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12 razones para Castillo de Burgalimar - 8 - 15-41
El Castillo de Burgalimar
El Castillo de Burgalimar (del árabe Bury al-Hamma, "Castillo de los Baños"), es una fortaleza omeya, construida en el siglo X sobre un pequeño cerro que domina la localidad de Baños de la Encina, situada en el norte de la provincia de Jaén (Andalucía, España).
Rodeado y flanqueado por una robusta y almenada muralla con catorce torres, el Castillo de Burgalimar, es más una decimoquinta Torre del Homenaje de factura cristiana, el castillo apenas ha sufrido daños, así sean ocasionados por el tiempo o bien la acción humana. Representa por consiguiente un ejemplo perfecto de fortaleza musulmana del siglo X, y constituye el conjunto fortificado mejor conservado de la época del Califato de Córdoba, al mismo tiempo que es uno de los castillos musulmanes mejor conservados de toda España. Su inestimable valor histórico y artístico es la razón por la cual este castillo llegó a ser declarado como Monumento Nacional en 1931.
El castillo de Baños de la Encina se estableció en una zona esencial y estratégica, justo en la entrada del val del Guadalquivir y, por tanto, de Andalucía. Fue el califa Alhakén II (autor de la ampliación más suntuosa que padeció la Mezquita de Córdoba y también hijo del rey Abderramán III) quien decidió su construcción.
Los trabajos de construcción de la fortaleza de el El Castillo de Burgalimar se empezaron en 9682​ (año 357 de la Hégira), como lo demuestra una inscripción grabada en la puerta, cuyo original se conserva en el Museo arqueológico nacional de Madrid. Su construcción es moderna a la edificación de fortalezas afines en la zona, como el Castillo de El Vacar, en la provincia de Córdoba, peor conservado.
Conforme las crónicas de la época, el califa ordenó levantar múltiples recintos vastos fortificados de idénticas características a lo largo de todo el camino que conducía de Sierra Morena hacia Córdoba, con el objetivo de alojar a sus tropas (fundamentalmente compuestas por mercenarios magrebíes) que se dirigían cara el Castillo de Gormaz (provincia de Soria), al norte de al-Ándalus, para hacer razias contra los reinos cristianos. Sin embargo, esta línea de fortificaciones no iban dirigidas a objetivos defensivos, pues el país atravesaba entonces por un largo periodo de paz.
En el siglo XI, tras el hundimiento y la separación del Califato de Córdoba castillo de burgalimar en múltiples reinos de taifas, el castillo atraviesa periodos bastante difíciles. Se convierte en objeto de continuas y fieros luchas entre musulmanes y cristianos, que ven allá una pieza clave para acceder a Andalucía. Alfonso VII de León se lo arrebata a los musulmanes en mil ciento cuarenta y siete, mas después de su muerte en mil ciento cincuenta y siete, la fortaleza vuelve a manos islámicas. Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León llegan a recobrar el castillo en mil ciento ochenta y nueve, sin ser este un éxito definitivo, puesto que 3 días después de la batalla de Las Navas de Tolosa (mil doscientos doce), la fortaleza vuelve a pasar a ser dominio musulmán.
Hay que aguardar al impulso definitivo que da Fernando III en pos de la reconquista del sur peninsular a fin de que el castillo pase definitivamente, en 1225, al dominio castellano. El rey lo cede al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, y su defensa y guarda es confiada a la Orden de la ciudad de Santiago, muy implicada en las operaciones militares del sur de la península ibérica. Poco más tarde, Fernando III integra el pueblo de Baños de la Encina en la jurisdicción de la urbe de Baeza, de la que va a depender hasta mil seiscientos veintiseis, data en la que Baños de la Encina obtiene la condición de villa.
En 1458, en pleno período de disputas nobiliarias en Castilla, Enrique IV cede la fortaleza a su condestable, Miguel Lucas de Iranzo. La resolución provoca el rechazo y malestar de la población, que se niega a cambiar de jurisdicción. En 1466, el regidor de Baeza toma el castillo y lo devuelve a los partidarios del rey. Es en aquella época, con la construcción de la Torre del Homenaje en torno a uno de los bastiones originales musulmanes, cuando se altera la fisonomía de la fortaleza. Anteriormente, en el siglo XIV habría sido reorganizado el espacio interior, con la edificación de un pequeño fortín sobre la plaza de armas, protegido por una muralla interior.
Más últimamente, se emprenderían distintas tareas de restauración, siempre bajo la tutela de la Dirección de Bellas Artes. En la actualidad es propiedad pública y pertenece al Municipio de Baños de la Encina.
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