irenebarajasphotos

[irenebarajasphotos]

Amazing trip to Cappadocia, Türkye It was in my bucket list to visit this fascinating place filled with history and to learn so many secrets kept in its antique constructions. From going inside the caves, to flying above their majestic mountains in the sunrise, watching so many colorful balloons dancing in the air.

It was absolutely a dream come true.

[irenebarajasphotos]

AVES DE PLAYA CERRITOS

Algunas de las aves que pude fotografiar en Cerritos, Baja california Sur. Muchas son aves migratorias que llegan del norte del continente a México, durante el invierno. Esta época era justo diciembre.

En el orden en que aparecen, creo que son:

Centzontle Paloma PinzónMexicano Colibrí Scrub-jay Chipe Oliváceo Cardenal hembra Matraca del desierto

[irenebarajasphotos]

Día de Muertos, una fiesta alegre y colorida.

Para mí, el Día de Muertos es una bella tradición que nos regala unos días para pensar y recordar a nuestra gente querida que ya partió.  Nos permite darnos el tiempo para regresar a momentos especiales que compartimos con ellos; pero además es una época de mucho colorido y donde explota la creatividad.  Cada vez más, retomamos la costumbre de poner altares. Las calles, casas y locales se llenan de flores de cempasúchil, de papel picado y las calaveras y catrinas andan vivas, andando por todos lados.

Me encanta y me asombra que en estos días la gente hace su vida normal con la cara totalmente pintada como calavera y a veces, inclusive con el vestuario completo. Así me los encuentro comiendo en fondas, caminando por las calles, tomando una junta global vía zoom en su oficina, en el cine o comprando un esquite por la calle.

En México definitivamente suceden cosas mágicas; somos resilientes, bromistas y hasta valemadristas y en estas fechas de celebraciones de Muertos todo te puede sorprender. Siendo una celebración de reconocimiento a la muerte, es a la vez la temporada más vistosa y alegre en este bello país.

[irenebarajasphotos]

A Yumi y Lester, personas generosas y honestas.

Nos quedamos en Habana Vieja, en la calle Muralla, justo entre el Capitolio y Plaza Vieja.

Principios de octubre y el calor estaba a tope, ya no es fácil calcular como estará la temporada. Como siempre, nuestros viajes son mucho caminar, observar, platicar con la gente y tomar muchas fotos, a pesar del calor o de la lluvia.  Caminando por Muralla, buscando algo que comer que estuviera un poco alejado del ajetreo de tanto turista, de pronto una chica que estaba vendiendo cigarros y demás, nos dice algo así como: “allá adelante hay un paladar, también van cubanos, para que vivan la auténtica vida cubana”. Como si nos leyera el pensamiento, era justo lo que buscábamos así que nos animamos a entrar. Era una puerta angosta, había una señora grande en la entrada vendiendo también cigarros y cositas, nos dijo si pasen es allá arriba.  Era el Restaurante Bar “El Cubano”. El lugar estaba vacío, pero era un horario extraño para comer, como las 4 pm, además se veía muy acogedor y nos recibió con una gran sonrisa amable, Lester, que después supimos que era el cocinero junto con su mamá.  Escogimos una mesita en el balcón así que estuvo muy lindo y nos recibió con un mojito y un daiquiri.  

La chica nos alcanzó, le dio risa que le hice señas de que sí subiríamos, así que tuvimos un poco de tiempo para conocerla. Se llama Yumi y es mamá de dos hermosas niñas:  Venecia y Rosalía. Es maestra de salsa para niños.

“El Cubano” fue una gran recomendación, comimos a un precio muy accesible, comida deliciosa y casera:  escogimos el tradicional platillo Ropa Vieja y pollo frito.

Era nuestro penúltimo día, pero como Yumi vivía cerca de la casa donde nos hospedamos, la encontramos nuevamente en la noche y conocimos a su hija mayor que tenía fiebre, así que regresamos con paracetamol.  Al día siguiente volvimos para despedirnos y dejarle algunos detalles, si hubiéramos estado más tiempo seguro hubiera sido muy difícil la despedida, pues la sentimos tan cálida y cercana que fue conocer a una amiga en solo unas horas de convivencia.  Y seguro que Yumi tiene una gran historia de vida que no alcancé a conocer.

