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Desventura I

Antes de empezar, le dedico esta aportación a una imagen pasada, a veces difusa, no tan lejos del otro lado donde me encuentro. Es tan solo, lo bello de saberle y lo sublime de retenerla en brisas que asemeje al sonoro de la naturaleza en su ímpetu e inherente forma, el desarrollo del mismo con el que aparece su imagen en mi naturaleza salvaje.

Hace tiempo encaminé un camino vericueto con esperanzas de caminar derecho. De la mano me aventuré conmigo conociendo la efímera compañía de algunos que terminaron rasgando mis atuendos, otros borrando mis huellas. En el amor ni se diga pues siempre termine en últimas instancias viendo a lo lejos los caminos que deje atrás para salir de la desventura con imágenes difusas de lo que podría llamarse arrepentimiento por no querer ver la original forma que me emanaba amor. Eso último es perderse entre otros, aniquilar el yo por el super hombre y terminar derrotado por no conocerse en las dietas más débiles. Es no saberse entre nieblas.

Ahora que me encuentro "logrado" en ciertos aspectos no todo es pesimismo, he mejorado, cada que miro alrededor recupero el sentido de laa formas originales y me desatiendo de creer que no concibo nada.

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El ademán de drogarse es olvidar que no se está olvidando de algo, que se esta viajando y adentrando en un bienestar del que se puede regresar. Basándose en el camino donde puedes acudir a un lugar y regresar al punto donde se toma esa decisión. Como tal, la idea de drogarse es acudir con intento de resiliencia, a los lugares más cercanos que parezcan lejanos, volver al punto es otra conversación otro olvido. Lo olvidado yace con recuerdos de no haber abandonado lo primero que no se quería haber dejado, dejando al yonki moribundo con resentimientos totalmente "superados", con la idea de que un nuevo lugar será su placebo para el olvido. Así, paradójicamente drogarse es acudir a un lugar para alejarse desde un principio a lo que el final será también su reinicio.

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Por más finito sea el tiempo nosotros en su minuto a minuto cambiando para hacer las mismas cosas de ayer pero de esto se a tratado siempre, salir del bucle con un movimiento diferente. El tiempo y la vida inherentes al cambio y si somos capaces de detenernos por un segundo supondríamos siempre estar fuera del lugar, del espacio donde la vida le da sentido a la hora y la hora a la vida, es cosa de a ojo de buen cubero saber hasta donde se piensa y ser.

No cabe duda que cuando nos detenemos el tiempo es más rápido en la mente y el cuerpo más lento en la naturaleza. Cuando pienses que sea lo que motiva a mover las piezas diferentes no hacía atrás porque es donde empezaste así la naturaleza como la tabla de Ajedrez a donde vayas puedes rendirte si permites que los obstáculos lleguen a ti.

Hasta ciertos escombros pueden empezar a vericuetear el camino.

Tan solo el tiempo ha sido una euforia cuando queremos estar antes de su hora, un desociego cuando llegamos tarde, y una emoción cuando aprovechamos conscientemente su red alimentadora, la naturaleza de pensar en los objetos impasibles que por momentos o nostalgicas formas de ser volvemos a ellas.

Tan solo si volvemos a los arquetipos que conservan la imagen y el recuerdo sustancialmente será la formula del viaje al tiempo en el pasado.

El tiempo no es una condición de valernos en la locura si siempre se llega tarde, el mundo es tan grande donde en espacios imaginables yace solo la vida.

El humano donde pisa es una huella un cronómetro que se justifica con el hecho de sus actos y su tesis de la vida, de lo que hizo y definirá su recuerdo al irse, sera parte del tiempo que no define la vida ni la actividad misma será eso fuera del tiempo donde el recuerdo, la ofrenda y la extrañeza serán un medio para localizar lo que no se separa del tiempo y la vida, el espacio, comparten una asíncronía asociada con su límite su finita existencia, la muerte.

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Buscare sobre mis cimientos y la historia que la envuelve las partes más viejas para que asi de tajo arranque de mis raíces las malas hierbas que han crecido en mí. Que han eliminado todo camino, y yo mismo no me eh visto en un espejo.

