Charlaine "Cherry" Fleming, 19 años. 15 May, '67. From London. Puedes encontrarme en la cabaña cinco y formo parte del equipo rojo. Well you're a real tough cookie with a long history of breaking little hearts like the one in me that's okay, let's see how you do it put up you dukes, let's get down to it hit me with your best shot why don't you hit me with your best shot hit me with your best shot fire away. You come on with it, come on you don't fight fair that's okay, see if I care knock me down, it's all in vain I get right back on my feet again.
Don't wanna be here? Send us removal request.
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brookmery:
“Mmmh” observa con determinación a la pintura frente suyo “No te voy a mentir no sé mucho de arte, pero es linda. Lo haces muy bien” habló con sinceridad buscando la imperfección o algo que hiciera falta, aún así estaba en territorio desconocido. “Puede ser que sí sea el muelle, se ve algo vació ahí ¿no?” arrugó la nariz e hizo una mueca al decir eso “No me hagas tanto caso, va bien. Espero mañana no se nuble” bromeo y soltó una risa sin aire.
“¿Tú crees?” Inquirió apenada y sonrió, mordisqueó su labio y asintió. Detallando con la mirada su obra, encontró razón en las palabras ajenas. “Sí, tal vez puedo poner algún bote perdido por ahí y en el muelle tal vez a alguien mirando hacia el horizonte.” Divagó tratando de imaginar lo que decía, girando el rostro en dirección a la pelinegra. “Gracias y no creo, aunque quien sabe... Solo espero que no.”
#int. brookmery#w:brook#io lo c :(#pero solo voy los sábados!?#jajajaja#so#no es tan malo#aunque entre semana tengo clases pero es en la modalidad online#pero aun así#los sabados son sagrados y me cuesta levantarme ;--;#me consuela saber que ya mero acabo jajaja
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solcrian:
"No ha pasado ni un día completo y ya estás hablado conmigo de nuevo, yo sabía que no podías vivir sin mí.“ Es consciente, en todo caso, de que la joven seguramente habló por la mera inercia de captar una nueva figura en escena, no porque supiera que se trataba de él. Pero no iba a desaprovechar una oportunidad así para molestarla, aunque siempre con cariño y ciertos límites. Se acerca un poco más a la pintura y duda un instante que lo haya capturado ella, es precioso, tan irreal que existan personas con semejante talento, ¿cómo es posible que entonces necesite otras opiniones? "Creo que tiene un detalle…” Comienza, como si contase con un ojo crítico cuando de temas artísticos se trataba. Así, apenas con uno de sus dígitos tomó algo de pintura, mismo que después propició ligera presión en la nariz ajena, dejando un resaltable manchón de tonalidades color sol. “ahora todo está perfecto.” Asegura, sonrisa triunfante haciéndose de sus carmesíes.
Debes estarme jodiendo, pensó al escuchar la voz del masculino. Sus ojos no pudieron evitar ponerse en blanco y sus hombros se cayeron derrotados. Una sonrisita divertida se apoderó de sus labios y buscó la mirada masculina, recitando lo más dulce que pudo: “Me atrapaste, no puedo vivir sin ti.” La verdad era que no se había percatado de su presencia, pensó que se trataba de otra persona, tal vez Willem que la quería molestar un poco pero nunca Derian. “¿Ah, si? ¿Según tú cual es?” Inquirió curiosa, ¿acaso podría tener el material de crítico de arte o solo quería fastidiarla un poco más? No vió venir el dedo manchado con pintura pues había pensado que había removido algo fuera de lugar o saciaba su curiosidad simplemente. Cuando el dígito ajeno embarró su nariz, la chica achicó la mirada y comenzó a reír, dejando su obra de vuelta sobre el caballete, giró en dirección al chico, en su siniestra aun aferraba consigo el pincel con el que había perfeccionado algunos detalles. “No quisiste hacer eso, ¿verdad?” Pero antes de poder siquiera darle tiempo de reaccionar, cómo si de un arma mortal se tratara, arrastró las cerdas del pincel en su rostro e imitó el rayo de Bowie en su rostro salvo que el suyo sería en tonalidades naranjas. “Ups.” Dejó escapar entre sus labios y comenzó a carcajearse.
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fraissa:
"Está horrible.“ El tono es serio, sus olivas permanecen fijas en la pintura a la par de que ladea su cabeza -como si aquello pudiera darle un mejor enfoque-: su rostro no muestra señales de estar tomándole el pelo. Pero es normal en la alemana fingir tanto como sea posible, así, transcurridos unos segundos frunce el ceño y niega muchas veces con la cabeza. "Me estás jodiendo, ¿no? Porque te quedó precioso y seguramente sólo quieres escucharlo de mis labios.” No entiende cómo las personas pueden menospreciar cualidades tan extraordinarias, jamás lo ha hecho. “Claro que le falta algo: mi bello rostro, pero a estas alturas dudo que puedas corregirlo.” Se encoge de hombros, como si fuese una verdadera pena aquello.
