bl00dhon3y
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bl00dhon3y · 29 days ago
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Desde el día que te fuiste comencé a tener sueños, no sobre ti, sino sobre personas que amé antes de ti.
Soñaba con sus miradas sobre mí, el tacto áspero de sus manos, la crudeza de sus actos. ¿La soledad era más horrible que unos ojos furiosos y unas manos que lastimaban con su agarre?
Al parecer sí porque cada noche, sin falta, mi mente proyectaba esas imágenes.
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bl00dhon3y · 2 years ago
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Rojo
「#BDR57 ❦ #catharsis」
Segundo a segundo recibía cortes en su pecho, el dolor agudo no le permitía saber si todos juntos formaban una figura, quizá una palabra, o si sólo eran heridas al azar.
De cada uno brotaba la sangre y sus ansias, temerosa pero orgullosa de ver la cara satisfecha de la otra.
Sentir la lengua contraria lamiendo cada gota del fluido le hizo suspirar, observando como su sangre se confundía con el pintalabios rojo que portaba la mujer.
Rojo.
Era el color favorito de ambas.
Un corte más profundo le hizo gritar y sollozar, pero verla lamiendo la sangre le consoló.
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bl00dhon3y · 2 years ago
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「#BFR33 ❦ #catharsis」
En todo el tiempo que llevaba siendo la niñera de los hijos de Bae, jamás había visto a la mujer ser tan cariñosa. Un pequeño abrazo, un suave apretón en las mejillas; eran las únicas muestras de afecto que tenía con sus dos hijos, tampoco la había visto tener algún contacto con su esposo, más que los suaves tropiezos cuando se encontraban por los pasillo de su hogar.
Así que era extraño que aquella mañana, en cuanto su esposo y los niños salieron de casa, Bae le pidiera recostarse con ella para una inusual sesión de mimos. A Miranda le encantaba, no podía negarlo, pero era extraño en Bae. Sobre todo, cuando la mujer siempre tenía en planes alguna retorcida práctica sexual para cuando estuvieran a solas.
Pero incluso ahora, aún estando acostumbrada a someterse sin chistar, amaba poder intimar con Bae.
Así que disfrutaba de aquel cuerpo ceñido en una bata de terciopelo, el cual chocaba con la anatomía de Miranda con insistencia, mientras sus labios se movían sobre los ajenos en movimientos lentos y desesperados por más. Jadeaba entre la calidez de aquellos brazos sosteniéndole, los cuales no le soltaron en ningún momento; a su vez, ver la mirada que Bae le brindaba, cargada de necesidad y cariño, hizo a Miranda temblar.
Sus propias prendas habían terminado regadas por la habitación en cuanto tocó la cama, por lo que Bae aprovechaba para poder acariciar cada rincón del cuerpo de su amante. Una caricia en los pechos, un apretón en la cintura, su diestra no tardó en acercarse a la intimidad de Miranda sólo para comprobar lo húmeda que se hallaba.
Miranda lo sentía distinto a otras ocasiones donde tuvieron relaciones, estaba completamente extasiada; ni siquiera la vez que intentaron el pet play se había sentido de esa forma. No estaba muy segura de que hacer, sus manos se movían torpemente sobre la bata que aún cubría a Bae.
Tímidamente le apretó los pechos y en respuesta recibió un sonoro gemido, haciendo que jadeara.
Sin embargo, el suave sonido de un auto aparcando fuera de la casa les alertó.
—Carajo, mi esposo regresó…
Lo que menos le preocupó a Miranda fue volver a vestirse, mucho menos salir a saludar al señor Bae como si un minuto atrás no hubiese estado a punto de acostarse con su esposa (una vez más).
Pero hubo una pequeña molestia que se ubicó en su pecho, cuando vio a Bae saltar a los brazos de su esposo, cosa que nunca antes la había visto hacer. Y la misma mirada de afecto que hace unos instantes le había dedicado a ella, ahora se la dedicaba a él, y eso sólo aumentaba su malestar.
Miranda no sabía si estaba bien sentir celos, ni siquiera estaba segura de si podría llegar a odiar al señor Bae, no cuando a veces le carcomía el cargo de consciencia que conllevaba la situación. Muchas veces había llorado porque sentía a la situación superarle.
Pero hasta el alma más cálida y más inocente puede llegar a odiar; y la mujer más fría puede llorar y suplicar un poco de amor.
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bl00dhon3y · 2 years ago
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Hipoxifilia
「#BEX31 ❦ #catharsis」
⚠️abuse.
