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Malaka
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manos tomadas y ojos vendados
Veo cómo toman mis manos con cariño,
me dicen a la cara, con palabras endulzantes, que se quedarán conmigo una eternidad.
En mi mente siempre sabré que eso es una mentira cruel por la cual todos pasamos.
En el final del cuento,
¿quién se ha quedado con la persona lastimada?
Ella fue asesinada por demonios oscuros en la noche más fría,
cuando solo ella se encontraba paseando en los campos lejanos de la ciudad,
donde se sentía cómoda consigo misma.
Un sentimiento de que correspondía a ese lugar;
encontró donde ella pertenece.
Sin embargo, ocurre cada vez…
Es un círculo vicioso.
Ama mucho más allá de lo posible,
su corazón late fuertemente al sentir que la quieren de vuelta.
Ni en un parpadear de ojos,
ya le han apuñalado quienes más ama.
Y dime tú,
¿acaso es justo?
¿Pueden darle otra oportunidad?
¿Revivirla solo para devolverle la confianza que dio a las almas perdidas?
Años y años ha sido maltratada.
Supuestos compañeros que se prometían amigos,
la insultaron y abandonaron sin dudarlo,
como si trataran de abandonar a un pequeño perro callejero.
¿Acaso seré un ser muy débil para los demás?
¿Por qué me tomo tan en serio estas cosas?
Amaba tanto una canción llamada Dulce soledad
y ahora no me siento cómoda con ella.
Podría morir tan solo pensando que nunca pude tener lo que siempre ansié y añoré:
alguien que de verdad me ame y desee quedarse a mi lado, sin importar la adversidad que enfrentemos.
Cuando conozcan mis verdaderas tonalidades,
la verdad detrás de mi máscara,
superar la superficie de mi cascarón…
Pues, es un sueño, supongo.
Tendré que aferrarme de nuevo a esa pequeña niña lastimada
que se sentía sola en cada esquina de ese colegio.
Esas largas paredes que no dejaban ver la luz de la ciudad,
puertas heladas y un viento infernal que la empujaba.
Ella deseaba charlar con alguien, pero nadie verdaderamente se interesó.
Miraron hacia adelante e ignoraron a quienes más necesitaban una cálida mirada humana,
Ella solo se dirigió a su hogar, llorando de la desilusión.
Adultos, niños… solo se indignaron y reclamaron
que solamente buscaba atención.
Solamente deseaba el amor de otro ser humano,
sentirse querida y necesitada.
Tal vez estuvo destinada a sentirse profundamente apenada,
a lastimar viejos lazos y cortar los caminos que había creado con ayuda de otros.
Un rumbo para una persona, ningún asiento de copiloto.
¿Cuál es la razón para que vuelvan a desgarrar viejas heridas?
Los lugares más embrujados de mi mente,
que con candados y llaves secretas he tratado de enterrar en cementerios prohibidos y escondidos.
Olvidarme plenamente de lo que fue mi pasado alguna vez.
Me digo: ella no era yo, fue una extraña.
Si tan solo pudiera olvidarme de todo eso…
Trato e intento vaciar mis recuerdos azules.
Actualmente, para mí son difusos y borrosos.
He creado lagunas mentales solo por mi sanidad;
son tan solo pinturas con tonos rojos y azules intensos,
todo aquello ha sido destrozado por mis propias manos,
queriendo borrar toda pista de quién fui antiguamente.
No sé qué decir
si me preguntan alguna vez si tuve alguien en quien confiar.
En realidad, no sabría qué inventar.
Si tan solo alguien se hubiera quedado apoyado en mi hombro
y, por lo menos, me hubiera dicho: gracias por todo, pero me tengo que ir.
Seré alguien espontánea en la vida de los demás,
una persona que aparece una vez y desaparece.
Pero, al fondo de mi pecho,
sé que merezco más que un solo abrazo vacío,
una falsa sonrisa que me promete sueños y estrellas;
son solo personas que no deseo.
Ya me ha dolido lo suficiente para repetir esa vieja historia.
No tendré la piedad que tuve para despedirme,
no usaré palabras amigables con quienes no vacilaron en atacar.
Tantas cosas que aprender, y yo solo deseo estar en tranquilidad.
Tal vez sí tuvo razón el doctor.
Parece que me ahogo en un vaso de agua;
me ahoga tremendamente el agua contaminada de ese vaso.
Trato de romper ese vaso, con fuerza e impotencia.
Corto toda maldición del pasado,
aunque, ¿quién me jura que no volverá a suceder?
