Investigación, crítica y producción artística Edomexa, fuera del margen.
Don't wanna be here? Send us removal request.
Photo
Preguntas ociosas como ex-fadeño.
¿Sería el mundo del arte diferente si los estudiantes de artes nos tratáramos de otra manera? ¿Si la comunidad de artes se llevara diferente con la de diseño? ¿Tendríamos más espacios y consumidores?
Recuerdo haberme topado desde que inicié la carrera con personajes que tajantemente decían (dicen) que la artesanía no es arte, que los diseñadores no deberían estar en la misma escuela que nosotr_s y que las cosas se hacen de tal manera porque sí (como cuando te dicen no dudarás de la palabra del señor porque él es la verdad), entre muchas otras cosas. Discusiones renacentistas sobre si es o no es, nos dijo una vez José M. Casanova. Y sí, está chido hablar de diferencias, pero personalmente creo que maaaybe es un poco absurdo detenerse en esos problemas (o volverlos problemas), en especial porque, la mayoría de las veces, la intención de dichas discusiones es poner una cosa por encima de las otras.
Basta con asomarse a las revisiones semestrales. Claro, no siempre. Había clases dónde la retroalimentación se daba más chida, todo más suavecito, más constructivo. A comparación de ciertos talleres, como uno por ahí de pintura, en donde costaba trabajo respirar por lo denso del ambiente. O el miedo a levantar la mano en clase y participar, que estoy seguro no siempre era por no saber sino por algo tan sencillo como el miedo a que tod_s volteen a verte (actividad obligatoria en muchos casos y motivo reciente de muchos y muy buenos memes). ¿No podíamos limitarnos a decir "me late esto y esto de tu chamba, tengo dudas sobre esto otro", sonreírnos y salir a empedar felices? ¿Era necesaria la carnicería? Y si neta la personita que estaba presentando la estaba cagando, creo que se le pudo haber tratado con más cariño, en lugar de intentar atiborrarle de filósofos alemanes y referentes ochenteros para ajustarl_. Tampoco digo que sea lo ideal, ¿pero por qué nunca se intenta? ¿Tenemos que vivir en una competencia constante, preocupándonos por agradarle a es_ maestr_ que te dice que saber veneciana o leer a Focault es de a huevo para ser artista? Y va, la veneciana está padre, cuando es lo que tú, aspirante a artista, necesitas. También correr desnud_ por la facultad, si es lo que necesitas. El punto es que no es de a huevo arrastrar un bloque de hielo por el piso ni tampoco seguir pintando como Van Gogh o copiar lo que hubo este año en Zona MACO si eso no no no te llena.
Hay un buen de opciones, que por miedo o hasta por respeto a la escuela no exploramos, materiales y formas de hacer que no vienen en los programas. O por acoplarse a lo que se vende. Es ridículo comparar e intentar ajustar. Cada producción tiene su propio valor y motivos, además de que tenemos entre 18 y 24 años, que pedo, no esperen que me aviente un choro y unas obras de magnitud Kiefer, pasar por alto que el quehacer artístico es mutable y que toma diferentes tiempos por persona es una necedad. Con todo esto, no digo que la FAD forme artistas, pero es innegable que hay muchas buenas propuestas, que pudieron culminar en algo bien chido y muchas veces se quedan en la idea por que quien da la clase o la(s) persona(s) promesa del arte contempo del salón dicen "me parece que no funciona porque..." Y lo más triste, es que la mayoría terminamos por replicar esas conductas.
