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La mercantilización del cuerpo.
El fenómeno de la mercantilización humana es ambiguo lleno de matices que dependiendo del punto de vista llega a ciertos lugares y a otros no, por ejemplo, en una visión anticapitalista todo humano en el sistema esta capitalizado, está hecho mercancía, al punto en que su tiempo, su inteligencia, su energía y hasta su imagen están sujetos a la creación, compra y venta de capital.
En otra visión, más liberal, es cada uno quien elige cuanto da o cuanto quita para obtener capital, me centrare en la mercantilización directa de material humano y sus inquietantes dilemas éticos.
Se tocará el tema de las formas legales y a veces hasta socialmente aceptables en las que el cuerpo humano se usa, como se usa a ciertos animales, o se llegan a ofertar sus productos de la misma manera que otros productos animales.
Quizá el lado más amable y ligero del tema, es la leche materna, la cual en los últimos años ha sido fuertemente reivindicada como el mejor alimento para los bebés humanos, este líquido está regulado en varios países, pero no en estados unidos, donde crece y se desarrolla fuertemente una industria que vende tal producto tal como vende la leche de la vaca como alimento, aunque claro que con una gran diferencia de precios que atrae a muchas mujeres que buscan ganarse la vida, y a otras que por falta de tiempo o salud no pueden hacerse cargo de alimentar a sus propios bebés. En este tema las mujeres son protagonistas porque biológicamente hablando, son capaces de hacer muchas cosas vitales para la sociedad, y otras culturalmente imprescindibles como el embarazo y la concepción humana.
En el caso de los hombres, su importancia como herramienta/mercancía cabe decir declina a medida que las maquinas hacen lo que hacían sus músculos, y a medida que las mujeres dejan de requerir proveedores familiares, ya sea por no formar familias o por poseer capital suficiente por sí mismas, un capital que pueden usar para comprar lo ya mencionado.
En el caso de algunos países las mujeres pueden solicitar una fecundación in vitro, sin necesidad de tener un esposo. Por lo que en términos socioculturales el hombre ha ido perdiendo valor lentamente.
Las mujeres tienen una particularidad que solo ellas poseen, y es que son las únicas que pueden concebir niños, por lo que, si llega a haber un mercado reproductivo, ellas serán protagonistas de los dilemas asociados a ese mercado, y a este mercado le llama industria de la maternidad subrogada o renta de vientre, industria que en 2012 generó más de seis mil millones de dólares en el mundo.
Mujeres reciben óvulos ya fertilizados, del cual se embarazan siendo sus cuerpos prácticamente solo el medio que producirá un bebé con un material genético mayormente ajeno a ella, al nacer él bebé es entregado a quienes contrataron el servicio, quienes ahora serán considerados los padres legítimos del bebé. Esta actividad está prohibida y muy regulada en muchos países, pero también es legal en otros, todo esto por razones culturales que también traen muchos más dilemas.
En Georgia, Ucrania y Rusia, se tiene la visión de que una mujer expresa su libertad sobre su cuerpo al poder usarlo con tales fines para obtener dinero. En Francia, Alemania, lo ven como un modo de objetificar y deshumanizar a las mujeres como meras productoras de niños.
Si hay mucho dinero involucrado, entonces habrá mucho interés en el tema, por lo que si se profundiza el asunto con facilidad se encontrara información de lugares que funcionan cual fábricas, donde la mujer esta instrumentalizada, aunque también se podrán encontrar casos más benignos, pero igualmente inquietantes, como el del caso de una madre hindú que, gracias a las ganancias de participar de la maternidad subrogada, promete que podrá pagar una mejor educación para sus propios hijos.
Además de lo bioético, es necesario acentuar la clara problemática social de que mujeres pobres se ven arrinconadas a dar el servicio de un embarazo a gente como Kim Kardashian, quien va por su segundo hijo por maternidad subrogada.
Este dilema no es solucionable en escala nacional, pues es un fenómeno internacional, donde gente de países donde es ilícito o es muy caro, vuela a países donde si es permitido, lugares donde te dejan elegir si se quiere un niño o una niña. Como se dice que estuvo ofertando un servicio ucraniano en España, territorio donde la maternidad subrogada no es legal.
Otro ejemplo se pudo observar en Tabasco, México, anteriormente estuvo libremente permitido por el Código Civil, la maternidad subrogada. Muchísimos extranjeros venían y se llevaban a los niños como cualquier “producto”, hasta que hubo un escándalo hace como cuatro años que evidenció la práctica tan descarada. Muchos la consideran totalmente tráfico de personas.
A mi criterio, esta práctica, aunque no se desee directamente, es deshumanizadora, mas es sólo un criterio a priori.
