tocándote el cabello-complemento Miguel-te conozco bien y esa chica te movió el piso.
-vale si, es muy guapa ¿vale? Su nombre es Andrea y es un año menor que nosotros, vino con su hermana menor tiene la misma edad que mi hermana menor y se mudó hace tres años pues antes vivía en Valencia.
-¿descubriste todo eso en ocho minutos que estuviste formado en la fila?
-sí, de hecho tengo su móvil pero no sé si la llamaré.
Y ahí estaba de nuevo, Rubén y su miedo al compromiso, no es que fuera un tod@s mi@s pero cuando comenzaba una relación le daba miedo a arruinar las cosas y aunque las cosas fueran bien él siempre se atormentaba.
-tío que se ve que es buena chica, fue amable contigo y encima es muy guapa yo creo que no deberías de tener miedo a empezar una relación con alguien nuevo-en esto del amor, Guillermo siempre sabía qué decir-tarde o temprano llegará alguien que amaras tanto pero será más tarde que temprano si sigues siendo tan cobarde a la hora de enamorarte y no quiero tus excusas.
-concuerdo con guille, vas a llamar a esa chica y las vas a invitar a salir-continuo Alex.
-puedo ayudarte a planear la cita para que todo salga bien, de eso ni te preocupes-complemento Miguel Ángel.
-solo vas a tener que dejarte llevar y vas a ver cómo todo sale de maravilla y en un dos por tres esa tal Andrea será la que te haga sonreír-finalizó frank.
-la llamaré, pero os voy a necesitar.
-siempre vamos a estar para ti Rubén.
La tarde continuo, el festejo seguía hasta que el reloj marco las 11:38 p.m., para suerte de los jóvenes el día siguiente no habría clases debido a un consejo de profesores o algo similar.
-os veo luego-gritó Guillermo al despedirse de sus amigos-buenas noches.
-buenas noches-gritaron todos al unísono.
Guillermo volvió a casa, sus padres no estaban pues habían tenido un viaje de trabajo a Barcelona y su hermana se había quedado en casa de su mejor amiga por lo que Guillermo tenía la casa completamente sola para él, consideró en llamar a Samuel pero recordó que la abuela de este vendría a la ciudad y sabía que querría pasar tiempo con ella por lo que decidió no interrumpir, decidió prepararse un poco de pasta y beber una soda pues aún tenía hambre a pesar de haber comido patatas fritas en el centro comercial. Guillermo no le tenía miedo a muchas cosas, las arañas, la muerte, y él estar completamente solo en un lugar eran las únicas tres cosas que le daban demasiado miedo y dos de ellas se habían combinado: una araña del tamaño de su puño se había posado en su televisor y encima no había nadie en casa, ni siquiera Karol, incluso la menor se atrevía a matar a esos arácnidos pero Guillermo les tenía pánico, ¿que podía hacer? No lo sabía, no podía llamar a sus padres, no tenía el numero de la madre de la amiga de karol, no quería llamar a sus amigos por esta tontería, por lo que decidió llamar a Samuel aunque no quería interrumpir nada. Le respondió al primer pitido.
-buenas noches mi niño.
-buenas noches amor.
Guillermo escucho como Samuel esbozaba una sonrisa, no era usual que el menor usara apodos cariñosos cuando se refería a Samuel pero cuando lo hacía algo se removía en el interior del mayor.
-¿como está todo? Supongo que te aburres estando solo en casa.
-estaba algo entretenido a decir verdad pero ocurrió un problema.
-¿alguien ha intentado entrar a la casa? ¿Se incendia la cocina? ¿Te has cortado el dedo mientras cocinabas?-el tono de preocupación de Samuel enterneció a Guillermo.
-ninguna de esas opciones es la correcta, es algo vergonzoso.
-puedes decírmelo, confía en mi.
-hay una araña en el televisor-su mirada se posó en este y se dio cuenta que no estaba, comenzó a alarmarse hasta que la vio en la repisa-olvídalo, se ha movido, el punto es que me dan pánico y si alguien no la mata voy a darme un tiro.
-dame cinco, voy para allá.
Y exactamente fueron cinco minutos los que tardo Samuel en llegar.
-¡está abierto!-gritó Guillermo desde su habitación, sin dejar de observar al arácnido.
Escucho como abrían la puerta, como se cerraba, pasos en el primer piso, el tercer escalón rechinó cuando Samuel lo piso, finalmente escucho pasos acercándose a su habitación, la puerta se abrió y la figura de Samuel se hizo presente, estaba vestido con un pantalón de pijama azul y una sudadera vieja.
-hala si que es una gran araña.
-¿podrías matarla? Mientras más vive ese animal más temo por mi vida.
-¿tienes una zapatilla por ahí?
-ahí en el suelo hay una.
Pero Samuel ni si quiera se inmutó al acercarse a la araña, la mato en menos de un segundo y Guillermo solo un suspiro pesado en aquel momento.
-me habías dicho que odiabas las arañas pero no creí que eran tus enemigas mortales.
-siempre me han dado pánico, ni siquiera se porque, por cierto, gracias por haber venido y haberla matado.
Samuel se limitó a sonreír y se sentó al lado de Guillermo, levantó las cobijas y se metió en la cama, rozó la pierna del menor y también su pie, este lo miro y recostó su cabeza en su hombro.
-¿puedo quedarme un rato? No me agrada la idea de que estés en casa solo, me da miedo que te suceda algo.
-usualmente diría que no me va a pasar nada pero la verdad es que tengo algo de miedo y preferiría que te quedases un rato más.
-¿no quieres venirte a mi casa a dormir? Seguro que a mi abuela le agradará conocerte mejor.
-me agradaría mucho pero la madre de la amiga de Karol la traerá a casa por la mañana.
-bueno en ese caso yo me quedaré aquí.
-¿que dices? No no, tienes que ir a tu casa y estar con tu abuela.
-no iba a pasar mucho tiempo con ella a estas horas de la noche Guille, no te preocupes por eso.
-¿estás seguro?
-cien por ciento, hace demasiado tiempo que no duermo a tu lado y me agrada hacerlo, ¿te he dicho lo mono que te ves dormido?
-desde hace cuatro meses creo y además no es cierto, según Karol ronco y babeo.
-y ella tiene razón pareces un oso en plena hibernación y dejas la almohada mojada pero eso no quita que tu rostro se vea como el de un niño pequeño y te ves tan tranquilo que me gustas cada vez más cuando te veo así.
-¿pero que dices? Si me has visto dormir tres veces, cuatro quizá.
Samuel negó con la cabeza mientras reía.
-es algo extraño de explicar.
-bueno tomando en cuenta que vas a quedarte a dormir aquí creo puedes contarme, tenemos tiempo de sobra.
Samuel soltó un suspiro, una cosa era recordarle y mostrarle a Guillermo cuanto lo amaba pero una cosa muy distinta era explicarle lo que causaba en él, Samuel nunca fue muy expresivo y con Guillermo estaba siendo la excepción, él menor lo había cambiado para bien y quería seguir mejorando por él, solo por él.
-seguramente sabes lo que son las famosas mariposas en el estomago-comenzó a decir Samuel-es una nueva sensación para mi ¿sabes? Cuando llegaste al instituto algo se removió en mi, no sabía lo que era hasta que le dije a Luzu, me dijo que me gustabas y yo creía que era una locura hasta que comencé a sentir algo cada vez que te veía, cada vez que te reías, incluso cada vez me mirabas serio y cuando comenzamos a acercarnos el uno al otro creí que iba a explotar por tantos sentimientos dentro de mí pero no, y a día de hoy después de ¿nueve meses? Sigo sintiéndome igual que escucho tu voz, cuando te veo reír, cuando me llamas por motes cariñosos, cuando te veo dormir, tu mera presencia me hace sentir mariposas en el estomago.
Guillermo estaba atónito con aquellas palabras que salieron de la boca de Samuel, sabía que lo quería pero no sabía que él producía tantos sentimientos en el mayor.
-bueno si te soy sincero me has dejado sin palabras-susurró Guillermo-solo puedo decirte que tú produces lo mismo en mi, y que te quiero más de lo que te imaginas.
-no tienes que decirme nada, necesitaba decírtelo, compartir lo que siento contigo.
El menor esbozó una sonrisa, en ocasiones como esta recordaba lo que la gente contaba de Samuel “un auténtico todos míos” pero ahora había cambiado, y era gracias a él pues logró enamorarlo sin siquiera intentarlo y el mero hecho de saber que mejoró la actitud de una persona le hacía sentir especial, demasiado.
-me gustas mucho-susurró Samuel.
-a mí también me gustas mucho.
-repítelo-pidió el mayor.
Guillermo soltó una risita en modo de sorpresa y posó su mano encima de la del mayor, entrelazo sus dedos y suspiro antes de decir:
-me gusta mucho Samuel.
Noto como este se giraba para besar su mejilla, su barbilla, su frente, comenzó a besar su rostro con delicadeza.
-sigue diciéndolo-suplico él.
Guillermo sonrío.
-me gustas-repitió acariciando el cabello de Samuel con su mano libre.
-de saber que vendría esta noche a verte me habría afeitado, quizá hasta me hubiera peinado un poco.
-me gustas así-respondió Guillermo dejando que la barba incipiente de Samuel rozara su nariz y su mejilla-me gustas.
Él mayor lo tomo por la nuca y se acercó a él y a sus labios.
-guille…
Él tragó saliva y le posó los labios en la barbilla.
-samu…
El recién nombrado acerco sus labios a los del menor y los beso delicadamente, como si fueran de cristal y pudiesen romperse, Guillermo movía sus labios despacio y su mano se posó en la nuca del mayor, haciendo que el beso fuera todavía mejor.
-me gustas-volvió a decir él-me gustad muchísimo, me gusta esto.
Sus labios se separaron pero sus rostros no, sus frentes estaban pegadas y sentían sus respiraciones que se iban calmando con el pasar de los segundos.
-¿quieres cenar algo? Yo he cenado ya pero puedo acompañarte.
-el tema de la comida en mi casa es un caos, mi madre y mi abuela juntas preparan comida como si fuera a alimentar a un ejército, de hecho me gustaría invitarte a que la conozcas antes de que se vaya, le he hablado de ti y muere por conocerte.
-¿te parece si voy el jueves por la noche? Mis padres llegan el miércoles por la mañana y no quisiera dejar a Karol sola estos tres días.
-está perfecto, pero si yo fuera tú alistaría tus mofletes.
-¿de que hablas?-pregunto Guillermo divertido.
-mi abuela tiene una manía excesiva con pellizcarme los mofletes, me hago a la idea cuando vea los tuyos, son tan regordetes y adorables que no quitará sus manos de tu cara.
Guillermo estalló en carcajadas, recordó a su propia abuela cuando pellizcaba su rostro cuando él era pequeño, y la idea de pensar en una mujer mayor pellizcando el rostro de Samuel le causó más risa.
-¿de que cojones te ríes?-pregunto en un tono de confusión.
-he imaginado la escena y me ha parecido tan gracioso-respondió Guillermo mientras trataba de calmar su risa.
Samuel posó su mano en uno de los mofletes del menor, y antes de que se diera cuenta ya estaba pellizcándolo.
-son como mofletes de bebe.
Guillermo puso los ojos en blanco fingiendo molestia aunque en realidad le causó gracia aquel comentario, Samuel soltó una risa y soltó la mano del menor para pellizcar ambas mejillas.
-¿quién es el más mono? ¿Quién es el más mono del planeta?-comenzó a decir Samuel imitando el tono de voz que usa la gente al hablarle a un bebé-pues tú, el más mono es el pequeño guille.
-¿me has visto cara de chiquillo de dos años?
-de hecho si, eres adorable.
-voy a tirarte de la cama como sigas pellizcándome la cara, y hablo en serio.
Samuel retiró sus manos del rostro del menor mientras intentaba no reír y simulaba estar serio.
-gracias.
Se quedaron en silencio durante unos minutos, pero no fue incomodo, todo lo contrario, se sentía un aire cómodo e íntimo.
-¿te apetece ver una película? Tengo un par en el cajón de allá-dijo señalando el último cajón de la mesita de noche.
-escoge tú, la que más te guste-Guillermo asintió-¿pero podrías apagar la luz? Odio ver películas con la luz encendida.
-yo también, con la habitación a oscuras hay un ambiente más similar al cinema.
Guillermo salió de la cama y se puso de pie, primero se dirigió al último cajón de la mesita de noche, tuvo que agacharse para poder tomar la caja llena de películas, escogió “el viaje al centro de la tierra”, sintió la mirada de Samuel en él y se detuvo unos segundos más en esa posición, lo hizo apropósito.
-¿por qué estás mirándome el culo?
-¿eh?¿yo?-tartamudeaba-¿como me has pillado? Ni siquiera estás mirándome.
-siento tu mirada en mi, eres demasiado evidente.
-eh…yo…lo siento, no era mi intención mirarte.
Guillermo no dijo nada, se puso de pie de nuevo y se giró, notó como el rostro del mayor estaba sonrojado y su mirada estaba fija en la pared, no dijo nada e inserto el disco en el reproductor del televisor, se giró de nuevo y miro a Samuel que seguía con un semblante serio.
-eh tranquilo, no me he enfadado.
-pero estuvo mal.
Guillermo apago el interruptor de la luz y se metió en la cama de nuevo, más cerca de su novio, lo rodeó con un brazo y susurro:
-no está mal porque yo también te he mirado el culo, lo admito.
Los ojos de Samuel se abrieron como platos.
-¿tú? ¿Qué le has hecho al tímido de mi novio?
-tengo un lado oscuro dentro de mi, bueno no tan oscuro pero también tengo mis cosas.
-cada día me sorprendes más, sigo sin creer que TÚ me mires el culo, ¿estoy dormido y esto es un sueño?
-no no lo es, anda vamos a ver la película que me estoy poniendo nervioso.
A mitad del filme Guillermo se quedo dormido en el pecho de Samuel, se relajó mientras escucho sus latidos y ese sonido lo arrullo tanto que cayó en el mundo de los sueños, el mayor se percató de esto cuando comenzó a roncar.
-yo te dije que parecías un oso hibernando, pero eres un muy hermoso oso-susurró Samuel-buenas noches mi niño.
Él termino de ver la película y al acabar apago el televisor y se quedó dormido, no presto mucha atención a la pantalla pues no paraba de mirar a Guillermo dormir, creía que era lo más precioso que jamás había visto.
Por la mañana Samuel fue el que despertó primero, no pudo moverse pues Guillermo estaba encima suyo además de que sus cuerpos estaban enredados a las sabanas de la cama, decidió quedarse ahí unos minutos, lo observo dormir hasta que el menor despertó de golpe, ninguno dijo nada, simplemente se miraron a los ojos y Samuel plantó un beso en la frente del menor.
-pero buenos días mi niño.
-buenos días Samu, ¿por qué no me despertaste?
-te veías muy lindo durmiendo y me daba penita despertarte.
Guillermo se ruborizó un poco, pero no dijo nada, se quedó pensativo durante unos segundos hasta que recordó algo: Karol.
-¿han tocado a la puerta?-pregunto alarmado.
-que yo sepa no, ¿por qué?
-¿qué hora es?
Ambos miraron el reloj, 10:26 a.m.
-¡no puede ser!
-¿qué pasa guille?
-se suponía que hace nueve minutos habían traído a Karol a casa, joder.
Guillermo salió deprisa de la cama, dando tropezones mientras caminaba a la puerta de la habitación, la casa estaba silenciosa exceptuando por los pasos del menor, corrió a la puerta de entrada y no vio ningún auto cerca, tampoco vio a ninguna niña cerca, miro nervioso a ambos lados, ¿se había cansado de esperar la madre de la amiga de Karol? ¿La había dejado en la puerta y la menor se fue? ¿Donde estaba su hermana? Comenzó a agobiarse, su respiración se agitaba.
-eh cariño, ¿que pasa?-dijo una voz detrás de Guillermo, era Samuel, claro que era él-tienes que tranquilizarte.
-Karol no está Samuel, ¿y si le sucedió algo? No puedo permitir que le suceda algo jamás, no me lo perdonaría, ¿por qué demonios no le pedí el numero de celular a esa mujer? ¿Y si llamo a emergencias?
Samuel abrazo con fuerza a Guillermo, este dejo de hablar y le devolvió el abrazo.
-no le sucedió nada a Karol, seguro que está con su amiga todavía y en un rato llegara a casa, no te preocupes por nada de eso.
La respiración del menor comenzó a calmarse hasta el punto de respirar con normalidad.
-¿quieres volver adentro? Es algo raro estar parados en la calle en pijama.
-a mí no me importa, anda sentémonos en la puerta a esperar a tu hermana.
Samuel tomo la mano de Guillermo y lo guió a la puerta de entrada, se sentaron juntos mientras esperaban a que llegara Karol, Guillermo se alarmaba cada vez que pasaba un auto, el reloj marcaba las 10:40 a.m. cuando un auto aparcó frente a la casa y Karol bajo de este, corrió hacia su hermano y lo abrazo con fuerza.
-¡guille! Te extrañé mucho.
Samuel observó como el auto se iba y posó su mirada en el momento hermana~hermano que estaban viviendo Guillermo y Karol.