“Oh.” Una pequeña ‘o’ se forma en sus labios al escuchar las palabras de la castaña, frunce el ceño apenas, admirando en silencio las facciones de la joven y tras un par de segundos, regresando su atención a su pintura. Si, tal vez algo salió mal... Tal vez no difuminó bien los colores de las tonalidades del cielo, puede mirar un par de imperfecciones que desenfocaban toda la esencia de la obra. Parpadeó atónita y giró el rostro en dirección a su compañera, relajando la expresión, rió por lo bajo. “Eh, no... ¿En serio lo crees? Siempre suelo encontrarle peros a las cosas, lo siento.” Murmuró apenada. Con el índice trató de difuminar un poco la pintura donde creía que se había pasado un poco y sonrió más animada. “Claro, para el próximo consideraré meterte en el. Aunque los rostros no son mi fuerte.”
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solcrian: flashback
"Eso es porque no había llegado yo al equipo azul, pero su racha se terminó.“ Que en todo caso sabe que ni siquiera tiene mucha madera de capitán, es decir, termina tan distraído o sumergido en sus propios temas que eso de promover la unidad y el trabajo en equipo no suena como algo que pueda llevar a cabo, pero lo intenta; sin mencionar que el título distintivo resulta bueno para su ego. "Voy a ignorar eso porque sé que sólo lo dices para herirme, lo cual es muy descortés de tu parte.” Asegura, fingiendo indignación ante las palabras ajenas. “Yo me refería a que eres la más bonita del equipo rojo, eres tú quién deformó todo.” Alza ambas manos en fingida inocencia, mientras niega un par de veces con la cabeza. “Claro que no, puedes preguntarle a todo el campamento y ninguna otra chica tendrá el privilegio de asegurar que Derian Soler le ha llamado bonita.” Y es cierto, porque ha estado coqueteando por ahí, pero no ha empleado aquellas palabras con ninguna otra joven. “Como sea, no quiero gastar así el último día que hablaré contigo,” Suelta una risilla. “así que mejor cuéntame de ti, no sé, ¿qué haces al otro lado del mundo por un simple campamento? ¿Qué lo hace tan especial?”
“Lo que digas.” Jugó a seguirle la corriente, conteniéndose la risa para no herir aun más el ego del masculino. La pelirroja le sería fiel a su equipo, además dudaba mucho que eso de ‘cambiarse de bando’ estuviera permitido así que ya se olía las verdaderas intenciones del chico y por eso, ella también podía jugar a su propio juego. “¿Herirte? Bah, sólo digo la verdad... Rowen es toda una pieza de arte.” Sonríe pícara lo cual busca disimular con un suspiro, cómo si de verdad su capitán robara sus sueños. “Claro, yo lo deforme... Cómo sea, gracias. Me haces sentir la chica más privilegiada de todo Walden. Este momento pasará a la eternidad en la entrada del día de hoy en mi diario. Tu nombre, un signo de más y mi nombre rodeados en un corazón grande con alas.” Para dramatizar más lo que decía, juntó sus dos índices y trazó en el aire la forma de un corazón para posteriormente llevarse ambas manos al pecho cómo si sus palabras fueran poemas para sus oídos. “Por más que quisiera hablar contigo, tengo que avanzar y alcanzar a mi grupo. Lo último que quiero es perderme en estos bosques contigo. Adiós, hasta que nunca me hables.” Sonrió y agitó su diestra en el aire en señal de despedida, buscando rápidamente volver a las filas. Sabía que ni de cerca sería esa su última conversación.
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“No estoy segura de cómo se ve, ¿puedes darme tu opinión?” Preguntó al campista a un lado suyo tras enseñarle su pintura. Los atardeceres eran su fenómeno favorito, ver el cielo teñido de diferentes tonalidades de naranja y reflejarse en la laguna. “Siento que le falta algo pero no lo sé... ¿El muelle, tal vez?” Divagó en voz alta, regresando la mirada de vuelta al paisaje frente a ellos y suspiró. “Da igual, puedo terminarlo mañana. Olvidé tomarle una foto antes y ahora el sol está a nada de ocultarse.”
#waldenst#ah no sé que abrí veda#desde ayer dije que lo haría pero he andado bien ida#y ocupada#y mañana tengo clases *sighs*#en fin#primera vez que abro starter con cherry#and it sucks :v
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“¿Qué carajos está mal contigo?” Fulminó con la mirada al castaño, agitando la cabeza en negación. “No, no se te ocurra. Los conejos son los animales más adorables, ¿cómo puedes pensar en querer comértelo?”