Mucho de lo que pasa al principio de la carrera define una parte de lo que hacemos. Cuando entré yo esperaba ser el futuro Does ft. Sainer ETAM (cosa que aún no descarto jaja), pero se volvió evidente que había muchas más posibilidades. Yo iba bien feliz, con dos o tres dibujos de seres antropomorfos con cabeza de animal que pensaba meter junto a mi placazo en un graffiti, cuando en la primera clase de dibujo con Ady Parga me dicen que cierre los ojos y dibuje en 5 segundos. Y luego que con la otra mano. Y que con la boca. Y que también dibuje el movimiento. Además, en ese tiempo estaba la expo de Göeritz en el Palacio de Iturbide y fui, para entender absolutamente nada, cosas que por muchos días me tuvieron bien agüitado. ¿Eso era el arte? ¿Saner no es arte? ¿Dibujar bien ya no jala? Luego escuché que lo que hace Saner es ilustración, y los que hacen ilustración son l_s de diseño, y nosotr_s somos de artes y aki no hacemos eso, y etc. etc. Ya pensándolo, tiempo después, me pareció y me sigue pareciendo una tontería. Y no estoy muy seguro de que pensaban en diseño, pero creo que sí está bien feo crear una línea invisible entre las dos carreras.
Hablando de líneas, por ese tiempo también pude visitar la exposición La delgada línea que divide el lado derecho del izquierdo, en la que al final lo único que pude preguntarle a Magallanes fue porque lo decepcionó Phil Collins. Alejandro estudió diseño, es bien conocido por sus libros y sus ilustraciones, y en el trabajo de esa expo aparecían esas cuestiones: que es arte, que es diseño y por que cuando estudió en la ENAP estaban tan separados. Su estilo le debe una parte a eso. Se metía a tomar clases de dibujo (entre otras) con los de artes, cosa que me imagino le valió para llevar su trabajo más allá de los carteles y las portadas de libros. Había dibujos en papel revolución, libros que ya no eran libros, esculturas de cerámica y pinturas sobre placas de metal. Conociendo su trabajo y viendo lo que había ahí, cuestionar la línea entre el arte y el diseño definitivamente era una de las intenciones de todo eso.
Es fácil simplificar y decir que están muy separadas por que el diseño es meramente comercial y el arte no. Y falso. O decir que solo estamos en el mismo espacio por que compartimos algunas herramientas y principios. Y claro que sí, hay diferencias, pero si algo de lo que se habla constantemente en la FAD es de interdisciplina, entonces quizá esas diferencias comienzan a verse caducas, ¿no? El arte ya no es tan elevado ni tampoco está exento de ser utilitario. Están y podrían estar un poco más cerca. De todas formas, algunos de artes terminan haciendo carteles y algunos de diseño haciendo videoarte. ¿Y al final toda esa discusión para qué? Si vas a ver que un día se le ocurrió a un mirrey pintar a Mickey Mouse con tenis Jordan y está vendiendo esas pinturas carísimas en Instagram.
Además, creo que muchas veces hay que recurrir a soluciones “propias” del diseño para hacerse un mercado. El plan de estudios debería advertir sobre lo difícil que va a ser encontrar trabajo para la mayoría de l_s egresad_s. Y ya se sabe, no siempre es fácil conseguir becas, exponer y esas cosas. Y menos quien te pueda comprar un performance a la semana. Hasta dónde recuerdo, la FAD no nos enseñó a vender. O nunca entré a esa clase. Una vez escuché: “sí hay trabajo, se llama freelance”. Y la neta es que sí. Si no hay cabida dentro de empresas o instituciones, ya sea como productor, museógrafo o docente, buscamos alternativas. Estudiar otra carrera si se puede, hacer ropa, publicaciones independientes, etc. Y se hacen cosas bien chidas. Ropa bordada, macetas, prints, juguetes, tatuajes, un retrato de tu gato, sesiones de fotos, etc. Consúmeles a productores independientes y jovenes pues.
Me pregunto si será un pedo generacional. Me imagino que quizá en los 80-90 era más fácil acomodarte en algún museo, en alguna escuela y después ir a comprarte un terreno. Había menos gente. La verdad no sé, me lo imagino. Tengo entendido que cada año egresan alrededor de tres mil personas de la FAD, y claro que hay más gente en el país, pero no es como que cada año el consumo de arte sea más necesario, ni que se abran más vacantes para diseñador_s.
