un pequeño girasol nació gracias al sol, se crió con miles de florecillas, y descubrió que el amarillo era más brillante con ellas.
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내 인생。 𝗔𝘁𝘁𝗲𝗻𝘁𝗶𝗼𝗻 El fondo prófugo de la superación había atrapado la serenidad de la mujer, y con un peso tan grande como lo era su trabajo, el esfuerzo y la pena que atravesaban el tiempo eran palpados por su mismo afán. La castaña en aquella altura de su vida ya no sentía miedo, mucho menos nostalgia al estar sobre un escenario, sin embargo la emoción y los nervios solían aparecer con continuidad, y buscaban un lugar recóndito de su pensar para albergar al temor. Durante 26 días las practicas habían sido arduas, tanto ella, como Starsystem y Mary, podían hablar durante los lapsos de descanso sobre cuánto les dolían las piernas, y que el ardor de la garganta al tener el aliento caliente se había convertido en una incomodidad necesaria. Pero ella no pensaba limitarse a pausar más, su atrevimiento de querer destacar en todo lugar se le había creado desde niña. Los atuendos blancos no eran más que una pequeña parte de lo que su persona había seleccionado, cortos, con una aire similar a un estilo que nació durante los años 70 en block parties especialmente en el Bronx, donde las influencias afroamericanas habían mezclado el funk y el soul, "How's this?" era un experimento causado por las entremezclas que la castaña había comenzado a experimentar en sus años de compositora. Prometió que su presentación en el show de fin de año sería como un verdadera fiesta, y era una mujer de palabra. HyunAh se adaptó tras una plataforma de metal que en su frente permitía proyectar un montón de diseños digitales, mientras se mantuvo entre el publico y visualizó las demás presentaciones se percató que posiblemente el suyo era muy pobre, pero a nivel musical y visual venía más que preparada. Deliberadamente y segura de si misma, incluso podía afirmar que hasta ese momento su presentación sería la mejor. Tomó asiento en unas escaleras negras donde junto al elenco de Starsystem y más bailarinas se habían recopilado en dimensiones, unos debajo de otros, seguidos de un par más en los escalones siguientes, y así sucesivamente. La castaña era una de las cuatro personas sentadas en el tercer escalón, y las manos le sudaron cuando una pista dubstep se centralizó en el auditorio. Mary, la coreografa de la fémina le sonrió impaciente, emocionada, con un ángel en el rostro sin igual, y la dulce mujer le tomó la mano mientras le decía algo que por el escándalo no entendió. La primer parte del performance estaba sucediendo, y no se preocupó por como resultara, ella confiaba ciegamente en lo que componía a su equipo, creía en lo que el grupo indie de baile era capaz de realizar. Y la frialdad apareció, de repente. Como un tosigo latente, la música cesó en un apogeo continuo, y la base de su canción principal en aquella temporada apareció, para los fanáticos podía escucharse igual pero ella junto con el elenco se habían esforzado por rellenar vacíos y crear una mezcla que abriera camino a muchas sorpresas. Entonces HyunA sostuvo vigorosamente el micrófono, y se transformó, el alma sensual que resultaba irreconocible al compararlas apareció, cuan fiera.
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Tres días después de su presentación en Octagon, un club de Gangnam, HyunAh estaba en el living de un edificio en el centro de Seúl, sentada a los pies de un cubo acolchado que crujía cada vez que cambiaba de postura, escuchando el ruido de los residentes entrar y perderse en el elevador, que se mezclaba con el habla lejana que tenía la recepcionista con un hombre de mayor edad a unos dos metros de distancia. Él le lanzó una sonrisa a la mujer de cabellos claros, y con una de sus manos le indicó que se acercara, esperaba que aquello fuera una buena señal. Difícilmente la solista se puso de pie, quizá se debía a la gran maleta deportiva que cargaba en su mano derecha, la cual por cierto lograba que su delgado cuerpo se inclinara más, o aquel cubículo de plástico con red que llevaba en la extremidad contraria, deteniendo con cuidado para no ocasionar un movimiento violento. El hombre de uniforme se aproximó rápidamente a la delgada y le ayudó con la maleta y aquella caja blanca que llevaba pegada a su pecho y entre sus manos. HyunAh agradeció. Se dirigieron a uno de los dos elevadores que permanecían a un costado de las escaleras, aquellos que se adornaban de un negro azabache y las franjas doradas que cargaban los botones de plástico duro. Habían presionado el número 3, y el movimiento suave se hizo presente. ―¿Está segura de lo que hará, señorita? ―Sí ―contestó HyunAh. ―Algo me dice que su sorpresa... Resultará como quiere, quedará muy sorprendido ―dijo el hombre. ―¿Acostumbra a entrar así a los departamentos? La mujer negó con la testa mientras mantenía una sonrisa en los labios. ―Siempre hay primeras veces. Antes de llegar a la puerta del departamento HyunAh pensó en los pros y los contras de su idea, de lo que había hecho, el beneficio y la afectación de haber hablado con los dueños del edificio para que le dejaran entrar al departamento de JunHyung mientras él estaba fuera, y es que tenía todo planificado tan perfecto que al menos alguna cosa debía salir mal. Bien entrados en los pasillos del inmueble, la castaña tragó saliva, asustada por lo que iba a hacer. Decidió que no se comportaría como una cobarde. Pero dudó si la cobardía sería entrar o retirarse. Una sensación fría le recorrió mientras el hombre que la acompañaba escribía el código que tenía en un directorio en el sensor de la puerta de su novio, entonces le indicó con la cabeza que podía entrar, y se marchó. Cuando observó al hombre irse, más vigorizada que exhausta comenzó a adentrar el cubículo de plástico gris, seguido de la caja blanca y la enorme maleta que le lastimaba la cadera, y cerró la puerta detrás suyo. Su primera hazaña fue acercarse a la gran ventana y recorrer con fuerza las blancas cortinas de un extremo a otro. El sol brillaba con fuerza y el aire seguía lleno de calor de verano, aunque estuvieran en medio del invierno. Caminó hasta donde la anchura de plástico resistente estaba, y con cuidado levantó la malla de metal desplegado; un perrito de no más de tres meses salió disparado por la puertita, y al querer saltar se estampó contra el piso. ―¡Bam Bam! ―gritó asustada, pero el perro movió la cola con vivacidad, como si invitara a HyunAh a acercarse y acariciarle las orejas. La mujer sonrió enternecida y le brindó pequeñas caricias sobre la minúscula cabeza. ―¿Me ayudarás a preparar la sorpresa para papá? Él se pondrá muy feliz, ¿Mh? cuando abra la puerta deberás correr hacia él. Nuevamente se puso de pie y observó como el Husky grisáceo se echaba en la alfombra y cerraba sus ojitos, posiblemente estaba cansado, el tramite de adopción no había sido tan corto, pero sabía que ahora estaría en un hogar que le entregaría muchísimo amor. Inminentemente y con mayor rapidez de la que usualmente utilizaba caminó hasta donde la maleta azul marino deportiva estaba y la abrió, el cierre se había ligado con la tela por el medio, pero utilizando fuerza siempre se solucionaba, conocía muy bien sus objetos. Del interior logró tomar un mini tanque de oxigeno, pequeño, pero con el contenido suficiente que necesitaba, un montón de globos de colores, lazos y tarjetas. Se dedicó a llenar cada uno hasta un tamaño promedio, y les ató un lazo por la boquilla. Los dejaba volar hasta el techo. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, diez, quince, y de repente toda la cubierta clara comenzaba a desaparecer, dejando el montón de listones de colores colgando por el usual andar. Quería transformar el salón de su novio en algo distinto, anhelaba brindarle un cumpleaños diferente a los demás, él lo merecía todo, y ella lo amaba demasiado.
