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Barbarella. 1968 Roger Vadim

La otra cara de la ciencia ficción.

Por: Rubén Quezada.

En el año 68, un hito en la historia del cine tomaba lugar, el estreno de la película que cambiaría la forma en la que el público y la crítica vería a la ciencia ficción en el cine. Estoy hablando por supuesto de 2001: A Space Odyssey, una de las tantas obras maestras del director Stanley Kubrick y que hasta el día de hoy influencia a cientos de directores que se aventuran al género desde un punto de vista más intelectual y reflexivo. No es un secreto que hasta ese entonces, sin contar un par de excepciones como Metrópolis de 1927, la ciencia ficción estaba enfocada en producir obras de serie B dirigidas a un público que buscaba perderse en aquella fantasía de un futuro donde los autos vuelan, un par de amistosos androides viven para servirnos sin cuestionar su propósito y donde la humanidad evitó milagrosamente destruirse así misma.

Resulta entonces fascinante el fenómeno que ocurre con el estreno de Barbarella ese mismo año, hoy en día conocida como la película que convirtió a Jane Fonda en una estrella y un sex symbol de la época, pero que personalmente me gusta interpretar como la otra cara que completa la dualidad de la ciencia ficción. Mientras que Kubrick y Arthur C. Clarke postulaban preguntas sobre el origen de la humanidad y su propósito utilizando la escala épica de sus planos para poner en cuestión su impacto comparado con el inmenso desconocido, las ambiciones de Roger Vadim empezaban y terminaban con desnudar a Jane Fonda en gravedad cero.

A través de los años, ya sea por un avance en las formas de contar historias dentro del cine o porque los realizadores buscan pretender ser más inteligentes de lo que son, se ha perdido la tradición de ser brutalmente honestos cuando hablamos de nuestras obras. No es el caso con Barbarella, película que se presenta en su escena introductoria exactamente como lo que es y no pretende ser más. Su protagonista, a quien erróneamente podríamos interpretar como una figura de empoderamiento sexual femenino para la época, no es más que una fantasía masculina salida de las portadas más kitsch de Playboy.

¿Qué la hace digna de tu tiempo 50 años más tarde?

Es exactamente ese factor de hilarante honestidad y falta de pretensión la cual la hace secretamente brillante, pues si bien tiene todos los elementos para ser una comedia sexual que utiliza la ciencia ficción como una simple excusa para colocar a nuestra protagonista en situaciones comprometedoras, no te das cuenta hasta ya la mitad de la cinta que sinceramente está tratando de construir un mundo ajeno al nuestro, uno con sus propias tradiciones y una visión única del placer sexual.

Puede que Barbarella no cumpla los requisitos para convertirse en una obra digna de análisis o en un hito en la representación de la liberación sexual femenina, pero es capaz de encapsular el otro lado de la ciencia ficción que como cineastas preferimos ignorar, su lado menos intelectual, el cual no nos pide reflexionar sobre el peso de nuestra existencia y nos permite disfrutar de un desplante de explotación sin culpa alguna. Al mismo tiempo, dudar de su estatus de culto sería un error, pues si bien no puso a la ciencia ficción en el radar de Academia, no hay que mirar más allá de icónicas series como Star Trek, cuya sincera exploración de la sexualidad y la vida alienígena es prueba irrefutable de que la influencia de Barbarella aún ejerce presión en la cultura popular.

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La noches de los muertos vivientes. 1968 George A. Romero

Por: Abril Benitez

La noche de los muertos vivientes 1968 de George A. Romero 

A simple vista podríamos decir que esta película es aburrida y está pobremente hecha en muchos sentidos, todo esto claro viendo las cosas con lo que yo llamo ojos actuales. 

Las radiaciones procedentes de un satélite provocan un fenómeno terrorífico: los muertos salen de sus tumbas y atacan a los hombres para alimentarse. La acción comienza en un cementerio de Pennsylvania, donde Barbara, después de ser atacada por un muerto viviente, huye hacia una granja. Allí también se ha refugiado Ben. Ambos construirán barricadas para defenderse de una multitud de despiadados zombies que sólo pueden ser vencidos con un golpe en la cabeza 

La noche de los muertos vivientes cuenta con una música y efectos de sonido propios de la época, por momentos los sonidos del ambiente se dejan de escuchar dejando solo la música que, por momentos, se vuelve tan dramática como las actuaciones, esto sin dejar de lado la iluminación que parece improbable en un ambiente como el retratado y genera un contraste que a veces esconde momentos claves de la imagen.