De tanta soledad se muere uno en vida, la situación verdadera de nosotros es que nunca estamos solos, aunque lo antisocial exista, pese a todo, siempre habrá alguien que mínimo nos diga 'buenos días', alguien que no nos conoce estará dispuesto a entablar simple conversación por insignificante que sea siempre existirá interacción.

Llega un momento en que no es un problema de afuera el que me tiene atado y busco algo que la amenice o soslayar en el asunto. Sino más bien el problema son los resentimientos más atorados que el corazón pueda sentir mucha confusión, la mente y los ojos tan idos porque la realidad misma se vuelve ajeno tanto que el ser humano no puede sentirlo como tal porque los pensamientos van a mil por hora, y la tranquilidad en ansiedades que el cuerpo reacciona en cliche.

La depresión me ha jugado muy mal estos tiempos y peor aún el ego que hace un cascarón, y el cuerpo con los más mínimos roces en la piel, se irrita.

Estoy arrancando las partes más débiles del cascarón porque no quiero que mi cuerpo pese demasiado y se endurezca con el tiempo, y después tenga que estar acostado, todo el tiempo busco la parte más débil de mí para librarme del mal que tengo en mi.

Me siento feliz ahora que lo se, me queda irme nuevamente para regresar como se debe. Todo el tiempo ha sido mi miedo de abandonar viejos lugares por temor a la miseria y al rencor. Justamente el cascarón me hace sentir lo que menos quiero de mi. Adiós lugares viejos que me han confundido todo el camino, que los transeuntes me ven raro o más bien causo distanciamiento. Adiós a los sentimientos viejos que me atan al orgullo y a la culpa. La nostalgia tiene que ser una motivación a superar lo viejo, no a regresar y quedarme para siempre.

Mi primo tristemente le dió cáncer y todo esta raro, porque no fue alguien cercano a la familia después de todo y de alguna manera es una forma de entender y apreciar mejor todo a pesar de las circunstancias, que Dios lo cuide en el camino y que por favor no sufra mucho, porque la enfermedad lo mata lentamente. Tengo 25 años y no he hecho mucho y extraño mis más grandes motivaciones y cuando pienso en mi primo me da miedo pensar en la muerte, y por lo tanto quisiera ver a mi primo pero las circunstancias nos hacen egoístas y eso a todos cuando la familia es poco unida y tóxica.

Yo ya no quiero pertenecer al círculo tóxico en el que eh vivido, juro por mi madre cambiar, ser mejor y no vencerme. Pienso mucho y aprecio poco, hago amigos de manera tarde y más bien me siento inútil con todo. Ya no, seré la persona que más extraño de mi. Cueste lo que cueste.

Te extraño Andrés, volveremos a ser tu y yo. Y lo único que solo hay que dejar atrás es lo viejo, no hay que temer a cambiar porque es para bien.

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Eh vivido en depresión mucho tiempo y las letras parecen no tener sentido positivo más que una lectura negativa que no abraza, como el rechazo de alguien, o la mirada confundida que se mal interpreta. Aunque estoy en un retorno de volver a sentirme bien, la cuerda es delgada. No seré la misma persona, el miedo es ese, que por no sentirse igual los gustos que más me identifican y motivan se pierdan, por eso andar en la cuerda floja es más difícil.

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Sentirse que todo se tiene que ir en un momento, algún momento, oh hasta que presencié el momento, al límite de solo recordar sin traspasar a los sentimientos.

No sé cuando cambia el ser humano con ímpetu, su vida. Ni si quiera ante todo lo que pueda estar antes de toda acción, sentir la diferencia con la que hago cualquier cosa que tenga que ver con mi interacción con los demás.

De un momento a otro, sin percibir el devenir, dándome cuenta al mismo tiempo de la confusión, de que todo lo que me distraía era y es, mi momento. La distracción son los viejos recuerdos encima de los nuevos, y cuando digo encima me refiero a pisar con mi pie el crecimiento de una planta. El momento es lo que esta creciendo en el tiempo. Por lo tanto, los viejos recuerdos serán la arbolada estructura de una (in)satisfacción o cierta resiliencia a la vida.

Toda confusión es un pesar atemporal en nuestras mentes y si no se atiende a tiempo puede llegar al corazón, dañando a los sentimientos que hasta para eso, sirven para articular la sonrisa y nuestra movilidad.

