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Eventualidad (ArgChi)
Personajes: Manuel González (Chile), Martín Hernández (Argentina).
Sinopsis: No sabe exactamente cómo, porque a diferencia de algunos libros y su seductora maraña de engaños, no puedes definir el momento exacto de tu vida en que sabes que estás enamorado. No es de un instante a otro, no es en un dramático adiós mientras uno se aleja en el horizonte, no es un premeditado beso bajo la lluvia y de repente todo es muy claro; sino una serie de sucesiones que te llevan al inminente desastre.
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Atravesó su habitación con pies descalzos y pisadas lentas, hasta llegar a la ventana corrediza de su balcón, sintiendo la fresca brisa que le brindaba la noche una vez que daba un paso afuera. Le gustaba bastante esta época del año, donde aún se jugaba a ser verano, pero estaba comenzando el otoño y un frío que llegaba a ser cómodo envolvía su piel como una caricia.
Unas pocas hojas descoloridas adornaban el suelo de madera, y moviendo distraído uno de sus pies se permitió disfrutar la inusual sensación agradable que producía el pisarlas.
Levantó la vista unos momentos, apoyando su taza de café sobre la madera vieja mientras mantenía un cigarrillo todavía apagado entre sus dedos, mirando así el panorama de Concepción entre la oscuridad opacada sólo por unas cuantas luces de la ciudad. ¿Qué podía hacer? Era inevitable empaparse de los recuerdos y sensaciones que le traía aquel lugar.
Ah… Hoy sería una de esas noches, al parecer.
Habían pasado ya casi 5 años desde que terminó con su ex.
Quizá para la mayoría de las personas, quienes no gozaban de la fortuna y desgracia de ser una nación, aquello sería muchísimo tiempo. Después de todo en 5 años todo podía pasar. Se termina una carrera profesional, se asciende en el trabajo, se cambia de ciudad, se viaja a un lugar lejano, se erra, se aprende, se quiere y se odia; pero para los países es diferente, pues el tiempo es mucho más efímero y relativo.
Cinco años podían parecer dos meses como un siglo, todo dependiendo de la vivencia.
Para él, es como si hubiesen pasado unos meses como mucho, pero ya cinco años habían transcurrido desde que creyó con todo su ser que jamás volvería a querer, a amar como lo hacía, porque no estaría dispuesto a volver a pasar por ese dolor. Incluso en aquel tiempo ni siquiera se molestó en tratar de amenguar su sentir con alcohol como en otras ocasiones, ¿qué chucha iba a arreglar en una situación así? Sin embargo, sí se vio deambulando sin querer por su propia casa hasta altas horas de la noche, no soportando el silencio que envolvía esa soledad. Se vio muchas veces tomando café en el local frente a su trabajo, para observar el asiento frente al suyo largo rato, como si hubiese algo erróneo en esa silla vacía.
Se vio odiando cada maldita canción que oía en la radio y la constante sensación de ahogo en su pecho desde que despertaba hasta que se dormía, que ninguna otra emoción era capaz de aplacar.
Le había quitado todo. Absolutamente todo.
Y por ello es que había decidido en aquel entonces que los sentimientos quedarían relegados sólo a los poemas, a los libros, a la fantasía que se vive a través de las letras, pero no para él. Después de todo, su vida no tenía por qué estar destinada a poseer la misma pasión de las cartas de la Gabriela ni la entrega de amor vehemente en los cuentos de Cortázar.
Él era un país, estaba bien así. No necesitaba más.
Aislado siempre por la cordillera, el mar y el desierto, en sus más de dos siglos de existencia siempre había salido adelante por su cuenta y aquello no cambiaría por sentimentalismos weones. Un país debía velar por sólo una cosa: su gente, y el resto, sinceramente, podía irse a la mierda.
Bufó con cierta ironía ante el recuerdo, mientras daba una larga bocanada de humo a su cigarrillo y lo sentía entumecer sus pulmones. Cerrando sus ojos, escuchaba débiles ladridos en el barrio como ecos, y a lo lejos resonaba una vieja canción de alguna fiesta cercana; Manuel exhaló, apoyando los antebrazos en la superficie. La polera le quedaba holgada y entre las mangas podía sentir un escalofrío en su piel por la repentina corriente, haciéndole encoger los dedos en la madera.
Más de un año estuvo así, dejándose llevar como una corriente de aire.
Despertar, trabajar, salir, comer y dormir. Despertar, trabajar, salir, comer y dormir. Despertar, trabajar, salir, comer y dormir. (A veces leía, a veces tomaba, a veces fumaba, a veces no dormía.)
El mantra de un año, de una vida. Catástrofes naturales, elecciones, leyes nuevas, protestas, retrocesos, avances. No era tan mal vivir así, como esa corriente. Su país progresaba, hacía nuevos tratados con otros países, se avanzaba en derechos sociales. A veces tomaba decisiones de mierda, pero las otras lo compensaban.
Estaba bien, no necesitaba nada más.
Hasta que inevitablemente pasó.
No sabe exactamente cómo, porque a diferencia de algunos libros y su seductora maraña de engaños, no puedes definir el momento exacto de tu vida en que sabes que estás enamorado. No es de un instante a otro, no es en un dramático adiós mientras uno se aleja en el horizonte, no es un premeditado beso bajo la lluvia y de repente todo es muy claro; sino una serie de sucesiones que te llevan al inminente desastre.
Martín había aparecido como una eventualidad en su vida un día de verano sin ser llamado. Martín había aparecido con una sonrisa en los labios y sarcasmo puro. Martín había aparecido sin su consciencia de espacio personal y comentarios en doble sentido. Martín había aparecido con su exagerada gesticulación y ojos innecesariamente verdes.
Martín había aparecido siendo un conchesu'madre, pero uno que era capaz de llegar a su casa a las 5 am si era necesario.
No está seguro en qué parte de ese trayecto se enamoró. No sabe si fue la primera vez que se acostaron en navidad, la primera vez que le regaló un libro o la primera vez que fumaron hierba juntos y se rieron de la nada hasta la madrugada. No sabe si fue aquella vez donde le dijo: "Te quiero, Manuel. Te quiero" sin dejar de mirarle a los ojos y libre de toda la coraza de autoconfianza que siempre ostentaba.
No sabe si fue en algunas de esas noches donde lo observaba dormir: párpados relajados, respiración pausada y su olor en toda la habitación. Ni tampoco si fue en alguna de sus peleas absurdas por WhatsApp que le arrancaban más de una sonrisa, o durante las nerviosas llamadas en la madrugada, donde el rubio le advertía que si se seguía comiendo la cabeza, le iba a arrancar cada una de esas inseguridades de un beso.
Apagó el cigarrillo contra la baranda de madera mientras sentía algo cálido presionarle el tórax, dejando su vista inmersa en algún punto de las luces penquistas.
Ilusamente al principio creyó tener todo aquel asunto bajo control. Los primeros días que comenzaron a conversar, las primeras semanas que comenzaron a salir y a webear todo estaba bien, porque era sólo eso: una mera distracción. No había motivo para haber sentimientos más profundos que aquella constante tensión sexual con cariño y odio de por medio, Manuel eso ya lo sabía. Martín era su vecino, su ene-amigo y su hermano, pero nada más que eso.
Porque el argentino eventualmente se aburriría, ¿no? Cualquiera lo haría en algún punto, y tarde o temprano iba a pasar. Los mensajes se transformarían en escuetos saludos, las llamadas en algo molesto e innecesario y el verse finalmente en una pérdida de tiempo; a menos que hubiese un asunto de países de por medio. Hasta ahí llegaría todo, y estaba bien.
(Sin embargo, los días se transformaron en semanas, estas en meses y los meses en casi tres años.)
