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¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué se atrevía a jugar con ella de esa manera? Seguramente, todo se trataba de un sueño. Había esperado ese momento durante varios días, pensó, qué jamás sería capaz de besarlo nuevamente. ¡Dios había escuchado sus plegarias! O bueno, eso pensaba ella. En el infierno, los demonios estaban festejando, después de todo, dos seres totalmente destructivos, finalmente se habían vuelto a encontrar. Los labios ajenos rozaron los suyos, creando una especie de corriente eléctrica entre ambos cuerpos. Maldición, deseaba poder decirle lo mucho que lo deseaba. Trató de contenerse, contó hasta diez en su mente, pero se dio por vencida. Siguió el juego del mayor, e inmediatamente, sus brazos se enredaron en el cuello de Clint. “Yo también te sigo amando, idiota.” Sonrió suavemente, y antes de que pudiera hacer o decir algo, unió sus labios con los del castaño. ¡FINALMENTE! Ya no solamente lo veía en sueños, ahora, era real. Se dejó llevar por el momento, comenzando a sentir que su corazón se salía de su pecho. ¡Ya lo había encontrado! Esperaba que nada fuera a salir mal, aunque conociéndolos, alguno de los dos terminaría echándolo todo a perder. Pero, por tan sólo un momento, decidieron amarse nuevamente.
Clint no pudo evitar observarla de arriba a abajo, casi como si estudiara las partes que una vez recorrió. La extrañaba, extrañaba su perfume, extrañaba la forma en la que su ceño se arrugaba cuando estaba concentrada. Los últimos meses habían cosechado en su persona el sentimiento de conocerla desde el inicio de los tiempos, y el chico, a pesar de toda la fuerza de voluntad que en su ser coexistía, era incapaz de camuflar le nerviosismo que la presencia de la chica le causaba. De alguna forma logró acercarse lo suficiente a ella como para sostener su rostro con una mano, de manera suave. ❝He pensado lo mismo❞ una risa nerviosa se escapó de sus labios, dando paso a un semblante un tanto tímido. Él no era así, para nada, pero el hecho de que la chica fuera capaz de controlarlo de manera tan plena lo dejaba en una posición bastante vulnerable. Acercó el rostro a ella, ya no siendo responsable de sus propias acciones y rozó sus labios con los ajenos, sin necesidad de pedir permiso. ❝Alex, y-yo…❞ susurró, a pocos milímetros de besarla.
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Tenía un nudo en la garganta, jamás creyó que llegaría el día en el que tuviera que enfrentarse al pasado. Había sido feliz, algo parecido a los cuentos de hadas. Sólo que ella, no era una princesa, y no habían terminado juntos para siempre. Siendo francos, no se podía comparar con una historia de amor, la suya era mucho mejor, sin los enredos, ni la magia, sólo dos amantes, que se entregaron por dos meses. Él se había despedido de ella, jurando que jamás volvería a encontrarse con esos orbes color avellana. ¡Esos malditos ojos! Tragón en seco, sentía un hueco en su pecho, ¿acaso su corazón había salido huyendo? No podía describir con palabras lo que estaba sintiendo, todo en él la atraía, ¿por qué había dudado de su sexualidad? Ahora más que nunca, sabía que estaba destinada a estar con el joven, aunque sus historias no estuvieran enlazadas. ¡Estaba cansada de sufrir! Finalmente, había encontrado el verdadero significado de la felicidad, pero el destino no estaba de su lado. “Hola.” Respondió rápidamente, evitando tener contacto visual con él, sabía que al mirarlo, todo por lo que había luchado, esas noches qué pasó olvidándolo, todo, se vendría abajo. “Pensé por un momento que se trataba de una ilusión.” Fue sincera, deseaba estar con él, pero por más de que quisiera besarlo en ese momento, tenía que ser fuerte.
