despedazos

[despedazos]

La vida que no conozco

1. Soñé que cuando la luz se evaporaba, subía a ese avión, ese que no tenía destino más que avanzar por la pista de esa calle infinita para despegar, lo que despegó fue mi sorpresa, cuando mi nave alada se detuvo en el semáforo en rojo, y vi pasar por delante un submarino sin su mar.

2. A los siete años soñaba que encontraba tesoros, rubíes, oros y coronas, abrazaba mi botín, besaba mi botín, amaba mi botín, y cantaba todas íbamos a ser reinas.

3. Te soñé yo tío Chiruco, y casi no nos saludábamos en vida, pero me llevaste de paseo a las Torres del Paine, me invitaste un helado de piña y me dijiste que aprendiera a manejar pronto, me sonreíste y me dijiste que siempre fui tu favorita, sólo que jamás lo quisiste decir para no levantar envidias de las otras que eran más feas.

4. Durante una noche, tuve el infortunio de, en un sueño mudarme a Lima, enfrente de la cárcel de la ciudad, salí a recorrer el barrio y un motín sangriento se estaba llevando a cabo en en la torre de la penitenciaría, saltaban los Unos y los Otros, bajando por sus pisos, con sus punzones en mano, techo a techo abriendo camino a la deseada libertad. El cemento no era su destino, pensó un Otro cuando tropezó a su caída libre, al menos corazón víscera hígado conocieron la muerte sin barrotes.

5. Sueño un orgasmo infinito.

6. En otro sueño, paría gatumanos, 3 pares de orejas y ronroneos me miraban con sus caras mitad gatos mitad humanos y me decía mammiauuuu, mamamiau, y miraba ahogada por la ventana, buscando como saltar al techo más cercano y replantearme la lactancia, vuelvo la vista mía gatuna y sólo encuentro espejos y mi reflejo gigante de elefante mal viajado.

7. Anoche soñé con Chabuca Granda, venía a comprarme el cajón peruano que tengo lleno de polvo y ausente de ritmo, me miraba melancólica y me tomaba de la mano, me decía melodiosa, cántame esa canción, cántame como el mar.

8. Hoc est ultimátum tempus, sonó retumbante y omnipresente, una voz que provenía de otro sueño, y corrí a toda velocidad desde la habitación onírica de al lado y pregunté histérica, What happened my friend? Y esa voz derretida me dice, afírmate los calzones y el sombrero, que está empezando, ¿qué empieza? le grito furiosa…el fin empieza…cautelosa susurro en mi mente, Dios, ¿eres tú?, no hija mía no soy yo.

9. Sinead O’connor me dijo que soñaba conmigo a menudo, en ese sueño que tuve, me encogí de hombros y en un hilo de voz con un inglés chamullento le dije: That is not my problema.

10. A los 34 años soñaba que tenía 15, y que elegía otras calles, que tomaba otros buses, y me bajaba en distintos paraderos, entonces también tenía otro nombre y en mis sueños soñaba que tenía 47 años.

11. Soñé que a la cabeza estaba yo, a mi diestra Charles Manson, en frente el Tila (Roberto Martínez), a mi siniestra Freddy Kruger, oremos y agradezcamos estos alimentos hermanos míos. Manson se para, y me besa la mejilla, yo comienzo a llorar y le digo, porqué me has de traicionar hijo mío, me responde sonriente, disfrutemos la última cena, antes que el Tila se coma el puré y que Kruger nos haga dormir.

12. Soñaba que tenía Alzheimer y no me acordaba que edad tenía.

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Caminaba y caminaba, no se daba cuenta de lo avanzado ni del polvo que se levantaba en cada paso apurado y torpe, se podría decir que en su semblante solo reinaba la determinación de llegar, cosa curiosa que, además, también la duda compartía un territorio en su cara sudada pues de tanta determinación y animalesca valentía olvidó en que estación había que acampar en que islote perdido debía construir el gallinero y empezar a amasar el pan.

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y yo no quiero tu cielo con esponjosas, redondas y blancas nubes, yo más bien disfruto ese cielo turbio y llorón, con insensibles bombarderos truenos e intimidantes ventoleras, envueltas de caprichosas y fugaces luces.

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Los ojos ciegos de terror al soborear la amordaza húmeda y goteante que ajustaba las frágiles comisuras agrietadas, mientras una música venida desde el centro del piso recorría en una loca carrera hacia los oídos, el objetivo, tan solo aquietar y amenizar los últimos sanos minutos de juicio.

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Entreabierta la boca

Te dejo el lugar de fuga 

De regreso

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Los vientos corren rápido, crean tormentas en alta mar y vuelven a nosotras, nos envuelven, elevan y azotan en la altura de la estratósfera. Esa reflexión poética hizo, ese pensamiento corrió como una ráfaga cuando la cuerda cortaba el aire, esa ráfaga orgánica, así, sofocada, inerte ascendió en palidez a ser parte del eterno airoso descanso.