Y Martín había destruido cada pensamiento lógico y estructurado de Manuel desde el momento en que en una noche le soltó sin recato: “Llevo 200 años teniéndote al lado, ¿de verdad creés que me voy a aburrir de vos ahora?”
Y a diferencia de antes, todo aquel tiempo no le parecían sólo semanas. Le parecían siglos; una eternidad.
Porque era Martín exactamente lo que nunca pensó que iba a querer, pero que ahora no podía dejar de buscar. No podía dejar de esperar en cada persona que veía esas burlas constantes acompañadas de una risa, que incluso en su frustración, no conseguían enojarlo de verdad. O ese ego que cuando estaba herido se volvía mordaz y elocuente, a lo que siempre estaba dispuesto a rebatir con gusto por horas hasta que alguno de los dos se rindiera.
Martín era esos insolentes besos robados durante discusiones, los que estaba seguro que perpetuaba sólo para sentir que le ganaba.
(Irónicamente,) (Él sí había ganado q-…) (Filo.)
Manuel no sabe en qué momento se enamoró, pero cuando se dio cuenta que lo estaba, ya era demasiado tarde.
Cuando se dio cuenta ya estaba mirando cómo Martín sonreía. Cuando se dio cuenta ya estaba bajo su cuerpo, sobre su cuerpo, respirando de su boca con todas las fronteras desapareciendo. Cuando se dio cuenta, ya estaban compartiendo un mate un día de lluvia, envueltos en una frazada en el sofá mientras veían alguna basura en la TV. Cuando se dio cuenta, se negó a admitírselo a sí mismo, pero-
Levantó la mirada, la ventana se había abierto de abrupto.
—Eu, ¿qué hacés acá, boludo? —una voz con pelo revuelto y ojos pesados interrumpió sus pensamientos. La polera del pijama arrugada por el buen sueño.— Vení a la cama.
—..Voy al tiro. —contestó, notando cómo le observaba unos segundos para luego alejarse en dirección a la habitación otra vez. Sintió algo latiéndole más fuerte en el pecho, en los oídos.
Ugh. Argentino de mierda.
A los pocos minutos el café y las hojas de otoño habían quedado olvidadas en el balcón.
(Manuel no sabe en qué momento sucedió, sin embargo Martín había aparecido aquel día de verano siendo Martín, y solamente eso, esa pequeña eventualidad, fue suficiente para que Manuel se enamorara.)
|| One shot del 2018 que le escribí a mi amiga Poke. Por siempre mantener vivo mi amor por esta preciosa pareja. <3 ||
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“Nada”
Todo el mundo sabía que si le preguntaran a Manuel qué le gustaba de Martín, su respuesta automática e irrevocable, incluso con un deje de antipatía, sería: "Nada".
(Quizá variando a un "Pff, qué me va a gustar de ese weón" soltando el aire con fastidio, dependiendo de su estado de ánimo y la persona.)
Ya que lo cierto era que aún si Manuel se preguntara a sí mismo qué le gustaba de Martín, su respuesta seguiría siendo la misma: "nada", sólo que con un tono de resignación, porque si el poeta no se creía sus propias mentiras, ¿cómo iba a hacerlas reales para el resto?
Y es que Martín para él era algo abstracto. Una nota discordante entre las cuerdas de su vida, era las marejadas abruptas, el desierto florido, la lluvia en verano o todas esas cosas que no tienen sentido en su coexistencia, pero están. Existen, respiran, se mueven, pululan a tu alrededor y no queda más que adaptarse, porque no puedes luchar contra la naturaleza. Manuel más que nadie sabía aquello.
(Con los años, con las décadas, con los siglos..)
Prefería definir al argentino en su cabeza como una rima asonante, sin simetría. No era poesía pura y de cátedra, sino más llana y directa: Antipoesía en cada una de sus letras, sus métricas desencajadas, antítesis en todas sus partes, y que a su pesar, de alguna manera cobraban un sentido bello y cautivante.
Porque nada tenía sentido en él y eso era lo inquietante. Eran palabras siempre francas pero contradictorias, era la pasión desenfrenada con la furia absoluta, era la irritación máxima con la calma plena. Eran apodos terribles e insultos estúpidos acompañados de unas comillas a cada lado de su boca. Su sonrisa.
Martín era antü, era sol.
Era una de esas cosas que a Manuel le encantaría estudiar a profundidad porque no concibe cómo funcionan tal como concibe la poesía. Escribir para él siempre había sido tan fácil como respirar: las sílabas, las rimas, los versos extensos, desglosar un libro abierto y crear a la par de sus sentimientos, pero Martín era.. Martín.
Su mejor enemigo. Su semi hermano. Un pedazo de cordillera, nieve, sal, una difusa frontera. Y una sensación absoluta que le recordaba a la libertad.
Si a Manuel le preguntaran qué le gustaba de Martín, diría: "nada", porque aceptar que tenía alguna otra clase de sentimiento era destruir toda estabilidad, toda la métrica de su poema. Era encajar ese verso disonante entremedio de lo pulido y estructurado, lo que cuidadosamente se había encargado de acomodar y que parecía tan sólido hasta que pusieran puntos suspensivos en el final.
Y todo se caía.
Porque Martín sin saberlo era capaz de reescribir cada palabra adentrándose en ellas, y eso era lo que Manuel más odiaba y le encantaba al mismo tiempo.
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|| Hace AAAÑOS que no publicaba algo por aquí, encima hace unos meses no sé cómo desconfiguré mi tumblr y quedó con un tema horrible por mientras(?), pero bueno, na’a que hacer ):
Dejo esto por acá para los fans de la pareja, que podrán pasar siglos y me sigue causando los mismos feels~ ♥
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Enséñame (Capítulo 2)
Capítulo 1: http://blue–tree.tumblr.com/post/140094699869/ens%C3%A9%C3%B1ame || AU escolar ||
Pareja: Jainico (Jaime/Nico); pequeñas menciones de EdNaiko. Advertencias: más adelante puede haber relación explícita entre hombre/hombre, léase bajo su propia responsabilidad. Nicolás es un adolescente de 17 años que básicamente, no sabe besar. Sus primeras experiencias fueron una mierda y ahora más que nunca necesita práctica en ello; las opciones son escasas y siente que ha elegido la peor salida de todas. El rojo comunista nunca puede ser una buena opción.
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Enséñame
|| AU escolar ||
Pareja: Jainico (Jaime/Nico); pequeñas menciones de EdNaiko. Advertencias: más adelante puede haber relación explícita entre hombre/hombre, léase bajo su propia responsabilidad. Nicolás es un adolescente de 17 años que básicamente, no sabe besar. Sus primeras experiencias fueron una mierda y ahora más que nunca necesita práctica ello; las opciones son escasas y siente que ha elegido la peor salida de todas. El rojo comunista nunca puede ser una buena opción.
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Adelante.
Nunca lo va a admitir en voz alta, ni tampoco siquiera se permitirá admitirlo a si mismo interiormente, pero.. le extraña a veces.
Iba a respirar profundo, tragarse su mierda y continuar poniendo el pecho y la frente por adelante, como su Ñuke hace tantas décadas le había enseñado.
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En dónde Sherlock Holmes conoce a Manuel y a Martín.
Título explicativo(?) Personajes: Argentina/Chile; Sherlock Holmes, John Watson. Disclaimer: Los personajes de Martín y Manuel le pertenecen a la comunidad de Latin Hetalia. Sherlock Holmes le pertenece a Arthur Conan Doyle. Esta es la versión de la BBC. Advertencias: Ninguna.
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Manuel levanta la mirada del libro que estaba leyendo abstraído para cuando siente que tocan la puerta. Volteó a mirar curioso a Martín, quién se supone que era la única visita "esperada" para ese día.