-yo te he extrañado mucho más pequeña, ¿te has portado bien? ¿Como la has pasado? ¿Comiste bien?
-si, excelente, y si, ayer su madre nos preparo waffles con fruta.
Guillermo abrazo con más fuerza a su hermana, finalmente la soltó y depósito un beso en su mejilla.
-¿ya viste quién está aquí?
-¡samu! ¿Que haces aquí?
-bueno he venido a visitar a tu hermano.
-¿te has quedado a dormir aquí? ¿Como una pijamada?
-algo así, extrañaba a tu hermano ¿sabes?
-¡yo también lo extrañe!
-¿te parece si abrazamos a tu hermano?
El mayor y la menor abrazaron con fuerza a Guillermo que los miraba con amor, esas dos personas eran lo que más quería en el planeta y daría lo que fuera porque ambos estuvieran bien.
-¿os gustaría ir a desayunar a mi casa? Seguro que mi abuela y mi madre cocinan suficiente para todos.
-si no es una molestia-susurró Guillermo.
-¡claro que si! Tengo mucha hambre la verdad.
-eh Karol no seas grosera, agradécele a Samuel.
-muchas gracias samu-respondió la menor propinándole un abrazo al mayor.
-pero tengo que vestirme, no iré en pijama.
Guillermo subió a su habitación y cambio su ropa por un pantalón de mezclilla clara y una camiseta verde lisa.
-¿has visto lo guapo que es tu hermano?-comentó Samuel mientras que su novio bajaba las escaleras.
-es de familia-respondió Karol risueña.
-claro que sí, eres hermosa también pequeña pero tu hermano me vuelve loco.
-¿lo quieres mucho?
-mucho es poco comparado con cuanto lo quiero, pero no le digas que luego se lo flipa.
-anda cállate y vamonos-respondió Guillermo con las mejillas ardiendo.
-¿lo ves?ahora que nos ha escuchado irá de chulito por ahí.
-te daré un golpe, te lo juro.
-ahora se ha vuelto violento Samu, creo que debemos hablar más bajo.
-los odio a ambos.
-pues yo te quiero.
-y yo también, así que si nos odias estaría mal.
Guillermo sonrío y ya, no quiso decir nada, tomo la mano de Karol y la mano de Samuel, se imagino una escena así en un futuro lejano, él y su amado novio con una hija propia, caminando por ahí, en familia, él quería formar una familia con el mayor y estaba bastante seguro que podrían lograrlo si la vida no les ponía obstáculos demasiado complicados.
Samuel condujo hacia su casa mientras que Karol les contaba lo que hizo en casa de su amiga, él también se sentía como si fuera padre de la menor y deseaba un futuro así con Guillermo, tenía sueños así, una familia normal junto con su pareja, anhelaba con que eso se hiciera realidad. Llegaron a la casa del mayor, antes de entrar Guillermo se detuvo.
-¿y si no le agradó a tu abuela?
-estoy seguro que te va a amar.
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Que les está pareciendo? Bien? Me está gustando la ruta que está tomado el fanfic, aún no saben lo que les espera a estos dos, créanme. No se acerca el final, aún (aunque creo saber cuál será el final) pero tengo ideas para próximos capítulos. No se preocupen, mañana subiré otro capítulo, se los aseguro, quizá no tan largo pero habrá algo aquí, gracias infinitas por esperar tanto tiempo, se merecen el cielo todas las que me apoyan! Les deseo lo mejor!
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luciadeleonlove · 7 years
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Opinión sobre los videos de Mario Kart (no contiene bardo)
Eso videos son muy raros. Cuando graban en la misma habitación no soy Willy y Vegetta si no Samuel y Guille, son ellos mismos. Están nerviosos en presencia del otro y por eso les sale decir tonterías 😉 Sí os fijáis, todo esos video que se graban en una sola habitación, tienen montones de momentos Wigetta. Y a mi me encanta 💚💜
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luciadeleonlove · 7 years
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Wuuuu \^^/
Volvió a pasar, después de tanto tiempo dijeron otra vez -¿Casualidad? -Lo dudo Y no una sino dos veces TuT También se mencionó el “confirmamos” (no por parte de los dos pero aaagh) hace tanto tiempo que no hacían estas cosas ^^ es increíble 💚💜 Donde esta Cristina ahora ehh? :u xD
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luciadeleonlove · 7 years
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¿Qué es el amor? Parte 33//fanfic wigetta
Samuel y Guillermo cumplían tres meses: El tiempo se les había pasado volando, ahora que los padres de Samuel sabían sobre su relación podían pasar más tiempo juntos en la casa de alguno de los jóvenes o simplemente tenían más permisos para salir. En este punto Guillermo continuaba asistiendo al gimnasio, no sólo fue una sorpresa para Samuel sino para sí mismo pues él nunca había ido a hacer ejercicio tanto tiempo, cuando la apuesta de concreto y Samuel lo pago una cena, él continuó asistiendo al gimnasio con Samuel y cada vez se sentía mejor consigo mismo, su cuerpo no se parecía nada al del mayor pues él seguía siendo más fuerte y sus músculos se marcaban mucho más que los de Guillermo pero él menor comenzaba a notar un ligero cambio en él y eso le gustaba.
Samuel y Guillermo cumplían cuatro meses. A los amigos de la pareja les sorprendía demasiado la noticia, ¿por qué? Porque todos conocían a Samuel y a pesar de que había cambiado ellos dudaban que él logrará mantener una relación; incluso Borja siendo su mejor amigo lo dudaba, para grata sorpresa lo lograron, y su relación se hacía cada vez más fuerte, ambos creían que tú pareja también tenía que ser tu mejor amigo, ¿que mejor que salir con tu mejor amigo? Se contaban todo, se acompañaban a todos lados, aunque en ocasiones Samuel salía solo con Borja y Guillermo salía solo con Alejandro, Rubén, Miguel Ángel, y Frank, eran una relación para admirar, se daban su espacio pero cuando estaban juntos disfrutaban cada momento juntos.
Samuel y Guillermo cumplieron cinco meses. Estaban a punto de cumplir medio año juntos, ¡era la mejor noticia! Samuel estaba nervioso, él estaba comenzando a prepararle una sorpresa a Guillermo, algo que estaba seguro que le encantaría. Pero el menor no se quedaba atrás pues con Alonso el siempre fue bueno dando regalos, sorpresas, pues a pesar de hacerlo con menor frecuencia él siempre se esmeraba dando detalles. Los exámenes semestrales les arruinaron un poco el mes a la pareja pues ambos estudiaban bastante y eso les quitaba tiempo juntos. Samuel llamo una noche a Guillermo, tenían examen de lengua y Samuel comenzaba a agobiarse.
-¿que tal?-susurró Guillermo al contestar la llamada.
-me duele la cabeza, nunca entendí la sintaxis y sigo sin entenderla.
-¿quieres que te ayude?
-quizá por llamada sea algo complicado.
-te llamo en cinco minutos.
Guillermo colgó la llamada, dejando a Samuel confundido, ¿había dicho algo malo? El mayor no entendía hasta que alguien tocó a la puerta de su casa, se topó con la imagen de Guillermo con sus libros y una caja de las galletas favoritas de Samuel.
-¿que haces aquí?-pregunto Samuel con una gran sonrisa.
-ayudar a mi chico con la sintaxis, anda vamos a estudiar.
La pareja subió a la habitación y cerraron la puerta para no despertar a los padres del mayor, la mesa de Samuel estaba llena de hojas con apuntes.
-vaya, creo que lengua no es lo tuyo.
-realmente no, ¿por qué tenemos que estudiar esto? Ya hablo español no tienen que mostrarme como hablarlo o escribirlo.
-al parecer el instituto quiere eso y no podemos hacer nada el respecto, anda deja de ser tan quejica y estudiemos.
-vale.
Se sentaron el suelo, Guillermo comenzó a explicarle a Samuel y este con mucha fuerza de voluntad estuvo escuchando y prestando atención, durante media hora estuvieron repasando temas que vendrían en el examen.
-¿has entendido todo?-Samuel asintió-si tienes alguna pregunta no dudes en decírmelo, vine para ayudarte en todo.
-estoy seguro de que he entendido todo, gracias cariño.
-no es nada Samu.
Se quedaron en silencio durante unos segundos, ambos estaban agotados pues habían estado estudiando para los exámenes que tenían cada día.
-te extrañe-susurró Guillermo.
-pero si nos vemos todos los días.
-lo sé, pero últimamente no he podido hacer esto.
Y el menor tomo la mandíbula de Samuel y junto sus labios, Guillermo tenía razón, no se habían besado desde hace cinco días y había sido una tortura para ambos, el beso encendió una chispa en ambos, Samuel posó sus manos en las caderas de Guillermo mientras que él posó sus manos en los hombros del mayor, se aferraron el uno al otro.
-extrañaba besarte, extrañaba abrazarte, extrañaba estar tan cerca de ti Samuel.
No necesitaban aire, sus labios de se separaban. Hubo un punto en el que Guillermo apoyo su espalda en la pared de la habitación mientras que Samuel apoyaba su cuerpo encima del de Guillermo.
-¿te he dicho lo mucho que te quiero?
-muchas veces.
-pues no me cansaré de recordártelo jamás Guille, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
-iluminaste mi vida cuando todo era gris, gracias Samuel.
El beso continuo, las manos de Samuel se posaron de bajo de la camiseta de Guillermo, acariciando su espalda lentamente, termino de despojándolo de su camiseta, el menor se ruborizó ante la acción pero intento no pensar en ello y continuar el beso, se le ponía la piel de gallina al tener contacto de las manos de Samuel con su piel.
-se te empieza a notar el gimnasio guille.
-¿tú crees?
-claro que si, estás más sexy de lo que ya estabas de por sí.
El rostro del menor ardía y no sólo por la situación, también por las palabras que su novio le decía. La desventaja de cuando duraban días sin besarse, o tener algún contacto físico es que cuando volvían a tenerlo llegaban a extremos como estos. Samuel continuo con el beso, sus labios se movían despacio, al compás de los de Guillermo, él comenzó a colar sus manos por debajo de la camiseta del mayor, tardó bastante en despojarlo de esta pero finalmente lo hizo, ambos estaban sin camiseta. La mirada del menor se posó en el abdomen de Samuel, lo miraba embobado, no le parecía ni medio normal la apariencia que tenían sus músculos.
-¿te gusta lo que ves?-pregunto Samuel en un tono ¿erótico?
Guillermo asintió tímidamente, el mayor tomo la mano de este y la poso en su abdomen haciendo que este se sonrojase, Guillermo decidió cerrar sus ojos y continuar con el beso, ¿cuánto tiempo llevaban así? ¿Diez minutos? ¿Veinte? No lo sabían y no les importaba, necesitaban compensar esos días en los que apenas y se vieron. Samuel volvió a posar sus manos en las caderas de Guillermo pero decidió no bajarlas de ahí, no quería que volviera a ocurrir lo que sucedió la vez anterior, pero Guillermo no paro esta vez, él seguía besándolo y sus manos ascendían y descendían en el pecho de Samuel.
-¿guille, estás seguro?
La pregunta le salió con un hilo de voz, él no quería parar sin embargo no se atrevía a continuar. Aquellas palabras frenaron al menor que se separó un poco de Samuel, lo miró a los ojos y negó con la cabeza, se recostó en su hombro y sollozo.
-lo lamento.
-eh cariño, que no pasa nada, que extrañaba tus labios y ya pero no haría nada más que tú no quieras, ¿vale?
-gracias.
Guillermo no dijo más, se quedó ahí abrazando a Samuel, a él le apenaba frenar las cosas siempre pero algo que ocurrió hace tiempo le frenaba, era su secreto, nunca se lo dijo a nadie y seguía sin decirlo, a veces se sentía mal por ocultarlo pero ¿como le contaba a la gente? Era complicado.
-¿quieres quedarte a dormir? Creo que ya es muy tarde para que vuelvas solo a casa.
-si no es molestia.
-claro que no lo es mi niño, iré a darme una ducha.
Guillermo se puso de pie y se sentó en la cama de Samuel, este salió de la habitación.
-soy un tonto.
Guillermo soltó un suspiro, decidió mandarle un mensaje a su madre avisándole que se quedaría en casa de Samuel.
Samuel tomo una ducha de agua fría, tarareaba una canción mientras lo hacía, cuando salió, se vistió con sus pijamas y salió del baño.
-¿que haces despierto tan tarde Samuel?-pregunto su madre tallándose los ojos.
-Guille vino a ayudarme a estudiar y olvide ducharme por la tarde.
-¿lo dejaste volver a su casa? A estas horas de la noche.
-no mamá, está en mi habitación.
-oh, está bien, salúdalo de mi parte.
Samuel volvió a su habitación, se encontró con Guillermo dormido en su cama, abrazando a la almohada.
-descansa mi niño.
Samuel decidió dormir en el sofá de su habitación para no mover al menor, lo observó con una sonrisa y cayó rendido. Ambos aprobaron el examen con una buena calificación, se miraron mutuamente con una gran sonrisa.
-creo que deberíamos estudiar juntos más seguido.
-estarka
Guillermo y Samuel cumplían seis meses. Para ventaja de ambos chicos el día de su “aniversario” cayó en sábado por lo que pudieron pasar casi todo el día juntos, desde la mañana; en la que Guillermo visitó a Samuel con un desayuno casero, a partir de ahí estuvieron viendo películas e intercambiando un par de besos en la sala de estar de la casa de Samuel, por la tarde asistieron al restaurante favorito de Guillermo, el mismo Samuel se encargó de que todo estuviera perfecto, incluso a la mesa que estaban comiendo llego un bello ramo de rosas y peonias.
-¿son para mí?-pregunto Guillermo emocionado.
-no, seguramente las compre para el mesero que está allí parado.
Guillermo lo miro serio y Samuel río.
-pero claro que son para ti cariño, feliz aniversario.
-ya dijiste eso al menos ocho veces en las últimas dos horas.
-lo sé, pero es lindo recordarlo.
-te quiero y mucho.
-yo te quiero más cariño.
Al haber terminado de comer salieron a dar un paseo, sus manos estaban entrelazadas y sus respiraciones sincronizadas, ¿que es mejor que pasar un momento así con alguien que quieres? Volvieron a casa de Guillermo con la excusa de que Karol lo había llamado, pero en realidad era hora de que el menor le diera el regalo a Samuel.
-¿quieres pasar? No tardó.
Samuel asintió, como siempre Karol lo recibió con un abrazo.
-Guille me dijo que era un día especial pero no quiso decir por qué.
-lo que pasa es que justo hoy se cumplen seis meses que comenzamos nuestra relación.
-¿y os vais a dar regalos y besos?
-algo así-respondió entre risas-cuando tengas un novio lo entenderás.
Cuando Guillermo bajo las escaleras, Samuel se quedó sin palabras.
-tu, no tenías que, muchas gracias.
Apenas y podía hablar, estaba impresionado. Guillermo tenía en sus manos el mejor regalo que Samuel había recibido: Una especie de collage con fotos de ambos y en el centro una frase escrita a mano por el propio Guillermo “eres la luz que ilumina mi camino”, también llevaba una caja decorada con tonos morados; el color favorito de Samuel, y dentro de ella habían una camisa, y un colgante con el dije de una estrella; días antes Samuel le comentó sobre aquel colgante y Guillermo no dudó en conseguirlo.
-eres el mejor novio del mundo.
Exclamó Samuel cuando estaban en el auto, no había parado de abrazar al menor y de repartir besos por su rostro, estaba emocionado.
-no tenías porque gastar en un regalo.
-lo hice de corazón, quería darte algo que te gustara y que cada vez que lo vieras sonrieras porque te recordaba a mi.
Pasaron la tarde en una especie de parque de atracciones que se ubicaba en el sur de la cuidad, intentaron hacer el día muy especial y lo estaban logrando con la cantidad de actividades que hacían. La noche llegaba, Samuel vendo los ojos de Guillermo.
-¿por qué no puedo ver a donde vamos?
-porque es una sorpresa y si lo vieras dejaría de serlo.
No tardaron tanto en llegar, Samuel aparcó un poco alejado del lugar.
-aún no te quites la venda.
El mayor le abrió la puerta a Guillermo, lo ayudó a bajarse de el auto y lo guió por el camino.
-cuidado con no tropezar.
Finalmente llegaron, Samuel le quitó la venda a Guillermo. El menor estaba maravillado, no tenía palabras para describir lo que sentía. Estaban en el lugar en el que Samuel le pidió a Guillermo que fuera su novio, esta vez estaba adornado con luces en los árboles para iluminar el lugar, había una manta en el césped y encima de esta una canasta con cada alimento que Samuel sabía que su novio amaba, ¿era un momento de película? Era incluso mejor. No sólo se dedicaron a comer, a charlar y a darse besos, hubieron momentos en los que simplemente se recostaban juntos a mirar las estrellas.
-si pudiera estar en cualquier parte del mundo yo seguiría escogiendo el estar aquí a tu lado, me has dado el mejor regalo del planeta Samuel.
El reloj marcaba 3:25 a.m. cuando la pareja volvía a casa, se quedarían a dormir en casa de Guillermo ya que los padres de Samuel no estaban. No hicieron nada malo, intercambiaron un par de besos, un par de caricias pero nada más, dejaron que el momento fluyera y fuera especial, delicado, y sin duda alguna con amor.
