In your deserted valley: I can visualize you all alone, a girl harboring her cryptic thoughts. You glow like a perfumed lamp in the gathering shadows.
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taeyeon ✧ four seasons ✧ 190927
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Aww esto es muy tierno de tu parte me muero muchas gracias
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look if we rp, you are more than welcome to send me headcanons at ungodly hours, TALK IN ALL CAPS ABOUT OUR BABIES, and send me like ten memes a day. I honestly won’t be annoyed and I won’t mind. In fact, I want you to.
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ten for our street style
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durante muchos años se cuestionó la genuina conexión que tenía con los niños, considerando que la ausencia de una familia constituida siempre repercutió en las etapas y procesos de su vida. sin embargo, creía que su instinto materno estaba aflorando de manera prematura en el preámbulo de sus dos décadas y era de gran ayuda para disminuir la intensidad de sus impulsos, enojos o frustraciones repentinas. obrar bajo un techo regido por religiosas le otorgó considerables oportunidades de aprender, siendo su actividad favorita pero no tan recurrente la lectura. aquel libro señalaba que todo infante contaba con inocencia, amor, ingenuidad, creatividad y deseos de descubrir el mundo, pero el transcurso del tiempo contaminaba el alma y dejaba heridas que si no eran tratadas a tiempo en la adultez eran casi imposibles de sanar. jungmin acarreaba numerosas lesiones invisibles a la vista, pero que continuaban sangrando cuando alguien metía el dedo en la yaga.
cruzando la mampara de una casa ajena sacudió ambas manos en su ropa mientras avanzaba en dirección a la cocina. por poco olvidaba que la figura femenina también deambulaba cerca suyo; figura que era dueña de ese hogar. "es un pillo." comentó con gracia concentrándose en las verduras que hervía dentro de una olla. "me tardé dos cuentos en que se quedara dormido y aún así por un minuto pensé que podría pedir otro." concluyó revolviendo la mezcla sin reparar en la cantidad de actividades que se traía entre manos siendo una niñera. "lamento que la comida no sea tan elaborada, traté de usar lo que encontré en el refrigerador —— y lo más sano teniendo en cuenta que están creciendo." señaló tapando el recipiente, girando en sus propios pies hacia el frente para observar el rostro de la joven. "casi todos tus hermanos están dormidos, no quiero quitarte más tiempo, prometo que en unos veinte minutos más termino de hacer todo y me iré —— así tú también puedes descansar, intuyo que tienes que trabajar mañana." frunció los labios demostrando empatía, esbozando una ligera, pero afable sonrisa. ( @mystce )
#mystce#esto está horrible pero traté de dar lo mejor porque los starters me van pésimo :(#ojalá veas que ella es un amor cuando está rodeada de niños
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yubin.
en silencio reconoce que al igual que el muchacho, tiene una reputación. una que, a diferencia de la que posee byung ( o según lo que cree ), se basa en fundamentos carentes de esencia y no son más que corazonadas como las que percibe de labios masculinos. porque es fácil hacerse una idea de cómo es yubin únicamente por cómo habla o cómo se relaciona con los demás, mostrándose más distante e incluso, fría. acostumbrada a protegerse y haciendo uso de técnicas no del todo convencionales, prohíbe a terceros a entrometerse en su vida y hacer suposiciones como ella sí las hace con byung. puede que esté mal el hecho de formarse una película en su mente que intente explicar el por qué de su comportamiento. mas es algo que hace en cotidianidad, una práctica que no le enorgullece mas supone ser un hábito difícil de matar. “ bueno, no podría asumir nada. sé de gente de dudosa capacidad intelectual que está en las carreras más cotizadas y teniendo en cuenta que bien podrías ser el rostro de la facultad, elijo dudar. ” encogiéndose de hombros, asume que no es precisamente el caso. pero halagar al otro jamás ha sido una opción, no cuando recibe comentarios ignorantes de su persona. de todas maneras, tal vez culparlo de aquello no sea precisamente lo correcto a hacer, acostumbrada a escuchar comentarios similares en los pasillos donde el título de princesa de hielo es un constante desde su primer semestre en la casa de estudios. por lo menos puede asegurarse que su faceta está protegida y su reputación, aunque un tanto inconexa, le brinda las protecciones necesarias para que cometer errores no sea algo más que luego sea criticado por alguno de sus progenitores. “ no recuerdo que te haya dado razones para pensar de esa manera de mí, tal vez solamente estoy siendo desconfiada porque jamás he trabajado contigo y no es como si tuvieses una excelente reputación. ” nuevamente decide mover sus hombros como si el asunto no le importase, negándose a aceptar que una gota de curiosidad posee. y ahora, no puede evitar hacer una mueca de disgusto al notar el cuaderno y el lápiz, mentalmente preguntándose quién hace uso de aquellos utensilios en pleno 2019. “ de todas formas, supongo que puedes hacer que me trague mis palabras, ¿no? ” chasquea su lengua, genuinamente divertida al momento que deja en evidencia la primera y posiblemente única sonrisa de la jornada.