Estaba confundido y hecho mierda, principalmente hecho mierda. Clint se diferenciaba bastante de su hermano al ser este más desmedido y un tanto salvaje. Y su actitud no se debía a falta de inteligencia, ya que el maldito era un genio, solo tomaba terribles decisiones. Decisiones que lo habían llevado a enamorarse perdidamente de una chica a la que pensaba no volver a ver. Tal vez eso influyó en que entregara su cuerpo y alma en las pocas semanas, esperando consumir el fuego con rapidez. Pero no funcionó, al menos como él lo esperaba. Tomaba más de la cuenta, se había enganchado nuevamente al cigarrillo y a la marihuana, todo para no escuchar su voz resonando en su cabeza. Pero ahí la tenía, en frente, y a pesar de que había ensayado lo que le iba a decir miles de veces frente a su espejo, era incapaz de articular aunque fuera una sola palabra. ❝Hm― H-hola❞ soltó de manera torpe, mientras se acercaba a la chica con las manos en sus bolsillos. ¿Y ahora?
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Era cierto lo que decían, cuando los jóvenes recibían un poco de libertad, aprovechaban al máximo esa oportunidad. Alexis, tuvo el privilegio de conseguir un trabajo en Cancún, cuando salió de la universidad, tomó un avión que la llevó directamente a su hermoso país natal, México. Sus padres habían sido demasiado sinceros con ella, no deseaban verla partir, pero tampoco, podían obligarla a quedarse en Estados Unidos para siempre. Durante los primeros días, todo estuvo tranquilo en la ciudad, parecía que las personas de allá estaban acostumbradas a otro estilo de vida. La castaña, tuvo que aprenderse los números de emergencia, en caso de que algo le fuera a ocurrir. Pero, antes de que las cosas fueran a empeorar, o algo extraño sucediera… la fémina conoció a un joven, con unos ojos alucinantes. ¡Vaya historia de amor la que tuvieron! Duraron unas semanas saliendo, y al principio, la mexicana pensó que las cosas entre ellos no iban a funcionar. Extraña fue su reacción, al percatarse que se estaba enamorando de él. Tuvieron que despedirse, pensando que jamás se volverían a ver. ¡Pero la vida siempre da mil vueltas! Al momento de regresar a la escuela, las dos almas que creyeron que jamás se verían, volvieron a estar cara a cara. Pero ahora, tenían que enfrentarse a su pasado, y no podían seguir huyendo de él. @htmlclint
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Paso varias de sus noches, tratando de escribirle una carta de disculpa a su antiguo amor. Ni siquiera para eso tenía gracia, detestaba ser una persona totalmente directa. No le gustaba, darle mil vueltas a las cosas. ¡Le desesperaba que las personas no se fueran directamente al punto! Estuvo más de seis horas, sentada en frente de un escritorio, en espera de que un milagro, le cayera del cielo. Finalmente, se dio por vencida, diciéndole a la persona que estaba arrepentida, por haber jugado con sus sentimientos. ¡Bravo, Alex! Era incapaz de redactar algo coherente, un par de líneas, que la ayudarían a sentirse un poco más tranquila. El corazón de la mexicana, no lograba descansar, cada vez que la luna salía, los demonios internos de la joven, le recordaban que allá afuera, había una persona que lloraba en silencio por ella. ¡Maldito corazón! ¡Estúpidos sentimientos! Al despertar, le dijo a su maestro de psicología, que se sentía vacía. ¿Esperaba una terapia? En lo absoluto, deseaba que él pudiera aconsejarla; sólo buscaba, dormir en paz. “No jugaría con algo así de sagrado.” Le dedicó una sonrisa amistosa, recordando que ella, era una persona sumamente bromista. Su madre, le dijo que tarde o temprano, alguien se cansaría de sus bromas. ¡No quería perder su esencia! Necesitaba cambiar, o mejor dicho, madurar. No podía ser siempre una niña pequeña, un infante, que corría libremente por el mundo. El docente, le aconsejó tomar clases de artes, seguramente, aprendería un poco, de los estudiantes que poseían demasiado talento. Pasó toda la mañana buscándolo, el catedrático había sido muy claro. ¿Quién mejor que él para ayudarla? No deseaba sacar un diez, pero, tenía que demostrarle al docente, que no era un caso perdido. “Necesito escribir una carta, y soy pésima escribiendo.” Se encogió de hombros, sintiéndose un poco avergonzada de confesarle eso a un desconocido. Lo había visto, pero el maestro de artes siempre lo estaba alagando, diciendo que el joven, llegaría lejos en el mundo de las artes. “Me parece perfecto, te compraré dos de esos burritos.” Extendió su mano, esperando que pudieran cerrar el trato. ¡Finalmente! Había accedido a trabajar con ella, y esperaba que así, su lado romántico saliera a la luz. Tal vez, dejaría de ser un glacial, o bueno, eso decía su maestro, su madre, y varias de sus amistades. Aunque siendo honestos, la mexicana era lo más cercano a un libro abierto.