Samuel y Guillermo cumplían siete meses juntos. Fue un mes lleno de emociones para ambos, no sólo por las veces buenas en las que sonreían todo el día, también malas pues tuvieron su segunda discusión como pareja y ambos sentían que se les caía el mundo encima. Esto se provocó a que una ex pareja de Samuel se presentó en casa de Guillermo, le gritó, y lo agredió tanto verbal como físicamente, este no pudo hacer nada al respecto pues todo fue repentino para el.
-¿pero quien fue guille?-pregunto Samuel con preocupación cuando vio el rostro del menor.
-no se su nombre.
-¿como era físicamente?
-no lo sé-sollozo Guillermo-llevaba gafas oscuras y gorra no pude ver cómo era.
-joder, si averiguo quién ha sido le daré su merecido.
-no quiero que te metas en problemas samu.
-¡se lo merece! Tú no le hiciste nada, si quería darle una paliza lo mejor es que hubiera sido a mi.
-tú tampoco mereces que te golpee, tranquilízate.
-¡no puedo estar tranquilo sabiendo que un hijo de la gran puta sabe dónde vives! Te grito palabras tan grotescas y ve como te dejo el labio mi niño, que se merece que lo deje peor.
-tú no vas a golpear a nadie Samuel, tienes que calmarte y hablaremos de eso más tarde.
-¿los golpes te dejaron tonto? Que no puedo permitir esto.
-a mí no me estés hablando así Samuel.
-¡yo puedo hablar como quiera a quien sea!-Samuel estaba gritando-y si golpeó o no a alguien es mi puto problema.
-yo no te hice nada para que te comportes así conmigo-respondió Guillermo con lágrimas en los ojos-y sabes, tienes razón, es tu problema lo que hagas y de igual manera es mi problema lo que haga así que sal de mi maldita casa y no me llames.
-¿qué?
-como escuchaste Samuel.
-no no, cariño, yo no quería.
-¡no querías y ya lo has hecho! Sal de una vez Samuel.
El mayor negaba con la cabeza, ¿por qué había reaccionado así? Guillermo ya estando molesto decidió empujar a Samuel y aunque este apenas y se inmutaba fue suficiente para que saliera de la casa del menor. Samuel no había querido hablarle así pero estaba tan enfado con sus ex parejas y las reacciones que tenían hacía él que su ego y rabia eran las que hablaban no él, no quería gritarle a Guillermo pero no pudo contener el enfado con él mismo. Estuvieron un día entero sin verse ni hablarse ya que Guillermo se incomunicó. No dejó de llorar en todo el día, no quiso responderle así a Samuel pero el hecho de que le hablara así lo saco de sus casillas. Después de un día de dolor para ambos, Samuel decidió colarse en la habitación de Guillermo mientras este no estaba, cuando llegó se llevó una buena sorpresa pues en el fondo esperaba que Samuel hiciera algo así, le explicó todo, y lo perdono al fin y al cabo fue un error humano ¿no?
-solo te pido que no vuelva a pasar, ¿vale?
-te lo juro.
Pero bien dicen que después de la tormenta viene el arco iris pues los siguientes días los pasaron como niños.
Guillermo y Samuel cumplían ocho meses juntos, este momento es el actual. Las vacaciones de Semana Santa se acercaban, era el momento más esperado para ambos, no sólo por el hecho de que querían descansar sino que también pasar tiempo juntos.
-¿te gustaría hacer algo en particular cuando sean vacaciones?
-quizá nadar, hace mucho que no voy a una piscina y me apetece usar bañador y esas cosas.
-vale, a nadar iremos.
-creo que con solo estar contigo me basta.
Guillermo sonrío.
-¿te he dicho lo cursi que eres?
-a veces, me sale solo la verdad.
Samuel siempre fue el típico conquistador, y con Guillermo no era la excepción pues siempre que podía le mostraba sus dulces frases que lo enamoraban más y más. Por primera vez en mucho tiempo comenzaron a besarse de nuevo, esta vez Guillermo estaba siendo más intenso, se movía mucho y sus labios eran rápidos y apasionados.
-eh eh, cariño para-susurró Samuel.
-¿ por qué?
-no haremos nada más pero tienes que disminuir esa pasión que tienes.
Guillermo se apartó de Samuel y se sentó en el sofá de la habitación.
-eh Guille, no quería que te alejaras solo que paráramos un poco, estabas provocándome mucho.
Guillermo sollozo, era hora de contarle a alguien lo sucedido en su pueblo.
-nadie sabe de esto pero ya no puedo ocultarlo más-dijo Guillermo con la voz quebrada-una noche se hizo una fiesta en casa de Roberto un amigo de Alonso, la verdad es que casi todos bebimos exceptuando Alonso, Carlos y José, era de la primera vez que tomaba alcohol pues Alonso decía que no era para mí pero quería mostrarle que si, la verdad es que apenas y podía sostenerme por lo que Alonso decidió subir a la habitación de Roberto para que descansara, no sé qué me sucedió la verdad pero tenía las hormonas demasiado alborotadas, lo bese con mucha intensidad y le rogué que me hiciera suyo, él no lo hizo pues no quería aprovecharse de mi situación y además habíamos prometido que nuestra primera vez sería especial no en una borrachera en la que no estaba consciente, agradezco tanto que me hiciera eso pero en ese momento me moleste pues le sentí despreciado, como si no valiera la pena, creía que no me quería así que salí de la habitación enfadado y fui con otro chico que era gay, él estaba menos borracho que yo por lo que estaba consciente de lo que yo hacía, comencé a restregarme contra él solo para molestar a Alonso, se puso celoso y se enfadó pero no conmigo sino con el alcohol, le dio un solo golpe al chico y resistió las ganas de gritarme por lo que me saco de la fiesta con fuerza y me llevó a su casa pues no quería que mi madre me viera en ese estado, me dio una pastilla para el dolor de cabeza y me acompañó a su habitación, me quede dormido y a la mañana siguiente me desperté con una resaca espantosa y un dolor horrible, vomite durante horas y tome medicina, él y yo hablamos del tema y desde entonces el hecho de tener mi primera vez con alguien me aterra, me avergüenza.
Guillermo estaba llorando, Samuel no resistió las ganas de abrazarlo y consolarlo.
-cariño yo no tenía ni idea, tranquilo no tienes qué avergonzarte, no sabías lo que hacías y créeme que esperaré todo el tiempo del mundo solo por ti.
-¿no crees que soy un imbecil?
-¿qué? Para nada guille, eres valiente al haberme contado.
Ahora todo quedaba claro, Guillermo se había quitado un peso de encima pues le contó a la persona que más confianza le tenía. Esa noticia fue un cambio, un avance en la relación de esos chicos, una etapa comenzaría.
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luciadeleonlove · 7 years
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¿Qué es el amor? Parte 33//fanfic wigetta
Samuel y Guillermo cumplían tres meses: El tiempo se les había pasado volando, ahora que los padres de Samuel sabían sobre su relación podían pasar más tiempo juntos en la casa de alguno de los jóvenes o simplemente tenían más permisos para salir. En este punto Guillermo continuaba asistiendo al gimnasio, no sólo fue una sorpresa para Samuel sino para sí mismo pues él nunca había ido a hacer ejercicio tanto tiempo, cuando la apuesta de concreto y Samuel lo pago una cena, él continuó asistiendo al gimnasio con Samuel y cada vez se sentía mejor consigo mismo, su cuerpo no se parecía nada al del mayor pues él seguía siendo más fuerte y sus músculos se marcaban mucho más que los de Guillermo pero él menor comenzaba a notar un ligero cambio en él y eso le gustaba.
Samuel y Guillermo cumplían cuatro meses. A los amigos de la pareja les sorprendía demasiado la noticia, ¿por qué? Porque todos conocían a Samuel y a pesar de que había cambiado ellos dudaban que él logrará mantener una relación; incluso Borja siendo su mejor amigo lo dudaba, para grata sorpresa lo lograron, y su relación se hacía cada vez más fuerte, ambos creían que tú pareja también tenía que ser tu mejor amigo, ¿que mejor que salir con tu mejor amigo? Se contaban todo, se acompañaban a todos lados, aunque en ocasiones Samuel salía solo con Borja y Guillermo salía solo con Alejandro, Rubén, Miguel Ángel, y Frank, eran una relación para admirar, se daban su espacio pero cuando estaban juntos disfrutaban cada momento juntos.
Samuel y Guillermo cumplieron cinco meses. Estaban a punto de cumplir medio año juntos, ¡era la mejor noticia! Samuel estaba nervioso, él estaba comenzando a prepararle una sorpresa a Guillermo, algo que estaba seguro que le encantaría. Pero el menor no se quedaba atrás pues con Alonso el siempre fue bueno dando regalos, sorpresas, pues a pesar de hacerlo con menor frecuencia él siempre se esmeraba dando detalles. Los exámenes semestrales les arruinaron un poco el mes a la pareja pues ambos estudiaban bastante y eso les quitaba tiempo juntos. Samuel llamo una noche a Guillermo, tenían examen de lengua y Samuel comenzaba a agobiarse.
-¿que tal?-susurró Guillermo al contestar la llamada.
-me duele la cabeza, nunca entendí la sintaxis y sigo sin entenderla.
-¿quieres que te ayude?
-quizá por llamada sea algo complicado.
-te llamo en cinco minutos.
Guillermo colgó la llamada, dejando a Samuel confundido, ¿había dicho algo malo? El mayor no entendía hasta que alguien tocó a la puerta de su casa, se topó con la imagen de Guillermo con sus libros y una caja de las galletas favoritas de Samuel.
-¿que haces aquí?-pregunto Samuel con una gran sonrisa.
-ayudar a mi chico con la sintaxis, anda vamos a estudiar.
La pareja subió a la habitación y cerraron la puerta para no despertar a los padres del mayor, la mesa de Samuel estaba llena de hojas con apuntes.
-vaya, creo que lengua no es lo tuyo.
-realmente no, ¿por qué tenemos que estudiar esto? Ya hablo español no tienen que mostrarme como hablarlo o escribirlo.
-al parecer el instituto quiere eso y no podemos hacer nada el respecto, anda deja de ser tan quejica y estudiemos.
-vale.
Se sentaron el suelo, Guillermo comenzó a explicarle a Samuel y este con mucha fuerza de voluntad estuvo escuchando y prestando atención, durante media hora estuvieron repasando temas que vendrían en el examen.
-¿has entendido todo?-Samuel asintió-si tienes alguna pregunta no dudes en decírmelo, vine para ayudarte en todo.
-estoy seguro de que he entendido todo, gracias cariño.
-no es nada Samu.
Se quedaron en silencio durante unos segundos, ambos estaban agotados pues habían estado estudiando para los exámenes que tenían cada día.
-te extrañe-susurró Guillermo.
-pero si nos vemos todos los días.
-lo sé, pero últimamente no he podido hacer esto.
Y el menor tomo la mandíbula de Samuel y junto sus labios, Guillermo tenía razón, no se habían besado desde hace cinco días y había sido una tortura para ambos, el beso encendió una chispa en ambos, Samuel posó sus manos en las caderas de Guillermo mientras que él posó sus manos en los hombros del mayor, se aferraron el uno al otro.
-extrañaba besarte, extrañaba abrazarte, extrañaba estar tan cerca de ti Samuel.
No necesitaban aire, sus labios de se separaban. Hubo un punto en el que Guillermo apoyo su espalda en la pared de la habitación mientras que Samuel apoyaba su cuerpo encima del de Guillermo.
-¿te he dicho lo mucho que te quiero?
-muchas veces.
-pues no me cansaré de recordártelo jamás Guille, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
-iluminaste mi vida cuando todo era gris, gracias Samuel.
El beso continuo, las manos de Samuel se posaron de bajo de la camiseta de Guillermo, acariciando su espalda lentamente, termino de despojándolo de su camiseta, el menor se ruborizó ante la acción pero intento no pensar en ello y continuar el beso, se le ponía la piel de gallina al tener contacto de las manos de Samuel con su piel.
-se te empieza a notar el gimnasio guille.
-¿tú crees?
-claro que si, estás más sexy de lo que ya estabas de por sí.
El rostro del menor ardía y no sólo por la situación, también por las palabras que su novio le decía. La desventaja de cuando duraban días sin besarse, o tener algún contacto físico es que cuando volvían a tenerlo llegaban a extremos como estos. Samuel continuo con el beso, sus labios se movían despacio, al compás de los de Guillermo, él comenzó a colar sus manos por debajo de la camiseta del mayor, tardó bastante en despojarlo de esta pero finalmente lo hizo, ambos estaban sin camiseta. La mirada del menor se posó en el abdomen de Samuel, lo miraba embobado, no le parecía ni medio normal la apariencia que tenían sus músculos.
-¿te gusta lo que ves?-pregunto Samuel en un tono ¿erótico?
Guillermo asintió tímidamente, el mayor tomo la mano de este y la poso en su abdomen haciendo que este se sonrojase, Guillermo decidió cerrar sus ojos y continuar con el beso, ¿cuánto tiempo llevaban así? ¿Diez minutos? ¿Veinte? No lo sabían y no les importaba, necesitaban compensar esos días en los que apenas y se vieron. Samuel volvió a posar sus manos en las caderas de Guillermo pero decidió no bajarlas de ahí, no quería que volviera a ocurrir lo que sucedió la vez anterior, pero Guillermo no paro esta vez, él seguía besándolo y sus manos ascendían y descendían en el pecho de Samuel.
-¿guille, estás seguro?
La pregunta le salió con un hilo de voz, él no quería parar sin embargo no se atrevía a continuar. Aquellas palabras frenaron al menor que se separó un poco de Samuel, lo miró a los ojos y negó con la cabeza, se recostó en su hombro y sollozo.
-lo lamento.
-eh cariño, que no pasa nada, que extrañaba tus labios y ya pero no haría nada más que tú no quieras, ¿vale?
-gracias.
Guillermo no dijo más, se quedó ahí abrazando a Samuel, a él le apenaba frenar las cosas siempre pero algo que ocurrió hace tiempo le frenaba, era su secreto, nunca se lo dijo a nadie y seguía sin decirlo, a veces se sentía mal por ocultarlo pero ¿como le contaba a la gente? Era complicado.
-¿quieres quedarte a dormir? Creo que ya es muy tarde para que vuelvas solo a casa.
-si no es molestia.
-claro que no lo es mi niño, iré a darme una ducha.
Guillermo se puso de pie y se sentó en la cama de Samuel, este salió de la habitación.
-soy un tonto.
Guillermo soltó un suspiro, decidió mandarle un mensaje a su madre avisándole que se quedaría en casa de Samuel.
Samuel tomo una ducha de agua fría, tarareaba una canción mientras lo hacía, cuando salió, se vistió con sus pijamas y salió del baño.
-¿que haces despierto tan tarde Samuel?-pregunto su madre tallándose los ojos.
-Guille vino a ayudarme a estudiar y olvide ducharme por la tarde.
-¿lo dejaste volver a su casa? A estas horas de la noche.
-no mamá, está en mi habitación.
-oh, está bien, salúdalo de mi parte.
Samuel volvió a su habitación, se encontró con Guillermo dormido en su cama, abrazando a la almohada.
-descansa mi niño.
Samuel decidió dormir en el sofá de su habitación para no mover al menor, lo observó con una sonrisa y cayó rendido. Ambos aprobaron el examen con una buena calificación, se miraron mutuamente con una gran sonrisa.
-creo que deberíamos estudiar juntos más seguido.
-estarka
Guillermo y Samuel cumplían seis meses. Para ventaja de ambos chicos el día de su “aniversario” cayó en sábado por lo que pudieron pasar casi todo el día juntos, desde la mañana; en la que Guillermo visitó a Samuel con un desayuno casero, a partir de ahí estuvieron viendo películas e intercambiando un par de besos en la sala de estar de la casa de Samuel, por la tarde asistieron al restaurante favorito de Guillermo, el mismo Samuel se encargó de que todo estuviera perfecto, incluso a la mesa que estaban comiendo llego un bello ramo de rosas y peonias.
-¿son para mí?-pregunto Guillermo emocionado.
-no, seguramente las compre para el mesero que está allí parado.
Guillermo lo miro serio y Samuel río.
-pero claro que son para ti cariño, feliz aniversario.
-ya dijiste eso al menos ocho veces en las últimas dos horas.
-lo sé, pero es lindo recordarlo.
-te quiero y mucho.
-yo te quiero más cariño.
Al haber terminado de comer salieron a dar un paseo, sus manos estaban entrelazadas y sus respiraciones sincronizadas, ¿que es mejor que pasar un momento así con alguien que quieres? Volvieron a casa de Guillermo con la excusa de que Karol lo había llamado, pero en realidad era hora de que el menor le diera el regalo a Samuel.
-¿quieres pasar? No tardó.
Samuel asintió, como siempre Karol lo recibió con un abrazo.
-Guille me dijo que era un día especial pero no quiso decir por qué.
-lo que pasa es que justo hoy se cumplen seis meses que comenzamos nuestra relación.
-¿y os vais a dar regalos y besos?
-algo así-respondió entre risas-cuando tengas un novio lo entenderás.
