Este va a ser un blog para recordar el programa internacional que estoy realizando en Chung Ang University en Seul, Corea del Sur. Iré contando cosas de toda mi experiencia, desde la académica hasta mi primera vez viviendo sin mis padres. Seguramente también habrá bastante descripción de comida.
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Excursión a la Granja Escuela
La universidad de Chung Ang organiza unos cuantos eventos culturales pensados para los alumnos internacionales. El objetivo principal es ofrecer a los extranjeros una oportunidad de descubrir partes de la cultura coreana con el apoyo económico y logístico de la universidad.
Dicho de otra manera, son gratis y son una buena alternativa a pasear por tu cuenta por la ciudad.
La solicitud para entrar en estos eventos se hace a través de una encuesta de Google Docs que se abre cierto día a cierta hora exacta y, como no, siendo gratis, la competitividad para conseguir una de las plazas limitadas es, digamos que alta.
Al minuto literal ya no aceptan tu solicitud, tienes que estar un minuto antes actualizando la página para abrirla y rellenar el formulario lo antes posible.
CAU ha organizado durante este cuatrimestre 4 programas culturales de estos: el primero me lo perdí porque no pensaba que la cosa estaría tan loca, el segundo ni lo intenté porque coincidía con el viaje junto a Belén y después de esto para el tercero y cuarto ya me preparé como toca y conseguí entrar.
El título de la entrada es una manera de describir el lugar al que nos llevaron un frío sábado de noviembre.
Se trataba de una escuela en medio del campo donde haríamos actividades relacionadas con la cultura coreana:
- Hacer Kimchi (base mi plato coreano favorito a estas alturas)
- Hacer tteokbokki (torta de arroz)
- Paseo en remolque de tractor
- Clase sobre la vida agrícola en la Corea de los 50 y 60.
No habían animales pero me seguía recordando a una excursión a la granja escuela, lo que es más gracioso si piensas que son actividades para niños de 11 años pero todos los que ibamos rondabamos los 21-23.
Obviamente las dos primeras actividades eran las interesantes y las que me apetece explicar aquí.
Haciendo KIMCHI:
Esto es kimchi blanco, que no pica y que por la foto tiene una pinta horrible. Todavía no estoy preparado para dejarme la universidad y dedicarme profesionalmente a hacer kimchi.
Este es el kimchi rojo que es el más tradicional y que se encuentra en cualquier lado.
En la foto de antes llevo mi sombrero de nepalí no por postureo, hace mucho frío y manejar verdura con las manos expuestas no era la mejor manera de entrar en calor. Estas actividades están más pensadas para hacerse en verano o principios de otoño, donde no te congelas haciéndolas.
Aunque era por una buena causa, porque el kimchi que hicimos lo donaron a un banco de comida de la zona. Me compadezco todavía de quien se comiera mi mónstruo de kimchi.
TTEOKBOKKI:
El tteokbokki consiste en una masa de arroz de textura chiclosa que sirve para todo, se como solo, con una salsa, se hacen postres, acompañamientos de otros platos, etc. Es muy extraño de comer las primeras veces pero después de un tiempo aquí me encanta. Para hacerlo nos enseñaron un metodo bastante anticuado que era literalmente pegar con una maza a una montaña de arroz cocido hasta convertirlo en una masa sólida y uniforme.
Después de coseguir la masa lo rebozaban con una mezcla de azucar glass y una especie de harina que le daba textura arenosa. Nos dejaron llevarnos una ración para comernosla después.
Al final lo mejor de las actividades fue el poder estar con gente que ya vas conociendo mejor y con la que te llevas bien.
Cualquier simple plan es divertido con la gente adecuada.
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Día en Suwon
El último día de visita de Belén en Corea, puede parecer que comparado con todos los lugares increibles en los que hemos estado, Suwon es algo decepcionante.
