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XXIX. Amor de mi alma

Qué es la vida sin sus bromas pesadas, sin sus juegos absurdos e innecesarios que nos llevan al límite y nos hacen olvidarnos, por un momento, de quiénes somos y de lo que hacemos aquí. Pero con todo eso, aquí seguimos. 

Sé que las cosas no han sido fáciles, que el camino ha estado llenó de tropiezos y que cada vez parece más difícil levantarse, pero aún así lo has hecho. Aún cuando todo se pone tan turbio que parece que pierdes el rumbo, has sabido encontrar el camino de regreso y aquí estás, siento más fuerte que el día anterior. 

Eres un ser increíble que lucha incansablemente, que no se detiene aunque a veces cree ya no tener fuerzas, pero que en realidad, su entereza es más grande que la de todas las personas que podemos caber en una habitación. 

Admiro tu valentía, tu sentido del humor, el brillo que se te escapa en la mirada cuando hablas de lo que te gusta, cuando te muestras ante el mundo tal y como eres; cuando, a pesar del miedo, tomas impulso para seguir. 

Ojalá pudiera prestarte mis ojos para que te dieras cuenta del ser tan maravilloso que eres, de todo lo que vales; soy afortunado por tenerte a mi lado, por ser la persona a la que sigues eligiendo a pesar de todo. 

Cumples un año más, y hay mucho que celebrar. Tú eres motivo suficiente para celebrar. 

Gracias por estar, por ser, por seguir. Por tu esfuerzo, tus ganas y tu ambición. Gracias por tomar mi mano, por dejarme tomar la tuya, por dejarnos ser. 

Te quiero, te adoro, te amo. Mi niño del amor, quien le da significado a mis canciones, feliz cumpleaños, celebremos tu vida hoy, mañana, siempre. Gracias por volver a la tierra para encontrarte conmigo y dejarme amarte en profundidad.

Quiero amarte más y mejor. 

Amor de mi existencia, luz de mis días; sol de mis mañanas, ojitos de primavera, gracias por existir. 

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XXVIII.

Anoche tuve el sueño más hermoso.

Me vi en un campo verde, rodeado de las flores más hermosas. El sol se alzaba por lo alto y me calentó con un cálido abrazó con el que despejó mi mente de todo calvario y pesadez.

En medio de aquel sueño hermoso te vi caer del cielo; venias en forma de estrella, la más brillante del cielo entero. Me quedé anonadado viendo cómo te abrías paso entre las nubes y reclamabas la atención de todos con tu belleza, corrí tras de ti, tropecé y caí un par de veces, pero seguí detrás de tu estela maravillosa.

Cuando sentí que el corazón estaba a punto de salirse de mi pecho por el esfuerzo, me detuve en medio del prado y te vi estirarte; alzaste los brazos, y reflejaste la luz del sol. Tomé un largo momento para admirarte en silencio y descubrí algo increíble: brillabas más que el propio sol.

Me acerqué despacito, no quería que el sonido de mis pasos inmundos te distrajeran, pero inevitablemente, lo hice; te giraste hacia mí y me dedicaste una mirada tierna, llena de curiosidad. Me sonrojé tanto como no recuerdo haberlo hecho antes, me quedé paralizado y mi vergüenza de pronto se hizo grande. ¿Cómo era posible que un ser tan hermoso como tú pudiera siquiera mirarme?

La pena fue tal, que me desperté de golpe pero al abrir los ojos me encontré contigo a mi lado, durmiendo plácidamente. Tu piel brillaba más que en mi sueño y me atreví a acariciarte el rostro con las puntas de los dedos, quería comprobar que eres de verdad; qué grata sorpresa saber que estamos en el mismo plano, que me quieres y que me dejas embriagarme con tu aroma y tus palabras. Mi sueño de la noche anterior fue claramente hermoso, pero mi realidad contigo, lo es todavía más. 

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XXVII.

Si pudiera hablar mil idiomas, los utilizaría todos para decirte las palabras de amor más hermosas. 

Si pudiera inventar un idioma nuevo, lo haría para poder expresar en una lengua más lo que eres para mí.

Si pudiera, amor mío, sacarme el corazón y dártelo, lo haría sin pensarlo. 

Puedo darte, sin embargo, cada día de mi vida, mis caricias y mis halagos torpes. Puedo darte mis lágrimas, mis cantos y bailes aleatorios. 

Puedo darte todo lo que soy, porque soy por y para ti. 

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XXVI.

Cuando tengas miedo de la oscuridad, llámame, encenderé las luces por ti y te tomaré entre más brazos para tranquilizarte. 

Cuando tengas ganas de dormir, llámame, te cantaré mis nanas favoritas y no permitiré que nadie interrumpa tu sueño. 

Cuando quieras gritar, llámame, te llevaré un vaso con agua para aliviar tu garganta Cuando hayas terminado.

Cuando quieras cantar, llámame, y encenderé la radio sólo para ti. 

Cuando tengas frío, llámame, y te cubriré con besos y abrazos para aliviarte. 

Cuando tengas ganas de llorar, llámame, tendré listos los pañuelos para cuando hayas terminado.

Cuando tengas ganas de reír, llámame, estaré ahí para hacer segunda a tus chistes.

Cuando quieras olvidarte del mundo, cuando quieras escapar de la rutina, llámame, y crearé una fantasía en donde cada uno de tus sueños se hagan realidad. 

Cuando quieras algo, cuando necesites algo, llámame, y haré lo imposible por dártelo. 

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XXV.

Si te digo que te quiero, ¿me crees? 

Si te digo que te adoro, ¿me crees? 

Si te digo que te amo, ¿me crees? 

Si te digo que quiero pasar el resto de mi existencia a tu lado, ¿te gustaría? 

