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Se tomó un respiro, miró a su alrededor y por fin encontró la inspiración.
Entró a la ducha suspirando de placer por el privilegio del agua caliente.
Tomó mate y comió pan casero recordando su infancia.
En el recuerdo su bisabuela le pidió prestara atención que el canario estaba cantando y el loro hacia su versión de la cucaracha.
En recuerdos... Una suspira de placer, deseando volver a ser niña, deseando jugar de nuevo al rinraje, a la mancha o intentar meter la pelota en el arco, si algún chiquilin se apiada y la pasa.
El perro que desata cordones te persigue y una no entiende porque después ese perro murió atado.
Recordar el llamado de la abuela 7 am en punto, lista para ir a la playa.
Mamá que ponía la pajita en la leche porque si no no quería tomarla.
Enloqueci tanto a esas mujeres cuando ni al metro llegaba.
A veces me caliento y empiezo a despotricar y me olvido de estos momentos que relata el recuerdo.
Pero todo está ahí, y si pasé por tu vida seguro intenté hacerte feliz con algún gesto para quedar también en el recuerdo, porque no quiero morir en el olvido ni que mi imagen invoque el desprecio.
Porque el día que no me nombren, ese día habré muerto realmente.
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Calor lacerante penetra mi pecho
El cielo volvió a supurar los desechos
Relojes parados esperando al acecho
Recuerdos sin fechas, un puzle maltrecho
Rojo, picante, ¡creo que mordí un chili!
La lengua dormida, hablar sin saliva
Chimango, te aviso que ya no llevo pólvora
Culmino la caza sentada a la sombra
Tanta zozobra hizo crujir aquel pecho
Y entre tangos lloraron todos sobre su lecho
Diminutas hormigas le cerraron las cicatrices
Aún despierta sobre madera conoció las lombrices
La milonga lloraba y cantaba tristezas
Se enfriaron las lonjas, se instaló la pavesa
Vi tu espalda alejarse entre juncos rostizados
Sabe Dios los recuerdos que quedaron en el Prado.
Basta salir del letargo para volver a estar viva
Empresa que me propone encontrar la salida
Por hoy me despido, por hoy dejo el vino
Por hoy me permito gozar del olvido.
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Creo que cuando uno mira el cielo lo hace para maravillar sus ojos con la naturaleza que allí se encuentra o buscando una respuesta milagrosa. A veces una es consecuencia de la otra y viceversa. Hoy mientras caminaba sola en la playa, miré hacia el cielo, varias veces, buscando una respuesta y terminé maravillada con lo que allí se encontraba.
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En el lobrego sótano de mi ser se escondieron, entre las cajas llenas de humedad, mis sueños y anhelos más profundos... En esta época, donde está de moda lo vintage, salieron a flote mis viejos temores y se instalaron en el altillo, donde está la mejor vista al patio. Las paredes de la casa son bastante finas y si prestas atención, en las noches cuando el silencio es sepulcral, se escuchan los pasos y susurros de esa habitación, rechinando las maderas, vencidas por el peso de las cargas de antaño.
A veces tocan el piano, a veces leen los poemas más tristes y me invitan a llorar con ellos en una ronda de desconsuelo.
Amor, solo eso nos salvará. Pero en esta casa he aprendido que es menos dolorosa la soledad que el apego por miedo y costumbre a aquello que arde en el pecho cada vez que se tiene.
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La blanqueada
Montevideo 11/12/20
El jardín con sus baldosas blancas y negras, me hacía sentir en jaque. Tenía en un rincón un jazmín, que me recordaba la época en la que vivíamos, diciembre. Cidra y pan dulce, candombe sonando en algún ensayo, (ahora clandestino). Nosotros en la blanqueada, barrio que parecía formar parte de mi vida de un día para el otro, se sentía tan Montevideano. Caminabas y estaba todo a la mano, si ibas acompañada de una buena charla, entre alguna que otra cerveza.
Abrimos la puerta para que corriera el aire hacia el living, mientras jugábamos un partido de ajedrez que ya me lo veía ganado. El mate lavado llegaba a mis manos con poca agua, procuré no quejarme y en ocasiones me olvidaba de tomarlo, abstraída en mi próximo movimiento. Caían gotitas de lluvia en las baldosas y un perro se colo a saludarnos y ver cómo iba la partida, su dueño entre gritos y disculpas lo sacó rajando.