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Cube entertainment no estaba demasiado abarrotado para ser un mediodía de otoño. Una oleada común de personas se dispersaba por el interior lúgubre hacia las vacías oficinas o a las antecámaras colmadas de cabecillas que esperaban respuestas ante sus audiciones. Posiblemente les iban a rechazar y eso era triste, pero ella ya había experimentado aquello. El intenso aire acondicionado comenzaba a rasparle las fosas nasales mientras caminaba, sentía que le limaban la dermis y de forma inconsciente carraspeó con ligereza mientras intentaba relajarse. Estaba nerviosa aunque tres años atrás se había encontrado en la misma situación. ―Tranquila ―musitó su ahora manager. Transcurrieron, si no mal recordaba, escasos meses desde su salida en Wonder Girls, trece, contándolos con especificación. Aún era consiente de todo el embrollo en el que se había involucrado, su deplorable gastroenteritis, los regaños de su padre, los rumores esparcidos sobre un embarazo falso que le afectaron el autoestima. Pero ahora eso ya no le importaba, había aprendido a no renunciar a sus sueños, y gracias a Gna eso era lo que estaba realizando en la actualidad. A pesar de que su debut con Wonder Girls era visto como su despedida de los escenarios, las decenas de llamadas que recibió de distintas agencias le demostraban que no era así. ―¿Cree que alguien esté ahí ya? El hombre meneó la testa de un lado a otro, negándose ante su cuestión. ―Los jóvenes de hoy no son tan puntuales. HyunAh rió. Sentía su raquítico cuerpo temblar, tenía apenas dieciséis años y se veía obligada a tomar decisiones tan precipitadas sin la ayuda de mamá, sin la ayuda de nadie. El mayor dio un empujoncito en la marga espalda de la castaña, abrió una puerta que asimilaba estar bien aceitada y le indico que entrara, lo hizo.
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HyunAh puso el coche en un punto muerto, echó el freno de mano y apagó el motor. Con el dedo corazón pulsó el botón que con un dócil zumbido accionaba la capota, se soltó el cinturón de seguridad y se reclinó en el asiento. Cinco minutos. El tiempo que tenía para colocar en orden todas sus ideas antes de llamarla eran solamente cinco minutos. Era difícil juzgar la actitud negativa que estaba teniendo en aquellos momentos. La dulce, la pasiva HyunAh, con destellos de envidia en los luceros, sus labios fruncidos, menos encantadora que usualmente. La castaña echó una mirada por el retrovisor y visualizó un bar que deslumbraba por el rótulo violeta que estaba en la puerta. Esa noche era la primera vez que estaba ahí desde diciembre del año pasado, donde había celebrado la noche de navidad junto con SoHyun y Jia. Nunca olvidaría lo que sintió aquel anochecer cuando un hombre agresivo tomó su brazo y con fuerza la halaba hacia él, y los gritos de sus amigos animándolo a que no se rindiera en su cometido. Jia le había dado un golpe en la nuca y aclamó por ayuda, fue así como el terrible susto que las dos menores habían sentido fueron acunados por la valentía de la china. En aquel instante Jia y ella cruzaron una mirada diferente a todas las demás, atónitas, riendo como si hubiese sucedido alguna broma, confiadas de estar la una para la otra desde hace años. HyunAh había tomado la mano de Jia, con lágrimas en los ojos, consciente de que había encontrado a una verdadera amiga en aquella chica; que había visto su alma abrazándola, y que no la había dejado sola. Y las amigas de verdad ―pensó mientras se observaba en otro enfoque por el retrovisor― no creían lo que los demás dijeran de la otra. En el momento en el que Miss A se separó y Jia dio a conocer su próximo debut como solista los comentarios ofensivos hacia la amistad que ambas muchachas tenían no habían cesado de brotar, pues era sumamente conocido que HyunAh era la solista con más ventas en China también, por ende, sus fans en aquel país aparecían como capullos germinados a mediados del entretiempo. Decían que, al tiempo en el que Meng debutara en su país natal, debido a la conocida sensualidad que poseía, todos iban a olvidarse de HyunAh. Ella no creía aquello, y se había asegurado que en caso de ser así no le tomaría importancia, pues estaría contenta del éxito que una de sus mejores amigas estaría teniendo. No fue hasta que las comparaciones aparecieron cuando sus ojos, erraticamente, se llenaron de rabia. Los fans de ambas solistas comenzaron a llenar las plataformas asiáticas con una rivalidad que no existía, pero era tan continua que inclusive HyunAh había comenzado a creerla, ella era de mente débil y los mismos netizens habían creado una idea falsa de la situación. Aquella experiencia no se había mantenido tanto pues, con inteligencia la muchacha recordó la inigualable amistad que ambas habían cuidado y nutrido durante años, y muy a pesar de que evidentemente ambas se parecieran tanto en el debut de la ex miembro de JYP, HyunAh se aseguró a ella mismo que aquello restaba importancia. No podía dejarse manejar por el mundo artístico. Sin cuidado alguno rebuscó su teléfono celular entre la colmada bolsa negra que cargaba aquel día, y cuando por fin tuvo entre sus manos lo que buscaba llamó a quien tanto pensaba. ―¿Hola? Su voz se presenciaba calmada, entonces la coreana no supo qué hacer. ―I make you drip boy ―cantó la castaña al ritmo de la canción estreno de su íntima. ―¡HyunAh! ―Jia gritó con emoción, logrando que el sonido se distorsionara con levedad. ―Niña, tu me asustas siempre, ¿Cuando cambiaste tu número? ―¡Jia, ah, te echo tanto de menos! Eso no importa ahora mismo. Lo hiciste fabuloso, como siempre.
