Fuimos incendio y ceniza en la misma noche; ardimos sin promesas, sin mañana...
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
En esta noche…
Y esta noche te recordé.
Te recordé porque me hiciste falta.
Algo en mí anhelaba tenerte junto a mí antes de ir a la cama.
Extrañaba el olor de tu piel,
el calor de tu pecho al descubierto,
ese aroma tuyo —envuelto en perfume—
que aún, horas después, seguía aferrado a tu cuerpo.
Extrañaba tus manos,
llevando mi rostro al tuyo,
acercándonos en un beso que lo decía todo.
Te extrañé…
y por un instante, te tuve.
Ahí donde eres mío y eterno.
Ahí donde no existen la hora,
ni el tiempo, ni la distancia,
ni el mundo ajeno.
Solo tú y yo,
en la inmensidad de la noche,
riendo, besándonos,
amándonos en silencio,
fumando un cigarrillo,
mientras la noche corre
y nuestros cuerpos
se desgastan al compás
de un baile exquisito
entre tú y yo,
bajo las sábanas.
0 notes
Text
Te llevo como el clavo que sostiene un cuadro en la pared: clavado en mi pecho. No hay foto, no hay retrato que hable de tu existencia… pero estás ahí.
0 notes
Text
“Mar y Orilla”
Hubo un mar entre nosotros,
pero yo aprendí a hablarle
en el idioma de la sal y el silencio.
Una lengua que no exige,
pero arde.
Una danza entre la espuma y el pecho,
donde el amor no necesita nombre
para saberse marea.
Hubo días en que te esperé
como se espera la marea:
con esa fe temblorosa
que no pregunta,
que solo abre los brazos
a lo que quizás regrese.
Fui orilla,
fui arena dócil,
me dejé tocar por tu oleaje
sin pedirte anclas ni puertos.
Fui el lugar al que volvías
cuando todo lo demás era ruido.
Me dolías como el salitre:
silencioso, íntimo,
mezclado en mi forma de mirar el mundo.
Nunca te quedaste,
y aun así…
te sentí danzar dentro de mí
como si mi pecho tuviera mareas.
No supe cómo dejar de amarte.
Y tampoco lo intenté.
Porque algunas almas
se nos quedan flotando en las corrientes,
como botellas con cartas
que el tiempo no se atrevió a hundir.
Y ahora,
cuando el destino juega a lanzar espuma entre nosotros,
cuando el viento huele a ti sin aviso,
no sé si el azar escribirá un encuentro
o solo nos seguirá cruzando
como barcos en la niebla.
Pero aún al borde del todo,
mi luz titila.
Y si alguna vez decides volver,
si algún día te atreves a ser marea con nombre,
a hundirte y no solo rozar…
sabrás que aquí sigo,
fuego bajo el agua,
esperando no para ser hallada,
sino para arder contigo.
0 notes
Text
Fuimos amantes… y en la locura de lo nuestro llegué a creer que te amaba.
Te perdí, nos perdimos.
Y en ese naufragio extraño nos hicimos amigos,
de esos que se miran desnudos, no solo de cuerpo,
sino de historia, de secretos, de nostalgia.
A veces, casi siempre, olvido lo que no debería.
No eres mío. Nunca lo fuiste.
Pero me pregunto…
¿por qué mi mente decide llevarme a ti en los momentos más absurdos,
como si aún tuvieras algún poder sobre mí?
¿Por qué mi piel parece recordarte,
aunque tus manos no la hayan tocado en tanto tiempo?
¿Por qué sigo buscándote…
cuando sé, con el alma quieta,
que tú ya no me buscas?
Tal vez es hora de aceptar,
que hay amores que solo viven en la memoria…
y ahí, amor, es donde te quedarás.
0 notes
Text
No sé si me extrañas como dices,
o si sólo te asomas cuando nadie más te llena.
Pero cada que apareces,
mi pecho se desborda como si hubieras estado todo el tiempo…
aunque sé que no estabas.
Y aún así, no te olvido.
Estás en las canciones,
en el eco de lo que no fue,
en esta herida que todavía no sabe cerrarse…
0 notes
Text
No comprendo el poder de tus palabras lanzadas al viento… cómo logran volcarme el alma con un simple “te extraño”.
Tal vez es esta necesidad absurda, casi patética, de arder con alguien que no se quema conmigo.
O quizás —más triste aún— soy yo, corriendo a tu encuentro cada vez que otra no alcanza a llenar tus vacíos.
No lo sé…
Quizá sólo lo estoy sintiendo así. Quizá no es tan real como se siente. Pero duele igual.