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en escaleras arriba con la pandemia en el peldaño nos decimos palabras que nos mantienen con una pared protectora a la pandemia del fragelo humano 

humanamente nos tocamos acordes a cada sospecha de suicidio 

con dos la ese de congreso que nos acordamos cuando me tendí en unos de nuestros patios, cabeza atrás y con un cigarrillo verde, te dije te amo, te amo por esto y todos los vientos de mil las que me enseñas en tus sonrisas sabiondas, ¿sabes? tu nombre me lo sabía en muchas canciones, ya estabas ahí, aunque siempre te ando buscando en otras mezcolansas de sonidos idos al boleo de tus manos 

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Yo

Tú

Él 

Ella

Nosotros

Vosotros

Ellos

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Al Despertar

Cada tantas mañanas quiero que una catástrofe pase por encima mío, de esas despojadoras, de esas que te dejan sentada en la calle con una carcajada en la garganta...hace días que no tengo esas mañanas, más bien tengo tardes llenas de metros y rieles y gentes y bolsas y rouges corridos en bocas amargas. Hoy por ejemplo, quise que esa catástrofe se viniera encima mío cuando caminaba, y mientras más me arrojaba y ofrecía a esa calle hiriente y zorra, no ocurría el estrépito...no ocurría lo que por lógica tiene que pasar...sólo había lo mismo de siempre, esa realidad acostumbradora y suave, como putas, vagabundos y doctores sádicos caminando uno al lado del otro. Desee que cada cosa en el mundo explotara, que se llenara de gas venenoso cada centímetro de atmósfera, que cada cabeza explotara y poder saltar por encima de ellos, saltar y jugar a no pisar sus cuerpos rígidos y amorfos, sus cuerpos falsos, sus cuerpos cáscaras, sus cuerpos prestados, sus cuerpos taladrados, sus caras vegetales, sus vidas esclavas, sus vidas sin nada, sin nada, sin nada, sin nada, sin nada, sin nad, sin na, sin n, sin, si, s

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Caminanzas

No sé si te quería ver sin embargo, te pedí que me acompañaras a una caminata trivial y sin sentido, casi te tomo de la mano, por el puro gusto de saber que tan grande iba a ser tu sonrisa, me contuve y te hablé de la locura de la  calle y la cordura de los vagabundos, me mirabas y tratabas de morderte la lengua y el pensamiento; mas yo sé, lo sé todo. Aunque ya  son casi 100 o 200 y hasta 1000, tú, querido adolescente mío, sigues siendo mi impaciente primer peregrino que te quedaste rezandole a su virgen. (via despedazos)

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En el bosque

Hormiguita, hormiguita, camina, camina, chiquitita, chiquitita, con harto peso más que el propio, hormiguita hormiguita, sigue la filita, obrera, obrera, trabaja, trabaja, cuidado con la reina, cuidado con la corona. Hormiguita, hormiguita, rompe la fila, rompe tu reina, rompe la corona. Hormiguita, hormiguita, son cien, mil, millares. Hormiga, Hormiga...

[despedazos]

Adentro

A esta altura decir, te amo me parece vulgar y hasta irónico. Te puedo decir cualquier otra cosa que evoque este deseo mio por ti que está en mis entrañas, en la garganta, en la piel, en mi caminar, en mis pechos, muslos, retina, uñas. El problema es que ni en el diccionario ni en el sindicato de palabras las encuentro. Quizá solo se aloja adentro, a veces, no es una letra, ni siquiera una H muda. A veces es algo que me electrifica que me clava y que aúlla. Que vive por si solo y ocupa mi estampa, mis manos para dibujar con un dedo tu respiración. Apenas mirar y adivinar tu atrincherada risa debajo de las sábanas de gemidos que se escapa para advertirte desnudo, abierto.  Y en mi arrebato de huérfana me es imposible no arrojarme a tus ángulos que inunda cada lasciva mañana. En esos despertares prematuros con calores de edades medias. Luego en el desplome, perdida, errante de  luna en luna,  te llevo en mis caderas contorneandome para invocarte y rozar tu vuelo, besar tu sombra, tu día, tu azoro y tu languidez.

[despedazos]

Se desvanece la media tarde, se esfuma el cólera y se alarga la temporada de vino, se cae la sonrisa y se trasluce tu cadera, te bendigo la endemoniada sonrisa y te soplo el polvo de tu triángulo, tu obscenidad y su sosobra, tu circulo y tu cabida.

[despedazos]

Casi todos los días

Y que sombras y espantapájaros cobren vida, que se alimenten de pasados y caminen erguidos y suntuosos, que las lápidas se partan en dos y florezca una amapola y el esqueleto se levante sonriente con un dedo entre la mandíbula silenciando el viento tibio que traspasa el craneo, que el mayordomo reconzca la estampa mal hecha de la victima y que el perpetuador se ría gustoso de su truinfo.

[despedazos]

A última hora...

Yo no sé si lo hacemos por que nos amamos o por simple terquedad de querer ser mejor que el último, que si en este caso la última opción se cumple, estamos actuando por simple amor propio, y por consiguiente estamos ante el altar del satán ego, que nos casará para  vivir una lujurienta vida hedonista amorosa infinita. 

[despedazos]

Felina colorida transparencia.