[irenebarajasphotos]

Gobelinos de la tía Chayito

En un viaje reciente a Aguascalientes, de donde es mi abuela materna, en el último momento después de varios días de visitas con con reencuentros, momentos de hermosas emociones, recuerdos y sobre todo mucho amor de familia. En el instante de la despedida, mi tía saca del "baúl de los recuerdos" estos bellos gobelinos (yo no conocía ni siquiera el término). Me sorprendió el detalle y la calidad de cada uno de ellos, y me enteré que es su hobbie desde hace muchos años.

Con ganas de regalarles un poquito de esa emoción que me dio admirar su arte y dedicación, comparto algunos de sus trabajos.

[irenebarajasphotos]

2 de noviembre del 2020, no fue un festejo como lo acostumbramos en México. No pudimos reunirnos en los panteones, ni llevar mariachis, ni comer y beber al lado de las tumbas de nuestros muertos, pero el festejo no se ignoró pues hubieron muchos altares en las casas así que no se pasó por alto tan bella tradición de no olvidarnos de los que ya partieron. 

Con esta serie me uno al proyecto de mi tía Mónica Bustos, maquillista profesional, quien cada año muy a su manera honra la fecha creando maravillosas catrinas. Tuvimos esta afortunada locación para llevar a nuestra catrina (Raquel Bustos, mi hermana) a pasear entre las tumbas, días antes del festejo de muertos, en este panteón aún solitario, esperando a ser visitado por los cientos que cada año acostumbran asistir.  Este año no sucedió.

A la distancia honrando a los muertos, festejando la tradición y siguiendo las indicaciones para superar esta pandemia.

[irenebarajasphotos]

Kioskos Covid instalados en la CdMx en zonas de alto riesgo desde mediados de julio. 

Toman todas las medidas para que el proceso sea seguro. Primero te enseñan a lavarte las manos a conciencia, después te toman la temperatura y te dan gel antes de ingresar. Al entrar llenas un cuestionario antes de pasar a realizarte la prueba de manera gratuita, los resultados te los darán en 6 días máximo.  Lo último es pasar por medicamentos que  también son gratuitos. Todo el personal está perfectamente protegido y  hay personas  dedicadas a desinfectar absolutamente cada rincón dentro y alrededor del kiosko. Me sorprendió la eficiencia y la atención. ¡Felicidades!

[irenebarajasphotos]

MUCHAS GRACIAS  a cada uno de los que adquirieron una de mis fotografías “vintage” para apoyar a la recuperación de nuestro equipo.  Afortunadamente el trabajo no nos ha faltado así que vamos poco a poco recuperándonos.

Me da mucha alegría saber que estas fotos estarán con gente querida pues marcan una parte importante de mi formación como fotógrafa. Cada una es parte de algún proyecto que en su momento fue determinante para mi, siempre pensando en especializarme en fotografía documental.  Agradezco también a la gente que se cruzó en mi camino para permitirme realizar estos proyectos. En la Sierra Tarahumara fue gracias a que mi tía Estela me contactó con el padre Fernando que estaba en Guachochi, en dos ocasiones fui con el a regiones rarámuris.  En Matraca (Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y de la Calle) me acerqué como voluntaria y me convertí en su “documentalista” de algunos eventos e inclusive del trabajo de los niños en la calle, fueron 3 años de cercanía hermosos de mucha convivencia y aprendizaje.  En el Asilo Sayago, el director en su momento, me permitió hacer retratos solo en  las áreas comunes, pero poco a poco fui ganando su confianza hasta poder estar en todos lados:  las habitaciones, el comedor, etc. A veces solo iba a platicar con los viejitos y no hacía ni un solo disparo, tengo historias y recuerdos muy bonitos.  En una ocasión me acompañaron varios amigos de la Facultad de Artes Plásticas a regalarles un día de arte: Moni y Lalo a pintar un muro en el jardín con la temática que l@s viejit@s pedían, Toño con su violín a las complacencias, Siscu y yo a registrar los momentos. La Hacienda de Pacho, cuando se mantenía casi intacta aún, gracias a mi querida amiga Brigida Villafán y a Emiliano Duering que me invitaron a participar en un proyecto de encuentro Arquitectura / Fotografía (Despacios se llamaba),

En fin muchas gracias a todos porque ahora se quedan con un pedacito de recuerdo heredado, bueno comprado y  de verdad gracias infinitas por apreciarlo, por querernos y apoyarnos.

