Tumgik
azartblack · 7 years
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FIN.
Un día oscuro. El cielo no quería llorar y las únicas lágrimas derramadas estaban en el hombre que esperaba ya su fin. Después de todo, lo único que deseaba era acabar con su existencia y aunque la muerte siempre se le ha hecho insignificante, encontró el valor que tiene esta misma: Los demás. Odia admitir que quienes ha conocido lo han mantenido de pie y su muerte aseguraba más lágrimas derramadas. Nunca espero estar en donde estaba, siempre supuso que su muerte iba a ser por alguna estupidez. Siempre estuvo dispuesto a morir por cualquier cosa, nunca tuvo porque luchar ante la vida hasta saber la existencia de aquel pueblo. Aquel paradero que lo llevo a estar de nuevo solo. Pero, el dolor de estar solo es mucho más doloroso cuando es por la ausencia de quienes se sentía un aprecio, aunque gran parte de la vida de él la pasó solo, aquella soledad no era nada más que una búsqueda de su identidad. No extrañaba, no amaba, cualquier sentimiento era innecesario para él. Aunque en su vida por las calles le dejo algo que siempre recordará con ilusión y nostalgia.
Domingo 20 de diciembre del 2015
Era un diciembre tan frio que si se picara el cielo con un pica hielo, se rompería en pedazos. Jesse despertó una vez más sabiendo que aún tenía el don de respirar. Como ya era rutina no olvidar lo que paso el día anterior por asistir a ciertas reuniones alucinógenas. No se extrañó en emitir un gruñido dando a entender a si mismo que su dolor de cabeza era culpa suya. Había despertado dentro de un edificio abandonado el cual se usaba como refugio para varios vagabundos de la zona, no era un lugar muy cómodo además de que hay quienes se aprovechan de los desgraciados, y les cobran por la estancia en el edificio lúgubre y asqueroso. “Seguro pague para esconder mi estado en las sabanas de este lugar” y sin pensarlo busco en sus bolsillos su billetera cuya localización ya era desconocida. Paso de no tener dinero a no tener dinero y billetera. Aquello le desánimo y le arruino esa parte del día por lo que se dirigió a buscar su guitarra y así ganar algo de dinero para lograr comer algo. Los días eran demasiados fríos en Londres, tanto que el sol estaba ahí para emitir luz y delatar a los novatos en su sucio juicio. Caminar por las aceras de Londres ya le era muy rutinario, aunque ya con la navidad cerca, las calles dejaban una esencia infantil y desesperada por parte de las empresas por vender cada uno de los productos señalados, y no podía ser mejor para Jesse este tipo de épocas para ganar dinero por lo que tomó su guitarra de su escondite cerca de un callejón y así, sin más, se dispuso a trabajar.
Después de unas cuantas horas, las zonas comerciales ya se estaban llenando y por consecuente, también el bolsillo de Jesse. Tenía suficiente dinero como para comer tres veces ese día y hasta le sobraba para sus vicios. En la práctica de una de las canciones que más ganaba a la gente, una niña se atrevió a intervenir en los acordes del coro de wonderwall. “Because maybe, You're gonna be the one that saves me, And after all You're my wonderwall”.
 - Hola señor -Sonrió demostrando su inocencia y descaro ante él. Jesse solo le ignoro y siguió ajustando sus cuerdas mientras recordaba la canción en su mente.
- ¿Señor? - la niña acerco su cabeza para estar frente a la de Jesse, cosa que le enfado un poco. Dejó caer un suspiro antes de responder y así tomar un poco de tranquilidad.
- ¿Qué quieres? - Dejo las cuerdas y subió su cabeza para poder verle a los ojos. Tan pequeña e inocente y sus ojos tan grandes como platos pintados con el verde que desvanece el azul de su propia mezcla dejando que el amarillo se impregnara en su rubia cabellera jugando en el blanco lienzo de su tez.
- Señor, es que estaba con mi madre y ahora no sé dónde está. ¿Le ha visto? – Hablaba tan educada que Jesse estaba algo confundido, aunque la pregunta se le hizo un tanto estúpida.