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Alrededor de las seis y cuarto del once de noviembre HyunAh caminaba en solitario por las avenidas de Seúl, distraída por los sonoros de su alrededor se filtró sin rumbo alguno entre el nutrido tumulto de personas que había terminado sus jornadas laborales, posiblemente se dirigían a casa para beber una taza de café caliente con sus esposas e hijos, o simplemente a descansar por los arduos días que debían emprender durante toda la semana. Observaba detenidamente a cada individuo que transitaba a su frente, y después de visualizarlos meticulosamente les inventaba una historia por sus características físicas, e inclusive las nimiedades que la castaña era capaz de determinar le funcionaban para aquel jugueteo mental. Agitaba cuidadosamente la caja de peperos que abrazaba entre sus dedos para entretenerse, culpándose inminentemente a ella misma por si alguno llegaba a estar en trozos al instante en el que su pareja los abriera, así que afligida cesó aquella acción y se sentó en una de las bancas que había visto desde su niñez en el centro de la ciudad. Lo pensó una, dos, tres, incluso cuatro veces, y no era capaz de tomar su teléfono para escribirle. La incertidumbre se había colado por todo su cuerpecillo, y las dudas habían dado inicio a aparecer por su mente. ¿Y si él estaba ocupado? ¿Si dormía? ¿Si no quería ir? Tortura, podía nombrarlo como una inmensa tortura. Kᴀᴋᴀᴏᴛᴀʟᴋ Junie... Te echo mucho de menos, ¿Crees poder venir a verme? Estoy fuera del museo de arte de Seúl, me siento un poco sola porque a esta hora las personas comienzan a ir a casa, ¿Tienes tiempo para mí? No hay mucha gente, sé que no nos verán, puedes venir descubierto... Ella sabía que JunHyung había tenido días dificiles las semanas anteriores, estaba enrevesado en problemas con su agencia y la agrupación, no podía arriesgarse a que lo pillaran con la solista, pero estaba convencida de que esa noche no sería así. El trabajo no disminuía para él, era un hombre de admirar, y HyunAh siempre lo observaría como un ejemplo a seguir. Con valentía envió el mensaje y cuidadosamente colocó el bolso que colgaba al lateral sobre sus piernas para no arruinar lo que cargaba ahí, de igual forma se acomodó reincorporándose sobre el escabel de cemento grisáceo, atenta a recibir una respuesta. Planeaba darle una bonita sorpresa aquella noche, que si bien no era bastante, venía de su corazón.
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Zancadas incrementadas con arduo esfuerzo, las dóciles plantas ardían debido al roce que producía la fricción del pavimento con la suela de aquellas zapatillas color ocre que se habían malgastado por el desplazamiento férreo que se ocasionaba, los hilillos colgaban mientras lineas negras se manifestaban en el empeine. Corría con las piernas dolientes, a medio andar mientras el desdeñable cuerpo de la mujer temblequeaba ante cada paso, asustada, con una decena de lágrimas resbalando furiosamente desde los rojizos pómulos hasta el mentón, donde el fuego de la desesperación cesaba. El viento abrazaba su interior al instante en el que abría paso a la esperanza, su voz, mendigando ayuda a alaridos atormentados, desgarrando sus propios oídos; el chillido ardiendo en el núcleo de la garganta se ahogaba con la afónica sonoridad aprensiva que se oprimía en llanto, mientras se impulsaba para correr aún más. Movió sus brazos de adelante hacia atrás con una velocidad absurda, completamente fallida mientras los delgados tobillos cargando sus pies golpeaban el suelo, el cual de repente había cambiado de una lisa carretera azabache a un remolino de tierra y naturaleza muerta, éste se desintegraba ante los pisoteos que creaba el acarreo de HyunAh. Sus ojos mudaban de posición alteradamente, buscando entre los fornidos troncos de los majestuosos árboles que la habían atrapado un camino por donde seguir su huida, y giró la cabeza con la perdida misericordia de que su dantesco resquemor se hubiese marchado, pero él seguía allí, próximo a destruirla. El chirriante maquillaje se vertía entre el camino de su frente, cayendo sin un orden por la expansión de aquella inmunda sonrisa desaliñada, con los dientes mal formados y la impregnada saliva rebosante de la pronunciada cavidad. La observaba con apetencia, mientras producía una oscilación belicosa con la estaca de madera astillada que portaba entre los guantes empapados de un tejido rojizo, que goteaba hasta sus zapatos. Aquel hombre caracterizado de una entidad que de manera usual era amena y llamativa para el publico le había acechado los pasos desde el momento en el que la fémina había salido de las oficinas de cube entertainment, sin embargo ella no se percató de su presencia hasta que, con gritos anormales el ente había llamado su atención, justo al instante de haberse alejado de cualquier zona nutrida en las honduras de las avenidas de Seúl. Ella estaba llorando desesperada mientras a pasos obtusos andaba por la vereda de aquella comarca de la ciudad, con los ojos abotargados y sus pies adoloridos, con el corazón latiendole vertiginosamente y con la certidumbre desfallecida. Entre la cañada que inundaba a la mujer había comenzado a darse por vencida, sus ojos percibían con dificultad un camino engorroso, y de manera ilógica comenzó distinguir el apaleo que el fornido individuo que estaba detrás suyo le daría hasta terminar con su vida. Un robusto árbol apareció entonces por sus ojos, corriendo con el último arrebato de vigorosidad que su cuerpo detentaba y se dejó caer entre la greda grisácea que empolvó las selectas ropas que la castaña portaba aquel anochecer. Mordió su lengua con suma fuerza, y con sus manos temblando arrastró el montón de lágrimas que desbordaron al escuchar las ramas partirse por el andar del personaje. Un nudo en la garganta ahogó los sollozos que pudieron salir durante cualquier instante, y los ardientes ojos rojizos deploraban cada vez más lágrimas, él estaba detrás suyo, y ella sentía la muerte en un solo impacto.
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Desde que llegó a los quince años HyunAh había sido adulada por su incuestionable encanto visual, desde los pronunciados pómulos que le formaban una mirada provocativa, los bien definidos labios carmín, hasta sus largas piernas y la estrecha cintura que lucía. Los hombres habían comenzado a catalogarla como una figura publica de lo sensual, mientras las féminas la determinaban como una mujer sumamente atractiva, un ejemplo ideal a seguir. A pesar de que ella no considerada sus atributos como algo insólito, prolongadas veces, al paso de los años, recibía invitaciones para formar parte del set fotográfico de innumerables agrupaciones de revistas, quienes anhelantes le pedían con furor trabajar juntos, intentando de convencerla para que la solista se convirtiera en la imagen de distintas marcas, o en un caso menor, la portada mensual de de los semanarios. Ella no lo entendía, y es que al observarse con detenimiento frente a un espejo lograba divisar a una muchacha sin gracia alguna, tan común como las demás, con un par de piernas más delgadas de lo que deberían ser, brazos no ejercitados y un rostro común. Otras personas no creían eso. HyunAh era poseedora de unos grandes ojos color café caro que terminaban en un vértice singular, figurandole una sonrisa visual especial, la cual terminaba por encantar a casi cualquier persona que la observara. La revista coreana CeCi había contactado a los representantes de HyunA para firmar un convenio, el cual constaba en trasladar a la solista hasta Milán, Italia, para que se convirtiera en la portada de la edición de noviembre. CeCi tenía una obsesión sin igual con la lisura y personalidad de la mujer que continuas veces se relacionaban con ella para que colaborara en sus sesiones fotográficas. Ella, por su lado, moría por negarse. Después de finalizar su comeback HyunAh estaba segura de que los meses eran mucho más engorrosos, viajaba de un lugar a otro, se saltaba las comidas sin previo aviso y dormía escasas horas, tal era el caso actual, en el que llevaba una semana completa viajando a lugares distintos, además de que, si ella llegaba a ir a Italia, cuatro días después tendría que visitar Malasia para el evento H'Artristy. Pero lamentablemente la última palabra no la tenía ella, y como si fuese una aprendiz aún, sus directivos habían elegido, haciendo que la muchacha llegara a Milán el treinta de septiembre, preparándose de nueva cuenta para ser capturada por las cámaras de una de las plataformas fotográficas más exitosas de su país.
