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Toriyama le gana a Gokú

Esta mañana nos hemos despertado todos con la noticia de que el creador de Dragon Ball, Akira Toriyama, ha muerto. Y para mi sorpresa, me deja con el corazón partido. No solo porque se lo haya llevado un hematoma subdural al que poco le ha importado la esperanza de vida del país nipón, sino por lo que el maestro representaba.

Y es que este mangaka le ha cambiado la vida a medio planeta: a nuestros padres, que recibieron su obra en los vestigios de otro mundo; a nuestros hermanos mayores, que han recogido el testigo eterno de las historias; y a nosotros, todos los que de pequeños imitamos al eterno Goku durante el colegio. Y en general, a todos los que han tenido una consola de videojuegos o un cómic en sus manos.

Le mando eternas gracias al señor Toriyama esté donde esté, mientras su recuerdo nos demuestra el poder de los artistas, y en general, de las personas. Alan Moore se refiere a sí mismo como un mago que es capaz de alterar la realidad, también como consejo a las siguientes generaciones de artistas; Akira Toriyama era uno de los más poderosos.

Y todas las muestras de cariño, respeto y homenajes hacia el japonés nos demuestran que el arte y las historias que nos inspiran y nos llenan de felicidad nunca podrán ser igualadas por una máquina, aunque los libertarios apátridas y todos los CEOs de Silicon Valley juntos nos quieran convencer de lo contrario.

Finalizo citando a mi querido Eiichiro Oda, quien le dejó a su viejo amigo este epitafio:

Que el cielo sea el maravilloso mundo que él creó.

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Copas al frente.

Las Exposiciones Universales son, desde luego, una cosa. Desde finales del siglo XIX los países conseguían ponerse casi de acuerdo para elegir una fecha, una ciudad y llevar allí todo lo que estaba por venir, algo por lo que merecía la pena aguantar las guerras, las enfermedades y el absurdo. La promesa de algo mejor, del futuro. Compartir buenas nuevas. Los españoles tuvimos una en Sevilla, aunque me apuesto lo que sea a que la gente promotora de estas cosas solo ven los billetes del turismo. El idealismo se nos queda reservado a otros.

Y los videojuegos, durante 28 años, han tenido su Expo. Porque ya se acabó.

Gamers: el E3 ha muerto

Para profanos, la Electronic Entertainment Expo, eterna E3, era un gran evento anual que reunía a las empresas y desarrolladores más grandes de la industria de los videojuegos para enseñar lo que tenían en el horno. Media semana de principios de junio desde Los Ángeles que señalaban el principio del verano para todos les jugadores del planeta, un verano lleno de ilusión y próximos regalos de Navidad. Teníamos reportajes, tráilers e incluso demos jugables antes de que se llamaran betas abiertas. (Los videojuegos molan más que mi puta madre). Y cuando estalló la época YouTube la cosa creció y creció, y todo el mundillo famoso de internet se emocionaba también, y se hacían fotos, y teníamos memes a rabiar. Una época que se nos fue arrebatada.

La empresa que organiza el E3 ha dicho que no lo volverá a hacer porque no es rentable. Y lo cierto es que todo esto lo empezó el dichoso COVID. No solo nos han quitado la promesa de un mundo mejor, de que el progreso era inevitable y que acabaremos viviendo en un mundo como el de Star Trek. También nos quitaron la expectación de los jueguicos. Los puntos de reunión donde se le ponía cara a la gente, se celebraba la vida y lo que muchos deseábamos vivir.

Vale, puede que esté pecando de boomer catastrofista, pido perdón por ello. Pero cómo no lamentarse aunque sea un poquito. A veces da la sensación de que el mundo cambia demasiado rápido y esta línea temporal no hace más que acabar con retazos de nuestra vida. Al final, todos acabamos volviendo a cuando éramos felices sin saberlo, o intentarlo al menos. Y yo el primero, que estoy rodeado de Vaporwave, clips de Los Simpson y Aquí No Hay Quien Viva y DnB de la PSX.

Quiero finalizar con un lindo epitafio, una despedida bonita a una etapa de mi hobby favorito (y espero que carrera profesional también). Por los videos de Muzska y Trolaso, los artículos de la revista Playmanía y los directos con Alexelcapo. Y no, no nos quedará el señor Doritos porque a la vista de la última gala de los Game Awards tenemos distintos puntos de vista. Se cierra un capítulo en la historia de los videojuegos, pero no es el último. Nos toca crear momentos y épocas que dejar como guía y feliz cápsula del tiempo a los que vengan. Mejorar y mejorar para el futuro, y quién mejor para ello que nosotres.