lo-que-nunca-te-pude-decir

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Fuego

Nos prendimos fuego. Se perdió todo con la misma intensidad con la que un día supimos arder. Nos destruimos. No hay un sólo recuerdo que haya salido ileso; de la misma forma que yo no volví a ser la misma luego de que arrasaras conmigo. ¿Desconocías el peligro de irte sin que la última llama se hubiera apagado? Una chispa bastó para encendernos y huiste cuando el incendio se nos fue de control, el mismo que nos iluminó y supo darnos calor durante un invierno cruel. Te fuiste y me quedé siendo la única testigo de las ruinas de lo que alguna vez supo existir. Ahora ya no queda nada, pero que no quede nada es lo único que nos puede dar la certeza de que alguna vez fuimos.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Todavía te cuento cosas como si estuvieras

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

No sé si te recuerdo con amor por lo que (casi) fuimos

o si en realidad te idealizo porque no tuviste tiempo de romperme el corazón

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Casi

Te hubiera enseñado esa canción de haber sabido que pronto sería el único lugar donde te encontraría. Es posible añorar lo que no llegó a ser? Me quedo en todos esos qué hubiera pasado. En todas esas posibilidades donde no fallamos. Donde nos elegimos, pero no como ya hicimos; no a destiempo. Ya hace rato que me haces sentir tu ausencia. Te busco entre la gente con la esperanza de que por casualidad o por destinos nuestras rutinas se choquen. Pero no pasa. No importa todo lo que te piense, como si en el fondo lo hiciera confiando que una fuerza más allá de nosotros nos pudiera conectar y por alguna mágica razón un día me recuerdes y también me extrañes. Pero no te escribo. No me animo a saber de vos. No me arriesgo a descubrir que en realidad mi nombre no aparece en ninguno de tus cuadernos. Que nunca más volviste a mis canciones. Que mi chispa, por más hipnotizante que fuera, no llegó a hacerte arder. Me quedo en mis dudas, porque ahí, en esa incertidumbre, tengo la certeza de que, por un instante, fuimos.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Karma

Ojalá nos encontremos en algún rincón de Montevideo, dijiste. Era una de esas despedidas que se daban sin querer, pero así habías elegido. Ojalá nos encontremos, sí. No me quedaba nada más que hacer que confiar en las casualidades y esperar. No me gusta esperar. Estaba triste y enojada, no podía quedar todo ahí; pero no podía hacer nada más que respetar la decisión que un tiempo atrás me respetaste vos. Me lo tomé como un karma, con la esperanza de que así no pesara tanto.

Nunca estuve segura de lo que signifiqué para vos. O no estuve segura de ser capaz de significar tanto. Vos tenías palabras para todo, y más que eso, tenías algo para decir. Así y todo, siendo la persona más interesante del mundo, algo de mí te llamaba la atención. Un poco por eso me gustaba estar cerca de vos, no voy a mentirte, no era algo que dejaras de repetir.

Nunca estuve segura de que supieras lo que significabas para mí. Yo no tenía canciones tan buenas para recomendarte. Tenía ganas de cruzarte y quedarnos hablando de mil cosas por mil horas. Que al final me digas que fue lindo verme y decirte que me gustó también. Yo nunca tuve nada para ofrecerte más que mi existencia. A vos te alcanzaba. A mí me parecía bien.

Te escribo porque todavía pienso en contarte cosas que me pasan, y porque todavía no nos hemos cruzado en ningún rincón de Montevideo. Ya no sé qué es de tu vida. No quiero inventarmela. Me sentiría patética si te imagino pensándome y no es así. Me quedo con las certezas que en algún momento me diste. Me quedo con los qué hubiera pasado y otras preguntas que me hago ahora. Me quedo con tus canciones y me quedo con tu forma de aparecer en momentos como este, dónde a esta hora y después de tanto tiempo terminé escribiéndote esto.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

27 de enero, 2019

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Los esquimales pueden distinguir

hasta 30 tonos de blanco,

sabés?

Les pasa lo mismo a unos agricultores

de no sé que país

con los marrones.

Te lo cuento

aunque seguro ya te olvidaste

de lo único que te enseñó

tu profesor de electricidad.

Te quejaste un millón de veces

y un millón de veces me mostraste

dónde te cortaban bien el pelo

aunque siempre te quedaba diferente.

Seguro te olvidaste

pero yo me acuerdo,

me acuerdo de muchas cosas

y cuanto más pasa el tiempo

me acuerdo de más.

Me doy cuenta que quizás

tanto no te conocía

por eso me costó tanto entender

por qué hiciste lo que hiciste.

O por qué no.

Y dolió.

Dolió todo lo que hiciste

y lo que no.

Sigo viendo tu reflejo

en cosas que nada que ver

pero ya no queda esa sensación rara y fea

de saber que no te vas a enterar;

Me convencí de que me haría mierda

darme cuenta de que no te interesa

porque ya no sos el mismo

y probablemente te aburras

o no entiendes

o no te acuerdes.

Y ya está,

no podría soportar eso

otra vez.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Perdí.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Al final siempre soy yo

Nunca supe si estaba enamorada de vos

o de mí

amándote;

no sé si me gustaba verte

o verme a mí

reflejada en vos.

Ese amor que te daba

era mío;

y esa felicidad por la que me movía

era la mía.

