Tumgik
ekmuyal · 8 years
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Sin Nombre
Parte 1 Después de años de no vernos, nos encontramos parados en el lugar donde todo comenzó. Tu, mi puta y yo... Ja tu pendejo, aquel por quien lloraste y aquella por quien deje todo.  Un instante y una chispa en tus ojos hicieron que todo valiera madre. Tu maldita calentura y mi falta de huevos para decirte que no.  Acabamos en un hotel distinto al de la primera vez, quería que está vez hubiera algo distinto, quería creer que podía hacer las cosas de otra manera, pero al final éramos los mismos kamikazes de hace 5 años, tuvimos sexo sin pudor, sin remordimientos, sin amor. Nada en lo absoluto cambio.  Cuando desperté, ya habías inhalado cocaína como desayuno, me miraste durante un minuto sin expresión alguna, tus ojos vacíos me atravesaban, como desde hace mucho tiempo no había nada en ellos. Después solo me diste los buenos días, tomaste tu ropa a toda prisa y saliste del cuarto, quise correr detrás de ti tal  como hace años lo hice, entonces recordé la escena en los pasillos del hotel, me gritabas e insultabas mientras trataba por todos los medios de entender que sucedía. Cuando logre arrastrarte dentro del cuarto, me dijiste que había sido un error, que no querías una relación y que no estabas dispuesta a dejar tu libertad a un lado por un hombre que acababas de conocer. Entonces solté una carcajada que debió resonar en todo el hotel, me miraste por demás extrañada y tus ojos se inyectaron de furia. Sin más comenzaste a golpearme en la cara y yo no podía dejar de reír, hasta que me diste una patada en mis zonas blandas... Eso sí dolió.  Me dijiste que nadie se burlaba de ti y mucho menos un pendejo como yo. Cuando recupere el aire, me disculpe y te pedí que te tranquilizaras, que de un acostó nadie se enamoraba y que si querías una relación sin ataduras, sin compromisos y sin responsabilidad, estabas con la persona ideal, en esos instantes de mi vida, lo menos que necesitaba era tener a alguien a mi lado. Aún estaba inmerso en mis recuerdos cuando se abrió la puerta y entraste con cara de asombro -"Míralo... Si tan pendejo ya no estas, no piensas ir por mi?-
No tenia la menor intención de discutir con ella, han pasado demasiadas cosas en mi vida, tantas, que sus berrinches y rabietas, no tenían el menos efecto en mi
  Entonces tome mis cosas y con toda la calma del mundo me metí a la regadera, estaba muy clavado en mis pensamientos cuando entraste, tardaste un par de minutos, pero terminaste junto conmigo bajo el agua. Metiste tu mano en mi entrepierna y me preguntaste si aún dolía. La verdad es que mucho, pero no quería darte el gusto de aceptarlo y sólo dije que un poco. Comenzaste a besarme y a jugar conmigo como tantas veces lo hiciste y como en todas esas ocasiones terminamos revolcándonos como animales en celo, al terminar tome mis cosas y salí de ahí, mi cabeza decía que había algo mal, que había algo diferente, no me convenía seguir viéndote, ya no más.  Pasaron un par de semanas y mi rutina volvió a la normalidad trabajaba como autómata, por las noches me encerraba en mi apartamento a beber, a drogarme. Cuando creí que sólo había sido una casualidad el "amor" una vez mas tocó a mi puerta. Entraste llorando y disculpándote mientras decías que eras una estúpida por enamorarte de mi, que yo era un imbécil que no te merecía y que esto no iba a funcionar, pero que querías intentarlo.... Creo que te equivocaste en algo... Sigo siendo el mismo pendejo que no sabe decir que no, a pesar de todo quería estar con alguien, no me importaba si eras tu, solo… necesitaba tener alguien a quien aferrarme.
Parte 4 Comenzamos una vida juntos, llena de discusiones, de golpes, de vicios, todo se convirtió en una espiral de descenso hasta lo más profundo del infierno. Pasamos días sumidos en el alcohol y en las drogas, días dónde el sexo era lo único que nos unía. En tus ojos nunca descubrí el amor que decías tenerme y para mi pesar, encontré un poco dentro de mí para ti. Todas las mañanas, cuando despertaba, te miraba en la cama sumida en no sé qué sueños, nunca supe que demonios vivían dentro de ti, nunca platicábamos, nunca demostramos interés por nosotros más allá de nuestros cuerpos. Sabía que escondías algo, más no podía adivinar que, por mi parte tampoco te contaba nada, mis demonios son míos y nada más, mis demonios viven torturándome día a día, aun cierro los ojos y ahí están y no quiero que me dejen nunca. Pasaron 3 meses desde que te mudaste a mi departamento y las cosas no cambiaron en lo absoluto. Un día sonó tu teléfono y mire en tu rostro algo muy similar al miedo, tu rostro se desencajo y en un segundo trataste de dominarte, contestaste muy calmada y en un instante ya gritabas furiosa.  -Voy a pagar cuando yo quiera, no les tengo miedo- -silencio- -Me vale madre quienes sean, si quiero no les pago y ya... Nunca me encontrarán- Entonces entendí mi papel en tu juego.
Parte 5 Después que colgaste te tome con fuerza del brazo y te reclame de manera airada, nunca me había sentido tan furioso. -Quien carajos te crees que eres para usarme como tu escudo? Quien te autorizó a entrar en mi vida solo para usarme? Quien puta madre eres?- El silencio nos rodeo después de eso, tardaste en reaccionar unos instantes, después se dibujo una sonrisa en tu rostro y con toda la saña del mundo me dijiste  - De verdad creíste que alguien como yo, se podía enamorar de alguien como tu? Creíste que de verdad te amaba? espera... No me digas... Tu si te enamoraste! Ho por dios! no cabe duda de que eres más imbécil de lo que pensaba- De manera increíble decías esto mientras tu rostro se descomponia y un llanto incontrolable salía de tus ojos, no entendía que pasaba y no quería hacerlo, no quería abrirte mi corazón, pero como acababas de decir... Soy más imbécil de lo que se podría pensar. No se si fue amor, compasión, miedo o lo que sea que pudiera ser, camine hacia ti, te abrace y a besos recogí tus lágrimas, después dije las palabras más tiernas que hasta entonces habían salido de mi para ti.  -Te amo putita- -... Aunque lo dudes y aunque no quiera... También te amo... –
Parte 6 Después de ese día, nos siguieron unos meses de gracias dónde la relación se torno estable, las discusiones se redujeron considerablemente y el sexo era mejor cada día, realmente era difícil pedirle algo más Dios, si es que el nos había mandado está dicha, pero, como nada dura para siempre, un día la desgracia llamo a nuestra puerta.  -ABRE, SABEMOS QUE ESTÁ AHÍ MALDITA ZORRA! -  Me levante de la cama, me puse los pantalones y salí a la puerta.  -Quienes son? Que quieren? -  -No es de tu incumbencia, quitate de mi camino y dime donde está esa perra? -  -No se de quien me hables... -  En ese momento sentí el impacto de un puño en mi cara y seguido de este llegaron más y más, además de patadas e improperios.  La realidad es que aguante poco tiempo consiente, cuando desperté estaba en cama y ella a mi lado.  -Que paso?- le pregunté  -Perdoname- me dijo entre lágrimas - Nunca fue mi intención que te hicieran algo -  -Quien fue? -  -Es mejor que no lo sepas, no te conviene- -QUIEN FUE? — grite con exasperación 
Parte 7 Despues de un rato de discutir comenzó a contarme parte de su historia.  -Como recordarás, hace casi 6 años ya que nos conocimos. Ese día había escapado de mi casa, ya no soportaba estar ahí un minuto más. Mi vida era una mierda y a nadie le interesaba lo que me pasara, ni a... -  -A quien? -  Dudo un momento, inhalo aire y mirando a sus pies continuo -No sabes muchas cosas de mi y en este momento sabrás algo, que, quizá te cause sorpresa. No le importaba ni a mi esposo- Tenía razón, me causó sorpresa, pero no mucha, al no platicar nada de nosotros, abría una enorme cantidad de opciones. -Acaso era alguno de los que me golpearon- -No. El no hace este tipo de cosas, siempre se lo deja a sus rufianes- -Quien es tu esposo? -  Sin levantar la mirada del piso abrió su boca para decirme...  -Mi esposo es...
Parte 8 En eso estábamos cuando en la calle sonaron sirenas de patrullas, nos asomamos a la ventana y los oficiales estaba apresando a quienes hacia unas horas me habían golpeado, de pronto uno de ellos saco su arma y trato de escapar mientras disparaba, la suerte no lo acompañaba y una bala de los azules se alojó en su cabeza quitándole toda oportunidad de escapar. Cuando voltee para hablar con ella, ya no estaba, aprovechó la confusión para irse, tomó algunas de sus pertenencias que estaban a la mano y me dejo.  No se como sentirme, no se si aliviado, dolido o herido en lo más profundo de mi. La verdad es que me dolió y la voy a extrañar.
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Parte 9 Han sido unos meses duros, pero estoy bien, no me haces falta.  NO TE NECESITO, eres un pendejo, poco hombre, otra vez no fuiste tras de mi.  -silencio- No puedo ni quiero arrastrarte a una vida donde te debas esconder a cada instante y me sienta culpable si algún día te pasa algo.  -Silencio- De verdad eres un imbecil! No quiero estar contigo, me cagas, solo necesitaba un pretexto para alejarme de ti. Eres un idiota y dejame en paz... (click)  Te extraño, pero se que es lo mejor para ti Llore después de colgar el teléfono, me temblaron las piernas, pero era lo mejor para el, me muero si le pasa algo. Lo amo con el alma, pero debo resolver mis asuntos.  Estuve caminando por varias horas sin rumbo, sabía lo que tenía que hacer y eso me asustaba mucho. Tome el celular y me dispuse a marcar, sería una llamada rápida.  Un tono, dos, tres y de pronto -bueno-...
Parte 10  Fueron más de 2 horas las que espere a que llegarán por mi, pero parecieron solo unos minutos.  Era una noche cálida y la luna brillaba en lo alto en todo su esplendor, la ciudad estaba muy quieta y la gente parecía moverse en cámara lenta, de pronto, frente a mi se estacionó una camioneta vieja y de ella bajo mi esposo, me miró con gran ternura, me beso, me abrazo y me dijo.  -Dónde estabas amor? Fue mucho tiempo el que desapareciste, no lo vuelvas a hacer- -Perdoname, no volverá a suceder- Entonces regresamos a casa, a la miseria, a la porqueria que era vivir con el. No soportaba vivir en la pobreza, no soportaba vivir con el, que me abrazara o siquiera su sola presencia. Lo detestaba, pero ahí estaría segura... Al menos eso es lo que creo.  Mientras mis pensamientos estaban lejos de ahí, estaban contigo. Nunca había amado a nadie, me case por que era rebelde e idiota, me dijeron - no lo hagas- y me importó un pito... Y ahora... Estoy aquí... En un lugar que odio, con alguien que detesto.  Cuando llegamos a casa, la luna la cubría con una luz plateada y la hacía brillar, siempre soñé con una casa de Oro, una de plata estaría bien.  Esa codicia fue la que me hizo lo que soy y es lo que me hace actuar como lo hago...
Capítulo 11 Cuando cumplí 17 años conocí a una persona muy poderosa, mi cuerpo ya se había desarrollado en todo su esplendor y despertaba el interés de todos por donde pasaba, pero en donde crecí, todos, eran nada. Cada semana llegaba una camioneta negra y de esta bajaban tipos con armas y entre ellos uno de más o menos 25 años. Tenía una sonrisa impactante, pero lo que más me llamaba era la cantidad de cosas que portaba celulares, ropa de marca y siempre iba vestido a la línea, sin una sola arruga y los zapatos impecables. En un barrio como el mio, eso era demasiado inusual.  El día que me vio por primera vez, yo vestía con una minifalda blanca, con un top morado y sandalias del mismo color, el un pantalón Negro de vestir, con una camisa rosa, zapatos negros y brillosos, como si recién hubieran salido de la caja.  Me recargue en la pared y me le quede mirando fijamente, el se percató y camino hacia mi. Mientras se acercaba mojaba mis labios con la lengua y no dejaba de mirarlo.. -A donde tan chula nena? — -A donde me quieras llevar- respondí.  -Hoy tengo una fiesta en la noche, póngase más chula y pasó al rato por usted- Me aleje de ahí contoneando mi cuerpo y pude sentir que su mirada no se despegaba de mi.  Corrí a mi ropero para ver que podía usar y solo encontré trapos viejos, tome dinero del monedero de mi mamá y corri a comprarme algo al tianguis. Escogí una blusa negra transparente y un short de lycra bastante chiquito.  Llegada la noche me puse la blusa sin nada abajo, se que le gustó, porque no podía apartar la mirada de mis pechos.  -Vamonos- me dijo y entonces comenzó un capítulo bastante borroso en mi vida. 
PARTE 12 Cuando íbamos en la camioneta, el no dejaba de mirarme y en un instante ya tenía su mano debajo de mi blusa, en ese momento me convertí en un manojo de nervios, mi atención se dividió entre las sensaciones que me daban sus manos y la mirada de sus guaruras, el noto mi nerviosismo y me pidió que me relajara, que si quería algo que me ayudara, entonces le dieron una bolsita con un polvo blanco, esparció un poco sobre la pantalla de su celular y me enseñó como se debía hacer, repitió la operación y en esta ocasión me tocó a mi inhalar aquel polvo.  La reacción fue casi instantánea, mi cuerpo y mi mente se conjugaron en un frenesí nunca antes sentido, me sentí llena de energía y en ciertos momentos ansiosa.  Momentos después llegamos a un edificio muy alto, entramos y subimos a los elevadores, nunca me había subido a uno, después de seleccionar el último piso, este comenzó a moverse y sentí un pequeño hueco en el estómago, intente que no se notará, pero sólo vi que el sonreía muy divertido. Llegamos al último piso y al abrirse las puertas entramos a un departamento muy grande, en las paredes había cuadros que no entendía, el piso estaba cubierto por tapetes con bellos grabados y los muebles eran de diseños que ni en sueños había imaginado. Esto era lo que yo merecía y haría lo posible por conseguir un lugar así.  La música se escuchaba por todo el lugar, pero todas las personas se encontraban en la terraza, el edificio se levantaba imponente y desde ahí se lograba ver toda la ciudad. Cuando salimos a la terraza, mi acompañante me pidió que lo esperará en una esquina, mientras saludaba a alguien, se retiró por unos minutos y regreso acompañado de una mujer de unos 40 años, con un porte y una elegancia difícil de ver, nos presentaron y ella pidió que la acompañará, no sin antes mirarme de arriba a abajo y detenerse en mis senos por unos instantes
Parte 13 Caminábamos por el departamento mientras me contaba de donde era cada cosa en el mismo, tapetes de persia, esculturas griegas y así me llevo hasta una habitación, por demás fastuosa, cortinas tan ligeras que se agitaban con la más leve brisa, la cama más grande y suave que pudiera existir, los muebles eran aún más bellos que los que estaban en las demás habitaciones, todo era mejor que en mis mas guajiros sueños.  Ella se movía como flotando por la habitación, se acercó a mi llevando una copa en cada mano, me dio una y me llevo a la cama tomandome de la mano, me invito a sentarme y entonces comprobé que la cama era más suave de lo que imaginaba. Comenzó a cuestionarme quien era, de donde venía, que me había llevado hasta ese lugar. No podía contestar, mi lengua estaba agarrotada y mis labios no se separaban, tome un poco del líquido que había en la copa, sentí como las burbujas explotaban en mi boca, meses después supe que eso era champaña, se levantó de la cama y en un instante regreso con una pastilla azul, me indicó que la tomará y no pude resistirme. Conforme pasaban los minutos comencé a exitarme y ella sólo se limitaba a verme y a seguir platicando, por fin pude articular palabras y fue para preguntarle por el baño.  Cuando por fin entre en el, me moje la cara con agua fría, no entendía por que me sentía así, mi sexo estaba muy mojado y se notaba en mis lycras, mis pezones estaban ya muy duros y por un instante creí que me volvería loca de tantas sensaciones..  Apenas me estába secando la cara, cuando ella entró envuelta en un camisón totalmente transparente y al parecer víctima de los efectos de la misma pastilla. A partir de ahí todo fue un vertiginoso ir y venir de sensaciones nuevas y extrañas, a partir de ahí, supe que había llegado al lugar indicado, a donde podría cumplir todos mis sueños y ambiciones, a partir de ahí, me convertiría en alguien importante, en alguien con poder.