Cuando Guillermo bajo las escaleras, Samuel se quedó sin palabras.
-tu, no tenías que, muchas gracias.
Apenas y podía hablar, estaba impresionado. Guillermo tenía en sus manos el mejor regalo que Samuel había recibido: Una especie de collage con fotos de ambos y en el centro una frase escrita a mano por el propio Guillermo “eres la luz que ilumina mi camino”, también llevaba una caja decorada con tonos morados; el color favorito de Samuel, y dentro de ella habían una camisa, y un colgante con el dije de una estrella; días antes Samuel le comentó sobre aquel colgante y Guillermo no dudó en conseguirlo.
-eres el mejor novio del mundo.
Exclamó Samuel cuando estaban en el auto, no había parado de abrazar al menor y de repartir besos por su rostro, estaba emocionado.
-no tenías porque gastar en un regalo.
-lo hice de corazón, quería darte algo que te gustara y que cada vez que lo vieras sonrieras porque te recordaba a mi.
Pasaron la tarde en una especie de parque de atracciones que se ubicaba en el sur de la cuidad, intentaron hacer el día muy especial y lo estaban logrando con la cantidad de actividades que hacían. La noche llegaba, Samuel vendo los ojos de Guillermo.
-¿por qué no puedo ver a donde vamos?
-porque es una sorpresa y si lo vieras dejaría de serlo.
No tardaron tanto en llegar, Samuel aparcó un poco alejado del lugar.
-aún no te quites la venda.
El mayor le abrió la puerta a Guillermo, lo ayudó a bajarse de el auto y lo guió por el camino.
-cuidado con no tropezar.
Finalmente llegaron, Samuel le quitó la venda a Guillermo. El menor estaba maravillado, no tenía palabras para describir lo que sentía. Estaban en el lugar en el que Samuel le pidió a Guillermo que fuera su novio, esta vez estaba adornado con luces en los árboles para iluminar el lugar, había una manta en el césped y encima de esta una canasta con cada alimento que Samuel sabía que su novio amaba, ¿era un momento de película? Era incluso mejor. No sólo se dedicaron a comer, a charlar y a darse besos, hubieron momentos en los que simplemente se recostaban juntos a mirar las estrellas.
-si pudiera estar en cualquier parte del mundo yo seguiría escogiendo el estar aquí a tu lado, me has dado el mejor regalo del planeta Samuel.
El reloj marcaba 3:25 a.m. cuando la pareja volvía a casa, se quedarían a dormir en casa de Guillermo ya que los padres de Samuel no estaban. No hicieron nada malo, intercambiaron un par de besos, un par de caricias pero nada más, dejaron que el momento fluyera y fuera especial, delicado, y sin duda alguna con amor.
Samuel y Guillermo cumplían siete meses juntos. Fue un mes lleno de emociones para ambos, no sólo por las veces buenas en las que sonreían todo el día, también malas pues tuvieron su segunda discusión como pareja y ambos sentían que se les caía el mundo encima. Esto se provocó a que una ex pareja de Samuel se presentó en casa de Guillermo, le gritó, y lo agredió tanto verbal como físicamente, este no pudo hacer nada al respecto pues todo fue repentino para el.
-¿pero quien fue guille?-pregunto Samuel con preocupación cuando vio el rostro del menor.
-no se su nombre.
-¿como era físicamente?
-no lo sé-sollozo Guillermo-llevaba gafas oscuras y gorra no pude ver cómo era.
-joder, si averiguo quién ha sido le daré su merecido.
-no quiero que te metas en problemas samu.
-¡se lo merece! Tú no le hiciste nada, si quería darle una paliza lo mejor es que hubiera sido a mi.
-tú tampoco mereces que te golpee, tranquilízate.
-¡no puedo estar tranquilo sabiendo que un hijo de la gran puta sabe dónde vives! Te grito palabras tan grotescas y ve como te dejo el labio mi niño, que se merece que lo deje peor.
-tú no vas a golpear a nadie Samuel, tienes que calmarte y hablaremos de eso más tarde.
-¿los golpes te dejaron tonto? Que no puedo permitir esto.
-a mí no me estés hablando así Samuel.
-¡yo puedo hablar como quiera a quien sea!-Samuel estaba gritando-y si golpeó o no a alguien es mi puto problema.
-yo no te hice nada para que te comportes así conmigo-respondió Guillermo con lágrimas en los ojos-y sabes, tienes razón, es tu problema lo que hagas y de igual manera es mi problema lo que haga así que sal de mi maldita casa y no me llames.
-¿qué?
-como escuchaste Samuel.
-no no, cariño, yo no quería.
-¡no querías y ya lo has hecho! Sal de una vez Samuel.
El mayor negaba con la cabeza, ¿por qué había reaccionado así? Guillermo ya estando molesto decidió empujar a Samuel y aunque este apenas y se inmutaba fue suficiente para que saliera de la casa del menor. Samuel no había querido hablarle así pero estaba tan enfado con sus ex parejas y las reacciones que tenían hacía él que su ego y rabia eran las que hablaban no él, no quería gritarle a Guillermo pero no pudo contener el enfado con él mismo. Estuvieron un día entero sin verse ni hablarse ya que Guillermo se incomunicó. No dejó de llorar en todo el día, no quiso responderle así a Samuel pero el hecho de que le hablara así lo saco de sus casillas. Después de un día de dolor para ambos, Samuel decidió colarse en la habitación de Guillermo mientras este no estaba, cuando llegó se llevó una buena sorpresa pues en el fondo esperaba que Samuel hiciera algo así, le explicó todo, y lo perdono al fin y al cabo fue un error humano ¿no?
-solo te pido que no vuelva a pasar, ¿vale?
-te lo juro.
Pero bien dicen que después de la tormenta viene el arco iris pues los siguientes días los pasaron como niños.
Guillermo y Samuel cumplían ocho meses juntos, este momento es el actual. Las vacaciones de Semana Santa se acercaban, era el momento más esperado para ambos, no sólo por el hecho de que querían descansar sino que también pasar tiempo juntos.
-¿te gustaría hacer algo en particular cuando sean vacaciones?
-quizá nadar, hace mucho que no voy a una piscina y me apetece usar bañador y esas cosas.
-vale, a nadar iremos.
-creo que con solo estar contigo me basta.
Guillermo sonrío.
-¿te he dicho lo cursi que eres?
-a veces, me sale solo la verdad.
Samuel siempre fue el típico conquistador, y con Guillermo no era la excepción pues siempre que podía le mostraba sus dulces frases que lo enamoraban más y más. Por primera vez en mucho tiempo comenzaron a besarse de nuevo, esta vez Guillermo estaba siendo más intenso, se movía mucho y sus labios eran rápidos y apasionados.
-eh eh, cariño para-susurró Samuel.
-¿ por qué?
-no haremos nada más pero tienes que disminuir esa pasión que tienes.
Guillermo se apartó de Samuel y se sentó en el sofá de la habitación.
-eh Guille, no quería que te alejaras solo que paráramos un poco, estabas provocándome mucho.
Guillermo sollozo, era hora de contarle a alguien lo sucedido en su pueblo.
-nadie sabe de esto pero ya no puedo ocultarlo más-dijo Guillermo con la voz quebrada-una noche se hizo una fiesta en casa de Roberto un amigo de Alonso, la verdad es que casi todos bebimos exceptuando Alonso, Carlos y José, era de la primera vez que tomaba alcohol pues Alonso decía que no era para mí pero quería mostrarle que si, la verdad es que apenas y podía sostenerme por lo que Alonso decidió subir a la habitación de Roberto para que descansara, no sé qué me sucedió la verdad pero tenía las hormonas demasiado alborotadas, lo bese con mucha intensidad y le rogué que me hiciera suyo, él no lo hizo pues no quería aprovecharse de mi situación y además habíamos prometido que nuestra primera vez sería especial no en una borrachera en la que no estaba consciente, agradezco tanto que me hiciera eso pero en ese momento me moleste pues le sentí despreciado, como si no valiera la pena, creía que no me quería así que salí de la habitación enfadado y fui con otro chico que era gay, él estaba menos borracho que yo por lo que estaba consciente de lo que yo hacía, comencé a restregarme contra él solo para molestar a Alonso, se puso celoso y se enfadó pero no conmigo sino con el alcohol, le dio un solo golpe al chico y resistió las ganas de gritarme por lo que me saco de la fiesta con fuerza y me llevó a su casa pues no quería que mi madre me viera en ese estado, me dio una pastilla para el dolor de cabeza y me acompañó a su habitación, me quede dormido y a la mañana siguiente me desperté con una resaca espantosa y un dolor horrible, vomite durante horas y tome medicina, él y yo hablamos del tema y desde entonces el hecho de tener mi primera vez con alguien me aterra, me avergüenza.
Guillermo estaba llorando, Samuel no resistió las ganas de abrazarlo y consolarlo.
-cariño yo no tenía ni idea, tranquilo no tienes qué avergonzarte, no sabías lo que hacías y créeme que esperaré todo el tiempo del mundo solo por ti.
-¿no crees que soy un imbecil?
-¿qué? Para nada guille, eres valiente al haberme contado.
Ahora todo quedaba claro, Guillermo se había quitado un peso de encima pues le contó a la persona que más confianza le tenía. Esa noticia fue un cambio, un avance en la relación de esos chicos, una etapa comenzaría.
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luciadeleonlove · 7 years
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¡Sorpresa!
Sorpresas. Hay de todos los tipos. Hay sorpresas buenas y las hay malas. Hay gente que odia cualquier tipo de sorpresas, y hay otros que las aman, por más minúsculas que sean. Oh Samuel, él siempre era de los que amaban dar sorpresas, a veces me daba unos chocolates, a veces llegaba al apartamento con unas flores, a veces traía comida rápida, a veces me llevaba a restaurantes lujosos, así era Samuel, con él no sabías que esperarte, él si que era una auténtica sorpresa. Un día más con Samuel, un día más con alguien que amaba tanto, y como no, al llegar a nuestro apartamento me esperaba una gran sorpresa.
-¿qué es esto?-pregunte al ver una caja con mi nombre frente a mi puerta-¿has sido tú?
-quizá si, quizá no, tienes que abrirla para descubrirlo.
Y así hice, desenvolví con cuidado la caja, en esta venía una nota junto con una llave.
-léela.
-“está es la llave a mi corazón, para abrirlo tienes que seguir las pistas que he dejado, por lo pronto ve a cambiarte de ropa, es un día importante”.
Me giré para ver a Samuel, me dedico una sonrisa tímida.
-anda, por qué no haces lo que la nota indica Guille.
Abrí la puerta del apartamento, y me dirigí a mi habitación, vi como había una nota en la puerta del armario.
-¿en qué momento la pegaste?-fue lo primero que pregunte al verla.
-uno tiene sus trucos-respondió guiñándome el ojo-anda, espero no tener que recordarte que leas cada nota.
-“he dejado una camiseta nueva en tu armario, me encantaría que te la pusieras, en esta prenda se encuentra la siguiente indicación”
Abrí el armario y precisamente me topé con una camisa blanca con botones negros, en una de las mangas había otra nota.
-¿te he dicho alguna vez lo fantástico que eres?
-no lo suficiente chiqui, pero eso no importa.
Me quité mi camiseta roja y la tire a la cama, quite del gancho la camisa que me dio Samuel y me la puse.
-te ves tan guapo así.
-anda calla, que él que si que se ve espectacular en camisas eres tú.
-te quiero, ¿lo sabes no? Anda lee la otra nota.
-“Seguro que recuerdas donde nos conocimos, fue un día que cambio el rumbo de mi vida, ahí encontraras otra pista al destino final”, a ver si no recuerdo mal nos conocimos en el parque frente a la antigua casa de tus padres.
-eso es correcto, anda, yo conduzco.
Nos montamos en su auto, por más que preguntaba no me decía nada, ¿ahora con que me vas a sorprender Samuel? Tardamos seis minutos en llegar al parque, Samuel y yo nos conocimos hace ocho años en los columpios, precisamente ahí estaba la nota.
-“qué bonito fue el día que me topé con mi chino favorito, cuantas bromas hacíamos, éramos unos chiquillos, te conté que me gustabas un año después de conocernos, ¿recuerdas donde fue eso?”, ¡como olvidarlo! Fue en el cinema mientras nuestras madres compraban los boletos.
-veo que tienes muy buena memoria mi niño-me susurró Samuel al oído-y te mereces un premio.
Tomo mis mofletes y plantó un delicado beso en mis labios.
-¿nos vamos al cinema? Queda a dos cuadras de aquí.
Caminamos hacia el cinema tomados de la mano mientras recordábamos pequeñas anécdotas de nuestra adolescencia, la mayor parte de nuestros recuerdos eran juntos.
-yo sé que soy chino pero no ciego, ¿tenías que dejar una nota del tamaño de un cartel?
-pero que dramas haces guille.
En realidad solo era más grande que las notas anteriores, pero me divierte picarle.
-la leeré, “aún no olvido lo rojos que estaban tus mofletes cuando me dijiste que también te gustaba, apenas y vimos la película pues sólo nos veíamos a nosotros, pero basta del inicio, nuestro primer año juntos nos fuimos al retiro a un picnic, compre helados, ¿recuerdas de donde eran?”, tío me lo dejas difícil, ¿sabes cuantas benditas heladerías hay en Madrid?
-pero cerca del retiro no son tantas tío, solo hay dos.
Rodee los ojos y Samuel río.
-si recuerdas de que sabor eran los helados te perdonare el hecho que no recuerdes el nombre de la heladería.
-fresa con chocolate, escogiste ese sabor porque sabías que amaba las fresas y tú amabas el chocolate, “¿que mejor que complementar?” Dijiste tú.
Samuel sonrío ladinamente y volvimos al auto, el retiro quedaba a diez minutos de aquí, y si bien no pude lograr que Samuel me diera pistas logre que nos echáramos unas risas, llegamos a la heladería, la verdad es que no la recordaba.
-buenas tardes jóvenes, ¿en qué puedo servirles?
-dos de fresa y chocolate-dijo Samuel.
El hombre asintió y nos sirvió dos conos del helado que Samuel pidió, en el mío había una nota colgada.
-¿como? ¿Tu? ¿Haz hecho…
-Si, digamos que conozco al dueño.
Nos sentamos en una banca del retiro a charlar y a comer nuestro helado, cuando terminamos decidí leer la nota.
-“veo que vas a la mitad del camino, me agrada recordar y revivir momentos tan especiales como ese, ¿no crees que es hora de ir al auto? Creo que la guantera guarda algo”
Dirigí una mirada a Samuel y tome su mano, camine deprisa al auto y me metí al lado del copiloto para abrir la guantera y encontrar una rosa roja con una nota.
-me sorprendes cada vez más-comente antes de comenzar a leer-“es un alivio que no hayas abierto la guantera antes y si lo hiciste, guarda esta nota hasta que sea su turno. Quiero que me guíes al lugar donde fue nuestra primera vez”
-¿estás esperando que vaya a casa de Karla? ¿Bromeas?-él negó con la cabeza-¿que voy a decirle? ¡Hey karla! ¿Que tal tu día, ¿puedo ir a tu cama un momento?
-tío claro que no, solo vamos ¿ si?
-¿tú quieres hacerme pasar vergüenza?
-que pesado eres Guille, vamos ya.
Tomo mi mano y fuimos al auto de nuevo, en este momento estaba temblando, aún recordaba ese momento con exactitud y con solo pensarlo lograba estremecerme.
*Flashback*
Era la noche de graduación de bachillerato, karla organizó una fiesta para celebrarlo, todos habíamos terminado esta etapa con excelentes calificaciones gracias al apoyo que nos dimos y como no, había que festejar. Samuel convenció a mis padres de que pudiera ir ya que a mí madre no le agradaba el rollo de asistir a fiestas.
-te dijo a mi niño en tus manos Samuel, no quiero que tome ni una sola gota de alcohol ni consuman nada extraño.
-te prometo que lo voy a cuidar Carmen, tal como si fuera mi hijo.
-vale, confío en ti, diviértanse chicos.
Salimos de casa de mis padres y Samuel condujo a casa de Karla, estaba a unos quince minutos de mi casa por lo que bobeamos durante el camino. Al llegar ya había mucha gente dentro, tanto compañeros de instituto como de otros grados e instituciones, y estaba seguro que aún faltaba gente por llegar. Fue una noche divertida, no hubo un momento en el que mi sonrisa desapareciera. Ni Samuel ni yo consumimos una sola gota de alcohol.
-creo que es hora de irnos pequeño-me susurró Samuel al oído.
-pero quiero quedarme un rato más.
-es muy tarde y tu madre va a matarme, muchas gracias por invitarnos Karla.
-¿estáis jugando? No voy a dejar que vuelvan tan tarde, os puede pasar algo, llamen a sus padres y quédense en mi habitación.
Samuel me miro un segundo, y asintió con la cabeza, se hizo cargo de hablar tanto con sus padres como con los míos.
-mi habitación era al fondo a la izquierda, yo estaré en el piso de abajo con Alejandro, y al principio del pasillo se quedarán Sara y Marcos, si necesitan algo no duden en avisarme si necesitan algo.
-es muy amable de tu parte Karla, gracias.
-anda no es nada Guillermo, ¿para que están los amigos si no?