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Sus labios sabían a café. HyunAh se permitía catar la sensación que cedían al momento en el que sus cuerpos conjugaban, con lisura. Ella suspiró, en cambio el varón deslizó su pulgar por la erizada piel de la castaña, justo detrás de la diminuta oreja, suministrando un camino de roces hasta su mentón, donde pronunció un ósculo con afecto. ―Debo irme ya... ―murmuró. JunHyung se negó, tomó con más fuerza la cintura de su mujer, y acerco sus labios a los de ella para besarla y silenciar lo escaso que había dicho. ―Quédate un poco más... ―pidió con el aliento pesado, mientras los pliegues de sus labios aún tenían encuentros con los de la fémina. ―Estás cansado por el viaje... Necesitas dormir, mañana será un día pesado para ti y para los chicos... ―No me importa ―le dijo. ―Nuestros momentos juntos son pocos, mañana vuelves a Seúl, ¿Crees que dejaré pasar la oportunidad? HyunAh realizó un mohín y meneó la testa mientras entrecerraba sus ojos, sonrió y llevó sus palmas justo al largo del cuello adverso, sosteniéndolo con dulzura, proporcionando caricias mientras se acercaba al semblante contrario y dejaba un beso en el vértice de su nariz. Ellos se sentían bien, libres, capaces de demostrar el amor que acumulaban el uno por el otro. Entre las calles de Hong Kong, ambos se pertenecían y poseían la voluntad de enredar sus manos después de tanto, y es que de manera maravillosa sus agendas habían coincidido; por el tour que HyunA laboraba desde tiempo atrás y los tantos conciertos que Beast estaba detentando en países asiáticos, ambos artistas fueron afortunados al hallar una noche para reunirse, y despedirse de manera inminente. Después de las horas de vuelo que los hombres jóvenes del grupo masculino, Beast, habían tenido, JunHyung decidió acoplar sus horarios para encontrarse con HyunAh, quien ya tenía dos días en la región de China. Por su contrario, HyunAh, después de presentarse en el centro comercial Windsor House, pediría permiso para salir con Noone, su bailarina principal, a conseguir un café. El plan era alucinante y los compañeros de empresa podrían visualizarse de nueva cuenta, así que al llegar la madrugada del 26 de septiembre, con el desasosiego aglomerado, la pareja se encontró en un café alejado del centro de la ciudad. La mujer se encargó de comprar una bebida con sus amigas, a quienes tomó fotografías para subirlas a Instagram y pasar desapercibida, pues en el momento que el compositor llegara, ambas muchachas se retirarían del recinto. A pesar de que estaría realmente exhausta a la mañana siguiente debido a su viaje, cuando sus ojos se encontraron con los de JunHyung, todo volvió a tomar color para ella.
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El sonido de las zancadas pronunciadas por el montón de individuos había causado un escalofrío en el diminuto cuerpo; fue deprisa cuando ella tembló y se sintió insignificante entre todos, exigua ante la presencia de tan nutridas capas de personas que se acercaban a su entorno, con tanto furor, violencia, ansia y pretensión. HyunAh se detuvo de manera casi instantánea, pudo notar como sus pies de manera ilógica no deseaban moverse, pero los fornidos apretujones que los dedos de su guardaespaldas emitían en la enojosa dermis de su brazo le dolían tanto que casi obligada comenzó a avanzar. Los medianos ojos mantenían una abertura anormal, sorprendida, temerosa ante los empujones, golpes, gritos, y aquellos potentes destellos de luz que le hurtaban la vista. Su percepción del momento se nubló y forzosa sonrió ante los fanáticos exasperados por filmarla, aquellos que deseaban tener evidencia de que habían presenciado la arribada de la ahora solista más exitosa de todo Corea del sur. Perpleja atisbaba a quienes la escoltaban, tres personas que a penas y eran capaces de defenderse a ellos mismo como para prestar sus atenciones a la muchacha, quién frágil se encontraba en el eje del embuste, pasmada por la enorme perturbación que su llegada a Hong Kong estaba causando. Habían pasado años desde que la castaña no había experimentado una situación semejante, y quitando el hecho de que se sentía eufórica por el proyecto al que viajaba a la región de China, el contemplar como los intransigentes seguidores se impulsaban y atizaban a mano abierta, lograba acongojarle el corazón. ―¡Muévanse por favor, van a lastimarla! Las palabras que pronunció el salvaguardia asustaron más a la chiquilla, quien a falta de aire aspiraba con suma dificultad el oxigeno, y después de tantos minutos embaucada en la coyuntura negaba con la testa desmoralizada para que los dejaran salir del aeropuerto. Por primera vez eran sus allegados quienes la tenían acobardada.