Habitualmente adoraba sentir esas manos sobre su cuerpo, esas que apretaban su carne hasta enrojecerla para reclamarla. Lo mismo ocurría con los golpes, mientras más magullado quedara su rostro era mejor; su pecho se hinchaba de felicidad cada que veía el rostro orgulloso del otro, alabándole cada abuso recibido, cada gota de sangre derramada, cada lágrima de dolor dada.
Pero esta ocasión era diferente, estaba repugnado. Había decidido cambiar sus hábitos sexuales y entregarse sumisamente para complacer el hambre de poder de su captor, ese de quién se obsesionó profundamente tras el primer vistazo. Pasar de escapar del sexo a permitir que le usaran como juguete sexual pudo haber sido traumático, de no ser porque estaba cegado por un inocente amor.
Un inocente amor que no le permitió ver que no estaba poniendo límites, que con cada día su cuerpo quedaba más adolorido y los polvos se volvían más violentos; pero ese día su estómago se había revuelto, habiendo tenido que recurrir a su cuerpo para calmar el enojo de su amante causado por una situación adversa.
Había dado un falso consentimiento, algo que le dolió más que cualquier golpe directo a la nariz para rompérsela.
—Ya no estés enojado conmigo, por favor…
Creyó haber dicho en su cabeza mientras su cuerpo se sacudía violentamente ante cada azote en su trasero, azotes que le eran dados con un cinturón grueso que dejaban su piel roja y adolorida. Sus palabras salieron entre balbuceos y gritos desesperados por el dolor causado, las lágrimas empapaban su rostro mientras su garganta se desgarraba con cada grito. Estaba sobre sus cuatro extremidades, con un collar con correa puesto y completamente desnudo; no era una imagen precisamente erótica, era lamentable y horrorizante.
—Si no quieres que me enoje contigo entonces compórtate como una buena puta, joder. Eres tan inútil y estúpida que ni siquiera eso puedes hacer, ¿acaso debo golpearte más hasta que lo entiendas?
Incontables azotes volvieron a caer sobre su piel, haciéndole chillar por el insoportable ardor que le quemaba. Su mente estaba perdida en el dolor y su vista estaba nublada por las lágrimas, por lo que tardó en notar cuando su cuerpo dejó de ser azotado y fue tumbado al suelo sobre su espalda, haciendo que su piel chocara contra el frío y dureza del piso.
Tampoco notó cuando sus piernas fueron abiertas ampliamente y sin cuidado alguno, sus sentidos regresaron cuando sintió la enorme polla del mayor empujándose en su cuerpo y empezando a follarle como si fuera un desquiciado, todo sin haber sido preparado.
Sus chillidos de molestia se mezclaron con los tenues suspiros de placer, un placer casi inexistente pero al que se aferraba para dejar de sentirse miserable, para poder seguir justificando a su amante y poder decir que hacía todo eso porque el mismo Rob quería y le gustaba, no porque otro quiso.
—Eres una puta desagradable. Tan sólo mírate, disfrutando de que te violen y te usen como una puta muñeca inflable. ¿Crees que alguien más querría follar contigo?, vamos, dime que eres y para que sirves antes de que termine matándote a golpes.
Las manos que se enterraban en sus caderas para embestirlo sin piedad se fueron hasta su cuello, el cual fue apretado con fuerza. Sus ojos se abrieron horrorizados, expresión que seguramente sólo había logrado calentar más a su amante.
Apretó después los ojos con fuerza, la forma en que su cuello estaba siendo apretado y le cortaba el aire era aterrorizante.
—Soy tu puta…y sólo sirvo para que me violes, para complacerte, sólo existo para servirte y que abuses de mí…
El agarre en su cuello se intensificó, haciendo que no pudiese respirar. Sus ojos volvieron a abrirse con pánico, podría morir por la falta de oxígeno así como por el duro agarre en su cuello que podría quebrárselo en un rápido movimiento.
Sus labios se entreabrieron en un nulo intento por respirar, todo a su alrededor comenzó a pintarse de negro, incluso había dejado de escuchar lo que ocurría a su alrededor.
Aún cuando ya no sentía que su cuello fuera tomado, continuaba sin poder respirar; fue hasta que recibió un fuerte golpe en el rostro que le hizo reaccionar, y tomó inconscientemente una larga bocanada de aire seguido de repetidos jadeos, los que hacían que su cuerpo se sacudiera como el de un animal agonizante.
—¡Mierda!, creí que estabas muerto.
Dijo su amante, con un tono preocupado pero aún burlesco. Su cuerpo seguía empujándose contra el suyo, aún estando insconsciente por unos segundos, jamás paró de abusar de su cuerpo.
“Ojalá lo estuviera”, pensó.
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bl00dhon3y · 3 years ago
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Devoción por ti.
「#BDR11 ❦ #catharsis」
Su mirada estaba fija en ese pálido rostro que adoraba observar, aún cuando el puño cerrado se aproximaba a su rostro para golpearle con fuerza.