- ¿Cómo voy a saber yo quien es tu mamá? – pregunto con cierto tono irónico y molesto dándole a entender que se fuera.
- ¿Podría ayudarme? –
- No. – No pensó ni un segundo su respuesta a ello.
- Por favor señor, usted es el único que prestó atención. – lamentaba cometer ese error.
- Niña, me estas estorbando. –
- Pero. – La niña algo desconcertada por la actitud de Jesse tomó una de las monedas que se amontonaba en el estuche de su guitarra el cual era usado como su limosnero.
- Devuelve la moneda mal criada – no le importaba si el lugar era muy transeúnte, estaba dispuesto a hacerle daño a la niña por la moneda.
- No. – Y así la niña se llevó la moneda de Jesse. Estaba a punto de perseguirle, pero no tenía ganas de perder más tiempo, así que solo comenzó a tocar su guitarra.
Ya el Sol caía y las calles se vaciaban, era el momento de irse, así que tomó sus monedas y se llenó los bolsillos con estas, así podría meter su guitarra en el estuche y devolverla al escondite. Volvió al lugar y escondió a su preciada guitarra. Después se dirigió de vuelta a la zona comercial y cambiar esas monedas por billetes. Ya en el paradero de una tienda de ropa y accesorios para mujeres, sus monedas se convertían en lo que Jesse denomina ‘Dinero real’. Se metió un fajo de billetes a su bolsillo y con una sonrisa en su rostro salió del local. En su camino, pudo oír una voz grave y furiosa cuya presencia se hacía más y más cerca. Termino siendo el dueño de una tienda de chuches y golosinas las cuales unas fueron robadas por aquella niña. El señor perseguía a la niña y por alguna razón Jesse era el único parado en ese lado de la acera, así que con un suspiro reacciono poniéndose en frente del señor impidiéndole el paso. Preguntaba si le conocía de algún lado mientras le tapaba la vista cada vez que alzaba la cabeza. El Señor termino por empujar a Jesse, y mientras se levantaba en llamas, el señor siguió persiguiendo a la niña. Cual caricatura, Jesse comenzó a seguir al señor hasta lograr alcanzarlo. No freno al estar frente, lo que hizo fue saltar sobre él y hacerle a caer. Ya en la sucia acera, Jesse le miraba fijamente a los ojos, así por unos segundos hasta que el primer puño surgió por su instinto el cual fue detenido por la cara de aquel señor.
-No me hagas enfadar. -  Dijo mientras le soltaba; Su error. Al estar de pie, arriba del señor, este reacciono pateando una de las piernas de Jesse y así haciéndolo caer. Ya en el suelo, el señor se paró y antes de volver a empezar su persecución, escupió a la cara de Jesse.
-No te metas en donde no te llamaron, niñato- Y así el señor se perdió en el horizonte. Jesse se levantó después de unos minutos, necesitaba recuperar su dignidad, o eso era lo que él pensaba. Se levantó y limpio la saliva del señor que tenía en su mejilla. Con furia en su interior y la sangre hirviendo, volvió a correr hacia el señor y esta vez iba a detenerlo. Por su desgracia la calle ya volvía a estar llena, por lo que le toco esquivar a cada persona que le estorbaba. Se detuvo en seco al oír un ruido en un callejón. Jesse ya se olía que ahí estaba aquel señor y había logrado lo que quería. Entro sin pensarlo al callejón y ahí estaba el señor forcejeando con aquella niña, era evidente, le iba a violar. Aunque había visto bastantes cosas feas, no quería que una de ellas fuese ver como violaban a una pequeña niña. Camino lentamente hacia aquel asqueroso señor. Aquel callejón era algo tenebroso, el suelo con ciertos agujeros, las paredes con algunos grafitis además de los charcos de agua que provenían de unos tubos de dudosa procedencia. El señor tenia a la pequeña sobre unas bolsas de basura mientras una reja de acero impedía un posible escape. Ya a diez pasos del señor, este le grito.
- ¡Oiga! – de repente el señor se volteó mientras la niña intentaba de ver de quien era aquella voz.