Parte 14 Cuando cumplí 20 tenía todo lo que había soñado y más, ropa de diseñador, joyas, carro con chófer y una cuenta con bastante dinero, más del que podría gastar en varios años en una vida de excesos como la que llevaba hasta ahora.  Solo necesitaba pedir algo y lo tenía, todo era perfecto, pero un día, todo cambio abruptamente.  Todo sucedió de una manera trepidante, una mañana cuando me disponía a ir a clases de etiqueta, llegaron cerca de 4 camiones repletos de policías federales, todos con capuchas y rifles de asalto.  Entraron al edificio por la fuerza, mientras yo veía todo por la ventanilla del auto, en cuestión de minutos bajaron con mi protectora, la llevaban esposada y con la cabeza agachada. Nunca imagine verla así.  Pasaron varios días y por fin tuve noticias de ella. La tenían recluida en un centro de máxima seguridad y sólo podían tener acceso a ella su abogado y familiares directos, le pedí a uno de sus hombres que me consiguiera papeles falsos y un contacto dentro del penal para poder entrar.  Tardó solo un par de días, los papeles parecían reales y ahora me había convertido en su hija.  Entrar en ese penal ha sido una de las experiencias más lúgubres de mi vida, todo tenía un halo de dolor, olores rancios y podredumbre. Algo que quería olvidar y nunca más tener cerca de mi.  En cuanto me vio, corrió a abrazarme y besarme con muchas ansias. Me dio instrucciones de como podría sacarla de ese lugar, me dio acceso a todas sus cuentas y los nombres de los contactos dentro del negocio.  Salí con toda la disposición de ayudarla, pero entonces, llegó el diablo vestido de pantalón Negro y camisa rosa.
Parte 15 La primera vez que lo vi, llevaba la misma ropa, solo que esta vez llevaba zapatos distintos, la misma sonrisa cautivadora y porte que me llamaron la atención aquella vez.  -hola chula, tanto tiempo sin vernos. Como estas? -  -No tan bien como quisiera. Pero espero solucionar esto pronto- En ese momento el comenzó a cuestionarme que había pasado adentro, su rostro se fue transformando y llegó un momento en que la alegría no se podía ocultar en su rostro.  -Chula. No ve la oportunidad que tenemos en frente? No ve que se puede olvidar de todos sus problemas desde ahora? -  -A que te refieres? - pregunte -Si la dama se queda dentro del penal y usted tiene acceso a todos sus negocios; no necesita más de ella, tiene en sus manos el poder de hacer los que quiera- Hasta ese momento no me había pasado esa idea por la mente, pero me estába tentando demasiado. Le estaba muy agradecida a mi protectora, pero la tentación era enorme.  -Que hacemos? - le dije -Para que arriesgarnos matemosla y vivamos como reyes por siempre- -Como lo hacemos? -  -Déjemelo a mi chula, yo me encargo de todo, solo deme una semana- Accedí y le dije que tenía una semana, se alejo y me quedé pensando, ahora tenía todo el poder, así que haría lo necesario para mantenerlo, mientras más pensaba, más tenía claro lo que debía pasar y algo estaba claro en mi mente.... Debía morir.
Parte 16 Al día siguiente la volví a ver, se veía un poco mejor y llevaba ropa más adecuada a su porte, mi contacto en el penal había hablado con el director a cerca de ella y pusieron una cuota bastante elevada para que mantuviera un mejor estatus dentro de la prisión la cual cubrí sin ningún objeción.  Afuera los abogados seguían con los trámites para su libertad.  Me sente junto a ella y le dije que necesitaba de todos sus consejos para manejar el negocio, también le platique que tenía un tema bastante álgido entre manos, ella me escucho con atención y me dijo a quien llamar y que hacer. Horas después salí del penal con mucha información bastante útil y segura de que todo saldría bien. Pasaron unos días y en los periódicos leí que se había perpetrado un atentado dentro del penal, en contra de mi protectora, en ese momento sentí un júbilo abrumador, me contuve y tome el teléfono, llame a quien ella me había dicho, solo dije quien era el objetivo y lo que había hecho, la llamada se cortó y solo me sente a esperar. En unas pocas horas llegó a mi celular una imagen de quien había sido "mi complice" le habían cortado los dedos de las manos, la lengua y en su lugar metieron sus testículos y pene, simplemente aterrador. Había obtenido poder y no pensaba compartirlo con nadie, lo gane y era mio. Nadie se podía interponer ante mi, sabía cómo desaparecerlo.
Recuerdo que mientras iba en la camioneta me golpearon e insultaron hasta el hartazgo crei que iba a morir.
Parte 17 Pasaron días de ensueño, días dónde la vida parecía una fantasía, tenía lo que quería y cuando quería. Los hombres idolatran a una mujer con belleza y poder, yo lo tenía y disfrutaba de la atención de todos. Habría tardado miles de años para conseguir lo que tenía y no me arrepentia de nada.  Asistía todos los días a fiestas fastuosas y llegue a codearme con las personas más influyentes de la ciudad, me acosté con actores, con actrices y llegue a participar en verdaderos bacanales, donde fluian alcohol, drogas y sexo desenfrenado.  Un día me disponía a salir de viaje y cuando baje del ascensor, la vi, ahí estaba parada frente a mi, me tomo por el cabello y me arrastró a él elevador, pulso el botón y se cerraron las puertas detrás de nosotros. Comenzó a abofetearme y a maldecirme.  -Nunca imagine que me hicieras esto. Nunca lo pensé de ti, te di todo, eres una perra y te voy a destruir -  -Pero como? -  -Te sorprende perra? No funcióno tu plan maldita, afortunadamente para mi, no me paso nada, pero para tu desgracia sigo viva- se calmo un poco y de nuevo arremetio- Al principio me rehuse a pensar que habias sido tu, pero al no recibir más visitas tuyas, mis dudas se disiparon muy pronto. Eres una maldita- Cogio el teléfono del cuarto y llamó a la recepción - que pasen - dijo y unos momentos después llegaron dos de sus guaruras, me tomaron por los brazos y me bajaron a rastras. Suplique, rogue e implore, pero a ella no le importo en lo absoluto.  Recuerdo que mientras iba en la camioneta me golpearon e insultaron hasta el hartazgo crei que iba a morir.
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Parte 18 Mientras espero el siguiente trago de tequila, en los altavoces de la rocola suena una de las canciones que yo puse. Comienzan acordes lúgubres e instantes después, suena la voz lastimera de Pascual Reyes No me mires, con esos ojos tristes, que me gritan palabras mudas, que me hacen recordar.  No busques, más llamas en el gas, porque si no nos hemos de quemar, seguro nos vamos a asfixiar Tenía sentimientos que me aquejaban, uno por uno eran dolorosos, pero juntos armaban un cóctel que me hacía querer estar muerto, sabía que no debías entrar en mi vida, sabía que eras una puta que cualquier día se largaria con cualquier hijo de la chingada con buen paquete o cartera gorda, aún así te acepte y te ame como nunca lo había hecho, soy un imbécil, que no se supo sobreponer a una puta y a su calentura, la música de San Pascualito Rey aún sonaba No veas lo que no hay en mi, lo que no hay aquí, lo que ya perdí. Olvidate de mi, olvidate de todo lo que yo te di, te vas a lastimar aqui Olvidarme de ti? Suena sencillo, llevó medio año tratando de hacerlo, medio pinche año lleno de lágrimas, de dolor y añoranza, lleno de putos sentimientos que me sirven para ni madres, medio año buscando putas, buscando hijas de la chingada interesadas como tu, pero ninguna a resultado ser tan ojete, ninguna está dispuesta a desmadrarme de la manera en que tu lo hiciste, pero estoy seguro de que esta noche será diferente, se que encontrare a alguien que llene el vacío que dejaste, si no sucede... hoy moriré.  Pido la cuenta y ya se está escuchando otra canción de Pascualito, su nombre no podía ser más adecuado para esta noche. CAEMOS O VOLAMOS?
Parte 19 Salí del bar tratando de conservar la vertical, camine por las calles dando tumbos y buscando compañía, tratando de encontrar a alguien en quien descargar mis frustraciones, buscandote a ti. Pasaron varias horas antes de encontrar a mi objetivo, la mire de arriba a abajo, buscando en ella todas las características que veía en ti. Después de unos instantes concluí que le faltaba mucho para ser como tu, pero igual a las otras y de la misma manera me encargue de omitir las faltas.  Me acerque a ella y me preguntó que si quería compañía, me juro entre abrazos y mimos que no me arrepentiria.  -Anda papi, te haré el hombre más feliz del mundo- -¿Quieres ser mi putita? -  -Con que eres tú! - Al parecer mi fama me precedia. Un tipo ebrio en busca de una putita, que pagaba por sexo y terminaba discutiendo y llorando, no era algo que podía pasar desapercibido por tanto tiempo.  -¿Como que soy yo? - Alcance a articular tratando de dominar a mi lengua.  -Ven, dejame llevarte con alguien que te puede ayudar -  Sin la más mínima resistencia de mi parte, caminamos por un par de calles, hasta una casa, entramos y una mujer nos atendió, mi acompañante pidió por un trabajo especial y me llevaron a una habitación con una cama enorme y paredes acolchadas.  Instantes después salió de una puerta distinta a la que entre, una mujer bastante alta, vestida de cuero y con un látigo en la mano.  -¿Así que eres tú el que quiere a su putita?- -Si, pero no eres tú. ¿Que haces aquí? -  Me abofeteo y me empujó con el látigo.  -No te he dado permiso de hablar, de ahora en adelante solo hablaras cuando te lo ordene. ¿Entendido? -  No se si fue el alcohol, el dolor, la pena o todo junto, pero en ese momento comencé a golpearla y a insultarla. Comenzó a pedir auxilio mientras la llenaba de puños y patadas por todo el cuerpo, en menos de un minuto ya tenía a 3 tipos golpeandome y sacandome a empujones de la casa, llegamos a la calle y me dejaron en la banqueta, no sin antes darse gusto con mis costillas y cabeza.  Entraron a la casa y tarde unos minutos en incorporarme, cuando lo logre, se acercó quien me había llevado a aquel lugar, me miró y me dijo.  -Carajo¡... Me iba a llevar una buena comisión por un servicio de esos, ni hablar, eres un pendejo y un pobre imbecil-
Parte 20 Esas últimas palabras funcionaron como un interruptor en mi cabeza y las ideas comenzaron a fluir con cierto frenesí.  -Como me dijiste? - Le pregunté al instante.  Ella se puso un tanto nerviosa y retrocedió un poco al ver que me incorporaba.  -Tranquila, no te haré daño, solo repite lo que me dijiste.- Su mirada estaba llena de miedo e incertidumbre, por fin logró articular palabras y aún tartamudeando me dijo.  -Que me iba a llevar una buena comision-  -No. Eso no, al final, lo último, dime, repitelo por favor... - Quería gritar, pero de mis labios solo salían susurros.  Intente caminar hacia ella y fui a parar al suelo.  Al parecer eso la tranquilizó, se acuclillo junto a mi y por fin lo dijo.  -Que eres un pendejo y un completo imbécil- Después de eso perdi la conciencia y me desmaye.  Horas después desperté en una camilla, conectado a un suero y con vendajes por todo mi cuerpo, no había un solo lugar que no me doliera, pero lo que más me lastimó, fue no verla ahí. Sentí un enorme vacío, estaba solo, lloré y de nuevo sentí que mi vida no tenía sentido, no tenía caso seguir, ya no mas.  En ese instante advertí su presencia, había estado ahí no se por cuanto tiempo, su cara estaba ojerosa y tenía un café en la mano.  -Por fin despertaste. Como te sientes? -  Trate de contestar, pero mi boca estaba seca y no podía articular palabra, además que sólo de intentar moverla, un dolor intenso me recorría todo el cuerpo.  -mmmgghhh- solo atiné a "decir"  Se sonrio y dijo.  -El doctor dijo que pasaría eso, pero me quise divertir un rato. Además es por hacerme perder una noche de trabajo, aunque eso ya casi quedó saldado con lo que había en tu cartera y los gastos médicos se han cubierto con tus tarjetas, así que no tienes mucho de que preocuparte- hizo una pequeña pausa y por fin concluyo -por ahora.-
Parte 21 Han pasado unos días después del incidente y mi nueva "amiga" me hacía visitas constantes en el hospital, un día llegó a la habitación, me miró de pies a cabeza, murmuró algo entre dientes, salió de la habitación y regreso con una bandeja de agua, jabón, algunos trapos y un rastrillo.  - A ver, así no luces tan bien como cuando nos conocimos-  Tomó un espejo que estaba en la mesita de enfrente y me mostró mi rostro. Un gran vendaje cubría gran parte de este en la parte superior y llegaba por debajo de mi ojo derecho, mi barba y bigote ya estaban bastante crecidos. Metió el jabón al agua, lo froto entre sus manos hasta generar bastante espuma, después la fue distribuyendo por mi rostro y comenzó a pasar el rastrillo hasta no dejar un solo bello.  Al terminar, me volvió a inspeccionar y dijo -Luces mucho mejor- Instantes después me pidió una de mis tarjetas de crédito. (Para ser sincero, la petición me desconcertó un poco) al parecer pretendía cubrir sus honorarios. Mientras pensaba, ella no espero mas y de la mesita, tomó mi cartera, saco una tarjeta, dio media vuelta y se fue.  Un sentimiento de soledad volvió a abrigarse dentro de mi, no lo había notado, pero su sola presencia me hacía sentir bien. Supuse que iba a vaciar mi tarjeta, tenía un límite alto en el crédito y eso me preocupó.  Pasaban de las 6 de la tarde cuando llegó con varias bolsas departamentales, se me acercó, me las mostró y sonriente me dijo -Sabes? Nada hace más feliz a una mujer que ir de compras.- No espero a que reaccionará, cuando de las bolsas empezó a sacar una camisa, pantalón, saco, corbata y unos zapatos para mi. Me sentí avergonzado por mis pensamientos previos y al parecer ella lo noto -Que? Pensaste que te iba a robar? -  Mire hacia el techo en señal de vergüenza.  Soltó una carcajada y sin detenerse me dijo -Pendejo.-De nuevo esa palabra.-Vamos¡ levántate¡ Te dieron de alta y necesitan que desocupes la cama lo antes posible, ya están artos de tener a un parásito como tu en una de sus camas.  Me ayudó a vestirme con bastante cuidado, ya no sentía dolor, pero me gustaban las atenciones que me brindaba.  Llegamos a la calle y paro un taxi, nos subimos y de repente se hizo un silencio un poco incómodo, sentí un pellizco en mi pierna, voltee a verla, estaba levantando las cejas y diciéndome - Dile a donde vives- Así lo hice y en poco tiempo ya estábamos en casa.  Cuando llegamos a la puerta saco mis llaves de una bolsa que ella llevaba, (hasta ese momento caí en la cuenta de que no las traía conmigo) me las entregó y me dejo entrar primero. Cuando voltee, ella aún seguía sin cruzar el umbral de la puerta. Entonces me dijo -que esperas que no me invitas a entrar? -  Me sentí un estúpido, regresa a la puerta, la tome de la mano y le dije -Pasa, estas en tu casa- Hizo una reverencia y entro al departamento - Así que aquí vamos a vivir? –
 Parte 22 Han pasado meses desde la golpiza que recibí a manos de esos canallas, ellos me dejaron cerca de casa, según lo que me cuentan los que me vieron, mi cara era una plasta de sangre y no se me podía reconocer, nadie me ayuda, llamaron a la ambulancia y esta no llegaba, a unas cuadras había un dispensario médico y mandaron traer al doctor. En ese momento todo era un inmenso dolor, despertaba y me desmayaba a cada instante.  El doctor llegó antes que la ambulancia, me tomo entre sus brazos y me llevo al dispensario.  El me salvó la vida, gracias a él sigo viva, el me ha ayudado con los tratamientos, no me cobro un solo centavo, el, el, el... Estas mismas frases me las repetía día y noche semanas antes de casarme con el.  Mi familia me pedía que no lo hiciera, que no iba a ser feliz y que a él le iba a destruir la vida.  Sabía que era cierto, pero el me lo había pedido, en principio le dije que no, que él era una gran persona y que yo no lo podría hacer feliz, que me perdonara, pero que prefería que fuéramos amigos.  El no cesó en sus intentos, me regalaba flores, chocolates, peluches, lindos detalles, pero no era lo que quería, yo deseaba joyas, autos, salir de ese lugar de nuevo y con el no lo lograría nunca.  Un día mi madre enfermo de gravedad y el la curó sin cobrar un solo peso, el cubrió los gastos de la operación y la convalecencia sin ayuda de nadie. De nuevo me sentía en deuda con el y el de nuevo volvió a la carga.  Le pedí unos días para aclarar mis ideas y platicarlo con mi familia.  Todos estuvieron en contra de la boda, decían que estaba destinada al fracaso.  Me sentí molesta al ver que nadie de mi familia confiaba en mi y me decidí a demostrarles lo contrario, les demostraría que soy una mujer digna de el y les taparia la boca a todos.  Lamentablemente no hice nada más que darles la razón.