Sin poder dejar de sonreír, Gabriel casi lo hizo hasta que escuchó la segunda parte de su oración. Bien, esperó, curioso por lo próximo que diría la castaña. Aunque en realidad no creía que existiera otra cosa que arruinara su día a partir de esa noticia. “¿Qué? ¿Me vas a decir que todo es una broma?” preguntó, con un tono un tanto dudoso. Sus siguientes palabras lo sorprendieron un poco y al mismo tiempo se sintió sumamente alagado. No tuvo que pensarlo más de dos veces cuando ya estaba asintiendo a su petición. Poder ayudar a los demás era algo de lo que disfrutaba bastante. Su madre desde pequeño le había inculcado ser amable con las personas, y aunque ya no viviera con la mujer, Gabriel seguía haciéndolo sin importar el qué. A parte, gracias a la nieve, el de rulos no tenía nada importante que hacer durante lo que restaba del día. “Claro que sí. ¿Qué es lo que ocupas?” cuestionó, interesado en saber la respuesta para así darle una contestación mucho más directa que la anterior. Que la contraria mencionara una recompensa no hizo nada más que causarle gracia, así que soltó un par de risas antes de negar. “Si llegara a cobrarte sería por un par de burritos…” bromeó entre risas. Su humor había mejorado un cien por ciento después de enterarse que no habrían más clases. “Sí, esos que se venden como pan caliente en la cafetería.” añadió, alzando un par de veces la cejas y haciendo una seña para remarcar su punto.
#p: gabriel#alex es un amor#pls#es una chica mega no sé#JAJAJAJA#me da risa la morra#bien ¿tú cielo?<3
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Necesitaba comenzar a ponerse en contacto con su lado ‘humano’. Era todo un caos trabajando con las manos, no había nacido con el alma de un artista. ¡Podía ser una excelente consejera! Pero, fracasaba en todo lo relacionado con el arte. El clima no ayudaba en nada, había nieve por todos lados, era sumamente extraño. Según, los reporteros habían dicho que ese día, caería en Estados Unidos la última nevada del año. ¡Maldita suerte la suya! Tenía que entregar un trabajo, y necesitaba llegar al salón de artes plásticas. Uno de sus compañeros, parecía ser sumamente talentoso. Así pasaba en la vida, unos, tenían gracia para crear siempre obras maestras. ¿Y los demás? Destruían todo a su paso. La mexicana, comenzó a buscar al joven por todos lados. “Puedes abrazarme, pero no cantaría victoria tan rápido.” Musito rápidamente, al encontrarse con la persona que estaba buscando. ¡Lo necesitaba! Estaba perdida sin él. ¿Cómo terminaría su trabajo? Su maestro de psicología, necesitaba darse cuenta, que la fémina no perdía el tiempo, en la clase de artes pláticas. Siendo francos, ni siquiera era capaz de trabajar con la plastilina. “Necesito que me ayudes, sé que eres muy bueno en artes, prometo pagarte.” Trató de convencerlo, de verdad, Alexis se encontraba desesperada. ¡Nada le costaba! Y la mexicana, le daría una gran recompensa. De eso se trataba la universidad, ¿no? De entablar amistades, de conocer gente nueva todos los días.
@lextoddx: ❝Han suspendido las clases por la nevada❞.
¡Por fin alguien que le daba una respuesta! El estudiante tenía más de quince minutos buscando a alguien dentro de los pasillos, pero para su mala suerte, parecía que en un abrir y cerrar de ojos todos habían desaparecido. Su idea de visitar la dirección se esfumó al encontrarse con una chica en una de las tantas vueltas al edificio. “¡Geniaaal!” festejó y no pudo evitar sonreír de oreja a oreja. Se moría de hambre y no veía posible el aguantar todas las clases que le restaban. “¡Creo que te quiero abrazar y ni siquiera te conozco!” exageró, demostrando la felicidad que sentía en esos momentos.