- Eres un poco imbécil- dijo el señor sacando una navaja de su bolsillo. “En serio, de todos los tontos que me cruzo, justo al que le doy pelea viene armado” pensó algo desanimado por su mala suerte. Por desgracia, el tanto pensar lo llevo a recibir un navajazo en su hombro, aunque solo rasgo un poco su camisa, perdió el equilibrio por lo que dio unos pasos atrás. “mierda”. Se abalanzo hacia el señor y con suerte acertó un puño en la mandíbula. A precio de esto, el hombre le tomo del brazo y con el otro comenzó a apuñarle. Jesse gritaba al son del viento el cual se llevaba su esperanza. Con el brazo lleno de sangre Jesse cayó arrodillado hasta caer finalmente. Los charcos se pintaban del color de su sangre. Mientras Jesse moría, El señor tomó a la niña por el cuello. En su agonía, el brazo de Jesse se cubría con unas escamas negras y con la esperanza aún vigente en el aire, se levantó tomando una botella de cerveza que salía de una bolsa de basura. Con esta acertó un golpe bastante fuerte en la cabeza de aquel señor. Cayó desmayado.
- Mi nombre es Jesse-
- Yo me llamo Selene-
Después de aquella presentación tan fría. La pequeña niña se levantó de las bolsas y corrió a abrazar a Jesse.
-Gracias. –
Sábado 13 de junio del 2016
Después de aquel acontecimiento, La niña comenzó a seguirle. Jesse al principio le cogió manía y odio, pues, no iba a dejarle por ahí en la calle por lo que tomo la responsabilidad de cuidarle. Intentó dejarle en un orfanato, pero su documento de identificación esta con sus recuerdos de niño. Tampoco podía ir con la policía, pues Jesse ya fue visto por unas cámaras de seguridad vendiendo hierba por las calles de Londres. Su única salida termino siendo cuidarle por sí mismo. Durante los primeros meses, Jesse se llevaba a la pequeña a vender lo que debía, aunque en aquella época ya se estaba alejando. Lo dejo por completo al darse cuenta que esconderle de los clientes era peligroso. Cuando a Jesse le tocaba turno de vender, se hacía en callejones cerca de burdeles, escondía a la pequeña Selene detrás de los contenedores de basura mientras jugaba con un oso rosa con brazos y piernas alargadas, aquel oso fue un regalo para ella además necesitaba mantenerle distraída. Un día, un cliente muy borracho y al tope de cocaína termino por encontrar a la pequeña, aquello termino con Jesse reventándole y con el hombre sediento de sexo con aquella niña. Aun se pregunta el porqué de que todo termina con alguien queriendo tener un acto pedófilo con ella. Por consecuente de ese día, Jesse renunció a aquel trabajo, lo que lo dejo en la mierda de manera económica y física, pues termino recibiendo una paliza además de que le robaron el dinero que guardaba en sus bolsillos. Su único trabajo termino siendo el de ser un vagabundo limosnero con cierto gusto musical y guitarra. Tocaba todos los días, cosa que a veces se le hacía difícil ya que dudaba de que algún policía le reconocería, esto hizo que se pusiera sombreros sacados de la basura y así ocultar su cara. El trabajo de cantar y tocar la guitarra tuvo una inovacion teniendo a la pequeña que jugueteaba por la zona y a veces le ayudaba con los coros. Pero nada era de color de rosa. El dinero escaseaba y había días en los que Jesse mantenía su ayuno para que la pequeña pudiese comer algo. Esto último término siendo positivo para Jesse, pues ya ni tenia para sus drogas por lo que logro dejarlo, aunque escondió ese vicio con la nicotina. En los días productivos y lucrativos, Jesse llevaba a la pequeña a cine, por lo que su único conocimiento sobre este arte eran películas infantiles. De hecho, los días no tenían que ser buenos, solamente los días en los que ambos tenían ganas iban, aunque de una manera menos honesta. Robaba entradas, en aquellos días iban a la película que tocará. Aunque el exceso de Cine, sus frías salas enfermaban a Selene, sus ataques de fiebre eran un infierno para Jesse, pues, tenía que estar en callejones con ella cuidándole, lo difícil era mantenerle estable pues el hecho de estar cuidándole tenía como problema el no ganar dinero y por lo tanto ella tampoco podría comer, desgracias para ambos, aunque Jesse se las arreglaba cartereando unas cuantas billeteras y así lograr comprar ciertas cosas para cuidarle. No se le hicieron nada fáciles esos últimos 6 meses, pero logro sentirse acompañado, pudo sentir que alguien le importaba, pudo sentir que era tener a alguien a su lado.