agradece la distracción que supone el compartir el número ajeno, dándole tiempo suficiente para portar de nueva cuenta la máscara que tanto tiempo ha tardado en forjar. con sus manos acerca el trozo de papel, ni siquiera echándole una rápida mirada para hacerle un pequeño doblez y guardarlo dentro de su monedero, donde se mantendrá seguro y no será extraviado. de cualquier forma y en honor a la verdad, cierto es que yubin duda muchísimo si hará uso de aquello. “ no sé de dónde sacas esa información, de verdad. ” comenta con gracia, reconociendo en silencio que, aunque tiende a quedarse en casa propia o de algunas amistades durante los fines de semana, en ocasiones puede crear un panorama que la obligue a salir de su zona de confort. cuando le otorgan el permiso y tiene los medios para hacerlo, claro. “ supongo entonces que tienes planes para este fin de semana, y puede que para los que quedan del mes. ” alza sus cejas en curiosidad, no sabiendo por qué esto resulta más interesante que volver a revisar la pauta para el ensayo que han de entregar en dos semanas. aunque odie hacerlo, yubin ha de reconocer que hay algo en él que le parece intrigante; es como si quisiera saber si todo lo que dicen de él es cierto o si no se trata de una fachada que esconde algo más. ¿es que tal vez no son tan distintos como así aparentan?
usualmente el sexo opuesto lo afrontaba con facilidad y en mínimas ocasiones era capaz de sentir los notorios cambios en su estado de ánimo, pero yubin era, quizás, la única que no lo recibía con una fachada serena. lo poco que observaba de ella representaba un repelente para un ser humano tan insistente como él. no mentía, honestamente tenía mejores cosas que hacer que desperdiciar tiempo a su lado sin sacar nada beneficioso para su persona, pero sus conjeturas eran la razón por la cual no tomaba el peso de su mochila y se largaba sin más que agregar. “esta reunión me basta para sentir que te agrada ser la persona pretenciosa del salón.” pausó negando con la cabeza mientras el disgusto danzaba con una involuntaria mueca, más parecida a una sonrisa forzada. “y puede que esté mal que me imagine que eres insufrible en un ambiente fuera del académico, pero así como hablas a tus anchas de mi reputación creo que también puedo hablar de la tuya.” encogió los hombros. “—— oh, porque sí tienes una y seguramente lo sabes.” arrugó la nariz haciendo hincapié en lo último que abandonaba sus labios con aspereza. “tampoco intento tener un excelente historial, creo que la única que intenta ser tan correcta y digna de imitar eres tú —— y sí, ¿lo que dicen?” elevó el entrecejo observando los cuerpos a su alrededor que utilizaban otros espacios de la biblioteca. “dicen muchas cosas, desde las más vulgares hasta las más inofensivas, pero apuesto que te quedas con los comentarios nefastos, esos que me involucran con la mitad del campus, esos que insisten en que ando destrozando emociones por la vida y que no tengo corazón.” concluyó oyendo su propia carcajada, una sonora y enmarcada en sarcasmo con algo de resentimiento y vergüenza. “sabes.” quebró el deleite del fugaz momento y volvió su mirada a ella bajando el tono de su voz mientras agitaba vagamente el índice. “me da igual, tampoco busco que la percepción que tienes de mí cambie, y creo que es mutuo.” ¿había tocado una fibra delicada? lo cierto era que byung estaba inmerso en una silenciosa discusión consigo mismo. a veces, y solo a veces, deseaba que la imagen que proyectaba a terceros fuese distinta a la que compartían de boca en boca. no justificaba su actuar, pero se conocía más que nadie; era más que sus despechos y sus impulsos.