La Margarita de Jaime sonaba de fondo... No voy a olvidar nunca ese día tan hermosamente sencillo, tan de barrio, tan mío. Se fue volando directo a mi cajita de recuerdos.
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En cada inhalación me llevo el polvo de las paredes del cuarto y lo que calla lo inerte. Sufren mis manos, queriendo acariciar tu niño interno, pero solo tengo dos manos y estan conteniendo a mi niña. Niños heridos, marcados como ganado van camino al matadero, todos con cicatrices que dolieron y ya ni recordamos quién o qué fue que provocó tal dolor y esas cicatrices tan profundas y feas.
Viajes astrales, ahora estoy en el techo flotando mi espalda contra la pared, ahí me quedo estancada, por ahora, viendo mi cuerpo postrado en la cama.
En cada exhalación me dejo el pecho chillando, esas almas en pena llorando y usando mi cuerpo como vía para que se propague el dolor, para que aún exista... Y yo, sin querer ser ese medio, tengo el control remoto sin pilas y la energía por el suelo como para levantarme y cambiar al canal que me gusta. Además, de nada sirve, la antena está rota y solo se ve estática.
Flotando suavemente con el hilo de plata marcando el trayecto, entro en mi cuerpo y ahí me quedo, creyendo que dormir curará este dolor por un rato y rezo para que los sueños no sean pesadillas.
Mi boca ya no quiere hablar, mi corazón acorazado, y mis manos encadenadas con mi dolor. Este momento pasará también y quizá mañana, mientras apronto mi religioso mate, vuelva a silbar y sonreírle al sol.
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Como la sal en mi cuerpo en verano,
Como el sol, el calor de mi pecho
Mi amor es un ave residente
Mi vida y su cambio latente...
Cuando niña, girasol, el color de mi pelo
Castaño es ahora, el color del recelo
Pinta mi cara, pinto la tuya
No quiero amores de lucha.
Me tengo, me contengo, me abro a la vida
Queriendo decirle chau a las causas perdidas
Mi piel una ropa ardida, ponzoña
A lo lejos los veo, animales buscando carroña
Ricas mis manos, llenas de jazmines
Hermosa época, ya vi los delfines.
Su aspecto rudimentario, que no te confunda
En su interior misterios abundan.
Aquí te espero, hasta el crepúsculo,
Corazones acompazados, espectáculo.
Labios espinados, se besan fervientes
Corazón galopante te escucho si mientes.
Famosa manía la de escribir desde la agonía
Si me cruzas por la calle, feliz me verías
Hoy es el día, no hay nubes en el cielo
En este mar picado, tu abrazo, mi consuelo.
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Almost blue
Casi azul el cielo, despejado, casi que sin nubes. Casi azul mi alma. Casi que me pierdo en un mar inmenso de posibilidades que se abrieron con mis ojos. Casi que me olvido de mi misma, otra vez, casi que me río del universo y vuelvo a cometer los mismos errores.
Casi que no hablo, solo voy por ahí, escuchando historias si es que quieren hablar esas bocas, esas almas con memorias mentirosas. Casi que me meto en la película y la devoro.
Casi 36 días que no lloro. Casi que me mueve solo el universo. Un poco más sabia que a mis 16 y aún más vergonzosa que ese entonces.
Casi me enamoro, casi extraño, casi lloro, mis ojos verdes casi fueron azules. Reflejame, reflejame, abrí tu alma y dejame entrar, quiero ser el submarino que se pierda en tu cuerpo y amigarme con la sangre.
Mañanas de bossa nova, de jazz y mate con la abuela. Ojos en blanco y resoplidos por lo bajo ante el mandato que esconde la mediocridad de la historia. Sueños rotos que imparten sus frustraciones en otros. Relojes parados a las 4 cuando cesaba la música.
Ojalá el hombre estelar invadiera mi radio. Casi que sé por dónde es el camino y que la espalda se endereza ante el conocimiento de nuevas posturas, con asombro y reverencia. Estoy preparada para que me vuele la cabeza. Sé que nunca se termina de ver todo. Siempre hay más y quién dijo que los ojos no saben lo que es tener sed...
