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Te quiero mucho, pero...
Te quiero mucho, después de haberte tenido presente por años, el haberte tenido físicamente presente me resultó ¡MAGNíFICO! porque tu filosofía de vida te da valentía para realmente vivirla. Te quiero mucho, desde el primer encuentro has marcado significativamente mi camino y no me dan ganas de olvidarte pronto... ni nunca. Te quiero mucho, me da coraje que voy por la vida queriéndote encontrar en cualquiera aún siendo consciente que no te encontraré ni en un pelo de rana calva. Te quiero mucho, agradezco todo lo que has compartido conmigo, lo mucho que me has procurado y sobre todo lo demasiado que te has ocupado. Te quiero mucho, te extraño, pero nuestras vidas de nuevo se separaron y no se si tomarlo como señal de que no estamos destinados a estar juntos o de que no es nuestro momento para compartir tanto aunque me den ganas de compartirlo casi todo contigo. Te quiero mucho pero porque te quiero te suelto la mano dejando la mía extendida para cuando la quieras volver a tomar para volver a caminar juntos un ratito más. Que bonito es querer cuando eres tu, no le temo a las mariposas y mucho menos a coincidir otra vez porque amarte es un placer aunque no sea conmigo con quien termines este mundo terrenal.
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Te mentí...
Te mentí cuando te dije que no te quería detener cuando ¡CLARO QUE QUERÍA! y aún quiero detenerte porque lo que sentía, siento y sentiré por ti es totalmente real, pero estaría siendo egoísta por retenerte en una relación que por más que lo intenta no encuentra el punto medio para que ambas partes esten cómodas.
Te mentí cuando te dije que no quería detenerte porque quiero que tengas lo que buscas, necesitas y mereces en esta vida... ¡UN AMOR RECIPROCO! y no porque yo no te quiera sino porque no busco lo mismo que tú y no puedo, ni quiero ni espero, que quieras lo mismo que yo quiero causando la represión de tus sentimientos, deseos y sueños, porque no lo soportaría, no soportaría ser quien causara el desvanecimiento de tu escencia.
Te mentí cuando te dije que no quería detenerte porque era consciente de que si tomaba tu mano iba a entorpecer tu vuelo hacia lo desconocido pero más anhelado por ti… tu crecimiento humano con un camino estable lleno de júbilo por ser tú mismo en toda la extensión de la frase.
Te mentí cuando te dije que no quería detenerte porque si realmente hubiesemos estado bien desde un principio no hubieras ni siquiera considerado el irte.
Te mentí cada que la distancia se interpuso entre nosotros causando en mi el pensamiento de que si me quedo sin nada siempre podré ver mi vida en tus ojos.
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Te escribí de noche...
Te escribí de noche porque nuestros recuerdos vienen en color blanco y negro, a veces sepia como cuando cae el atardecer, justo como las fotos viejas de los años en donde el amor homosexual tenía que ser escondido.
Te escribí de noche porque una madrugada de diciembre te perdí y sentí como se destrozaba por primera vez mi corazón por perder a alguien tan especial como tú.
Te escribí de noche porque era cuando calmabas a mis mounstruos internos y me recordabas lo mucho que valgo, lo mucho que soy pero principalmente lo mucho que me quieres a pesar de todo.
Te escribí de noche porque era cuando me marcabas o mandabas mensaje... fingía no querer contestar, muchas veces llegué a rechazar o ignorar la llamada o mensajes porque sabía que al yo responder iba a volver a sentir ¿qué iba a sentir? lo que fuera que quisieras hacerme sentir con esa llamada o con ese mensaje porque así de loca me traes, así de vulnerable, así de dosil, así de...
Te escribí de noche pero nunca te lo dije porque de haberlo hecho hubieramos vuelto a sentir lo que fuera que quisieramos sentir el uno por el otro sin límite, sin pensarlo, sin pausa, sin freno... sin nada que nos impidiera sentir.
Te escribí de noche por causalidad de un millón como tú con ojos cafés en los cuales no he podido pero quiero ver algún día un futuro no tan planeado, no tan perfecto, no tan estereotipado.
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Te escribí unas cuantas líneas…
Te escribí unas cuantas líneas un 07 de marzo del 2022 a las 00:12 por que sigues en mi cabeza perseverante y constantemente de formas que ni yo sabía que alguien podría aparecer en mi cabeza.
No es molesto pero es extraño, extraño de una forma bonita (justo como tú) porque hace casi 2 meses que no hablamos con palabras más que con acordes que no se cansan de sonar a cualquier hora del día para después traer un recuerdo nuestro que evidentemente causará la dilatación de mis pupilas como si estuviese drogada… y lo estoy, estoy drogada y extasiada de amor ¡POR TI! desde hace solo 12 años, te hiciste mi adicción, mi necesidad, mi deseo… MI DROGA.
No puedo tenerte pero tampoco puedo dejarte ir, alcanzarte resulta imposible pero frenarte sería imperdonable, pedir que te quedes sería impositivo pero irme sin querer hacerlo sería doloroso ¿QUÉ HAGO? ¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN? ¿DÓNDE ESTÁ LA X DE NUESTRA ECUACIÓN? nos volvimos tan complicados, tan cotidianos, tan como la sociedad dicta que ahora tenemos una etiqueta: una relación tóxica… me duele ponernos una etiqueta ¿sabes por qué? porque lo nuestro era único, mágico, irrepetible e INEXPLICABLE, no existía palabra para definirlo, no había adjetivos suficientes ni cantidades que pudieran conceptualizar nuestra relación.
No sabemos despedirnos, o no queremos hacerlo, y el quedarnos a la mitad de la puerta no nos está ayudando en ningún aspecto sino ¡TODO LO CONTRARIO! nos estamos causando una manchita que mañana ni el mejor carpintero podrá quitar y nos dejará el dulce amargo recuerdo de que algo estuvo ahí por mucho tiempo sin moverse porque el valor sentimental era suficiente para no querer tirarlo, moverlo, romperlo, regalarlo o incluso simplemente olvidarlo.
Te escucho un día de enero cual si fuéramos extraños, amores extraños que un día fueron un nudito en guerra que se terminó justo el día que te conocí.
Te escribí unas cuantas líneas pero ya no te lo pude decir.
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