- ¿Jesse? - pregunto la pequeña viendo la candente fogata.
- Dime. – giro su cabeza para poder verle a los ojos.
- Aunque no tengo un padre, tu eres como uno. –
- Pero tienes a una madre. –
La pequeña comenzó a jugar con sus dedos.
-Quisiera verla. -
-Todos queremos algo. -
- ¿Tu qué quieres? -
Ahí Jesse se llevó la mano a la cabeza y rasco esta misma.
-Yo… No he pensado en ello. -
-Deberías. -
-Quizás, aunque ahora mismo solo prefiero dormir y esperar despertar-
La pequeña de recuesta en Jesse para estar un poco más cómoda.
- ¿Por qué te llamas Jesse? –
- No lo sé. –
- No recuerdas nada de nada. –
- Lo he intentado. –
- Mi mamá me dijo que me llamo Selene porque yo soy su luna. –
-Tienes un nombre bastante lindo. –
-Oye, entonces, ¿si no sabes quién es tu familia, no tienes ningún apellido? –
-No he visto necesario tener uno. -
- ¿Por qué? –
-No siento que necesite uno, de hecho, ¿Cuál es el tuyo? –
- Soy Selene Brown Cooper. –
- ¿Brown era de tu padre? –
-Sí. –
El día se volvía más frio por lo que Jesse tomo unas frazadas que guardaba y cobijo a Selene.
-Te pondré un apellido. -
-A ver, Dime. -
-Jesse Drown. -
- ¿Jesse Drown? –
- ¿Te gusta? –
- Solo cambiaste la B por una D. –
- Mi madre me decía que los apellidos cuentan historias, Drown puede ser bueno, así tendré un segundo padre con apellido que rima, es divertido. –
-Lo pensare. -
En ese momento Selene bosteza y con su carita cansada dirige su mirada a Jesse.
-Jesse. –
- ¿Dime? –
- ¿Me puedes contar el cuento del búho? –
-Está bien, solo si me prometes que te dormirás y me dejaras contar el cuento a mí. –
-Lo prometo. –
Con un suspiro dejo caer su cansancio y así, recupero su aire.
-Cuando las cuerdas de la guitarra suenan, el pájaro canta al son de esta siendo ambos elevados por el aire cóncavo del ambiente, las hojas se quedan estáticas, el sol cae y la noche sube y ambos siguen en su serenata y así pasaron y pasaron los años hasta que el pájaro quiso parar. Su timbre se había malgastado y no podía seguir haciéndolo. La guitarra, sin embargo, quería seguir cantando, así que el pequeño pájaro no paro de hacerlo y siguió cantando con su amiga hasta no poder hacerlo. El pájaro perdió su voz, perdió su todo. Aquello hizo que la guitarra se pusiera triste por lo que le dijo a su amigo el pájaro: “amigo, amigo te presto una de mis cuerdas y así podrás seguir cantando conmigo”. El pájaro acepto y eso hicieron, la guitarra le dio una de sus cuerdas para que el pájaro pudiera seguir cantando. Pasaron los años hasta que el pájaro volvía a tener aquel mismo problema, así que la guitarra le dio una vez más una de sus cuerdas para que pudieran seguir cantando. Pasaron los años y la historia se repetía una vez más hasta que la guitarra quedo con una única cuerda, el pájaro no quería aceptar su última cuerda, pero la guitarra insistía. Aquel día el sol volvió a subir y el pájaro tomó la última cuerda de la guitarra y canto sola. La guitarra había perdido su sonido. El pájaro, lleno de culpabilidad, se escondió en el vacío hueco de la guitarra y así poder cantar por su amiga, era un eterno canto hasta que volvió a perder su sonido, el pájaro no podía hacer nada más así que espero al día siguiente durmiendo en su amiga la guitarra. Así, después de unos años cayó la noche y el pájaro despertó resurgiendo como un majestuoso búho. La guitarra y el pájaro fueron unidos por el silencio efímero de la noche y así crear a un ser que jamás dejara de cantar en las noches. –
Selene termino por dormir casi terminando la historia y Jesse se quedó contemplando las estrellas mientras jugaba con el cabello de la pequeña. “¿Qué es lo que quiero?”.