“En la caminata encontré un conejo, ¿será que la cocinera quiera hacerlo a la naranja?” Aquello era mentira, sin embargo, se permitía soñar con alguna cena elaborada después de estar lejos de casa. “Tendré que sobornarla, ¿qué opinas?”
#int. marlonwho#w:marlon#jajajajaja#dice cherry que donde tiene cautivo al pobre conejito bc lo va a salvar :(
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solcrian: FLASHBACK !!!
“Ah, ¿así tan fácil? Me ofende que ni siquiera hayas intentado luchar por mí.” Dramatiza, claro, pero la sonrisa en sus facciones no parece querer ser cómplice de la exageración en sus palabras, delatando fácilmente que sólo bromea. Mantiene sus orbes en el camino, echándole miradas de reojo a la fémina y arqueando una ceja ante su negativa. “Oh, vamos, ¿le temes al éxito y por eso te quedarás con tu equipo de segunda? Ni siquiera tienen un capitán tan atractivo…” Juega, porque debe admitir que los rizos del moreno sí contaban con cierto encanto natural, además era demasiado chill. Pero ese no era el punto y no iba a admitir aquello a viva voz, no cuando quería seguir divirtiéndose con el tema. “¿Y enserio crees que esas son todas mis cartas?” Repetidas negaciones con su cabeza, acompañadas de un chasqueo con la lengua. “Pero todavía no he intentado nada.” Hace un puchero. “Y ninguna otra es tan bonita como tú, así que no conviene cambiar de objetivo.”
“Hmm, no sabía que tenía que luchar por algo. No te obligaré a hablarme si no quieres.” Se encoge de hombros mientras camina, mirando de soslayo al muchacho. Una sonrisita se extiende en sus comisuras, pícara, ella también podía jugar al juego de ‘estoy desinteresada y no me importa’ y por un rato. “No le temo al éxito, cariño. El equipo rojo ha ganado por dos años consecutivos, creo que quien le teme al éxito eres tú. ¡Y qué dices! Rowen es el capitán más guapo de todo el campamento.” Se mordió el labio para contener una risita, si consideraba apuesto a su capitán pero había exagerado un poco el calificativo para herir un poco el ego de su acompañante. “No, estoy segura que tienes alguna más bajo la manga pero ya me has advertido, no me tomarías desprevenida.” Se carcajeó enseguida al escuchar la respuesta del mayor, sacudiendo su cabeza en desaprobación, chasqueó la lengua y frunció los labios, deteniéndose al tenerle de frente. “Qué triste, ¿en serio usaste la carta de nadie es más bonita que tú? Estoy segura que es lo que le dices a todas las chicas.”
#int. solcrian#w:derian#JAJAJAJA#eso es como incesto dudee#por eso dicen que no dejes pa' mañana lo que puedes hacer hoy :(#btw hola bitch
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reginaldbattrick:
flashback!
Suspiró hondo y el cigarrillo volvió entre sus labios. Justamente por eso la percepción del joven hombre con respecto a que la pelirroja era una adolescente todavía. A pesar de que fue genuino su interés por ella en su momento y la atracción, Reggie nunca contempló un futuro. Se interponía el realismo que había vivido desde muy pequeño como para incitar la fantasía de un romance tan duradero. Cherry era menor de edad, incluso en su país natal. Para él su trabajo era muy importante y ciertamente el sacrificio a lo Romeo no cuadraba con él. Se preguntaba si un hombre de carne y hueso coincidiría con ese concepto del romance tan absurdo. Y ese era precisamente problema con el personaje para criticarlo de manera tan feroz, Romeo era un adolescente al igual que lo era Julieta. Vaya desastre. Mientras tanto la inglesa podría defenderse con la idea de que sus pasatiempos contradecían a los de su generación, porque Reginald los recordaba bien, mas no por ser diferente al resto era menos adolescente. Hasta que la amargura de las adversidades de la adultez no corrompiera parte de su espíritu y los recuerdos le arrebaten cansancio por las noches, es ahí cuando el castaño comenzaría a creer que había dejado la adolescencia por fin. Sin embargo, dos años atrás habría jurado que ambos estaban en la misma página… ¡Qué giros del destino! Aunque él no creía propiamente en este. Pero sí estaba consciente de cada uno residía en su propia isla y nada podía hacerse. Sus labios delinearon una especie de sonrisa torcida conforme la escuchó hablar, parpadeando. “El primer amor.” Repitió con suavidad, la atención de sus orbes fija en la noche sobre el terreno acuoso. “Habría sido más fácil para mí que siguieras pensando eso, la verdad. Me habría evitado esta charla incómoda y los recuerdos… de lo que ha pasado en estos últimos años.” Caló del cilindro entre dedos diestros, expulsando el humo segundos después. “Pero no va conmigo. No fui educado con esos valores y francamente nunca jugaría con una mujer. Es faltarle el respeto a la memoria de mamá.” Agregó, echándole a la de hebras rojizas un breve vistazo. “Es que no puedo dejar de pensar en ella. En lo que hice y en lo que no hice. En que mereció una vida mejor. Y apesta cualquier conclusión, ella ya no está.”