un fin de semana quieto entre cuatro paredes sonaba como una pesadilla. byung era un hombre activo en cuanto a sus hobbies y su diversión, ambas no las reemplazaba por algo más tedioso. “aciertas —— incluso aunque no tenga un plan de antemano siempre termino inventando uno.” debatió el nivel de estupidez de sus ideas más espontáneas, ya había dejado de prestarle atención al ensayo y ahora le preocupaba otro tema, uno más personal. “fuera de broma, ¿qué tan a menudo sales? me cuesta pensar que sabes divertirte, pero voy a dejar esa posibilidad abierta.” recalcó indagando en su mirada. el lenguaje corporal era muy importante y el trabajar en terreno con desconocidos debido a su carrera le había otorgado la capacidad de ser detallista, de observar y sacar conclusiones. el joven supo desde aquel instante que su próximo objetivo ser��a estudiar sus gestos con más precisión. “hay una fiesta —— si me preguntas no tengo idea quién es el dueño de casa, pero sería…” cerró un ojo a la mitad esbozando una traviesa sonrisa al buscar las palabras adecuadas para formular la segunda parte de sus dichos. “…digamos que sería…¿interesante? sí —— interesante si es que te dieras una vuelta por ahí, ni siquiera hablo de juntarnos, pero si toca la casualidad de toparnos entre tantas personas yo no descartaría llamarlo destino.” bromeó con su típica fanfarronería, añadiendo un guiño a la desvergonzada escena. “¿hay algo más que acordar o puedo irme a romper corazones y dañar aún más mi fama?”
#qué ganas de ahorcar a este pendejo me tiene cansada voy a botarlo quién lo quiere lo regalo#el tira y afloja nunca termina
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Taeyeon 🎶 Begin Again 3
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tenmin // superm group teaser
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yohan.
Entretenido es que sonríe, es invadido por el alivio de no estar interrumpiendo una velada. Si bien no consideró la alternativa de estar entrometiéndose en un encuentro planificado con alguien más (ni esa posibilidad, ni ninguna otra), le inspira tranquilidad saber que no hay nadie más en el interior del departamento. “¿Hm? la sonrisa se desvanece apenas, incomprensión absoluta sobre la acusación lanzada. Pero como no considera posible que sus propias palabras hayan sido una burla, simplemente deja ir la cuestión con el ceño fruncido y se enfoca en la siguiente acción: sus pies avanzan por el camino que su vecina le cede. “Fue en la casa de mi hermano, maravillosa, la verdad…” una suave risa se le escapa, pues viene a su mente la reciente imagen de ambos aburridos en el sillón, mirada clavada en el televisor que va de un canal a otro, sin nada emocionante para transmitir. “Te invitaré algún día de estos.” habla sin pensar con detenimiento en lo que dice, maldita costumbre de la que no se desprende.
“Ah, sí, sí,” traza una pequeña y cálida curva con los labios. “no es fácil ponerme nervioso, a decir verdad. Tampoco es la primera vez que me sucede. En la última ocasión terminé en un banco del parque — llegué a quedarme dormido y me despertaron las lamidas de un perro.” admite. Fue hace unos años, mas el suceso continúa presente en su memoria gracias a las veces en las que su hermano lo utilizó para ejemplificar la relajada vida que mantiene el menor de la familia (quien disfruta las pocas restricciones impuestas). “Yo también te habría ayudado, ¿lo sabes, no? Puedes visitarme cuando lo necesites, hasta sin avisar.“ decide aclarar, sólo en caso de que busque alguna clase de venganza por caer de sorpresa en su apartamento. No tiene la intención de husmear, pero sin notarlo se encuentra haciéndolo desde que avanza y se aproxima al marco de una imagen, en busca de averiguar si es una fotografía de su vecina. Sin embargo, las siguientes palabras ajenas lo llevan a dar la vuelta para contemplarla. “No tienes que ofrecerme nada, ah, que el intruso soy yo y encima vine con las manos vacías… ¿Qué planeabas hacer esta noche aparte de revisar el refrigerador, uh?” decide cambiar el rumbo de la conversación porque cree que adherirse a la actividad que la contraria se encontraba a punto de llevar a cabo, aligeraría la presión de tener que improvisar una distracción desde el lugar de anfitriona. A decir verdad, su única expectativa era la de conocer un poquito más de ella. Ni más, ni menos. “Si tú comiste, yo también. Y si no, yo tampoco.” tira de las comisuras de sus labios para formar una sonrisa triunfante, ya que es más que evidente que el único que sabe la verdad sobre el estado de su estómago es él mismo (y no lo revelará si eso significa una molestia para la muchacha). “Nuestros horarios no deben estar coincidiendo. Voy a la universidad lunes, miércoles y viernes por la mañana, y por la tarde trabajo en una cafetería— comencé hace dos semanas y todavía no me echan, ¿puedes creer?” es que sus allegados todavía se sorprenden de que haya sido contratado a pesar de su poca disciplina (en especial, en cuanto a lo que compete la puntualidad). “Ah, si me visitas puede que te consiga unos descuentos. No queda lejos de aquí.” los descuentos los pagaría él mismo, desde ya, pero considera que el alivio a la jornada de trabajo que representaría la visita ajena, lo valdría. “¿Qué hay de ti?”