[irenebarajasphotos]

La batalla entre un tumor y el Covid-19

Es algo “inusual” dijo el doctor, no es extraño, pero tampoco común, digamos que es “inusual”. Este fue el tercer diagnóstico que recibía y el que me arrastraría hasta el gélido quirófano. Lo que fue “inusual” fue ese maldito dictamen que me cimbraba en los oídos, sin embargo no alcanzaba a hacerme sentido en la cabeza, no podía asimilarlo. ¿Cómo es que eso podía estar sucediendo en mi cuerpo? ¿Dónde estaban los síntomas? ¿No tendría que sufrir molestias, dolores? Yo no sentía absolutamente nada diferente, solo había aparecido de repente una bolita en mi pierna, aparentemente inofensiva pero indicaba dónde vivía el tumor. Me la quitaron cuatro médicos que expurgaban mi pierna, ¡cuatro! Aún así quedaron unas cuantas células que pretendían seguir ocupando  mi cuerpo. No iba a tolerar eso.

Y así es como empecé este infame año 2020.

No me gusta quebrarme ante las adversidades pero tampoco cerrar los ojos, así que puse mi cabeza en alto aunque mis piernas temblaran. Diagnóstico postoperatorio: “Tendrás que recibir 33 sesiones de radioterapia”, ese se suponía que era un panorama optimista. Sentí pánico de tener que someterme diariamente a una máquina que me remitía a una nave espacial, como abducida por extraterrestres. No había opción así que comenzó el viacrucis “sanador”. El aperitivo era una hora soportando la pesadez del tráfico, los taxistas cafres con la mano pegada al claxon, una patrulla bloqueando cada día (arbitrariamente) el carril izquierdo, el mismo tono gris del ambiente y los constantes anuncios en la radio con voces  chillonas e insistentes queriéndome seducir con ofertas de supermercados y tiendas departamentales.  Los días avanzaban lentamente  como una melaza subiendo el Everest.  

Ya sólo faltaban 10 sesiones más, lentamente la melaza seguía avanzando.

El contenido en la radio comenzó a cambiar, escuchaba cada vez más “últimas  noticias” y cada vez menos anuncios con voces plásticas y agudas. “Un virus en China…” decían, el suceso me parecía tan distante.

Faltaban 8 días de tratamiento “de ciencia ficción”. En la radio: “El virus paraliza las góndolas de Venecia. No más farra en España por tiempo indefinido. El Primer Ministro de Inglaterra esta en condición critica por el coronavirus.” Los días avanzaban y el último día de febrero nos llegó la tremenda noticia:  “Covid-19 aterrizó en México”. Desconcierto.

La gotera para vaciar el espacio público de la gran urbe de lo que fue la Gran Tenochtitlán, empezó la tercera semana de marzo. Hubo un reemplazo paulatino de los gritos de los motores por los cantos de las tórtolas.  Para mi era una tensa carrera para acabar con mis visitas a la maquina de ciencia ficción. El ejército microscópico invasor no iba a subvertir mi cruzada contra las células en resistencia. No señores. Faltaban 5 días más de tratamiento y la sensación de culpa me consumió por haber deseado una ciudad vacía para que mi trayecto hasta el hospital estuviera libre de tráfico, ahora se estaba transformando en ciudad fantasma y extrañé todo lo que antes odié.  

¡Por fin llegó el último día! El camino estuvo despejado, llegué en 15 minutos. Entré, recibí el último ritual con la máquina de “ciencia ficción” que experimentaba lanzando a mi pierna marcada con líneas negras, sus ondas invisibles de radio. Y me despedí. Lo logré, por un instante sentí que había ganado esta batalla, cuando la voz de la doctora me arrastró de vuelta a la realidad: “Tienes que regresar en 2 meses para verificar con unos estudios, que todo haya salido bien.”

De manera simultánea vivía la Gran Batalla: el ejército del virus invasor tomó la gran Tenochtitlan. A quedarse en casa y comenzar a vivir el purgatorio: estar en cuarentena total para evitar que “ese virus” entrara en mi cuerpo y con la posibilidad de tener aún células malignas habitándome. Tuve que parar y respirar, no había opción.