Subimos a la habitación de Karla, era bastante amplia y con decoración sencilla. Al principio solo charlamos un poco, y siendo sincero aún sigo sin saber que fue lo que me armo de valor a comenzar a besarlo, esos besos aumentaron a ligeras caricias, ya habíamos vivido esto antes pero cuando coló su mano debajo de mi pantalón sabía que las cosas iban a tomar otro rumbo, fue nuestra primera vez, él fue suave y pasional, yo sentía que me moría, estábamos más que unidos, sigo creyendo que el ruido que ocasionamos se escucho por toda la casa aunque Samuel siga afirmando lo contrario.
*Fin del Flasfhback*
-¿en que piensas chiqui?
-en nada-susurre.
-ya claro, te has ruborizado a mí no me engañas, has pensado en ese día, ¿cierto?
Asentí ligeramente, Samuel soltó una risita.
-¿recordaste cuando me rogabas por más? ¿O cuando te bese ahí?
-eres un sucio, cállate ya.
Y aunque si pensé en esos momentos que el dijo, no lo admitiría, después de tanto tiempo juntos seguía siendo tímido en ciertos aspectos.
-hemos llegado.
Por suerte el auto de Karla estaba aparcado frente a la casa, me había librado de la posibilidad de que su hermano nos abriera a la puerta. Tocamos el timbre, unos segundos bastaron para que Karla nos abriera.
-¡pero si es mi parejita preferida!
-¿como estas Karla?
-genial, ¿y tu guille?
-estoy bien también, eh, Samuel me dijo que viniéramos por…
Su mirada se posó en Samuel y asintió.
-oh cierto, eh, los llevaré a mi habitación.
-¿ella sabe?-le susurré a Samuel.
-he escuchado a Marcos hacer tantas cosas guille, si lo sé pero eh no te preocupes que nunca le conté a nadie.
Sentí como mis mejillas ardían de nuevo, y tanto Karla como Samuel soltaron una risa, desgraciados. Llegamos a la habitación, seguía igual que antes, en una de las almohadas había una nota.
-os dejo solos, búsquenme en la cocina antes de irse, ¿vale?
Karla abandonó la habitación, Samuel observaba la cama en silencio, yo sé en lo que está pensando.
-“tantas cosas pueden suceder en una simple cama, aún recuerdo ese día Guillermo, jamás lo olvidaré. Nos acercamos al presente, al entrar a la universidad logramos coincidir en día clases ¿cuál fue la clase en la que el profesor nos descubrió dándonos un pico?” En clase de francés, gracias a eso el profesor Rafael dio una clase sobre el amor.
-y no paro de mirarnos mientras lo decía, creo que le agradábamos.
-¿lo dudas? Éramos sus favoritos.
La universidad no quedaba lejos de aquí, decidí conducir yo hasta allí, al llegar nos dirigimos al edificio en el que el profesor Rafael impartía su clase.
-quedan diez minutos, podemos esperar a que termine la clase.
-yo voy a tocar a la puerta.
-no puedes interrumpir una clase Samu.
Pero no le importo pues toco a la puerta, Rafael abrió a la puerta y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¡pero miren quien esta aquí! Samuel, Guillermo, no tengo clases con ustedes el día de hoy.
-lo sé profe Rafa pero Samuel dijo que había una nota aquí.
-¡oh claro! Lo había olvidado, clase ellos son Samuel y Guillermo la imagen pura del amor.
Ambos nos ruborizamos, él siempre compartía lo que veía con la clase, más de una vez nos vio tomados de la mano y más de una vez nos dijo lo mucho que nos admiraba. Tome la nota que estaba pegada en el pizarrón, y nos despedimos del profesor y de su clase, nos dirigimos a la cafetería para comprar unos panecillos mientras leía la nota.
-“Bonjour Guillermo, espero que no me hayas matado por el lugar donde se encontraba esta nota, no pude evitarlo, cada vez nos acercamos más al lugar final, ¿recuerdas el día que nos mudamos juntos? Fue un caos comprar los muebles, yo era muy delicado para este tipo de cosas y tú sólo querías lo básico, ¿que fue lo primero que compramos?” Creo que fue sofá, ¿no?
Samuel asintió, esta vez condujo él pues yo no sabía cómo llegar al local. Comenzamos a charlar sobre la posibilidad de renovar la sala pues algunos cojines se veían un poco viejos a pesar de que los compramos a nuestros inicios de universidad, hace dos años.
-pero si los compramos no voy a permitir que compres unos que no combinen.
-Samuel, nuestros sofás son negros, ¿que no combina con el negro?
-el café, ¿has intentado combinarlos? Es espantoso.
Sonreí, algunas mañas nunca cambian.
Llegamos al local, aquí comprábamos todos nuestros vasos, platos, cojines, sabanas, todo, ya nos conocían los que trabajaban aquí.
-buenos días jóvenes, ¿en qué puedo ayudarlos-no saludo un hombre mayor.
-yo los atiendo Jorge, son clientes frecuentes.
-¿que tal maria?
-todo bien, ¿y tu? Hace meses que no veníamos.
-me alegra verlos aquí en realidad, de hecho quiero mostraros algo.
María nos llevó a la zona de sofás, en uno blanco con cojines negros había una nota, Samuel y ella intercambiaron miradas, todo mundo sabía que sucedería menos yo.
-tengo que irme a atender clientes pero espero verlos pronto.
Nos despedimos de ella.
-¿todo mundo sabe de que se trata esta sorpresa?
-no todo mundo, tú no lo sabes.
-ja ja ja, que gracioso eres.
-ya me lo habían dicho, gracias, anda lee la note por favor.
-“te conozco tan bien que se que estás comiendo ansias y mueres por saber de que se trata esto, pero paciencia pequeño guille, aún tienes que saber dónde es que he comprado tantos detalles para ti, un día te lleve, ¿lo recuerdas?” Tío crees que tengo memoria fotográfica, se que es cerca de la pastelería de la plaza pero no se con exactitud.
-no me sorprende, anda yo te llevo.
Samuel me daba al menos dos regalos por semana, sean flores, dulces, detalles hecho a mano, cualquier cosa que se le ocurría me lo regalaba, un día me llevó a la florería que suele ir para comprarle un ramo a mi hermana Karol, a ella le encantaron tanto como a mí me encantan las que Samuel me da.
-es aquí, menuda memoria tienes chiqui, ¿no quieres unas pastillas para el Alzheimer?
-que tonto eres.
-pero así me quieres, ¿no?
Suspiré y bese su mejilla.
-claro que te quiero.
Entramos a la florería, el rostro de aquella mujer de la tercera edad se iluminó al ver a Samuel.
-¡Samuel mi niño! Qué alegría tenerte aquí, ¿has venido por el encargo?
-exactamente señora Laura, le presento a guille creo que no lo conocía.
-no había tenido el gusto, mi niño Samuel simple habla de ti.
-el gusto es mío señora.
La mujer tomo un ramo de tulipanes rojos en los que había una nota.
-las mejores flores que recibí hoy para el mejor chico que conozco, espero les guste.
-son preciosas-dijimos al unísono.
La mujer sonrío y nos dio un tímido abrazo a ambos.
-que tengan un lindo día.
Salimos de la florería, nos sentamos en una banca y tome la note que colgaba del ramo.
-“cada día que te compró flores compro unas distintas, solo porque cada una de ellas son casi tan hermosas como tú, y bueno me gusta darte sorpresas, ¿aún tienes la llave? Esa abre la puerta a mi corazón, dirígete al apartamento, hay una sorpresa ahí”
Mire a Samuel, mire la note, mire las flores y lo volví a ver a él.
-¿recorrimos casi toda la ciudad para…
-volver al apartamento al final, si-respondió Samuel completando mi oración.
Tome los tulipanes y caminamos hacia el auto, por más que intentaba armar cabos nada cuadraba en mi cabeza, ¿que planeaba? Un poco de tráfico aplazó la llegada a casa, pero después de unos minutos finalmente llegamos.
-¿cómo demonios?
Había una nota en la puerta.
-pero si yo cerré la puerta antes de irnos, ¿como las has…? Tú me sorprendes cada día más Samuel.
-ya te dije que un mago no revela sus secretos.
-“busca una caja en mi armario, ahí está mi corazón”
Lo miré confundido, el se limitaba a sonreír sin decir nada. Abrí la puerta del apartamento, no me detuve a cerrar la puerta seguro que el la cerrará, entre a su habitación, la puerta del armario estaba llena de corazones rosas y rojos, tome la caja de madera en la que estaba pintado un corazón y una “S” y una “G”, abrí el pequeño candado que tenía, abrí la caja y me encontré con un anillo de oro.
-se que somos muy jóvenes pero llevamos siete años siendo pareja y aunque no nos casemos pronto estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi días a tu lado Guillermo Díaz-me gire y me tomo con Samuel arrodillado-¿aceptas?
Me limité a asentir mientras las lágrimas salían de mis ojos, no cabe duda de que tú Samuel de Luque cada día me sorprendes más.
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luciadeleonlove · 7 years
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¡Sorpresa!
Sorpresas. Hay de todos los tipos. Hay sorpresas buenas y las hay malas. Hay gente que odia cualquier tipo de sorpresas, y hay otros que las aman, por más minúsculas que sean. Oh Samuel, él siempre era de los que amaban dar sorpresas, a veces me daba unos chocolates, a veces llegaba al apartamento con unas flores, a veces traía comida rápida, a veces me llevaba a restaurantes lujosos, así era Samuel, con él no sabías que esperarte, él si que era una auténtica sorpresa. Un día más con Samuel, un día más con alguien que amaba tanto, y como no, al llegar a nuestro apartamento me esperaba una gran sorpresa.
-¿qué es esto?-pregunte al ver una caja con mi nombre frente a mi puerta-¿has sido tú?
-quizá si, quizá no, tienes que abrirla para descubrirlo.
Y así hice, desenvolví con cuidado la caja, en esta venía una nota junto con una llave.
-léela.
-“está es la llave a mi corazón, para abrirlo tienes que seguir las pistas que he dejado, por lo pronto ve a cambiarte de ropa, es un día importante”.
Me giré para ver a Samuel, me dedico una sonrisa tímida.
-anda, por qué no haces lo que la nota indica Guille.
Abrí la puerta del apartamento, y me dirigí a mi habitación, vi como había una nota en la puerta del armario.
-¿en qué momento la pegaste?-fue lo primero que pregunte al verla.
-uno tiene sus trucos-respondió guiñándome el ojo-anda, espero no tener que recordarte que leas cada nota.
-“he dejado una camiseta nueva en tu armario, me encantaría que te la pusieras, en esta prenda se encuentra la siguiente indicación”
Abrí el armario y precisamente me topé con una camisa blanca con botones negros, en una de las mangas había otra nota.
-¿te he dicho alguna vez lo fantástico que eres?
-no lo suficiente chiqui, pero eso no importa.
Me quité mi camiseta roja y la tire a la cama, quite del gancho la camisa que me dio Samuel y me la puse.
-te ves tan guapo así.
-anda calla, que él que si que se ve espectacular en camisas eres tú.
-te quiero, ¿lo sabes no? Anda lee la otra nota.
-“Seguro que recuerdas donde nos conocimos, fue un día que cambio el rumbo de mi vida, ahí encontraras otra pista al destino final”, a ver si no recuerdo mal nos conocimos en el parque frente a la antigua casa de tus padres.
-eso es correcto, anda, yo conduzco.
Nos montamos en su auto, por más que preguntaba no me decía nada, ¿ahora con que me vas a sorprender Samuel? Tardamos seis minutos en llegar al parque, Samuel y yo nos conocimos hace ocho años en los columpios, precisamente ahí estaba la nota.
-“qué bonito fue el día que me topé con mi chino favorito, cuantas bromas hacíamos, éramos unos chiquillos, te conté que me gustabas un año después de conocernos, ¿recuerdas donde fue eso?”, ¡como olvidarlo! Fue en el cinema mientras nuestras madres compraban los boletos.
-veo que tienes muy buena memoria mi niño-me susurró Samuel al oído-y te mereces un premio.
Tomo mis mofletes y plantó un delicado beso en mis labios.
-¿nos vamos al cinema? Queda a dos cuadras de aquí.
Caminamos hacia el cinema tomados de la mano mientras recordábamos pequeñas anécdotas de nuestra adolescencia, la mayor parte de nuestros recuerdos eran juntos.
-yo sé que soy chino pero no ciego, ¿tenías que dejar una nota del tamaño de un cartel?
-pero que dramas haces guille.
En realidad solo era más grande que las notas anteriores, pero me divierte picarle.
-la leeré, “aún no olvido lo rojos que estaban tus mofletes cuando me dijiste que también te gustaba, apenas y vimos la película pues sólo nos veíamos a nosotros, pero basta del inicio, nuestro primer año juntos nos fuimos al retiro a un picnic, compre helados, ¿recuerdas de donde eran?”, tío me lo dejas difícil, ¿sabes cuantas benditas heladerías hay en Madrid?
-pero cerca del retiro no son tantas tío, solo hay dos.
Rodee los ojos y Samuel río.
-si recuerdas de que sabor eran los helados te perdonare el hecho que no recuerdes el nombre de la heladería.
-fresa con chocolate, escogiste ese sabor porque sabías que amaba las fresas y tú amabas el chocolate, “¿que mejor que complementar?” Dijiste tú.
Samuel sonrío ladinamente y volvimos al auto, el retiro quedaba a diez minutos de aquí, y si bien no pude lograr que Samuel me diera pistas logre que nos echáramos unas risas, llegamos a la heladería, la verdad es que no la recordaba.
-buenas tardes jóvenes, ¿en qué puedo servirles?
-dos de fresa y chocolate-dijo Samuel.
El hombre asintió y nos sirvió dos conos del helado que Samuel pidió, en el mío había una nota colgada.
-¿como? ¿Tu? ¿Haz hecho…
-Si, digamos que conozco al dueño.
Nos sentamos en una banca del retiro a charlar y a comer nuestro helado, cuando terminamos decidí leer la nota.
-“veo que vas a la mitad del camino, me agrada recordar y revivir momentos tan especiales como ese, ¿no crees que es hora de ir al auto? Creo que la guantera guarda algo”
Dirigí una mirada a Samuel y tome su mano, camine deprisa al auto y me metí al lado del copiloto para abrir la guantera y encontrar una rosa roja con una nota.
-me sorprendes cada vez más-comente antes de comenzar a leer-“es un alivio que no hayas abierto la guantera antes y si lo hiciste, guarda esta nota hasta que sea su turno. Quiero que me guíes al lugar donde fue nuestra primera vez”
-¿estás esperando que vaya a casa de Karla? ¿Bromeas?-él negó con la cabeza-¿que voy a decirle? ¡Hey karla! ¿Que tal tu día, ¿puedo ir a tu cama un momento?
-tío claro que no, solo vamos ¿ si?
-¿tú quieres hacerme pasar vergüenza?
-que pesado eres Guille, vamos ya.
Tomo mi mano y fuimos al auto de nuevo, en este momento estaba temblando, aún recordaba ese momento con exactitud y con solo pensarlo lograba estremecerme.
*Flashback*
Era la noche de graduación de bachillerato, karla organizó una fiesta para celebrarlo, todos habíamos terminado esta etapa con excelentes calificaciones gracias al apoyo que nos dimos y como no, había que festejar. Samuel convenció a mis padres de que pudiera ir ya que a mí madre no le agradaba el rollo de asistir a fiestas.
-te dijo a mi niño en tus manos Samuel, no quiero que tome ni una sola gota de alcohol ni consuman nada extraño.
-te prometo que lo voy a cuidar Carmen, tal como si fuera mi hijo.
-vale, confío en ti, diviértanse chicos.
Salimos de casa de mis padres y Samuel condujo a casa de Karla, estaba a unos quince minutos de mi casa por lo que bobeamos durante el camino. Al llegar ya había mucha gente dentro, tanto compañeros de instituto como de otros grados e instituciones, y estaba seguro que aún faltaba gente por llegar. Fue una noche divertida, no hubo un momento en el que mi sonrisa desapareciera. Ni Samuel ni yo consumimos una sola gota de alcohol.
-creo que es hora de irnos pequeño-me susurró Samuel al oído.
-pero quiero quedarme un rato más.
-es muy tarde y tu madre va a matarme, muchas gracias por invitarnos Karla.
-¿estáis jugando? No voy a dejar que vuelvan tan tarde, os puede pasar algo, llamen a sus padres y quédense en mi habitación.
Samuel me miro un segundo, y asintió con la cabeza, se hizo cargo de hablar tanto con sus padres como con los míos.
-mi habitación era al fondo a la izquierda, yo estaré en el piso de abajo con Alejandro, y al principio del pasillo se quedarán Sara y Marcos, si necesitan algo no duden en avisarme si necesitan algo.
-es muy amable de tu parte Karla, gracias.
-anda no es nada Guillermo, ¿para que están los amigos si no?
Subimos a la habitación de Karla, era bastante amplia y con decoración sencilla. Al principio solo charlamos un poco, y siendo sincero aún sigo sin saber que fue lo que me armo de valor a comenzar a besarlo, esos besos aumentaron a ligeras caricias, ya habíamos vivido esto antes pero cuando coló su mano debajo de mi pantalón sabía que las cosas iban a tomar otro rumbo, fue nuestra primera vez, él fue suave y pasional, yo sentía que me moría, estábamos más que unidos, sigo creyendo que el ruido que ocasionamos se escucho por toda la casa aunque Samuel siga afirmando lo contrario.