Estaba en la naturaleza de la fémina ser romántica, no podía cambiarlo salvo tal vez modificarlo. Había sido antes una idealista de lo que la palabra ‘amor’ significaba, ahora ya con sus casi veinte años podía decir que lo veía desde otra perspectiva, una más realista. El amor no duraba por siempre cómo en las películas y novelas promovían. Según había leído el enamoramiento apenas duraba unos meses, el amor era más fuerte que eso y dependía de muchos factores. Al ser joven tal vez no los comprendía todos, pese a considerarse una persona madura no podía compararse con su madre, por ejemplo, pues cómo bien se dice: los años traen consigo sabiduría y a ella le faltaba aun mucho por recorrer pero iba por buen camino. “Si, hubiera sido más fácil. Lo sé.” Concordó con el mayor, aun recordaba los nervios que sintió todo el día al pensar en su reunión nocturna con él, en lo que hablarían, en lo que podría significar, etc., ahora los nervios se habían disipado, tal vez la tranquilidad de la noche era contagiosa después de todo. “No hubiera sido maduro.” Agregó. Y lo decía por ambas partes, era claro que tenían que cerrar ese capítulo para poder seguir avanzando, lo necesitaban para cerrar la herida y dejarla cicatrizar, al menos ella lo necesitaba. “Me alegra escuchar eso. Estoy segura ella estaría orgullosa de verte.” Subió los pies de vuelta al muelle y encogió las piernas, rodeándolas con los brazos. “No la conocí pero a ti si. Hizo un buen trabajo.” Murmuró, girando brevemente el rostro en su dirección. “Pero tu estás aquí y... No lo sé, Reggie. No te lamentes por lo que no estuvo en tus manos, la culpa no es buena compañía. Necesitas perdonarte y perdonar a quienes tengas que.” Repitió las palabras que su terapeuta le había dicho no hacía mucho lo que ocasionó que se riera un poco y mordiera su labio. “Es difícil, créeme. Yo aun no logro perdonar a mi padre y en el fondo sigo sintiéndome culpable y es difícil deshacerte de ese virus pero debes intentarlo. Por ti. Por ella.”
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‘
#abrir o no abrir starter con cherry#he ahí el dilema#decisiones decisiones#*thinking emoji*#¡nunca he abierto con ella!#jajajaja#*rueda por el dash*
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reginaldbattrick:
Flashback!
“Tenías… Tienes derecho en estar molesta.” Movió la cabeza, asintiendo paulatinamente. “Seguramente otro en mi lugar habría buscado hacer las cosas de forma que nadie saliera lastimado. Reconozco que mi egoísmo estuvo mal y me disculpo.” Caló del cigarrillo, sus orbes fijos en el lago mientras el humo salía expulsado suavemente por sus labios. “El pasado es lo que es. Sí.” Le parecía que había más que explicar de su parte, pero no sabía cómo y también los vocablos femeninos en respuesta lo distraían. Imágenes de hace dos años aparecían en su mente; esa noche no era la primera en que ambos se sentaban en el muelle y platicaban. Por aquella época, llegó a fiarse de que en su vida no habría más inconvenientes, que las secuelas psicológicas de crecer sin un padre y tener un medio hermano adicto al alcohol bastaban para entender que no se podía tener todo y que la perfección no es un concepto real. Pero se equivocó. Ahora descubría que no sabía nada, que ni siquiera los estudios servían para la fortaleza y que ciertamente conocía muy poco de sí mismo. Se juró simbolizar una diferencia entre él y Harry. Y en efecto lo era, pero con aquel objeto de vicio entre los dedos, ¿qué intentaba demostrar? Sentirse desdichado era minorizarlo. Estaba a la deriva. Su madre desde que era pequeño fue su brújula y su razón para seguir adelante. Cuando llegaba el día del padre y Norman Battrick no era más que una fotografía en el periódico, los brazos de su progenitora estaban allí. Lo ideal era que en su hermano encontrase un hombro extra, pero a pesar de ser el mayor, Harry era de carácter frágil y Reginald se obligaba a adquirir más edad para ser el soporte de éste. Aún cuando en los últimos meses no se hablaran, era al joven hombre a quien llamaban para que lo fuera a recoger y ordenara sus desastres. No podía confiar en Bill. “Técnicamente sí lo eres. Aún eres una adolescente.” No pudo evitar comentar el académico interno. Suspiró entonces y rodó los ojos, el dato no iba a lugar. La calidez deslizándose sobre sus mejillas fue lo que ayudó a percatar lo que ocurría y respingó la nariz, limpiándose con dígitos siniestros cualquier rastro de vulnerabilidad. Y simplemente asintión tras las palabras ajenas. “Yo… No quiero que pienses que lo que pasó entre nosotros no significó nada para mí. Tú eres una excepción, Cherry Fleming.” Pestañeó. “Sí, yo sentí algo. Algo bueno.” Agregó, acercándose el cilindro a la boca, pero sin atrever a mirarla. “La última vez que sentí algo bueno.”