Sultans of swing sonando en los auris y yo creo que mis dedos bailan mientras escribo ideas que bailan también entre los canales de mi cerebro. Puntos de quiebre para conectar de nuevo después de tanto tiempo. ¿Cómo estás? Me pregunté a mi misma o a alguna de mis tantas fasetas. Como si tuviera la receta, no puedo más que hacerte un mimo para que te vuelvas a dormir sin resolver nada.
Tanto tiempo cuidando niños heridos ¿y quién cuidaba mis traumas y fracturas expuestas?
El otro día casi que se vio azul por tu ventana, pero fueron días grises. Dicen que se acerca el sol con sus matices. Cuanto menos lo busco más rápido lo encuentro. Matemática pura bajo resaltadores azules.
Te escribe aquel que ni siquiera ha registrado tu radar, siempre hay alguien que te escribe y seguro no lo sabes. Porque vas como caballo con sus carrilleras bien puestas, te olvidaste que no solo se puede ver un objetivo.
Los espero con los oídos preparados. Si buscan payasos dense la vuelta y se ahorran rendirme cuentas a mis espaldas.
Casi que me duermo sin escribir nada esta noche... Acá les dejo esta historia con final trunco, enmarañada de ideas a medias. Ya volveré algún día a contar el final.
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Era pez.
Nadaba en la tranquilidad del estanque que decoraba la entrada al museo. Todos los días, me saludaban personas diferentes y se asombraban con mis colores.
Era pez, pero no era libre, seguro Gustavo lloraba de Pena.
Hasta que un día tocó. Todo se sentía diferente, fueron creciendo mis piernas, esas que había visto toda mi vida distorsionadas a través del agua.
Y me alcé, saludando al mundo... Temblando mis piernas en los primeros pasitos. Ahora la gente era distinta, yo era distinta. Fue como si hubieran cambiado mis ojos, veía colores y formas impensables. Me daba miedo, impresión, pero sobretodo una enorme curiosidad.
Pensé, "quizá necesite ir más despacio, para acomodarme a este cambio", pero todo iba tan natural, que las cosas se daban por si solas y no podía creer que fuera así. A veces me corría por la mente la cuestión fatalista "seguro solo está aquí para maravillarse con mis colores, pero será breve."
¡No! Ya no soy animal de decoración. Me estoy conociendo, aprendiendo de mis errores en este nuevo despertar, aprendiendo de cada persona que permito entrar en mi vida, mostrandome tal y como soy. ¿Quién podría hacerme daño? ¿Por qué tanto miedo? ¿Por qué debería esperar? ¿Por qué debería sentirme mal o hacer duelo a aquello que murió en su mutación? Acá estoy, sanandome, sanandote, amandome y amándote, como amo el suelo que piso aunque esto parezca contradicción.
Aquello que se veía lejano, aquello que tanto buscaba, una razón, un sentido, una señal, siempre estuvo en mi ser. Me despierto cantando y recordando como se nadaba, ahora también sé caminar. ¿Podré volar algún día? Claro que sí, no pienso dejar de divagar.
El día de hoy hago un pacto con mi ser: no voy a volver a perderme.
¡Hey! ¡Hey tu! Sí, que estás parado ahí, es hora de caminar.
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Paz.
Estoy en paz.
Soy paz. Aunque a veces
tenga que recordarlo.
Soy vacío, soy plenitud.
El vaso lleno sin desbordar.
El número XIV
Yo soy la templanza.
Claro, aunque aún
Tenga que recordármelo.
Soy niña, soy mujer, soy bebe
Que todavía se maravilla
Con el mundo y sus colores
Cuando llueve
Todo se pone más verde,
Se huele el olor a humedad
El olor a mar revuelto.
Cuando sale el sol, todo se seca
Entra por tu piel y te llena
El alma.
Hoy soy paz, soy sol, soy lluvia.
Podría ser lo que quisiera.
Hoy contacto con mi ser.
Hoy no soy el animal que
Se descompone a la orilla del mar.
Hoy volví a nacer.
