Tumgik
josesaralegui · 7 years
Photo
Tumblr media Tumblr media
17K notes · View notes
josesaralegui · 7 years
Text
Una historia pensada.
Y, la verdad es que no siempre decimos todo lo que pensamos, sino que actuamos, por momentos demasiado. Y de tanto pensar, sacamos conclusiones incorrectas, creyendo entender lo que el otro quiere. Como le pasó a estos dos, el día en que se dio ese cruce fortuito, luego de mucho tiempo, caminando por una de las veredas que años antes fueran apoyo de ambos como pareja. Pero que hoy no son más que el suelo pisoteado que une dos caminos completamente diferentes y comunica a dos personas llegadas desde lugares opuestos, tanto en geografía, como en presente. En dos partes se presenta este relato. Diálogo puro: - Adios señorita, ¿Cómo dice que le va? - Hola ¿Bien y vos? - Todo tranqui. Vengo del laburo. - Ah, ¿Cómo viene eso? - Bien, zafa. ¿Vos? ¿Qué andas haciendo? - Vengo de hacer unas cosas con una amiga. - ¿Cómo estuvo tu finde? - Bien, tomé baaanda. - Ah, yo también, tuve el cumple de una amiga. - Bueno, te dejo q llego tarde a una cita. - ¿Con un chabón? - Si… jaja, con el ginecólogo - Ah ta bien, bueno suerte. - Igualmente para vos. - Nos vemos. - ¡Nos vemos!
Diálogo real: MARIANO: Uh, ahi viene Romina. Directo hacia acá. ¿Me habrá visto? Voy a seguir caminando despacio, moviendo un poco los hombros, así parece que voy concentrado en la música. Guarda con las baldosas Mariano, que te llegás a tropezar y quedás como un gil. Ya sé. Me voy a hacer el payaso simpaticón. Eso la va a descolocar y le va a gustar. Te estoy mirando fijo y no me ves aún. Voy a aclarar sin que se note la garganta, listo. Ahí vamos: - Adiós señorita, ¿Cómo dice que le va? Quedé re natural. Romina venía distraida mirando una vidriera de ropa. Volteó su cabeza hacia Mariano, a la vez que arrugó la nariz, mientras su cerebro procesaba quién e el payaso que la saludaba así. Obviamente lo reconoció, por lo que elevó las cejas involuntariamente. ROMINA: ¡La concha de la lora! ¡Es Mariano! Cómo no lo vi venir, me quiero matar. Estoy poniendo cara de sorprendida. ¡No demuestres nada, boluda! - Hola. Todo bien ¿y vos? Creo que no se dio cuenta. MARIANO: Mmm, esto se me fue de control. Pensé sólo el comienzo. Qué mierda le respondo, de mi vida personal no le quiero comentar nada, aunque ahora ya soy un tipo fuerte, no tiene por qué saberlo. No me merece… Igual, tampoco es que conocí a alguien, no voy a negar que varias de vez en cuando me han guiñado un ojo o algo más… pero algo de misterio no vendría mal. Hablarle de mi familia es rutinario. Del gimnasio, muy banana. Del fútbol cinco, innecesario. Ya sé, si le hablo del trabajo quedo como un tipo responsable, que sabe lo que quiere, maduro. Ésa es la que va. Vamos Mariano. Mariano no se dió cuenta de que lo último que parecía en ese momento era alguien maduro. El saludo inicial le jugó en contra, pero no quería rendirse. Así, insistió con su gran idea: - Todo tranqui. Vengo del laburo. ROMINA: ¡Qué respuesta aburrida Dios! Pero lo voy a bancar, él me banco tantas veces. Ni me acuerdo dónde trabaja ahora, pero no quiero ser ortiva. No importa Romina, disimulá: - Ah, ¿cómo viene eso? MARIANO: Epa, se ve que le interesa en qué ando. No me olvidó. Pará, no te apures. Pero no, no, ¿y si todavía siente algo por mí? Sería muy raro, después de tanto tiempo. Hace mucho que no la veo, debe tener una vida diferente, otras experiencias, quizás ahora esté mejor, siempre quise eso para ella, quizás sea feliz y… Esta turra seguro está viendo a