Suspiró y se encogió de hombros, restándole importancia a las palabras del hombre. ¿Tenía derecho? Si, ¡claro que si! Dos años su mente creo historias para llenar el vacío que él dejó a su paso buscando de esa forma reconfortarla aunque sea un poco pero muy en el fondo ese vacío siempre prevaleció, la espinita que le decía por las noches que no conocía su versión de los hechos. Pero había pasado ya mucho tiempo, ¿por qué seguir molesta por algo que aseguraba haber dejado atrás? Durante todo ese tiempo nunca habló de él con nadie, no cuando se trató siempre de alguien mayor que ella además de que estaba avergonzada, no era como el resto de sus compañeras que se sentían seguras con sus decisiones y no se inmutaban en encontrar una nueva pareja cada mes, que vivían su sexualidad libremente. No, ella traía pensamientos muy conservadores arraigados en dónde la sociedad no toma en cuenta a las mujeres que pierden su inocencia antes del matrimonio. “Hubo un tiempo que imaginé las cosas diferentes, ¿sabes? Hubieras y posibilidades. Ahora no veo cómo podría ser diferente así que... Está bien. Ambos cometimos errores, ¿ves? Y no podría guardarte rencor aunque lo quisiera.” Melancólica sonrisa curvó apenas sus labios y casi enseguida, sus ojos quedaron en blanco. No, se rehusaba a ser una adolescente. “Te��ricamente, tal vez. Pero nunca lo fui mentalmente. Al menos no lo viví como la mayoría.” Buscó explicar. Y es que era verdad, ese sentir de ser un alma vieja, diferente al resto de las chicas de su clase siempre la hizo sentir ‘un bicho raro’ pues mientras sus amistades acudían a fiestas, ligaban, etc. ella se dedicaba a su arte, a leer, escuchar música, ir a conciertos con sus padres —tradición que continuó con su madre tras el divorcio—, viajes y noches bohemias. Su madre siempre decía que por su forma de pensar debía tener sus treintas. Los ojos de la castaña parpadearon atónitos por sus palabras y enseguida giró el rostro, su vista fijándose de vuelta al lago y perdiéndose en el reflejo de la luna que marcaba un camino justo hacia ellos. Tragó saliva, sus ojos empañándose. Sorbió de su nariz y sonrió, mecanismo de defensa activándose. Buscó limpiar sus lagrimas y asintió. “Por mucho tiempo me aferré a la idea de que sólo fui... Una aventura o qué se yo. Mientras que tú para mi fuiste mi primer amor. Fue especial y mágico pero el verano acabó. Estar aquí contigo me hizo olvidar mis problemas en casa, me diste una nueva perspectiva y te lo agradezco. Incluso, pese a nunca contestar ninguna de mis cartas con el simple hecho de tener a quién escribirle y contarle lo que ocurría fue un desahogo...”
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reginaldbattrick:
flashback!
De tener una piedrecilla entre sus digítos, la habría lanzado al agua con tal de postergar el inicio de la conversación. Profirió un sonoro suspiro, achicando sus orbes. Relamió sus labios; el cigarro en su diestra, sin saber si encenderlo o no. Era la primera vez que Cherry lo vería fumar. De hecho, no mostraría el nuevo vicio a la menor de no ser porque sabía que su explicación acrecentaría la ansiedad y era preciso aferrarse a todo lo que tenía en de sus posibilidades para no echarse para atrás. Además, era de noche y la noche siempre sentaba mal a las almas inconformes. Finalmente cedió, la mecha del encendedor la acercó al cilindro y este fue aspirado por sus labios. No podía recordar cómo fue la primera vez haciéndolo. Reggie nunca sintió curiosidad al tabaco en la adolescencia, así que su experiencia era nula antes de la primera noche. Pero una vez transcurrida, fue como si estuviera hecho a la medida y ahora era difícil de frenarse. Le proporcionaba el confort que ninguna otra cosa o persona. “Lo siento. Estuvo mal no responder tus cartas.” Sus oceánicos sin despegarse de la oscuridad en el lago, su diestra llevando el tubito de vuelta para calarlo. “Va a escucharse muy vago, pero no tenía cabeza para hacerlo. Mi mundo cambiaba día a día y el simple hecho de sentarme a responder una carta, no lo sé… Ni siquiera encontraba las palabras, Cherry. Mi madre se estaba muriendo. Mis prioridades cambiaron y mi hermano… Él no me ayudaba en casi nada. ¡Todo lo tuve que hacer yo!” Exclamó en un gruñido, mero fallo de su subconsciente, la humedad asomándose en sus pupilas. “Así que, una vez más, lo siento por exaltarme la noche de la fogata. Pero con lo que he pasado, los reclamos no me vienen bien.“ Aspiró una vez más del cigarrillo, expulsando el humo por las fosas nasales. “¿Quieres un consejo? Aprovecha lo que queda de tu adolescencia. Después las cosas se ponen feas.”