Suwon es una ciudad al sur de Seúl a la que se llega con metro, como si fueras a Paterna, solo que Suwon tiene más o menos el mismo número de habitantes que Valencia. Lo más interesante de la ciudad es pasear por la antigua muralla de la ciudad, que te da unas vistas de los horribles edificios blancos enormes que forman cualquier ciudad coreana, aunque ese no es el tema. Tengo otra entrada donde menciono lo que pienso de la distribución urbanística de las grandes ciudades de este país.
Lo primero que hicimos fue visitar el palacio de Hwaseong Haenggung, que para el precio que te cobran por entrada pues está bien, pero comparado con todo lo que ya habíamos visitado hasta el momento un poco robo.
El palacio estaba situado en la falda de la colina donde estaba la muralla de la ciudad y se veia una estatua budista bastante impresionante.
El camino por la muralla fue muy agradable y tranquilo, hacía buen día y un tiempo ideal para un paseo. Aunque recuerdo una sensación agridulce, en la que disfruto de lo que veo en compañía de Belén, pero sin dejar de pensar en que se volvería al día siguiente.
6608, 6613, 6616, 6623
Y ese es uno de los problemas de este país, al principio te parece increíble, impactante y necesitas hacer foto para que todo el mundo lo vea, pero cuando te creas ciertas expectativas al final no valoras tanto lo que una semana atrás te hubiera impresionado.
Como el Nesquick™ después de una galleta de chocolate.
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Jogyesa
El mejor templo budista que��he visitado en Seúl, no digo Corea porque no es mejor que Yongungsa en Busán, pero también fue impresionante y en particular por la suerte que tuvimos de visitarlo durante el festival de otoño, que duraba una semana y coincidió con nuestro viaje. La decoración del lugar durante el festival es otro nivel, TOT “ple de floretes, que brillen alegres al sol, i com ensenyen els seus pètals, replens de colors i colors”.
También es el templo con no uno, ni dos, ni tres, sino tres estatuas de Buddha enormes que impactaban a la vista y de las cuales no hice foto porque me parecía irrespetuoso.
Ahí dentro es donde están las estatuas.
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Caligrafía (hangeul)
Después de visitar con Belén la puerta de Gwanghwamun, en uno de los puestecitos promocionaban los Juegos Olímpicos de invierno regalando frases escritas en papel de arroz.
Lo hacían el domingo durante unas horas de la mañana durante la primera mitad del mes de noviembre y coincidió con nuestro viaje y organización del día. A este tipo de cosas me refiero cuando digo que hemos tenido mucha suerte durante el viaje.
Va a ser uno de los mejores souvenires que tengo y me ha salido gratis.
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Jongmyo shrine y Changgyeonggung
Cuando visitas Seul tienes claro que vas a visitar templos y sobre todo muchos palacios. Una muy buena iniciativa que tiene la ciudad es que te venden un pack de entradas con la que puedes visitar los cinco palacios más importantes de la ciudad por menos de 10 euros. Es una manera genial de “guiar” a los turistas para saber que ver sin tener que depender de guias subjetivas. Uno de los palacios que están incluidos en la entrada es el que hay tras Gwanghamun, del que ya hice entrada la primera vez que fui.
Esta entrada es para otros dos que visité cuando Belén vino a visitarme.
Jongmyo shrine es un santuario confucionista declarado Patrimonio de la Humanidad muy bien conservado que, como la mayoría de palacios aquí, tiene unos jardines impresionantes y una historia que te pierdes si no lo visitas con guía o te paras a leer las pobres traducciones en inglés.
Además, tuvimos la suerte de que justo el día que lo visitamos había una ceremonia llamada jongmyo jerye que se realiza cinco veces al año y coincidió que nos pilló de turismo. Fue impactante verlo, pero un poco incompleto sin el contexto de saber más o menos de que se trata. Nos lo encontramos, estuvo interesante pero hasta que no lees en internet de que se trataba pues te quedas un poco igual.
Después de esta visita nos dirigimos hacia Changyeonggung.
