Tumgik
Lisa
Querida Lisa:
No sé por dónde empezar. No sé por dónde empezar me gustaría decirte como en una película de amor de mierda. Como esto es una carta de amor de mierda, va a empezar así: no sé por dónde empezar. Acá vos tendrías que contestarme “por el principio, Panchi”. No sé si te va a resultar interesante así que hago un resumen express: antes el supermercado era de Fan. Fan se tuvo que volver a china porque tenía denuncias por productos en mal estado. Mi mamá era muy amiga de ella así que estaba triste y cuando te conoció me dijo que no eras muy simpática pero que tu ¿esposo? ¿hermano? ¿compañero de laburo? Ni idea, que el chino que te recibe en la puerta, pasa la tarjeta de crédito y chequea las cámaras estaba bueno. Acá empieza lo importante: fui con expectativas heterosexuales y me volví a casa ilusionada, confundida. No me respondiste el saludo cuando entré así que no te miré mucho hasta que fui a pagar las papas, la birra y la tapa de pascualina hojaldrada. Me volví loca, no sé. No me la esperaba. Imaginate que fui queriendo que me guste el muchacho y de la nada me encuentro con vos, qué hermosa y desconcertante sorpresa. Me di cuenta de  que esa estupidez que decimos los argentinos de que todos los chinos son iguales, además de discriminatoria es totalmente falsa: estás vos, Lisa que sos una china hermosa. Llegué a casa y le comenté a mi mamá que había conocido al reemplazo de Fan, le dije de la manera más disimulada posible lo hermosa que me habías parecido y medio que se dio cuenta de que mi entusiasmo tortillero venía enserio así que no me pasó ni cabida con tal de cortarme el mambo.
Tu supermercado me queda como a diez cuadras, Lisa y en esa semana fui todos los días a pesar de tener un almacén en la esquina y dos kioscos a la vuelta. Me ofrecí para hacer las compras en casa y todo. Me encanta porque si me olvido la bolsita vos ni me preguntás y me das bolsas gratis, te amo por eso. Nunca me diste vuelto en caramelos, te amo por eso. Nunca me revisas el changuito cuando lo llevo, te amo por eso. Me encanta tu manera de vestirte y a veces me dan ganas de preguntarte dónde te compras la ropa, tiene pinta de feria americana pero la verdad es que no me animo a decirte nada más que “no disculpa, nada de cambio tengo ¿cinco te sirven?”. Cada tanto te tiro una sonrisita ¿las notaste? ¿te incomodan? Varias veces te vi con prendas que te quedaban medio chicas, como el jumper ese color cremita que tenés que no te cierra. Me morí de ternura con el cierre forzado en la espalda, casi como que estaba por explotar  y el resto todo suelto, desordenado. Ni te importaba, ni te preocupaste por ponerle un ganchito, no sé, algo. Te paseabas por la caja sin vergüenza. Te amo por eso, yo no podría. Sos valiente, Lisa. Sos valiente, Lisa ¿Lisa? ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿Podré escribirlo alguna vez al costado de algún apunte mientras estudio y me distraigo pensando en vos? Yo me llamo Francisca y me dicen Panchi pero me parece que te resultarían los dos un poco difíciles de pronunciar y como vos nos facilitas tanto la vida a todos poniéndote un nombre tan fácil (y hermoso) yo voy a dejar que me elijas uno. Bautizame Lisa, haceme mi dni chino.
1 note · View note
Photo
Tumblr media
Yo también quise ser hermosa pero pasar desapercibida como Molly Ringwald en “16 Candles”. Yo también quise ser hermosa pero diferente. Hermosa pero tímida. Tímida pero de manera tierna. Inteligente, solitaria, pura y rosa. Molly Ringwald es rosa. Yo también quise sentirme una fracasada y que un chico con una torta de cumpleaños y un beso al final del día me haga dar cuenta de que no. Yo también quise que ese chico me haga valer la pena. Yo también quise enamorarme de alguien sin necesidad de conocerlo, por pura intuición. Sí, yo también quise un Jake Ryan. Un Jake Ryan que se canse de las chicas rubias, porque si bien son hermosas, son todas iguales: fáciles, problemáticas, vacías, tontas y escabian una bocha. Un Jake Ryan que harto de su novia la regale, como si fuera un paquete, a un pibe de quince años mientras ella está totalmente borracha e inconsciente. Yo también quise un Jake Ryan que me salve de un casamiento espantoso, de la torre de un castillo, de un día triste, del llanto continuo. Yo también quise mantenerme al margen y esperar, tranquila, sin llamar la atención a que él me note. Yo también construí mi universo alrededor de un varón. Yo también intento día a día no querer nada de esto: nunca más el amor del otro como único significado de mi existencia, mi mundo soy yo y el cumpleaños se festeja con amigas.
1 note · View note