Al siguiente día, la vida de Jesse dio un giro nada bueno para él. Mientras trabajaba con la ayuda de Selene, un grito retumbo por la calle y los más curiosos voltearon. Era una señora algo mayor, de unos 30 años, su cabello era rubio, aunque un poco menos claro como el de Selene.
- ¡Mamá! - Grito como respuesta. Sus ojos se aguaron, no sabía que hacer mientras miraba a su madre, sus manos comenzaron a temblar y seguía gritando repetidas veces. Por otra parte, Jesse estuvo un poco indiferente al inicio, pero al ver a la pequeña, pudo notar que era de verdad.
-Selene, ¿Es ella? –
-Es ella- Dijo con una sonrisa en su rostro, se podía iluminar a toda la humanidad con aquella sonrisa y todos se partirían de lo sincera y bonita que era. En eso, tomo la mano de Jesse y lo jalaba para que se levantara.
-Vamos, Vamos- le decía la pequeña mientras Jesse se levantaba. Se detuvo a cerrar el estuche de su guitarra y con Selene sosteniendo su mano, esta le comenzó a jalar para que caminara hacia aquella mujer. Después de caminar un poco, a Diez pasos de aquella señora se escuchó otra vez la voz de la mujer.
- ¿Selene? ¿Eres tú? - la multitud se detenía para ver el momento y en eso Selene soltó la mano de Jesse y corrió a abrazar a su madre, ambas con lágrimas cargando con la felicidad. Los ignorantes de la zona, aplaudieron por el espectáculo. El único con perplejo e indiferencia era Jesse, estaba agobiado de estar en esa multitud, además de alguna manera le dolía verle con su madre. Se quedó mirándoles sin mostrar una expresión. En eso, sintió como si Selene estuviera demasiado lejos, asustado de su imaginación, dio un paso y ahí, su mente le jugo la mala pasada de dejarle en un lugar vacío, Jesse veía aquel lugar con miedo, su respiración se aceleraba hasta que volvió a la realidad gracias a Selene.
- ¿Jesse? ¿Estás bien? – Jesse asintió y cuando levanto la cabeza, la multitud ya se había alejado y solo estaba la madre de Selene atrás de ella.
- Le agradezco demasiado por cuidar de mi hija… en serio- ahí volvió a explotar en llanto.
-Soy una pésima madre. - Decía poniéndose las manos en su cara para que no le vieran llorar. “Sí, Sí que es una pésima madre”.
- Señora, deje de llorar. Se hija estuvo perdida, estuvo en peligro al dejarle sin protección, puede que sea una mala madre por dejar que su hija se perdiera. Pero no se perjudique más, ya ha llorado mucho estos últimos meses. Tiene una linda hija, cuídela, dele la atención que requiere, sea mejor con ella…- Selene estaba confusa ante la situación que se generaba en aquel momento por lo que solo consolaba a su madre.
- ¿Cuál es su nombre? – Retiro las manos y hecha un desastre miro a los ojos a Jesse.
- Soy Jesse, Jesse Drown. –
- ¿Cómo poder pagarle señor Drown? –
- Cuide bien de Selene. - la señora se acercó más a Jesse y puso una mano en su hombro, le quería recompensar con cualquier cosa.
- Le puedo comprar una guitarra nueva, ¿Tiene hambre?, lo invito a cenar, ¿quiere dinero? - Desesperadamente quito la mano de su hombro y saco de su cartera su billetera y acto seguido saco un fajo de billetes.
- No es necesario Señora. - La señora frustrada ante eso, tomo la mano de Jesse y dejo caer el Dinero ahí.