He perdido la cuenta a estas alturas, pero supongo que no es la primera vez que digo que X palacio es el más impresionante que he visto hasta el momento. Pero este digo que 100% de lo mejorcito de Seúl (NO CLICKBAIT). Se trata de uno de los cinco palacios incluidos en la entrada y ésta incluye la entrada al “jardín secreto”, al que sin entrada tienes que hacer la cola padre y reservar con días de antelación. Hemos tenido mucha suerte en este viaje con todo lo que vienen a ser factores como clima o coincidencias involuntarias que nos hemos encontrado para nuestro beneficio.
Dejaré hablar a las fotos por mí porque es de mis recuerdos visuales más impactantes de estos meses en Corea.
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Entrada de apreciación a Seúl
Después de unos cuantos días en Busán ya tocaba ir a la capital y visitarla antes de que Belén se tuviera que volver a casa. Antes de que viniera Belén a Corea no sabía muy bien como plantear las visitas a la capital sin que me aburriera demasiado por visitar todo de nuevo.
Tonto de mi que pensaba que ya lo había visitado todo.
Nada como una búsqueda en google para ver que, efectivamente, no solo me faltaban un montón de cosas por visitar sino que además las que había visitado me las había dejado a medias en más de una ocasión.
Una de las cosas que más agradezco de la visita de Belén es que me permitió descubrir la capital desde el punto de vista del turista que solo tiene 5 días para ver el máximo de cosas. Es una perspectiva diferente a la que hubiera tenido si únicamente hubiera visitado Seúl los fines de semana que no me quedara haciendo el perro o trabajando.
Lo que me permitió esto es darme cuenta de la cantidad de cosas que lamento no haber visitado antes de que entrara el otoño y de lo que me gusta la ciudad. Yo cuando visito una ciudad mi parte favorita suelen ser los parques de ciudad, me encanta la combinación de naturaleza en medio de la ciudad, que sea accesible y que sea lo más parecido a una escapada a las afueras de la ciudad sin que lo sea.
Seúl es de las mejores ciudades que he visitado en mi vida. He visitado muchos sitios y voy a resumir hasta donde llega mi aprecio por esta ciudad.
Seúl es mejor que Nueva York y Londres.
Podeis guardar las forcas y las antorchas antes de lanzaros a mi yugular. Esto lo digo pero no tan a la ligera. Obviamente esta ciudad no tiene la oferta cultural ni el estilo propio que tienen muchas de las grandes ciudades como Paris, Londres o Nueva York PERO, desde mis estándares de lo que hace que una ciudad sea atractiva y entretenida para visitar, Seúl es mejor que Nueva York y Londres.
Jorge, ¿cuales son esos estándares? Porque parece que lo que dices esté patrocinado por el Ministerio de Turismo de Corea del Sur.
- Parques: Por parques entiendo espacios accesibles a todo el mundo por los que pasear y perderse un rato. Hyde Park y Central Park están muy bien, pero poco más hay en la ciudad en lo que a esto se refiere. Además no están tan limpios como aquí y no están en armonía con el resto del patrimonio de la ciudad. Me encanta cuando vas a visitar un templo, monumento y para llegar hasta él tienes que hacer un paseo por un parque. Eso en Corea abunda.
- Gastronomía: Me encanta comer y en este país parece que a la gente tiene buen apetito. Creo que ya he hecho unas cuantas entradas que pueden dar a entender porque me gusta Seúl en este sentido. En Londres esto no es lo mismo, la comida inglesa es mierda (y he estado 4 veces).
- Transporte público bueno: El metro de Seúl está muy bien, accesible a turistas y funciona con regularidad aunque con horas un poco limitadas. Cumple su función y no le pido mucho más.
- Dineuros: Me da rabia cuando compras los vuelos, reservas alojamiento, pagas todo eso y después de visitar unos pocos días una ciudad te das cuenta de que eso no era ni la mitad del total que te has gastado. Sé que al final las cosas valen dinero y que simpre está mejor invertido que si te lo gastas en chorradas en casa, pero me hace plantearme si al final en el viaje he disfrutado lo suficiente y me ha “salido a cuenta” o si podría haber elegido otra ciudad. Viva la restricción presupuestaria y maximizar la utilidad. El precio (si lo hay) de las entradas a parques y monumentos es muy bajo aunque no haya precio de estudiantes.