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El dolor era definitivamente algo que no había extrañado durante el recorrido de su vida. Sentía que las rodillas temblequeaban con furor, la cabeza le emitía constantes punzadas de ardor mientras que el estomago exigía una regularización alimentaria, al menos por aquellos instantes. En ese momento cuando SoHyun estaba en la cocina con JiHyun, desayunando, podía permitirse sentirlo. Podía permitirse sentir la necesidad de comer, de probar algo que le bastara, pero el desconsuelo que se afianzaba en su pecho era mayor. No quería que nadie la viera sufrir, su actual estado iba a preocuparlas; ella misma estaba asustada ya, pero eso nadie debía saberlo. El cuerpo comenzaba a dolerle desenfrenadamente y una incontrolable debilidad arremataba con su interior, ella simplemente pasó el dorso de su mano por la frente, retirando las gotas de sudor que había provocado al correr dos horas por el vecindario, y cerró los ojos con fuerza mientras caminaba hasta la habitación. —HyunAh, ¿No vas a comer? La muchacha paró en seco al discernir el tono tan singular que poseía GaYoon, quien permanecía en la sala de estar hojeando el periódico diario, el cuál casi de manera instantánea había arrojado al sofá de contra esquina. Se adentró sin ningún permiso hasta el cuarto donde había estado durmiendo la rapera. Esa era una de las tantas razones por las cuales no le gustaba compartir alojamiento con las miembros de 4MINUTE desde hace años, pues ellas habían decidido vivir por su cuenta por tantas indiferencias, no obstante, debido a las promociones de HATE comenzaban en cuatro días, éstas acordaron quedarse en la casa de JiHyun para poder trasladar sus ensayos ahí, y tener tiempo al menos para dormir. —Me siento algo enferma, no tengo apetito. —Eres una mentirosa. La fémina levantó curiosa su cabeza y descubrió la mitad de su cuerpo para pronunciar una media vuelta y encontrarse con su compañera. Dejó la sudadera en la silla de madera seca. —No soy mentirosa. —Lo eres, ¿Haces esto por los comentarios de la sesión que tuviste? Eso es realmente absu... —Es por el comeback en general. Mi ropa ha sido la más grande esta vez y eso me hace sentir un poco incomoda. La mayor de ambas sonrió al ser interrumpida y negó con la testa. —Eso suena muy irónico, HyunAh. La dueña de cabellos largos color azabache se deslizó entre las tibias sabanas, retiró los zapatos y sus pies descalzos tocaron la frialdad que la plataforma emitía, haciéndole experimentar una sensación incomoda debido a su debilidad al cesar una ardua rutina de ejercicio. —Hace dos años, mi peso era de treinta y nueve kilogramos -Bisbiseó. -¿No sería humillante para ti aumentar once kilos y que las demás personas lo noten? Es vergonzoso. No me siento cómoda al salir, no quiero que nadie vea mi cuerpo ahora mismo... Resulta desagradable saber que muchas personas estén tan interesadas en como lo mantengo. —Eso es culpa tuya, ¿No crees? Deberías dejar de darle tanta importancia a los comentarios de las personas y preocuparte por ti. Tienes días sin comer, y tus tontas verduras no cuentan como comida. —¿Desde cuando te interesa lo que me suceda? —la menor del par hablaba torpemente, con la voz aprisionada mientras tomaba un conjunto de ropa y una toalla de baño, iba a renovar su aspecto de la tierra que había recogido durante su entrenamiento. —No es como que me estimes lo suficiente. —Nadie dijo que me interesabas tú, me interesa la imagen del grupo, y te juro, HyunAh —pausó por un momento mientras liberaba un agresivo suspiro intercalado. —Te juro que si el grupo se ve envuelto en algún rumor por tener una estúpida anorexica con nosotros, te juro que no te lo voy a perdonar.
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HyunAh permitió que los días se transformaran en meses, dejó que la felicidad obtenida en su esfuerzo la envolvieran y la ocultaran de todo lo que había sucedido, permitió que su vida como Kim HyunAh fuera creciendo a diario, al tiempo que se encargaba de ir añadiendo actitudes y detalles que la hacían una mujer más capaz, más viva. Se consideraba una adulta cualquiera, que iba y tomaba una taza de café con sus amigas siempre que se le permitiera, que pasaba tiempo de calidad con su madre y sus hermanos, quitando ese hecho, HyunA, era una figura publica conocida por su radiante sensualidad, espíritu y por conocerse como una asombrosa mujer ideal, en fusión era la misma, y no existía algo que quisiera cambiar. Su vida marchaba de manera afable, pacifica y saludable, día a día se llenaba de buenos momentos que la atrapaban y hacían crecer como ser humano; intentaba no caer en lo que la había capturado meses atrás, y por esa misma razón cuando le preguntaban de temas pasados ella prefería inventar una historia, nada lo suficientemente estrafalario que no pudiese creerse, simplemente ocultaba situaciones que podían afectarla a ella o a sus ex amigas. Le impactaba lo sencillo que era evitar toda esa clase de cuestiones. El año 2016 había comenzado de una manera sumamente negativa para la muchacha, ésta había sufrido innumerables episodios de llantos debido a ataques por los fans enfurecidos por la disolución de 4MINUTE, después de ello, se le habían realizado controversias juzgando de lo que era capaz o no. Sin duda, era una mujer inteligente y con sabia astucia, la idea que se había creado en su mente era muy sencilla; HyunAh sería real y llevaría una vida segura, sin riesgos, para ello debía sentirse protegida en sus propios brazos. Durante los primeros tres meses del año se había planeado el realizar un tour para la solista, quien asistiría a distintos países asiáticos para tener una comunicación y relación mucho más cercana con todas las personas que la estaban apoyando al paso en el que los hechos se desarrollaban. Era entonces donde los Hyunatics o Pineapples, como habían comenzado a llamarse hace poco, jugaban un papel muy importante. Taipéi era conocida como una de las ciudades más grandes de todo China, con más de dos millones y medio de habitantes, el lugar inundaba en infraestructura y sociedad. Sus calles eran sumamente actualizadas y llamativas, convirtiéndose en uno de los lugares que más le había agradado a la muchacha, por ende, se había tomado como el emplazamiento donde se le daría inauguración a su tour, el cuál en junio había decidido llamarlo "The Queen's back". como símbolo de fuerza, para que sus fanáticos se dieran cuenta de que ella no dejaría de seguir sus sueños ni estaría ante los pies de la derrota. El cuatro de septiembre, después de haber concluido con la planificación, era el día en el que se iba a realizar todo el perfomance, así que por la mañana del día tres se había confirmado el vuelo de la joven a Taipéi, Taiwan. Desde el aeropuerto de Incheon hasta su destino todo había sido ameno, tuvo la oportunidad de descansar las horas que se le habían acumulado por el trabajo, su agenda estaba tan ajustada que no tenía oportunidad de hacer absolutamente nada que no estuviera establecido ahí, y es que el día 29 de septiembre era cuando todo iba a concluir -al menos por ese mes- teniendo una participación especial en el festival de la universidad de Seowon. Cuando finalmente la chiquilla se estableció en el hotel se le informó que las ventas habían sido un éxito, y como mera inauguración había logrado llenar el lugar, teniendo entonces un total de 930 espectadores; la noticia le parecía irreal, pensar en que ella continuaba siendo tan apoyada después de sucesos negativos, le hacía sentir bien. Había llegado la hora, cuando por fin se hallaba en el lugar, a la hora que habían citado a los asistentes, solo podía escuchar los gritos de sus fanáticos aclamando por su llegada, y el teléfono celular se le hastiaba de notificaciones, todos los invitados o la mayoría fotografiaban el teatro mientras la etiquetaban en un centenar de imágenes en Instagram. Se le aceleró el corazón. Sintió las palmas de sus compañeras de baile estrecharle la espalda y sonrió, ella de nueva cuenta iba a dar lo mejor de si.