Parte 23 Juro que puse todo de mi parte para que la relación funcionará, después de casarnos nos fuimos de luna de miel a Cancun, todo era realmente hermoso, nos hospedamos en un hotel 5 estrellas, la vista al mar era espectacular, todo el ambiente era propicio para el amor.  Llegó la noche y realmente estaba emocionada, íbamos a hacer el amor por primera vez, ya no podía esperar, mi cuerpo sabía lo que le esperaba y temblaba de excitación.  Todo empezó muy bien, realmente tenía habilidad con las manos, sus besos eran dulces y en todo momento fue tierno, me beso de pies a cabeza y ponía especial atención en los lugares donde había cicatrices.  Me sentía contenta, casi feliz, nunca había tenido una relación así y para ser sincera, lo estaba disfrutando mucho. Me decía que era su princesa y así me sentía, el me daba seguridad, me daba cariño y me daba cuanto podía.  Llegué a mi primer órgasmo en cuestión de minutos y segundos despues me vino una cascada de intenso placer, me sentía extasiada, enervada, me llevo una y otra vez a la cima del placer.  Necesitaba descansar, ya no podía más, me volvería loca, era mi turno de hacerlo disfrutar.  Puse toda la experiencia que tenía para hacerlo feliz, su excitación era tanta que no duró mucho antes de terminar, su cara reflejaba todo lo que sentía, su frente estaba perlada de sudor y su respiración antes frenética volvía a la calma poco a poco.  Eso solo había sido el comienzo de una noche increíble, una noche que no quería que terminara nunca.  Al día siguiente solo salimos del cuarto para desayunar, todo el resto del día lo dedicamos a seguir conociendo nuestros cuerpos y cada vez nos entendíamos mejor.  Fue realmente increíble, fue una semana de ensueño, pero al término de esta, debíamos regresar a casa, a la dura y pobre realidad.
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Parte 24 Nuestra casa no era más que un espacio de unos 100 metros, la mitad de estos construidos por una recamara, una pequeña sala/comedor y una pequeña cocina, la otra mitad estaba cubierta por un lindo jardín, en este había algunos árboles de diferentes frutos, uno era de naranja, otro de manzana y el último daba unas deliciosas peras, que tenían un sabor a mantequilla y parecían derretirse en la boca.  A lo largo de 5 meses me convertí en la mujer más fiel, amorosa y leal que hubiese existido, a pesar de que la cocina no se me daba nada bien, me esforzaba por hacer cosas que le gustaran y cuando no me salían bien, el me abrazaba y me llevaba a comer fuera... Realmente era muy bueno conmigo.  Todo habría sido perfecto, de no ser por un pequeño detalle. No sentía nada por el. Solo la simpatía que alguien pudiese tener por un hermano o un gran amigo.  Se que soy una basura, pero de verdad me estába esforzando, solo deseaba verlo feliz, aunque yo me estuviera muriendo de aburrimiento e infelicidad.  Un día las cosas cambiaron radicalmente. Había llegado la noticia de que seguía viva y feliz a oídos de la que en algún momento me había amado y protegido. Una tarde al salir de la tienda me abordaron los tipos que me habían dado por muerta.  No los había visto y note su presencia cuando ya era demasiado tarde, uno me tomo por el brazo y me "ayudó" a subir a la parte trasera del carro.  -Hola muñeca. como estas mamita ? -  Sentí un pánico horrible y a mi mente llegaron los recuerdos de aquel día. Cerré los ojos y comencé a pedir piedad. Se rieron, uno de ellos me tomo el rostro y con su aliento rancio directo en mi cara me dijo.  -Nuestra señora no está feliz de que estés viva y mucho menos de que estés felizmente casada, así que nos mandó a encargarnos de eso. Decide. Te sacas a chingar a tu madre de aquí, o nos echamos a tu esposo? — Debi sentir terror, y una enorme preocupación por el, pero... Lo vi más bien como una oportunidad de deshacerme de el, de poder ser libre y de ya no padecer una vida que no era para mí. Debo confesar que me sentí un poco culpable de pensar en esa opción, pero había otro detalle. Si les decía que lo mataran, lo harían o lo tomarían como una provocación?  Les pedí un día para darles mi respuesta. Accedieron de mala gana y desaparecieron.
Parte 25 Llegué a casa y el aún no estaba, me sentí una mierda por siquiera pensar en dejar que lo mataran, pero quería salir de ahí, de una o de cualquier forma.  Cuando llegó, trate de comportarme lo más normal que podía, le servi de cenar, al terminar nos fuimos a la cama e hicimos el "amor" como tantas otras veces. No sospecho nada.  No pude dormir durante toda la noche y por primera vez desde que nos casamos, no lo deje que durmiera abrazado a mi, le dije que hacía mucho calor y a regañadientes se separó de mi.  No me sentía capaz de dormir a su lado, me sentía culpable de lo que le iba a pasar y realmente lo era.  Era una noche cálida y salí a caminar al pequeño jardín, la luna brillaba en el cielo y los grillos nos regalaban una pequeña y tenue serenata. Cogi una de las deliciosas peras y le di un mordisco, su sabor me recorrió la lengua y el paladar, no había nada tan rico.  Pase horas en el jardín, recargada en el árbol de peras, pensando en lo que iba a pasar y como iba a pasar, pensé en las diferentes maneras en las que el podría morir, pero todas me causaban dolor. Después de un buen rato, llegue a la conclusión de que no importaba eso, lo importante era como les diría que prefería mi vida a la de mi esposo.  Me quedé dormida en el jardín y cuando llegó la mañana desperté cobijada en la cama, y había una taza de chocolate caliente encima del buro.  -Buenos días princesa! Otra vez te quedaste dormida en el jardín, te prepare chocolate y no te preocupes por la cena, hoy vamos a cenar a un lindo lugar.- Tomé un poco de chocolate, cada trago me quemaba la garganta y sentía que era justo lo que merecía, mis ojos se nublaron y un par de lágrimas se asomaron tímidas, me levante de la cama y corrí a abrazarlo.  -Gracias por todo, gracias por ser tan maravilloso conmigo.- El me tomo entre sus brazos y me dijo que no había nada que agradecer, que era lo menos que podía hacer porque me amaba.  Sentí náuseas, me volví a sentir una basura, pero ya había tomado una decisión y no había marcha atrás.  Las horas pasaron volando y cuando me di cuenta se había llegado la hora, tenía que verlos y decirles la decisión que había tomado, cogi mi bolsa, las llaves y salí a la calle, no tuve que caminar más que una cuadra, ya estaban ahí, esperándome. Me acerque a ellos y me saludaron inclinando levemente la cabeza.  Pasaron unos instantes llenos de un silencio incómodo, tenso, por fin uno de ellos se animó a preguntarme. - y bien? Que has decidido? -
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Parte 26 Quizá fueron sólo unos instantes, pero para mi fue una eternidad. De mis labios no salía la respuesta y a mi mente llegaron imágenes de mi vida antes y después de que el llegara, realmente era algo muy difícil para mi, me sentía una basura, sentía que me faltaba el aire, sentía una presión muy grande en mi pecho y una angustia tal que comencé a morder mis labios hasta hacerlos sangrar. No podía moverme, me habría encantado salir corriendo de ahí y olvidarme de todo, de volver el tiempo y que esto se quedase solo como un sueño, también me habría gustado demostrarle al mundo que podía ser una persona diferente a la que ellos creían que era, pero no podía, esta era mi naturaleza y no iba a cambiar ahora.  De pronto comencé a llorar de manera incontrolable, caí de rodillas frente a ellos, pensé en suplicarles por su vida y la mía, pedirles que me dejaran hacerlo feliz, que lo merecía, también pensé en contarles que yo no era feliz como ellos creían, pero de nuevo las palabras no salían de mi boca.  Uno de ellos me tomo por los hombros, me levanto y me subió al carro, me dio un par de bofetadas y me dijo que no tenía toda la tarde, que eligiera o ellos lo harían por mi.  No quise imaginar lo que harían por su cuenta, así que no era una opción.  Mi cabeza era un remolino de ideas, mi corazón se desgarraba y mi alma se derrumbaba a pedazos, por un lado era su muerte y entender por fin que soy una mierda y con esto darle la razón al mundo, por otro lado, alejarme de el y romperle el corazón a la única persona que realmente cree en mi, a la única persona que apostó por mi y a quien lastimare sea cual sea mi decisión.  Por fin me logre serenar un poco, la luna ya asomaba en el cielo, estaba en cuarto menguante, pero a mi me pareció una risa irónica, burlona..  Mientras corrían dos lágrimas por mis mejillas, salió de mi una voz ronca y apenas perceptible, una voz que no parecía la mía y solo dijo.  -Matenlo-
Parte 27 Debo admitir que me sentí nervioso al escuchar esa frase, la idea de vivir con alguien que no fuera ella, no me había pasado por la mente y quede totalmente desconcertado al escucharla.  Aún no salía de mi asombro inicial cuando ella continuo.  -Me gusta el lugar, es cómodo y agradable. Puede convertirse en un buen hogar- Mis ojos no dejaban de seguirla mientras se paseaba por las habitaciones. Al llegar a la cocina revisó todas las gavetas, estantes y refrigerador, en el momento que abrio este último, salto de inmediato lejos de el, mientras se alejaba se apretaba la nariz y trataba de contener las arcadas que le ocasionó el olor.  -Eso está echo un asco- decia mientras su ojos se ponían blancos con cada intento por contener el vómito.  Caí en la cuenta de que llevaba casi 3 semanas fuera y que ya había cosas a punto de podrirse antes del incidente.  Se me dibujo una leve sonrisa al verla en esa situación, aunque me duro muy poco, ya que instantes después me llego el olor provocandome arcadas aún más graciosas que las de ella, optamos por cubrir nariz y boca con trapos húmedos, abrimos las ventanas y salimos de ahí lo más pronto posible.  Fuimos a cenar a un restaurante italiano y después a ver una película, no se que era, pero me sentía muy bien, íbamos camino a casa y se colgó de mi brazo, recargo su cabeza en mi hombro y suspiro. Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda cuando ella me dijo.  -No quiero que esto acabe, me encantaría quedarme contigo toda la vida, pero- dejo que el silencio nos rodeara y espero a que le preguntará.  -Pero que? -  Se soltó de mi brazo y dándome un golpe en el hombro me dijo.  -Carajo contigo hombre! me sorprende que hayas tenido novia, de plano eres muy lento- Me miró un momento y siguió -Una de dos, o de la golpiza quedaste taradito, o ya eras desde antes- -No estoy tarado - Le increpe -Pues no lo parece. Cuando me pediras que sea tu novia? O te arrodillaras y me pediras que viva contigo? Cuando? -  Estaba petrificado y no atinaba a articular palabra.  Entonces su buen humor se desplomó y con una mueca triste me miró a los ojos y me dijo.  -Claro... Nadie quiere de esposa a una prostituta, nosotras no tenemos derecho al amor- Levante su cara con mi mano y solo atiné a decir.  -Te quieres casar conmigo? –
Parte 28 Su cara se ilumino de nuevo con una sonrisa, acercó su rostro al mio, cerré los ojos para recibir el beso, pero, paso un segundo, dos, tres, por fin me decidí a abrir los ojos para ver que pasaba y cuando pude ver, ella ya no estába frente a mi, ahora caminaba alegremente por la calle y no paraba de reír.  -Sabes? - me pregunto cuando por fin me puse a la par de ella sin entender que pasaba - Me gustas mucho pero eres demasiado manipulable, aún no llevamos ni un mes saliendo y ya me pediste matrimonio solo por que me sentía triste, si quieres algo conmigo tendrás que esforzarte. Entendiste?- Asenti con la cabeza y de nuevo emprendimos el camino a casa.  En el trayecto la fui conociendo un poco más, la verdad es que mucho más, no paraba de hablar, me contó de sus mascotas de la infancia, de sus ex-novios, de cómo entró a la prostitución y de porque se ha dedicado a cuidarme desde el día de la golpiza.  -Cuando me contaron que había alguien buscando a su "putita" me pareció una verdadera estupidez, pero cuando llegaron a mi más detalles de tu historia, sentí envidia de aquella a quien buscabas y quise tener a alguien como tu en mi vida. Jure que si algún día encontraba a alguien asi, lo cuidaria y protegería hasta el fin de mis días y tan pequeño es el mundo y tan rara la vida que me dejó encontrarte.-  No supe que decir en ese instante, pero no había necesidad, ella no me daba oportunidad de hablar.  -Es por eso que sigo aquí, porque tengo palabra y la pienso cumplir, a menos que tu no quieras- Está vez si hizo silencio. Esperaba una respuesta y aún no sabía que decir. La tome de los brazos y la base, al soltarlo ya tenía claro lo que quería.  -No voy a ser yo quien haga que no cumplas tu palabra, pero si seré yo quien te obligue a cumplirla, así que será mejor que hagas que esto dure para siempre. Entendiste? -  Ahora ella asintió mientras sus ojos se nublanan por un par de lágrimas.  Tristemente "para siempre" es una frase... Solo una frase.
Parte 29 Ella tenía razón, mi departamento se convirtió en un hermoso hogar, después de no conocernos en lo absoluto, nos fuimos complementando poco a poco, teníamos gustos similares, además de que su manera tan particular de ver la vida me resultaba contagiosa. A pesar de ser una persona que no sonreía muy a menudo, ella se encargaba de hacerme reir todos los días.  Ella era de risa fácil y contagiosa, además de tener un humor muy ácido, nuestras pláticas terminaban en discusiones y las discusiones en sexo, vivir con ella era increíble.  Un día al llegar a casa ya entrada la noche, la encontré sentada junto a la ventana.  Lucía serena y pensativa, cuando noto mi presencia se incorporó y camino hacia mi con paso lento, pero firme.  Algo no estaba del todo bien. Supuse. Lo confirme cuando me tomo de la mano y me llevo a la mesa. La tensión se sentía en el aire y un escalofrío me recorrió la espalda.  Después de mirarme fijamente unos instantes, por fin me dijo.  -No me vas a preguntar si pasa algo? -  Cómo siempre, me quedé mudo.  Su tono de voz estaba cargado de un extraño sentimiento, se podría decir que era de melancolía, de tristeza, de esperanza, su ojos compartían el sentimiento con el que hablaba.  Me tomo de las manos y con la misma emoción me dijo.  -En vista de que no vas a preguntar, te lo contaré. Hemos vivido una historia bastante linda en estos últimos meses, has sido lo mejor que me ha pasado en mi tormentosa vida y te lo agradezco con el alma. He llegado a amarte, a admirarte y a respetarte cada día más- Se me hizo un nudo en la garganta y un hueco en el estómago tanto halago siempre traía un "pero" y esta vez no era diferente- pero las cosas en una relación cambian, la gente extraña su vida de soltero y las libertades que se tenían- recordé como era mi vida antes de ella y pensé "yo no" pero la deje continuar -Se que no soy la mujer perfecta, que tengo errores como las demás personas, pero también se que te amo. Pero no se que va a pasar después de hoy, no se que va a pasar después de que te diga que... Estoy embarazada -  Para ser honesto, no me esperaba esto y lo que sucedió a continuación ni yo me lo explicó.  Me acerque a la ventana y a todo pulmón grite.  VOOOOOOYYY AAAAA SEEEER PAAAAAPAAAAAA!!!!!! 