— ¿Invitaste a alguien, weón? —El aludido negó con la cabeza, dejando su mate en la mesita de centro.
— No, a nadie. —Se para y abre la puerta. Apenas lo hace abre más sus ojos en un gesto de sorpresa.— ¿Vos no sos..?
— ¿El detective que llamaste hace unas 23 horas? evidentemente. Evitémonos esta rutina, permiso. —Sherlock entra con toda confianza a la sala.
— ¿Pero qué-..?
— Discúlpenlo, tiene un problema de carácter. —Un hombre un tanto más bajo que el anterior y con apariencia más afable hace un gesto de disculpa con la cabeza y sigue al más alto, pidiendo permiso antes.— Bonita casa.
— Eh ¿gra..cias? sorry, quiero decir: ¿Quién cresta son?
— . . . —El detective voltea a mirar a mirar inquisitivamente al chileno que lucía cada vez más confundido, en silencio. Por su parte el castaño frunció el ceño, comenzando a sentirse incómodo.— Oh, bien. —Mira hacia otro lado como si nada, ignorando el tic de impaciencia que comenzaba a aparecer en una de las cejas de Manuel.— Por lo que veo el que fue que contactó con John fue usted. —Indica al rubio en un vago gesto.
— Ah, si. Si, pero ¿no decía que respondería entre una o dos semanas? además nunca mencioné esta dirección. O no me digás que.. —Mira al pelinegro con algo brillándole en los ojos por unos segundos.— ¿me seguiste desde mi casa o tenés contactos con la CIA? ¡No no, esperá! ¿tenés de esas bolitas de cristal donde salen pelotudeces del futuro?
— . . . —Sherlock voltea a mirarlo, con cara de ¿qué?, mientras el moreno se daba un facepalm al escucharlo, ya sin aguantar.
— ..Rucio, te lo voy a pedir con toda la paciencia que me queda. Me podí' decir en 5 segundos, ¿qué mierda está pasando? ¿quién es esta gente y cómo supieron que estabai' en mi casa?
— Mirá, es que-..
— Oh, temperamento fuerte. —Comenta el desconocido, volviendo su mirada al chileno por unos instantes.— ..¿Cuántas guerras? ¿Una, dos..?
— ¿Ah?
— Sherlock.. —Trata John, en tono de advertencia.
— O más. Interesante.. —Levanta sus cejas, como si puedese leer al otro como un libro abierto.— Pésima relación con tu padre, más bien creciste sin una figura paterna que en parte tu madre la compensó. Tenías una buena relación con ella y la has llegado a idolatrar como la persona que más amaste en tu vida, a pesar de que heredaste su carácter por lo que se asume que no era una persona muy afectuosa y terminaste idealizándola para mantenerte firme. Creciste en un ambiente hostil donde trataban constantemente de cambiar tu temperamento lo que solo lo acrecentó, debido a tu notoria terquedad. Te independizaste a muy temprana edad, puedo notar, y.. no lo hiciste solo. —Observa de reojo a Martín, quién escuchaba en silencio, sorprendido.— ..Tuviste una lesión en el brazo izquierdo en el proceso, por la forma en que apretas solo ese puño y contraes el músculo del antebrazo al recordarlo. Asumo un esguince o fractura. —Indica la extremidad mencionada, como para que notara la prueba del hecho.— Estuviste en más de una guerra, debieron haber sido guerras dentro de tu mismo país o cercanos ya que no tienes signos de haber pasado tanto tiempo en el extranjero, aunque no logro identificar en qué sector de Latinoamérica. Más que secuelas físicas de esta guerra fue el rompimiento de vínculos lo que más te afectó, aumentando en cierta forma el querer aislarte del resto de la gente que tenías cerca. —Echa un rápido vistazo a Martín, quién parecía casi con un brillo de culpabilidad y extrañeza en los ojos.— ..Oh..
— ¿Qué? ¿que querés..? —Cuestionó el otro, a la defensiva.
— Tú estuviste involucrado en esa guerra, ¿verdad? —Pregunta, estrechando sus ojos, aunque el tono que usaba demostraba que no necesitaba confirmación.— Trataste de sacar provecho en ese momento, y por ello casi rompieron totales relaciones, pero aún así se siguieron hablando por los años siguientes; sin embargo.. —Vuelve su mirada a Manuel, quién seguía de una pieza. Lo contempló por unos instantes, cada detalle de su lenguaje corporal, de la forma en que contrajo la mandíbula y que sus ojos bailaban en nerviosismo.— ..A los años, tú lo traicionaste a él, posiblemente ayudando a alguien a quién éste hombre odiaba, no podría haber sido una traición directa porque a pesar de todo le guardabas aprecio. Y.. —Ladea un tanto la cabeza, llevándose una mano al mentón.— ..hay más. —Sonríe suavemente, como si todo le pareciera tan fascinante y obvio.— ..Por esa expresión de frustración y culpa en tus ojos, no estuviste del todo de acuerdo con esa traición. Debo asumir que fuiste obligado a tomar una decisión y lo aprovechaste como vía para tu venganza, aunque nunca fue tu idea en primer lugar; ya que el daño fue más grande porque él.. —Señala al argentino, quién lucía ahora incómodo y con expresión que trataba de demostrar indiferencia.— ..perdió algo, algo importante, y eso no estaba dentro de tus planes. Las relaciones se cortaron por años después de eso. Él no te quería perdonar, y tú no buscaste su perdón. Oh, el orgullo humano puede ser tan grande y estúpido en algunas ocasiones.. —Hizo una pausa, jugando con un adorno que había tomado de una mesita. Como si todo lo que divagara y dijera en voz alta fuese para si mismo y no hubiese más gente en la habitación.— ..Pero a pesar de todo, ambos parecen adictos a este tipo de vida, a este tipo de relación conflictiva. Odiándose y a la vez necesitándose. Con el tiempo y los años inevitablemente se volvieron a hablar, sin mencionar el asunto y.. siguieron viéndose. Iniciando una relación informal de verse ocasionalmente una vez cada ciertos meses, eligiendo mucho tiempo de separación entremedio apropósito como queriendo reafirmar categoricamente el "no somos nada" y "tampoco es como si quisiera verlo tanto". —Relojea los ojos, con mofa.— sin darse cuenta siquiera que todo el asunto de querer llamar la atención el uno del otro por años, no es nada más simple como.. el amor. ¿No es curioso esto, John? Uno parece poner una máscara de indeferencia y molestia por fuera.. —Mira a Manuel.— ..y el otro una de total y rebosante confianza en si mismo. —Vuelve a Martín, para después dirigirse a ambos.— para no admitir en su increiblemente estúpido orgullo que están perdidamente enamorados.
— . . . Sherlock, creo que te has pasado esta vez.
— ¿En qué? Y-.. Oh, disculpen la descortesía de John por no presentarme. Soy Sherlock Holmes, detective consultor, único en el mundo. Y éste es mi amigo y compañero John Watson. Un placer. —Se presenta con aire de suficiencia, acomodándose el cuello de su abrigo.
— . . . —Martín y Manuel se miran, aterrados.
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Media hora después, Manuel entra a la casa seguido del argentino, esquivando el portazo de éste.
— ¡Ese weón era un maldito psicópata! ¡¿cómo mierda supo todo eso?!
— Es un detective, Manuel, capaz y lo buscó en facebook. Vos que publicás todo. —Manuel se volteó a mirarlo con su mejor cara de ¿en serio, weón? para luego soltar un nuevo insulto, a lo que el mayor soltó una carcajada.— ¡Bueno, qué se yo!
— Ahora decí' eso po, si hasta querías que te mostrara su bolita de cristal, weón. — Y bueno che, ¡tenía curiosidad! siempre he querido conocer a un adivino. — ..Pff, y a todo esto, ¿para qué lo llamaste?