Aferró sus manos a la orilla del muelle, su mirada recaía en sus pies que balanceaba lentamente. Todo estaba en silencio salvo el suave ondeo de los árboles con el roce del viento y el canto de un búho que cantaba en la oscuridad. Giró el rostro en dirección al mayor al sentir el humo de su cigarrillo penetrar sus fosas nasales, frunció el ceño apenas, ¿fumaba? Parpadeó confusa, apartando la mirada de vuelta hacia el horizonte y contuvo un suspiro, preguntándose si en el corto tiempo que compartieron juntos realmente había llegado a conocer al hombre o sólo se había forjado una idea de él al proyectar lo que ella buscaba tan desesperadamente en ese momento. Jugueteó con su cabello de nuevo, un tic al que recurría mucho cuando se sentía incómoda o nerviosa. Buscó su mirada al escucharlo pero no demoró más de tres segundos antes de volver a posar sus orbes de vuelta al horizonte. Escuchó sus apalabras con detenimiento, escogiendo no interrumpir hasta que el castaño finalizara. Procesando. Soltó un suspiro, sintiendo la necesidad de tal vez buscar su mano y darle un fuerte apretón, ¡lo que sea! Quería consolarlo, hubiera querido estar ahí cuando más lo necesitó pero, ¿de qué servía ahora? Si pese a decir que lo entendía en el fondo su silencio la mató lentamente. Finalmente asintió lentamente con la cabeza, un nudo apretaba su garganta más se esforzó por tragarlo y antes de hablar, carraspeó ligeramente su garganta. “Está bien. Yo... Creía haber dejado todo eso atrás hasta que te vi la noche de la fogata.” Murmuró, encogiéndose de hombros. Una apenada sonrisa asomándose por sus comisuras. “Siento haber hecho una escena, es fácil culpar al alcohol pero la verdad es que lo usé como un escudo y... Pasó lo que pasó.” Una pequeña risita brotó de sus labios, ladeó ligeramente la cabeza y le miró de soslayo. “No podemos cambiar el pasado, ¿cierto?” De poderlo la pelirroja cambiaría todo, desde el principio pero ¿de qué servía fantasear con una realidad alternativa? No existía ninguna maquina del tiempo que le permitiera hacer eso cómo en las películas. “Debí saber mejor. Era más joven, idealista... ¿soñadora? Ahora, bueno... Soy más realista. Ya no soy una adolescente.” La Cherry que él conoció dos años atrás ni siquiera había sido la Cherry que fue durante mucho tiempo, no, había estado en transición desde el momento en que subió a ese avión y aterrizó en otro continente. “Lamento mucho lo de tu madre, en serio que si. Lo siento tanto.” Buscó entonces su mirada, esperando.
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No sabía cuanto tiempo llevaban ya separados del grupo pero parecía una eternidad. No quería sucumbir al pánico pero el nervio latente en su pecho le decía que estaban perdidos y que debía preocuparse en serio y dejar de aparentar tranquilidad que no sentía. Pero estaba igual que el muchacho, sus pies ya dolían y las piernas las sentía entumecidas a ese punto, los labios se le pegaban por la sed que sentía y la cabeza latía punzante ante la carga excesiva de sol. Sus rojizas hebras ardían como el mismo fuego. Se dejó caer al ver que su compañero se rendía, agradeciendo en silencio el descanso en sus pies. Buscó su cantimplora en su bolsa y bebió apenas un par de tragos cuando una solitaria gota cayó en sus labios anunciando que se había quedado sin agua. “Genial.” Masculló y soltó un gruñido, dejando caer la cabeza entre sus manos. “Quiero quedarme aquí, esperar a que me encuentren y me carguen de regreso, no creo aguantar dar paso más.”