Parte 30 Cuando recupere la compostura regrese con ella, tome sus manos y comencé a besarlas, después siguieron su frente y mejillas, en ese momento probé una se sus lágrimas, la mire a los ojos y ella bajo la mirada.  -Que sucede? - pregunte y esta vez ella se quedó muda, no sabía que hacer, no sabía que decir, así que la cargue y la lleve hasta la alcoba era su turno de escucharme, entonces la recoste sobre la cama, apague la luz (no quería que viera las lágrimas en mi rostro) y comencé a hablar,  -No se que pase por tu mente en este instante, pero si se que pasa por la mía y te lo quiero hacer saber. Cuando nos conocimos te encontraste con una persona al borde de la locura, una persona sin dignidad y con la autoestima por los suelos. Te ocupaste de mi sin ninguna obligación y me cuidaste con bastante esmero y cariño. Para ser sincero, no te pareces en nada a quien buscaba- note que eso la inquieto un poco y me apresure a aclararle- eres mucho mejor, eres una persona a quien amo y a partir de ahora mi amor se multiplicará, mi amor será siempre tuyo y ahora de alguien más, alguien a quien juntos daremos nuestro amor y que llenara está casa de vida. - En ese momento su llanto se volvió convulso e incontrolable, la aprete contra mi pecho, no sabía que más hacer.  Después de estar unos instantes así, logró controlarse un poco y entre sollozos comenzó a decirme.  -Muchas gracias por estar conmigo, gracias por aceptar mi pasado y por amarme tal y como soy, para ser sincera, estaba muy preocupada por como ibas a tomar la noticia, nunca te escuche hablar sobre querer tener hijos, nunca te vi alegrarte al escuchar sus sonrisas, supuse que no te hacia mucha ilusión, pero ahora, con esto que me has dicho, confirmo que eres un gran hombre y por eso te amo- Pasaron los primeros meses sin ningún contratiempo, íbamos regularmente a la cita con el doctor para revisiones de rutina, debo confesar que cuando vi el primer ultrasonido no sentí nada especial, no vi nada especial, solo veía manchas en una pantalla y eso me desilusionó un poco. Al rededor del tercer mes, nos dieron su segundo ultrasonido y este de igual manera no me hizo muy feliz, pero en el del sexto mes, me lleve una grata sorpresa, ya era un pequeñísimo bebé, al cual le faltaba algo de desarrollo y del cual no quisimos saber su sexo hasta su nacimiento, pero ya era un bebé, ya era mi bebé, de ahí salimos más emocionados que nunca, ella se veía muy hermosa, había ganado algunos kilos, pero no había perdido su bella forma, o al menos así la veia yo, porque ella se la pasaba quejándose de su peso, de sus pies hinchados y de problemas en la piel. Yo le insistía en que exageraba, pero ella me alejaba cada que me acercaba a acariciarla, para mi pesar, después del quinto mes mi vida sexual desapareció gracias a sus complejos. En fin, fui paciente y por fin se llegaron los nueves meses, por fin conocería a mi bebé, por fin sabría si es niño o niña por fin nuestro hogar estaría completo.
Por fin
31 Por fin se llegó el gran día, todo estaba listo, ya habíamos entrado en labor de parto, nos subimos al auto y emprendimos el viaje hacia el sanatorio.  Cuando llegamos había varias mujeres a punto de dar a luz, algunas iban acompañadas de sus parejas, algunas de sus mamás y familiares y una que otra se encontraba sola, a la espera de no estarlo nunca más.  Llegó una doctora y nos invitó a pasar a uno de los consultorios que estaban desocupados. El ir y venir de doctores, enfermeras, camilleros y mujeres embarazadas era interminable.  Cuando la doctora la revisó, nos dijo que aún no estaba lo suficientemente dilatada, que le podían hacer cesárea y que todo terminaría muy rápido. Ella se negó y entonces le indicaron que debía caminar por 20 minutos y después regresarámos a una nueva revisión.  Yo tenía todo listo, tenía la primer ropa del bebé, un par de cobijas y suficientes pañales para una semana. También llevaba ropa y artículos personales para ella, así como mi cámara de video, no me quería perder un solo momento y lo quería ver cuantas veces fuera necesario.  Pasaron los 20 minutos y regresamos al consultorio, ahora era un doctor el que atendía, pasamos y la revisó, nos dijo que aún faltaba un poco, pero que si lo deseábamos podríamos pasar de una vez y que el se encargaria de todo lo demás. Lo meditamos unos instantes y ambos accedimos, los dolores ya eran bastante malos como para esperar. Lo que sucedió a continuación lo he vivido decenas de veces, día tras día, noche tras noche y aún no entiendo que sucedió.  Todo comenzó cuando el doctor le puso una inyección para que la dilatación se diera más de prisa, yo no cabía en mi de emoción y comencé a grabar, enfoque su rostro y en ese instante pensé que algo andaba mal, palidecio y sus labios se pusieron morados, confirme mi pensamiento cuando el doctor grito por ayuda y de su boca salian solo palabras obscenas.  En menos de un minuto la sala estaba llena de doctores y enfermeras que trataban de ayudar en algo. Me pidieron que saliera y me negué, no me quería separar de ella un solo instante, tome su mano con fuerza, la acariciaba mientras se iba poniendo fría.  Todo era un gran alboroto, yo solo miraba sus ojos que se apagaban poco a poco y como paños llenos de sangre circulaban entre las manos de las enfermeras.  Mientras todo sucedía, me acerque a su oído y comencé a hablarle.  -Por favor... - comence- no te vayas, no me dejes, aún nos faltan muchas cosas por vivir juntos, tenemos que cuidar a nuestro bebé, recuerdas que no nos poníamos de acuerdo con el nombre? Puedes elegirlo tu, prometo no enojarme, de verdad y también escogerás su ropa y le enseñaras a ser una buena persona, así como me enseñaste a mi- en ese momento las cosas dentro de la sala se habían calmado un poco, pero no notaba mejoría en ella, de mis ojos salía un llanto copioso y de mi boca salian palabras que sólo yo entendía, no eran más que balbuceos, pero aún así continúe. -Amor, pequeña, por favor, quedate conmigo y vivamos felices, anda, por favor - sentí que su mano se ponía rígida, su cuerpo ya no tenía calor, en el suelo había manchas de sangre por doquier y ya sólo había un doctor y 2 enfermeras tratando de limpiar un poco.  Encare al doctor y le exigi que hiciera algo, que no se quedará como imbécil sin hacer nada. Sólo bajo la cabeza. En ese momento recordé algo, mi bebé! - Dónde está? Dónde? -  El doctor con los ojos irritados, señaló una cuna y con voz entrecortada dijo - ahí –
Parte 32 Me acerque a la cuna y por primera vez lo vi, era muy pequeño, frágil e inocente, mis lágrimas dejaron de salir cuando por fin pude levantarlo entre mis brazos, sentí un enorme hueco en el estómago, mis músculos se tensaron y poco a poco fui perdiendo fuerza, recargue mi espalda contra la mesa y me fui deslizando. Un grito ahogado salió desde mi corazón.  De nuevo comencé a llorar, pero esta vez lo hacía como un niño, el sentimiento que me invadía era terrible, mientras lloraba, mis lágrimas caían en su pequeña carita, se veía tan tranquilo.  En ese momento perdí la razón y en mi desesperación pedí a gritos una cobija porque mi bebé tenía frío, mi hijo estaba muy frío, me levante con mucho cuidado, me quite la bata y lo envolvi en ella, me acerque muy despacito a donde estaba su mamá ahora cubierta por una manta de pies a cabeza, las enfermeras trataron de alejarme de ahí y de quitarme a mi hijo, una de ellas fue a parar al suelo de un empujón y la otra fue a refugiarse a los brazos del doctor que no despegaba la mirada del suelo.  Quite la manta de su cara, le enseñe a nuestro bebé, le dije -Mira. Que hermoso es, es igual a ti, ambos son hermosos, ambos son lo mejor de mi vida, no lo olvides- mientras hablaba con ella, en una mano cargaba a nuestro bebé y con otra le acariciaba el rostro a ella, a ambos los besaba y decía cuanto los amaba.  Por fin el doctor se acercó a mi y me quito a mi bebe, me pidió que lo perdonará y sus ojos se llenaron de lágrimas, entonces se dio media vuelta y se fue.  En la sala solo quedamos ella y yo, la serenidad llegaba poco a poco a mi, sabía que acababa de perder todo y no me quedaba nada más por que vivir y aunque lo hubiera. No lo quería, tome uno de los instrumentos filosos que había y lo pase cerca de mi garganta, un instante después entraron varios tipos que me sometieron y me inyectaron algún calmante, mientras me desvanecia a mi mente llegaron imagenes de mi bebé y de ella, de cómo debió ser nuestra vida, de cómo hubiese sido como padre, de las travesuras que pudimos hacer, entonces las imágenes se fueron haciendo más borrosas y un solo pensamiento quedó en mi cabeza - pronto estaremos juntos- entonces me desvaneci, mientras un suspiro de añoranza salía desde lo más profundo de mi alma, que también moría en ese instante. 
Parte 33 Baje del carro como pude, temblaba como nunca en mi vida, me sentía terrible, tenía miedo, no podía creer que había dicho eso, no podía creer que había firmado su sentencia de muerte, lo único que creía, no, lo único que sabía es que yo era una basura y quien debia morir era yo.  En el cielo las estrellas brillaban con gran fulgor, el cielo estaba particularmente despejado y la hermosa imagen contrastaba con lo que había en mi corazón.  Mire a esos bastardos, aún estaba en el carro, no se que hablaban entre ellos, pero reían ruidosamente, sus risas me taladraban el cerebro y los odie como nunca había odiado a nadie, odie su voz, sus miradas, sus ojos, todo en ellos me generaba una rabia incontenible, eran repugnantes y quería matarlos.  Las calles del barrio se llenaban de gente poco a poco, de todos lugares salian, algunos de ellos pertenecían a una banda, todos portaban algún distintivo en sus ropas para identificarse, todos estaban orgullosos de pertenecer ahí. mi cuerpo no dejaba de temblar y mis ojos no cesaban las lágrimas, mi llanto era un llanto silencioso hasta que los vi salir del carro. En ese momento comencé a gritar y mis gritos desgarraron la noche, la gente volteaba a vernos y note que se pusieron nerviosos, continúe gritando más fuerte y uno de ellos trato de callarme, me tomo del brazo y me amenazó -Si sigues gritando te voy a meter una bala en el culo- me dijo.  En vez de callarme, grite aún más fuerte, algunas personas comenzaron a acercarse y algunos miembros de la banda comenzaron a dar órdenes. En poco tiempo llegaron más y algunos de estos traían palos, piedras, también se asomaban algunos cuchillos y navajas de sus manos.  Eso me impulso a pedir auxilio y a gritar que me querían matar, grite con todas las fuerzas que me quedaban, el que me tenía del brazo comenzó a gritarme y a golpearme con la pistola, caí al suelo y recibí un puntapié, después de eso escuche un par de detonaciones, después gritos y maldiciones, toda la banda se había dejado caer sobre ellos, algunos les daban puñetazos, patadas, algunos otros les daban navajazos y unos más les apuntaban con pistolas.  -Aquí no van a venir a hacer sus pendejadas- grito uno de ellos y todos los demás lo secundaron con gritos y mentadas de madre.  Uno de ellos me levanto y me pregunto que si estaba bien, asenti con la cabeza y sentí como algunos hilos de sangre corrían por mi rostro.  Por fin había dejado de temblar, note como habían dejado de golpear a los tipos y como empezaban a buscar en sus bolsas para sacar algo de valor, cuando encontraron las armas y el dinero, comenzaron a celebrar y mientras se alejaban iban gritando que ya había salido pal chupe. Solo se quedaron dos de ellos para llevarme a casa. Cuando pasamos junto a los cuerpos, estos no tenían forma reconocible, se habían convertido en una masa sanguinolenta. No sentí remordimiento alguno, solo sentí un poco de paz.  Ya estábamos a unos pasos de la casa cuando lo vi, estaba parado en la puerta, en cuanto me vio corrió a mi encuentro, note como su cara se había deformado por la preocupación se acercó a mi y yo... Yo ni siquiera pude mirarlo a los ojos
Parte 34 Entramos a casa, los dos chavos que nos acompañaban se fueron corriendo y gritando aún eufóricos por su reciente hazaña.  Mientras caminaba no podía despegar mi mirada del piso, veía como lentamente mis pies se ponían uno delante del otro, cruzamos el jardín, mire a los tres árboles, me habría gustado quedarme sentada junto a ellos. Por fin llegamos a la recamara, me ayudó a recostarme y salió de la habitación. Instantes después regreso, en las manos traía un recipiente con agua y algunos trapos. Comenzó a limpiar mis heridas y a preguntar que había pasado, le dije que no me sentía bien y que prefería descansar, el asintió, terminó de limpiarme, me cobijo y salió.  Cuando me supe sola, me acoste boca abajo y comencé a llorar, no podía dejar de hacerlo. Como pude hacerle algo así? Como pude disponer de su vida por facilitar la mía?.  Afuera se escuchaban sirenas y un gran alboroto, gritos de policías, mentadas de madre de los vecinos, amenazas sobre llevarse a todos si no decían quien había sido y risas burlona como contestación, total que se convirtió en un crimen más sin resolver, así como los muchos que hay en esta ciudad.  Después de llorar por horas el cansancio se apiado de mi y me sumergió en un sueño profundo, lo que sucedió en mis sueños fue aún más aterrador que la realidad, en mis sueños yo era un monstruo y veía como poco a poco acababa con más personas que he querido, veía como los destruía poco a poco mientras de sus labios solo salía una pregunta "¿por que?" así que preferí continuar despierta, el iba y venía constantemente a ver si me sentía mejor y cada que lo hacía fingia estar dormida no lo quería ver o escuchar. Hubo momentos de la noche en que se recostada junto a mi y me abrazaba, me susurraba cosas como "pronto estarás bien, aquí estoy para cuidarte" "mi pobre amor. Quien pudo hacerte esto?" "te amo" cada una de sus palabras se clavaba muy dentro de mi, no las merecía y el no merecía tener a alguien como yo.  Medite lo que restaba de la noche, cada instante las ideas eran más claras y antes del amanecer ya tenía claro lo que debía hacer, había tomado una decisión y creo que era lo mejor para ambos.  Así tendría que ser.
Parte 35 Llego la mañana, nuevamente fue a revisar que todo estuviera bien, me revisó las heridas y se cercioro de que ya no sangraba, colocó nuevos vendajes, colocó antiséptico y me beso en cada uno de los golpes que tenía. Cada uno de sus detalles, de sus atenciones, de sus palabras de amor, de sus acciones hacia mi me deseperaban, quería que me detestara, que me odiara, quería que sintiera asco por mi, que se enterara de una vez por todas la clase de persona que era, pero no me atrevía a contarle la verdad, me daba pavor la idea de que me mirara de una manera distinta, el era la única persona que me veía así y no podría soportar que me viese como realmente soy, si yo sentía asco por mi cada que me miraba al espejo, si yo me odiaba al saber lo que he hecho, el probablemente se sentiría decepcionado, dolido, herido.  Si tan solo tuviera la certeza de que contandole todo, el me odiaria, lo haría sin dudarlo, pero se que no sería así, solo le rompería el corazón y estoy segura que aún así me amaria con cada una de esas pequeñas partes, no importando en cuantas partes de rompiera, el me seguiría amando. Debería sentirme la mujer más afortunada del mundo, pero no era así.  Cuando por fin se fue a trabajar, solo necesite un par de horas para recoger mis pocas pertenencias, solo me lleve un par de mudas de ropa, artículos personales, un poco de dinero y la poca dignidad que me quedaba, esto no me tomo más de unos cuantos minutos, el demás tiempo lo pase sentada entre los árboles y disfrutando de sus frutos por última vez.  La mañana era cálida, las personas comenzaban a circular por la calle, algunos niños iban a clases acompañados pos sus madres y los padres de algunos se dirigían a sus trabajos. Me costó muy poco trabajo mezclarme entre la gente a pesar de tener vendajes en la cabeza, nadie me miraba, a nadie le importaba, bueno, casi a nadie, pero acababa de abandonar a la única persona en el mundo que daría algo por mi
Parte 36 Caminé por horas, no tenía un tumbo, no tenía a donde ir, no sabía que hacer. Pasaron días enteros sin poder llevarme algo a la boca, solo podía permitirme dormir bajo techo una vez a la semana, por lo regular eran cartuchos de hoteles viejos, infestados de bichos y alimañas, aún así parecían mansiones en comparación a dormir en la calle. Aprovechaba cada oportunidad para lavar mis pocas pertenencias y darme largas duchas. Solía pasar el resto de mis días vagando yendo de un lugar a otro, llegue a usar mi cuerpo como moneda de cambio por algo de comida, nunca acepte dinero, no era una prostituta o al menos eso quería creer. Caí en cuenta de que mi cuerpo era bastante atractivo para hombres maduros y saque provecho.  Al principio sólo fue comida, y cosas sin mucho valor, poco después fue ropa, un pequeño apartamento, pulseras, collares, cenas en lugares caros, muchas cosas más, pero nunca dinero, no, yo no era una prostituta. No. No lo era. Los viejos amaban mi altivez, nunca hacia lo que querían cuando ellos querían, siempre era en mis términos y cuando yo quisiera, al parecer una mujer dominante era lo que ellos querían y yo se los podía dar sin ningún problema, obvio a cambio de algo lindo para mi.  Procuraba mantener todo mi tiempo ocupado y casi siempre lo lograba, tenía mi agenda llena, pero de vez en cuando tenía un espacio libre y entonces pensaba en el, en lo que le había hecho y todo se desmoronaba a mi alrededor. Hasta qué llegó quien ocuparia su lugar en mi mente.