— No importa ya. Dudo que quiera hablar conmigo después de echarlo a puteadas y lanzándole la lámpara que YO te regalé.
— Si te soy sincero, siempre quise botar esa weá. Es que en serio Martín, el amarillo no combina con ninguna de mis cosas.
— Tenés un gusto terrible y sos un malagradecido. No sabés cuántos pesos me costó en el mall de los chinos.
El menor soltó un bufido, mosqueado; mientras comenzaba a recoger los trozos de lámpara rota en la entrada de la casa. El silencio reinó por varios segundos, hasta que volvió a mirar a Martín de reojo.
— ¿En serio no me vai' a decir por qué lo llamaste?
— Es que ya tengo lo que necesito saber.
— ¿Qué cosa?
— Mirá si sos lento, boludo..
— Por la chucha, ¡para con tu weá! Si trajiste a un weón loco a mi casa mínimo dime qué cresta querías de él.
— Vos.
— ¿Qué?
Martín se acomodó en el sofá soltando un suspiro, mirándole fijamante sin sonreír esta vez. Un cierto nerviosismo se notaba en la forma en que se humedecía los labios y tragaba despacio, como buscando qué palabras decir.
— Quería saber si vos estabas con alguien.. más. —El castaño comenzó a abrir más sus ojos.— Antes de que me puteés, no es que-.. mirá, no es como si yo sea "algo" de vos. No somos pareja, no somos.. tan buenos hermanos, de hecho sos un pésimo vecino, boludo. —Dice a modo de broma, sonriendo un poco.— Pero quería saber si.. "esto".. —Hace un gesto vago, refiriéndose a lo que tenían ellos dos.— era tan real como lo sentía yo. Qué significaba para vos. No es como si le fuera a decir que investigara toda tu vida, solo le iba a pedir que me ayudara a identificar pistas de si te veías con alguien más, es todo. De cualquier forma yo no te iba a preguntar directamente, ya sabés..
— Y.. ¿qué te hizo cambiar de opinión?
— Que.. —Se fue poniendo de pie, haciendo que de inmediato el castaño también lo hiciera, a modo de reflejo. O más bien no supo por qué lo hizo.— ..Ahora se que estás enamorado de mi. —Y sonrió de lado.
Por unos segundos Manuel no reaccionó, pero cuando lo hizo cortó bruscamente el contacto visual con el mayor, sintiendo como algo comenzaba a calentar sus mejillas de manera desesperante y vergonzosa. ¡Iba a matar a ese maldito detective, aunque fuese lo último que hiciera, por la chucha!. Se llevó una mano a la boca como buscando qué decir, qué hacer; con el ceño fruncido, la garganta apretada y el corazón latiéndole a mil por hora en lo que su mirada trataba de buscar alguna respuesta ingeniosa en el suelo, hasta que vio las zapatillas de Martín. Ya estaba al frente suyo.
— Dijo.. —Intenta finalmente a modo de defensa, en lo que el cuerpo del rubio iba aprisionándolo contra la puerta. Las pupilas de Manuel tratando de estar enfocadas en cualquier parte menos su rostro. Tragó fuerte cuando el aliento caliente de éste pegaba contra su oreja.— A-acuérdate que también dijo que teníai' una inmensa confianza en ti mismo, deberíai' haber prestado atención a eso i-igual, aweonao' egocéntrico.
— Y que vos fingís indiferencia. Creeme, presté bastante atención.. —Murmura, mordiendo suave el lóbulo de la oreja del menor, sintiendo como éste se estremecía ligeramente.— ¿Me amás, Manuel?
— Ahn- ¡C-cállate, no me hablí' desde-..
— ¿Me amás? —Repite la pregunta, apretando ahora su cintura contra su cuerpo, besando el cuello en sentidos besos hasta su mandíbula. Respiró profundamente su aroma, causándole un cosquilleo en las yemas los dedos que no aguantaron en apretarse sobre su cadera.— Decime.. ¿cuánto me amás? —Insistió, mientras la respiración irregular del castaño se sentía cerca de su oído, un leve jadeo.
Y todo fue demasiado rápido para cuando Manuel no aguantó y lo tomó del rostro. Le tomaba de esa manera posesiva y poco delicada, donde una de sus manos iban hasta los cabellos rubios de su nuca y se enredaban ahí. Como diciendo esto es mio, quédate aquí, no te muevas que Martín aceptaba sin quejas con un respingo suave y una sonrisa satisfecha. El chileno cerró sus ojos con fuerza, respirando nervioso contra la boca argentina; hasta que los abrió un poco, encontrándose con esa verde mirada. Se mordió un labio en frustración y susurró.— ..Yo te odio, Martín, más que a nada en el mundo.
— Yo te odio más a vos, Manuel.
Y se besaron, se perdieron en un infinito beso sin agregar más. Ambos sabían que el otro mentía.
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Esto no tuvo ningún sentido, lo sé; solo se me vino a la cabeza qué pensaría alguien como Sherlock al toparse con estos, y.. ta-daa~♫ Mi intención en un principio era que fuera chistoso, pero a medida que fui escribiendo quise transformarlo en algo más serio, porque siempre termino escribiendo cosas estúpidas y la gente dejará de tomarme en serio :c (?)
Es la primera vez que escribo algo sobre Sherlock así que puede que haya salido MUY fuera de personaje, pero en fin. El que lo haya leído, me alegro~
#LH: Chile#LH: Argentina#ArgChi#Latinhetalia#latin hetalia#no se de dónde salen estas cosas#No voy a poner a sherlock en la etiqueta porque es muy fail
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Parodia canción del lobo (parte 2)~♫
(Parte 1): http://ask-manu.tumblr.com/post/27424556589/parodia-cancion-del-lobo
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- Mira culiao’. -Ya enojado.- Si te vai’ a estar quejando a cada rato por cada palabra que digo, te voy a mandar cagando pa’ tu casa.
- Manuel.
- Qué.
- Esta es mi casa, pedazo de pelotudo.
- ……B-BUENO, ¿QUERÍ’ QUE ME VAYA? ME VOY ENTONCES PO’.
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Una noche no tan fría.
Personajes: Argentina/Chile; Martín/Manuel. Summary: Continuación de "Una noche fría." (Me salió un poquito más largo esta vez) Advertencias: Ninguna (por el momento)
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— ¿Querí' contarme lo que pasó? —La voz directa de Manuel fue lo único que resonó en las lozas de baño luego de un largo rato de silencio. Martín parecía como ido en sus pensamientos y francamente el chileno no sabía qué más hacer por él. La tina pronto se iba llenando de agua caliente, pero pronto fue temperada por el mismo.
El rubio finalmente habló, cuando pareció aclarar su cabeza y procesar la pregunta.
— Quedate. —
— ..¿Qué? —
— Quedate acá, en el baño. —Repitió el argentino, dando un paso para quedar frente a la bañera de agua tibia. El vapor iba empañando de a poco los azulejos y el espejo, el ambiente se iba sintiendo más cálido; pero quería, necesitaba a Manuel. Le miró esta vez directo, con sus ojos verdes.— No voy a intentar nada, che.. —Se rió un poco, a lo que el chileno le miró enarcando una ceja, omitiendo el "Esa no te la cree nadie, weón".
— ..¿Pa' qué querí' que me quede? no me voy a ir. —
— Solo.. —Martín pareció dudar. Él siempre era de las personas que se mostraba sumamente confiado de si mismo, de sus palabras. Pero en estos momentos no quería quedarse solo en esa habitación. No con la imagen que había quedado en su cabeza luego del "accidente", no quería estar a solas con sus pensamientos que comenzaban a atormentarlo. Olvidar, solo quería olvidar.— ..ayudame acá, tengo los músculos re adoloridos, ¿viste? y vos sos bueno dando masajes.