Todo esta conectado en sentido de realidad y sentimientos; los momentos son esos espacios estacionales en el que uno imprime un estado del arte sobre quienes somos y porque nosotros. Los sentimientos son los impulsos y reacción de las emociones, la gente un solo estímulo. La realidad es un escenario biológico que está en alguna parte de la materia que nos impone su universo insondable, y las personas son algo al azar que esta por encima de cualquier confusión de la que por destino iremos reduciendo.

El tiempo controlado, programado, cronometrado, entre otras funciones en uso de las personas que se programan, se dan cuenta que no pueden detener el tiempo que avanza por si misma, la Tierra y la naturaleza, las personas y el dinero, y aún más su devenir en la vida.

Las circunstancias las creamos y la alarma esta programada para su llegada, el sueño, las emociones, la energía y el amor, están en la sala estacional. Queda en nosotros si sabemos percibir el momento para no ser atemporal y esperar la llegada de todo lo que deseamos.

El único devenir predecible es el consentimiento del dinero, el trabajo y la concurrencia, las circunstancias es el tiempo que aún no llega pero tenemos una "previsión" no segura, están compuestos por circuitos de energía sinérgica, autónoma, y biológica. La sociedad e individualmente también, por voluntad; es un cúmulo o potencial de elementos que no se detiene por el trabajo y el dinero, sus concurrencias solamente son algo más grande pero pequeño y estas se alimentan del trabajo y el dinero, y este último el sujeto inmerso a las circunstancias que va construyendo y que a pesar de que contiene energía, queda en el actuar con sinergia sino, acabara en el espacio estacional intentando brillar en el momento.

Por lo tanto el momento es un espacio significativo de trabajo y recuerdos o estaciones, en los que biológicamente con potencialidad subjetiva se puede extraer el sujeto de su tiempo para el destiempo hacia lo atemporal. Es decir, los momentos que nos damos cuenta en sabernos a nosotros mismos alguna verdad, sintiendo la inmensidad del universo insondable y al mismo tiempo sintiéndonos inacabados.

Y todo porque lo único que se quiere llegar a esto es que soy una gota salpicada de toda el agua que se intenta explicar a si mismx porque estoy aquí y cual es mi significado de ver mis momentos para seguir cambiando.

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Son esas noches que se extienden y las horas se pausan y avanza cuando se le pone atención.

La mente casique de ideas, solo me hace retornar a viejos fetiches, imaginarios que solo lustran una imagen muerta.

Los grillos ejecutan su orquesta a media noche porque es la hora en la que mi mente se torna al reproche a proliferar lo que hace tiempo me sigue acosando, las viejas ideas con ambiguos sentimientos.

No hay insomnio, solo cansancio y aunque parezca contradictorio, no es falso, es tan cierto como ir ha algún lugar sin la mera gana de sonreírle al mundo, sino que ciertas cosas hasta con capricho de que sucedan sin que las busque, rocen para hacerme algún tipo de cosquilla que me impulse alguna sonrisa. El cansancio ya lo traigo, porque me gustaría caer donde sea para darle pretexto a mi ser moribundo, que deseo que algo, a veces trágico, a veces romántico, me suceda solo por dejarme caer.

No me ha sido fácil superar la depresión, no digo que lo oculto porque no busco el consuelo, ni si quiera es mi mérito tocar un corazón porque mis palabras están barridas como un tornillo que no se puede quitar de la única parte que cuelga eso que estorba y se ve mal. Y si eh tocado algún corazón, lo siento por mi fracaso, la indiferencia y el pesimismo de lo inseguro.

Desde hace tiempo, perdí muchas cosas lo cual me hace sentir extraño porque los amigos y los amores bien se sabe, son pasajeros, estacionales y por mi depresión no supe tenerlos aún a la fecha, me convertí en un extraño a mi mismo para los demás.

Lo peor de la depresión es tener que trabajar con ella a todas partes, porque llega un momento en la que no se sabe de que esta uno triste, lo bueno, mínimo en lo profundo de mi, es que no eh perdido la noción de que todo irá bien y lo poco que tengo me satisface.

Me extraño, porque a veces me siento tan alejado de mi porque siento que mi tristeza no tiene reparo, que me quede en un viaje sin retorno, y las ganas de sonreír no me apetecen, no digo que soy patético pero no me gusta sentir que me dan bajones de la nada. Me extraño porque a veces pienso demasiado y ya no lo controlo.