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ekmuyal · 8 years
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Heridas del alma
Parte 1 Después de años de no vernos, nos encontramos parados en el lugar donde todo comenzó. Tu, mi puta y yo... Ja tu pendejo, aquel por quien lloraste y aquella por quien deje todo.  Un instante y una chispa en tus ojos hicieron que todo valiera madre. Tu maldita calentura y mi falta de huevos para decirte que no.  Acabamos en un hotel distinto al de la primera vez, quería que está vez hubiera algo distinto, quería creer que podía hacer las cosas de otra manera, pero al final éramos los mismos kamikazes de hace 5 años, tuvimos sexo sin pudor, sin remordimientos, sin amor. Nada en lo absoluto cambio.  Cuando desperté, ya habías inhalado cocaína como desayuno, me miraste durante un minuto sin expresión alguna, tus ojos vacíos me atravesaban, como desde hace mucho tiempo no había nada en ellos. Después solo me diste los buenos días, tomaste tu ropa a toda prisa y saliste del cuarto, quise correr detrás de ti tal  como hace años lo hice, entonces recordé la escena en los pasillos del hotel, me gritabas e insultabas mientras trataba por todos los medios de entender que sucedía. Cuando logre arrastrarte dentro del cuarto, me dijiste que había sido un error, que no querías una relación y que no estabas dispuesta a dejar tu libertad a un lado por un hombre que acababas de conocer. Entonces solté una carcajada que debió resonar en todo el hotel, me miraste por demás extrañada y tus ojos se inyectaron de furia. Sin más comenzaste a golpearme en la cara y yo no podía dejar de reír, hasta que me diste una patada en mis zonas blandas... Eso sí dolió.  Me dijiste que nadie se burlaba de ti y mucho menos un pendejo como yo. Cuando recupere el aire, me disculpe y te pedí que te tranquilizaras, que de un acostó nadie se enamoraba y que si querías una relación sin ataduras, sin compromisos y sin responsabilidad, estabas con la persona ideal, en esos instantes de mi vida, lo menos que necesitaba era tener a alguien a mi lado. Aún estaba inmerso en mis recuerdos cuando se abrió la puerta y entraste con cara de asombro -"Míralo... Si tan pendejo ya no estas, no piensas ir por mi?-
No tenia la menor intención de discutir con ella, han pasado demasiadas cosas en mi vida, tantas, que sus berrinches y rabietas, no tenían el menos efecto en mi
  Entonces tome mis cosas y con toda la calma del mundo me metí a la regadera, estaba muy clavado en mis pensamientos cuando entraste, tardaste un par de minutos, pero terminaste junto conmigo bajo el agua. Metiste tu mano en mi entrepierna y me preguntaste si aún dolía. La verdad es que mucho, pero no quería darte el gusto de aceptarlo y sólo dije que un poco. Comenzaste a besarme y a jugar conmigo como tantas veces lo hiciste y como en todas esas ocasiones terminamos revolcándonos como animales en celo, al terminar tome mis cosas y salí de ahí, mi cabeza decía que había algo mal, que había algo diferente, no me convenía seguir viéndote, ya no más.  Pasaron un par de semanas y mi rutina volvió a la normalidad trabajaba como autómata, por las noches me encerraba en mi apartamento a beber, a drogarme. Cuando creí que sólo había sido una casualidad el "amor" una vez mas tocó a mi puerta. Entraste llorando y disculpándote mientras decías que eras una estúpida por enamorarte de mi, que yo era un imbécil que no te merecía y que esto no iba a funcionar, pero que querías intentarlo.... Creo que te equivocaste en algo... Sigo siendo el mismo pendejo que no sabe decir que no, a pesar de todo quería estar con alguien, no me importaba si eras tu, solo… necesitaba tener alguien a quien aferrarme.
Parte 4 Comenzamos una vida juntos, llena de discusiones, de golpes, de vicios, todo se convirtió en una espiral de descenso hasta lo más profundo del infierno. Pasamos días sumidos en el alcohol y en las drogas, días dónde el sexo era lo único que nos unía. En tus ojos nunca descubrí el amor que decías tenerme y para mi pesar, encontré un poco dentro de mí para ti. Todas las mañanas, cuando despertaba, te miraba en la cama sumida en no sé qué sueños, nunca supe que demonios vivían dentro de ti, nunca platicábamos, nunca demostramos interés por nosotros más allá de nuestros cuerpos. Sabía que escondías algo, más no podía adivinar que, por mi parte tampoco te contaba nada, mis demonios son míos y nada más, mis demonios viven torturándome día a día, aun cierro los ojos y ahí están y no quiero que me dejen nunca. Pasaron 3 meses desde que te mudaste a mi departamento y las cosas no cambiaron en lo absoluto. Un día sonó tu teléfono y mire en tu rostro algo muy similar al miedo, tu rostro se desencajo y en un segundo trataste de dominarte, contestaste muy calmada y en un instante ya gritabas furiosa.  -Voy a pagar cuando yo quiera, no les tengo miedo- -silencio- -Me vale madre quienes sean, si quiero no les pago y ya... Nunca me encontrarán- Entonces entendí mi papel en tu juego.
Parte 5 Después que colgaste te tome con fuerza del brazo y te reclame de manera airada, nunca me había sentido tan furioso. -Quien carajos te crees que eres para usarme como tu escudo? Quien te autorizó a entrar en mi vida solo para usarme? Quien puta madre eres?- El silencio nos rodeo después de eso, tardaste en reaccionar unos instantes, después se dibujo una sonrisa en tu rostro y con toda la saña del mundo me dijiste  - De verdad creíste que alguien como yo, se podía enamorar de alguien como tu? Creíste que de verdad te amaba? espera... No me digas... Tu si te enamoraste! Ho por dios! no cabe duda de que eres más imbécil de lo que pensaba- De manera increíble decías esto mientras tu rostro se descomponia y un llanto incontrolable salía de tus ojos, no entendía que pasaba y no quería hacerlo, no quería abrirte mi corazón, pero como acababas de decir... Soy más imbécil de lo que se podría pensar. No se si fue amor, compasión, miedo o lo que sea que pudiera ser, camine hacia ti, te abrace y a besos recogí tus lágrimas, después dije las palabras más tiernas que hasta entonces habían salido de mi para ti.  -Te amo putita- -... Aunque lo dudes y aunque no quiera... También te amo... –
Parte 6 Después de ese día, nos siguieron unos meses de gracias dónde la relación se torno estable, las discusiones se redujeron considerablemente y el sexo era mejor cada día, realmente era difícil pedirle algo más Dios, si es que el nos había mandado está dicha, pero, como nada dura para siempre, un día la desgracia llamo a nuestra puerta.  -ABRE, SABEMOS QUE ESTÁ AHÍ MALDITA ZORRA! -  Me levante de la cama, me puse los pantalones y salí a la puerta.  -Quienes son? Que quieren? -  -No es de tu incumbencia, quitate de mi camino y dime donde está esa perra? -  -No se de quien me hables... -  En ese momento sentí el impacto de un puño en mi cara y seguido de este llegaron más y más, además de patadas e improperios.  La realidad es que aguante poco tiempo consiente, cuando desperté estaba en cama y ella a mi lado.  -Que paso?- le pregunté  -Perdoname- me dijo entre lágrimas - Nunca fue mi intención que te hicieran algo -  -Quien fue? -  -Es mejor que no lo sepas, no te conviene- -QUIEN FUE? — grite con exasperación 
Parte 7 Despues de un rato de discutir comenzó a contarme parte de su historia.  -Como recordarás, hace casi 6 años ya que nos conocimos. Ese día había escapado de mi casa, ya no soportaba estar ahí un minuto más. Mi vida era una mierda y a nadie le interesaba lo que me pasara, ni a... -  -A quien? -  Dudo un momento, inhalo aire y mirando a sus pies continuo -No sabes muchas cosas de mi y en este momento sabrás algo, que, quizá te cause sorpresa. No le importaba ni a mi esposo- Tenía razón, me causó sorpresa, pero no mucha, al no platicar nada de nosotros, abría una enorme cantidad de opciones. -Acaso era alguno de los que me golpearon- -No. El no hace este tipo de cosas, siempre se lo deja a sus rufianes- -Quien es tu esposo? -  Sin levantar la mirada del piso abrió su boca para decirme...  -Mi esposo es...
Parte 8 En eso estábamos cuando en la calle sonaron sirenas de patrullas, nos asomamos a la ventana y los oficiales estaba apresando a quienes hacia unas horas me habían golpeado, de pronto uno de ellos saco su arma y trato de escapar mientras disparaba, la suerte no lo acompañaba y una bala de los azules se alojó en su cabeza quitándole toda oportunidad de escapar. Cuando voltee para hablar con ella, ya no estaba, aprovechó la confusión para irse, tomó algunas de sus pertenencias que estaban a la mano y me dejo.  No se como sentirme, no se si aliviado, dolido o herido en lo más profundo de mi. La verdad es que me dolió y la voy a extrañar.
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Parte 9 Han sido unos meses duros, pero estoy bien, no me haces falta.  NO TE NECESITO, eres un pendejo, poco hombre, otra vez no fuiste tras de mi.  -silencio- No puedo ni quiero arrastrarte a una vida donde te debas esconder a cada instante y me sienta culpable si algún día te pasa algo.  -Silencio- De verdad eres un imbecil! No quiero estar contigo, me cagas, solo necesitaba un pretexto para alejarme de ti. Eres un idiota y dejame en paz... (click)  Te extraño, pero se que es lo mejor para ti Llore después de colgar el teléfono, me temblaron las piernas, pero era lo mejor para el, me muero si le pasa algo. Lo amo con el alma, pero debo resolver mis asuntos.  Estuve caminando por varias horas sin rumbo, sabía lo que tenía que hacer y eso me asustaba mucho. Tome el celular y me dispuse a marcar, sería una llamada rápida.  Un tono, dos, tres y de pronto -bueno-...
Parte 10  Fueron más de 2 horas las que espere a que llegarán por mi, pero parecieron solo unos minutos.  Era una noche cálida y la luna brillaba en lo alto en todo su esplendor, la ciudad estaba muy quieta y la gente parecía moverse en cámara lenta, de pronto, frente a mi se estacionó una camioneta vieja y de ella bajo mi esposo, me miró con gran ternura, me beso, me abrazo y me dijo.  -Dónde estabas amor? Fue mucho tiempo el que desapareciste, no lo vuelvas a hacer- -Perdoname, no volverá a suceder- Entonces regresamos a casa, a la miseria, a la porqueria que era vivir con el. No soportaba vivir en la pobreza, no soportaba vivir con el, que me abrazara o siquiera su sola presencia. Lo detestaba, pero ahí estaría segura... Al menos eso es lo que creo.  Mientras mis pensamientos estaban lejos de ahí, estaban contigo. Nunca había amado a nadie, me case por que era rebelde e idiota, me dijeron - no lo hagas- y me importó un pito... Y ahora... Estoy aquí... En un lugar que odio, con alguien que detesto.  Cuando llegamos a casa, la luna la cubría con una luz plateada y la hacía brillar, siempre soñé con una casa de Oro, una de plata estaría bien.  Esa codicia fue la que me hizo lo que soy y es lo que me hace actuar como lo hago...
Capítulo 11 Cuando cumplí 17 años conocí a una persona muy poderosa, mi cuerpo ya se había desarrollado en todo su esplendor y despertaba el interés de todos por donde pasaba, pero en donde crecí, todos, eran nada. Cada semana llegaba una camioneta negra y de esta bajaban tipos con armas y entre ellos uno de más o menos 25 años. Tenía una sonrisa impactante, pero lo que más me llamaba era la cantidad de cosas que portaba celulares, ropa de marca y siempre iba vestido a la línea, sin una sola arruga y los zapatos impecables. En un barrio como el mio, eso era demasiado inusual.  El día que me vio por primera vez, yo vestía con una minifalda blanca, con un top morado y sandalias del mismo color, el un pantalón Negro de vestir, con una camisa rosa, zapatos negros y brillosos, como si recién hubieran salido de la caja.  Me recargue en la pared y me le quede mirando fijamente, el se percató y camino hacia mi. Mientras se acercaba mojaba mis labios con la lengua y no dejaba de mirarlo.. -A donde tan chula nena? — -A donde me quieras llevar- respondí.  -Hoy tengo una fiesta en la noche, póngase más chula y pasó al rato por usted- Me aleje de ahí contoneando mi cuerpo y pude sentir que su mirada no se despegaba de mi.  Corrí a mi ropero para ver que podía usar y solo encontré trapos viejos, tome dinero del monedero de mi mamá y corri a comprarme algo al tianguis. Escogí una blusa negra transparente y un short de lycra bastante chiquito.  Llegada la noche me puse la blusa sin nada abajo, se que le gustó, porque no podía apartar la mirada de mis pechos.  -Vamonos- me dijo y entonces comenzó un capítulo bastante borroso en mi vida. 
PARTE 12 Cuando íbamos en la camioneta, el no dejaba de mirarme y en un instante ya tenía su mano debajo de mi blusa, en ese momento me convertí en un manojo de nervios, mi atención se dividió entre las sensaciones que me daban sus manos y la mirada de sus guaruras, el noto mi nerviosismo y me pidió que me relajara, que si quería algo que me ayudara, entonces le dieron una bolsita con un polvo blanco, esparció un poco sobre la pantalla de su celular y me enseñó como se debía hacer, repitió la operación y en esta ocasión me tocó a mi inhalar aquel polvo.  La reacción fue casi instantánea, mi cuerpo y mi mente se conjugaron en un frenesí nunca antes sentido, me sentí llena de energía y en ciertos momentos ansiosa.  Momentos después llegamos a un edificio muy alto, entramos y subimos a los elevadores, nunca me había subido a uno, después de seleccionar el último piso, este comenzó a moverse y sentí un pequeño hueco en el estómago, intente que no se notará, pero sólo vi que el sonreía muy divertido. Llegamos al último piso y al abrirse las puertas entramos a un departamento muy grande, en las paredes había cuadros que no entendía, el piso estaba cubierto por tapetes con bellos grabados y los muebles eran de diseños que ni en sueños había imaginado. Esto era lo que yo merecía y haría lo posible por conseguir un lugar así.  La música se escuchaba por todo el lugar, pero todas las personas se encontraban en la terraza, el edificio se levantaba imponente y desde ahí se lograba ver toda la ciudad. Cuando salimos a la terraza, mi acompañante me pidió que lo esperará en una esquina, mientras saludaba a alguien, se retiró por unos minutos y regreso acompañado de una mujer de unos 40 años, con un porte y una elegancia difícil de ver, nos presentaron y ella pidió que la acompañará, no sin antes mirarme de arriba a abajo y detenerse en mis senos por unos instantes
Parte 13 Caminábamos por el departamento mientras me contaba de donde era cada cosa en el mismo, tapetes de persia, esculturas griegas y así me llevo hasta una habitación, por demás fastuosa, cortinas tan ligeras que se agitaban con la más leve brisa, la cama más grande y suave que pudiera existir, los muebles eran aún más bellos que los que estaban en las demás habitaciones, todo era mejor que en mis mas guajiros sueños.  Ella se movía como flotando por la habitación, se acercó a mi llevando una copa en cada mano, me dio una y me llevo a la cama tomandome de la mano, me invito a sentarme y entonces comprobé que la cama era más suave de lo que imaginaba. Comenzó a cuestionarme quien era, de donde venía, que me había llevado hasta ese lugar. No podía contestar, mi lengua estaba agarrotada y mis labios no se separaban, tome un poco del líquido que había en la copa, sentí como las burbujas explotaban en mi boca, meses después supe que eso era champaña, se levantó de la cama y en un instante regreso con una pastilla azul, me indicó que la tomará y no pude resistirme. Conforme pasaban los minutos comencé a exitarme y ella sólo se limitaba a verme y a seguir platicando, por fin pude articular palabras y fue para preguntarle por el baño.  Cuando por fin entre en el, me moje la cara con agua fría, no entendía por que me sentía así, mi sexo estaba muy mojado y se notaba en mis lycras, mis pezones estaban ya muy duros y por un instante creí que me volvería loca de tantas sensaciones..  Apenas me estába secando la cara, cuando ella entró envuelta en un camisón totalmente transparente y al parecer víctima de los efectos de la misma pastilla. A partir de ahí todo fue un vertiginoso ir y venir de sensaciones nuevas y extrañas, a partir de ahí, supe que había llegado al lugar indicado, a donde podría cumplir todos mis sueños y ambiciones, a partir de ahí, me convertiría en alguien importante, en alguien con poder.