*Fin del Flasfhback*
-¿en que piensas chiqui?
-en nada-susurre.
-ya claro, te has ruborizado a mí no me engañas, has pensado en ese día, ¿cierto?
Asentí ligeramente, Samuel soltó una risita.
-¿recordaste cuando me rogabas por más? ¿O cuando te bese ahí?
-eres un sucio, cállate ya.
Y aunque si pensé en esos momentos que el dijo, no lo admitiría, después de tanto tiempo juntos seguía siendo tímido en ciertos aspectos.
-hemos llegado.
Por suerte el auto de Karla estaba aparcado frente a la casa, me había librado de la posibilidad de que su hermano nos abriera a la puerta. Tocamos el timbre, unos segundos bastaron para que Karla nos abriera.
-¡pero si es mi parejita preferida!
-¿como estas Karla?
-genial, ¿y tu guille?
-estoy bien también, eh, Samuel me dijo que viniéramos por…
Su mirada se posó en Samuel y asintió.
-oh cierto, eh, los llevaré a mi habitación.
-¿ella sabe?-le susurré a Samuel.
-he escuchado a Marcos hacer tantas cosas guille, si lo sé pero eh no te preocupes que nunca le conté a nadie.
Sentí como mis mejillas ardían de nuevo, y tanto Karla como Samuel soltaron una risa, desgraciados. Llegamos a la habitación, seguía igual que antes, en una de las almohadas había una nota.
-os dejo solos, búsquenme en la cocina antes de irse, ¿vale?
Karla abandonó la habitación, Samuel observaba la cama en silencio, yo sé en lo que está pensando.
-“tantas cosas pueden suceder en una simple cama, aún recuerdo ese día Guillermo, jamás lo olvidaré. Nos acercamos al presente, al entrar a la universidad logramos coincidir en día clases ¿cuál fue la clase en la que el profesor nos descubrió dándonos un pico?” En clase de francés, gracias a eso el profesor Rafael dio una clase sobre el amor.
-y no paro de mirarnos mientras lo decía, creo que le agradábamos.
-¿lo dudas? Éramos sus favoritos.
La universidad no quedaba lejos de aquí, decidí conducir yo hasta allí, al llegar nos dirigimos al edificio en el que el profesor Rafael impartía su clase.
-quedan diez minutos, podemos esperar a que termine la clase.
-yo voy a tocar a la puerta.
-no puedes interrumpir una clase Samu.
Pero no le importo pues toco a la puerta, Rafael abrió a la puerta y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¡pero miren quien esta aquí! Samuel, Guillermo, no tengo clases con ustedes el día de hoy.
-lo sé profe Rafa pero Samuel dijo que había una nota aquí.
-¡oh claro! Lo había olvidado, clase ellos son Samuel y Guillermo la imagen pura del amor.
Ambos nos ruborizamos, él siempre compartía lo que veía con la clase, más de una vez nos vio tomados de la mano y más de una vez nos dijo lo mucho que nos admiraba. Tome la nota que estaba pegada en el pizarrón, y nos despedimos del profesor y de su clase, nos dirigimos a la cafetería para comprar unos panecillos mientras leía la nota.
-“Bonjour Guillermo, espero que no me hayas matado por el lugar donde se encontraba esta nota, no pude evitarlo, cada vez nos acercamos más al lugar final, ¿recuerdas el día que nos mudamos juntos? Fue un caos comprar los muebles, yo era muy delicado para este tipo de cosas y tú sólo querías lo básico, ¿que fue lo primero que compramos?” Creo que fue sofá, ¿no?
Samuel asintió, esta vez condujo él pues yo no sabía cómo llegar al local. Comenzamos a charlar sobre la posibilidad de renovar la sala pues algunos cojines se veían un poco viejos a pesar de que los compramos a nuestros inicios de universidad, hace dos años.
-pero si los compramos no voy a permitir que compres unos que no combinen.
-Samuel, nuestros sofás son negros, ¿que no combina con el negro?
-el café, ¿has intentado combinarlos? Es espantoso.
Sonreí, algunas mañas nunca cambian.
Llegamos al local, aquí comprábamos todos nuestros vasos, platos, cojines, sabanas, todo, ya nos conocían los que trabajaban aquí.
-buenos días jóvenes, ¿en qué puedo ayudarlos-no saludo un hombre mayor.
-yo los atiendo Jorge, son clientes frecuentes.
-¿que tal maria?
-todo bien, ¿y tu? Hace meses que no veníamos.
-me alegra verlos aquí en realidad, de hecho quiero mostraros algo.
María nos llevó a la zona de sofás, en uno blanco con cojines negros había una nota, Samuel y ella intercambiaron miradas, todo mundo sabía que sucedería menos yo.
-tengo que irme a atender clientes pero espero verlos pronto.
Nos despedimos de ella.
-¿todo mundo sabe de que se trata esta sorpresa?
-no todo mundo, tú no lo sabes.
-ja ja ja, que gracioso eres.
-ya me lo habían dicho, gracias, anda lee la note por favor.
-“te conozco tan bien que se que estás comiendo ansias y mueres por saber de que se trata esto, pero paciencia pequeño guille, aún tienes que saber dónde es que he comprado tantos detalles para ti, un día te lleve, ¿lo recuerdas?” Tío crees que tengo memoria fotográfica, se que es cerca de la pastelería de la plaza pero no se con exactitud.
-no me sorprende, anda yo te llevo.
Samuel me daba al menos dos regalos por semana, sean flores, dulces, detalles hecho a mano, cualquier cosa que se le ocurría me lo regalaba, un día me llevó a la florería que suele ir para comprarle un ramo a mi hermana Karol, a ella le encantaron tanto como a mí me encantan las que Samuel me da.
-es aquí, menuda memoria tienes chiqui, ¿no quieres unas pastillas para el Alzheimer?
-que tonto eres.
-pero así me quieres, ¿no?
Suspiré y bese su mejilla.
-claro que te quiero.
Entramos a la florería, el rostro de aquella mujer de la tercera edad se iluminó al ver a Samuel.
-¡Samuel mi niño! Qué alegría tenerte aquí, ¿has venido por el encargo?
-exactamente señora Laura, le presento a guille creo que no lo conocía.
-no había tenido el gusto, mi niño Samuel simple habla de ti.
-el gusto es mío señora.
La mujer tomo un ramo de tulipanes rojos en los que había una nota.
-las mejores flores que recibí hoy para el mejor chico que conozco, espero les guste.
-son preciosas-dijimos al unísono.
La mujer sonrío y nos dio un tímido abrazo a ambos.
-que tengan un lindo día.
Salimos de la florería, nos sentamos en una banca y tome la note que colgaba del ramo.
-“cada día que te compró flores compro unas distintas, solo porque cada una de ellas son casi tan hermosas como tú, y bueno me gusta darte sorpresas, ¿aún tienes la llave? Esa abre la puerta a mi corazón, dirígete al apartamento, hay una sorpresa ahí”
Mire a Samuel, mire la note, mire las flores y lo volví a ver a él.
-¿recorrimos casi toda la ciudad para…
-volver al apartamento al final, si-respondió Samuel completando mi oración.
Tome los tulipanes y caminamos hacia el auto, por más que intentaba armar cabos nada cuadraba en mi cabeza, ¿que planeaba? Un poco de tráfico aplazó la llegada a casa, pero después de unos minutos finalmente llegamos.
-¿cómo demonios?
Había una nota en la puerta.
-pero si yo cerré la puerta antes de irnos, ¿como las has…? Tú me sorprendes cada día más Samuel.
-ya te dije que un mago no revela sus secretos.
-“busca una caja en mi armario, ahí está mi corazón”
Lo miré confundido, el se limitaba a sonreír sin decir nada. Abrí la puerta del apartamento, no me detuve a cerrar la puerta seguro que el la cerrará, entre a su habitación, la puerta del armario estaba llena de corazones rosas y rojos, tome la caja de madera en la que estaba pintado un corazón y una “S” y una “G”, abrí el pequeño candado que tenía, abrí la caja y me encontré con un anillo de oro.
-se que somos muy jóvenes pero llevamos siete años siendo pareja y aunque no nos casemos pronto estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi días a tu lado Guillermo Díaz-me gire y me tomo con Samuel arrodillado-¿aceptas?
Me limité a asentir mientras las lágrimas salían de mis ojos, no cabe duda de que tú Samuel de Luque cada día me sorprendes más.
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luciadeleonlove · 7 years
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Ya no sé cómo explicar que se puede shippear Wigetta y aceptar que Willy tiene una relación con Cristina. Yo lo hago y no saben lo relajante que es, porqué te dejan de importar "las pruebas" y empiezas a disfrutar las cosas pequeñas del ship
PD: Coloqué relación porque no se sabe si son amigos, amigos con beneficios, novios o sólo un apoyo mutuo
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luciadeleonlove · 7 years
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¿Qué es el amor? Parte 32// fanfic wigetta
Desde la puerta de entrada Guillermo logró percibir un aroma exquisito.
-¡hola señor y señora de Luque!
-hola Guillermo, anda pasa, estás en tu casa, la comida ya casi está lista, y en un rato seguro que llega mi marido-respondió la madre de Samuel.
-a mi madre le encantan las visitas y lleva dos horas cocinando.
-tu madre es un encanto.
-tú si que eres un encanto-dijo Samuel en un susurro-¿te parece si vamos a mí habitación mientras mi madre termina? Creo que es mejor que mi madre viéndonos cada dos por tres.
-me parece bien en realidad.
Los jóvenes subieron a la habitación del mayor, era la primera vez que Guillermo la veía, era igual de grande que la suya, la cama matrimonial tenía un edredón negro con morado, había un escritorio con fotografías del cielo, una mesita de noche y una televisión colgada en la pared.
-me gusta, tu habitación es guay.
-la tuya lo es más créeme.
-podrías decorarla un poco más.
-¿con que?
Guillermo analizó la habitación durante unos segundos.
-podrías tener una lámpara en la mesilla, podrías comprar libros sobre astronomía y todas esas cosas que te gustan y ponerlos en una estantería y quizá colocar fotos con Borja, con tus padres.
-y una contigo, creo que me gusta tu idea, podrías ser decorador de interiores.
-no digas tonterías, puedo decorar una habitación no una casa entera.
Samuel sonrío, realmente le agradaba la compañía de Guillermo y se daba cuenta de eso cada segundo que pasaba con él. Ambos se sentaron en la cama del mayor miraban la televisión, aunque ciertamente se miraban más entre si que a la pantalla, había instantes que Samuel se quedaba embobado mirando como Guillermo miraba atento la caricatura que pasaban en la tele y cuando este se percataba de la mirada del mayor y lo miraba también, Samuel no se giraba, al contrario, sonreía y lo miraba con más intensidad como si pudiese leer sus pensamientos con la vista, o como si pudiese besarlo con solo pensarlo; porque ambos morían por juntar sus labios pero corrían el riesgo de que los padres de Samuel los vieran, Guillermo quería mandar a la mierda todo y lanzarse a los labios del mayor pero se detenía al recordar que sus padres aún no lo sabían, que les podría ir mal si se besaban.
-¿por que todo es tan complicado? ¿Por que la sociedad no puede entender el amor?-se preguntó Guillermo-¿por qué no entiendes que tenerte aquí de cerca me hace querer besarte?
Pero Samuel no tenía telepatía y no sabía lo que el menor pensaba, no ahora por lo menos.
-me gusta cómo te queda la camisa, te sienta bien ese color y sería un honor verte con camisas más seguido.
-bueno gracias-comentó Guillermo ruborizado-a ti te quedan mejor con… ya sabes ese cuerpo, además digamos que soy de las personas que menos camisas tienen en todo Madrid y creo que me gusta más usarla en ocasiones especiales, como cuando vamos a cenar a algún lugar y cosas así.
-creo que es hora que te consigamos un guardarropa nuevo.
-estás loco, estás mal de la cabeza, no voy a usar camisas ni leches-respondió Guillermo burlón.
-anda, hazlo por mí-Samuel hizo un puchero y miro a Guillermo-¿por favor?
-ya lo veremos vale-dijo Guillermo después de echar un suspiro.
Samuel sonrío y abrazo con fuerza al menor, este le devolvió el abrazo, se quedaron durante varios segundos en esa posición hasta que Samuel se separó un poco para ver a Guillermo a los ojos.
-¿te he dicho que tienes los ojos más hermosos del mundo?
-son cafés como los de todos.
-pero son tuyos guille, y eso hace que sean hermosos para mi.
El menor se sonrojó pero sonrío, depositó un beso en la mejilla de Samuel y eso levanto las ganas de este pues el mayor se dirigió a sus labios y lo beso, había estado aguantando las ganas de besarlo desde hacía diez minutos y ya no podía más, el beso fue tímido y despacio al principio pero ambos comenzaron a apresurarse, cuando se besaban sentían que eran los únicos en el mundo, el beso tomo pasión, Samuel y Guillermo juntaban sus lenguas mientras las manos del mayor se posaban en la cintura del menor, Guillermo estaba a punto de sentarse en las piernas de Samuel pero tocaron a la puerta, haciendo que se apartasen apresuradamente al punto que Samuel casi cae de la cama.
-¿si?
-tu padre ha llegado y la comida está lista, os llame desde la cocina pero no me habéis respondido.
-oh lo siento, estábamos viendo un programa de televisión mamá, pero ya vamos.
Escucharon como los pasos se alejaban y Guillermo soltó un pesado suspiro.
-Dios mío, creí que iba a entrar, casi se me sale el corazón.
-me asusté bastante también, anda, acércate un poco que se te ha arrugado la camisa mi niño.
Guillermo se acercó a él, Samuel arreglo su camisa y plantó un beso en su frente.
-¿estás listo Samu?
-a tu lado siempre estoy listo guille.
Ambos bajaron las escaleras, Samuel temblaba por completo, Guillermo estaba que moría por dentro pero era fuerte, lo era por Samuel.
-buenas tardes Guillermo-saludo el padre de Samuel-¿como has estado?
-muy bien, ¿y usted?
-muy bien, me alegra verte por aquí, Samuel casi no invita a sus amigos a la casa y que vengas tú me agrada.
-a mí también me agrada estar aquí.
Samuel se sentó al frente de su padre y Guillermo al lado de Samuel, su madre al lado de su marido. La mujer entró por una puerta con una cacerola.
-he preparaos paella ya que Samuel me ha dicho que te gustaba, también he preparado tortilla de papa y un postre.
-huele delicioso señora, muchas gracias.
-no es nada guille, fuiste un gran apoyo para Samuel y nuestra familia, te apreciamos mucho.
Guillermo sonrío, estaba bastante nervioso aún. Comenzaron a comer, la comida que preparó la madre de Samuel era deliciosa, a cualquiera que la probará le gustaba y Guillermo no había sido la excepción. Terminaron todo, incluso estaban en el postre, un delicioso pastel de chocolate con jarabe de fresa y frutas. Samuel miro a Guillermo, con un gesto le indicó que era la hora, el menor lo entendió perfectamente, entrelazaron sus manos por debajo de la mesa, eso tranquilizo un poco a Samuel, tomó aire y comenzó a decir.
-mamá, papá, os tengo que decir algo.
-¿que pasa samu?-su madre lo noto preocupado.
-eh…
Samuel no sabía cómo empezar.
-hace aproximadamente cuatro meses o poco más me enamore de alguien.
-¡qué alegría hijo! ¿Por qué no nos la has presentado ? Dinos, quién es al afortunada.
-bueno, ahí está el detalle mamá no es una afortunada, es un afortunado.
-yo… yo no sé que decirte Samuel.
-¿como dijiste? ¿por qué no nos lo dijiste antes?-para alegría de Samuel su padre no sonaba molesto, estaba realmente sorprendido.
-no es nada sencillo papá.
-es que no lo comprendo, nunca te comportaste raro para darnos a entender esas cosas.
-no tengo que comportarme raro papá, simplemente se dio y ya.
-yo, bueno me hubiera encantado que tuvieras una novia y tuvieran una familia y ese rollo pero no todo se puede y yo entiendo que estés con un chaval también, no podrás formar una familia pero creo que está bien.
-existe la adopción.
-¿que? No no, eso es algo mucho más fuerte Samuel, ¿como adoptarías un niño?
-existe ese tipo de casos.
-bueno a todo esto, ¿quién es el afortunado mi niño? No nos has dicho de quién estás enamorado.
-bueno en realidad llevamos dos meses de relación.
-déjate de rodeos hijo.
-Guillermo, él es mi pareja.
Ambos adultos miraron serios a los jóvenes, luego se miraron entre sí y luego de nuevo a la pareja.
-¿tú? ¿Ustedes? ¿Qué?
-si mamá, guille y yo estamos saliendo, es alguien que ha estado apoyándome desde que ha llegado a la ciudad, y él bueno…
-no tienes más que explicar Samuel, tu madre y yo entendemos, quizá no es lo que esperábamos pero me alegro mucho por ti, así que Guillermo, vaya al parecer creí que este tipo de cosas se notaban pero tampoco lo note en ti chaval.