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¿Porqué escribo acerca de estos malestares?

En primera instancia, el sentimiento depresivo es la cúspide o circuito en todo el cuerpo. Intangible, inmaterial o invisible como sea, se expresa en los sentimientos que con el tiempo descentraliza la cordura y programa la intuición a su confort, al pánico concurrido. Esto a tal grado que la persona deja de ser persona, olvida amar o tan siquiera darse cuenta que los días avanzan en paz y la historia como siempre un caos. El individuo está intacto pero con la depresión se convierte en un ser vulnerable. Esto a tal grado que la persona si sigue pensando triste o vuelve incontrolable su serenidad, sus ojos expresarán lo que su ojos después reflejarán, hasta aquí trasciende en la manera de un eclipse que viene para quedarse, es esa depresión que materializa lo que siente en la rigidez del cuerpo donde los gestos son disgustos sentidos desde adentro, la gente se da cuenta de cualquier persona que se balancea en esta situación, pues sus ojos, gestos y cuerpo representarán la ausencia de los movimientos, del estar y del ser, consumiendo al triste a la velocidad con la que desee matarse así mismo.

Segundo, los enervantes. El alcohol, los sentimientos y relaciones efímeras, lo líquido del si mismo, las drogas en especial estas últimas, terminan siendo para el actor social una perdida de tiempo, ansiedad o agonía después de un largo rato de someterse a la dormancia. Es cierto, tener un vicio es la perdición y no dudo que para los ricos el vicio sea recíproco y ganador, aquí en el mundo sin dinero y sin complementos que alimenten positivamente todos los carácteres que influyen en la depresión como la ausencia de familia, oportunidades y de responsabilidad afectiva (pérdida en la primera instancia) suele perdernos y no olvidemos tomar en cuenta los desafortunados que nacen con más ausencias

Los enervantes o drogas o vicios, con el tiempo se olvida uno de que tenía más responsabilidades o en cosas en que pensar. Los sentimientos están, pero no se sabe cuando se está triste, ni siquiera cuando emerge la felicidad. La ansiedad es un efecto secundario que roba la identidad a tal de sugestionar las ideas, las causalidades, el tiempo y muchas cosas que en sí terminan domando la mente en imagenes, sentimientos, miedos, deseos, etc. en una confusa ola de donde pensar ya no tiene una línea de cordura.

Aceptación.

Sin ser muy tristes en estos párrafos, puedo decir que vivir estas experiencias no son fáciles de asimilar y el lector debe analizarlos con cuidado y sin prejuicio.

Vivir estas etapas son por la voluntad autónoma de quién se consume depresiva y enervantemente en las experiencias, no son aventureros de la vida sino esclavos que le servimos al ego como a un Rey que conoce sus errores y disfunciones con la que actúa, fingiendo ser lo que sea con tal de simular que el trono como la corona, son privilegio de donde se esta postrado.

La humildad crece como síntoma de debilidad y no como una flexibilidad de llevarse bien con el mundo, hasta arrancar pasto, mover una cosa a otra parte o creer en cosas absurdas que van de lo paranormal a lo irracional, se convierte en aquellas conspiraciones de explicar la materia en la que vive un drogadicto, alcohólico, etcétera, como sugestiones de creer que lo que es, en su mundo enervante, son meras causalidades del que hablar. De temas importantes a tal grado que solo parezca que conoce algo de la vida, la filosofía, la historia y la poesía. Esto es un mecanismo de hablar poco de su vida, esto es un peligro, porque si no compartimos a diario quienes somos, donde estamos y porque estamos donde ejercemos interés, no se halla el sujeto en el tiempo.

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Hace tiempo fuí construyendo un camino que estaba lleno de vericuetos, próximos a que me tropiece y entorpezca continuamente. Se que todo lo que eh hecho fue malo, exagerado, de pura suerte salí de aquellas oportunidades donde supe que moriría o haberme perdido en un viaje de LSD o de sociego falso. Es ir por un camino que solo deja experiencia más no algo que trascienda, la idea errónea del Yonki contemporáneo es que su suerte o su seguridad la halla en los enervantes y el ego se convierte en un orgullo que por impulsos ciegos se deja llevar por lo primero que le haga sentir seguridad y le olvide la paranoia (un mal de aceleración de corazón). No toda oportunidad y decisión nos entrega lo que queremos. Se deja de analizar concretamente cuando se es Yonki de barrio.