- Acéptelo por favor. – Jesse con un suspiro guardo el dinero en su bolsillo. Algo incómodo al aceptarlo.
- tome esto también señor. – Le dio una tarjeta con el nombre de la señora: Ashton Cooper. Contadora y abajo tenía su número de teléfono.
- Cuando quiera, llame y así podemos charlar más. Gracias enserio, muchas gracias. – En esto, La madre le dice a Selene que se despidiera de Jesse y así fue como ella se acercó a Jesse y lo único que hizo fue darle un abrazo, similar al que le dio cuando estaban en aquel lúgubre callejón.
- Te quiero Jesse. – Jesse acaricio su cabeza mientras tragaba saliva intentando deshacer el nudo que se hacía en su garganta.
- Cuídate Selene. –
- Lo hare. – Se despegó de Jesse y con dos pasos atrás, volvió al lado de su madre y le tomo de la mano.
- Cuídate Jesse. –
- Lo intentare. – En ese momento la señora se le quedo mirando dejándole una expresión de agradecimiento.
- Muchas Gracias. – Y así, se disolvieron en la calle. Después de ese día, Jesse se rompió por dentro, su soledad era más dolorosa, cuando intentaba llamar por medio de un teléfono público, algo le detenía, disminuyo su trabajo y comenzó a embriagarse para curar su soledad. Un día sin más, uso el dinero para tatuarse. Se hizo un Búho en su pecho sobre una calavera de una cabra. Aquel Búho representaba a Selene y la cabra era aquella vida que tuvo antes de conocerle.
Pasaron los meses y Jesse se cuestionaba cada vez más que era lo que en realidad quería, y con algo de suerte, en un día de nostalgia de diciembre, encontró un papel con un mapa y ahí fue cuando sabía que lo que quería era acabar con esa vida, así que investigando en una biblioteca encontró que era un pedazo de mapa canadiense y así empezó su viaje a aquel destino. Empaco su guitarra y se metió en un barco cuyo destino era Canadá, paso muchos Días escondido en las reservas de comida. Dormía encima de una caja de madera, pues había ratas por el lugar, además en aquel lugar estaba muy escondido por si alguien entraba. Al lograr llegar a Canadá emprendió un viaje demasiado exhaustivo hasta que logro llegar a su destino: Heavens Town, Lugar de peculiares seres.
La vida en el pueblo fue extraña para él al principio. El pueblo se le hacía ajeno, tanto que, en sus primeros meses, caminaba por el pueblo acompañado de un mapa. Por su suerte, su llegada le recibió con un ángel de cabellera negra. Estaba en un bar, veía como los demás en el lugar sonreían y se olvidaban de la realidad, su realidad. Se recostó en la barra para impregnarse del ambiente hasta que fue interrumpido por aquella joven chica, Marie.
-Bienvenido. -
Después de aquel día, ella se volvió demasiado importante para Jesse. Acabo durmiendo en un cuarto que según ella era de una amiga que se había marchado. Aquella chica fue quien le enseño a Jesse qué era el amor. Terminaron siendo pareja. Los días terminaban siendo relajantes y llenos de felicidad para Jesse. Con ella aprendió el contacto físico el cual en un punto de aquella relación llego a ser algo adictivo. No por el hecho del placer, pues, encontró que aquel afecto tan carnoso y caliente era un acto de revelarse ante alguien a quien amas. Para Jesse el sexo es una conexión intima llena de confianza que le das a aquella persona que es muy especial, tanto que darías la vida por ella. El amor hacia una persona hasta ese punto es diferente como el amor a un hijo o una mascota, pues ese amor es natural, por otro lado, esta ese amor que Jesse defiende, a una persona que eres capaz de decirle cualquier cosa, aquella persona que con tan solo verle la felicidad yace por entre las venas llenando el corazón con felicidad. Aunque a su vez, Jesse es consciente que el amor es doloroso a su ausencia. – El amor es como una droga, hay quienes la llevan hasta el infinito y otros que lo pierden todo. –