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La puerta tembló. Su color era mate, tan café que no se distinguia del negro. El temblor era suave y se detuvo de inmediato, mientras Eyona se puso de pie y abrió la madera. —Ya vayan a dormir —Eyona cerró de inmediato la puerta pero un pie se interpuso evitando el azote. HyunAh desde el sofá inclinó su cuerpo sobre el respaldo para observar la peculiar escena. —¿Son los chicos? La aguda voz de la muchacha se escuchaba adormilada, y como si soportara un par de risillas. La occidental emitió un "Uhúm" mientras arremataba la puerta contra el pie de OgSeon. —Déjalos pasar —Pronunció mientras se levantaba del solido mueble con dificultad, y a pasos medios andaba hacia el sofá de enfrente, donde su allegada de cabellos celestes yacía desplomada. —Bibble... OgSeon y los demás están aquí. —Ugh... Diles que duerman en el piso —Dijo. Se escuchó el chirrido de la puerta abrirse y se emitió más insoportable que nunca, la cabeza de la castaña dolía un montón y los insignificantes ruidos llegaban a irritarla. Sus compañeros de baile se adentraron al interior del departamento a pasos inestables, mientras uno cargaba una botella de vodka entre sus dedos. HyunAh soltó una risa medio alta mientras con sus palmas cubría su rostro y con las muñecas frotaba los minúsculos ojos. —Ya nos quitamos el maquillaje y nos pusimos pijamas, estamos feas... —Estaban feas en el bar también, descuida. Minbro no terminó de hablar andes de que Bibble tomará el botín negro que estaba en el extremo del sofá y al lanzarlo se impactó con la rodilla del mayor. —¡No mentimos! -Gritó al un+anime que se echaba en el sofá donde anteriormente estaba la solista, y con los cojines cubría su rostro. La ebriedad de los seis era completamente evidente, y a pesar del inmenso cansancio que detentaban, la salida había valido la pena. Al finalizar las promociones de How's this? el equipo de trabajo había tomado la clara decisión de celebrar los premios obtenidos, pues después del arduo empeño que había proporcionado a los ensayos y la elaboración del concepto, la satisfacción era tanta que dos días después del Goodbye Stage todos en conjunto terminaron en un bar de Seúl brindando por el extremo esfuerzo ofrecido por parte de cada uno de los participantes. La amistad era asombrosa, todos compartían relaciones tan intimas como jamás en el área de trabajo le había sucedido a la rapera con sus compañeros de danza, todo parecía ser tan nuevo, pero marchaba triunfantemente. —Dijimos que íbamos a celebrar, entonces no entendí porque nos separamos, debemos festejar toda la noche —la voz del mayor se escuchaba ronca, y a pasos tambaleantes, meneándose de adelante hacia atrás dejó reposar en un fuerte golpe la botella de cristal sobre la mesa de noche, y las dos bailarinas soltaron una carcajada. —HyunAh debe estar cansada. —Lo estoy —interrumpió. —Mucho más de lo que piensan, y quiero dormir. —Vamos, fue una temporada pesada, se puede volver a beber un poco más, que valga el trabajo. —Ya estás lo suficientemente hastiado y nosotras también —La peliceleste acotó mientras HyunAh se subía encima de ella y se acurrucaba, de manera instantánea Bibble la rodeó con los brazos. —Vayamos a dormir todos ya, en mi habitación hay mantas para que duerman en el suelo. Todos soltaron una risa y con desgano, los tres chicos asintieron con la testa.
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Hace varios días que estoy sin escribir; necesitaba reflexionar la finalidad de mis días, sobre la verdadera razón por la cual vengo aquí a dictar todo lo que siento, sobre la conclusión real de mi estado. Sé que posiblemente más adelante ni yo ni nadie tendrá una pizca de interés por leer el embrollo emocional de un adulto que no sabe lo que quiere, pero la verdad es que eso me importa muy poco, hoy estoy en el suelo de mi habitación mientras lucho contra el sueño, hoy estoy aquí para hablar de mí. Pasaron cuatro días desde que llamé a ShinDong por telefono celular, ella me felicitó bastante por el premio que gané en M! countdown, y ¿Sabes? me sentí muy feliz, después de bastante tiempo las palabras de las personas no eran hirientes, y recibir buenos comentarios sobre mi desempeño me hacía sentir bien. Hoy he ganado un premio más en Inkigayo, y aunque en estos instantes estoy derrotada por la falta de energía, he aprovechado que JunHyung se fue a dormir temprano para hablar sobre como me siento, porque he de ser sincera, si bien sonreí inmensamente sobre el escenario, el cristal de mis ojos demostraba también mi apetencia por llorar. Es bastante curioso que yo diga "Llorar" y es que creo que todas las personas que conozco están acostumbradas a que rompa en llanto conforme las situaciones, cuando estoy feliz, cuando estoy triste, cuando me enojo, pero realmente me incomoda que se acostumbren, no quiero que crean que lloro porque quiero, es más bien, que lloro porque siento, y siento bastante. Desde que SeHwan eligió a Starsystem para acompañarme en las coreografías de A'wesome me he sentido mucho mejor, todos son maravillosos y me hacen sentir tan viva en un escenario, es como si regresara a mis tiempos de trainee, que aunque fueron escasos meses, me esforcé tanto que logré debutar a los quince años. Hoy tengo veinticinco, y diez años después considero que me convertí en una excelente mujer. Me siento muy agradecida con todo lo que está sucediendo a mi alrededor; después de la culminación de 4minute mi mente no dejaba de traicionarme, arrebatándome ideas positivas y llenándome de expectativas bajas, creí que no tendría ninguna clase de apoyo, pero una vez más estaba equivocada. Continúo sorprendida... Pero es un sentimiento que me hace querer derramar lagrimas de felicidad.