Sólo desviaba la mirada cada que un golpe le hacía girar la cabeza. Sus ojos brillaban solicitantes conforme más ataques aterrizaban en sus pómulos, incluso cuando su labio se reventó y empezó a chorrear sangre por su cuerpo desnudo que se encontraba de rodillas frente a él.
Aún cuando un cigarrillo encendido se torcía contra sus clavícula, o cuando su boca era abierta para recibir los dedos de su captor; jamás dejó de buscarle con la mirada, buscando la satisfacción ajena antes que la propia.
Cada abuso soltaba un puñado de mariposas en su estómago que le hacían marear, cuando el mayor finalizó, su agotado cuerpo se sacudió mientras gateaba hacía él.
—¿Puedo recibir mimos hoy?
—Sabes que esas mierdas no me gustan.
—¿Puedo abrazarte por unos segundos entonces?
Y aunque el otro aceptó reacio, Rob se incorporó sobre sus rodillas para abrazarle de la cintura. Hundió su rostro en el vientre ajeno y descansó, aún si le pidieran mutilarlo para que pudiese volver a sentir esa sensación de confort, aceptaría. Lo haría por él.
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bl00dhon3y · 3 years ago
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Marcas
「#BDR10 ❦ #catharsis」
Con un simple vistazo entre sus muslos podía ver la causa de su malestar, la marca de sus dientes que tintaba la piel hinchada en tonos rojizos y violetas, resaltando la sangre que se derramaba.
Lamió el fluido sin chistar, plantando un beso sobre la herida como si aquello fuese a acabar con el dolor. La mujer sonreía en agradecimiento, meciendo sus caderas para provocarle, haciendo que su vestido se elevara y dejara ver su intimidad bajo las recortadas bragas: húmeda, sin haber hecho más que masticarle la piel.
Jamás había visto una mujer tan entregada, aún sabiendo que en un rápido movimiento podría desgarrarle la carne únicamente con los dientes.
Le abrió las piernas con fuerza, volviendo a morderle la piel entre estas, causando un agudo grito que retumbó en la habitación. Jadeó al sentir su paladar llenándose del metálico sabor, y antes de que pudiese continuar, una rota voz le pidió parar.
Asintió, besando la marca ensangrentada.
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bl00dhon3y · 3 years ago
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hematofilia
「#BEX32 ❦ #catharsis」
⚠️ sangre, sangre, humillación y abuso supongo.
Sentía el cuerpo caliente, demasiado.
También estaba sensible, tanto que el simple roce de sus prendas siendo removidas le hacía gimotear.
—¿Estás seguro que no quieres algo más romántico hoy?, más tradicional.
—No digas tonterías, si tenemos sexo vainilla te me duermes encima. Te aburren esas cosas.
—Lo sé. Pero verte tan sensible hoy sólo me ocasionan más ganas de romperte, si no me contengo voy a arruinarte.
Rob suspiró, lanzando su camiseta al suelo, siendo esta la última prenda que le cubría.
—No te contengas, lastímame, arruíname…
Fue tomado con dureza de la mandíbula, haciéndole chillar por el dolor que le ocasionaba ese agarre.
—Siempre tan zorra, mancharé el puto piso con tu sangre.
Se quejó fuertemente cuando aquella mano soltó su rostro para jalarle del cabello, tirando de él sin cuidado alguno para lanzarle al piso.
Había caído sobre sus cuatro extremidades, recibiendo al instante una fuerte patada en el estómago, la que le hizo soltar todo el oxígeno que había en sus pulmones. Sus ojos se llenaron de lágrimas debido al dolor, y en cuestión de segundos otro golpe más fuerte aterrizó en el mismo lugar, haciendo que un agudo grito llenara la habitación mientras se dejaba caer sobre el piso, retorciéndose de dolor.
—¿Ves lo inservible que eres?, no aguantas ni una mierda. Tal vez deba conseguir otra puta que si soporte mis abusos.
Aquellas palabras fueron escupidas con tanta furia que su cuerpo tembló de miedo. Nuevamente fue tomado del cabello, obligándole a incorporarse para ser colocado sobre sus rodillas.
Las lágrimas se derramaban silenciosamente por su rostro mientras el hombre frente a él llevaba su mano hasta sus bolsillos, sacando una navaja que le hizo estremecer del miedo nuevamente.
—Eres realmente patética. ¿Quieres que te siga pateando hasta que empieces a vomitar sangre?, o prefieres la navaja. Escoge antes de que te corte la maldita garganta.