Las similitudes se volvían cada vez más regulares, los mismos patrones acompañando su alrededor, la naturaleza le estaba haciendo una mala jugada, el camino parecía ser infinito, adentrándose más al bosque en lugar de encontrar el camino marcado, los sonidos de los animales y sus pisadas eran lo único que quebraba el silencio. Al principio le había parecido divertido tener el control de su propia caminata, en inspeccionar el lugar pero el tiempo transcurrió, los minutos parecían horas y había perdido el control de cuanto llevaban apartados del grupo, se sentía cansado ya y la luminosidad del sol iba disminuyendo. “Tenemos que parar, mis pues me están matando.” No esperó respuesta de su compañera cuando tomó asiento en el húmedo suelo. “En un rato seguiremos, de seguro no estamos tan lejos.” No lo sabía con exactitud y realmente dudaba que fuera así pero no podría demostrar que no tenía ni una idea de donde se encontraba. // @itscharlvine
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reginaldbattrick:
flashback!
La tarde transcurrió tranquila. O al joven hombre le pareció tranquila. Debía tratarse del efecto de la natura que rodeaba al campamento, lo opuesto ciertamente a lo que se veía a diario en ciudades como Las Vegas. Cuando se dio cuenta en su reloj de mano, faltaban cinco para las doce. Desde la ventana de su habitación podía ver cómo el jardín se despoblaba, pues uno a uno los campistas también se refugiaban en la comodidad de sus cabañas. Descendía la temperatura cuando el sol finalmente se ocultaba, una característica típica del clima templado. Reggie salió de la cama, se colocó una sudadera, jaló su cajetilla y encendedor, y sigiloso abandonó la cabaña. En realidad lo único fuera de lo normal esa noche sería su encuentro con Cherry y posterior conversación con la inglesa. Porque refugiarse en la quietud frente al lago por la madrugada comenzaba a ser una costumbre. Llevaba meses con problemas para dormir, su mente no podía estar tranquila, por mucho que cerrara los ojos o se pusiera la almohada sobre la cabeza. No obstante, había algo en el agua que le provocaba somnolencia. Se iba a meter un cigarrillo en la boca cuando reconocido el crujir de la madera, el hombre giró a ver y dio asentimiento. Era ella. “Hola.” Estaba sentado, sus piernas colgaban del muelle.
El resto del día marchó como debía. Después del desayuno acudió a sus actividades, convivió con sus amigos y disfrutó de un tiempo a solas por la tarde, mirando las estrellas que poco a poco aparecían en el manto nocturno mientras escuchaba música y garabateaba en su cuaderno de dibujo. Claro que durante todo el día estuvo con ella la espinita y estuvo con el constante recordatorio de que más tarde cuando las luces se apagaran y el resto se encontrara con Morfeo ella se encontraría con él y hablarían. Aun no lograba adivinar cómo saldría aquello. Cuando por fin todos estuvieron dormidos, se levantó con sumo cuidado de la cama, se puso sus tenis y buscó su chaqueta para cubrirse. Creyó ver a uno de sus compañeros removerse cuando abrió la puerta pero tras esperar unos segundos, salió con cautela y acudió a su encuentro. Al divisarlo sentado en la orilla del muelle sintió ganas de dársela la media vuelta y dejarlo plantado, ¡no estaba preparada para esa charla! Ni física ni emocionalmente. Se acercó en silencio siendo el crujir de la madera el que la delatara. Respiró hondo y sonrió de lado, ligeramente y murmuró: “Hola.” Buscó sentarse a su lado, dejando que sus pies también colgaran del muelle y acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja con la mirada fija en el reflejo de la luna sobre el agua. ¿Qué debía decir ahora?
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abidarte:
Melodías bañadas en jocosidad se cuelan en hendidura auditiva, profundidades café buscan hebras en fuego, provocadora de comisuras en alza y piezas dentales que son enseñadas en despreocupación. “ si tan interesada están en serpientes podemos encontrar algunas cerca del lago ” invita, movimiento de cabeza que llama a continuación de andar, sorna característica que sólo logra titular la ironía / exageración que labios profesan en discurso. “ ¿o prefieres que vengan a buscarte? ” la interrogante se tiñe en seriedad, ceja se eleva en desafío simulado y manos buscan espacio sobre huinchas de mochila.
Se rió un poco más, tal vez eran los nervios a flor de piel o la tensión acumulada durante la semana por fin buscaba una forma de expresarse y aliviarse. Sacudió ligeramente la cabeza en negación, el horror tiñendo sus finas facciones. “Ninguna de las dos, gracias.” Trotó apenas un par de metros hasta alcanzarle y acompañar su ritmo a medida que caminaban. “No soy fan de las serpientes, es sólo que por un momento pensé que una saltaría hacia nosotros mostrando sus colmillos y buscaría hincarlos en nuestros cuellos.” Si, un tanto exagerado pero era su miedo irracional hablando.