Pasaron los dos meses después de haber andado kilómetros dentro de mi departamento de 70 metros cuadrados y una mañana, mientras las tórtolas cantaban en el árbol de hule frente de mi ventana, sonó el teléfono. “Buenos días, no hay necesidad de que vengas a la cita, ya revisé tus resultados y dieron negativo”.  Incertidumbre… cuando hablas con un doctor sobre estos temas todo es el opuesto: negativo realmente es positivo y positivo realmente es negativo. Pero la noticia fue positiva, es decir buena porque el resultado médico fue negativo. ¿Quedó claro?

¡Lo había logrado! Colgué. ¡Y grité a las tórtolas “¡Gané!”

Fotografías: Irene Barajas

[irenebarajasphotos]

Doña Lupita, mazahua

La señora Lupita es mazahua del Estado de México y aunque sus hijas ya no hablan el idioma si se preocupan por mantener sus tradiciones. 

En la boda de su hija Mari con Gregorio, doña Lupita estuvo pendiente de muchos detalles para el evento: hizo el collar de flores para los novios, preparó los tamales de varios sabores, dulces y salados,  estuvo pendiente del arreglo de su hija.Y en la ceremonia fue ella la encargada, al lado de su consuegra, de la bendición tradicional con incienso y flores.  Doña Lupita es el alma de la familia, con una energía inagotable y una sonrisa constante. En cuanto comenzaron a tocar los músicos afuera de la iglesia para recibir a los recién casados, ella se animó a sacar a bailar al novio y no paró de brincar en todo el camino que iba de la iglesia a la fiesta y llegando al valle,  todavía tenía suficiente energía para bailar cargando un guajolote de por lo menos 7 kilos. No sé si tanta vitalidad será herencia materna, pero ahí estuvo también presente su mamá, a la cabeza de lo que hoy son 5 generaciones de mujeres vibrantes.

[irenebarajasphotos]

Las miradas de las Mujeres en la Marcha Feminista Cd Mx 8M

Las miradas pueden decir mucho más que las palabras, hoy muchas salieron a expresar el enojo que sienten.

[irenebarajasphotos]

MARCHA DE MUJERES CDMX 8 DE MAYO

Hoy miles de mujeres en México salimos a marchar porque estamos hartas de tanta violencia, desigualdad y miedo. De todas las edades, de todas las clases sociales, de distintos orígenes, miles de mujeres, hombro con hombro gritando con una misma intención.

[irenebarajasphotos]

Se terminó un gran año, 2019

2019 fue para mi un gran año, con mucho trabajo y sobre todo con muchos viajes de trabajo, que es lo  que más me puede gustar en la vida,

acompañada de mi cámara y siempre dispuesta descubrir, a vivir nuevas experiencias y conocer personas. Sobre todo me encantan  los viajes de carretera, pues se puede apreciar el paisaje, los diferentes climas que cambian la vegetación y la fauna.  A pesar de que se ha vuelto difícil viajar por carreteras en México,  yo tuve la fortuna, junto con todos mis compañeros de aventura, de pasarla muy bien, sin percances, claro a veces preocupados por distintas circunstancias: cuestiones políticas,  pero también por la falta de inversión en los caminos. 

Nos tocaron carreteras muy peligrosas, con muchos baches, a punto de desbarrancarse o con deslaves, además de muchos retenes militares y de policía, encuentros con la guardia civil, autodefensas y halcones, pero siempre al final del camino, nos esperaban historias grandiosas, con personas lindas haciendo trabajos maravillosos. Y cada uno de los caminos( que si no hubiera sido obligada por el trabajo, no me hubiera ni siquiera atrevido a considerarlos)  me regalaron paisajes  espléndidos.

Viajé por todo el país de Norte a Sur, pasando por todo el centro, pudiendo apreciar las maravillas naturales y culturales que tenemos, por lo que hoy quiero cuidar cada lugarcito con mucho más amor. También tuve el privilegio de viajara a Costa Rica y a Turquía, y asombrarme con otras culturas, tan diversas y tan bellas.

Todo esto merecía una ofrenda o un sacrificio.  Tanto amor por parte del universo necesitaba ser recompensado de alguna manera y el día 26 entré a quirófano, como una llamada de atención de la vida, para sentir en lo más profundo de mi ser y con toda la conciencia,  lo agradecida que estoy por tantos regalos del universo. Y no puedo sentirme más feliz, agradecida y consentida porque cierro el año con la certeza de estar bien y ser afortunada por estar viva y viviendo mis sueños proyectados desde pequeña.