La mercantilización humana no es nueva, sin embargo, muchas de sus modalidades si lo son, por ejemplo, la venta de datos íntimos y personales al detalle gracias a internet, todo tipo de información, imágenes claras sobre cada persona, desde donde vive, cuantos años tiene, sus gustos, y mucho más. No es que este a la venta en internet, es una parte fundamental de la economía de internet.
Mucha de las riquezas de los creadores de Silicon Valley viene de una explotación directa de la información humana, que si bien por decirse que es solo información puede sentirse que es menos, hay que decir que esto ya tuvo grandes consecuencias políticas, como el escándalo de Cambridge analítica y Facebook, es importante resaltar que no hay falta de ánimos ni de intereses de capitalizar el material humano. Habiendo dinero en la ocupación, habrá interés de aprovechar hasta el más pequeño de los agujeros legales, como en Canadá donde la posibilidad de vender el líquido escarlata de la vida estuvo plagada de intrigas dignas de una novela de suspenso, supongo que solo queda recalcar que el miedo a la mercantilización humana es el miedo a la deshumanización y la perdida de la frágil y en constante asecho dignidad humana individual y su dignidad como especie.
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El caso de Henrietta Lacks
Durante mucho tiempo la ciencia cultivo células humanas, para poder estudiarlas y con suerte desarrollar un tratamiento para el cáncer, pero los intentos fracasaron.
Luego se encontraron con la anomalía medica de Henrietta Lacks. Una mujer con cáncer cervical, con células virtualmente inmortales, capaces de reproducirse hasta el infinito.
Henrietta falleció, pero sus células prevalecieron siendo cultivadas en laboratorios de todo el mundo durante todos los años siguientes.
Este hallazgo posibilitó grandes avances médicos como la vacuna para la polio, todo gracias a que estas células se comercializaron y se reprodujeron por décadas, posibilitando todo tipo de experimentos que hasta el momento no se habían podido llevar a cabo.
Se han usado tanto que se estima que existen 11 toneladas métricas de ellas en el mundo, lo que es una gran cantidad considerando que las células son sumamente pequeñas.
Todo esto suena benéfico para la humanidad, sin embargo, tiene un lado oscuro, Lacks falleció y fue enterrada sin lapida ni nada, puesto que su familia y ella eran pobres. Durante años sus células se vendieron y se compraron al mismo tiempo, ni siquiera la familia sabia el destino de las células de Henrietta. Cuando la verdad salió a la luz hubo una gran polémica jurídica y legal sobre si la familia Lacks merecía una retribución económica o sobre los derechos de las células "HeLa"
Es decir, ¿una familia es dueña de parte del cuerpo de uno de sus miembros? o ¿son los científicos quienes pueden tener estar propiedad, incluso comerciar con ella?
La controversia se resolvió en dar reconocimiento a Lacks, así como cierto control sobre la información genética sobre las células a su familia.
Sin embargo, es inevitable preguntarse más cosas como ¿Y si los Lacks si hubieran tenido control comercial eso hubiera implicado que comerciaran con material humano durante años?, ¿sería ético que un humano con una capacidad especial negara su cuerpo a la ciencia y quizá por consiguiente "al bien común"?
Hablando de un campo científico-legal, todo este fenómeno sería algo sencillo si solo se quedara aquí, sería un debate sobre el bien individual contra el bien de todos, el bien general.
Pero, hay mucho más en el tema de la propiedad y el mercado del cuerpo, de la vida, y las funciones humanas.
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Referencias
BRU, JOSEPA (2006), “EL CUERPO COMO MERCANCÍA”, EN JOAN NOGUÉ Y JOAN ROMERO (EDS.), LAS OTRAS GEOGRAFÍAS, TIRANT LO BLANCH, VALENCIA, ESPAÑA, PP.465-491.
SEGATO, R. (2016). LA GUERRA CONTRA LAS MUJERES. MADRID: TRAFICANTES DE SUEÑOS.
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la red de los cuerpos pasa a ser el territorio (…). El territorio, en otras palabras, está dado por los cuerpos. (…) la jurisdicción es el propio cuerpo, sobre el cuerpo y en el cuerpo
Rita Segato (2016:67)
Este concepto del cuerpo como territorio es enormemente útil para hacer más inteligibles hechos nebulosos como pueden ser el sostenido asesinato de defensoras de derechos, activistas ambientales o líderes sociales; la amplitud y persistencia del paramilitarismo; los feminicidios que asolan la región, las violencias que sufren los migrantes que atraviesan Centroamérica y México o la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
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El cuerpo como mercancía: Josepa Bru.
Como menciona Bru en su texto Importa mostrar la articulación de instancias materiales y simbólicas que a lo largo de la historia han hecho posible y convertido en aceptable el hecho de que los cuerpos de los seres humanos hayan tomado el carácter de mercancías. Se mencionan diversas formas de mercantilizar el cuerpo.
Esclavización y tráfico de seres humanos.
