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Sobre los viajes más allá de uno mismo.
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Diría que el tiempo es muy relevante en toda esta ecuación en cuanto el consumo de drogas se refiere. Todo efecto tiende a terminar en algún momento. Todo es cuestión de tiempo, es lo habitual y es lo que sucede. Eso lo sabemos todos al final ciertamente, como todo en la vida lo es.
Hay que decir para empezar, que la experiencia con Ácido o LSD, es muy peculiar, espiritual e interesante, en cuanto se refiere a mi percepción, claro.
Es de suma importancia saber sin embargo, que la experiencia no puede ser gratificante si está pasando por un momento difícil. La compañía y el entorno es clave, pero no importa si se ingiere en solitario si se tiene una mente en paz y capaz. Hay que ser conscientes, que todo sucede en la mente, y no en la vida real por decirlo de un modo.
Toda droga es diferente, y dada la amplia variedad qué hay, siento que es necesario escribir un poco sobre ello. Se verá qué es más fácil incursionar con un poco de guías y demás, aunque yo solo encuentro fascinación por los alucinógenos, y es de lo único que se escribirá en cualquier entrada más.
En primera estancia, peculiaridades y extrañezas se presentan cuando se consume un ácido. Se siente un poco de euforia o por lo menos así lo sentí yo. Las dimensiones son más visibles y los muebles tienden a respirar notablemente.
Además del ácido, condimenté la experiencia con marihuana como es usual. Las buenas vibras se sienten, y no parece que nada está fuera de lo normal, a pesar de que el árbol que tengo a un lado mío parece tener más vida de lo usual.
Luego comienza la confusión. Las notas al tocar las cuerdas de la guitarra, divergen y se presentan como ondas distorsionadas. La música es exquisita y produce un mayor impacto en cuanto a sensaciones y emociones se refiere. La melodía oscura produce terror. La melancolía se presenta como una inexorable depresión. La calma y el bienestar, producen satisfacción mientras la pared de madera que se tiene al frente, comienza a verse más natural. De pronto le salen hojas, se oye un arrollo y al mirar al techo, se mira la corriente de agua, luego todo se difumina, y la música convierte todo en un revoltijo de colores intensos y hermosos.
Cuando saco el celular para mirar la hora y contestar aquel mensaje pendiente, este se derrite en mi mano, y de reojo la habitación se hace más chica y luego más grande. Los gatos no tienen rostros, pero su pelaje es tan suave y no me abandonan durante el viaje.
También se tiene la paranoia. La paranoia puede ser peligrosa. Tus amigos de toda la vida no parecen ser tan amigables. Parece que se burlan constantemente, otros parecen tristes o muy serios. Sus rostros se alargan y sus expresiones son exageradas. Uno se ríe por la situación, hay que recordar que todo está en la mente. Se sobre analiza todo, hasta la más mínima acción y oración. La comida sabe bien, y según me contaron, ayuda a que el efecto surja más rápido, ya que al principio se espera hasta mirar todo lo que el cerebro puede hacer.
Mientras la locura sigue, agarro una cerveza oscura de una mesa, le doy un sorbo y al ponerla de nuevo ahí, la mesa se destruye y al pasar los segundos confundido por lo visto, está vuelve estar a la normalidad. Le comento aquello a un amigo. El se ríe y me mira de forma siniestra. Todo normal parece.
Después vienen las reflexiones mientras estas sentando en el sillón y ves cómo el rostro de Jonna Hill se vuelve muy pequeño en proporción a su cabeza en el televisor. Piensas en el origen de todo, en el significado de la vida. En el capitalismo, en la familia, en las amistades, en la vida y el amor. Reflexionas y ves todo de un punto superior a ti. Te desprendes de tu cuerpo y las respuestas surgen una tras otra, descomponiéndolas una a una, encontrando la belleza, lo desagradable y el significado total de todo.
Sientes una empatía enorme y te quedas en silencio con tantas ideas que cuando termina el efecto, sientes que algo en ti cambio. Que ya no eres el mismo por qué ahora todo se ve tan diferente.
Se siente como si se hubiera vuelto a nacer, aunque, claramente no es así.
Las complejidades se van y te encuentras sereno. Tu mente tiene paz por primera vez, pero con el tiempo, su corrupción es inevitable si no se tiene una salud mental estable.
También hay que saber que el consumo de esto puede acelerar las enfermedades mentales de la gente, previamente ocultas e ignoradas. Así como la esquizofrenia o cualquier tipo de psicopatía.
El Ácido o el LSD, es un viaje astral y dimensional sin duda alguna. Intenso, claro que si, pero, muy interesante y revelador también.
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