— ¿Y quién te dijo que te iba a dar un masaje? So' barsa, weón. —Le empujó del brazo, a lo que el mayor se llevó una mano a sobarse este en un gesto exagerado, como si le hubiese dolido.— ¡Apenas te toqué, con-.. —Pero su queja terminó ahogándose en su garganta cuando el trasandino se había acercado más a él repentinamente, para pegar su frente con la sien contraria, con sus ojos cerrados.
Podía sentir como el aliento caliente del rubio se pegaba a su piel y la erizaba, como su respiración que antes había estado nerviosa ahora era más relajada. Martín rozó los cabellos de su frente con los de Manuel sutilmente, en un gesto casi íntimo, para luego entreabrir sus ojos y observar fijos los contrarios ahora, frente a frente, fijo a ese rubor involuntario que aparecía en las mejillas del moreno. Suspiró, entreabriendo sus labios algo secos para susurrar, entre el latido cada vez más rápido de su corazón. Casi parecía hablar sobre la boca del contrario.— ..Acompañame, Manu.—
Pero Manuel no contestó de momento, pues más pendiente estaba de recordar cómo se respiraba. Cómo se respiraba cuando tenía la boca de Martín a espacios de la suya, robándole el poco aire que pendulaba entre los dos. ¿Cómo mierda iba a poder pensar si le habla desde ahí? ¡No podía hablarle desde ahí!; o eso su mente repetía al momento que iba frunciendo el ceño con el rostro encendido y soltaba una especie de gruñido y volteaba el rostro.
Martín sonrió, pues tomaba aquello como un "si".
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— No sé porqué siempre hacés eso.—
— ..Si me lo decí' porque no te esté mirando, ¡ya te lo he explicado, weón! —
— Pero es que.. —Martín trató de contener su diversión, mordiéndose un labio. Sus manos iban por mientras desabotonando su camisa manchada tranquilamente.— ¡Boludo, me has visto en bolas un montón de veces! ¿Tenés que voltearte cada vez que me desvisto? No es como si me haya salido algo nuevo.
— Martín, cállate un rato o me voy a ir. Si vo' querí' que me quede, no quiero que sea haciéndome un strip tease o cómo se llame esa weá. —El chileno se encontraba de espaldas, de brazos cruzados, mirando fijamente un punto ciego de la puerta del baño como si ahí estuviera la cura del cáncer. Crispó sus dedos nerviosos sobre su propia camisa al escuchar el sonido de algunas prendas caer al piso. Estaba casi completamente seguro que el rubio le había pedido esto al propio.
— Vos podrías hacerme uno de vez en cuando, no estaría mal.. —Murmuró más como para si mismo, terminando de quitarse los pantalones.— Moviéndote al ritmo de alguna canción de Soda, y uff.. pará, de solo imaginarlo ya me pongo re ca-..
— MARTÍN, 'TOY ABRIENDO LA PUERTA. —Amenaza, rojo hasta las orejas, tomando la manilla.
— ¡No no, che, me callo! —Se rindió riéndose un poco, y cuando se vio totalmente desnudo; se fue metiendo a la bañera de agua caliente, soltando un largo suspiro de relajo. A pesar de que había bromeado con el tema, no era mentira lo de sus músculos y cuerpo adolorido. Su ánimo bajó un tanto cuando notó que tenía unos hematomas en la zona de las costillas y uno en su brazo izquierdo, mas por el dolor, no quería preocupar más a su pareja.
Pero no pudo ocultarlo mucho tampoco. Puesto que cuando se llevó su mano a tapar el moretón, el trasandino ya se había volteado sin que se diera cuenta.
— . . . —Manuel no dijo nada; solo le miró fijamente con expresión seria el lugar afectado (quitando la mano del rubio en el proceso) y luego inspeccionó con la mirada el resto de su cuerpo, como buscando alguna otra herida. Cuando pareció haberse asegurado de que no había ninguna "grave", al rubio le pareció hasta escucharlo soltar un suspiro de alivio, agarrando la esponja y el jabón entre sus manos, agachándose a su lado sin mirarle.— ..Erí' bien weón, Martín.
— ¿Eh? ¿Y ahora por qué me insultás? —
— Porque lo erí'. Aparte de weón erí' un despreocupado de mierda, lo que te hace aún más aweonao'.—
— ¡Che! —
— ¡No me vengai' con tus "che"! ¡¿Tení' encima el descaro de ofenderte?! ¡Te puedo insultar más si quisiera y seguiría teniendo la razón, sacoe'weas! —Martín se calló unos instantes, y el castaño prosiguió, mirándole duramente esta vez.— ¿Creí' que es lindo? llegar hecho bolsa, con sangre en la camisa, weás en tu cuerpo y.. tení' siquiera el atrevimiento de tratar de disimular que "too' está bien" y-.. agh. Haz las weás que querai', argentino. —Bufó, pasando una mano frustrado por su cabello para luego tirar la esponja dentro del agua y cuando se iba a poner de pie, Martín le sostuvo de la muñeca.— ..Déjame.
— ..Estás preocupado por mi y lo entiendo. —
— ¡No estoy preocupado por vo', cállate! —
— ..Sin embargo. —El rubio le ignoró esa mentira.— No te estoy.. ocultando nada, che. Lo de hoy fue algo.. que yo tampoco me esperé, ¿sabés? si querés te cuento, pero no te podés ir, no.. no quiero que te vayás, ¿querés..? —Tragó despacio, esperando, buscando que el menor le mirara. Sentía como algo en su estómago se revolvía cada vez que Manuel le evitaba, cada vez que le sentía preocuparse así. Algo en su pecho se sentía pesado. ¡No quería, no quería que estuviera mal por su culpa, la puta madre! Lo mínimo que podía hacer era contarle, al menos.
— Tú no entendí', rucio. —La mano de Manuel buscó una de las contrarias y la sujetó entre la suya, sin apartar la mirada de este agarre, frunciendo un poco el ceño.— Deja.. de preocuparte porque yo me vaya a preocupar, no me interesa esa weá. No me interesa si yo me pongo mal, ¡quiero que me contí' si algo malo te pasa, por la cresta! Te gusta andar sonriendo como si nada pasara pero te conozco, y a mi no me hací' weón.—
Y cuando el trasandino mantuvo la mirada fija con la suya, no pudo evitar comenzar a bajar su sonrisa un poco, solo un tanto, para luego mirar el agua tibia que cubría su cuerpo. Manuel podía hacerse el indiferente, pero a pesar de aquello era la persona que más le conocía en el mundo, no podía fingir nada con él.