0 notes
Text
A veces quiero seguirte escribiendo…
contarte todo lo que se me queda bailando en el pecho cuando pienso en ti.
Pero luego me quedo callada,
con ese sentimiento atorado en los labios,
ese sabor a ausencia y verdad que se me hace nudo en la boca.
Y entiendo —aunque me duela—
que soy demasiado fuego para tus manos tan tibias,
que mi forma de arder no encaja con tu manera de querer a medias.
Que si me acerco más, te quemo,
y si me alejo, me enfrío…
y yo no nací para ser ni menos, ni tibia, ni a ratos.
0 notes
Text
"Obsesión o amor"
A veces no entiendo si lo que siento por ti
es amor…
o una obsesión por lo que nunca fuimos.
Una parte de mí se aferra a la idea
de que algo fuimos,
aunque no haya historia que lo respalde,
aunque no haya un “nosotros” escrito en tiempo presente.
Quiero sentir que lo fuimos,
aunque solo haya sido en mi cabeza.
Y luego me cuestiono:
¿y si no es amor?
¿Y si solo es deseo?
Pero si fuera solo deseo,
lo que hago contigo podría hacerlo con cualquiera.
Y no, no es así.
Porque sí, sé lo que tengo.
No me vanaglorio,
pero hay algo en mí que atrae.
Siento las miradas,
la energía masculina cuando entro a una habitación,
las palabras disfrazadas que esperan un guiño,
un gesto, un permiso.
Y aún así, no quiero eso.
No quiero atenciones con doble sentido,
ni halagos que esperan mi coqueteo como respuesta.
Quiero que seas tú.
Tú quien me desee sin reservas.
Tú quien me mire con ternura,
quien quiera besarme con urgencia,
como si el mundo fuera a acabarse.
Te deseo a ti.
Te quiero a ti.
Y sí, puedo vivir sabiendo que no eres mío…
pero no puedo con la idea de no ser tuya.
0 notes
Text
Accesible
Me siento tan disponible para ti,
como una puerta sin seguro,
como un mensaje que no espera respuesta,
como un “aquí estoy”
aunque tú no estés del todo.
Desbordo por ti sin medida,
y tú… tú pareces administrarme.
A veces me das tu atención,
y otras, apenas un sorbo.
Y yo bebo lo que me das
como si fuera suficiente,
aunque me deje con sed.
A veces siento que me tienes
cuando quieres, como quieres,
y yo, en silencio, permito que suceda.
Porque no sé decir que no,
porque me ilusiona tu presencia,
aunque sea intermitente.
Y creo que es mi culpa,
por ser tan accesible,
por no saber guardarme un poco,
por abrirme como si no pesara
quedarme esperando el resto.
Quizá es porque siempre te he sentido mío,
y nunca he querido ver con claridad
que nunca lo has sido.
Aunque no estemos juntos,
aunque me niegue a aceptarlo,
yo sigo sintiéndome tuya,
en mente, alma y cuerpo.
Y duele,
duele quedarme aferrada a este amor
que nunca se dio el permiso de ser,
que se quedó en las orillas
sin atreverse a saltar.
0 notes
Text
El tiempo no te borra
No sé por qué te extraño tanto, ni qué es exactamente lo que me hace extrañarte.
¿Será la soledad que se instala en mi cama justo antes de dormir?
¿O este deseo incesante de sentirme vista, querida, de ser el centro de una mirada que me contemple como algo único?
Tal vez sea el anhelo de un amor que mezcle ternura y pasión, una necesidad profunda de ser abrazada con la intensidad de quien ama sin reservas.
Y si fuera todo eso, ¿por qué no he buscado otros brazos que llenen mis vacíos?
No entiendo por qué la idea de ti me estremece de esta manera. Por qué tu recuerdo enciende cada rincón de mi ser cuando atraviesas mis pensamientos. No comprendo cómo es posible que te admire tanto, que vea en ti un equilibrio perfecto entre luz y sombras, que ame tu locura, tu pasión, tu seriedad, tus gestos, tus risas, tu voz... tu mirada, esa que se ha arraigado en lo más profundo de mi ser.
Si esto fuera solo un enamoramiento efímero, ¿por qué sigue aquí? ¿Qué poder tienes sobre mí? ¿Cómo lograste adueñarte de mi corazón sin permiso?
Te extraño, y no puedo evitarlo. Extraño todo de ti, más allá de los besos, más allá de la piel. Extraño lo que provocas en mí, ese fuego incontrolable. Me atormenta el pasado, lo que no fuimos, lo que nunca seremos. Quizá suene exagerado, pero eres la única persona que ha despertado tanto en mí con tan poco tiempo y sin siquiera tenerte realmente.