alguien. Voy a deslizar una pregunta casual, a ver si le saco algo. - Bien, zafa - ¿Y vos? ¿En qué andas? ROMINA: Mmmmmm… esa pregunta, qué rara suena Marianito, te conozco. Le voy a meter ambigüedad a la respuesta, así lo dejo regulando, a manipuladora no me vas a ganar a mí. - Vengo de hacer unas cosas con una amiga. MARIANO: ¿Así que no me querés contar eh? ¿A esa querés jugar? Está bien, fijate cómo no me importa y ni me inmuto. - Mira vos. ¿Cómo estuvo tu finde? ROMINA: ¿Eh? ¿Este pibe es pelotudo? ¿Cómo me va a preguntar por mi finde? ¿Qué carajo le importa? ¡Dios! ¿Ahora te hacés el interesado? ¿Después de ser una ameba durante el último año de la relación? ¿Ahora te hacés el chispa? Tomá, ahí va tu información tan preciada, con mi mejor cara de mujer alegre y superada: - ¡Bien, tome baaanda! Indiferencia total. Que sepa que ni lo necesito ni lo extraño. ¿No lo extraño? ¿A quién voy a engañar? Bueno, por lo menos que no lo note. MARIANO: Ah, te querés hacer la gata fiestera, mira cómo te la devuelvo… atorranta. - Ah, yo también, tuve el cumple de una amiga. ROMINA: Se debe haber comido a alguien este hijo de puta, estoy segura, lo odio. Igual qué me importa, yo ya lo re superé. Y me sigue encantando confundirlo. Ah, ya sé, a ver la cara que pone: - Bueno, te dejo porque llego tarde a una cita. MARIANO: ¿Cómo? ¿Va a ver a un tipo y encima me lo dice asi? Perra fría. - ¿Con un chabón? - ¡Pero qué pregunta pelotuda Marianoo! ¿No podías disimular un segundo más? ROMINA: - Si… - Pausa para que se confunda aún más. Mirá como se remuerde, es un tierno, todavia me extraña - Jaja, con el ginecólogo. MARIANO: - Ah ta bien - Y tragó los nervios contenidos. Ese humor de mierda que tiene, la concha de su madre. Listo, hacé como si nada, no seas obvio, o vas a salir herido injustamente… como siempre. Ahora un saludo casual, sin sentimientos, como a un amigo: - Bueno che, yo sigo, suerte - Qué simbólico estuviste pibe, “yo sigo”, sos un poeta, nunca lo valoró. ROMINA: ¡Qué frío que es por favor! ¿Así pretende despertar algo en mí? - Igualmente para vos. MARIANO: - Nos vemos - Ojalá que muy pronto. ROMINA: - ¡Nos vemos! - Ojalá que nunca… o no… no sé. Y siguieron sus caminos, pensando que la tenían clarísima, que controlaban el mundo, la mente del otro y las voluntades de sus corazones, los propios y los ajenos. Pero la verdad, es que no entendieron nada de lo que pasó.
1 note · View note
josesaralegui · 7 years
Text
Una historia pensada.
Y, la verdad es que no siempre decimos todo lo que pensamos, sino que actuamos, por momentos demasiado. Y de tanto pensar, sacamos conclusiones incorrectas, creyendo entender lo que el otro quiere. Como le pasó a estos dos, el día en que se dio ese cruce fortuito, luego de mucho tiempo, caminando por una de las veredas que años antes fueran apoyo de ambos como pareja. Pero que hoy no son más que el suelo pisoteado que une dos caminos completamente diferentes y comunica a dos personas llegadas desde lugares opuestos, tanto en geografía, como en presente. En dos partes se presenta este relato. Diálogo puro: - Adios señorita, ¿Cómo dice que le va? - Hola ¿Bien y vos? - Todo tranqui. Vengo del laburo. - Ah, ¿Cómo viene eso? - Bien, zafa. ¿Vos? ¿Qué andas haciendo? - Vengo de hacer unas cosas con una amiga. - ¿Cómo estuvo tu finde? - Bien, tomé baaanda. - Ah, yo también, tuve el cumple de una amiga. - Bueno, te dejo q llego tarde a una cita. - ¿Con un chabón? - Si… jaja, con el ginecólogo - Ah ta bien, bueno suerte. - Igualmente para vos. - Nos vemos. - ¡Nos vemos!