Si te digo que, cuando seamos infinitos y renazcamos quiero volver a encontrarte para amarte más y mejor, ¿aceptarías?

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XXIV.

Y si bien no puedo prometerte inmortalidad física, te ofrezco la inmortalidad en este amor que crece y no se detiene. 

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XXIII.

Hoy tuve miedo. 

Tuve miedo de despertar y ver la cama vacía, de que el aroma de tu perfume desaparezca gradualmente y que el sonido de tu risa no me acompañe nunca más. 

Tuve miedo de que tu voz pronunciando tu nombre se fuera desvaneciendo de mis recuerdos hasta quedar en una vaga idea de lo que en algún momento fue. 

Tuve miedo, por primera vez, de perdernos. 

Tuve miedo de mi vulnerabilidad, de que el tiempo nos juegue una mala broma y nos convierta en el pasaje de un libro corto. 

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XXII.

Me imaginé el amor de muchas maneras y lo experimenté así. 

Creía saber todo sobre él, me sentí un experto en la materia y lo desistimé. 

Pero entonces, te conocí.

Qué manera de transformarme las ideas, de darle la vuelta a mi mundo, de enloquecerme con tu ternura intencional. 

Qué maravilla es amarte, fundirme en ti, acompañarte.

Me imaginé el amor de muchas maneras, pero nunca lo conocí de verdad, hasta que llegaste a mí y me dejaste saber que en realidad, el amor eres tú. 

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XXI.

Hoy me sentí acongojado, me pregunté qué será de nosotros, la dirección que estamos tomando; confieso, con cierta amargura, que de pronto pensé que quizá, estabas buscando soltar mi mano, pero ¿cómo podrías soltarme si sabes, vida mía, que no tengo a dónde más atarme? Que eres el soporte que me mantiene a flote, la cordura que me ayuda a sobrevivir en este mundo de locos.

Con toda la humildad que tengo, vengo a pedirte que no me dejes nunca, que si en tus planes está abandonarme, lo pienses dos veces; y que si decides hacerlo, me dejes un rincón en tu casa, en donde pueda consolarme con tu aroma y el sonido de tu risa hasta que me convierta en polvo y pueda rozar de nuevo tu piel.

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XX.

Diría que te pusieras a contar las estrellas para que sepas cuánto te amo, pero son insuficientes.

Te diría que te amo con la inmensidad de los ríos y los mares, pero mi amor es más fuerte que todos ellos juntos.

Podría dedicarte los versos más conocidos para declararte mi amor, pero mis sentimientos por ti son incluso desconocidos para mí y prefiero descubrirlos a tu lado y contarte al oído la manera en que te amo.

Que si te quiero, que si te adoro, que si te amo. Lo hago todos los días, cuando despierto, cuando duermo, cuando me levanto y entre sueños; cuando añoro tenerte a mi lado, sentir tu perfume en mis manos.

Diría, amor de mi alma, que quiero seguir descubriendo el amor que te tengo, porque te amo en profundidad, como nunca había conocido, como nunca había sentido; eres tan nuevo y apasionante que te quiero conocer en totalidad.

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XVIII.

He perdido la cuenta de los 18 que hemos dejado pasar sin pena ni gloria, nos hemos quedado tan absortos en la pena y la duda que hemos ido perdiendo cosas importantes, las que nos mantenían anclados y que ahora nos han llevado a estado deriva en la que nos ha costado tanto mantenernos a pie.

Pero sigue siendo un día especial. 

Sigo pensando en qué fue lo que te hizo fijarte en mí, en quererme. Pero lo agradezco. 

A estas alturas de nuestras vidas y relación, no sé qué más puedo ofrecerte, pero si me lo pides, te lo daré.

Quiero volver a celebrar los 18 de cada mes, pero quiero dejar de contar los días y disfrutarlos solamente con estar a tu lado. Ojalá que el tiempo, la tristeza y la pereza se nos pasen pronto para disfrutarnos como hace tiempo no hacemos. Porque aquí seguimos, y si lo hacemos es porque hay intención y hay que darle sentido a ello. 

Y si te digo que quiero volver a enamorarte, ¿me dejarías volver a hacerlo?

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XVII.

No tengo ritmo en los pies ni el arte de las aves en la voz, mi belleza no es impresionante y mi torpeza sobre pasa mi inteligencia; pero tengo mis letras, vagas, sin sentido, pero llenas de honestidad para declararte mi pasión y fidelidad eterna.

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I.

Hay cosas que no te he dicho; he preferido callarme y encerrarme en mi propia melancolía; me he preguntado un sinfín de cosas, he dudado de todo y he reflexionado todavía más.

Pienso, sinceramente, que puedo ser muy egoísta, que quiero muchas cosas; pero también entiendo que no quiero a nadie más que a ti. ¿Será un tipo de obsesión? Porque desde el primer segundo en que te cruzaste por mi camino, algo dentro de mí me hizo quererte desesperadamente; era algo que nunca antes había experimentado.

Al paso del tiempo he descubierto que se debe a que eres interesante, inteligente, con una seducción nata que no debes forzar; llevas el encanto en la sangre y la belleza en el alma; tu piel huele a deseo y tu sonrisa está impregnada de inocencia y miel.

Es en medio de esta tristeza profunda cuando veo las cosas con más claridad; y aunque siempre he sabido que quiero estar contigo cada día de mi vida, ahora mismo es cuando te digo que de verdad, quiero seguir a tu lado hasta que se me acaben los días, hasta que el sol y la luna abandonen el cielo para vivir su amor en plenitud.

Que te amo con locura, que te adoro con todo mi ser, que no hay día que no piense en ti, quédate a m lado, prometo hacerte feliz.