Dado la experiencia desde hace tiempo me eh viajado bastante, no toco tierra y eso que estoy en la edad de hacer corriente con todo, el error moderno es creer volar para ver todo, creo yo, que hay que sentir el suelo para no sentir vértigo cuando miremos el cielo, porque el vertigo es el miedo a la inmensidad, la inmensidad es un deseo que buscamos en cualquier cosa, persona o aleatoriamente en lo que nos produzca paz, y la paz es la satisfacción reducida a la felicidad, si no nos hallamos, el vértigo empezará y el miedo germinará hasta dejar raíces difíciles de desenterrar.

Así es, querido explorador, me podrían juzgar por incorrecto o señalar alguien que no vive satisfactoriamente con lo que hago, pero ser Yonki como a todo el mundo que ví en esos rollos, es que el film de la película se basa en lo repetitivo de las escenas que ya hemos visto, solo que hacemos un intento fallido de sentirnos contentos con el final que producimos lo cual, no siempre y tal es que siempre es así de decepcionante.

Ahora, el reto es cambiar el estilo de vida, elegir un trabajo, una casa, un amor entre otras cosas tienen que ser cálidas, válidas, coherentes. Me gusta la vida y sin discriminar a los artesanos, no considero que el estilo de vida que busco la halle en las entradas artísticas que favorecen poco a la remuneración, no pienso en la cantidad ni el valor del dinero, sino el valor que le doy a mis deseos, y este valor se compone de la misma formula con la que se construyen.

Me toco ser un Yonki afortunado de no perecer pero desafortunado de la inestabilidad económica regular, sentimental y responsablemente afectiva. Perdí muchos amigos, llegaron otros, hice cosas y me atemorizaron las culpas; el miedo existe para que nazcan los valientes, solo es creerse que podemos contra la vida.

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Estos tres años fueron duros, ante una confusión generada por mi promiscuo sentimentalismo ante las cosas efímeras como los amigos y los noviazgos contando las experiencias y los caminos largos.

Sin duda, ante todo eso me siento inspirado con el pecho lleno de emoción que cosquillean hasta mis ojos las ganas de abrirlos sin querer cerrarlos.

Fueron largos y difíciles, algún día podré escribir sobre esto con más calma. Por lo tanto empieza una nueva aventura ahora que cumplí 25 sin una gota de alcohol que estimulara mi próxima habladuría.

A veces me siento con impotencia con una enorme tristeza de que no eh hecho mucho con mi vida ni siquiera cumplido los sueños que más me inquietan, ahora, se porque estos meses mis crisis son personales, endógenos, lo demás esta saldado la vida continúa, yo al fin me doy cuenta del miedo que limitaba mi mirada a la realidad, imponiendo las imágenes de mi cabeza que por eso veía borroso y a tal grado que nunca escuchaba bien al mundo, rascándome las orejas de ansiedad creyendo que era físico.

Estoy despertando, la emoción corre y debo seguir así. Amar los desvelos, porque quien sufre depresión prefiere cerrarlos e irse al confort, a no ser nada.

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Para sostener las letras que se escriben en una hoja, servilleta o cualquier lugar donde se quiera legitimar un sentimiento, el corazón no debe estar promiscuo, ni la mente ida. Solo se requiere el sentimiento y la lógica como la de hablar y expresarse, sin miedo, quedará impreso de manera coherente.

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Últimamente me eh sentido cansado, sin ganas de amar, más que de amarme. Mucho tiempo queriendo mostrarme al exterior sin siquiera incitar el interior. No hay fuego si no hay chispa, no hay butano si no hay palabras con peso que genere dicha flama de conservación a donde vaya.

Me siento vacío, y los autores que murieron con el último reconocimiento hasta después, me hace sentir lo mismo aún así con el corazón latente de mostrarme que escribo para mi con la misma desolación que cualquier escritor. Con el castigo de Sísifo como dijo Camus, con la mente deseosa y espontánea que las ataduras en los brazos por la depresión, la dispersión mental en un lugar inherente, inmóvil por la pandemia y la tristeza, me haga sentir en un calabozo, y me vuelve Darrel Standing de El vagabundo de las estrellas de Jack London.