Por estas tres cosas Seúl es genial y quiero pensar que es la razón por la que me lo pasé tan bien con Belén cuando la visitamos.
Nada que ver con que me apeteciera verla y eso distorsionara mi percepción de lo que es la ciudad, por supuesto.
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El país sin rotondas
En Corea no se estilan las rotondas en los cruces de calle. Tampoco se estila el respeto a los peatones, ni los semaforos para peatones que tarden menos de 1 hora en cambiar ni conducir de manera no temeraria.
Nos impactó tanto ver una rotonda que le hicimos una foto.
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Plaza BIFF y comida de calle
Como me gusta comer en la calle. No sé si lo he mencionado en otra entrada (ser poco diligente con las entregas tiene lo suyo), pero Busán es especial para el tema de la comida que puedes comprar en los puestecitos en el centro. La comida está genial, sale bien de precio y el ambiente de la ciudad se vive al máximo.
Los rollos negros que se ven a la derecha es Kimbap, arroz y algas relleno de cosas. La versión humilde de un entrate con el formato del maki japonés.
Mandu (empanadillas blandas) y pajeon (pseudo tortilla de cebollino). Los de abajo es el tteokbokki, que se trata de torta de arroz picante y con textura de chicle.
El tema va tal que así, te plantas en uno de esos puestecitos y empiezas a señalar comida, te dicen el precio y cuando piensas que es por persona de repente te dicen que no, que el plato de tempura con el que casi te llenas son 2 euros al cambio. Te sale bien la jugada.
Mandu, tteokbokki, ensalada picante, tempura, brochetas de carne, etc. Casi todo lo que pilles que sea de ahi funciona y te sale mejor de precio. También venden las tipicas cosas de feria como los torbellinos de patata o los decepcionantes corndogs, pero nada comparado con lo de aquí.
Estos son Hotteoks, bollitos crujientes cocinados en mantequilla y rellenos de azucar y frutos secos.
Mandu y pajeon de cuando estuve con Sungyeon.
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Mi sitio favorito de Busán sin lugar a duda 10/10
Es broma, es otro de esos sitios artificiales donde las parejas ponen candados con mensajes acaramelados para demostrar su amor en el lugar previamente determinado para ello por el gobierno municipal o la empresa de turno.
Aprovecho esta entrada para mencionar algo de lo que no me di cuenta al prncipio pero que Ainhoa me mencionó y no he parado de verlo desde entonces.
Las parejas aquí no son pegajosas entre si, son lo siguiente.
Roza lo surrealista a veces y la cosa va desde caminar con la mano de la pareja en tu bolsillo a pasar el 100% del tiempo juntos abrazados. No es que se vean parejas liandose como si no hubiera mañana, pero es ese amor acaramelado que se te pega al paladar y no se despega ni con taladro. Además el modelo de pareja ideal al que la juventud coreana aspira es bastante rancio y materialista, pero eso ya es otro tema.
Supongo que ya llevo un tiempo sin cariño y afecto personal y me está empezando a calar. :D
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Paseo de Igidae
Que pateo, pero que genial. Esta entrada va dedicada a uno de los paseos más agradables que hice por Busán. Fui la primera vez con Sungyeon y desde el primer momento ya supe que volvería con Belén.
El parque de Igidae es uno de los parques de los cabos de la ciudad y consiste en un paseo que recorre por la costa más o menos abrupta. Son unas dos horas de camino hasta que llegas al final pero volvería sin pensarmelo dos veces.
Además es otro ejemplo de la “democratización” de los accesos a las zonas verdes de la ciudad, cosa que tan bien hacen no solo en Busán sino en Corea en general.