Por no mencionar los planos larguísimos de personas corriendo que te sacan la sensación de desespero que busca causar una secuencia de persecución, ADEMÁS, ¿estamos hablando de zombies con la conciencia como para romper una ventana con una piedra?. 

Claramente, nuestros ojos actuales tacharon esto como algo terrible, la lógica conocida es la de un muerto con vida en el sentido de un cadáver que por alguna razón se levanta de su tumba, lo que tiene más sentido es que este ser, al ser descerebrado no tenga conciencia para algo que no sea buscar comida y lo que esto conlleve. 

Ahora bien, qué pasa entonces si, teniendo en cuenta que nuestro “ojo actual” está más desarrollado ya sea por el contexto social y además, podemos también, ser capaces de ver esto a lo que sería ver esto con ojos de espectador, con esto me refiero a ver la película con las mismas expectativas que tendría quien la mira por primera vez. 

Algo que destaco mucho es el todo amateur que tiene, este detalle podría considerarse un error tremendo sin embargo yo creo que le da un toque si se piensa en el conjunto de factores ya mencionados de lo que es la película en si, lo que convierte esta peli en una obra versátil depende del ojo con el que se vea.

La música se vuelve envolvente, el ambiente se hace parte durante los diálogos lo que da un sentido de realidad y fantasía en la mente de los personajes y si esto lo combinamos con la intensidad que comparte con las actuaciones que llegan a ser igual de intensas llegamos a una experiencia casi sensorial. 

El blanco y negro se luce en esta obra y los juegos de luz/sombra que se ejecutan son precisos, para generar una sesacion envolvente y tragica al punto que es inevitable sentir por momentos las esesperacon de los personajes, la situacion que se plantea es sorpresiva y se entiende perfecto por estos factores que la situacion en si es ridiculamente seria.

En todo momento la película trata el tema con la seriedad que tendría de ser una tragedia humana real y es que trata el término de “muertos vivientes” como lo que es según él mismo, un muerto que vive, un genialidad a mi parecer si se tiene en cuenta que para este momento las películas de zombies eran producto de leyendas del folklore ahitiano, lo que nos lleva por una rama más espiritual, esta obra es más seca y directa y puede resultar eficaz al momento de causar las emociones esperadas. 

Es por esto que la ciencia ficción es importantísima como lo es un guionista al momento de crear un mundo y sus reglas, le da un factor que puede servir para determinar el nivel de una película, encuentro que esta película lo demuestra, pues, no tiene los mejores efectos de la vida y honestamente se notan detalles pero esto en sí forma parte de la estética de película misma y por esto yo encuentro que es una joya.

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Frankenstein conquista el mundo. 1965 Ishiro Honda

Por: Ignacio Mardones.

Los años del jipismo puro y duro, del rock n roll, las drogas, el sexo y la llegada del nuevo cine de Hollywood con Bonnie y Clyde (1967) y la próxima llegada del grupo, Spielberg, Coppola, Lucas, Scorsese, este grupo de amigos de carrete cambiaran rotundamente el cine Hollywoodense mostrando lados marginales y un estados unidos bastante oscuro e incluso crear la película de verano (Jaws), George Lucas se inspiraría en los vietnamitas para su saga Star Wars, etc…

La ciencia ficción en Estados Unidos de los 60 provenía del miedo constante hacia la invasión comunista y el acabar con los “valores” estadounidense, en Japón la ciencia ficción era la bomba nuclear y sus consecuencias, las cosas horribles que es capaz de hacer el humano.