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La afamada mujer realizó una mueca de molestia en los labios que permanecían pigmentados de bermellón, con cuidado de no arruinar el maquillaje soltó un bufido disimulado para liberar su inconformidad. No sabía la hora con exactitud, sin embargo en aquellos momentos ella estaba ahí, a tan solo unos minutos de salir a escena después de cinco días transcurridos desde el lanzamiento oficial de su mini álbum. Quedaban aproximadamente dos performance más para que se le diera el paso a su turno, en dichas promociones ella tenía planeado el especular dos canciones, las cuales meses atrás se había decidido que iban a ser “Do it!” Y la principal, “How's this?” no obstante después de tener todo completamente planificado las complicaciones habían comenzado a aparecer. “Lᴀ ʟᴇᴛʀᴀ ᴅᴇ Dᴏ ɪᴛ﹗ Fᴜᴇ ʀᴇᴄʜᴀᴢᴀᴅᴀ ᴘᴀʀᴀ ᴛᴜs ᴘʀᴇsᴇɴᴛᴀᴄɪᴏɴᴇs﹐ ᴘᴇʀᴏ sɪ ɴᴏs ᴀᴘʀᴇsᴜʀᴀᴍᴏs ᴛᴇɴᴅʀᴇᴍᴏs ᴜɴ ᴘᴀʀ ᴅᴇ ᴅɪ́ᴀs ᴘᴀʀᴀ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀʀ ᴀʟɢᴜɴᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴘᴀʀᴀ ᴜɴ ᴅɪʀᴇᴄᴛᴏ”. HyunAh tomó un vaso de nieve seca y sirvió hasta la mitad de agua pura, y aprovechando la resistencia del labial mate que portaba comenzó a beber mientras se sentaba en uno de los cómodos sofás beige que se hallaban en el camerino. Observó como enfrente suyo permanecían Eyona, un chica ajena a Asia que ahora formaba parte de su equipo de danza, y Jiwon, quién ayudaba a Eyona para ordenar las trenzas que adornaban el frente de su testa. La solista les sonrió mediante el reflejo del espejo, sin embargo ella no estaba presente en ninguna de las conversaciones que habitaban el interior del lugar, había en total doce personas en el cuarto, entre estas bailarinas y maquillistas, pero aquello no evitaba que la muchacha se concentrara en recapitular entre sus pensamientos aquel suceso. La mentira creada por su empresa le había parecido sumamente desagradable, después de dos años trabajando en la composición de la lirica le parecía totalmente injusto culpar su empeño en Do it! por el inesperado “rechazo”. La letra de la pista numero tres de su nuevo mini álbum no contenía ninguna restricción para ser mostrada, sin embargo Cube había encontrado la excusa perfecta en una de sus frases para ocultar el gran escándalo que habitaba detrás de lo sucedido. Brian Lee era el nombre del creador de la melodía, progresiones y acordes que componían la canción, y tras haber unido lazos con Cube se le ofreció la ayuda de HyunAh, JaeWoon y Sancho para el contenido que se iba a transmitir de manera vocalizada. Las pausas de tiempo siempre son cortas temporadas que funcionan para el detenimiento de situaciones y la mejoría, sin embargo en un ámbito musical, para un hombre deseoso, lleno de ambición y con la esperanza errónea de recibir grandes cantidades de dinero por el trabajo que según él, había elaborado solo, no era un término que le agradara lo suficiente. Tarde sucedió el problema mayor, y la solución se visualizaba tan lejana que lo primordial era no afectar a la solista. La pista de Do it! Había sido vendida de manera ilegal por el mismísimo Brian a Nickelodeon un año atrás, quienes la ocuparon para un programa cómico que se basaba en tres niñas que tenían el sueño de ser ídolos del pop coreano. Los esfuerzos basados en un porcentaje del mini álbum se estaban viendo afectados debido a las irresponsabilidades de productores ajenos a su equipo de trabajo. Después de darse por hecho el fraude que tanto HyunAh como sus representantes habían recibido, fue de manera inminente que se hizo público el caso, pero se pidió calma, pues se habían comunicado con Nickelodeon para llegar a un acuerdo. Do it! Iba a permanecer en el mini álbum, sin embargo sería imposible presentar la canción en algún show musical donde la artífice estaría promocionando por las próximas semanas, y para evitar más escándalos se culpó a la letra que HyunAh había laborado con otras dos personas, diciendo que ésta no era apta por una sola frase que pudo censurarse. Al paso de los días la demanda oficial contra el productor Lee se llevaba a cabo, la angustia de la veinteañera iba creciendo al no saber qué hacer debido al terrible inconveniente que se presentó, y las probabilidades de que solo presentaría una canción iban incrementando. Music Bank se había comunicado con su manager para avisar que por primera vez HyunAh no sería capaz de presentarse el mismo primero de agosto en las instalaciones, pues debido a los juegos olímpicos que se estaban llevando a cabo en Rio de Janeiro todos los artistas que realizaban comeback debían esperar a que se organizara el programa especial, el cual sería transmitido el cinco de agosto. Aquella noticia fue un arduo golpe de suerte para la muchacha, pues a ella y sus compañeras se les estaba presentando cinco días más para poder crear y memorizar una coreografía para cualquiera de las canciones, y después de pensarlo meticulosamente decidieron darle vida a Freaky, deseando combinar frescura, dulzura, sensualidad y diversión en un mismo performance. Fue así como los ajetreados días de la cantante se habían saturado más, pues la complicación que había sucedido con A’wesome le estaba obligando a esforzarse el triple de lo usual, todo para seguir manteniendo la imagen pulcra que HyunA demostraba en cada uno de sus regresos. Era bien cierto que ella y las seis bailarinas que pisarían el escenario con su compañía aún no memorizaban con exactitud el baile, sin embargo todas habían prometido esforzarse para lograr presentarlo de la mejor manera posible. Fue así como todos los miembros de Starsystem, Noone, Yunzi, JiYoung, JiWon, Eyona, Binggle y HyunAh iban a dar lo mejor de si mismas para no errar durante el transcurso del regreso.
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Una etapa sumamente fundamental para un artista surcoreano era sin duda las promociones de su producto final, aquel trabajo elaborado por un lapso de tiempo que terminaba lanzándose en fechas exclusivas, queriendo alcanzar así la mayor popularidad existente para convertirse en un éxito. Era de esa manera como existían distintos medios para lograr los objetivos de cada artífice, alentándolos a promover su proyecto para que éste llegara a tantos lugares como fuese posible, dándole expectativas al ídolo de que el resultado fuera grato. En la pronunciada ciudad de Seúl la radio era aún una forma de entretenimiento auditiva bastante solicitada por los habitantes, aquella era la razón principal por la cual los representantes de afamados tomaban la oportunidad de hacer un convento con las emisoras y exteriorizaban a los muchachos. Era así como cada cierta temporada de tiempo se había hecho característico que en un regreso musical las plataformas de radio fueran de los primeros emplazamientos en exhibir muchísimas pistas de promoción, en compañía de los intérpretes. HyunAh asistió con anterioridad a un montón de programas de radio, tanto como promocionando en 4minute y en su solo musical, estando completamente adiestrada en esa clase de ambientes. Ella sabía con exactitud cómo se manejaba la situación dentro del set, y a pesar de que por primera vez iba a presentarse en un canal de radio en el que jamás había estado intentaba no sentirse nerviosa. “ˢᵒˡᵒ ᵈᵉᵇ���ˢ ˢᵉʳ ᵃᵗᵉ��ᵗᵃ˒ ˢᶤᶰᶜᵉʳᵃ˒ ᵃᵐᵃᵇˡᵉ ʸ ʰᵃᵇˡᵃʳ ᵘᶰ ᵖᵒᶜᵒ ˢᵒᵇʳᵉ ᵉˡ ʳᵉᵍʳᵉˢᵒˑ ᴱᵛᶤᵗᵃ ᶜᵘᵃˡᵠᵘᶤᵉʳ ᵖʳᵉᵍᵘᶰᵗᵃ ᵖᵉʳˢᵒᶰᵃˡ ʸ ᶰᵒ ᵈᵉʲᵉˢ ᵈᵉ ˢᵒᶰʳᵉᶤ́ʳ”. La chiquilla se repetía aquello variadas veces mientras se dirigía al centro del lugar, animada, con la personalidad tan característica que siempre portaba. Había un par de rostros conocidos para la mujer con quienes había convivido en otras circunstancias y otros más desconocidos a quienes iba tratando de a poco. El cuarto de grabación era pequeño y tenía dos paredes en contra esquina forradas de vidriado transparente, liso, que daban un toque de iluminación excéntrico a la habitación, aquello le parecía curioso porque había tantas luces encendidas cuando lo único que iban a necesitar eran las voces de los usuales comunicativos y la de HyunAh, quien iba a entretener un poco a todas las personas que estaban siguiendo los pasos de su regreso. Negó con su testa después de que la ubicaron en una silla de fieltro con rayas de tres colores distintos, debía concentrarse en la importancia del momento y dejar de pensar en cosas tan exiguas, pero es que ella era así siempre, solía analizar todo que al final terminaba razonando nada. Minutos antes de comenzar, con los pensamientos perdidos y la mirada distraída, su teléfono celular emitió el característico sonido de una de sus aplicaciones, por lo cual se percató de que había olvidado colocarlo en silencio por cualquier situación que pudiese ocurrir. Fue inevitable para ella no sonreír al visualizar quien se había comunicado con ella, así que ocultó sus manos bajo la mesa de madera ancha y se dispuso a leer el recado que estaba recibiendo. [ KakaoTalk •준형] La verdad es que creo que todas las personas se sienten nerviosas cuando deben ir a grabar a algún lugar, también me sucede… es inevitable el pensar: "¿Y si no lo hago bien?"; ah, pero en ti debe ser distinto. De seguro has de tener mucha presión, eso provoca que te preocupes más. Solamente sé tú misma, como siempre, la chiquilla transparente, de igual forma, muchas personas te querrán, sé que lo harás perfecto así que… mh, deja los nervios a un lado y sonríe más, incluso si sucede algo, sabes que cuentas con muchas personas y el apoyo de los fans es incondicional. Hazlo bien, tú puedes, ve con mucho ánimo que aquí estaré para ti, sea lo que sea que necesites. ¡Eres la mejor! La fémina ocultó sus labios para evitar que los allegados se percataran de la iluminación que emitía su rostro tras leer aquel mensaje, ella de manera inmediata bloqueo la pantalla y dejó sus palmas descansar en la plataforma, mientras seguía esperando a que equiparan todo. Estaba preparada para una vez más presentarse como solista, y debido al apoyo que recibía de personas importantes ella estaba lista para demostrar lo que era.