0 notes
Audio
Notas detrás del mostrador, y sentado entre dos personas en el asiento lateral. "El arte se ha vuelto una salida para todxs durante esta pandemia, una forma de enfrentarse a la situación, una necesidad". Entre los montones de transmisiones, videos y textos sobre producción culturales y la pandemia, apareció esa frase. Sería bueno recordar en cuál, pero como todo en el scroll, quien sabe en donde lo vi. Desconozco los números, pero me atrevo a decir que la cantidad de eventos, charlas y fotos de pinturas que he visto, todo hecho desde casa y a la distancia, es menor al número de personas vendiendo dulces en la calle por primera vez. El cansancio de lxs cuerpxs se concentró en la columna, como ese escalofrío que viene con los nervios, y la fatiga que venía con la monotonía y el frenético movimiento citadino se pasó a la cabeza, en forma de punzadas que recuerdan que no hay trabajo y, mucho menos, dinero. "El arte no es para todxs", alguna vez me dijeron en la facultad. Pero esa idea no aplica para todo el arte. Ese pensamiento viene acompañando al poder adquisitivo, las condiciones y los intereses determinantes de la producción artística desde hace varios siglos, perpetrado por las dinámicas de la galería y la lógica discriminatoria del mercado que llega incluso a los museos o espacios "públicos", en cuya selección de contenidos el público debiera ser más relevante. Ya mucho se ha hablado sobre la efectividad del museo y sus obsolescencias, e incluso de la ineficacia que tiene mucha de la producción artística para diversificar su público, o el aura que se lo impide pero que también se pone a sí misma. El punto aquí es que la transición a los medios digitales, impulsada por el confinamiento no ha cambiado la forma de relacionarse con el arte. Pareciera que el público sigue estando reducido principalmente a estudiantes, docentes, artistas, vendedorxs y pudientes coleccionistas.
La mayoría de las personas siguen ajenas a la investigación y producción artística durante el confinamiento, igual que antes. ¿Por qué decir entonces que el arte es una salida, una forma de enfrentarse a la situación? No hay que decir que no pueda serlo, pero no siempre puede ser. Pienso más en esa idea como una estrategia de marketing más que como una preocupación honesta por mantener investigación y producción artística de calidad, lo que también es comprensible. Se necesita de un ingreso económico, como en cualquier actividad, y en estos tiempos la inestabilidad lleva a todxs a lanzar golpes en cualquier dirección con el propósito de anotarse unos cuantos puntos. El mundo entero y sus operaciones saltaron al ambiente virtual, atascado nuestro scroll y esperando obtener nuestro poderoso click. Y pese a encontrarse en un medio aparentemente más abierto, el acceso y la creación de estos contenidos muchas veces sigue reservado a quien pueda costearlo. A las 5 a.m. el problema es despegarse las sábanas. Unos minutos más tarde, ya se tiene toda la energía para hacer un sinfín de cosas (durante unas horas, claro). Las ideas y las ganas fluyen, hasta el poco tráfico del camino anima a seguir pensando que hacer. Pero conforme avanza el día, percibir la inquietud de las personas, el miedo a un nuevo día con ventas bajas, las caras tristes de quienes se quedaron sin ingresos, la chinga de trabajar 10 horas y regresar a casa hasta las 7 terminan por matar esas ganas, por enterrar esas ideas. Otra vez no se hicieron esos dibujos, otra vez no se escribió ni se investigó lo que se había pensado para esa tesis. Mañana. Mejor mañana. En lo que queda de hoy mejor ponerse a ver tik toks. Siempre es difícil ser artistxs. Más cuando vives a dos horas de todos lados, y a veces es más importante pagar la renta que hacer unos dibujos pedorros e ir a la biblioteca a revisar "La pin-tura hoy". Las pocas cosas que haces, a veces no están tan chidas, o de plano se te olvida por