#int. abidarte#w:aitor#jajajajaja#lo sientoooo :(#pero si hubiera sido un león#serían la cenaaaa#JAJAJA
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frcnco:
“¿No estabas muriéndote también de sed? No todo es mi culpa.” hombros se alzan a la par, resoplido que deja fauces y nuevamente desecha todo error de hombros. Mirada gira una vez, esperanzado al finalmente notar un rastro de huella en la tierra. “¿Eso es de un animal o un humano?” pasos cortan lejanía y orbes alternan entre la huella y su compañera.
“Sí pero... Vale, ambos somos culpables, ¿okay? Responsabilidad compartida.” Señaló, esperando tranquilizarse y fijar su concentración en buscar cómo salir de ahí y reencontrarse con el resto del grupo. Pelear con el chico no era para nada beneficioso para lo que buscaban. “Ehh...”Se acercó y achicó la mirada en dirección a la huella, se agachó y pasó los dedos entre el pasto que cubría un poco de la huella encontrando la forma de una bota ahí. “Es humano. Estamos bien, ¿ves otro?”
#int. frcnco#w:franco#omg really?#nos sentimos halagadas ah#asjaksaks#bieeen#todo por aquí tranqui#que tal por ahí?!
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dvfleur:
Anatomía se mantuvo inmóvil, cámara fotográfica lucía sobre entrecejo, iris transcendían mirada tras el lente; cual lograba divisar emblemática escena. Índice resaltó el movimiento del botón grande, proveniente a capturar los movimientos del ave que se disponía a abatir sus alas contra el viento, descendiendo por los cielos. Fotografías salieron de la franja baja del objeto que sostenía entre sus manos, siendo atraídas por sus falanges para movilizarlas y recrear la gama de colores que dibujaría su imagen. “No me quedo atrás.” comentó elevando su brazo a la altura adecuada para ser visualizadas a lejanía por la de hebras rojizas.
Buscó tomar una más para la colección, mas valía que sobraran a que faltaran. La chica a lado de ella se veía como una profesional con la cámara, algo le decía que con dicho objeto la castaña hacía lo que ella con el lápiz y el papel o el pincel y le lienzo en blanco. Admiró las fotografías, una sonrisa ensanchándose en sus comisuras y asintió. “¡Ya lo tienes, genial!” Justo cuando se giraba para ver el ave, el ruiseñor hacía lo suyo y buscaba agitar sus alas para posarse en la rama de otro árbol, el ave se había cansado del arduo trabajo como modelo de las chicas. Aprovechó entonces para acercarse a la chica y enseñar sus fotografías. “Tal vez estas te puedan servir también. Aunque me quedaré con ésta.” Le entregó dos y se quedó una cuya pose era muy similar a una que ya tenía la chica. “Así podré dibujarlo más tarde.”
#int. dvfleur#w:davina#*cherry se siente especial*#*y ella too*#si fueran retas?!#jajajaja#okay esa referencia no la entendí!? jajajaja#pensando si abrir o no un starter con mi otro hijo o simplemente contestar los del tag *thinking emoji*#ahhhhh#like competencia?!?!
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hjaesungs:
“¿Había algo que escuchar? Porque son las instrucciones que dan todos los años.” Dice con despreocupación, terminando por encoger sus hombros y soltar un pequeño suspiro. Lo cierto era que ha llegado tarde a la formación, pues ha tenido un pequeño problema con uno de los campistas, pero nada demasiado grave. Mantiene el mapa a su vista mientras le hace un gesto a la muchacha para caminar en dirección a la señalización marcada. “Esperemos que esto nos lleve al grupo o terminaremos más perdidos de lo que ya estamos.” Comenta, formando una mueca. Se acerca al árbol para ver si la señal tiene un número o una letra que la identifique en el mapa, desviando su mirada al papel para luego coger del brazo a la muchacha. “Mira esto. Aquí dice que es la señal A5, entonces asumo que nos encontramos en esta zona.” Apunta el lugar con el dedo en el mapa, esperando la opinión de la muchacha. “Estamos más lejos de lo que creíamos.”
“¿Si?” Dijo en tono de pregunta pero era más sarcasmo, no podía creer que no hubiera prestado atención. “Uno de los consejeros, el alto moreno con aspecto de dios griego dio la charla.” Intentó hacerle recordar, añadiendo: “Fue después del ‘manténganse unidos a su grupo y cualquier cosa informen a su guía’ o algo así.” Ella si había prestado atención, lo último que había querido era perderse y vaya, pese a escuchar había desobedecido, cómo consecuencia ahora estaba perdida. Siguió los pasos del chico, prestando atención a sus palabras y siguiendo con la mirada lo que indicaba. Asintió levemente con la cabeza y suspiró. “Okay, estamos jodidos. totalmente. ¿Qué hacemos? Podemos buscar el camino de regreso o bien, seguirnos perdiendo.”
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