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“Ya te lo he dicho, güera. Lo siento mucho, no era mi intención lastimarte así.” De verdad, esperaba que su amiga pudiera entenderla, por más de que quisiera mandar en su corazón, no podía decirle qué hacer. ¿La quería? Sí. Pero, no de la misma manera, en la que la rubia parecía hacerlo. Le dolía, ¿por qué siempre lastimaba a sus seres queridos? Habían compartido grandes momentos juntas, y ahora, necesitaba alejarse de ella. Era una persona tóxica, Riley merecía ser feliz, y aunque a Alexis le dolía, tenía que ponerle un alto a toda esa situación. “Debemos hablar, deja de evitarme.” Soltó un gran suspiro, esperando que después de todo, su amiga se diera el tiempo para arreglar las cosas. ¿Cómo lo solucionarían? Ella se rehusaba a verla, sabía, que tarde o temprano, toda su amistad se vendría abajo. O bueno, ya no había amistad alguna, eso pensaba la mexicana, cada vez que se la encontraba en los pasillos, con la mirada totalmente perdida. Por más de que quisiera corresponderle, no estaba lista, ¿por qué? Tenía miedo, no creía merecer a alguien tan perfecto. Trató de ser fuerte, pero, ¿de qué servía? Su corazón nuevamente se destrozaría. La sonrisa de la fémina, ahora era una mueca en su hermoso rostro. La mexicana, se interpuso en su camino, impidiéndole que pudiera salir de la habitación. ¡Ya era hora de ser francas! De decirle la verdad, y por más de que se rehusaba a sentir algo, sabía que terminaría perdiendo. Era muy buena mintiendo, pero ya no deseaba sentir ocultándolo. Y menos, a una de sus mejores amigas, a alguien, que la conocía perfectamente. ¿La entendería? Eso esperaba, ya no deseaba seguir sintiendo un vacío en su pecho. El mismo, que no la dejaba dormir durante las noches. Morfeo se encargaba de hacerla sufrir, jugando con sus sentidos, llevándola a un mundo de perdición. Y para poder descansar, necesitaba comenzar a hablar. @riley-bellerose
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Alex había accedido a salir con él. Le parecía un chico agradable, dejando a un lado todo lo que decían sobre su persona. ¿Quién era ella para juzgarlo? Nadie. Se sentía incapaz, de emitir juicio alguno, sobre una persona que evidentemente, no conocía. Ella pertenecía a kappa, y sabía que el círculo social de Matteo, no estaba totalmente de acuerdo con las personas de su fraternidad. ¿Les daría gusto? No. Había algo en su acento, que le resultaba familiar; le recordaba sus raíces, a su amada tierra mexicana. Cuando salió de su habitación, notó que estaba un poco nervioso. Trató de no reír, pero una sonrisa apareció en el rostro de Alexis. “¡El capitán del equipo de football me invitó a salir!” Mostró falsa alegría, debido a la amistad que ellos compartían, ¿ella lo conocía? Un poco. Sabía que su hermana era un ser de luz, de vez en cuando almorzaba con ella, pero no entendía, porque nunca estaban juntos. Raro, ¿verdad? “Vamos, espero que estés preparado para salir con una chica exigente.” Bromeó nuevamente, tratando de quitarle un poco de tensión al ambiente. La mexicana veía más en él, de que lo decían las personas a sus espaldas. ¿Mujeriego? Un poco. ¿Encantador? Demasiado. “Vamos, ¿qué tienes planeado para hoy?” Una de sus cejas se arqueó, y finalmente, comenzó a caminar a la par del joven.
➵ @lextoddx sent “Is this your first date?”
“¿Qué?, no. Obviamente que esta no es mi primera cita.” Respondió con un deje de desdén, sin embargo el chico era consciente del nerviosismo que transmitía. “¿Por qué lo dices?”
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send one for my muse's reaction;
“What are you doing here?”
“Of course I moved on!”
“I can’t wait for you.”
“Why didn’t you wait for me?”
“Aren’t sunrises a little cliche?”
“As long as it doesn’t require me pants, I’m in.”
“It’s your time to shine.”
“And we’re sure that’s not illegal?”
“And if I say yes?”
“Dude, what the hell?”
“Wait, since when are you gay?”
“What the hell did I miss?”
“I was gone for for five minutes!”
“She/he’s been my bed for the last twenty four hours, and I can’t remember their name. Think it would be rude to ask for it again?”
“I don’t see anything wrong with a shotgun Vegas wedding.”
“If you don’t shut up, I will personally stab you in the eye with a spork.”