-bueno, simplemente se da, así como de repente se dio el amor entre ustedes, así surgió con nosotros, amor es amor, no importa el sexo.
-me alegra tanto que hayáis reaccionado así.
-bueno claramente tendremos que hablarlo mejor por la noche pero estamos orgullosos de que nos lo hayas contado.
Samuel sonrío, sus padres sonrieron, Guillermo sonrío, la reacción fue mucho mejor de lo que los jóvenes esperaban, esperaban una reacción violenta, o negativa pero fueron aceptada por ambos adultos.
-¿tus padres lo saben guille?
-si, en el pueblo tuve una relación con un amigo de toda la vida.
-no es por entrometerme pero, ¿qué sucedió?
-mamá no…
-no pasa nada samu, ya fue hace un año-comente Guillermo-bueno el falleció en un accidente con sus padres.
-oh… yo… lo lamento mucho Guillermo, no era mi intención.
-eh, tranquila señora no pasa nada, por eso me mudé a la ciudad y creo que gracia a eso conocí a Samuel.
-bueno, creo que de todos los jóvenes que hay en esta gran ciudad me alegra que un chico como tú esté saliendo con mi hijo.
-Samuel es alguien maravilloso.
-¿entonces han aprobado nuestra relación mamá, papá?
-pero con mucho gusto.
-claro que si.
Samuel sonrío, no resistió las ganas y beso a Guillermo, el menor correspondió con las mejillas sonrojadas a más no poder, su madre soltó una risita, era oficial para todos, Samuel y Guillermo eran pareja, una preciosa pareja.
/////////////////////////////////////////////////////////////////
• • • • • Disculpen tanto tanto la tardanza, he tenido unas semanas de mierda con demasiados problemas y trabajos, levantarse a las 6 de la mañana y dormir a la 1 de la madrugada es un horror, espero entiendan y espero escribir más en estas vacaciones, feliz día.
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luciadeleonlove · 8 years
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luciadeleonlove · 8 years
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¿Qué es el amor? Parte 31// fanfic wigetta
Y ahí estaban, frente a frente, con tantas cosas por decirse.
-Guille yo…-comenzó a decir Samuel, pero se dio cuenta que en realidad no tenía algo que decir.
-¿tu?
Guillermo tampoco encontraba palabras para expresar lo que sentía, era complicado para él.
-¿te gustaría entrar? Creo que es arriesgado estar parados a mitad de la calle.
Samuel asintió, quería tomar la mano de Guillermo, no lo hizo, se limitó a seguirlo en silencio, pensando cómo explicarle todo.
-¡he llegado mamá! Estaré en mi habitación, bajare más tarde a comer.
-creí que tú madre trabajaba todo el día.
-y lo hace, pero pidió la tarde libre, tenía que hacerse cargo de Karol ya que bueno…-Guillermo aguantaba las ganas de llorar y lanzarse a los brazos de Samuel-no fui al instituto, quizá lo notaste.
-me preocupe bastante a decir verdad.
Guillermo esbozo una pequeña sonrisa, cerró la puerta de la habitación y se sentó en la cama, Samuel imito aquella acción, se sentó a su lado, no tan cerca, no tan lejos, odiaba estar en esta situación, y odiaba más se el causante de aquello.
-¿podrías disculparme?
-no estoy enfadado porque no le hayas dicho a tu familia Samuel-un escalofrío paso por el cuerpo del mayor, siempre le llamaba por apodos cariñosos que ahora escuchar su nombre completo le parecía extraño- salir del closet es algo complicado y yo lo entiendo porque yo lo viví, pero realmente me enfado que me hayas hecho creer que lo sabían, que sabían que éramos pareja y sentirme como un idiota traicionado al ver que tu madre lo desconocía, y más me dolió que creyera que podrías salir con una chica mientras se supone que somos pareja.
Samuel se quedo sin palabras, no pudo evitar que una lagrima rodará por su mejilla, para su sorpresa, Guillermo la detuvo.
-eh, no llores, odio verte llorar, ¿lo sabes, no?
Samuel asintió, estaba buscando palabras para disculparse pero decidió contar la verdad, desde el principio.
-me di cuenta de mis preferencias cuando tenía nueve, algo pronto lo sé, pero todos hablaban de las niñas que les gustaban y a mí no me gustaba nadie, ese día bese a mi mejor amiga, fue un beso inocente pero no provocó nada en mi, me di cuenta que era algo raro pero en ese entonces era algo sin importancia, un día cuando fui al pueblo de mis abuelos bese a un niño, causó bastantes emociones en mi y fue cuando note que me atraía, comencé a salir con chicos para comprobarlo pero poco a poco se volvió como una manía, tenía pensando en contarle a mis padres hasta que un día en una cena familiar mi padre se puso a insultar a los “maricones”, que estaban mal de la cabeza, para un chico de catorce años fue muy duro escuchar a su padre decir eso, así que me lo calle, continúe saliendo con chicos sin que mis padres lo notarán, cuando te conocí y me di cuenta que iba en serio contigo supe que debía enfrentar mis miedos y decirles a mis padres pero como no, fui un cobarde y me lo calle, esperaba un buen momento para contarles pero siempre me ponía pretextos para que no fuera “el buen momento”, y sé que te molesto que no te haya contado esto desde un principio pero si me lo permites guille quisiera presentarte formalmente frente a mis padres.
Guillermo aguanto las ganas de lanzarse a sus brazos y besarlo, decirle que no pasaba nada y perdonarlo, no lo hizo, pues él era una de las personas más orgullosas que podrían existir, soltó un suspiro mientras buscaba las palabras apropiadas.
-¿quieres decir algo?-pregunto Samuel al preocuparse por el silencio de Guillermo, este se limitó a asentir-¿no sabes qué decir?-volvió a asentir-¿puedo darte un abrazo al menos?
Guillermo no dudó en ponerse de pie y abrazar con fuerza al mayor, este le devolvió el abrazo, ambos lo necesitaban, desde la noche anterior se habían extrañado tanto.
-¿te parece si el sábado por la mañana vas a mí casa y durante la comida les damos la noticia a mis padres?
-no quiero que lo hagas obligado Samu.
-no lo haré por qué me obligues mi niño, tenía pensado en decirles antes para que no te enterases pero bueno, ahora tengo una mayor motivación para decirles.
Guillermo dibujó una media sonrisa en tu rostro.
-lamento lo que te dije ayer, pero estaba tan enfadado que…
-no pasa nada cariño, te entiendo completamente.
Seguían fundidos en un abrazo, Samuel acariciaba la espalda del menor, fue tal la emoción del momento que Samuel comenzó a sollozar, Guillermo se separó un poco de él y vio los ojos cristalizados del mayor.
-¿pero qué pasa amor?, anda una sonrisa en ese hermoso rostro-pidió Guillermo en un susurro.
-no te haces a la idea de cuánto miedo tuve ayer.
-¿miedo? ¿De que?
-de todo guille, de que te molestaras demasiado y no quisieras ni verme, de que me mandaras directamente a la mierda, de que decidieras poner fin a nuestra relación, de que te enfadases tanto que ya no me quisieras, tenía miedo de perderte Guillermo Díaz, tenía miedo de perder al chico del que estoy perdidamente enamorado porque si te pierdo a ti, lo pierdo todo Guille, de verdad.
En ese punto, Samuel estaba derramando lágrimas, abrazo con mayor fuerza al menor y beso su mejilla, ambos se sonrojaron por aquel beso tan tímido.
-te confieso que si lo pensé-comenzó a hablar Guillermo-no podía con tanta rabia y estuve a punto de llamarte por el móvil para terminar las cosas pero no, me conozco y decidí apagarlo antes de hacer algo de lo que me iba a arrepentir, decidí descansar y todas esa movidas para despejar mi cabeza pero tu rostro no salía de mi mente, me enfade conmigo mismo por todo, cuando era de mañana aún seguía enfadado pero no quería terminar las cosas, sabía que así no iba a solucionar nada y cuando fui al gimnasio descargue toda la rabia que tenía dentro, me di cuenta que no valía la pena enfadarme así pero seguía lastimado, no sabes cuánto me alegra saber que viniste a arreglar las cosas.
-tenía que hacerlo, moriría si no me perdonabas, estoy feliz de que no me hayas terminado, hubiera estado a punto de morir si lo hacías.
-te quiero tanto como para hacer semejante cosa.
Samuel dejo de llorar, una sonrisa se plantó en su rostro y se abalanzó sobre Guillermo, atacó sus labios, no se despegó de aquellos labios rosados, que eran suyos, solo suyos. Hacía tiempo que no se daban un beso tan profundo, con tantos sentimientos detrás.
Tocaron a la puerta, haciendo que estos jóvenes se separasen.
-veo que se han reconciliado-susurró su madre al verlos con una sonrisa en sus rostros-¿queréis bajar a comer?
Ambos asintieron, aunque Guillermo seguía con cierta “espinita”, había arreglado las cosas con Samuel.
Pasaron tres días, todos se alegraron al ver a Guillermo en el instituto, se habían angustiado por él. Las clases fueron ligeras para todos, era viernes por la tarde y Guillermo estaba pensando en que hacer pues había hecho planes con sus amigos pero no sabía si Samuel querría hacer algo también. Lo medito durante el transcurso a su casa mientras que Karol le contaba de lo que hizo durante su clase de artes, al llegar a casa vio un paquete en la entrada, “para Guillermo Díaz” decía la nota que tenía pegada en la parte superior de la caja.
-¿y si hay un monstruo gigante en la caja?
-Los monstruos gigantes no comen niñas pequeñas, no tienes de qué preocuparte.
-está bien, pero anda abre la caja.
Mientras Karol ponía la mesa, Guillermo abrió aquel “misterioso” paquete, desenvolvió la caja y la abrió con un cuchillo, dentro de esta había: una camisa color verde pastel, un peluche de tortuga hecha con estambre, una pulsera que decía la fecha en la que comenzaron a ser pareja, y una rosa roja, dentro había otra nota: “para el chico más apuesto del mundo, para que me perdones (aunque ya lo has hecho), para que la uses mañana, para que la abraces también (no creas que Karol no me ha contado que duermes con la tortuga del acuario), y porque quería darte un pequeño detalle, no es un ramo gigante de rosas pero esta pequeña rosa está dada con amor, disfruta tu tarde con tus amigos, te quiere con todo su corazón- Samuel” Un rubor apareció en las mejillas de Guillermo, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-desde La Cocina apesta a amor hermanito.
-anda calla que cuando salgas con Andrés la que huela a amor será otra.
Karol no dijo nada e imito las mejillas de su hermano mayor.
-es solo mi amigo Guille.
-¿tu crees que no conozco esas mejillas sonrojadas pequeña? Que yo soy el mayor.
-bueno, si es mi amigo pero gusta un poco, solo un poco.
-¡que yo lo sabia!-exclamo el mayor con una sonrisa-es tan mono.
-anda calla, ¿y si hablamos del paquete que te envió Samuel?
-¿tu?, ¿como sabes que es de Samuel?
-nadie envía paquetes aquí-comenzó a decir la menor-nadie conoce la dirección realmente, y me llamó ayer por la noche preguntando nuestra dirección exacta, se supone que no podía decirte pero tú deberías fingir que no sabes, ¿vale?
El mayor soltó una risa y sirvió la comida en sus platos, la charla fue bastante divertida, como hace tiempo no lo era.
Guillermo arreglo la cocina mientras ayudaba a Karol a hacer los deberes, a veces sus padres se preocupaban pues Guillermo al tener que cuidar la casa y a su hermana él solo había “crecido” un poco más rápido, pero a este no le molestaba en lo absoluto hacer todo eso, amaba a su hermana menor con todo su ser y ella lo amaba a él, no cabía duda que relaciones como la de los hermanos Díaz son difíciles de encontrar. Guillermo se pego una ducha y vistió con su camiseta blanca, una chaqueta negra y unos pantalones de mezclilla, antes de llevar a Karol a casa la mejor amiga de la menor, pues él saldría con sus amigos al boliche pues según Rubén vendían unas alitas de pollo exquisitas.
-¿como vas a comportarte en casa de María?
-bien, no voy a hacer desorden.
-muy bien, choca esos cinco pequeña, te veré más tarde.
Guillermo se dirigió al centro comercial que le indicaron sus amigos, mientras aparcaba recibió una llamada de Samuel.
-¿que tal la estás pasando guapo?
-aún no me encuentro con los chicos-respondió con una sonrisa en el rostro-¿y tu? ¿Como te va con Borja?
-excelente, hemos ido a por un helado.
-que guay, espero que vengan helados aquí, tengo tanta hambre.
-anda, te dejo que comas que además Luzu me echará la bronca porque dice que no puedo dejarte dos minutos solo.
-vale, te veré más tarde amor-susurró Guillermo-te quiero.
Samuel produjo el sonido de un beso antes de terminar la llamada, Guillermo salió de su auto y se dirigió al bowling, tuvo que preguntar por indicaciones una vez pues seguía sin ubicarse del todo bien en la cuidad.
-¡hombre!, ¿que tal?-exclamó Alejandro-te estábamos esperando.
-lamentó la tardanza, he llevado a Karol a casa de su amiga.
-no pasa nada tío, hemos ordenado pizza y un par de sodas, nuestra línea es la “8”.
-¿te acompaño por unas zapatillas y una bola para ti?-Guillermo asintió.
Rubén y él fueron a por las zapatillas de Guillermo y una bola del tamaño suficiente para los dedos de este. La noche comenzó, tenían una barra y unas cuantas sillas por cada línea, comenzaron a comer pizza, sodas, patatas fritas, alitas de pollo y un par de cosas más, el peor jugando era Frank, apenas lograba tirar la mitad de los bolos, y en siete rondas llevaba una sola chuza, le seguía Alejandro que a pesar de tirar más de la mitad llevaba solo dos chuzas y un spare, Rubén y Guillermo iban empatados con cuatro chuzas y dos spare, solo fue una ocasión en la que no lograron derribar todos los bolos, y en primer lugar estaba se encontraba Miguel Ángel con seis chuzas y un spare.
-tu tío eres un suertudo-comentó Frank a Miguel-¿como puede ser que apenas y lleve una chuza?
-mi padre me traía a jugar de pequeño, digamos que es práctica.
-y mucha suerte-añadió Rubén mientras tiraba ocho bolos-¡lo ves! Que solo me han faltado dos joder-suspiro riendo-o quizá los demás somos los mal afortunados.
-yo si que soy afortunado-susurro Alejandro.
-¿tú? Pero si vas en cuarta posición.
-pero estoy pasando una increíble noche con mis mejores amigos y eso sí que vale la pena.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de todos, era verdad que se querían mucho como amigos incluso a Guillermo que no llevaba tanto tiempo con ellos, dejaron un momento los bolos para darse un abrazo grupal.
-¡propongo un brindis!-exclamó Guillermo tomando su soda de naranja-¡por la amistad!
-por la amistad-repitieron todos.
La noche continuo, con más risas, más chuzas, más cagadas, pero sobretodo con más memorias.
Mientras tanto Samuel y Luzuriaga habían asistido a una pequeña feria al sur de la cuidad, de pequeños iban cada mes con sus padres y la tradición continuaba solo que los mayores iban un día y los jóvenes otro, se subían a sus atracciones favoritas durante seis horas por solo veinticinco euros, no faltaron las vueltas en la noria, los carros que chocan, montañas rusas, los troncos de agua, entre otros muchos juegos.
-¡tío que el puesto de perritos calientes sigue ahí!
-¿no lo habían quitado hace tres meses?
-al parecer ha vuelto, anda que yo quiero uno.
Era el puesto más viejo del lugar, y su comida era exquisita, incluso aquellas personas que afirmaban estar en dieta no podían evitar comerse un perrito caliente de aquel lugar, eran una maravilla.
-¿te has dado cuenta que llevamos viniendo catorce años seguidos a este lugar?-comentó Samuel mientras se sentaban en una banca.
-si contamos las veces que nos trajeron siendo unos bebes probablemente sean más.
-tienes razón, en verdad no hay una cosa mejor que venir a este lugar.
-cuando seamos mayores y tengamos nietos podríamos traerlos y montarnos a las atracciones con ellos.
-¿tú crees que yo…
-claro, se puede adoptar tío.
-me gusta imaginarme mi futuro con guille.
-estás enamorado a morir tío, pero te entiendo, yo me imagino a mis hijos con el cabello rubio de lanita, quiero pasar la vida con ella.
-espero que cumplamos nuestras expectativas pero de algo estoy seguro, siempre seré tu amigo.
-¿mejores amigos?
-por siempre.
Ambos sonrieron y continuaron comiendo, la noche aún era joven, les restaban dos horas de atracciones y faltaban muchas por montarse, risas y gritos llenaban el día, pero sobretodo nuevas memorias.
Era sábado por la mañana, tanto Guillermo como Samuel estaban muriendo de los nervios, habían quedado de verse a las 1:15 p.m. en su casa, eran las 12:40 p.m. y ambos estaban listos, Guillermo se había vestido con la camisa que Samuel le regalo, Samuel se vistió con una camisa azul.
-¿está bien mi peinado?-pregunto Guillermo a Karol.