Diálogo real: MARIANO: Uh, ahi viene Romina. Directo hacia acá. ¿Me habrá visto? Voy a seguir caminando despacio, moviendo un poco los hombros, así parece que voy concentrado en la música. Guarda con las baldosas Mariano, que te llegás a tropezar y quedás como un gil. Ya sé. Me voy a hacer el payaso simpaticón. Eso la va a descolocar y le va a gustar. Te estoy mirando fijo y no me ves aún. Voy a aclarar sin que se note la garganta, listo. Ahí vamos: - Adiós señorita, ¿Cómo dice que le va? Quedé re natural. Romina venía distraída mirando una vidriera de ropa. Volteó su cabeza hacia Mariano, a la vez que arrugó la nariz, mientras su cerebro procesaba quién era el payaso que la saludaba así. Obviamente lo reconoció, por lo que elevó las cejas involuntariamente. ROMINA: ¡La concha de la lora! ¡Es Mariano! Cómo no lo vi venir, me quiero matar. Estoy poniendo cara de sorprendida. ¡No demuestres nada, boluda! - Hola. Todo bien ¿y vos? Creo que no se dio cuenta. MARIANO: Mmm, esto se me fue de control. Pensé sólo el comienzo. Qué mierda le respondo, de mi vida personal no le quiero comentar nada, aunque ahora ya soy un tipo fuerte, pero no tiene por qué saberlo. No me merece… Igual, tampoco es que conocí a alguien, no voy a negar que varias veces me han guiñado un ojo o algo más… pero algo de misterio no vendría mal. Hablarle de mi familia es rutinario. Del gimnasio, muy banana. Del fútbol cinco, innecesario. Ya sé, si le hablo del trabajo quedo como un tipo responsable, que sabe lo que quiere, maduro. Ésa es la que va. Vamos Mariano. Mariano no se dió cuenta de que lo último que parecía en ese momento era alguien maduro. El saludo inicial le jugó en contra, pero no quería rendirse. Así, insistió con su gran idea: - Todo tranqui. Vengo del laburo. ROMINA: ¡Qué respuesta aburrida Dios! Pero lo voy a bancar, él me banco tantas veces. Ni me acuerdo dónde trabaja ahora, pero no quiero ser ortiva. No importa Romina, disimulá: - Ah, ¿cómo viene eso? MARIANO: Epa, se ve que le interesa en qué ando. No me olvidó. Pará, no te apures. Pero no, no, ¿y si todavía siente algo por mí? Sería muy raro, después de tanto tiempo. Hace mucho que no la veo, debe tener una vida diferente, otras experiencias, quizás ahora esté mejor, siempre quise eso para ella, quizás sea feliz y… Esta turra seguro está viendo a alguien. Voy a deslizar una pregunta casual, a ver si le saco algo. - Bien, zafa - ¿Y vos? ¿En qué andas? ROMINA: Mmmmmm… esa pregunta, qué rara suena Marianito, te conozco. Le voy a meter ambigüedad a la respuesta, así lo dejo regulando, a manipuladora no me vas a ganar a mí. - Vengo de hacer unas cosas con una amiga. MARIANO: ¿Así que no me querés contar eh? ¿A esa querés jugar? Está bien, fijate cómo no me importa y ni me inmuto. - Mira vos. ¿Cómo estuvo tu finde? ROMINA: ¿Eh? ¿Este pibe es pelotudo? ¿Cómo me va a preguntar por mi finde? ¿Qué carajo le importa? ¡Dios! ¿Ahora te hacés el interesado? ¿Después de ser una ameba durante el último año de la relación? ¿Ahora te hacés el chispa? Tomá, ahí va tu información tan preciada, con mi mejor cara de mujer alegre y superada: - ¡Bien, tome baaanda! Indiferencia total. Que sepa que ni lo necesito ni lo extraño. ¿No lo extraño? ¿A quién voy a engañar? Bueno, por lo menos que no lo note. MARIANO: Ah, te querés hacer la gata fiestera, mira cómo te la devuelvo… atorranta. - Ah, yo también, tuve el cumple de una amiga. ROMINA: Se debe haber comido a alguien este hijo de puta, estoy segura, lo odio. Igual qué me importa, yo ya lo re superé. Y me sigue encantando confundirlo. Ah, ya sé, a ver la cara que pone: - Bueno, te dejo porque llego tarde a una cita. MARIANO: ¿Cómo? ¿Va a ver a un tipo y encima me lo dice asi? Perra fría. - ¿Con un chabón? - ¡Pero qué pregunta pelotuda