Parte 14 Cuando cumplí 20 tenía todo lo que había soñado y más, ropa de diseñador, joyas, carro con chófer y una cuenta con bastante dinero, más del que podría gastar en varios años en una vida de excesos como la que llevaba hasta ahora.  Solo necesitaba pedir algo y lo tenía, todo era perfecto, pero un día, todo cambio abruptamente.  Todo sucedió de una manera trepidante, una mañana cuando me disponía a ir a clases de etiqueta, llegaron cerca de 4 camiones repletos de policías federales, todos con capuchas y rifles de asalto.  Entraron al edificio por la fuerza, mientras yo veía todo por la ventanilla del auto, en cuestión de minutos bajaron con mi protectora, la llevaban esposada y con la cabeza agachada. Nunca imagine verla así.  Pasaron varios días y por fin tuve noticias de ella. La tenían recluida en un centro de máxima seguridad y sólo podían tener acceso a ella su abogado y familiares directos, le pedí a uno de sus hombres que me consiguiera papeles falsos y un contacto dentro del penal para poder entrar.  Tardó solo un par de días, los papeles parecían reales y ahora me había convertido en su hija.  Entrar en ese penal ha sido una de las experiencias más lúgubres de mi vida, todo tenía un halo de dolor, olores rancios y podredumbre. Algo que quería olvidar y nunca más tener cerca de mi.  En cuanto me vio, corrió a abrazarme y besarme con muchas ansias. Me dio instrucciones de como podría sacarla de ese lugar, me dio acceso a todas sus cuentas y los nombres de los contactos dentro del negocio.  Salí con toda la disposición de ayudarla, pero entonces, llegó el diablo vestido de pantalón Negro y camisa rosa.
Parte 15 La primera vez que lo vi, llevaba la misma ropa, solo que esta vez llevaba zapatos distintos, la misma sonrisa cautivadora y porte que me llamaron la atención aquella vez.  -hola chula, tanto tiempo sin vernos. Como estas? -  -No tan bien como quisiera. Pero espero solucionar esto pronto- En ese momento el comenzó a cuestionarme que había pasado adentro, su rostro se fue transformando y llegó un momento en que la alegría no se podía ocultar en su rostro.  -Chula. No ve la oportunidad que tenemos en frente? No ve que se puede olvidar de todos sus problemas desde ahora? -  -A que te refieres? - pregunte -Si la dama se queda dentro del penal y usted tiene acceso a todos sus negocios; no necesita más de ella, tiene en sus manos el poder de hacer los que quiera- Hasta ese momento no me había pasado esa idea por la mente, pero me estába tentando demasiado. Le estaba muy agradecida a mi protectora, pero la tentación era enorme.  -Que hacemos? - le dije -Para que arriesgarnos matemosla y vivamos como reyes por siempre- -Como lo hacemos? -  -Déjemelo a mi chula, yo me encargo de todo, solo deme una semana- Accedí y le dije que tenía una semana, se alejo y me quedé pensando, ahora tenía todo el poder, así que haría lo necesario para mantenerlo, mientras más pensaba, más tenía claro lo que debía pasar y algo estaba claro en mi mente.... Debía morir.
Parte 16 Al día siguiente la volví a ver, se veía un poco mejor y llevaba ropa más adecuada a su porte, mi contacto en el penal había hablado con el director a cerca de ella y pusieron una cuota bastante elevada para que mantuviera un mejor estatus dentro de la prisión la cual cubrí sin ningún objeción.  Afuera los abogados seguían con los trámites para su libertad.  Me sente junto a ella y le dije que necesitaba de todos sus consejos para manejar el negocio, también le platique que tenía un tema bastante álgido entre manos, ella me escucho con atención y me dijo a quien llamar y que hacer. Horas después salí del penal con mucha información bastante útil y segura de que todo saldría bien. Pasaron unos días y en los periódicos leí que se había perpetrado un atentado dentro del penal, en contra de mi protectora, en ese momento sentí un júbilo abrumador, me contuve y tome el teléfono, llame a quien ella me había dicho, solo dije quien era el objetivo y lo que había hecho, la llamada se cortó y solo me sente a esperar. En unas pocas horas llegó a mi celular una imagen de quien había sido "mi complice" le habían cortado los dedos de las manos, la lengua y en su lugar metieron sus testículos y pene, simplemente aterrador. Había obtenido poder y no pensaba compartirlo con nadie, lo gane y era mio. Nadie se podía interponer ante mi, sabía cómo desaparecerlo.
Recuerdo que mientras iba en la camioneta me golpearon e insultaron hasta el hartazgo crei que iba a morir.
Parte 17 Pasaron días de ensueño, días dónde la vida parecía una fantasía, tenía lo que quería y cuando quería. Los hombres idolatran a una mujer con belleza y poder, yo lo tenía y disfrutaba de la atención de todos. Habría tardado miles de años para conseguir lo que tenía y no me arrepentia de nada.  Asistía todos los días a fiestas fastuosas y llegue a codearme con las personas más influyentes de la ciudad, me acosté con actores, con actrices y llegue a participar en verdaderos bacanales, donde fluian alcohol, drogas y sexo desenfrenado.  Un día me disponía a salir de viaje y cuando baje del ascensor, la vi, ahí estaba parada frente a mi, me tomo por el cabello y me arrastró a él elevador, pulso el botón y se cerraron las puertas detrás de nosotros. Comenzó a abofetearme y a maldecirme.  -Nunca imagine que me hicieras esto. Nunca lo pensé de ti, te di todo, eres una perra y te voy a destruir -  -Pero como? -  -Te sorprende perra? No funcióno tu plan maldita, afortunadamente para mi, no me paso nada, pero para tu desgracia sigo viva- se calmo un poco y de nuevo arremetio- Al principio me rehuse a pensar que habias sido tu, pero al no recibir más visitas tuyas, mis dudas se disiparon muy pronto. Eres una maldita- Cogio el teléfono del cuarto y llamó a la recepción - que pasen - dijo y unos momentos después llegaron dos de sus guaruras, me tomaron por los brazos y me bajaron a rastras. Suplique, rogue e implore, pero a ella no le importo en lo absoluto.  Recuerdo que mientras iba en la camioneta me golpearon e insultaron hasta el hartazgo crei que iba a morir.
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Parte 18 Mientras espero el siguiente trago de tequila, en los altavoces de la rocola suena una de las canciones que yo puse. Comienzan acordes lúgubres e instantes después, suena la voz lastimera de Pascual Reyes No me mires, con esos ojos tristes, que me gritan palabras mudas, que me hacen recordar.  No busques, más llamas en el gas, porque si no nos hemos de quemar, seguro nos vamos a asfixiar Tenía sentimientos que me aquejaban, uno por uno eran dolorosos, pero juntos armaban un cóctel que me hacía querer estar muerto, sabía que no debías entrar en mi vida, sabía que eras una puta que cualquier día se largaria con cualquier hijo de la chingada con buen paquete o cartera gorda, aún así te acepte y te ame como nunca lo había hecho, soy un imbécil, que no se supo sobreponer a una puta y a su calentura, la música de San Pascualito Rey aún sonaba No veas lo que no hay en mi, lo que no hay aquí, lo que ya perdí. Olvidate de mi, olvidate de todo lo que yo te di, te vas a lastimar aqui Olvidarme de ti? Suena sencillo, llevó medio año tratando de hacerlo, medio pinche año lleno de lágrimas, de dolor y añoranza, lleno de putos sentimientos que me sirven para ni madres, medio año buscando putas, buscando hijas de la chingada interesadas como tu, pero ninguna a resultado ser tan ojete, ninguna está dispuesta a desmadrarme de la manera en que tu lo hiciste, pero estoy seguro de que esta noche será diferente, se que encontrare a alguien que llene el vacío que dejaste, si no sucede... hoy moriré.  Pido la cuenta y ya se está escuchando otra canción de Pascualito, su nombre no podía ser más adecuado para esta noche. CAEMOS O VOLAMOS?
Parte 19 Salí del bar tratando de conservar la vertical, camine por las calles dando tumbos y buscando compañía, tratando de encontrar a alguien en quien descargar mis frustraciones, buscandote a ti. Pasaron varias horas antes de encontrar a mi objetivo, la mire de arriba a abajo, buscando en ella todas las características que veía en ti. Después de unos instantes concluí que le faltaba mucho para ser como tu, pero igual a las otras y de la misma manera me encargue de omitir las faltas.  Me acerque a ella y me preguntó que si quería compañía, me juro entre abrazos y mimos que no me arrepentiria.  -Anda papi, te haré el hombre más feliz del mundo- -¿Quieres ser mi putita? -  -Con que eres tú! - Al parecer mi fama me precedia. Un tipo ebrio en busca de una putita, que pagaba por sexo y terminaba discutiendo y llorando, no era algo que podía pasar desapercibido por tanto tiempo.  -¿Como que soy yo? - Alcance a articular tratando de dominar a mi lengua.  -Ven, dejame llevarte con alguien que te puede ayudar -  Sin la más mínima resistencia de mi parte, caminamos por un par de calles, hasta una casa, entramos y una mujer nos atendió, mi acompañante pidió por un trabajo especial y me llevaron a una habitación con una cama enorme y paredes acolchadas.  Instantes después salió de una puerta distinta a la que entre, una mujer bastante alta, vestida de cuero y con un látigo en la mano.  -¿Así que eres tú el que quiere a su putita?- -Si, pero no eres tú. ¿Que haces aquí? -  Me abofeteo y me empujó con el látigo.  -No te he dado permiso de hablar, de ahora en adelante solo hablaras cuando te lo ordene. ¿Entendido? -  No se si fue el alcohol, el dolor, la pena o todo junto, pero en ese momento comencé a golpearla y a insultarla. Comenzó a pedir auxilio mientras la llenaba de puños y patadas por todo el cuerpo, en menos de un minuto ya tenía a 3 tipos golpeandome y sacandome a empujones de la casa, llegamos a la calle y me dejaron en la banqueta, no sin antes darse gusto con mis costillas y cabeza.  Entraron a la casa y tarde unos minutos en incorporarme, cuando lo logre, se acercó quien me había llevado a aquel lugar, me miró y me dijo.  -Carajo¡... Me iba a llevar una buena comisión por un servicio de esos, ni hablar, eres un pendejo y un pobre imbecil-
Parte 20 Esas últimas palabras funcionaron como un interruptor en mi cabeza y las ideas comenzaron a fluir con cierto frenesí.  -Como me dijiste? - Le pregunté al instante.  Ella se puso un tanto nerviosa y retrocedió un poco al ver que me incorporaba.  -Tranquila, no te haré daño, solo repite lo que me dijiste.- Su mirada estaba llena de miedo e incertidumbre, por fin logró articular palabras y aún tartamudeando me dijo.  -Que me iba a llevar una buena comision-  -No. Eso no, al final, lo último, dime, repitelo por favor... - Quería gritar, pero de mis labios solo salían susurros.  Intente caminar hacia ella y fui a parar al suelo.  Al parecer eso la tranquilizó, se acuclillo junto a mi y por fin lo dijo.  -Que eres un pendejo y un completo imbécil- Después de eso perdi la conciencia y me desmaye.  Horas después desperté en una camilla, conectado a un suero y con vendajes por todo mi cuerpo, no había un solo lugar que no me doliera, pero lo que más me lastimó, fue no verla ahí. Sentí un enorme vacío, estaba solo, lloré y de nuevo sentí que mi vida no tenía sentido, no tenía caso seguir, ya no mas.  En ese instante advertí su presencia, había estado ahí no se por cuanto tiempo, su cara estaba ojerosa y tenía un café en la mano.  -Por fin despertaste. Como te sientes? -  Trate de contestar, pero mi boca estaba seca y no podía articular palabra, además que sólo de intentar moverla, un dolor intenso me recorría todo el cuerpo.  -mmmgghhh- solo atiné a "decir"  Se sonrio y dijo.  -El doctor dijo que pasaría eso, pero me quise divertir un rato. Además es por hacerme perder una noche de trabajo, aunque eso ya casi quedó saldado con lo que había en tu cartera y los gastos médicos se han cubierto con tus tarjetas, así que no tienes mucho de que preocuparte- hizo una pequeña pausa y por fin concluyo -por ahora.-
Parte 21 Han pasado unos días después del incidente y mi nueva "amiga" me hacía visitas constantes en el hospital, un día llegó a la habitación, me miró de pies a cabeza, murmuró algo entre dientes, salió de la habitación y regreso con una bandeja de agua, jabón, algunos trapos y un rastrillo.  - A ver, así no luces tan bien como cuando nos conocimos-  Tomó un espejo que estaba en la mesita de enfrente y me mostró mi rostro. Un gran vendaje cubría gran parte de este en la parte superior y llegaba por debajo de mi ojo derecho, mi barba y bigote ya estaban bastante crecidos. Metió el jabón al agua, lo froto entre sus manos hasta generar bastante espuma, después la fue distribuyendo por mi rostro y comenzó a pasar el rastrillo hasta no dejar un solo bello.  Al terminar, me volvió a inspeccionar y dijo -Luces mucho mejor- Instantes después me pidió una de mis tarjetas de crédito. (Para ser sincero, la petición me desconcertó un poco) al parecer pretendía cubrir sus honorarios. Mientras pensaba, ella no espero mas y de la mesita, tomó mi cartera, saco una tarjeta, dio media vuelta y se fue.  Un sentimiento de soledad volvió a abrigarse dentro de mi, no lo había notado, pero su sola presencia me hacía sentir bien. Supuse que iba a vaciar mi tarjeta, tenía un límite alto en el crédito y eso me preocupó.  Pasaban de las 6 de la tarde cuando llegó con varias bolsas departamentales, se me acercó, me las mostró y sonriente me dijo -Sabes? Nada hace más feliz a una mujer que ir de compras.- No espero a que reaccionará, cuando de las bolsas empezó a sacar una camisa, pantalón, saco, corbata y unos zapatos para mi. Me sentí avergonzado por mis pensamientos previos y al parecer ella lo noto -Que? Pensaste que te iba a robar? -  Mire hacia el techo en señal de vergüenza.  Soltó una carcajada y sin detenerse me dijo -Pendejo.-De nuevo esa palabra.-Vamos¡ levántate¡ Te dieron de alta y necesitan que desocupes la cama lo antes posible, ya están artos de tener a un parásito como tu en una de sus camas.  Me ayudó a vestirme con bastante cuidado, ya no sentía dolor, pero me gustaban las atenciones que me brindaba.  Llegamos a la calle y paro un taxi, nos subimos y de repente se hizo un silencio un poco incómodo, sentí un pellizco en mi pierna, voltee a verla, estaba levantando las cejas y diciéndome - Dile a donde vives- Así lo hice y en poco tiempo ya estábamos en casa.  Cuando llegamos a la puerta saco mis llaves de una bolsa que ella llevaba, (hasta ese momento caí en la cuenta de que no las traía conmigo) me las entregó y me dejo entrar primero. Cuando voltee, ella aún seguía sin cruzar el umbral de la puerta. Entonces me dijo -que esperas que no me invitas a entrar? -  Me sentí un estúpido, regresa a la puerta, la tome de la mano y le dije -Pasa, estas en tu casa- Hizo una reverencia y entro al departamento - Así que aquí vamos a vivir? –
 Parte 22 Han pasado meses desde la golpiza que recibí a manos de esos canallas, ellos me dejaron cerca de casa, según lo que me cuentan los que me vieron, mi cara era una plasta de sangre y no se me podía reconocer, nadie me ayuda, llamaron a la ambulancia y esta no llegaba, a unas cuadras había un dispensario médico y mandaron traer al doctor. En ese momento todo era un inmenso dolor, despertaba y me desmayaba a cada instante.  El doctor llegó antes que la ambulancia, me tomo entre sus brazos y me llevo al dispensario.  El me salvó la vida, gracias a él sigo viva, el me ha ayudado con los tratamientos, no me cobro un solo centavo, el, el, el... Estas mismas frases me las repetía día y noche semanas antes de casarme con el.  Mi familia me pedía que no lo hiciera, que no iba a ser feliz y que a él le iba a destruir la vida.  Sabía que era cierto, pero el me lo había pedido, en principio le dije que no, que él era una gran persona y que yo no lo podría hacer feliz, que me perdonara, pero que prefería que fuéramos amigos.  El no cesó en sus intentos, me regalaba flores, chocolates, peluches, lindos detalles, pero no era lo que quería, yo deseaba joyas, autos, salir de ese lugar de nuevo y con el no lo lograría nunca.  Un día mi madre enfermo de gravedad y el la curó sin cobrar un solo peso, el cubrió los gastos de la operación y la convalecencia sin ayuda de nadie. De nuevo me sentía en deuda con el y el de nuevo volvió a la carga.  Le pedí unos días para aclarar mis ideas y platicarlo con mi familia.  Todos estuvieron en contra de la boda, decían que estaba destinada al fracaso.  Me sentí molesta al ver que nadie de mi familia confiaba en mi y me decidí a demostrarles lo contrario, les demostraría que soy una mujer digna de el y les taparia la boca a todos.  Lamentablemente no hice nada más que darles la razón.
