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qué desastre se produce en el cuerpo cuando el cariño no garantiza la permanencia.
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¿Es la justicia inherente al ser humano? Juliet, cuando ha saciado su hambre y en su plato aún queda comida, comparte con dos gatas, quienes ya están alimentados también, avienta un trozo a Kira desde lo alto de su silla, otro a Tomomo, otro lo come ella, vuelve a comenzar, no deja a una sola criatura sin comer, los animales le maúllan exigentes y ella cede hasta la locura, hasta intentar aventar su plato, ahí debo detenerla antes de que los huevos se estrellen contra el piso. ¿Es que la justicia es inherente a nuestra existencia? Me dedico a reflexionar desde la ignorancia, aún cuando su último ademán, más que justicia pareció tiranía romana. Ambas gatas me maúllan, quieren mi pan, doy un trozo a Kira y otro a Tomomo, me como el resto, esos ojos cafés mirándome atenta y repitiendo los ademanes me muestran que inherentemente somos nuestra madre, pero ella innova y agrega más pasos, empuña su panecito y permite a las gatos acercarse, ellas arrancan unas migas, ella se come el pan que nunca dejó de sostener, el residuo ensalivado por los animales, mientras la mirada estupefacta de su madre la envuelve: "¿Son las madres inherentemente espantadas?", se pregunta mi hija mientras saborea su pan.
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Mamá está triste y yo soy la mamá esta vez. Han ocurrido una serie de eventos... creí que esta semana sería distinta y el día a la altura del crepúsculo atenuó con situaciones sumergidas bajo nubes grisáceas y torrenciales lluvias intermitentes, alguna información grave, acaso solucionable con el tiempo, ese que avanza tan lento como aviones. Mamá está triste y abraza a su beba con más necesidad. Le pone su beso en la mejilla, le pone un beso en el brazo, en la panza. Mamá además está cansada y está triste, pero beba está feliz. Vinieron con pan recién horneado y vamos a mirar a la beba correr, mientras se escucha de fondo la lluvia caer, se estrella contra el suelo dos, tres veces, ningún llanto, corro despavorida atrapando a la niña salvaje a quien el azar le pone música para acentuar más las volteretas. Me dijeron que las bebas se ponen intranquilas si la mamá está intranquila, pero no tienen razón, hoy me sentía agotada y triste, la beba parece un elefantito corriendo en la sabana, hasta parece que suenan trompetillas con sus carcajadas. Me la beso con entusiasmo y entiendo el secreto, es así, las mamás a veces estamos tristes y damos besos, más besos que de costumbre a las niñas mimadas que corren alrededor. Y ellas sanan todo, hasta los hierros oxidados del patio.
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"Vi al supuesto amor de mi vida largarse para siempre, en esos casos, es mejor así… entre más rápido lo sepas, mejor.
Sentí cada maldita ausencia, mis amigos largándose uno a uno, los conocidos, gente que me admiraba incluso a mis enemigos, se buscaron otro tipo.
Vi como todos seguían, como a nadie parecía importarle, sentí la soledad golpeándome desde dentro, sentí lenta y metódicamente el poder de la soledad.
Vi como un hombre puede llegar a romper sus límites, puede hacer cosas que no quiere o piensa hacer sólo por el hecho de sentir…
Se fueron todos…
Dicen que si alguien se va es porque nunca significaste nada, supongo que es algo estúpido, pero real.
Vi como todos continuaban… y no me quejo de nada, nadie debería de quejarse de éste lujo porque ahora, ya no duele…
¿Por qué debería tener miedo? lo he perdido todo, he empezado muchas veces, he muerto más veces…
Y cada vez se siente menos…
Lo único a lo que temo es a la bestia en la que pueda llegar a convertirme.
No temas, dicen que todo duele, perder amigos, personas. También yo me he ido de ellos muchas veces…
Pero lo único que me duele, es no sentir nada…
¿Por qué habría de temerle a algo?"