[irenebarajasphotos]

Desde Tula Tamaulipas, hasta Papantla Veracruz.

Disfrutando de paisajes, cultura, comida... en un pequeño y rápido road trip haciendo retratos de artesanos, que con esas manos maravillosas crean el arte popular mexicano del que nos sentimos tan orgullosos.

En esta rápida ruta de tan solo 6 días, además de conocer a estos talentosos artistas, pude disfrutar de sitios maravillosos, pasando por Tula Tamaulipas,  San Luis Potosí, Santa María del Río, Santa María Acapulco en un rinconcito recóndito de la huasteca y encontrarme con esa hermosa iglesia del S. XVI y que tristemente sufrió un grave incendio hace 10 años que  a punto estuvo de terminar con ella. Después atravesar por carretera paisajes hermosos para llegar al mágico Xilitla.  Luego a Huejuytla de los Reyes, para de pasada visitar artesanos en San Pedro Coyutla y finalmente a Papantla, Veracruz, aprovechando la visita al impresionante sitio arqueológico de Tajín.  Y agradecer por esta emocionante y hermosa travesía.

[irenebarajasphotos]

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS

San Cristóbal de las Casas, se trata de calles empedradas, iglesias, artesanías y una constante convivencia entre indígenas y turistas, que llegan con el ánimo de ver cómo es ese mítico lugar donde comenzó la batalla del EZLN en 1994 y los indígenas aprovechan para generar una forma de vida a través del comercio de su trabajo manual, creativo y colorido. 

7 años después de mi último paso rápido por SanCris, ahora lo sentí con mucho tráfico, mucha vendimia y muchos turistas… y sin neblina. Todo aquí permite que vayan naciendo híbridos culturales: las casas coloniales que mantienen sus techos de teja roja, comienzan a llenarse con graffiti, las iglesias (ahora en restauración por el temblor del 2017) conviven con puestos de artesanía a unos pasos, los turistas e indígenas cruzando en todo momento sus pasos. 

Las calles angostas y escaleras que parecen eternas, que me invitan a explorarlas queriendo averiguar a dónde me van a llevar. 

La luz en San Cristóbal es especialmente bella, y al atardecer su catedral amarilla parece explotar de color mientras su cielo se va pintado de los colores del arcoiris dejando trazos que se funden con las nubes.

[irenebarajasphotos]

Un día con los 5 sentidos en el Puerto de Veracruz

Llevamos 5 horas de camino en carretera desde la Ciudad de México; acabamos de pasar la última caseta y decido bajar la ventana para sentir el olor a mar y el viento cálido. Estamos llegando finalmente al hermoso Puerto de Veracruz.  

Este fue uno de los primeros asentamientos de los españoles en el S. XVI, cuando el explorador Hernán Cortés llegó a estas tierras. Hoy es el puerto comercial más importante de México y una de las principales ciudades para entender el origen e historia de México. 

Lo maravilloso del Puerto de Veracruz es que todo en él cautiva tus cinco sentidos, por lo que resulta excelente para explorar los deleites de la comida típica mexicana, tomando en cuenta que cada región del país tiene su especialidad y no encontrarás lo mismo en el norte, centro o sur. Podemos comenzar con un desayuno en los Portales: café lechero acompañado de una bomba con nata y, ¿porqué no?, disfrutando además de un espectáculo que te regalará en la banqueta el marimbero, un deleite no solo para los oídos sino también para la vista, pues ese tintineo que logran con el movimiento rápido de las manos tocando con las baquetas cada pieza de madera, provoca una especie de hipnosis. Y para la comida un arroz a la tumbada que hará explotar tu paladar, con sabores que mezclan una variedad de mariscos sazonados con tomate, cebolla, perejil y el “toque secreto”. 

Caminando por el malecón se puede ver San Juan de Ulúa, una fortaleza que sería desde prisión hasta palacio en distintos momentos de la historia. A solo unos minutos del puerto esta es una visita obligada: caminar por sus pasillos y habitaciones; sentir sus muros espesos, sólidos, fríos y húmedos que impiden el paso de la luz y mantienen un goteo constante que te lleva a imaginar lo difícil que sería estar prisionero en estas obscuras y húmedas habitaciones. 