“Is that really your version of an apology?”
“I hope you step on a lego every day for the rest of your life.”
“Now that’s just stupid.”
“I’m prepared, I think.”
“We finally got it right.”
“I choose you. No one else. You.”
“I gave up a long time ago.”
“In what world was that okay?”
“This is not a bad vampire romance novel, please shut up with the dramatics.”
“Kinda wanna have sex, but also kinda wanna eat pizza.”
“We could always just run away.”
“I’m dying. How’s that for a dinner conversation starter?”
“Please stop asking me out.”
“Love is a fairytale told to children.”
“That wasn’t me.”
“I didn’t do it!”
“That may have been my fault.”
“Is this your first date?”
“You’re the biggest wimp.”
“You’re pretty shy.”
“Are you trying to hold my hand?”
“Let me sleep.”
“There’s no way that I’ll say no.”
“I don’t want to get up.”
“Why don’t you love me?”
“I don’t want to live in a world without you.”
“There’s a fire inside of you.”
“I don’t think I can do this anymore.”
“Oh good. Just what I needed to hear.”
“Tonight as perfect.”
“It’s just for the night!”
“I didn’t steal it. I borrowed it. Possibly for a long time.”
“It hurts.”
“We could go backpacking?”
“What do you mean you want to go home?”
“You don’t know me!”
“I skipped class today.”
“I bought you a ring even.”
“You bought me flowers?”
“What are you doing home so late?”
“Sorry I’m not what you expected.”
“I burned my tongue.”
“What a fake smile.”
“Did you just laugh at me?”
“I can do it!”
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Llevaba varios años conociendo a Isaac, sabía perfectamente que podía llegar a ser una persona temperamental. A diferencia de ella, él se tomaba las cosas de manera personal. El pobre chico, no tenía ni la más mínima intención de hacerle daño, y al ver que estaba a punto de ser devorado por su amigo, la mexicana decidió darle una mano, para que pudiera salir vivo de ahí. “Lo eres, piensas que puedes ir por los pasillos de la universidad, devorando a todos los que se te cruzan en frente.” Negó con su cabeza por unos segundos, no le gustaba la actitud que tenía, cada vez que se enojaba con ella, por ayudarlo a no asesinar a todos en la universidad. “Puedo conseguirte algo más tarde.” Lo animó con una sonrisa, esperando que no se pusiera a la defensiva, seguramente, en un par de horas, la fémina lo ayudaría a alimentarse con la sangre de alguna mujer. “Por supuesto.” Respondió rápidamente, y sacó de su bolsa un encendedor. A pesar de no estar en su mejor humor, le gustaba charlar con él, le servía para olvidarse por un rato, de sus obligaciones en el mundo real. “Podemos ir a conseguirte algo de comer, pero me tendrás que ayudar con algo más tarde.” Necesitaba ir a correr, y seguramente, él no estaría dispuesto a salir de la universidad. Pero, lograría convencerlo para que fuera con ella a distraerse por unas horas.
❝No soy un cabrón❞ le respondió a Alex, mientras observaba como el desconocido se alejaba. Observó a la morena con clara irritación y casi arrancó la caja de cigarrillos de su mano. ❝Tengo hambre, acabas de arruinar mi cena❞ le reclamó, con un tono que caía en la delicada línea entre una broma y el mundo real. Tenía hambre, eso era cierto, pero bajo ninguna circunstancia Isaac llegaría a ser tan obvio. ❝¿ Tienes un encendedor ? ❞
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ninadobrevadaily:
moprganbeau: Coachillin’ with the best✌🏼️🤗 @nikkilee901 @chris_myvice @riawnacapri @ashdragon @ninadobrev
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“Deberías calmarte, no seas tan cabrón.” Musitó en un tono divertido, viendo como uno de sus amigos más cercanos le alzaba la voz a un pobre chico de primer año. “Tranquilo, el día de hoy despertó con el pie izquierdo.” Le hizo un ademán con su mano derecha al joven, para que se retirara de la vista del castaño. “No seas tan duro con ellos, Isaac.” Se acercó a su compañero, y le colocó en su regazo una cajetilla de cigarros. “Fumar uno no te vendría mal, cabrón.” Agregó con diversión.
❝¿Y qué te hace pensar que arrancarte el corazón no está en mi lista de prioridades?❞
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