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Bifurcaciones. Tantas en el camino... Su dirección siempre ha sido hacia el frente, aunque por momentos sintiera que caminaba en círculos. El dicho "tropezar con la misma piedra" nunca fue del todo cierto si de personas se habla y entendemos el cambio constante en cada instante. Imaginé tantas veces mi partida, sin darme cuenta de que siempre estoy partiendo.
Desde la infancia siempre tuve un monstruo protector en momentos difíciles, creación de los recuerdos más profundos, quizá hasta recuerdos heredados. He querido acariciarlo tantas veces a mi pequeño gran monstruo, amigo del dolor, pero él no quiere de mi tacto, solo muestra su rostro cuando la que necesita de un abrazo soy yo misma, su portadora. Me ha visto tan frágil, se ha mimetizado con mi piel tantas veces para protegerme y hiere con sus taladrantes gritos de dolor a cualquiera que intente romperme.
¿Cómo decirle adiós a mi viejo amigo? Ambos sabemos que debemos tomar direcciones distintas... Todavía nos aferramos, palma con palma, pero... Sabe que su precencia no me permite crecer.
Amigo mio, luchaste tantas veces cuando mi fortaleza y voluntad no eran suficientes. Tú furia siempre me pareció de otro mundo y generaba impacto en todo el que llegó a conocerte.
¿Será que nos volvimos locos? Me has dicho que sin mi dejarías de existir y moriría tu propósito. Es hora de que sienta mi dolor. Es hora de que me dejes sentirlo... Al fin y al cabo, tu protección, siempre fue una gran ilusión.
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La lluvia y su olor.
La tierra y su humedad.
El sol que ansío vuelva a calentarme.
Mis pies y championes mojados.
La venda cayéndose de mis ojos.
El mundo que se despierta junto conmigo.
Las gotas en las ventanas
Las estrellas que no pude contar.
El río y su profundidad
El cielo y sus diferentes puestas.
¿De qué color se pintará cuando no sea gris?
... Y así fue como se pintó.
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Esa necesidad imperiosa de sobreanalizar las cosas... ¿No te da dolor de cabeza?
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Te regalo mi alma para que habites en ella y me contagies con tu risa pícara.
Te regalo mi cuerpo para contenerte de las adversidades.
Siempre estaré para vos, y el día que mueras, moriremos juntas.
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Me voy.
En una mañana de silencio estridente, me voy, cuando el horizonte está gris y el mar refleja mi alma, turbia. Me voy dando lugar al empate, para regocijo del ego.
Me voy, temiendo al olvido. Me voy sin decir palabra alguna, cuando todos duermen, porque sé que las lágrimas pican.
Me voy, cuando la tristeza golpea y la indiferencia duele. Me voy esperando aún esos párrafos que nunca pudiste dedicarme y que tanto merecía.
Me voy un día de intensa humedad y no es eso lo que me mata.
Me evado, me evado, repito como un mantra. Busco el objeto más brillante y mantengo mi atención en eso. Me evado y me vuelvo un ser de cuatro patas, te persigo, paso tras paso sobre tus pisadas. ME EVADO. ¿Quién sos? Le digo al reflejo, otra noche más, otro día más que no me conozco y el dolor, el ego y la furia se apoderan de mi, fieles titiriteros.
¡Basta! No quiero más lunas llenas. ¡Basta! quiero tocar el sol aunque signifique mi muerte.
No regalaré al olvido un solo día más de mi vida. No le seré indiferente al tiempo que corre recibiendolo en días de aburrimiento.
Para poder amarme...
Me voy.
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Amor líquido
Cosifica tu ser, como si todo fuera tangible
Te advierto, no vas a mover mis cimientos
Relaciones flexibles, empatia incompatible
Primavera si ríes u otoño si llegan lamentos
De ti solo quiero tocar la epidermis
No quiero escarbar ni conocer tus demonios
Película en bucle viviendo in extermis
Truncar emociones, comenzó el pandemonio
¿Cuánto me das, tu amor cuanto vale?
Tu nombre no sé. Despierta frente al XXI,
Jugar con el fuego y hacer malabares
Mirando tu rostro con impares hoy te vinculo
Si lees hoy esto, te aclaro es una ironía
Poner todo en palabras es mi loca manía
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