—La navaja…
Susurró apresuradamente, tragando duro mientras seguía viendo aquella arma. Pude escuchar una pequeña risa por parte del más alto, quien no tardó en jalarle con fuerza el cabello hacia atrás, haciendo que su cuello quedara expuesto.
La punta de la navaja recorrió la piel de su cuello, no lo suficiente como para cortarla pero si para hacerlo lloriquear asustado. Esta bajó hasta su pecho, donde fue enterrada con profundidad para romper su piel, haciendo que la sangre brotara de la herida. Aquella acción se repitió un par de veces más, su rostro mostraba el malestar del agudo dolor recorriéndole, una sensación que parecía una mezcla de náuseas con vértigo.
Con cada corte su llanto aumentaba, ni siquiera podía ver adecuadamente debido a las lágrimas.
—Dios, en serio eres una puta basura. ¿Y así dices que no quieres que me contenga?, cuando con esto pareciese que te estás muriendo. ¿En serio aguantarías cualquier cosa por mí?, ¡responde, puta!
—¡Lo haría!, ¡en serio lo haría!…sólo quiero complacerte…
Sus palabras salieron entre sollozos, tallándose los ojos para quitarse las lágrimas y poder verle mejor.
De nuevo vio esa sonrisa burlona en el rostro ajeno, pudo ver como le soltaba y se separaba de él, levantando su brazo para cortarse su propia muñeca con la navaja. Rob dio un jadeo de la impresión, el otro ni siquiera se inmutó cuando la navaja cortó su piel.
Era impresionante la cantidad de sangre que salía de esa herida, esta incluso salía oscura y eso le hizo revolver el estómago.
—Chúpala, puta. Y te juro que si dejas caer una sola gota te estrellaré la cabeza contra el piso.
Había dicho mientras le acercaba la muñeca hasta la boca, donde pudo ver lo profundo que fue el corte. No tardó en acercarse hasta la sangre que se derramaba, sacando la lengua para poder lamerla, dejando que su boca se llenara de aquel sabor metálico.
La sangre brotaba con tal rapidez que estaba asombrado y asustado, iba lamiendo apresurado mientras algunas partes de su rostro iban manchándose de carmesí.
La sangre manchaba sus dientes, sus labios, incluso su nariz había terminado embarrada con el fluido. Mientras terminaba de limpiar la piel dio un par de arcadas debido al sabor que había quedado impregnado en su paladar, aún así, mantuvo sus labios pegados a la herida para succionar cualquier otra gota de sangre.
El otro sonreía orgulloso, viéndole con diversión antes de alejarle de su muñeca y tirarle al piso.
—Te odio, odio la forma en que me pones.
Escupió el otro con coraje, sintiendo como este tomaba su cuerpo para dejarle con el pecho pegado al suelo, haciendo que sus heridas ardieran.
Podía escuchar como el alto jadeaba mientras se acomodaba detrás suyo, y en un rápido movimiento se adentró en su cuerpo sin ninguna preparación, haciendo que soltara un grito de dolor.
Ni siquiera esperó a que se acostumbrara, empezó a follarle con tal violencia que no podía respirar adecuadamente. Al mismo tiempo, sus heridas aún sangrantes se restregaban contra la dureza de la superficie, haciendo que ésta se manchara con su propia sangre y que sus cortes ardieran más.
El dolor era insoportable, y la ligera sensación de asfixia le hizo lloriquear desesperadamente, aún si gastaba su poco aliento en ello.
En ese momento el brazo que se había cortado el mayor le rodeó el cuello, este había vuelto a sangrar por lo que terminó con este fluido manchándole la garganta mientras se la apretaba.
—Esto era lo que querías, ¿no? Que violara tu inútil cuerpo, ¡deberías agradecerme por hacerlo!, nadie más te tocaría sabiendo las cosas desagradables que te gusta que te hagan.
Aquello fue murmurado en su oído mientras seguía moviéndose dentro de su cuerpo, el cual no paraba de retorcerse por el dolor.
Unas fuertes embestidas hicieron que sus huesos empezaron a doler por el impacto contra el suelo, causando que rompiera en llanto. Sus labios estaban entreabiertos para poder respirar, aunque de ellos terminaban saliendo sollozos y algunos suaves gemidos.
Podía escuchar a su amante gruñendo en su oído y humillándolo, pero su mente estaba tan abrumada por el dolor que le escuchaba lejano, incluso perdió la noción del tiempo mientras la sangre continuaba derramándose, mientras su cuerpo seguía siendo usado.
Sólo volvió a reaccionar cuando sintió su garganta ser soltada, jadeando mientras el contrario se retiraba de su cuerpo, sintiendo como se derramaba su semen de su abusada entrada.
—Ni siquiera pienses que tendrás tu propio orgasmo, zorra.
Estaba muy adolorido como para pensar en eso.
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