- Bukowski
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cuando te extraño demasiado escucho aquellas viejas vn que me mandabas, releo los mensajes donde me decías que me querías, veo las viejas fotos que me mandabas, qué locura
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Quisiera estar en el sofá más largo, riéndonos de alguna caricatura tonta y ridícula, entre joint y joint, cambiarle a algún video mientras pasa la medianoche, escuchando música goosebump e iniciar un beso tan jodidamente lento que se convierta en una necesidad no despegarse, trasladarnos a la cama y continuarlo ahí, con la nota aún en el cielo.
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Tenía mucho de no sentir esta tristeza. Absoluta, desgastante, corrosiva. Y es horrible. Creo que lo que más detesto de mi ansiedad, marcada por pensamientos catastróficos, es su capacidad de arrebatarme la claridad. Me deja tirada, incapaz de narrarme. Eso me parte bien feo.
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Sabía que las heridas de mi infancia no las iba a curar nunca, porque no eran mías ya, eran recuerdos que con el pasar del tiempo me traumatizaron y formaron mi persona, y no sanaran porque a mi no me hicieron daño, se lo hicieron a mi versión pequeña, aquella que se le iluminaba la mirada y que rondaba con la esperanza de que la gente le amara.
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Sólo me tengo a mí y debo aprender que vine a este mundo sin conocerte y que me iré de él sin volver a verte. Pero cómo duele. Cómo me dueles.
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Tan sola, tan llena de melancolía y muchas veces con los ojos al borde de las lágrimas.
Tan llena de fantasmas, de pasado, de repente huye del presente, prefiere inventar realidades donde no todo es tan vacío, donde la risa prevalece.
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Hoy es uno de esos días grises en los que se me desordena la vida y se me apaga la sonrisa. Uno de esos días en los que aparece de repente, una que otra lágrima, de esos días en los que, los recuerdos afloran y el corazón se hace chiquito.
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Basta de silenciosos con miedo, de sequia en el alma, basta de extrañar.
Basta de lágrimas descontroladas, de nudos en la garganta.
Basta de lírica llena de muerte, de muerte en vida, de respirar sin ilusión, basta.
Los sueños robados, los deseos frustrados, por la innumerable cantidad de tropiezos.
¿Y porqué mientras digo basta, llueven mis ojos? ¿Acaso la tristeza se marcha? Puede ser que la razón no alcanza.
Estoy cansada, la tierra florece y a mi el invierno me abraza.
Quiero decir basta, y no me alcanzan los días para desairar a la pena que me embarga.
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Hoy tengo nudos en mi garganta, que si suelto haré un mar de lágrimas, pero me detengo, porque en este día podría ser la persona más sincera, pero también la más cruel. La rabia, la tristeza, y una profunda desolación, se están meciendo conmigo en este instante, estoy inquieta, me siento apagada, pero aunque todo este de cabeza, «No me rendiré».
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Hola, desamor de mi vida
Dicen que todo cae por su propio peso,
pero lo que tú aún no sabes
es que pesas dos mil toneladas en mi corazón
Puedo verlo con claridad ahora;
La distancia también se mide
en todo lo que no dijimos,
en que a veces la lluvia pasa
pero la tormenta interna nunca cesa.
Porque un día eres dolor
y al siguiente, página quemada,
porque las historias intermitentes
son como abrazar a quien te trata de olvidar
con tal de hacerle sentir
que tiene a alguien que no tiene.
Es que no hay peor despedida
que esa que llevamos en silencio
como quién entra a escondidas
en el corazón de otro,
para luego dejarle sin explicación.
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No sé... si tenemos un destino... o si vamos como flotando al azar, como la brisa. Creo que es un poco de ambas cosas. Puede que ocurran ambas cosas al mismo tiempo. Te extraño. Si necesitas algo, no estaré lejos.
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que todos esos besos y abrazos te lleguen hasta allá, tu límite es el cielo, te quiero.
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