"Nuevas formas de esclavitud"
En lo económico, se incluye la explotación laboral de los trabajadores domésticos y los trabajadores migrantes, el trabajo infantil y el forzoso.
En lo sexual, se encuentra la prostitución ajena, matrimonios forzados, turismo sexual y el uso de Internet con fines de explotación sexual.
En conflictos armados, reclutar niños soldados y soldados cautivos.
Una modalidad de trabajo forzado, que afecta a países como Guatemala, Haití, México, República Dominicana, Bolivia, Perú, Brasil y Paraguay es la de los trabajadores que deben emplear la totalidad de su salario en su manutención, que les es suministrada por los mismo empleadores.
El aspecto más indignante de la esclavitud se refiere a niños y niñas. Se estima que más de 8 millones de niños y niñas son esclavizados en todo el mundo. Junto como los niños y niñas, las mujeres han sido y son la mercancía más preciada en el tráfico de personas por su vinculación con el mercado del sexo.
¿Cuerpos prostituidos o herramientas de trabajo?
Se ha formado una actitud de visión neutra respecto al fenómeno, situándolo como una forma más de trabajo, siempre y cuando se presente como una decisión libre de las mujeres.
Estamos asistiendo a un proceso de performativización del negocio del sexo, que también afecta el estatuto de la pornografía.
"La prostitución tiene base en un sistema cultural capaz de reducir la relación sexual humana a un servicio prestado por un objeto sexual subordinado y dócil que desaparece en tanto que sujeto y cuya propia sexualidad resulta negada" (Lipszyc 2004, p. 3).
La idea de que en el terreno sexual las mujeres pueden actuar como sujetos autónomos, dueñas del ejercicio de su propia sexualidad se ve como ficción.
Del negocio pornográfico a la pornosfera global.
Se hace la distinción entre pornografía, la cual se define como la exhibición de actos sexuales en los que participan seres humanos e industria pornográfica, la cual supone la producción de pornografía con fines lucrativos.
Argumentos fundamentales anti-pornográficos son, la instrumentalización del cuerpo y de la sexualidad femenina para satisfacción de los deseos y fantasías masculinas, y sobre todo la vinculación entre la pornografía y la violencia.
La socialización de la reproducción
Anteriormente, la reproducción biológica humana solía ser entre hembra y macho, y conducía comúnmente, a la creación de un nuevo ser.
Aquí hablan de un tema muy "común" actualmente, que es la procreación asistida, que comprende los tratamientos para combatir la infertilidad, pero también aquellos que permiten a mujeres fértiles conseguir un embarazo sin contacto sexual con un hombre.
La inseminación artificial, fecundación "in vitro" y transferencia embrionaria, la renta del vientre, congelación de embriones, exceden el arco de lo "biológico" y de las decisiones privadas, involucran una compleja organización de carácter político-institucional y económico. Configurándose de este modo, el comercio de la reproducción humana, que mueve cantidades exageradas de dinero.
La estructura socio simbólica en la que se inserta la procreación asistida que sitúa como usuarias a las mujeres ahonda en la deshumanización de la sexualidad masculina, parte de la premisa de que si bien el semen es necesario, el padre biológico resulta prescindible.
El cuerpo representa simultáneamente el primer lugar donde penetra el poder y donde se ofrece resistencia, la geografía del cuerpo como lugar colonizado, traspasado, modelado por el poder pero que, a su vez, a través de un proceso transescalar de auto-conciencia, resignificación y reapropiación, contiene el embrión para ofrecerle resistencia.
A partir del análisis de situaciones degradantes como la esclavización, el tráfico de seres humanos, los trabajos forzados, la prostitución, la pornografía y el comercio de la reproducción humana, muestra como el cuerpo se reduce muchas veces a ser mostrado, mirado, manipulado y entendido como instrumento de poder, dominio y seducción.
El cuerpo es lo que somos, a través de él experimentamos nuestras emociones y nos conectamos con el mundo. Los cuerpos ocupan espacios y a la vez, son espacios en sí mismos; son lugares físicos donde las relaciones de género, clase y etnia se encuentran y son practicadas. Los cuerpos pueden ser mapas de deseo, disgusto, placer, dolor, odio y amor.
El lenguaje corporal, la masa corporal, la forma de vestir o las marcas hechas sobre el cuerpo son prácticas concretas que actúan en la construcción de las identidades, haciendo que éstas puedan ser leídas o reinterpretadas de formas muy diferentes (Hopkins, 2010).
Los cuerpos juegan un papel esencial a la hora de configurar las experiencias de las personas en los lugares. Y la práctica de nuestros cuerpos es única y depende de los contextos específicos espaciales, temporales y culturales donde se sitúen. De ahí que los cuerpos no pueden ser entendidos como proyectos individuales o entidades autónomas sino más bien como productos relacionalmente constituidos.
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