Me pregunto si te idealizo, pero no lo creo. Te conozco, y es precisamente eso lo que me enreda más en ti: adoro incluso aquellas pequeñas cosas que en otros detestaría. Siempre quiero saber más de ti, desentrañar cada capa, descubrir cada matiz. Me resultas fascinante.
Detesto el infortunio de no haber sido para ti, ni tú para mí.
A veces desearía no sentir con tanta intensidad, no vivir mis emociones de forma tan desbordante.
Pero si por un instante pudieras verte a través de mis ojos, si sintieras lo que yo siento por ti, quizá entenderías que esta locura no es irracional… es simplemente amor.
0 notes
Text
Quisiera
Quisiera que la noche nos envolviera en su manto de sombras cómplices, donde el tiempo se desvanece y solo quedamos tú y yo, enredados entre sábanas y palabras que se deslizan como caricias. Que nuestras conversaciones sean susurros interminables, confidencias que se desgranan entre besos lentos, como si cada palabra pronunciada fuera un pretexto para acercarnos más.
Tus dedos trazarían senderos sobre mi piel, dibujando historias que solo nosotros entenderíamos. La ansiedad de los primeros roces se iría transformando en un ritmo cadencioso, en un vaivén que nos lleva y nos trae, que nos consume y nos enciende. Nos perderíamos en la urgencia de sentir, de fundirnos hasta que ya no haya un tú ni un yo, solo el eco de nuestras respiraciones acompasadas.
Y cuando la noche nos haya consumido en su abrazo más íntimo, cuando ya no quede espacio entre tú y yo, nos rendiremos al cansancio dulce del amor saciado. Dormiremos juntos, entrelazados, con la certeza de que, al despertar, aún quedará mucho por descubrir en la piel del otro.
0 notes
Text
Hoy te pensé. No porque quisiera, sino porque mi memoria me llevó a ti sin pedir permiso. Estuve en aquel lugar donde solíamos comer, y de pronto, todo se sintió como antes. El mismo rincón, el mismo aroma, pero esta vez, sin ti.
Por un momento, imaginé que levantaba la vista y ahí estabas, mirándome con esos ojos que siempre logran desarmarme. Sentí ese vuelco en el corazón, esa punzada entre la nostalgia y el deseo. Te extrañé, no en el pasado, sino en el ahora. Porque sigues aquí, en mi vida, en mis días, pero a veces no es suficiente. A veces te quiero frente a mí, sin distancias, sin pausas, solo tú y yo en ese espacio donde el tiempo siempre se detenía...
0 notes
Text
Irremediable
Esta versión de mí no existiría sin ti.
Llegaste para quedarte,
para hundirte en lo más hondo de mi pecho,
enredarte en mi mente,
y tatuarte en la memoria de mi piel.
Adoro quererte,
porque a mis ojos eres un ser excepcional.
Tus locuras y silencios,
tus curiosidades y misterios,
esa esencia artística y compleja que me fascina.
Quiero estudiarte,
desentrañarte,
admirarte cada vez que pueda,
porque como te miro a ti,
jamás miré a nadie antes.
Y me aterra pensar
que tal vez ya no pueda hacerlo,
porque has acaparado mis sentidos.
Mis pupilas se dilatan al verte,
mi corazón, desenfrenado,
se rinde cuando te acercas.
Me tienes donde quieres,
cuando quieres,
y no pongo resistencia,
porque he decidido quererte
como quien ama al viento indómito,
sin ataduras, sin promesas,
solo con la certeza de que siempre estarás
aunque nunca seas mío.
Eres el vacío que nunca se siente del todo vacío,
la sombra que acompaña incluso en la luz,
un susurro que se filtra en cada pensamiento,
un latido en medio del silencio.
Te has vuelto el reflejo en cada espejo,
la silueta que mi alma reconoce
aunque mis manos nunca puedan retener.
Es irremediable pensarte,
extrañarte y evocarte en cada esquina,
en cada segundo que pasa sin ti,
y saber que aunque el tiempo avance,
sigues viviendo en mí
como si nunca te hubieras ido.
Como si nunca fueras a irte.
Te regalo mis letras,
nacidas de lo más profundo de mi ser,
inspiradas en este amor efímero,
pero colosal.
Porque aunque nunca nos pertenecimos,
nunca fuimos del todo ajenos.
Aunque el destino no nos escribió juntos,
nos dejó como una nota al margen,
como un paréntesis en medio de la historia.