-es la tercera vez que me lo preguntas, se ve excelente, esa camisa te queda bien, esos pantalones son nuevos y tus zapatos están relucientes, ¡estas excepcional deja de estar tan nervioso hombre!
-no puedo evitarlo, ¿y si las cosas no van bien?
-de algo puedo estar segura, pase lo que pase Samuel te va a querer igual.
Guillermo sonrío y le dio un abrazo a la menor, lo había hecho sentir mejor.
-bueno tengo que irme, mamá llega en diez minutos, si la comida de hoy es pizza guárdame una rebanada, ¿vale?
-vale, suerte guille.
El mayor salió de la casa, condujo dirección a casa de Samuel, no tardó demasiado en llegar, todo el timbre y este le abrió, contuvo las ganas de decirle lo apuesto que se veía y se limitó a darle un rápido beso en la mejilla, el día había empezado.
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luciadeleonlove · 8 years
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°|seguir adelante/One Shot, wigetta|°
Es te es un one shot que tengo en wattpad pero aquí lo hice versión wigetta y bueno se que no escribo bien ni nada pero espero les guste :D
Estos días no me encontraba al 100 % por que?, pues muy sencillo. La escuela me estaba consumiendo tanto físico como mentalmente al estar la mayoria del tiempo haciendo, tareas y estudiando para los exámenes y aunque tuviera calificaciones buenas eso no significaba que estuviera tranquilo. Este era el segundo año de preparatoria, apenas iba a mitad de semestre y ya sentía, que no podía mas. los únicos que me quitaban este estrés eran mi mejor amiga Elizabeth o como le digo “liza” y mi mejor amigo Samuel . No es que no tenga mas amigos pero ellos son los únicos en los que puedo confiar, tanto Samuel como liza fueron las personas que me impulsaron a escapar de mi casa o bueno si de donde salí se le puede llamar casa,. para seguir con mis sueños y seguir mis estudios junto a ellos.
Hoy por la tarde liza y samuel regresarían de nuevo a la casa que compartimos juntos desde que venimos a estudiar a la ciudad.
la casa no es muy grande pero es lo suficientemente espaciosa para nosotros y es mejor que un departamento aunque fuese un poco mas costoso entre los tres nos complementábamos, pero este mes el instituto nos dio unas" vacaciones" se podría decir, por un mes.
liza volvía de ir a ver a sus padres y sam de ver a su abuela y hermana por las cortas vacaciones.
liza no quería que me quedara solo aquí, queriendo que fuera con ella,pero preferí quedarme aquí  para relajarme y respirar el aire que tanto necesitaba y aunque quisiera ir a algún otro lugar no tengo a donde ir…
[…]
Ya eran las 7:30 pm.
para recibirlos prepare la mesa y aunque mi sazón no fuera el mejor prepare la comida, al terminar limpie todo mi desastre en la cocina y me senté en el sofá,
pasaron solo unos cinco minutos cuando escuche el timbre de la puerta, me levante para abrir y poder ver del otro a lado a liza, con una maleta pequeña en su mano, traía puestas tantas prendas que solo supe que sonreía gracias a que sus ojos se arrugaron y de su largo cabello castaño rojizo a causa del gorro solo se podían ver pequeños mechones que caían, sonreí recibiéndola con un abrazo, para después entrar ala casa
dejo su maleta en la sala y se detuvo en medio de la habitación olfateando algo, para voltear a verme, preguntando
-huele bien…..tu solo preparaste todo esto?- dijo al entrar al comedor
-no me agradezcas he, o que esperabas? por que mejor no hay- la mire esbozando una sonrisa,  recargándome en el marco de la puerta.
-yo pensé que la cocina se incendiaria-contesto en tono cerio pero en su rostro se divisaba una gran sonrisa burlona, fruncí el ceño y apunto de decirle algo, el timbre sonó interrumpiendo.
sin saber por que, salí corriendo a abrir la puerta como si mi vida dependiera de ello
hola sam..- no termine de hablar cuando sentí como samuel me abrazaba casi levantándome del suelo
dejo de abrazarme para quitarse la bufanda y el gorro que cubrían gran parte de su rostro, dejando ver como su nariz a causa del frió tenia un color rojo que resaltaba por su casi blanquecina piel combinado con sus ojos cafés y cabello castaño - hola guille,-
-parece que haya hacia mas frió que aquí
-ni te lo imaginas- dijo frotando sus brazos a sus costados, me hice a un lado dejándolo pasar para ir directo al comedor en donde se encontraba liza
liza se levanto recibiendo a samuel- hey, hola sami
-ya te dije que no me gusta que me digas así- le miro con reproche pero liza solo siguió
-lo se,pero ya me conoces- samuel solo negó con la cabeza sentándose en una de las sillas mirando la comida
-saben algo, tengo hambre
-pues vamos a comer- dije para tomar asiento al igual que liza..
pasamos la mayoría del tiempo riendo y hablado de cosas variadas, pero todo se volvió algo incomodo cuando liza pregunto algo
-oye sam?
-mande?
-estas enfermo o te paso algo?- el la miro algo extraño para voltear a mirarme, yo solo me limite a mirarlo por que yo también tenia esa duda ya que claramente se le veían sus ojos algo hinchados y rojizos ademas tenia algunas marcas en la cara y en el cuello  que note desde que llego.
su cuerpo se tenso y como si se hubiera quedado estático dejo caer la cuchara que sostenía en su mano, solo escuchándose de fondo el sonido de el golpe del cubierto en la mesa
-pasa algo?- pregunte preocupado pero el solo negó rápidamente con la cabeza
-no, es solo que por el cambio brusco del clima me a sentado un poco mal,, aya asía mas frió que aquí
- enserio?-pregunto liza, un tanto seria
-si, no es nada importante, estoy bien, confíen en mi- dijo con una sonrisa algo apagada mirándome a mi y a liza, pero se que aquí hay algo
-saben, estoy muy cansado, buenas noches-samuel, solo se levanto de la mesa dejando su plato en el lavabo, para caminar hacia las escaleras, pero me levante yendo hacia el jalándolo de su suéter
-sabes que me preocupas- dije todavía  con mi mano sujetándolo firmemente esperando una respuesta,
-claro- contesto con voz calmada, girándose hacia mi- no quiero que te preocupes por mi, sabes que me importas y yo siempre te ayudare a seguir adelante, tu solo confía en mi- se acerco a mi lo suficiente como para ver cada detalle de su rostro pero aunque sus palabras y su rostro trataban de transmitirme confianza, podía ver como en sus ojos era todo lo contrario.
-esta bien, descansa…..- me aleje de el, con semblante triste, pero sentí como el se acercaba hacia mi, dándome un fuerte abrazo, que correspondí 
-esta semana saldremos a caminar y charlar de lo que quieras  por que aunque creas que no lo note te conozco lo suficiente para saber que esto de la escuela es estresante y no quiero que te suceda algo,- sonrió- tu…solo tranquilízate, ahora ve con liza para que no este sola- nos separamos de aquel cálido abrazo, para ver como subía a su habitación
con pasos calmados fui al comedor en donde estaba liza, que mirándome con intriga estaba esperando a que dijera algo, pero en estos momentos me sentía tan extraño, como cansado, que solo me resigne a hacer un ademan con la mano, para que me siguiera ala sala, me senté en el sofá  inclinando la cabeza hacia atrás mientras ella solo me miraba, hasta que hablo…
-a mi también me preocupa el, pero también me preocupas tu y sabes que alterarte mucho no te hace nada bien,
-estoy consciente de ello.-levante la cabeza pera mirar su cara de reproche, yo solo reaccione dejando ver una sonrisa,  dejándola desconcertada - solo que no puedo ser egoísta y solo pensar en mi mismo
me levante, antes de dejarla hablar- buenas noches
- oye tu también me dejaras sola aquí?
- me estoy muriendo de sueño-respondí dando un bostezo- tu no?
- no, yo me quedare aquí a ver un rato la tv
-bueno- me dirigí al pasillo de abajo hacia mi habitación, al entrar me coloque mi pijama y con solo acostarme en la cama caí en un profundo sueño
.
desperté por el sonido de la alarma,tome una ducha, desayune y el día transcurrió normal como los siguientes en donde salia a caminar con sam y en ocasiones liza nos acompañaba después de la escuela., el tema de las marcas y toda la discusión no se menciono, como si nunca hubiese pasado pero aun podía ver tristeza en sus ojos…
domingo por la tarde todos estábamos en la sala tranquilos, hasta que  toda la tranquilidad que existía se derrumbo cuando samuel recibió una llamada
levante la mirada al escuchar el sonido de un celular y poder ver como sam contestaba la llamada
pude ver como el solo asentía mirando a la nada, pero lo que me preocupo es ver como una lagrima caía de su rostro,. no pude ni siquiera decir algo cuando el se había levantado del sofá yéndose ala salida cerrando la puerta de golpe, sin decir palabra alguna
- que le sucede?- pregunto liza, dirigiéndose ala puerta principal
-el no esta bien, el esta mal - dije en un murmullo
-el estará bien solo déjalo que pien…
- EL NO ESTA BIEN!!
- Guillermo, por favor tranquilízate no puedes estar así, si samuel no regresa hoy, mañana a primera hora iremos a buscarlo, pero no quiero que te alteres, hoy no saldremos-  pone sus brazos en mis hombros pero yo me suelto bruscamente
- no me importa si estoy tranquilo o no, yo se que el no esta bien, que esas palabras de “estoy bien”, solo son una farsa!!,.-deje de gritar para hablar mas calmado- por que yo alguna vez dije lo mismo…
salí corriendo de casa haciendo caso omiso a los llamados de liza, cuando estuve lo mas lejos posible, busque a samuel en los lugares en donde creía que podía estar.
el parque, las diferentes calles,el bar,la plaza y nada. ya eran las 11:00 de la noche y yo seguía buscándolo, sentía como mis manos temblaban por el frió pero mas por no saber a donde ir,me detuve, cerca del pequeño rió que recorría toda la zona y con esfuerzo trate de pensar en donde estaría, seguía observando el rió, hasta que mi mente reacciono…
llegue y  pude ver como  sus pies colgaban de aquel viejo puente mientras los movía de un lado a otro y por la poca luz que había pude notar como en una de sus manos sostenía un papel que apretaba a la par que lagrimas caían de sus ojos.
- por que es tan difícil esto, quisiera tener la suficiente valentía para tirarme de este puente, pero ni siquiera puedo hacer eso- pude escuchar al estar mas cerca de el pero me detuve al escuchar lo que dijo- pero creo que aunque tuviera la valentía de hacerlo no lo haría por que ya no podría ver a guille y lo que menos quiero es ser la causa de sus lagrimas  
- gracias..- samuel dio un pequeño salto al escucharme, volteando rápidamente a donde yo estaba
- escuchaste todo?- dijo mientra se limpiaba los ojos
- cada palabra
- y ahora piensas que me veo patético al estar en esta situación
- claro que no,-me acerque a el sentándome a su lado- a decir verdad es todo lo contrario, por que es muy difícil guardarte todas esas ganas de gritar, llorar y sentirte así y es aun mas difícil poder hablar con alguien sobre esto o siquiera aceptarlo- el solo dirijio su mirada hacia mi, dejándome observar como su rostro tenia aquella mueca triste y en sus ojos se reflejaban suplicas de que alguien lo escuchara. 
con movimientos lentos acerco aquella hoja de papel que sostenía a mi
-pude ver que se trataba de una hoja de periódico que decía:
terrible accidente automovilístico deja 3 personas heridas y 2 muertos que transitaban por el lugar de los echos, identificadas como una señora de la tercera edad junto con una niña de tan solo 13 años  
solté la hoja para volver la mirada hacia el - lo siento- fue lo único que dije para después abrazarlo sintiendo como el también me abrazaba teniendo esa necesidad de no soltarlo, así estuvimos un largo tiempo, hasta que samuel hablo
-yo estaba en casa preparando todo para la cena. les dije que las acompañaría pero mi abuela solo dijo “no te preocupes hijo solo vamos aquí cerca”-suspiro- paso el tiempo y no regresaban, salí de casa, vi las luces de las ambulancias y policías, para cuando llegue ya era demasiado tarde, no pude hacer nada y todo este tiempo me estuve haciendo daño a mi mismo al culparme de lo que paso, me estuve dañando al ver como perdía la cordura estando en esa casa vacía, recordando los momentos felices que no regresaran…- sentí como su agarre era mas fuerte
-pero, por que no habías dicho nada? 
-por que no quería que te preocuparas tanto, que te alteraras, yo no quiero ser una carga para ti
-pero que dices?- me aleje un poco de el para mirarlo- tu siempre has estado a mi lado, ayudándome, tu no eres una carga- acerque mi mano a su mejilla- tu eres lo mejor que me pudo pasar en la vida por que sin ti yo no estaría aquí
paso un minuto, tal ves cinco o tan solo un segundo en el que solo teníamos la mirada fija el uno al otro y sin pensarlo o estar cociente, sentí aquellos labios sobre los míos, que aunque el clima de la noche era frió  podía sentir sus labios tan cálidos, creándome una sensación en el pecho que nunca había sentido….
pero siempre tiene que haber algo malo….
aun sentía sus labios sobre los míos cuando sentí como mis manos temblaban y lagrimas caían de mis ojos. el se,separo de mi, mirándome preocupado, yo seguía llorando a medida que mi cuerpo daba pequeños espasmos
-no..no…- dijo a la vez que negaba rápidamente con la cabeza
-croe que ambos cometimos el mismo error de no hablar
- que sucede?- dijo al borde de las lagrimas
- antes de que se fueran y a lo largo de esas semanas yo volví a decaer no he tomado mis medicamentos y creo que cada vez estoy peor,  el dolor y los recuerdos me estaban consumiendo y cuando te fuiste, simplemente me sentí perdido- comencé a respirar ajitadamente, a la vez que recuerdos de mi pasado pasaban como una película por mi mente creándome un gran dolor  
-tenemos que ir al hospital-dijo
trate de levantarme pero mis piernas temblaban haciéndome caer, sentí como el me cargaba, ya no podía mas, me costaba respirar sentía una gran ansiedad, mis ojos se cerraban, podía escuchar como llamaba a la ambulancia mientras repetía “no te vallas por favor, eres la única persona que he amado ”.
al escuchar lo que dijo, una sonrisa se plasmo en mi rostro recordando como el siempre estuvo hay apoyándome, diciéndome que todo estará bien, y como el junto con liza me ayudaron a salir de ese horrible lugar, como sin siquiera tener idea de lo que haríamos, llegamos aquí y pudimos comenzar de cero, como peleaba con liza por tener que recoger la casa, como cada vez que me sentía decaído, salia de casa e iba a el  pequeño puente solo para pensar y sentirme mejor, como siempre que me encontraba en aquel puente el llegaba y sin decir palabra alguna se sentaba a mi lado solo para observar el paisaje.  
pero yo no quiero quedar así, no quiero irme, no quiero alejarme de el, quiero ayudarlo, pero creo que el destino no quiere eso….
-no te vallas….
-no te vallas…
-despierta…
-despierta…
-por favor..
-DESPIERTA!!
abrí los ojos quedando segado por una luz, sintiendo un peso sobre mi, la cabeza me daba vueltas, cuando mis ojos se adaptaron ala luz pude ver como había varias enfermeras y doctores a mi alrededor y el peso que sentía era samuel quien daba sonoros sollozos
sollozos que cesaron al verme
una enfermera que sostenía la manta de la camilla cerca de mi cara la alejo mientras los otros doctores y enfermeras revisaban algunos aparatos conectados a mi para después retirarse sin antes decirme en vos baja “ tienes mucha suerte”
la habitación quedo completamente sola a excepción de la presencia de samuel, quien sonreía ala ves que lagrimas caían de su rostro
- creíste que te dejaría sin mi gran sazón y que te enamoraras de alguien mas?-dije dando una pequeña risa-  ni siquiera lo pienses
-eso nunca- dijo sosteniendo mi mano- por que yo te amo a ti- se acerco a mi rostro  mirándome con esos ojos cafés,que a pesar de ser de un color muy común, para mi eran los mas lindos - sonaría ñoño si te dijera que tu sonrisa el lo mas bello que e visto y no podría vivir sin verla cada día de mi vida? -volví a sonreír 
-calla y dame un beso- al instante sonreímos para fundirnos  en un cálido beso
por que sin importar lo que pase en el  futuro,siempre sabremos como solucionar nuestros problemas para poder vivir el presente juntos y poder seguir adelante….
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luciadeleonlove · 8 years
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Soñé que willy y Samuel hacian un vlog en el que confirmaban wigetta, fue hermoso. Estaban hablando de que siempre les ponían una novia nueva, y que no les gustaba porque ellos no eran novios pero que estaban en algo. Pero detrás de willy, que era el que decía todo eso, Samu sin que Willy se diera cuenta susurraba que si, que era real, sólo que willy no lo quería confirmar 100%.
Yo creo en wigetta creo 💜💚💜💚😍💗
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luciadeleonlove · 8 years
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Wigetta es real
Hoy es mucho para mi El Chiqui de Samuel a Willy La foto de los dos que están divinos Como Willy jode a Samuel Como se cuidan para no morir
💜💚💜💚💓 Por estas cosas creo en wigetta creo
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