Puede que me esté diciendo esto

para no sentir que perdí,

no quiero sentir que desperdicié,

que le di algo a alguien

que no quiso aceptar

que no pudo

que no supo.

Tal vez me diga esto

porque es lo que quiero (o necesito) escuchar

pero qué importa si vos ya no estás?

Al final soy yo la que sigue acá

conmigo;

al final siempre soy yo.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Perdí

Siento que estoy en ese juego

donde pierdo porque me doy cuenta

que ya hace rato no te recuerdo

y me pone feliz

y triste

saber que casi te fuiste hasta de mi mente.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Un día te voy a escribir y sin saberlo será la última vez

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Uno se cura cuando encuentra lo que le da sentido a su vida

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

5 de agosto, 2018

Tuve que destruir lo que quedaba de lo que fuimos. Estaba dispuesta a sacrificarlo si quería ser capaz de avanzar sin tener que volver unos pasos atrás, al principio, otra vez. Te puse encima de todo mucho tiempo y por primera vez fui mi prioridad. Me lo debía. Tuve que destruir lo que quedaba de nosotros. Hice mierda todo, hasta lo más lindo y sano y puro. Te hice mierda y en el camino me hice mierda a mí. Rompí todo en mil pedazos de los que aún no consigo deshacerme. Todavía guardo algunos en el fondo del cajón. Cuando las dudas e incertidumbres que creí haber perdido por ahí vuelven a inundarme regreso y lo abro, y los restos ahí están, y vuelven a recordarme a dónde no volver.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

Asfixiada.

Afuera no deja de llover,

adentro me inunda

el vacío que me consumió hasta las lágrimas

que ahora no pueden fluir

ni limpiar

todo lo que atraviesan.

Ahogada voz

que no nace,

palabras mudas

que ensordecen.

Afuera no deja de llover.

Llueve con fuerza

que me paraliza

y me presiona

y no me deja salir

no me deja andar

no me deja ser.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

3 de junio, 2018

No vengas a darme vuelta el mundo. De nuevo no. Ahora no. Andá. Yo estoy bien. Qué haces? No entiendo. No me hagas dudar. Tengo miedo. Sé lo que es. Sé cómo soy. Y no quiero. De nuevo no. Estoy cansada, ya está. Yo estoy bien. Salí.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

'Si sabía que era la última vez juro que te abrazaba más fuerte'

Vos me dijiste: me hago la superada. No superé una mierda, no. Ya me desmoroné. Por eso hago lo que hago y digo lo que digo. Me invento una fuerza que no tengo porque tal vez en una de esas me lo crea y deje de estar en esta situación de mierda en la que estoy, con todas las preguntas que me surgen que yo no puedo y vos no querés responder. No superé una mierda. No puedo evitar pensar en la última vez que nos vimos. No entiendo cómo lo que hacias no se correspondía con lo que me decías. Estabas lleno de contradicciones. Y un tiempo antes era peor, porque yo no sabía nada. No sé, no entiendo. Me duele porque no lo entiendo. No ví venir esta situación. No tiene sentido haber llegado a donde llegamos. No sé cuándo empezó ni por qué. No sé si soy yo, si hay otra persona o qué. No entiendo como un día te levantaste y no me querías más. Y yo no sabía. No me lo demostrabas. Te cagabas en mí y en lo que yo hacía por vos. Lo único que quería era que estuvieramos bien, tal vez mi error fue ese. Cual fue el último te amo que me dijiste? Cuál fue el último te amo sincero? Tal vez fueron todas las cagadas que me mande. Tal vez fueron todas esas veces que no fui tu compañera como merecías. Tal vez no te di tu espacio. Tal vez fui egoísta. Tal vez te exigía demasiado. Tal vez estaba equivocada. Tal vez no es de ahora, es de hace mucho más. Tal vez. Tal vez. Tal vez.

[lo-que-nunca-te-pude-decir]

31 de mayo, 2018

Últimamente todo es más fácil. Pasan los días y trato de hacer lo mejor que puedo, lo que me salga. Si te apareces en mi mente y por un segundo empiezo a extrañarte automáticamente empiezo a recordar cómo llegamos a donde estamos y en seguida siento alivio. Y no te extraño más. Hasta que te extraño de nuevo y el ciclo se repite.

Dejé de negar y empecé a evitar. Evito pensarte, evito verte reflejado en cosas de mi vida, evito extrañarte, llorarte, evito culparme por lo que pasó y evito pensar que vas a volver a mi vida. Cuando dejé de negar nuestra situación solo podía pensar en reencontrarnos. Eso no lo hago más. No sé si va a pasar o no, pero no lo voy a buscar ni lo voy a desear. Sé que está mal lo que hago, pero cuándo yo hago las cosas bien? Hago lo normal, lo que es esperable, pero no significa que está bien. Sin embargo siento que estoy cerca de estarlo.

Han pasado muchas cosas desde que terminamos. Estuve muy mal, vos estuviste muy mal, estuvimos bien, volvimos a estar peor, la cagaba uno, la cagaba el otro; se tenía que terminar.

Cada vez que borraba nuestra conversación en whatsapp por una cosa o por otra volvía a escribirte. Sólo una vez lo hiciste vos. Cada vez menos, pero hasta hoy hablamos. Y volví a borrar. No sé qué quiero hacer con eso, pero siento que cada vez le pongo un punto a la historia. Un día voy a volver a escribirte y sin saberlo un punto y aparte va a convertirse en un punto final.