mostrar interés de sobra o simplemente no hacerlo e ignorar cualquier detalles, ahí radicaba su problema. ¿deseaba adentrarse en su vida y conocer algo más que su usual itinerario? sí, probablemente meditó en más de una ocasión si golpear su puerta vecina para compartir una breve conversación era una idea no tan descabellada, pero luego recordaba que era sencillo auto-sabotearse en un momento tan relajado como ese. "procuraré estar ocupada entonces." bromeó aún con la incomodidad creando un peso en la cima de sus hombros. no contaba con recibir visitas a menudo, menos alguien que había tenido la desdicha de ser parte tanto de su infancia como de su adultez. "¿qué? —— un banco del parque, no puede ser, eres increíble." pausó palpando su frente con la diestra. "¿t-tú sabes que pueden robarte o te gusta vivir situaciones de riesgo?" se preocupó, no supo de dónde provino esa sensación de protección, pero la mera idea alarmó sus sentidos y ningún atisbo de gracia o risa se apoderó de su cara. "nadie está hablando de mí, jamás me voy a acostar en un banco del parque yohan —— además soy mujer, las probabilidades de que amanezca muerta en una zanja son mucho más altas, así que intento cuidarme lo mejor que puedo." explicó moviendo las manos de un lado a otro mientras avanzaba a través de la corta distancia entre la puerta y el sofá en el que estaba apoyada hace unos minutos. la invitación que su vecino le había hecho no dejó de resonar en sus oídos. aunque estaba en su totalidad segura de que no haría uso de ella, en teoría no se observaba tan desastroso conocerlo mejor entre cuatro paredes. "no planeaba nada, mi hermano estuvo insistiendo para que fuera a una fiesta, pero nadie está de ánimo." concluyó arrastrando sus pies casi involuntariamente a la sección de la cocina, alcanzando a duras penas un vaso de la estantería que le pasaba en varios centímetros por sobre su cabeza. abrió el grifo encogiéndose de hombros y tomó un sorbo de vicio. "aparte de eso iba a buscar temas para el siguiente episodio de mi podcast, pero tengo la mente vacía —— soy como ruido blanco." agregó agitando la mano derecha a la altura de su oído.