Regresando al puerto, un paseo por sus calles del centro y el malecón asombrarán tus ojos y llenarán tu imaginación con toda su historia. Desde las fortalezas y construcciones coloniales hasta el barrio de la Huaca con sus casitas de madera multicolor, construidas desde hace 3 siglos cuando Veracruz era una ciudad amurallada y este barrio estaba en las afueras, hoy son 8 cuadras inmersas en el centro de la ciudad las que mantienen estas modestas pero coloridas construcciones. Aún existen algunos lavaderos públicos que te transportan en el tiempo para imaginar el eco de las voces de las mujeres lavando y murmurando chismorreo con complicidad. Fue en la Huaca donde vivió Toña la Negra, una cantante de boleros, intérprete del famoso compositor Agustín Lara. 

Y hablando de la música, en Veracruz es algo que acompañar´á tus pasos. En la Plaza Central frente al Palacio Nacional podrás escuchar danzón y ver a las parejas vestidas elegantemente para la ocasión, los hombres con guayabera, las mujeres con vestido, zapatos de tacón y un elegante abanico que utilizan para mitigar el calor con movimientos delicados sin romper el ritmo de la música. Los tríos de jarochos se pasean por las plazas públicas y restaurantes, con su guitarra, jarana y arpa, animando con sus sones a los paseantes, seguramente reconocerán al menos uno: “La Bamba”, que los hará querer pararse a bailar. En la Plazuela de la Campana cada fin de semana dan concierto gratuito los Pregoneros del Recuerdo, con más de 50 años de trayectoria, tocan principalmente son cubano con un ritmo impresionante que te provoca relajar las piernas y simplemente comenzar a bailar. Con ello concluimos nuestro día deleitando nuestros 5 sentidos: música para el oído; arquitectura para la vista y el tacto; y comida para el gusto y el olfato. 

Mientras todo esto sucede en las calles y rincones del Puerto de Veracruz, queda un mundo aparte por explorar en las profundidades de su mar: barcos hundidos, arrecifes y paisajes de coral que remiten a una escena lunática, todo un paraíso para los amantes de la vida acuática, pero esa… es otra historia.

[irenebarajasphotos]

El Muro entre Tijuana - San Diego

Nunca había estado tan cerca del muro  como para poder tocarlo, aunque en cuanto sales del aeropuerto de Tijuana, ahí está, tan cínico, tan presente, tan frío, alto, impenetrable…  es simplemente ridículo.  

El muro no existía, fue construido apenas  en 1994 durante la administración de Clinton. ¿Cómo sería en esa época cruzar la frontera? Siempre difícil por condiciones geológicas y climáticas pero no tanto por la persecución humana. Ha creado tanto racismo, intolerancia y violencia, que duele.

Ahora pude estar cerca del muro en Tijuana, en el punto donde termina,  directo en el mar, ese hermoso mar azul tan bello e inmenso!   El mar es un símbolo de libertad… ¿quién domina el mar? Ciertamente no debería ser el hombre,  sin embargo ahí está el muro que divide Estados Unidos de México, (Tijuana y San Diego)… oxidándose,   con las olas rompiendo agresivas contra sus barrotes como señal de advertencia de “Ni un paso más”.

Hay un pequeño tramo donde los sábados y domingos de 10 m a 2 pm se pueden reunir las familias,  del lado gringo, vigilados siempre por la patrulla fronteriza y con un pequeño espacio de no más de 2 metros de barda para poder comunicarse con sus familiares del lado mexicano. Además de los densos barrotes se han tejido más entramados de acero para hacer imposible cualquier contacto físico, aún con el dedo meñique, no hay ningún tipo de intercambio, ni  de cartas, dinero, mucho menos físico.  Y aún con esas limitantes las familias se reúnen felices de escucharse, de contarse novedades, bromear, o platicar sobre cualquier trivialidad.  Es increíble ver el espíritu de resistencia del mexicano que no se rinde. Y me pregunto de dónde sacan esa energía para poder encontrar un momento de felicidad en momentos tan adversos?

Ahora coincide con migrantes que siguen en espera de poder cruzar,  con niños y nada de pertenencias.

Duele verlos deambulando, con quien sabe que pensamientos y emociones dentro, qué los motiva?  Porqué tener que tolerar estas absurdas fronteras?  Quién tiene el poder para separar familias enteras?  

Las fronteras, desde las alturas, son claras cicatrices de este hermoso planeta Tierra, del que tanto estamos abusando.   El mundo tiene que cambiar. Y ser más tolerante.