Aunque tenerte nunca fue mi destino,
vives en mí como fuego que no se extingue.
Y vivo anhelando que en otra vida
el azar nos sea justo,
que esta vez sí seamos todo
lo que aquí nunca pudimos ser.
0 notes
Text
El arte en tus manos, el fuego en tu boca
Tus manos, firmes y precisas,
dan forma al arte en su más pura esencia.
Tallas sonrisas con toque divino,
con paciencia de quien crea belleza.
No buscas la perfección exacta,
sino el alma en cada pieza.
Y cuando recorren mi piel encendida,
no solo me tocan,
me esculpen entera.
Eres fuerza que habita el deseo,
un deleite tallado en fuego,
una obra maestra en cada rincón,
una tentación que desafía al tiempo.
Tu cuerpo es refugio, es abismo,
es vicio al que siempre regreso,
se siente, se guarda en la piel,
se vuelve infinito en un solo beso.
Y luego, tu sonrisa…
irresistible y traviesa,
que juega con el aire,
que atrapa y que enreda.
Es un reto, un misterio,
una promesa sin respuesta.
Y tu bigote…
sutil caricia que arde y acecha,
un roce que incendia la piel sin tregua.
Y yo, rendida,
cedo sin resistencia.
Tus ojos no miran,
devoran,
hablan en un idioma
que mi cuerpo entiende antes que mi mente.
Pronuncian verdades
que tu boca calla,
me atrapan, me desarman,
me arrastran sin pausa.
Y tus labios…
bendita sea la primera vez que los probé,
porque desde entonces,
no hay un solo día en que no los anhele,
en que no los imagine
marcando mi piel
como un artista que firma su obra
en el único lienzo que le pertenece.
0 notes
Text
Como se ama a un gato
Te quiero como se quiere a un gato:
sin certezas, sin prisas, sin promesas.
Te observo desde mi orilla,
como quien mira al felino en la ventana,
sabiendo que su andar es suyo,
que su mundo no gira en torno a nadie,
y aun así, se queda cuando quiere.
Eres presencia esquiva,
un roce que apenas se siente,
un destello en la penumbra,
y cuando intento sostenerte,
te escapas entre mis dedos
como un maullido en la noche.
Apareces cuando menos te espero,
te deslizas por mi vida con aire indolente,
como si no importara,
como si no supieras que mi pecho
es el refugio al que siempre puedes volver.
Te extraño como se extraña
el peso tibio en la cama vacía,
como se extrañan las pisadas suaves
que nunca hacen ruido,
pero dejan un eco imposible de ignorar.
Y aun así, elijo amarte como a un gato:
sin atarte, sin llamarte,
dejando la puerta entreabierta,
con la esperanza de que un día,
tal vez por nostalgia,
tal vez por puro capricho,
decidas volver a acostarte en mi alma
como quien elige, por un instante,
un hogar en medio del mundo.
0 notes
Text
Su piel
Su piel, un delirio que arde en mis manos,
un campo de llamas, salvaje y sagrado.
Mis labios recorren su cauce de fuego,
y el pulso se enreda en un ritmo profano.
Sus dedos me atrapan, me queman, me exigen,
dibujan mi espalda con ansias urgentes.
Sus besos devoran, voraces, hambrientos,
marcando mi piel con su boca indecente.
Mi lengua desciende, reclama su esencia,
saboreo su furia, su miel, su tormenta.
Me ahoga su gemido, me envuelve su fuerza,
y en su piel desbordo mi carne sedienta.
Y cuando su falo, erguido y salvaje,
se adentra en mi abismo, húmedo y ávido,
es un grito de gloria, un pulso infinito,
el clímax furioso de un rito sagrado.
0 notes
Text
Ciclo de Nada
Un día, sus palabras caen suaves,
como si de verdad le importara saber de mí.
Preguntas, risas, detalles que parecen sinceros,
como si estuviera presente, como si fuera real.
Pero al siguiente… silencio.
Como si nunca hubiéramos hablado,
como si mi nombre fuera polvo,
como si cada gesto se hubiera desvanecido.
¿Arrepentimiento? ¿Olvido?
No importa la razón,
porque en el fondo,
siempre fue así.
Un vaivén de presencia y vacío,
un eco que no llena el espacio.
Y aunque duele —sí, duele—,
hay algo en mí que ya no tiembla.
Porque entender duele menos
que esperar lo que nunca fue.
Y ahora, entre las sobras de sus ausencias,
sé que lo que siento es mío,
aunque él nunca se atrevió a sentirlo también.
0 notes