Parte 23 Juro que puse todo de mi parte para que la relación funcionará, después de casarnos nos fuimos de luna de miel a Cancun, todo era realmente hermoso, nos hospedamos en un hotel 5 estrellas, la vista al mar era espectacular, todo el ambiente era propicio para el amor.  Llegó la noche y realmente estaba emocionada, íbamos a hacer el amor por primera vez, ya no podía esperar, mi cuerpo sabía lo que le esperaba y temblaba de excitación.  Todo empezó muy bien, realmente tenía habilidad con las manos, sus besos eran dulces y en todo momento fue tierno, me beso de pies a cabeza y ponía especial atención en los lugares donde había cicatrices.  Me sentía contenta, casi feliz, nunca había tenido una relación así y para ser sincera, lo estaba disfrutando mucho. Me decía que era su princesa y así me sentía, el me daba seguridad, me daba cariño y me daba cuanto podía.  Llegué a mi primer órgasmo en cuestión de minutos y segundos despues me vino una cascada de intenso placer, me sentía extasiada, enervada, me llevo una y otra vez a la cima del placer.  Necesitaba descansar, ya no podía más, me volvería loca, era mi turno de hacerlo disfrutar.  Puse toda la experiencia que tenía para hacerlo feliz, su excitación era tanta que no duró mucho antes de terminar, su cara reflejaba todo lo que sentía, su frente estaba perlada de sudor y su respiración antes frenética volvía a la calma poco a poco.  Eso solo había sido el comienzo de una noche increíble, una noche que no quería que terminara nunca.  Al día siguiente solo salimos del cuarto para desayunar, todo el resto del día lo dedicamos a seguir conociendo nuestros cuerpos y cada vez nos entendíamos mejor.  Fue realmente increíble, fue una semana de ensueño, pero al término de esta, debíamos regresar a casa, a la dura y pobre realidad.
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Parte 24 Nuestra casa no era más que un espacio de unos 100 metros, la mitad de estos construidos por una recamara, una pequeña sala/comedor y una pequeña cocina, la otra mitad estaba cubierta por un lindo jardín, en este había algunos árboles de diferentes frutos, uno era de naranja, otro de manzana y el último daba unas deliciosas peras, que tenían un sabor a mantequilla y parecían derretirse en la boca.  A lo largo de 5 meses me convertí en la mujer más fiel, amorosa y leal que hubiese existido, a pesar de que la cocina no se me daba nada bien, me esforzaba por hacer cosas que le gustaran y cuando no me salían bien, el me abrazaba y me llevaba a comer fuera... Realmente era muy bueno conmigo.  Todo habría sido perfecto, de no ser por un pequeño detalle. No sentía nada por el. Solo la simpatía que alguien pudiese tener por un hermano o un gran amigo.  Se que soy una basura, pero de verdad me estába esforzando, solo deseaba verlo feliz, aunque yo me estuviera muriendo de aburrimiento e infelicidad.  Un día las cosas cambiaron radicalmente. Había llegado la noticia de que seguía viva y feliz a oídos de la que en algún momento me había amado y protegido. Una tarde al salir de la tienda me abordaron los tipos que me habían dado por muerta.  No los había visto y note su presencia cuando ya era demasiado tarde, uno me tomo por el brazo y me "ayudó" a subir a la parte trasera del carro.  -Hola muñeca. como estas mamita ? -  Sentí un pánico horrible y a mi mente llegaron los recuerdos de aquel día. Cerré los ojos y comencé a pedir piedad. Se rieron, uno de ellos me tomo el rostro y con su aliento rancio directo en mi cara me dijo.  -Nuestra señora no está feliz de que estés viva y mucho menos de que estés felizmente casada, así que nos mandó a encargarnos de eso. Decide. Te sacas a chingar a tu madre de aquí, o nos echamos a tu esposo? — Debi sentir terror, y una enorme preocupación por el, pero... Lo vi más bien como una oportunidad de deshacerme de el, de poder ser libre y de ya no padecer una vida que no era para mí. Debo confesar que me sentí un poco culpable de pensar en esa opción, pero había otro detalle. Si les decía que lo mataran, lo harían o lo tomarían como una provocación?  Les pedí un día para darles mi respuesta. Accedieron de mala gana y desaparecieron.
Parte 25 Llegué a casa y el aún no estaba, me sentí una mierda por siquiera pensar en dejar que lo mataran, pero quería salir de ahí, de una o de cualquier forma.  Cuando llegó, trate de comportarme lo más normal que podía, le servi de cenar, al terminar nos fuimos a la cama e hicimos el "amor" como tantas otras veces. No sospecho nada.  No pude dormir durante toda la noche y por primera vez desde que nos casamos, no lo deje que durmiera abrazado a mi, le dije que hacía mucho calor y a regañadientes se separó de mi.  No me sentía capaz de dormir a su lado, me sentía culpable de lo que le iba a pasar y realmente lo era.  Era una noche cálida y salí a caminar al pequeño jardín, la luna brillaba en el cielo y los grillos nos regalaban una pequeña y tenue serenata. Cogi una de las deliciosas peras y le di un mordisco, su sabor me recorrió la lengua y el paladar, no había nada tan rico.  Pase horas en el jardín, recargada en el árbol de peras, pensando en lo que iba a pasar y como iba a pasar, pensé en las diferentes maneras en las que el podría morir, pero todas me causaban dolor. Después de un buen rato, llegue a la conclusión de que no importaba eso, lo importante era como les diría que prefería mi vida a la de mi esposo.  Me quedé dormida en el jardín y cuando llegó la mañana desperté cobijada en la cama, y había una taza de chocolate caliente encima del buro.  -Buenos días princesa! Otra vez te quedaste dormida en el jardín, te prepare chocolate y no te preocupes por la cena, hoy vamos a cenar a un lindo lugar.- Tomé un poco de chocolate, cada trago me quemaba la garganta y sentía que era justo lo que merecía, mis ojos se nublaron y un par de lágrimas se asomaron tímidas, me levante de la cama y corrí a abrazarlo.  -Gracias por todo, gracias por ser tan maravilloso conmigo.- El me tomo entre sus brazos y me dijo que no había nada que agradecer, que era lo menos que podía hacer porque me amaba.  Sentí náuseas, me volví a sentir una basura, pero ya había tomado una decisión y no había marcha atrás.  Las horas pasaron volando y cuando me di cuenta se había llegado la hora, tenía que verlos y decirles la decisión que había tomado, cogi mi bolsa, las llaves y salí a la calle, no tuve que caminar más que una cuadra, ya estaban ahí, esperándome. Me acerque a ellos y me saludaron inclinando levemente la cabeza.  Pasaron unos instantes llenos de un silencio incómodo, tenso, por fin uno de ellos se animó a preguntarme. - y bien? Que has decidido? -
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Parte 26 Quizá fueron sólo unos instantes, pero para mi fue una eternidad. De mis labios no salía la respuesta y a mi mente llegaron imágenes de mi vida antes y después de que el llegara, realmente era algo muy difícil para mi, me sentía una basura, sentía que me faltaba el aire, sentía una presión muy grande en mi pecho y una angustia tal que comencé a morder mis labios hasta hacerlos sangrar. No podía moverme, me habría encantado salir corriendo de ahí y olvidarme de todo, de volver el tiempo y que esto se quedase solo como un sueño, también me habría gustado demostrarle al mundo que podía ser una persona diferente a la que ellos creían que era, pero no podía, esta era mi naturaleza y no iba a cambiar ahora.  De pronto comencé a llorar de manera incontrolable, caí de rodillas frente a ellos, pensé en suplicarles por su vida y la mía, pedirles que me dejaran hacerlo feliz, que lo merecía, también pensé en contarles que yo no era feliz como ellos creían, pero de nuevo las palabras no salían de mi boca.  Uno de ellos me tomo por los hombros, me levanto y me subió al carro, me dio un par de bofetadas y me dijo que no tenía toda la tarde, que eligiera o ellos lo harían por mi.  No quise imaginar lo que harían por su cuenta, así que no era una opción.  Mi cabeza era un remolino de ideas, mi corazón se desgarraba y mi alma se derrumbaba a pedazos, por un lado era su muerte y entender por fin que soy una mierda y con esto darle la razón al mundo, por otro lado, alejarme de el y romperle el corazón a la única persona que realmente cree en mi, a la única persona que apostó por mi y a quien lastimare sea cual sea mi decisión.  Por fin me logre serenar un poco, la luna ya asomaba en el cielo, estaba en cuarto menguante, pero a mi me pareció una risa irónica, burlona..  Mientras corrían dos lágrimas por mis mejillas, salió de mi una voz ronca y apenas perceptible, una voz que no parecía la mía y solo dijo.  -Matenlo-
Parte 27 Debo admitir que me sentí nervioso al escuchar esa frase, la idea de vivir con alguien que no fuera ella, no me había pasado por la mente y quede totalmente desconcertado al escucharla.  Aún no salía de mi asombro inicial cuando ella continuo.  -Me gusta el lugar, es cómodo y agradable. Puede convertirse en un buen hogar- Mis ojos no dejaban de seguirla mientras se paseaba por las habitaciones. Al llegar a la cocina revisó todas las gavetas, estantes y refrigerador, en el momento que abrio este último, salto de inmediato lejos de el, mientras se alejaba se apretaba la nariz y trataba de contener las arcadas que le ocasionó el olor.  -Eso está echo un asco- decia mientras su ojos se ponían blancos con cada intento por contener el vómito.  Caí en la cuenta de que llevaba casi 3 semanas fuera y que ya había cosas a punto de podrirse antes del incidente.  Se me dibujo una leve sonrisa al verla en esa situación, aunque me duro muy poco, ya que instantes después me llego el olor provocandome arcadas aún más graciosas que las de ella, optamos por cubrir nariz y boca con trapos húmedos, abrimos las ventanas y salimos de ahí lo más pronto posible.  Fuimos a cenar a un restaurante italiano y después a ver una película, no se que era, pero me sentía muy bien, íbamos camino a casa y se colgó de mi brazo, recargo su cabeza en mi hombro y suspiro. Sentí un escalofrío recorriendo mi espalda cuando ella me dijo.  -No quiero que esto acabe, me encantaría quedarme contigo toda la vida, pero- dejo que el silencio nos rodeara y espero a que le preguntará.  -Pero que? -  Se soltó de mi brazo y dándome un golpe en el hombro me dijo.  -Carajo contigo hombre! me sorprende que hayas tenido novia, de plano eres muy lento- Me miró un momento y siguió -Una de dos, o de la golpiza quedaste taradito, o ya eras desde antes- -No estoy tarado - Le increpe -Pues no lo parece. Cuando me pediras que sea tu novia? O te arrodillaras y me pediras que viva contigo? Cuando? -  Estaba petrificado y no atinaba a articular palabra.  Entonces su buen humor se desplomó y con una mueca triste me miró a los ojos y me dijo.  -Claro... Nadie quiere de esposa a una prostituta, nosotras no tenemos derecho al amor- Levante su cara con mi mano y solo atiné a decir.  -Te quieres casar conmigo? –
Parte 28 Su cara se ilumino de nuevo con una sonrisa, acercó su rostro al mio, cerré los ojos para recibir el beso, pero, paso un segundo, dos, tres, por fin me decidí a abrir los ojos para ver que pasaba y cuando pude ver, ella ya no estába frente a mi, ahora caminaba alegremente por la calle y no paraba de reír.  -Sabes? - me pregunto cuando por fin me puse a la par de ella sin entender que pasaba - Me gustas mucho pero eres demasiado manipulable, aún no llevamos ni un mes saliendo y ya me pediste matrimonio solo por que me sentía triste, si quieres algo conmigo tendrás que esforzarte. Entendiste?- Asenti con la cabeza y de nuevo emprendimos el camino a casa.  En el trayecto la fui conociendo un poco más, la verdad es que mucho más, no paraba de hablar, me contó de sus mascotas de la infancia, de sus ex-novios, de cómo entró a la prostitución y de porque se ha dedicado a cuidarme desde el día de la golpiza.  -Cuando me contaron que había alguien buscando a su "putita" me pareció una verdadera estupidez, pero cuando llegaron a mi más detalles de tu historia, sentí envidia de aquella a quien buscabas y quise tener a alguien como tu en mi vida. Jure que si algún día encontraba a alguien asi, lo cuidaria y protegería hasta el fin de mis días y tan pequeño es el mundo y tan rara la vida que me dejó encontrarte.-  No supe que decir en ese instante, pero no había necesidad, ella no me daba oportunidad de hablar.  -Es por eso que sigo aquí, porque tengo palabra y la pienso cumplir, a menos que tu no quieras- Está vez si hizo silencio. Esperaba una respuesta y aún no sabía que decir. La tome de los brazos y la base, al soltarlo ya tenía claro lo que quería.  -No voy a ser yo quien haga que no cumplas tu palabra, pero si seré yo quien te obligue a cumplirla, así que será mejor que hagas que esto dure para siempre. Entendiste? -  Ahora ella asintió mientras sus ojos se nublanan por un par de lágrimas.  Tristemente "para siempre" es una frase... Solo una frase.
Parte 29 Ella tenía razón, mi departamento se convirtió en un hermoso hogar, después de no conocernos en lo absoluto, nos fuimos complementando poco a poco, teníamos gustos similares, además de que su manera tan particular de ver la vida me resultaba contagiosa. A pesar de ser una persona que no sonreía muy a menudo, ella se encargaba de hacerme reir todos los días.  Ella era de risa fácil y contagiosa, además de tener un humor muy ácido, nuestras pláticas terminaban en discusiones y las discusiones en sexo, vivir con ella era increíble.  Un día al llegar a casa ya entrada la noche, la encontré sentada junto a la ventana.  Lucía serena y pensativa, cuando noto mi presencia se incorporó y camino hacia mi con paso lento, pero firme.  Algo no estaba del todo bien. Supuse. Lo confirme cuando me tomo de la mano y me llevo a la mesa. La tensión se sentía en el aire y un escalofrío me recorrió la espalda.  Después de mirarme fijamente unos instantes, por fin me dijo.  -No me vas a preguntar si pasa algo? -  Cómo siempre, me quedé mudo.  Su tono de voz estaba cargado de un extraño sentimiento, se podría decir que era de melancolía, de tristeza, de esperanza, su ojos compartían el sentimiento con el que hablaba.  Me tomo de las manos y con la misma emoción me dijo.  -En vista de que no vas a preguntar, te lo contaré. Hemos vivido una historia bastante linda en estos últimos meses, has sido lo mejor que me ha pasado en mi tormentosa vida y te lo agradezco con el alma. He llegado a amarte, a admirarte y a respetarte cada día más- Se me hizo un nudo en la garganta y un hueco en el estómago tanto halago siempre traía un "pero" y esta vez no era diferente- pero las cosas en una relación cambian, la gente extraña su vida de soltero y las libertades que se tenían- recordé como era mi vida antes de ella y pensé "yo no" pero la deje continuar -Se que no soy la mujer perfecta, que tengo errores como las demás personas, pero también se que te amo. Pero no se que va a pasar después de hoy, no se que va a pasar después de que te diga que... Estoy embarazada -  Para ser honesto, no me esperaba esto y lo que sucedió a continuación ni yo me lo explicó.  Me acerque a la ventana y a todo pulmón grite.  VOOOOOOYYY AAAAA SEEEER PAAAAAPAAAAAA!!!!!! 