— ..Él.. quería dejar esto. —Comenzó a soltar Martín, sin apartar su mirada de la espuma que se iba formando entre la bañera y se iba adhiriendo a su piel, sonrió suave cuando vio una burbuja reventarse, como queriendo distraerse de sus propias palabras.— Un amigo mio, al cual no conocés, quería apartarse de esta vida.. así como yo intenté alguna vez. Le dije que no, ¿sabés? le dije que apenas intentara decir "che, me rajo de acá" no lo iban a dejar, porque nadie se sale de esto a no ser que sea muerto y.. el muy pelotudo no me escuchó, Manuel. No lo hizo.. —Apretó su mano con fuerza a la del chileno que le contemplaba en silencio, sin emitir ni una sola palabra; casi le parecía ver temblar al argentino.— ¡Le dije!.. le dije que-.. que no lo hiciera. Pero el boludo siempre fue más terco que una mula y.. lo hizo. Hubo una pelea luego de eso, intentaron retenerlo, lo empujaron, comenzó el quilombo y se agarraron a trompadas ahí mismo, yo intenté defenderlo porque lo pateaban e-en.. —La voz comenzó a quebrársele un poco. Negó un poco con la cabeza manteniendo esa leve sonrisa, como si se forzara a que sus ojos no se humedecieran, a que todo estaba "bien".— ..en el piso, como de a cinco. El más hijo de puta y más grande, me pegó en las costillas y me dejó sin aire y.. el resto lo suponés, ¿no?.. prefirieron arreglar todo con un disparo y por eso lo de mi camisa y.. —
Martín no siguió hablando, puesto que los brazos de Manuel lo callaron de abrupto en un abrazo y el argentino se derrumbó. Sintió como todas sus barreras se derrumbaran y sus mejillas no tardaron en humedecerse, pero no le importó. El castaño le estaba estrechando contra si, aún a pesar de tener el torso mojado, le sostenía con tanta firmeza que como pocas veces, se dejó hacer entre sus brazos. Con ese aire de protección cómo si dijera sin palabras un "está bien, nada te pasará a ti, yo estoy aquí" pero que no se decía, porque no lo necesitaban. En un gesto algo nervioso y torpe Manuel le besó los ojos, como si no quisiera que llorara, en su interior rogaba porque no llorara porque no lo soportaba, y el argentino solo quería quedarse así, con aquel gesto, por lo que le restara de eternidad. Sabía que no podía dejar esa "vida" aunque quisiera, puesto que cada persona que lo intentaba no volvía para contarlo, pero.. mientras el castaño estuviese, nada era tan malo. Si el chileno estaba con él, nada podría dañarlo tanto en la vida.
Y cuando al fin se separaron, el castaño no dijo nada. Simplemente volvió a agarrar la esponja y el jabón líquido, y quitó todas las inseguridades y tristeza de su piel con cada roce de sus manos sobre su cuerpo. No hubieron besos, no hubo más conversación, solo hubo roces de sus dedos, hubo espuma, vapor, manos deslizándose suavemente por el cabello rubio entre el shampoo y el agua tibia que luego lo enjuagaba, y el mayor se sentía tan cálido que quería congelar aquel momento.
Y Manuel no quería volver a ver a Martín llorar nunca más.
- - - - Y aquí va la segunda parte. Ya comencé a escribir la tercera, cosa rara en mi ya que no suelo seguir los fics(?), terminó saliéndome algo bien cursi al final de todo.
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Una noche fría.
Personajes: Argentina/Chile; Martín/Manuel.
Disclaimer: Dónde Martín trabaja como narcotraficante, y la vida que tendría con Manuel (como pareja).
Advertencias: Ninguna.
Estaba impaciente, no podía dormir. ¡Por qué ese "weón" aún no llegaba, por la cresta!
Más, apenas escuchó el ruido de la puerta y unas llaves tintinear presionó la loza en sus dedos, volteando inmediatamente. Ahí estaba Martín, con expresión abrumada y una vez que le vio le sonrió apenas con delicadeza, cerrando la puerta tras de si. El chileno a los segundos divisó algo de sangre en su camisa, la taza casi se cae de su mano, al tiempo que sus ojos se mostraban aterrados.
— . . . —Ni siquiera pronunció palabra, se acercó rápidamente mirándolo sin parar, de arriba a abajo, una de sus manos nerviosas (le tiritaban) le tanteó por sobre la camisa al trasandino, sintiendo que el pulso se le aceleraba. ¡Dónde, dónde mierda estaba la herida!. El castaño no podía concebir la calma, hasta que el mayor le tomó de la muñeca, haciendo que por fin Manuel le prestara atención; ya le había hablado tres veces.
— Manu, pará che, tranquilo. Ya te dije, no es mía..
— Q-qué.. ¿No es-..?
— La sangre, no es mía. Hubo un quilombo con los demás en el parque y.. le dispararon a uno que estaba conmigo. Perdón por asustarte, yo.. —Se calló unos segundos, apretando la mano del moreno contra la suya. Recién Manuel notaba que Martín había estado temblando desde que llegó. No necesitaba decir más, ya suponía lo que había pasado.
La frente del rubio pronto estaba sobre el hombro contrario, semi abrazado a su cuerpo; mientras que el menor observaba la puerta, como perdido en sus pensamientos. Pasaron así un par de minutos, solo en silencio mientras apenas le acariciaba torpemente el cabello con su mano, sin saber que más hacer por él. Estaba frustrado, pero no quería hacer más preguntas aunque le carcomiera la cabeza, le bastaba saber con que el rubio no estaba herido.
— ..Vamo'.. vamos a que te bañí' y luego tirai' esa camisa, dale. —Habló finalmente, tomando sin esperar respuesta de un brazo contrario, guiándolo hasta el baño.
— Manu, Manuel escuchame. —Martín paró en seco en la entrada del baño, mientras el castaño aún no se volteaba a verlo, ni tampoco soltarle.— ¿No entendés? ahora me persigue la yuta*, yo.. yo no puedo estar con vos, es peligroso.. —Tragó pesado, sintiendo como el pecho se le apretaba.— ¿Qué voy a hacer si al venir a buscarme te hacen algo a vos..?
Manuel le apretó del brazo unos segundos, hasta que se volteó a mirarle seriamente, decidido.
— ..Si te agarran, que nos agarren a los dos.
Martín no necesitó escuchar más aquella noche.
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*Yuta: policía. Esto puede tener continuación, ya que me quedó gustando la idea c: Más que nada lo escribí por el pedido de una amiga, y en el lugar donde lo publicaba no me daba más espacio para escribir.
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ARGCHI GRATIS.
Ahora que ya tengo su atención(?)..
¡Hola!, bueno, debido a que ando algo oxidada últimamente en cuanto a práctica e ideas para escribir, (tanto por estudios y razones x), quisiera abrir el ask para dar espacio a que me hagan pedidos, si lo desean, claro :) Las condiciones solo son que sea algo sobre Manuel o Martín, sobre algo juntos o separados, pero únicamente solo de ellos, al menos por ahora. (No incluye los 2P, no me manejo mucho con ellos, lo siento.) Pueden darme palabras clave o algo más detallado y yo iré desarrollando la idea hasta lo que salga. También pueden especificarme si quieren que haya lemon/lime o no; lo que se les antoje~ El género, ya sea angst, humor, normal(?), ¡lo que quieran! Sobre los tiempos.. supongo que si me inspira lo escribiría al toque, sino, me iría demorando un poco más, pero tarde o temprano lo haré c: * Algo aparte, no sé cómo pero van 40 seguidores, ¡Muchas gracias! Nunca creí que alguien pescaría mucho esta cosa así que estoy feliz. ♥ Saludos~
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Donde Manuel está a un mes de casarse y recién se entera.
Aclaración: Esto pertenece a un rol que mantengo ya 2 años con una amiga argentina, por lo que el personaje de Manuel se ha ido desarrollando (y madurando) durante todo ese tiempo de relación.
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Tenía una sensación extraña en su estómago, que se agrandaba y subía a su garganta, como si un montón de nerviosismo retenido le hubiese golpeado de pronto y cayera en cuenta de algo, de algo muy importante, de un tema que había estado evitando hace bastante tiempo entre cualquier conversación que cruzara con alguien por todos estos meses, como si nunca nada fuese a suceder. Sin embargo, ya era primero de Junio. Un nuevo cumple mes, el último antes de—..
