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Hablar de Dios

Cada vez son más los deportistas que hablan de Dios en entrevista o de su fé. Me encanta esta idea de que más y más pongan a Dios por delante y que en sus ojos y expresión puedas ver la sinceridad y el amor con la que hablan de él. En el pasado -y presente- se han podido apreciar atletas que su mención de Dios o de su religión en los medios, lo han hecho con un tinte que no da buena espina y que deja que desear. Es decir, las palabras que dicen no concuerdan con las acciones que hacen.

Es hermoso encontrar a Dios en aquello que tanto amas, en "tu pasión". Pero ante todo, que Dios sea tu pasión y que hagas lo que tanto amas. Porque Dios es quien pone en nosotros el querer y el hacer. Y al hacer el querer que ha puesto en nuestro corazón, nuestro ser se regocija y Dios disfruta vernos felices, multiplicando nuestros esfuerzos para llevar nuestros resultados a niveles que no imaginábamos.

Dios está aquello que ames o a lo que te dediques:  deporte, música, profesión, hogar, etc. El nos da el regalo, como un buen padre le da un regalo a su hijo por el puro placer de verlo feliz. 

Hablar de Dios públicamente con el único afán de querer proyectar cierta imagen a los demás rompe con todo el propósito de hablar de Dios. Mata el proyecto. ¿Por qué? Porque hablar de Dios como Él quiere que hablemos, es hacerlo con el auténtico propósito de compartir lo maravilloso que Él ha hecho en nuestra vida. 

http://www.youtube.com/watch?v=q6YDtc_5jnE

- Creo que Brigetta Barett lo logró decirlo con palabras y transmitirlo con la mirada y la sonrisa. Felicidades por su plata en salto de altura en el Mundial de Atletismo en Moscú, Rusia.

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Dios y los deportes

Definitivamente en algún momento en la vida de los deportistas que buscan agradar a Dios, o en general, en el mundo del deporte, surge la interrogante de: ¿cómo es que Dios forma parte de los deportes?  Y se plantea la típica situación en la que dos deportistas que competirán uno contra otro le piden a Dios que les ayude a ganar, ¿a quién "elige" Dios? O, ¿cómo es que, mientras la enseñanza es amarnos unos a otros y buscar vivir como hermanas, el deporte, que es pura rivalidad y competencia, es congruente con la vida cristiana? Son muchas preguntas que he escuchado y que yo, como deportista, me he hecho. Pero últimamente, el Señor me ha hecho entender cómo es que Él, a través del deporte, transforma mi vida y la de otras personas. En este blog busco compartir información acerca de este tema, y por supuesto, me gustaría que tu también formaras parte de esto.

I.M.