tragó saliva lanzando el resto del contenido al lavaplatos. una oración tan inofensiva como esa logró congelar la oscilación de sus brazos, apoyando la palma de las manos en el borde de la larga y angosta mesa que dividía los dos ambientes. "n-no tengo hambre, lo decía por ti." mintió con descaro como siempre. la relación tóxica entre el poder alimentarse sin culpa y el torbellino de pesimismo en su cabeza hicieron aparición para seducir a su fuerza de voluntad. ¿comer en presencia de alguien que no fuese richard o su amistad más cercana? imposible. prefería disfrazar el ruido de su estómago con un aburrido programa de televisión. "¿una cafetería?" elevó el entrecejo agradecida del cambio de tópico, dejando el vaso en una esquina y apresurándose a tomar un lado del sillón. "¿no te tienen de barista, cierto? porque me temo que harías pésimos cafés." soltó una carcajada cruzando los brazos por sobre su pecho. " —— es un buen lugar para trabajar, bueno — hay sitios horribles como starbucks, pero hay otros locales que no son tan estresantes y que tienen un ambiente más plácido, además luces como alguien a quien le compraría otro iced americano solo para ver si puedo absorber algo de ese optimismo que irradia tu sonrisa." diablos, diablos, demonios, ¿qué? arrugó la nariz con la diestra empuñada a un lado. "conmigo no funcionaría, pero con tus clientes sí." se interrumpió para aclarar algo que, a su gusto, se había deslizado sin permiso por entre sus labios. "si tengo descuentos ten por seguro que estaré ahí." agitó el índice y guiñó su ojo derecho dejando ir la repentina sensación de nerviosismo. "¿yo? ——" emitió un bufido sacudiendo su deslavado cabello. "haciendo lo de siempre, he pensado en buscar un trabajo, pero no te voy a mentir, últimamente me ha costado mucho proponerme cosas y llevarlas a cabo —— es como si todo lo hiciese por obligación." inhaló profundo restándole importancia a sus dramas. "pero no quiero arruinar este preciado momento con mis problemas —— ¡ah! ¿sabes algo? donde hago la pasantía me ofrecieron entradas para un festival de música, aún no tengo idea qué bandas estarán, pero pensé que..." presionó sus labios intentando sonreír. "...pensé que querrías...o más bien estarías interesado en ir —— no tienes que ir conmigo obviamente, te puedo guardar una o dos por si quieres invitar a alguien."
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yubin.
cierto es que de intenciones de comenzar una discusión carece, el muchacho siendo la última persona sobre la faz de la tierra con quién desearía intercambiar argumentos y asumiendo entonces que el destino parece golpearle en el rostro con una facilidad casi absurda. en silencio reconoce que no es porque el muchacho no tenga argumentos válidos, puesto que los tiene; sino es porque hay algo en él que le enerva en la médula al punto de girar sus ojos y escupir al cielo frente a una molestia cuyo génesis desconoce. y puede que sea la razón principal por la cual esto esté siendo tan difícil para la castaña, acostumbrada a llevar el hilo de la conversación y jugar un rol de mediadora que nadie le ha solicitado, mas sentirse con aquel derecho es algo con lo que lleva años en su sistema, negándose rotundamente a que alguien vaya a quitarle tamaño protagonismo autoimpuesto. de todas formas, existe otra razón por la cuál ahora no quiere discutir, no quiere ni siquiera dedicarle una mirada de desaprobación como muchas otras veces ha hecho. puede que por eso su tono muscular se perciba disminuido o por qué sus párpados están más pesados y un tanto inflamados, sus preocupaciones diarias siendo aún mayores que intercambiar frialdades entre un par de labios que no parecen vislumbrar ninguna tregua cercana. así que ganas no tiene, menos la fuerza o la intención.
entonces lo deja estar, un suspiro pesado que avanza a través de sus pétalos rosados antes de desviar su mirada hacia él, su mentón encontrando comodidad en el dorso de su mano mientras su mirada descansa en aquellas palabras que se muestran en la pantalla. y es que está a punto de decir algo cuando la fraseología ajena irrumpe contra sus pabellones auriculares, una señal de alerta que la obliga a fruncir el ceño por tamaña acotación que, por lo demás, le resulta curiosamente acertada. tiene razón, se dice a sí misma. reconociendo su propio temperamento y la forma en que ambas personalidades parecen chocar como si no hubiese mañana, es imprescindible que una suerte de reglamento sea creado y acordado por ambos. de aquella forma, bien podrían aprender a convivir de la forma más ideal posible, si es que es eso una posibilidad. tal vez un tanto rebuscada o utópica, pero, en honor a la verdad, ¿qué hay por perder? “ sí, creo que — ” pero sus palabras quedan suspendidas en el aire, cayendo rápidamente en cuenta que el curso de la conversación navega entre mares