Y antes siquiera que el pensamiento se concretara en su cabeza, nuevamente sintió como si alguien le zamarreara con fuerza y le dieran un susto de golpe; comenzando a bombearle más fuerte el corazón, cada vez más molesto en sus tímpanos con ese maldito badumbadumbadum que se repetía una y otra vez; sin saber qué le estaba pasando contuvo la respiración unos segundos y.. calor, calor en su cara, mucho calor. Se llevó la mano a una de sus mejillas, sintiéndola arder: ¡De seguro estaría sonrojado, por la cresta! Soltó algo parecido a un.— Nonono conchetu'mare. —Negando con la cabeza un par de veces arrugando su ceño, mientras miraba con sus ojos castaños inseguros (casi como un prisionero cautivo) las ventanas, la puerta, el pasillo de la casa y.. la puerta del patio; a la que no dudó ni un segundo en abrir y salir a la intemperie a paso acelerado; donde en el sur en el cual se encontraba en aquellos instantes, llovía torrencialmente.
La lluvia lo empapaba por completo, el frío le hacía erizar la piel con un leve estremecimiento, el viento le pegaba una que otra hoja de otoño a su ropa y la respiración se le agitaba y.. se iba a casar. Se iba a casar en un mes más, en tan solo 30 días más estaría con traje, en Argentina; tomando la mano de Martín diciendo un-.. — ..¡C-cállate mierda! Soltó exasperado con una inmensa vergüenza, como si esa fugaz imagen invadiera su cabeza en contra de su voluntad. Caminó hasta el ya familiar árbol de su patio y se apoyó contra el tronco, deslizándose hasta quedar sentado en el suelo mientras sus ojos se cerraban. No lo había querido pensar en todos esos 11 meses, no había querido mencionar nada ni con su familia, ni con amigos, y con suerte lo hablaba con Martín (aunque ese weón lo soltaba con bastante naturalidad) pero.. ¿Cómo es que se le había pasado el tiempo tan rápido? ¿Cómo es que prácticamente no quedara nada de tiempo? Se pasó una mano por su rostro húmedo, suspirando entrecortado por el frío, aunque por suerte la lluvia disminuía. Y es que siempre hacía cosas 'extrañas' cuando estaba nervioso o bajo tensión. Aún recordaba cuando era pequeño solía esconderse de España en lo más alto de las araucarias, y muchas veces hasta se había dormido arriba solo para después "tragarse" una charla inmensa de Antonio del peligro de aquello. Ya más grande e independizado, pero aún con poco autocontrol, cuando no podía controlar su ira terminaba dándole golpes a algún árbol hasta cansarse; Y ya más grande cuando se había dado cuenta que lo que sentía por Martín, lo primero que hizo fue huir y encerrarse, pues se negaba a aceptar que ese tipo de "sentimiento" fuese por el trasandino. Pero esto era distinto, no podía huir. No podía darse más tiempo de pensar, de subirse a un árbol o correr. Martín ya era parte total de su vida, ¡vivía con él en su casa! Dormía con él, peleaba con él, salía con él, caminaba, compraba, comía, jodía, puteaba, besaba, hacía el amor y.. sonreía, solo sonreía con él, por él, para él. En distinto orden, en ese mismo orden o todo en una misma hora. — Pff.. puta Manuel, mira la weá que te hizo, te convirtió en un maricón. ���Resopló, sacudiendo su cabello mojado con los dedos cuando miró su anillo en el anular, mirándolo atento. No iba a negar que tenía miedo, pues estaba aterrado. Siempre había pensado que no quería ser dependiente de nadie, no quería que lo lastimaran, quería estar solo, conforme y enojado con el mundo, pero sin riesgo alguno en la difícil vida que le había tocado. Pero ese rucio había cambiado casi a la fuerza todos sus parámetros que aunque quisiera.. no podía hacer nada.
Estaba loco, profunda y estúpidamente enamorado de ese sacoe'weas que tenía por pareja. Aunque lo negara, aunque lo puteara, aunque le dijera "te odio" o lo mal que le caía con regularidad por aquel ego inflado que tenía; por solo Martín se arriesgaría a todo lo que les deparaba por delante. Si era con ese argentino, no sonaba tan.. malo. Y entre la ahora más leve llovizna sonrió un poco, de lado, casi imperceptible. Mirando al cielo mientras respiraba hondo y, completamente empapado, se iba poniendo de pie y se adentraba en la casa, lo mejor sería darse una buena ducha caliente y acostarse, rogando para que no despertar con una pulmonía al día siguiente. Pero antes de dormirse agarró su celular, camuflando sus intenciones entre la oscuridad de su habitación y las frazadas. Mensajes / Manuel - 1:47 am:
"..¿Estai' nervioso? Aunque en realidad, qué vai' a estar nervioso tú, si erí más sin vergüenza que la cresta. Solo te quería decir que.. ..No me arrepiento de nada, y.. si quiero, contigo"
- 1:48 am: ". . . No me refiero a nada degenerado que estí pensando, ¡qué te apuesto que pensaste una weá fleta!"
- 1:49 am: "..Ah, y si le decí a alguien lo que dije, te pego weón."
- 2:00 am: "Felices 1 año y 11 meses, Martín.."
- 2:01 am: "..Te amo."
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Desvelo.
Anoche tuve una pesadilla..
Hace tiempo que no las tenía, quizá el trabajo y mis problemas me tenían con la mente tan ocupada que ya me había olvidado de como se sentían. Últimamente solo soñaba que me atrasaba en la pega, que no alcanzaba a llegar a algún lado o esa típica escena donde corres más que la chucha porque te persigue alguien, pero nunca te alcanza a atrapar porque antes te despiertas de golpe en la cama.
¿Pero sabí' lo.. raro de esto?
Soñé que me dejabas, que te ibas, pero.. por alguna razón, estabas llorando.
Cuando me desperté, tenía esa sensación amarga en la garganta que me dificultaba tragar, y los labios adoloridos. Al mirarme al espejo cuando me levanté, me di cuenta que era porque me los había mordido con fuerza (entre sueños, supongo), y que a pesar de que en mi sueño yo no podía hablar, no podía gritar, no me podía mover y ni siquiera reaccionar; podía solo sentir la humedad de tus lágrimas en mi camisa, pero las de esta mañana.. eran mías. Tenía el rostro estupidamente empapado. Que aweonao' me debí haber visto llorando mientras duermo.
Pero, tengo miedo ahora..
Porque no estás, porque hay trabajo, porque hay muchas cosas que hacer, porque hay crisis, porque hay próximas elecciones, porque hay inflación, porque hay corrupción, delincuencia, asaltos, protestas, huelgas, gritos, injusticias y.. a pesar de todo, a pesar de todos los problemas que están presentes en mi país y en el tuyo.. no te puedo quitar de mi cabeza.
Porque cuando recuerdo esa pesadilla siento rabia, siento que mi pecho se aprieta y que quiero gritar pero no puedo, porque me siento más impotente que la mierda, por no reaccionar siquiera a sujetarte, a retenerte, a decirte que eres mío y que no te puedes ir, ¡que no me puedes dejar, por la cresta!. Y es que pienso que en ese momento solo no sabía que decirte, que insulto propinarte, que palabra de amor prometerte, como para que te quedaras conmigo, y que no te esfumabas.. que no te desvanecieras al instante en que soltaste mi mano y me sonrieras tristemente. Luego todo se difumina, abro los ojos y estoy mirando el techo, con aquella sensación de angustia que se atora en alguna parte de mi pecho, que no puedo liberar más que dando un largo suspiro.
Pero después de todo.. los sueños son sueños, y este no fue, es y será nada más que un mal sueño, ¿verdad, Martín..? Creo que.. confío demasiado en ti como para querer pensar otra cosa.
Manuel.
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Al lado del camino.
Dedicado a Martín, de parte del chileno, a pesar de ser una canción de rock argentino. "Al lado del camino" del músico Fito Páez.