Así es la realidad, tendré que aprender a aceptarlo.
Cuanto me duela, siempre me tendré a mí misma.
Quién me contuvo en los momentos más desgarradores,
quien sonrió conmigo cuando me ocurrió lo que más quise,
quien me animó cuando me veía llorando desconsoladamente en el espejo,
quien me quiso cuando nadie lo hizo en este gran mundo.
Pues, tal vez no es tan mala idea estar en soledad.
Tendré la seguridad de tenerme a mí misma.
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to: my lover
Hemos caído nuevamente en el perfecto bucle, nuevamente.
Estuve deprimiéndome mirando la ventana.
De a poco vi cómo se asomaban entre las hojas de los árboles
los destellos leves del sol.
Escuché cómo sonaba el timbre de mi casa.
Me dijiste que ya llegaste a casa, yo solo supe correr a tus brazos.
Miraste con ternura mi rostro, tus ojos cafés brillaban al mirarme.
Abriste tu boca y solo supiste decir: “Te ves linda hoy”.
Mi pecho se sintió cálido al saber que ya estabas conmigo.
Te llevé de la mano a mi cuarto, ya supe que estaba dentro de nuestra rutina,
donde me sentía tan protegida y cuidada.
Todos creyeron que te había perdido, también yo lo hice.
Mi rostro ardía por las lágrimas que corrían por mi rostro en la madrugada.
Sin embargo, como si fuera un milagro,
mejoramos como si tratara de un renacimiento.
Fue hermoso, fue duradero, fue lo mejor que he tenido.
Siempre le pido a la luna de la noche,
poder tenerte en mis brazos un tiempo más.
Sé que los sueños apresurados no traen nada bueno,
lo tuve que aprender a la mala.
Pero tú, me enseñaste a crecer como persona.
Mi corazón aprendió a ser valiente y a enfrentar sus miedos,
mi corazón lloró y se lastimó las rodillas al rogar al cielo,
pero con tus dañadas manos rojas me tomaste con delicadeza.
No diré que estoy enamorada,
para mí lo que siento por ti es distinto.
No es solamente una respuesta química de mi cerebro para sentirme mejor,
es más allá del amor.
Es un deseo de querer tenerte a mi lado,
cuidarte y ser la razón por la que sonríes cada día.
¿Cómo explicarlo?, me preguntarías.
Yo solo te diría: “Eres quien quiero aquí, ahora, hoy y mañana.”
Eres como la pieza que me faltaba, has hecho de mí alguien con más potencial.
Reviviste algo que estaba enterrado en mi alma,
avivaste los deseos de vivir cada momento.
Recreaste mis días aburridos en algo entretenido.
Ahora recuerdo tu nombre en cada canción que escucho,
en las calles, en la micro, en mi casa, en la universidad,
en todos lados escucho tu nombre.
Incluso, cuando llega la fría noche en mi cuarto
y yo me reposo en mi cómoda cama para dormir,
solamente pienso en cuándo te podré ver.
Es estúpido, nadie nunca me hizo sentir así,
y me da miedo que destruyas mi fe.
Que algún día cruces la puerta porque sabías que soy sensible y desconfiada. Pero, todo este tiempo, te quedaste a mi lado,
escuchaste cada palabra salir de mi boca,
me miraste con preocupación al decirte mis peores deseos.
Decidiste por ti mismo, arriesgarte por mi honesto amor.
Y la verdad es lo más valioso que alguien ha hecho por mí.
Me alegra que no te hayas escapado de mi caos.
Te he pedido perdón por mis equivocaciones,
trato de ser consciente y aprender a amarte.
Espero y pido que nuestros deseos se cumplan finalmente…
Te amo <3
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Oh, cariño,
te veías tan linda de lejos:
ropa combinada y una bufanda roja.
Tu risa era tan melodiosa…
me planteaste escucharte.
Te dije: “Bueno, seamos conocidas”.
Pues pasó el tiempo,
estuve corriendo los pasillos contigo.
Los árboles florecieron los más hermosos pétalos,
toda la playa en que vivíamos era perfecta para mí.
Luego me caí de la escalera fuertemente;
creía que tú me ibas a ayudar,
solo vi tu sonrisa vil.
Cartas largas que redactaste,
todo para resumirlo en:
“Soy mejor que ustedes, adiós”.
¿Por qué?
¿Por qué lo hiciste?
Sí, me dolió.
Y lo peor fue cuando trataste de ganar mi corazón de nuevo.
Creaste un personaje frente a los demás,
las respuestas más intelectuales,
correspondientes a una figura espléndida.