Parte 30 Cuando recupere la compostura regrese con ella, tome sus manos y comencé a besarlas, después siguieron su frente y mejillas, en ese momento probé una se sus lágrimas, la mire a los ojos y ella bajo la mirada.  -Que sucede? - pregunte y esta vez ella se quedó muda, no sabía que hacer, no sabía que decir, así que la cargue y la lleve hasta la alcoba era su turno de escucharme, entonces la recoste sobre la cama, apague la luz (no quería que viera las lágrimas en mi rostro) y comencé a hablar,  -No se que pase por tu mente en este instante, pero si se que pasa por la mía y te lo quiero hacer saber. Cuando nos conocimos te encontraste con una persona al borde de la locura, una persona sin dignidad y con la autoestima por los suelos. Te ocupaste de mi sin ninguna obligación y me cuidaste con bastante esmero y cariño. Para ser sincero, no te pareces en nada a quien buscaba- note que eso la inquieto un poco y me apresure a aclararle- eres mucho mejor, eres una persona a quien amo y a partir de ahora mi amor se multiplicará, mi amor será siempre tuyo y ahora de alguien más, alguien a quien juntos daremos nuestro amor y que llenara está casa de vida. - En ese momento su llanto se volvió convulso e incontrolable, la aprete contra mi pecho, no sabía que más hacer.  Después de estar unos instantes así, logró controlarse un poco y entre sollozos comenzó a decirme.  -Muchas gracias por estar conmigo, gracias por aceptar mi pasado y por amarme tal y como soy, para ser sincera, estaba muy preocupada por como ibas a tomar la noticia, nunca te escuche hablar sobre querer tener hijos, nunca te vi alegrarte al escuchar sus sonrisas, supuse que no te hacia mucha ilusión, pero ahora, con esto que me has dicho, confirmo que eres un gran hombre y por eso te amo- Pasaron los primeros meses sin ningún contratiempo, íbamos regularmente a la cita con el doctor para revisiones de rutina, debo confesar que cuando vi el primer ultrasonido no sentí nada especial, no vi nada especial, solo veía manchas en una pantalla y eso me desilusionó un poco. Al rededor del tercer mes, nos dieron su segundo ultrasonido y este de igual manera no me hizo muy feliz, pero en el del sexto mes, me lleve una grata sorpresa, ya era un pequeñísimo bebé, al cual le faltaba algo de desarrollo y del cual no quisimos saber su sexo hasta su nacimiento, pero ya era un bebé, ya era mi bebé, de ahí salimos más emocionados que nunca, ella se veía muy hermosa, había ganado algunos kilos, pero no había perdido su bella forma, o al menos así la veia yo, porque ella se la pasaba quejándose de su peso, de sus pies hinchados y de problemas en la piel. Yo le insistía en que exageraba, pero ella me alejaba cada que me acercaba a acariciarla, para mi pesar, después del quinto mes mi vida sexual desapareció gracias a sus complejos. En fin, fui paciente y por fin se llegaron los nueves meses, por fin conocería a mi bebé, por fin sabría si es niño o niña por fin nuestro hogar estaría completo.
Por fin
31 Por fin se llegó el gran día, todo estaba listo, ya habíamos entrado en labor de parto, nos subimos al auto y emprendimos el viaje hacia el sanatorio.  Cuando llegamos había varias mujeres a punto de dar a luz, algunas iban acompañadas de sus parejas, algunas de sus mamás y familiares y una que otra se encontraba sola, a la espera de no estarlo nunca más.  Llegó una doctora y nos invitó a pasar a uno de los consultorios que estaban desocupados. El ir y venir de doctores, enfermeras, camilleros y mujeres embarazadas era interminable.  Cuando la doctora la revisó, nos dijo que aún no estaba lo suficientemente dilatada, que le podían hacer cesárea y que todo terminaría muy rápido. Ella se negó y entonces le indicaron que debía caminar por 20 minutos y después regresarámos a una nueva revisión.  Yo tenía todo listo, tenía la primer ropa del bebé, un par de cobijas y suficientes pañales para una semana. También llevaba ropa y artículos personales para ella, así como mi cámara de video, no me quería perder un solo momento y lo quería ver cuantas veces fuera necesario.  Pasaron los 20 minutos y regresamos al consultorio, ahora era un doctor el que atendía, pasamos y la revisó, nos dijo que aún faltaba un poco, pero que si lo deseábamos podríamos pasar de una vez y que el se encargaria de todo lo demás. Lo meditamos unos instantes y ambos accedimos, los dolores ya eran bastante malos como para esperar. Lo que sucedió a continuación lo he vivido decenas de veces, día tras día, noche tras noche y aún no entiendo que sucedió.  Todo comenzó cuando el doctor le puso una inyección para que la dilatación se diera más de prisa, yo no cabía en mi de emoción y comencé a grabar, enfoque su rostro y en ese instante pensé que algo andaba mal, palidecio y sus labios se pusieron morados, confirme mi pensamiento cuando el doctor grito por ayuda y de su boca salian solo palabras obscenas.  En menos de un minuto la sala estaba llena de doctores y enfermeras que trataban de ayudar en algo. Me pidieron que saliera y me negué, no me quería separar de ella un solo instante, tome su mano con fuerza, la acariciaba mientras se iba poniendo fría.  Todo era un gran alboroto, yo solo miraba sus ojos que se apagaban poco a poco y como paños llenos de sangre circulaban entre las manos de las enfermeras.  Mientras todo sucedía, me acerque a su oído y comencé a hablarle.  -Por favor... - comence- no te vayas, no me dejes, aún nos faltan muchas cosas por vivir juntos, tenemos que cuidar a nuestro bebé, recuerdas que no nos poníamos de acuerdo con el nombre? Puedes elegirlo tu, prometo no enojarme, de verdad y también escogerás su ropa y le enseñaras a ser una buena persona, así como me enseñaste a mi- en ese momento las cosas dentro de la sala se habían calmado un poco, pero no notaba mejoría en ella, de mis ojos salía un llanto copioso y de mi boca salian palabras que sólo yo entendía, no eran más que balbuceos, pero aún así continúe. -Amor, pequeña, por favor, quedate conmigo y vivamos felices, anda, por favor - sentí que su mano se ponía rígida, su cuerpo ya no tenía calor, en el suelo había manchas de sangre por doquier y ya sólo había un doctor y 2 enfermeras tratando de limpiar un poco.  Encare al doctor y le exigi que hiciera algo, que no se quedará como imbécil sin hacer nada. Sólo bajo la cabeza. En ese momento recordé algo, mi bebé! - Dónde está? Dónde? -  El doctor con los ojos irritados, señaló una cuna y con voz entrecortada dijo - ahí –
Parte 32 Me acerque a la cuna y por primera vez lo vi, era muy pequeño, frágil e inocente, mis lágrimas dejaron de salir cuando por fin pude levantarlo entre mis brazos, sentí un enorme hueco en el estómago, mis músculos se tensaron y poco a poco fui perdiendo fuerza, recargue mi espalda contra la mesa y me fui deslizando. Un grito ahogado salió desde mi corazón.  De nuevo comencé a llorar, pero esta vez lo hacía como un niño, el sentimiento que me invadía era terrible, mientras lloraba, mis lágrimas caían en su pequeña carita, se veía tan tranquilo.  En ese momento perdí la razón y en mi desesperación pedí a gritos una cobija porque mi bebé tenía frío, mi hijo estaba muy frío, me levante con mucho cuidado, me quite la bata y lo envolvi en ella, me acerque muy despacito a donde estaba su mamá ahora cubierta por una manta de pies a cabeza, las enfermeras trataron de alejarme de ahí y de quitarme a mi hijo, una de ellas fue a parar al suelo de un empujón y la otra fue a refugiarse a los brazos del doctor que no despegaba la mirada del suelo.  Quite la manta de su cara, le enseñe a nuestro bebé, le dije -Mira. Que hermoso es, es igual a ti, ambos son hermosos, ambos son lo mejor de mi vida, no lo olvides- mientras hablaba con ella, en una mano cargaba a nuestro bebé y con otra le acariciaba el rostro a ella, a ambos los besaba y decía cuanto los amaba.  Por fin el doctor se acercó a mi y me quito a mi bebe, me pidió que lo perdonará y sus ojos se llenaron de lágrimas, entonces se dio media vuelta y se fue.  En la sala solo quedamos ella y yo, la serenidad llegaba poco a poco a mi, sabía que acababa de perder todo y no me quedaba nada más por que vivir y aunque lo hubiera. No lo quería, tome uno de los instrumentos filosos que había y lo pase cerca de mi garganta, un instante después entraron varios tipos que me sometieron y me inyectaron algún calmante, mientras me desvanecia a mi mente llegaron imagenes de mi bebé y de ella, de cómo debió ser nuestra vida, de cómo hubiese sido como padre, de las travesuras que pudimos hacer, entonces las imágenes se fueron haciendo más borrosas y un solo pensamiento quedó en mi cabeza - pronto estaremos juntos- entonces me desvaneci, mientras un suspiro de añoranza salía desde lo más profundo de mi alma, que también moría en ese instante. 
Parte 33 Baje del carro como pude, temblaba como nunca en mi vida, me sentía terrible, tenía miedo, no podía creer que había dicho eso, no podía creer que había firmado su sentencia de muerte, lo único que creía, no, lo único que sabía es que yo era una basura y quien debia morir era yo.  En el cielo las estrellas brillaban con gran fulgor, el cielo estaba particularmente despejado y la hermosa imagen contrastaba con lo que había en mi corazón.  Mire a esos bastardos, aún estaba en el carro, no se que hablaban entre ellos, pero reían ruidosamente, sus risas me taladraban el cerebro y los odie como nunca había odiado a nadie, odie su voz, sus miradas, sus ojos, todo en ellos me generaba una rabia incontenible, eran repugnantes y quería matarlos.  Las calles del barrio se llenaban de gente poco a poco, de todos lugares salian, algunos de ellos pertenecían a una banda, todos portaban algún distintivo en sus ropas para identificarse, todos estaban orgullosos de pertenecer ahí. mi cuerpo no dejaba de temblar y mis ojos no cesaban las lágrimas, mi llanto era un llanto silencioso hasta que los vi salir del carro. En ese momento comencé a gritar y mis gritos desgarraron la noche, la gente volteaba a vernos y note que se pusieron nerviosos, continúe gritando más fuerte y uno de ellos trato de callarme, me tomo del brazo y me amenazó -Si sigues gritando te voy a meter una bala en el culo- me dijo.  En vez de callarme, grite aún más fuerte, algunas personas comenzaron a acercarse y algunos miembros de la banda comenzaron a dar órdenes. En poco tiempo llegaron más y algunos de estos traían palos, piedras, también se asomaban algunos cuchillos y navajas de sus manos.  Eso me impulso a pedir auxilio y a gritar que me querían matar, grite con todas las fuerzas que me quedaban, el que me tenía del brazo comenzó a gritarme y a golpearme con la pistola, caí al suelo y recibí un puntapié, después de eso escuche un par de detonaciones, después gritos y maldiciones, toda la banda se había dejado caer sobre ellos, algunos les daban puñetazos, patadas, algunos otros les daban navajazos y unos más les apuntaban con pistolas.  -Aquí no van a venir a hacer sus pendejadas- grito uno de ellos y todos los demás lo secundaron con gritos y mentadas de madre.  Uno de ellos me levanto y me pregunto que si estaba bien, asenti con la cabeza y sentí como algunos hilos de sangre corrían por mi rostro.  Por fin había dejado de temblar, note como habían dejado de golpear a los tipos y como empezaban a buscar en sus bolsas para sacar algo de valor, cuando encontraron las armas y el dinero, comenzaron a celebrar y mientras se alejaban iban gritando que ya había salido pal chupe. Solo se quedaron dos de ellos para llevarme a casa. Cuando pasamos junto a los cuerpos, estos no tenían forma reconocible, se habían convertido en una masa sanguinolenta. No sentí remordimiento alguno, solo sentí un poco de paz.  Ya estábamos a unos pasos de la casa cuando lo vi, estaba parado en la puerta, en cuanto me vio corrió a mi encuentro, note como su cara se había deformado por la preocupación se acercó a mi y yo... Yo ni siquiera pude mirarlo a los ojos
Parte 34 Entramos a casa, los dos chavos que nos acompañaban se fueron corriendo y gritando aún eufóricos por su reciente hazaña.  Mientras caminaba no podía despegar mi mirada del piso, veía como lentamente mis pies se ponían uno delante del otro, cruzamos el jardín, mire a los tres árboles, me habría gustado quedarme sentada junto a ellos. Por fin llegamos a la recamara, me ayudó a recostarme y salió de la habitación. Instantes después regreso, en las manos traía un recipiente con agua y algunos trapos. Comenzó a limpiar mis heridas y a preguntar que había pasado, le dije que no me sentía bien y que prefería descansar, el asintió, terminó de limpiarme, me cobijo y salió.  Cuando me supe sola, me acoste boca abajo y comencé a llorar, no podía dejar de hacerlo. Como pude hacerle algo así? Como pude disponer de su vida por facilitar la mía?.  Afuera se escuchaban sirenas y un gran alboroto, gritos de policías, mentadas de madre de los vecinos, amenazas sobre llevarse a todos si no decían quien había sido y risas burlona como contestación, total que se convirtió en un crimen más sin resolver, así como los muchos que hay en esta ciudad.  Después de llorar por horas el cansancio se apiado de mi y me sumergió en un sueño profundo, lo que sucedió en mis sueños fue aún más aterrador que la realidad, en mis sueños yo era un monstruo y veía como poco a poco acababa con más personas que he querido, veía como los destruía poco a poco mientras de sus labios solo salía una pregunta "¿por que?" así que preferí continuar despierta, el iba y venía constantemente a ver si me sentía mejor y cada que lo hacía fingia estar dormida no lo quería ver o escuchar. Hubo momentos de la noche en que se recostada junto a mi y me abrazaba, me susurraba cosas como "pronto estarás bien, aquí estoy para cuidarte" "mi pobre amor. Quien pudo hacerte esto?" "te amo" cada una de sus palabras se clavaba muy dentro de mi, no las merecía y el no merecía tener a alguien como yo.  Medite lo que restaba de la noche, cada instante las ideas eran más claras y antes del amanecer ya tenía claro lo que debía hacer, había tomado una decisión y creo que era lo mejor para ambos.  Así tendría que ser.
Parte 35 Llego la mañana, nuevamente fue a revisar que todo estuviera bien, me revisó las heridas y se cercioro de que ya no sangraba, colocó nuevos vendajes, colocó antiséptico y me beso en cada uno de los golpes que tenía. Cada uno de sus detalles, de sus atenciones, de sus palabras de amor, de sus acciones hacia mi me deseperaban, quería que me detestara, que me odiara, quería que sintiera asco por mi, que se enterara de una vez por todas la clase de persona que era, pero no me atrevía a contarle la verdad, me daba pavor la idea de que me mirara de una manera distinta, el era la única persona que me veía así y no podría soportar que me viese como realmente soy, si yo sentía asco por mi cada que me miraba al espejo, si yo me odiaba al saber lo que he hecho, el probablemente se sentiría decepcionado, dolido, herido.  Si tan solo tuviera la certeza de que contandole todo, el me odiaria, lo haría sin dudarlo, pero se que no sería así, solo le rompería el corazón y estoy segura que aún así me amaria con cada una de esas pequeñas partes, no importando en cuantas partes de rompiera, el me seguiría amando. Debería sentirme la mujer más afortunada del mundo, pero no era así.  Cuando por fin se fue a trabajar, solo necesite un par de horas para recoger mis pocas pertenencias, solo me lleve un par de mudas de ropa, artículos personales, un poco de dinero y la poca dignidad que me quedaba, esto no me tomo más de unos cuantos minutos, el demás tiempo lo pase sentada entre los árboles y disfrutando de sus frutos por última vez.  La mañana era cálida, las personas comenzaban a circular por la calle, algunos niños iban a clases acompañados pos sus madres y los padres de algunos se dirigían a sus trabajos. Me costó muy poco trabajo mezclarme entre la gente a pesar de tener vendajes en la cabeza, nadie me miraba, a nadie le importaba, bueno, casi a nadie, pero acababa de abandonar a la única persona en el mundo que daría algo por mi
Parte 36 Caminé por horas, no tenía un tumbo, no tenía a donde ir, no sabía que hacer. Pasaron días enteros sin poder llevarme algo a la boca, solo podía permitirme dormir bajo techo una vez a la semana, por lo regular eran cartuchos de hoteles viejos, infestados de bichos y alimañas, aún así parecían mansiones en comparación a dormir en la calle. Aprovechaba cada oportunidad para lavar mis pocas pertenencias y darme largas duchas. Solía pasar el resto de mis días vagando yendo de un lugar a otro, llegue a usar mi cuerpo como moneda de cambio por algo de comida, nunca acepte dinero, no era una prostituta o al menos eso quería creer. Caí en cuenta de que mi cuerpo era bastante atractivo para hombres maduros y saque provecho.  Al principio sólo fue comida, y cosas sin mucho valor, poco después fue ropa, un pequeño apartamento, pulseras, collares, cenas en lugares caros, muchas cosas más, pero nunca dinero, no, yo no era una prostituta. No. No lo era. Los viejos amaban mi altivez, nunca hacia lo que querían cuando ellos querían, siempre era en mis términos y cuando yo quisiera, al parecer una mujer dominante era lo que ellos querían y yo se los podía dar sin ningún problema, obvio a cambio de algo lindo para mi.  Procuraba mantener todo mi tiempo ocupado y casi siempre lo lograba, tenía mi agenda llena, pero de vez en cuando tenía un espacio libre y entonces pensaba en el, en lo que le había hecho y todo se desmoronaba a mi alrededor. Hasta qué llegó quien ocuparia su lugar en mi mente.
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