La masturbación pierde sentido cuando se descubre que desear y extrañar es mejor llorando, porque deseamos a lo lejos y extrañamos de lejos. Se siente bien al último, con la nariz moqueada, la exhalación fría y los músculos desorientados. Como si el estímulo se encontrara en el abrazo así mismo como un escritor sobre la hoja, una abeja sobre la hierba o flores, una mirada sobre la mente y en constante despido como dos personas especuladas que en su punto de encuentro se despiden en direcciones diferentes hasta perderse de vista.

Así es despertar, entender el cansancio, la nueva energía cuando se pretende hacer las cosas diferentes. Así es imaginar sentirse involucrado en los libros que lee, sino, en los actores de películas que nos ponen eufóricos. Y así es como llorar nos pone sobre los demás en el deseo de perdernos de vista sobre cualquier cosa que queramos dejar, extrapolar, etcétera.

Últimamente mi único deseo es cambiar.

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Hablar sin pecar es fundamentalmente un equilibrio de las costumbres basadas en la critica sin mostrar la superioridad de conocimiento. Tan solo, la misma idea que se tiene acerca de ser adivinadores del mundo y de las funciones sociales y tecnológicas, nos hace caer en el error común en el mínimo detalle de querernos justificar en el prejuicio ante lo que buscamos en última instancia, hablar a conveniencia de las circunstancias y no de las que erradican el futuro previsto, osea, de lo que ocasionalmente ya sabemos que va a pasar, y esto que sabemos que sucederá, es el quien lleva al mundo a su conveniencia, no quienes hacen arte, ciencia y humanidades para el mundo, atados a solucionar como ya dije a conveniencia y no en beneficio de lo que estructuralmente tiene que ser.

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La racionalidad vuelve y la locura ya no me entretiene

Por Andrés Galina

Desperte dos veces en la noche, más largo los dos sueños y pareciera que no amanece por lo que acontece.

Nadie me vigilaba, estaba yo y la escena de un crimen protagonizado por mi desvelo, las sábanas arrugadas y los pies asomándose fuera del sarape.

Los ojos apenas pueden ver algo al abrirse lenta, somnolienta y temorozamente a ese estado de estar apenas despertando y que no me sorprenda algo que no esperaba.

Seguía pensando, recordando lo que soñé, un esfuerzo intangible. Pero heme como una arruga más, tirado en la necesidad de esperar a que cambie de forma o de lugar.

El primer sueño me tenía noqueado cuando abrí los ojos, porque te veía hablando conmigo de cerca, con la condena de sentimientos por los acontecimientos sucedidos, pero reíamos a pesar de todo sin la necesidad de acercarnos un poco más. Más allá del revoltijo y cambio de escenas radicales, estábamos los dos, siendo los principales. Sin si quiera estar un poquito más cerca.

Desperté, tirado en la cama, y después de tres vueltas regrese a la dormancia.

El segundo sueño fue corto porque a la hora que me desperte del primero y de volver a despertar en este, transcurrió poco tiempo, pero fue tan largo que asegure muchas cosas por la cual afirmo que a veces nuestra alma se queda un poco más en la cama, porque esta al soñar está más cercano con lo intangible y con lo y los que ya no están. Un bonus de estar vivo mientras el cuerpo duerme, porque dormimos cuando estamos despiertos y solo queremos sentir que morimos por algunas horas.

En este segundo sueño aún seguías, pero lejos, distante y el ambiente se tornaba al mismo sentimiento condonado por los acontecimientos pero como si nunca nos hubiésemos conocido después de los sucesos. El cuarto era pequeño pero eramos demasiados alumnos a medianoche de una película en un cuarto pequeño de algún Infonavit, ilógico, pero tan solo sabiendo que estabas ahí recordé que hay dos realidades pero una es más tangible que la otra.

Que tanto en el primer sueño y el segundo solamente son meras interpretaciones de mis deseos reprimidos diría Freud en esta última parte, la segunda realidad consta de que superé la primera y sepa vivir en la segunda. Porque como dije "a él alma le gusta estar más en la cama porque esta más cerca de lo intangible y de lo y los que ya no están acá". Y todo este tiempo viví en la primera, permitiéndome buscarte y enloquecer en mi lugar en el mundo donde si existes y estas viva pero donde las condiciones y los sucesos son las que hacen que ya no estés y estemos. Dormía mientras vivía, y vivía mientras moría.