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Cena de vieiras, gambas y buena compañía
Haneul (la que está haciendo el selfie) nos llevó a un restaurante frente al mar a cenar uno de los día de mi primer viaje a Busán . Las otras chicas de la foto son Phia (a mi lado), Hanna (en frente de mi) y Ainhoa (la de la gorra), la última es otra chica de la universidad de Valencia. En mis meses en Seul me he dado cuenta algo tarde de que lo mejorcito de la universidad aquí en Corea no está en mi campus. Las tres estudian en el segundo campus de Chung Ang, que está en Anseong (a.k.a “El culo del mundo”). Cada una tiene su historia y personalidad diferente pero son graciosas y un amor de gente, y es por eso que las tres veces que nos hemos visto durante el programa me lo he acabado pasando genial.
Pasando a lo que viene a ser la cena, pasa lo típico aquí que pides dos cosas y te traen 20 para acompañar, pero el primero de los platos principales eran unas gambas al ajillo acompañadas de verduras sorprendentemente sencillas. Digo esto en el buen sentido ya que no estaban acompañadas de una salsa o cualquier cosa que matara el sabor del marisco como sería de esperar aquí.
El segundo plato que pedimos sí que fue más emocionante. Se trataba de vieiras que se cocinaban en la parrilla que se ve en el centro de la mesa mientras estaban dentro de la concha y una vez cocinadas un poco se meten en el recipiente de aluminio también a la parrilla. Este tiene una mezcla de queso y mantequilla que se mezcla con las vieiras una vez se ha fundido del calor de la parrilla. Cuando me dijeron que había ahí solo pensaba en el pobre animal que había llegado hasta aquí para que lo hundieran en lácteos procesados y se cargaran el sutil sabor pero no, me sorprendí muy gratamente cuando las probé y estaban tiernas, con su sabor único intacto y con el añadido del queso que funcionaba demasiado bien. No es una comida para ponerse las botas porque al final tocábamos como a tres vieiras por persona, pero fue una de esas cenas en las que la gastronomía de este país me volvió a sorprender para muy bien.
Alguno estará pensando que no me he ido de “Erasmus” y que estoy de retiro gourmet en Corea pero, hay que decir que para estar el sitio justo enfrente del mar, ser temporada alta y tratarse de marisco y vieiras, salimos a menos de 15 euros por persona, que en un sitio de la playa en España es impensable. Ventajas de conocer a alguien de la ciudad que nos lleva por ahí.
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Yongungsa
Empezaré diciendo que este es el mejor templo budista en el que he estado y estaré en estos meses.
Yongungsa es uno de los templos budistas de la ciudad de Busán y lo más impresionante que tiene es que está frente al mar. Y no estoy hablando de que se puede ver un trozo de mar desde ahi y puedes sacar una foto desde un angulo raro desde el que se ve tanto el templo como el mar.
Está frente al mar.
Obviamente esto es lo más impresionante del lugar y lo que hace que sea, si sale un buen dia, una maravilla para cuatro de los cinco sentidos (he intentado justificar el gusto pero creo que no).
Para llegar hasta allí hay que hacer un pateo en bus desde el centro de la ciudad y cuando llegas allí tienes que lidiar con otros turistas aunque sea un martes muerto (día típico de turismo en Corea), pero es uno de esos sitios que lo justifica y compensa.
Cuando le pides una foto a otro turista y valora que son más importantes nuestras piernas que el templo :(
Se podía lanzar una moneda desde el puente que se ve en la primera foto e intentar acertar en una de las dos vasijas que las estatuas aguantan para que te de suerte.
En la vez que estuve con Sungyeon no acerté, en cambio cuando fui con Belén acerté y lo tengo en video que a lo mejor subo.
También aquí se encontraba la que creía que sería la estatua budista más grande que vería hasta que visité Jogyesa en Seúl con Belén, aunque es otra historia.
Sin duda una de las mejores visitas de la ciudad.
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Gamcheon cultural village
Otra de nuestras visitas en Busán, otra visita que merecía repetirse en le viaje con Belén. En este caso hablo del poblado Gamcheon, un barrio de casas bajas que en otro sitio no destacaría más de lo normal, pero que tratandose de Busán y Corea, destaca.