[Video]
Sus dedos jugaban con las cuerdas de la guitarra, mientras mantenía sus ojos cerrados y trataba de recordar una de las canciones que le había escuchado a Martín tiempo atrás. Una vez que sus dedos se movían comenzó a entonar la melodía. Aquella voz perdiéndose entre el humo del cigarrillo que mantenía encendido sobre el borde de la mesa, dejando que solo la letra inundara la habitación. Los recuerdos, el vibrar de las cuerdas contra sus yemas. Quizá las canciones, los poemas viejos, era lo que lo mantenían más cerca de ese argentino por estos días; sabía que estaba lejos, pero aún así podía sentirle cerca, como si esa cordillera, solo por este momento, no se interpusiera entre ambos países. "Me gusta estar al lado del camino fumando el humo mientras todo pasa, me gusta abrir los ojos y estar vivo tener que vérmelas con la resaca. Entonces navegar se hace preciso, en barcos que se estrellen en la nada vivir atormentado de sentido creo que ésta, sí, es la parte mas pesada.. En tiempos donde nadie escucha a nadie, -Suspira.- en tiempos donde todos contra todos. En tiempos egoístas y mezquinos en tiempos donde siempre estamos solos. Habrá que declararse incompetente en todas las materias de mercado, habrá que declararse un inocente o habrá que ser abyecto y desalmado. Yo ya no pertenezco a ningún istmo, me considero vivo y enterrado, yo puse las canciones en tu walkman, el tiempo a mi me puso en otro lado. Tendré que hacer lo que es y no debido tendré que hacer el bien y hacer el daño, no olvides que el perdón es lo divino y errar a veces suele ser humano. No es bueno nunca hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto, que piensan que hacen una guerra y se hacen pis encima como chicos.. -Sonríe leve.- que rondan por siniestros ministerios, haciendo la "parodia del artista", que todo lo que brilla en este mundo tan sólo les da caspa y les da envidia. ¡Yo era un pibe triste y encantado de Beatles, caña Legui y maravillas~! Los libros, las canciones y los pianos el cine, las traiciones, los enigmas.. mi padre madre, la cerveza, las pastillas, los misterios, el whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios.. el hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis 10 tías, me hicieron este hombre enredado~.. Si alguna vez me cruzas por la calle, regálame tu beso y no te aflijas. si ves que estoy pensando en otra cosa no es nada malo, es que pasó una brisa.. La brisa de la muerte enamorada que ronda como un ángel asesino, mas no te asustes siempre se me pasa es solo la intuición de mi destino. ¡Me gusta estar a un lado del camino~ fumando el humo mientras todo pasa! ¡me gusta regresarme del olvido para acordarme en sueños de mi casa! del chico que jugaba a la pelota del 49585 nadie nos prometió un jardín de rosas, ¡hablamos del peligro de estar vivo~! No vine a divertir a tu familia, mientras el mundo se cae a pedazos, me gusta estar al lado del camino me gusta sentirte a mi lado.. me gusta estar al lado del camino ¡dormirte cada noche entre mis brazos! ¡Al lado del camino!, al lado del camino.. al lado del camino~.. es mas entretenido y mas barato, al lado del camino, al lado del camino~..♫" Y de a poco su voz se fue apagando, hasta que finalmente su mano se plasmó sobre las cuerdas deteniéndolas de aquella melodía en la que había estado ensimismado.
Algo de alivio había en su pecho. Lo esperaría. Esperaría a ese weón insoportable todo lo que tuviera que esperarlo.
Después de todo.. siempre volvía.
Siempre.
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-No es que tuviera un par de copas de más, por supuesto que no. Pero hace un par de horas solamente que había llegado a ese bar con karaoke y apenas escuchó cuando preguntaban quién se ofrecía el castaño levantó la mano frenéticamente, casi gritando un.- ¡YO CANTO CSM! ¡soy terrible wenoo’...
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*Inserte música de “Juguemos en el bosque mientras el lobo no está♫” aquí* - Juguemos en la cordillera, mientras Manu no está ¿Manu está? ♫ - Zzzz… - Juguemos en la cordillera, mientras Manu no está: ¿MANU ESTÁ? ♫ - ¡Cállate weón oh’, quiero dormir! - …# Juguemos en la cordillera,...
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Callando a un argentino.
Personajes: Argentina/Chile; Martín/Manuel [Que novedad(?)]
Disclaimer: "¿Tanto quería acaso que se mostrara interesado por lo que a él le gustaba? ¡Si era un puto programa solamente, por la cresta!" Advertencia: Randomness.
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Miraba de reojo a aquel vecino y algo más suyo de cabello rubio y ego altísimo, que se encontraba a su lado. Ambos viendo lo que parecía ser uno de los tantos programas que Martín colocaba y como él, por supuesto no era argentino (gracias a dios), no entendía de que mierda hablaban los comentaristas de aquel canal.
Algo de sin mucha importancia, al parecer.
A lo que simplemente el castaño soltaba un suspiro malhumorado, poniendo expresión aburrida que ni trataba de disimular, sin atreverse a reclamar ya que sería algo cínico de su parte. Recordaba palpante la semana pasada en Chile, haberle reclamado un "¡No vai' cambiar ni una weá, estamo' en mi casa y yo elijo que ver weón!" cuando el rubio había querido poner un partido de Boca v/s River. ¿A quién le importaba eso? Y ahora tenía que tragarse sus palabras, puesto que esta vez, si, se encontraban en el país argentino.
El otro constantemente le hacía comentarios sobre lo que hablaban los tipos en la tele. ¡Pero si aunque se lo explicara no le daría risa! ¿Desde cuando hacía gracia un chiste luego de que te lo detallaran?; Más simplemente se quejaba soltando un,- Mira weón, vo' míralo nomá' que yo no estoy ni ahí. -A lo que el rubio infantilmente parecía querer inflar una mejilla a en señal de desconformidad y murmuraba un inmaduro.- Sos un aburrido, Manu. -Y volvía a fijar su esmeralda semblante en la pantalla del televisor.
Y Manuel volvía a suspirar.
¿Qué tan interesante podía ser eso? ¡Si ni siquiera sabía de quienes hablaban!
Se cruzó de brazos enfurruñado en su asiento entre tanto que el trasandino volvía a tratar de explicarle o al menos comentarle sobre alguna cosa que le haya hecho gracia, más el chileno de brazos cruzados volvía a negar; a lo que este soltaba un resoplido hacia arriba moviendo por inercia su mechoncito 'misiones' y volvía a mirar la televisión, esta vez haciéndose el ofendido.
..El chileno arqueó una ceja.
¿Tanto quería acaso que se mostrara interesado por lo que a él le gustaba? ¡Si era un puto programa solamente, por la cresta!
Y por alguna razón, se estaba irritando.
Mas, a la quinta vez que Martín se volteó entusiasmado apuntando el televisor diciendo un.- ¿Escuchaste boludo? ¡Que hijo de puta el chabón ese!, todo el quilombo que armó par-... -Sus labios fueron callados rápidamente por la boca chilena, donde el argentino no sabría en que momento las manos del ajenas habían dado contra el cuello de su camisa. Pero por supuesto, aquello no le molestaba, más se enfocaba en como en ese rostro de ceño algo fruncido contrastaba con el lindo rubor en sus mejillas, y más aún en aquella boca tan suya entrelazaba sus labios, provocándole rodear la cintura del castaño contra su cuerpo en un suspiro, disfrutando de aquel beso. De seguro Manuel no se había resistido a su irresistible presencia al lado que, obviamente, tuvo que besarlo.
..Mas por la mente del chileno pasaba que, había encontrado una nueva manera para callar y calmar a ese argentino de una vez por todas.
- Che.. -Murmuró una vez que se le separó, quedando pegado a sus labios. Mostrando usa sonrisa cómplice.- ..¿Querés ir a la pieza? -Comenzando a enredar sus manos debajo de la polera chilena, disimuladamente.
...O tal vez no.
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