Se que hay alguien más, y supe afrontarlo, aceptarlo me sorprendió pero desperté sin llorar porque en el sueño sabía irme sin ver atrás, despreocupado de caer en mi capricho o victimizarme a escondidas. Efímera es la verdadera realidad, mi primer y segundo sueño son eternos. La racionalidad vuelve y la locura ya no me entretiene.

Es una locura soñarte cuando estemos bien sin necesidad de acercarnos un poquito más, y es un hecho real y racional partir sin necesidad de ya mirar atrás.

Vivo sin hacer ahora ese esfuerzo intangible de vivir en un mundo donde todos solo me ven a lo lejos como un muerto, alguien sin expresión. Solo me gusta morir a veces, cuando es recordarte.

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Cuantas ganas de escribirte, ya no es la ansiedad de una paloma mensajera en espera a su llegada; es la ansiedad antes de pensar escribir el mensaje. Que libertad gozamos que tristeza nos ha consumado. Ni si quiera se como estas todos los días más que en fotos que legitima tu sonrisa, tu bienestar con la vida, los momentos.

No hay nada mucho que decir solo al menos me imagino que algún día mínimo de lejos te pueda sonreír.

Con las ganas de abrazarte siempre que pienso en ti

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Mutilación subjetiva

El cuerpo tenso, la mente inquieta. Los deseos en movimiento con mucha energía en el cuerpo quieto este segundo como corriente, pertenece como base de no desequilibrar la fuerza inerte con la que trabaja la mente fácilmente que frágilmente se distrae si se mueve.

Los hombros con el cuello despierta una ansiedad de tocarse la piel con los huesos incómodos, la ansiedad es el mareo de la quietud de una mente deseosa.

No quiero decir que desear sea malo, de hecho es necesario para lograr el cambio personal y desafío de sobresalir a los acontecimientos que deseamos trascender y de otros descender.

El enamorado tiende a desear a veces un tipx ideal o se deja llevar por las simples causalidades, sobre sale de lo que se propone. Cuando este tiene el corazón destrozado busca superar el acontecimiento que trascendió, que en últimas instancias sería regresar al patrón y como mal algoritmo al sistema, se colapsara e inerte quedara.

El yonki, conoce su patrón, siendo la paradoja de su propia estabilidad; desea y supera, supera y desea.

La ansiedad es un residuo al cuerpo, residuo subjetivo que equivale al dolor experimentado malo, en relevancia a la euforia del deseo que su desafío experimental es la que anestesia al dolor experimentado siendo estas dos trascendentes a algo que estuvo una vez en nuestras vidas, y tan solo queda como dolor fantasma, mutilados de alguna extremidad.

La ansiedad cuando reside residualmente, inevitablemente sirve como mutilación subjetiva. La ausencia sufre algún dolor, algún separo de lo que le completaba y sus deseos quedan efímeros, la superación es constante. La euforia es la que calma el cuerpo tenso, esa parte que nos tocamos o movemos porque nos incómoda algún hueso.

Crea más el dolor y estará ahí para olvidarte lo que sosteniblemente tendemos a superar, no por ser más que el otrx, más bien para quedar calificado por toda la sociedad de experimentado, mutilada en alguna parte de su vida, tanto, que desea esporádicamente y supera constantemente a este mundo en armarse una prótesis con las cosas que van y vienen, aprovechar y no tomar a tal grado de que el dolor te ayuda a experimentar aún más, pero que el deseo olvida bien su malestar. Algún día siempre llega algo que nos duele y no se va, nos perdemos si lo sostenemos, avanzamos si lo deseamos.

Galina, A.

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El síndrome de abstinencia es duro, la felicidad es esporádica, la triste intensa paradójicamente como lo puede también ser la felicidad en retención de la segunda.

Extrapolarse es intensificar una con la otra como si dependieran de una determinada energía de la cual motiva/desmotiva la intensidad a la que esporádicamente puede estar en la línea delgada de nuestra paciencia.

La felicidad tiene una paciencia, la tristeza un fondo.