Lo interesante del lugar son las casas bajas y coloridas que destacan en la inmensidad de grandes edificios blancos que son las grandes ciudades en este país. No sé si lo he comentado en otra entrada, pero una de las cosas que no me gustan del país es lo común que es ver estos edificios de apartamentos blancos de tropocientos pisos que rompen el valor paisajístico de la ciudad. En otras ciudades aun, pero Busán tiene la particularidad de ser una ciudad de costa con montañas cercanas, por lo que desde allí las vistas serían más espectaculares de lo que son si no encontraras todos estos mastodontes blancos.
El caso es que este paseo es una bocanada de aire fresco entre la planificación ubanística de la ciudad.
El barrio ha evolucionado para convertirse en una de las principales atracciones de Busán y está planteado para que hagas un paseo ya marcado por la calle principal que rodea el barrio y te permite ver las diferentes vistas desde la falda de la colina en la que se se situa. Al igual que en la mayoría de visitas de esta ciudad, durante la primera visita no cabía un alma de lo llena de turistas que estaba la ciudad y no es hasta que vuelvo con Belén que puedo apreciarlo todo como toca.
Finalmente, después de hacer el paseo fuimos a uno de los puestos del “circuito”, en el que ofrecían la posibilidad de comprar una postal, escribirla en una de las mesas de fuera y que te la envíen donde quieras para que te llegue un año después. En 2018 ya espero dos cartas, una por cada vez que pude estar aquí.
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Taejongdae
Una de nuestras visitas en la ciudad de Busan fue a Taejongdae, un parque cerca de la costa (al igual que la mayoría de parques de la costa).
Busán es una ciudad que está en la costa sur-este de la peninsula, y tiene un mapa tal que así:
O sea que sí, muchas de las visitas en esta ciudad están relacionadas con el mar de alguna manera.
Volviendo a Taejongdae, lo interesante del parque es el paseo que puedes hacer por el bosque con diferentes salidas al mar desde una costa rocosa. Me encantó el tranquilo paseo tanto que no solo lo hice la primera vez que fui con Sungyeon sino que volví cuando estuve con Belén.
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Viaje a Gyeongju
Gyeongju fue nuestro destino de un viaje de domingueros que nos marcamos Belén y yo durante nuestra estancia en Busán. La gracia de esta ciudad y por la que nos hicimos casi 2 horas solo para llegar hasta allí es que te muestra la parte antigua del país. La ciudad está dedicada a la conservación de los monumentos que registran la historia de los últimos dos mil años de historia de Corea del Sur. Me parece el equivalente a visitar el casco antiguo de una ciudad, por la que se pasea y disfruta de un ambiente menos cargado y agobiante que las grandes ciudades.
Fuimos un domingo, por lo que las fotos están llenas de turistas domingueros haciendo lo mismo que nosotros. Si no hubieramos ido ese dia, visitar la ciudad hubiera sido imposible (además que nos salió un dia genial).
Lo primero que visitamos fue Bulguksa, uno de los templos budistas más impresionantes que he visto en la montaña. La época del año era idónea porque el otoño ha llegado y los árboles consiguen ese rango de colores que va desde el verde de arboles perennes hasta el rojo brillante del arce japonés (definitivamente mi arbol favorito de aqui en adelante). Creo que esto mejor que describirlo yo, dejo a las fotos que sigan por mi.
Tras visitar el templo fuimos a Seokguram, que es un monasterio más profundo en la montaña al que llegamos con un bus de linea. Lo más destacable del lugar es primero que desde lo alto de la montaña cuando hay un día bastante despejado se puede ver el mar, lo que es impresionante, si nos hubiera salido tal día.
Lo segundo es que en este monasterio hay una figura budista muy bien conservada que está excavada de la misma montaña, por lo que esta dentro de una “ermita”, aunque como se quiere conservar no dejaban hacer fotos. Aun así el paseo por la zona está increible de ver y tenemos fotos que lo certifican.