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Me preguntan a menudo si las promociones para este regreso tendrán una sensación diferente. Ellos hablan como si 4Minute hubiera desaparecido por completo, lo cual es molesto para mí. Quiero que mis promociones en esta ocasión se sientan como una extensión de lo que fue mi agrupación. Estuve en 4Minute durante 7 años y ahora es el momento de que cada una de nosotras alcancemos nuestros propios sueños, juntas recibimos un gran amor por parte de los 4NIAS de todo el mundo y voy a realizar mi mejor esfuerzo para no defraudarlos. La imagen de las 5 fue lastimada gravemente, y nos sentimos mucho más que heridas. Antes de disolver a 4Minute, nosotras cinco hablamos de las maneras de buscar cumplir con nuestros sueños en estos pasados 7 años. Desde nuestro debut, hasta el día de ahora, teníamos un solo objetivo, el cual era alcanzar nuestras expectativas como un grupo femenino, pero se ha llegado el momento en el que cada una elija su camino, saque sus sueños adelante y lo comparta con el resto ya sea un éxito o un fracaso. Solo quiero que mis actividades como solista nunca afecten la imagen de 4Minute, si les digo que entre las miembros y yo, todas decidimos apoyarnos las unas a las otras, me gustaría que me creyeran cada palabra de eso, por favor. Cuando digo que no me he comunicado con ellas no quiero que se malinterprete y concluyan que no nos vemos u otro tipo de especulaciones, es solo que no me he puesto en contacto con las chicas desde entonces, debido a las preparaciones de mi regreso solo me he centrado en eso y no en reunirme con las personas que me rodean. Solo sé que cada una de nosotras está preparando algo y he escuchado cosas de personas que las rodean a ellas y que me rodean a mi también. No puedo pretender que no sé nada de su existencia. Si llega la oportunidad, creo que será posible alguna reunion con todas, aunque no puedo prometer que será así. Después de que cada una de nosotras haya logrado sus sueños, si tenemos la oportunidad de reunirnos, seguramente habrá un lazo con 4Minute.
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Era la hora conveniente, debía hacerlo, en aquel momento, en mencionado lugar, ya no había marcha atrás. "HyunA, ¿Estás lista para volver?" Aquella pregunta violentaba cada cavidad existente en lo más recóndito de su mente, ella misma intentaba convencerse de que había estado preparada durante bastante tiempo y no debía temer en aquellos instantes, sin embargo sus nervios eran evidentes, parecía que los diez años que había experimentado desde su debut no eran suficientes como para hacerla sentir capaz cuando se trataba de su trabajo. A’wesome era un mini álbum en el cual se había trabajo desde ya hace tres años atrás, colaborando con una infinidad de productores, y HyunAh modificando conforme el tiempo transcurría las letras que se le habían otorgado, esforzándose de manera ardua para que la composición quedara de una manera estupefacta. Ella solía ser así, siempre, la dedicación que repartía en cada uno de sus regresos era sumamente fenomenal, la mujer era alguien dedicada, empleada y rígida cuando de alcanzar la perfección se trataba, y en este regreso no iba a cometer una excepción. La fémina permaneció sentada en una silla de madera color caqui mientras con sus palmas frotaba ambas manos, sintiendo como estas se humedecían por el temor que comenzaba a experimentar. Dos horas antes del lanzamiento oficial de How's this? Ella iba a tener un directo a través de una aplicación para todas las personas que de una manera imparable la apoyaban, mediante el susodicho directo iba a presentar de manera oficial lo que era su retorno a un escenario, no obstante, el temor continuaba paseándose por su cabeza. ¿Y si a las personas no les agradaba el video musical? Todos, tanto ella, como los bailarines, los productores, sus allegados y más personas se encontraban tan ilusionados con el regreso de la castaña que el temor de no hacerlo bien inundaba el menudo cuerpecillo. Suspiró de manera agresiva y comenzó a reírse sola. Llevó ambas extremidades hacía su rostro y cubrió de manera ligera éste mismo, intentando no asolar el menesteroso maquillaje que se le había proporcionado. —Todo va a estar bien, no empieces a tener nervios, te vas a poner fea. La voz de ShinYoung logró que HyunAh descubriera su rostro y la mirara de manera fulminante, figuró una enorme sonrisa que iba desde una comisura a otra y negó con la cabeza un par de veces como si de una niña se tratara. —Yo siempre soy bonita –Dijo aún con una sonrisa, elevando sus cejas un par de veces. —No sé cual sea tu definición de siempre –contradijo su mayor mientras soltaba una carcajada, a lo cual HyunAh rió también. –A las personas les va a encantar que la reina de las solistas regrese, ¿Ah? Todo va a estar bien, niña. Tras mencionar aquello, la mujer tomó asiento justo a un lado de la compositora y ordenó un par de hojas de papel que cargaba entre sus falanges, los cuales deslizaban los finos papeles mientras repasaba algunas líneas. —¡Salimos en cinco! El grito de uno de los camarógrafos aceleró el corazón de la veinteañera, ésta ordeno sus cabellos con mayor precisión y dejo escapar un bufido bastante alto, giró su cabeza hacía donde ShinYoung y sonrió asintiendo con la testa. —Les gustará –acató de manera indudable.
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