Marianoo! ¿No podías disimular un segundo más? ROMINA: - Si… - Pausa para que se confunda aún más. Mirá como se remuerde, es un tierno, todavia me extraña - Jaja, con el ginecólogo. MARIANO: - Ah ta bien - Y tragó los nervios contenidos. Ese humor de mierda que tiene, la concha de su madre. Listo, hacé como si nada, no seas obvio, o vas a salir herido injustamente… como siempre. Ahora un saludo casual, sin sentimientos, como a un amigo: - Bueno che, yo sigo, suerte - Qué simbólico estuviste pibe, “yo sigo”, sos un poeta, nunca lo valoró. ROMINA: ¡Qué frío que es por favor! ¿Así pretende despertar algo en mí? - Igualmente para vos. MARIANO: - Nos vemos - Ojalá que muy pronto. ROMINA: - ¡Nos vemos! - Ojalá que nunca… o no… no sé. Y siguieron sus caminos, pensando que la tenían clarísima, que controlaban el mundo, la mente del otro y las voluntades de sus corazones, los propios y los ajenos. Pero la verdad, es que no entendieron nada de lo que pasó.
1 note · View note
josesaralegui · 8 years
Text
Nubosidad variable.
Amo comer. Y las cenas suelen ser una gran excusa para descubrir nuevos caminos, como los que te llevan a lugares inesperados, pero con gente querida, que también te quiere... y para comer. Y aquella noche de Abril (siempre me resulta gracioso cuando aclaran el mes en algunas historias, como si cambiara algo, por lo general son relatos que podrían haberse concretado en cualquier momento del año, lo que me lleva a pensar que sólo se menciona la posición en el calendario como pretensión poética, lo cual indica pauperización literaria, es decir, lo mismo que acaba de ocurrir en la oración de arriba para decir simplemente que me resulta pretencioso) se produjo una de ellas, con dos grandes amigos, Leticia y Horacio. Grandes en la amistad y en el gusto por las comidas, el beber unos buenos vinos  y diré también por el tabaco. Qué forma de fumar aquellos dos, no sólo por la cantidad, sino por el arte que en dicha tarea aplicaban. Valioso resulta el que convierte los componentes de la cotianeidad en belleza estética, como el armar la cama por ejemplo. Ay, cuánto disfruto de la danza de la sábana desplegada con un buen golpe seco que saca la mejor ondulación de ella, como si de repente se acompasara con el aire y este con el paso del tiempo y este último a su vez con una ola suave, como si estuviera en un bote, en medio de un río, calmo, como la sensación que me produce flamear las sábanas, ¿o la sábana? ¿Son dos? ¿Cómo se llama la de abajo? ¿No es el cubrecama? No, el cubrecama va arriba, entonces que se llame cubresábana, y la sábanas cubrecama, cubrecama de abajo y cubrecama de arriba y a lo que queda por arriba, colcha, o acolchado, o frazada, en caso de que los haya, porque si no simplemente le llamaríamos aire a eso que envuelve a la cama y a las sábanas. En fin, por dónde andaba, ah sí, por el humo de Horacio, y el de Leticia. Tal enriedo generan las bocanadas que despiden, “que despiden”, qué nostálgico, tan mágicas son esas nubes, garabateadas, fileteados de nicotina que inundan las habitaciones. Esa noche no recuerdo qué era la cena, alguna carne blanca asada, pero sí recuerdo la charla, entreverada con sorbos de vino y reflexiones simpáticas. Hablábamos de la inseguridad, un poco de la que te dan ganas de llamar a la policía ante cualquier evento sospechoso y otro poco de la personal, la que te lleva a decir incongruencias para llenar baches tertúlicos. Horacio era muy seguro, aún todavía lo sigue siendo, no murió, y Leticia tampoco, ni lo segundo ni lo tercero, pero también lo primero. Gente segura que fuma, eran, son dueños del mundo. Los que no, los pasivos que nos dicen, debemos soportar la injusticia de no tener una excusa para bajar cinco minutos cuando trabajamos en una