Todos te deben observar, ¿no crees?
Y finalmente, te gusta esa atención.
Te sobre-analicé desde mi asiento.
Escribí corazones en nuestra historia,
aunque después quemé todas las hojas.
¿Una traición será?
No lo sé, la verdad.
No es que te extrañe, solamente me avergüenza tu fachada.
Piensas ser una de las mejores modelos a seguir;
sin embargo, te has dado cuenta de quiénes te rodean:
todos son manzanas podridas, como tal tú lo eres.
Y me gustaría que tengas introspección con tus acciones,
amaría ver que tu cariño vaya más allá del interés de tu beneficio.
Eres alguien genial, todos lo sabemos y hemos notado,
pero me apena que utilices a cada persona como una marioneta.
Posdata: no te odio, solo me dolió mucho todo tu plan malvado.
Creía que eras especial y resultó que eres como las demás.
¿Creías que iba a perdonarte solo porque delante de todos me hiciste reír?
Reconozco que soy rencorosa, pero lo hago para proteger mi pequeño corazón.
Y tenlo por seguro: jamás entrarás más allí.
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sin fin
Árboles viejos, hojas caídas.
El invierno abraza cada casa destrozada.
Los copos de nieve decaen en cada mente,
congelando el pasado como si se tratara de un film de terror.
Cada escena perfectamente retratada en la misma sucia realidad:
palabras ya dichas, diálogos repetidos y usados.
Corazones sanando, pero, al siguiente movimiento, siendo corrompidos por quien prometió protegerles del daño de los extraños.
Me tomas de la mano y me diriges a un acantilado,
la trampa mejor planeada; todo para dejarme caer desde lo más alto de este desolado bosque. Es un plan despiadado de una persona inconsciente.
Donde me vuelves a derrotar, te diriges con golpes de palabras mal seleccionadas, me empujas de las escaleras al querer sujetarme.
Caigo lentamente; sin embargo, dolorosamente, veo cómo te ríes al verme sufrir.
Las espinas de un rosal abrazan mi caída; con sus filosas cuchillas cortan mis venas.
Mi garganta es jugada con un trozo de rama delgada;
hojas secas se posan sobre mi cuerpo para esconderme de todos los humanos.
Todos creen que me he perdido, todos creen que he muerto,
todos creen que me han asesinado, todos creen que soy la culpable de la caída de mi imperio; que cada acción que me atreví a tomar fue sin amabilidad.
Que con mis propias débiles manos tomé un cuchillo en la cocina de mi casa y procedí a atacar, sin dudar, a todo lo que se me cruzara.
A quien dañé fue finalmente a mí misma; volví a caer en ese ciclo sin fin.
Quise una bala para mi cabeza cuando todos suponían que los odiaba.
Yo solo anhelé la paz y la tranquilidad.
Deseé callar mi mente por unos minutos,
que se detuvieran los pensamientos que van y vienen.
Asesiné mi inocencia, quité toda pizca de esperanza que existía en mi corazón.
Tal vez la muerte nunca será la solución; tal vez mi objetivo sea ayudar a los desdichados… pero no sabes cuánto ansié toda mi vida por cumplirlo.
Noches sin sueño, lágrimas que quemaban mi rostro,
cuchillos en mi piel que no tenía que haber tomado, espejos que rompí con mis manos por la desesperación de ver mi cuerpo,
comidas que dejé porque nadie fue feliz con mi cuerpo,
personas que juré que eran mi familia me desprotegieron y me lastimaron
Fue un largo camino rocoso, pero sigo en pie y seguiré escribiendo.
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adulta enmascarada en un corazón débil
Es tan difícil simpatizar,
el dolor que siento en mis huesos,
el frío de esta ciudad que penetra en mi mente,
tu mirada oscura deseando mis peores pesadillas.
Escucho salir de tu boca las palabras más hirientes.
¿Acaso quisiste mandarme a la miseria?
¿Por qué ahora?, que lo intento más que nunca,
las recaídas cesaron por un tiempo,
ocurre el tiempo perfecto para lastimarme nuevamente?
Ver la sangre caer mientras mis lágrimas mojan mis mejillas.
¿Acaso de verdad te interesará preguntar cómo estoy?, ¿cómo me encuentro?
¿Acaso estaré siempre programada para sonreír frente a los demás?
disociarme al nivel de olvidar que era llorar,
mi sufrimiento que escondo tras mi perfecta imagen?
Solo porque me ves feliz caminando, ¿crees que he estado bien?