desconocidos y enfermizos, la personalidad de byung saliendo a flote de nueva cuenta para colmar lo poco de paciencia que la joven obtiene en pequeñas porciones. “ eres increíble. ” con un bufido expresa, un nuevo suspiro de hastío que la obliga a estampar su propia espalda contra el respaldo de su silla. con la frustración al tope de su capacidad, lo observa como si suplicase por un poco de empatía que ella ni siquiera otorga en primer lugar. hipocresía en su máxima expresión, tal vez. pero espera que en esta oportunidad, byung sea capaz de notar el cansancio de sus ojos y otorgarle una pizca de misericordia. ¿es que pide demasiado? teniendo en cuenta el historial que comparten, es bastante probable que sea el caso. “ no creo que debas preocuparte por eso, lo veo bastante difícil. ” con un movimiento de su muñeca pretende quitarle importancia al asunto. “ ¿y si nos dividimos lo que hay que hacer? ¿qué tan bueno eres redactando? ” es una pregunta capciosa, sabiendo que de cualquier forma, ella va a revisar todo lo que el contrario realice. “ podríamos reunir información de forma individual y subir los papers a alguna plataforma para que el otro también tenga acceso a los mismos. y después de eso vamos viendo cómo seguir, ¿te parece un buen plan? ”
preparado para recibir cada una de sus balas, porque así lo dictaba la viciosa rutina que compartían desde el primer encuentro, byung cerró los ojos por un instante esperando sus agudas y ácidas palabras, pero el silencio o más bien, la tranquilidad lo obligó a levantar un párpado de a poco. "¿eso es?" engrandeció la mirada impulsando su pecho hacia adelante para otorgarle énfasis a sus exclamaciones. "¿ni siquiera un...púdrete voy a hacer el ensayo y quitaré tu nombre del encabezado? —— whoa." añadió casi quitándose un peso de encima. evidentemente yubin representaba una caja de sorpresas, pues toda la situación que había recreado en su cabeza había sido destrozada por su respuesta. "eres muy dura contigo misma, no hay nada de malo en caer por un hombre como yo." continuó agitando el índice en dirección contraria. gozaba de la atención que cualquier ser humano pudiese darle, mucho mejor si aquello involucraba satisfacer ciertas necesidades sexuales, pero últimamente se estaba conformando con poco. los desafíos eran más atrayentes que algo fácil de conseguir. debatible y repudiable, pero al fin y al cabo era él y su aclamada popularidad. "¿qué tan bueno soy?" devolvió la pregunta con un vestigio de ofensa en sus líneas de expresión. fue entonces que frunció el ceño y dejó caer su peso en el respaldo de la silla con todo fervor atrapando sus propios brazos cruzados por sobre su pecho. "¿tú crees que le pedí un favor al decano y me dieron una vacante en la carrera porque sí?" evidentemente que dudaran de sus capacidades era un motivo de sobra para arruinar su cambiante estado de ánimo. "estudio antropología lo que más hago es redactar, además ——" se detuvo haciendo un gesto altanero con su mentón. "¿no debería yo preguntarte eso a ti? ¿por qué siento que tu vida se basa en mirar en menos el trabajo de los demás?" inquirió sacando un cuaderno de su mochila junto a un lápiz. vieja escuela.
no le respondió de inmediato, hizo un par de anotaciones y asintió con la cabeza manteniendo sus labios sellados y la vista cabizbaja. "bien, creo que es lo más sensato para que todo esto salga decente." tragó saliva anotando su correo electrónico en un trozo de papel que él mismo estaba rasgando del encuadernado, no sin antes meditar lo próximo que su diestra escribía con un total atrevimiento. "ten, ya que fuiste lo suficientemente amable sugiriendo lo del drive — ahí está mi email y de paso mi teléfono —— y no, no lo anoté por otra razón." se impuso sin dejarle hacer comentarios. "mi número es por si no aparezco y empiezas a odiarme, te doy todo el permiso de llamarme." con sus antebrazos en la mesa, byung no permitía que su lado fanfarrón se escondiese por más de lo presupuestado; era anti-natural. "te aviso que los fines de semana probablemente no esté pensando en este trabajo porque no es tan relevante para mí y porque tengo una vida social que atender, así que no te exasperes si no soy un gran aporte durante un sábado en la noche." liberó un bufido, el m��s obvio y fastidioso. "sábado en la noche, ¿quién estudia un sábado en la noche?" murmuró para sí mismo segundos previos a capturar su atención con un nuevo golpe sobre la mesa. "¡oh! tú —— se me olvidaba que tú eres ese tipo de persona." asintió queriendo acariciar su hombro para sacarla de sus casillas, pero eso detonaría una bomba. "aunque no es malo, ¿eh? pero aburrido." hizo hincapié en la última palabra torciendo su labio inferior. ¿qué hubiese dado por invitarla a alguna fiesta cercana a esa semana? todo, pero no toleraba el rechazo.
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