oficina. Porque quién le va a decir algo a la víctima del cigarro. En cambio a mí, que no tengo esa adicción, quién me excusa de bajar, “¿a dónde fue el muchacho? Quería tomarse cinco minutos jefa. ¿Tomarse cinco minutos? ¿Dónde se cree que está? Ya tuvo su hora de almuerzo.” Y tantas otras injusticias. De cualquier modo, algo voy a reconocer, el misterio que impone (porque no lo genera, lo impone) el cigarrillo, la neblina, es en cierta forma delicioso, sensual. El cigarrillo te pierde, y con el humo olvidás los defectos, sos conquistado, confundido, extasiado y te olvidás de la charla con tus amigos, de Horacio, de la cena, a Leticia quizás la empezás a mirar con más cariño, con otros ojos, o quizás con los mismos, pero ya no la ves tanto y fantaseás que ya no estás ni están ahí, que todo es humareda, que eso ya no parece una casa en tu barrio, que se asemeja a Londres, and there you are, waiting for you don't no what in an empty room, foggy, alone with a glass of wine in one hand. In front of you nothing but smoke and silence. Around you, above you, beneath you, there's only confussion. Someone knocks the door, violently, you try to open your mouth, to call your friends, because they will awake, but then:  
- Open up, sir, it's Scotland Yard!  But you don't yet understand, and when you are about to say out loud your friends’ names, to end with this whole nonsense, or perhaps you think the smoke will begin to dissapear and let everybody finish what they were doing, then four policemen enter the room:
- You are under arrest for the kidnapping of Leticia García and Horacio Zuluaga.  
And then, just then, you allow yourself to be just a little bit worried.
0 notes
josesaralegui · 9 years
Text
Servicio gratuito de referencia del ex.
¿Y si un día pudiéramos pedir referencias para una relación?  Como cuando preguntan por nosotros en un trabajo nuevo... Suena el teléfono. - ¿Hola? - dice una joven al otro lado. - Si, buenas tardes. Mi nombre es Romina. Me pasaron tu número del Servicio de Referencias del Ex. Llamaba para consultar por el Sr. Augusto Ramírez. - Ah, si si. ¿Qué tal Romina? Me dijeron que ibas a llamar. Decime, ¿qué cosa en particular querés saber de él? - Emm, a ver. Acá tengo varias preguntas, te las voy diciendo. La primera: ¿Es capaz de tener una relación estable? - Mirá, conmigo estuvo tres años y dos meses. Y nunca dio signos notorios de ahogo, así que te diría que sí. - Bien - aclara la garganta - ¿Expresa lo que siente? - La mayoría de las veces sí. Viste cómo son, con los amigos se hacen los Terminator y después con nosotras son Winnie Pooh. El chabón es un tierno encubierto. - Aha, esperame que anoto... Winnie Pooh es con dos "o" ¿verdad? - Si, con dos "o". Veo que sos un toque detallista Romina. Dejame que te aclare algo. Él es un poco descuidado a veces, pero no lo hace de malo. Se olvida, así que no te lo tomés como algo personal. Sería perder el tiempo. - No es personal - repite Romina mientras escribe. - ...  - ¿Miente? - Poco, pero casi siempre se nota. - ¿Cómo es en la cama? - ¿Qué edad tenés? - 35. - No te preocupés entonces, todavía no es momento de hacerse mala sangre por eso. - ¿A qué te referís? - ¿Todavía tenés ilusiones de encontrar al hombre de tu vida no? - Sí... - Bueno, por eso. Guardá esa preocupación para cuando ya te hayas resignado y te conformes con al menos coger bien. Si no, ni a eso le vas a encontrar el gusto. - Ok.  - ¿Alguna otra pregunta? - Si, ¿por qué cortaron? - Pará que te paso con él y que te lo explique directamente, porque nunca le entendí bien la causa, siempre da muchas vueltas. - Hijo de puta, ¿todavía se siguen viendo? - ¡Augusto! ¡Teléfono! - grita la joven - Más vale que te esmerés en ser coherente che, mirá que esta anota todo...
0 notes