Reflexiono si debería volver a mi ciclo de autodestrucción,
si alguien sujetaría mi mano cuando me encuentro en el precipicio,
correr por mí y salvarme del agujero que cavo en mi mente,
formando mi propia tumba nuevamente.
Seleccionando e ideando planes que nunca ocurrirán,
porque ya soy muy mayor para hacer eso.
“Soy una mujer muy madura para llorar frente a los demás”,
eso me lo repito como un mantra hasta superar.
Debo lavarme la cara en el baño y seguir mi rutina,
repetirme frases positivas que me hunden más en mi realidad,
un adulto disfrazado en un intento funcional que suplica la humanidad de otro.
La calidez de un abrazo, unas falsas palabras esperanzadoras que todo mejorará,
las mentiras que me venderán los antidepresivos, como vuelven los colores artificiales a esa intoxicada y falsa ciudad.
Tendré que cumplir todas mis expectativas y, por fin, ¿seré feliz?
¿Cuándo detendré este deseo de dejar de respirar?
Caer en una coma y volverme uno más de los pájaros en el cielo,
libre y sin restricciones.
Nadie me haría sentir mal,
tantas presiones que me han puesto.
Una meta de carrera profesional,
un trabajo que disfrute y me haga feliz,
ayudar a quienes sufrieron y nadie escuchó,
tener una familia con quien me ame y hacer felices a mis amados cercanos.
¿Pero qué si no lo logro?
¿Qué si me estanco en la mitad del camino?
Me arrepiento de las decisiones que tomé…
Me hubiera gustado marcharme de esta ciudad que guarda tan amargos recuerdos,
lastimar a quienes me traicionaron.
Pero no sentiré tranquilidad dañando como me dañaron.
Podré estar rota, pero sé que estoy haciendo el bien y eso me hace dormir en las noches.
Esas noches tan silenciosas que no me dejan dormir, sobre pensando momentos difíciles,
y siento como un monstruo ahorca mi cuello.
Me quedo sin aire, vuelven las pesadillas.
Ellos se ríen de mí; a ellos no les interesa,
ellos quieren lastimarme, ellos solo están para darme uno de los peores golpes.
Aunque cada día me levanto con ánimo, aún resulta difícil sonreír frente a personas que sé que perderé.
¿Quién se quedará conmigo?, ¿a quién le puedo llamar amigo si sé que todos se irán?
Veo el atardecer, árboles viejos secos;
el mar violento golpea las rocas y subo un camino sin fuerzas.
Con canciones melancólicas, sintiendo que estoy retrocediendo en el tiempo,
todo se tiñe gris y pierdo los deseos de vivir.
Mis esfuerzos y mis grandes deseos se ven opacados por mi pesimismo.
Tendré que esperar otra noche más,
pedir otro deseo a la luna, que todo mejore.
Cerrar mis ojos y hacer que nada pasó,
fue todo una mentira y nada de eso ocurrió.
He sido fuerte y resiliente sin importar lo que sucedió.
Siempre podré preguntar por otro deseo a la luna brillante que veo en las noches,
solo una oportunidad más para alguien sensible que se rinde fácilmente…
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pequeñas manos indefensas
He estado tanto tiempo cayendo en un abismo,
viendo cómo mis compañeros disfrutan su adolescencia.
Mis profesores hablan de un futuro lejano y yo solo veo la oscuridad en el cielo más brillante.
En mi casa nadie me escucha;
trato de gritar en mi cuarto por auxilio y mi padre solo golpeó la puerta.
Un día traté de estar en un deporte,
tratando de calmar el dolor en mis heridas.
Fui a jugar vóleibol en la cancha del colegio;
todos se burlaron de mí, me dijeron que nunca lo lograría.
Corrí hacia el baño y lloré frente al espejo.
Sentía la vergüenza de mí mismo;
cada facción en mi rostro era horrible.
Toqué mi cuerpo y me fijé en lo asqueroso que era.
—¿Qué tengo?, ¿por qué a nadie le gusto?
Todas las tardes que llegaba a esa desolada casa,
nadie le importaba cuánto golpeara las paredes.
Rompí mis nudillos y embarré de sangre mi cama.
Trataba de romper el espacio entre mi familia,
estas paredes gruesas y altas que nos separaban;
tanto ansié que me vieran por una vez.
Quise que alguien me ayudara, quise que mi mamá me abrazara,
quise que mi papá volviera a casa, que mis hermanos me sonrieran.
Estaba tan cansado esa mañana y le dije a un amigo cómo me sentía.