Después de sufrir las consecuencias de una planificación algo pobre y no saber coreano, acabamos comiendo algo mal pero bueno, no todo va a ser pescadito bueno y pollo sabroso.
Para que se nos hiciera muy tarde decidimos visitar una cosa más y acabar la visita de Gyeongju. Lo que decidimos visitar fue el Anapji pond, que estaba dentro de un parque muy bien conservado y con unas cuantas construcciones muy interesantes aunque no destacables en comparación con otros de los sitios en los que ya estuvimos. Al final después de un tiempo de turista aquí te vuelves un poco exigente con lo que un templo o palacio te tiene que impresionar la verdad.
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Cena con Sungyeon y Haneul
A Sungyeon ya la he introducido antes pero esta entrada va dedicada a una de las mejores cenas que he tenido y que tendré en este país y a una bellísima persona que tuve la suerte de conocer.
fotocafeteriahaneul.jpg
Cuando íbamos de viaje en el tren a Busán Sungyeon me comentó que una vez en la ciudad quedaríamos con otra amiga suya que hacía mucho tiempo que no veía y que echaba de menos. Obviamente por mi genial, cuantos más, mejor (hasta cierto punto) y si es alguien de la ciudad, mejor todavía.
Como estábamos de vacaciones decidió dedicar un par de días para acompañarnos a visitar algunos de los parques y demás atracciones turísticas de la ciudad aunque lo que más le agradezco son las dos cenas que tuve con ella y Sungyeon en el primer caso y Belén en el segundo.
La primera de las cenas fue en un puestecito fuera del Jagalchi fish market y consistía en un plato de anguila salteada con verduras y una salsa sobre la que luego ponías arroz. Todo cocinado en un fuego en el centro de la mesa y acompañado de cerveza y soju.
Nunca había probado la anguila cocinada de esta manera y está increible. Tenía un sabor sutil porque se concinaba con una salsa no invasivamente picante (ya les pedí por favor que no fuera asi) y la carne de anguila una textura tierna que combinaba perfectamente con el crujiente de las verduras salteadas. Se me hace la boca agua mientras escribo esto en clase.
Despues de esta cena decidimos ir a gwangwali beach (desde la que se ven los fuegos artificiales mejor que en ningún sitio) a seguir con el picnic nocturno de soju, cerveza y algo para picar. Aquí fue donde me di cuenta de otro de los usos de los microondas de las tiendas de conveniencia tipo 7-11, donde puedes calentar la comida precocinada y acompañar el alcohol de algo de comida barata para llevar que no sean papas. Beber en la playa mientras comes trocitos calientes de calamar con salsa de sésamo es llevar el botellón a un nivel de elegancia con el que muchos solo pueden soñar.
Con el alcohol de por medio pues decidimos hacernos alguna foto en la playa para el recuerdo.
La foto sugerente en Gwanghwali sale de imitar parte de un videoclip de 선미 (sunmi).
La segunda cena fue menos impactante (para mí) porque se parecía a la que ya describí en otra entrada. Era pescado en forma de sashimi acompañado de muchos otros platitos y sopa picante hecha de los restos del pescado que sobraban del sashimi. Lo genial de esto es que Haneul tuvo la consideración de quedar con Belén y conmigo cuando ni siquiera ibamos con Sungyeon. Al final es una amiga de una amiga con la que había quedado un par de veces y que se portó genial con nosotros dos no solo por la cena a la que nos invitó, si no por las recomendaciones y conversaciones que tuvimos sobre la vida en Corea y demás.
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Explicación de la falla. En directo. Ni edits ni nada.
Sirve para enseñar un poco como estaba de lleno ese sitio sin ser de los mejores sitios desde donde se pueden ver.
Por cierto, se me olvidó mencionar que fuegos artificiales se dice 불꽃 (bul-kkoch) que significa en la traducción literal “flor de fuego”. Me pareció bastante bonito y mejor nombre que en castellano o inglés.
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