En los 60 en Japón las televisiones estaban plagadas de sagas enormes (Godzilla, Zatoichi,Lone Wolf and Cub, etc..) La gran mayoría de gente no miraba las películas en orden sino más bien veían lo que estaba en los cines o la televisión, desde la llegada de Godzilla (1954) del mismísimo Ishiro Honda el cine japonés ha visto innumerables ocasiones a distintas ciudades de Japón siendo destruidas por monstruos gigantes, algunos son del espacio, otros son de las profundidades del mar, otros son de experimentos, etc… Pero siempre está el factor de que el mismo humano es quien despierta al monstruo por las malas intenciones que tienen estos (Principalmente la guerra, la bomba atómica o el dinero), pensándolo así encuentro que era inevitable el choque de mundos de Frankenstein con los Kaiju ya que nuestro amigo el monstruo de frankie es creado por un científico que desafía a Dios en crear vida, es un bucle de vida y muerte que el mismo humano provoca, pero esta película logra cumplir con la filosofía de Frankenstein o incluso de la misma Godzilla (1954) que era una película tan crítica y hasta incluso con el acto final del doctor que se sacrifica junto a su letal bomba que destruye al monstruo con el fin de que nunca nadie tenga esa bomba, esto veremos ahora.

¿De qué trata?

Tras la derrota de la Alemania Nazi en 1945 salen a la luz los oscuros planes que tenían sus científicos, en eso encuentra un extraño objeto, este late constantemente, es el mismísimo corazón del monstruo Frankeinstein, los planes de los fascistas era crear soldados que ni con una bala podían matar, los científicos japoneses se llevan el corazón a Hiroshima, ese día seria el cobarde ataca de estados unidos a Japón, nunca mas se supo del objeto.

Más de 15 años después un extraño sujeto es visto por las calles, la gente cree que es un niño que sus padres murieron por la bomba y desde ese entonces vive en los bosques, se le ve pasar por las ciudades para comer animales de la gente como perros o gatos. Este niño sería atrapado y posteriormente se descubriría que no puede parar de crecer hasta llegar a varios metros, el niño había brotado del corazón del monstruo de Frankenstein.

Tras esto un terremoto hace que despierte nuestro verdadero enemigo, el enemigo final del frankie, Baragon, hay que tener en cuenta que toda la historia gira en nuestros tres protagonistas, tres doctores, la cual la chiquilla es la única en la que el monstruo se “comporta”. El monstruo logra escapar del lugar donde lo tenían encerrado, con dos monstruos sueltos y sin saber sobre la presencia de Baragon la gente culpaba al monstruo Frankenstein de estos actos de destrucción a ciudades, cuando en realidad el monstruo nunca ataca a los humanos y Baragon es el responsable. Llegando al momento gran esperado de la batalla final entre frankie contra Baragon, con un increíble fuego de fondo, frankie sale vencedor, pero literalmente de la nada aparece un pulpo gigante, este terminaría por llevarse al monstruo a las profundidades del mar.

Cumple?

Tras haber omitido toda la historia de nuestros personajes principales que no suma nada por desgracia la película se pierde en ellos, la falta de acción y lo fome de la batalla final le baja mucho, me sorprende de hecho que alguien tan seco como el Ishiro siendo el rey del género Kaiju cayera en esto, también la filosofía de Frankenstein está demasiado simple y no me logra convencer para nada, de todas maneras una película para ver tranquilo y sin esperar mucho, igualmente logra entretener pero no llega ni de lejos a las obras grandes del Ishiro, lo que claramente suma es que aparece el amigo del pueblo, el Takashi Shimura (Ikiru, Los 7 samurais), desde Godzilla (1954) nunca volvimos a esa película oscura con una crítica dura y fuerte, sin mirar en menos las siguientes películas de Kaijus se volvieron más comerciales y finales más bonitos, yo creo porque la gente cansada de la segunda guerra, la bomba nuclear y la tensión de una posible guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética la gente ya no quería ver finales amargos, necesitaban un final con la luz del sol saliendo entre la oscuridad y pensar en que todo el mal se iba ir.

Recomiendo de corazón Godzilla: La invasión de los astromonstruos (1965) también de Ishiro Honda.

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La bienvenida

Bienvenidos a este blog creado única y especialmente para Géneros cinematográficos.

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