Me dijo: “Estás loco, mátate, ¿para qué sigues viviendo?”
Pasaron los días y nunca entendí;
pasaron más días y lo descubrí:
nadie podría amarme.
Tomé la valentía en mi pequeño y débil corazón,
me paré frente a todos, subí la escalera rápidamente y quise precipitarme.
Como si fuera un show de tragicomedia,
solo me agarraron de la polera y todos se olvidaron.
Llegué a mi cuarto, me enterré en las sábanas,
me ahogué entre mis lágrimas, ya no sabía qué hacer ante mi desesperación…
Nadie me quería escuchar, sentí que todo el mundo me odiaba;
a nadie le importó mi dolor cada día.
Busqué entre los cajones de mi mamá;
unos remedios que desconozco encontré.
Mis padres y mi hermano salieron ese día;
ellos siempre me dejan solo.
Quise solo hacerlo, olvidar el daño que me han causado,
un niño apenado por la vida,
mi soledad que sentí desde que nací,
las lágrimas que derramé en todos esos lugares cerrados.
Ni siquiera en una escuela llena de personas pude sentirme acompañado;
ni los mayores pudieron ayudar a los niños.
Una familia numerosa y nadie me pudo amar como tanto supliqué.
Tal vez esta vida estuvo destinada para provocarme dolor...
Pensaba en mi mente ideas que iban y venían:
¿seguiré corriendo de esta miserable vida?
¿Esta soledad va a cavar mi tumba?
¿Tan difícil fue querer a un niño lastimado?
¿Tan mal niño he sido que nunca merecí un amigo o una familia que me acogiera?
Podría empezar de nuevo en otra vida,
encontrar padres que me amen,
amigos con quienes jugar en el recreo,
alguien que me sonría con dulzura y no quiera ocultarse de mí.
Pero solo sueño, una utopía en mi realidad.
En la mañana, mi mamá llegó ebria y sollozando me encontró.
Estaba helado, tirado en el suelo.
Ellos solo lo lamentaron y nuevamente se olvidaron;
una carta triste en las oficinas de mi colegio, pero nadie supo quién era yo,
el niño que nadie conoció, pero desapareció de la nada.
Espero que esta historia no se vuelva a repetir y pueda renacer en un lugar que pueda ser feliz.
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espejos transparentes
¿Puedes notar cómo soy?
Me molestan detalles fácilmente.
Observo todas las calles con atención,
veo cómo las personas caminan y sonríen a los demás.
La música en mis audífonos me hace sentir en armonía;
solo deseo mantenerme allí,
donde soy solo una espectadora de mi alrededor,
aferrada entre mis propios brazos,
con el miedo constante de que alguien me ataque por la espalda.
Intento no desconfiar de quienes amo,
intento sonreír a las personas que me dañaron.
Mi corazón es indulgente, pero sigue llorando por el dolor.
Tomo tu mano y solo observo tus ojos livianos;
me relaja tanto escuchar tu voz, sentir el tacto de tu mano tocando la mía.
Me agrada la idea de estar acompañada en mis días grises.
Sin embargo,
el azul profundo vuelve, me temo ahogarme en mis pensamientos.
No quiero levantarme de mi cama;
¿con qué sentido me dirijo a un futuro sin sentido?
Extraño la sensación de volar entre mis pensamientos,
cuando era pequeña y no tenía la ansiedad de enfrentar a los demás,
la inseguridad de mi cuerpo, los deseos de lastimarlo.
Me cuesta manejarlo.
Paso noches sin sueño pensando en qué tanto podría hacer,
vuelvo a mi ciclo interminable de ideas.
¿Podré esta noche ver la luna?
¿Estarán las estrellas para iluminarla?
¿O es otra noche solitaria en que la luna está triste y solo desea irse?
Tal vez nunca lo sabré;
si en el cielo o en el infierno me iré.
Sentir el agua pesando en mi cuerpo,
llenar la bañera y rogar al cielo por un milagro.
Pero es cíclico; siempre me ocurre esto.
Es complicado de entender, nadie entenderá lo fugaz que son mis emociones.
Finalmente, siempre estaré sola.
Es triste, pero es verdad.
He aprendido a enfrentar los lobos de mi mente,
las lagunas de mi pasado que tuve que enterrar.
Si de todos modos nadie se tiene que enterar,
seguiré este estilo de vida.
Si me aman, voy a dar mi mano y seguiré entregando mi sincero amor,
pero si me dañan, yo ya no vuelvo a ver atrás.
Simplemente, debo aprender a decir adiós
y sanar mi alma dañada.
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