que las haces. Que chido estaría tener progenie galerista, por que mis conocidxs no quieren/tienen pa comprar grabados. Y menos ahorita. (Me acordé de algo: en una ocasión, Claudia Gallegos me dijo que era imposible crear sin tener problemas. Después de haber intentado con varios temas, explorar algunas técnicas e ir de aquí para allá sin encontrar interés ni motivación fue necesario regresar y recordar esas palabras. ¿Pero cómo podía meterme en problemas? ¿Acaso tenía que provocarlos? ¿Inventarlos? Era difícil encontrar una motivación, las 5 horas diarias en el transporte, el desgaste que esto me producía, sumado a la presión de no saber que hacer me afectaron en todo sentido. Comencé a dibujar en el camión, con el propósito de hacer más ligero el trayecto: gestos, manchas, trazos involuntarios, dibujos rápidos, superpuestos y una que otra fotografía. Lo hice por un buen tiempo, hasta que me di cuenta. De manera inconsciente, ya había comenzado a enfrentar el problema que estaba buscando.) Es uno el que pide por uber eats, otro el repartidor. Uno el que hace la playlist "cumbias de microbusero", otro el que maneja el microbús. Uno el que hace ilustraciones con caligrafía de rotulista para el gallery weekend, otro el que las ve diario desde la combi. Y así, una y otra vez y para todo, uno es uno y otro es otro. Que cansado vender quesos y pensar todas estas cosas.
1 note
·
View note
Photo
Y aquí estamos nosotr_s dividid_s entre nuestro ser artistas, familia, amigos, amores, persona, ser individual, trabajad_r,freelance, todo lo que se nos dijo que podíamos ser y que a veces tenemos expectativas de serlo. Es difícil tener y no tener tiempo para ser artista en esta pandemia, si antes era complicado lidiar con galerías, museos y espacios “diferentes” ahora le sumamos más ansiedad y el encierro, las posibilidades más pequeñas y los sueños frustrados. Justo cuando creíamos que todo iba a estar mejor, pues que siempre no…
Y es que ser artista del EDOMEX es una cosa muy extraña, acá nadie habla de arte, no hay eventos todos los días o cada fin de semana, lo poco que encontramos son las expresiones de la calle, los cursos de manualidades y museos en otros municipios…TOLUCA (porque parece que es lo único importante de aquí para el gobierno) lo demás no existe. Y es una constante queja y ventaja a la vez porque gracias a que no existimos, existimos. No sé si me explico, pero gracias a que no hay las oportunidades a comparación con la GRAN CDMX hemos desarrollado y encontrado otras formas de hacer cosas (hasta ilegales) y pues por eso estamos aquí.
Si antes de todo esto ser artista edomexa nos costaba un extra, ahora más. Imaginen nuestro ritmo de vida antes, 8 hrs de trabajo (porque pues todavía nos somos famosos para vivir de esto) y ahora vivir encerrad_s en una pantalla sin fin, viendo las posibilidades de existir siendo artista, o como o produzco, o pago la luz o compro mi material, ooooh no… ahora todo es virtual pero mi celular está medio mal, la cámara no le funciona y pues bueno igual me las ingenio o digo que es parte de la imagen, pero debo producir algo chido para sobrevivir en el mundo del arte, debo estar disponible las 24hrs por si me invitan a un conversatorio, pero no puedo porque debo trabajar… ¿Qué hago? ¿O soy artista o sobrevivo?
Me he encontrado con artistas que tiene la posibilidad de exponer virtualmente, de hacer charlas, de ser artistas o jugar a serlo si quiera, pero esa es una realidad no mía, en dónde debo ver qué hago para comer, y pagar la casa, no puedo gastar para producir y a veces no tengo tiempo ni ganas por todo lo que sucede y ha sido una constante en mi cabeza todo este tiempo, pero gracias a darme cuenta que no era la única, tarde y lento pero el trabajo después de charlas con mis amixs, vecinos de otros municipios, nos daremos nuestra propia voz con lo que podemos y desde donde podemos.
2 notes
·
View notes