Los meses pasaron y Jesse termino en la locura. Todo comenzó cuando se dispuso a comenzar una investigación sobre cada una de las razas que conviven en aquel pueblo. Pasaba horas en la biblioteca para investigar y así llenar sus libretas. Así llevo unos dos meses mientras seguía con Marie como su único apoyo. Por desgracia, una Tarde en la que investigaba, encontró un libro extraño escondido debajo de unas estanterías. Este libro era la biblia necronomica de los demonios. Con tan solo tocar este libro su vida se sometió a un infierno mental. Esa semana no volvió a casa de Marie, se quedó en la biblioteca. La escasez de sueño le perjudicaba cada segundo que se mantenía de pie. Y el día en el que decidió volver, comenzó todo. Tuvo una discusión con Marie sobre la revelación de lo que era: un hibrido de Dragón y humano. Esto lo descubrió cuando llevaba pocos días en el pueblo y hablaba con una joven, su nombre era Waily. Estos dos estaban afuera de la casa del bosque de ella y mientras mantenían una charla, un oso ataco por sorpresa, en esa situación, Jesse se puso en guardia y defendió a Waily. Su Brazo izquierdo era constantemente arañado y por consecuente aquellas escamas negras regeneraban sus heridas. Jesse logro asustar al oso y momentos después tuvo una discusión algo larga con Waily sobre lo que en realidad era. Negaba que era parte dragón, no por nada, pero prefiere negar que hace parte de las razas del pueblo, pues, aunque odie a los humanos tiene cierto principio de identidad con esta raza. Con todo esto en mente, Jesse quiso demostrarle a Marie que era un dragón, no por nada, pero no quería esconderle nada más, y así su locura lo llevo a cortarse un dedo creyendo que así se lo demostraría tras la regeneración, lo único que paso es que las escamas detuvieron el desangrado, y esto creo una ruptura en la relación y ella pidió un espacio entre ellos. Jesse termino pirándose de la casa y encontró un callejón cerca de una pizzería italiana.
En este callejón, paso un gran tiempo y como era evidente, comenzó a trabajar por la nostalgia de su situación, volvió a volver la música su medio de lucro. Cantaba en un parque algo grande. Supuso que era un parque turístico ya que había un gigantesco Hotel además de que cuadras antes estaba la zona comercial del norte del pueblo. La economía del pueblo era extraña y aun se le hace confusa ya que no es la misma que la del mundo humano. Termino ganando demasiado dinero con tan solo cantar y tocar su guitarra. Aunque en aquel tiempo ganó algo más importante que dinero, se ganó a su mejor amigo, a su hermano. Era un día demasiado frio y la lluvia amenazaba por arrasar el pueblo. Cuando la lluvia comenzó a romper la tranquilidad de las calles, Jesse decidió buscar algo con lo que pudiera soportar aquella llovizna. Y con tan solo asomarse fuera del callejón, se encontró con una pequeña caja cuya resistencia ya se hacía cada vez menos perceptible. En ella estaba un pequeño cachorro quien fue nombrado como Jake. Este pequeño pug termino siendo el auxilio que Jesse pedía, con este pequeño logró desatar su depresión al perder a Marie. Además de Jake un señor algo mayor le ínsito a Jesse a no rendirse, este señor es el viejo dueño de una relojería cerca de aquel parque turístico sin turistas. Con la determinación en su mirada, gasto lo que tenía en un collar el cual le regalo a Marie, además en ese tiempo su dedo ya se había regenerado.
Jesse vivió en el callejón por un mes entero, pero antes de ello, fue a buscar un consuelo. Estaba destrozado. Una noche, igual a la que Jesse se confesó a Marie, Vagaba por las calles en busca de hacer algo y a lo lejos pudo notar a alguien sentado en una banca. Era tarde, demasiado tarde, el sol salía en un par de horas y en un par de segundos Jesse se encontraba con ella y así revelar quién era. Era Waily quien simplemente quería tomar aire fresco. Jesse se sentó a su lado y con una larga charla, Jesse termino por quitarse una duda. - ¿Te gusto? -. Aquella pregunta desato una cadena de sentimientos raros que termino con Jesse bajo el cuerpo desnudo de Waily. Antes de quitarle aquello que era importante, Jesse se retractó de hacerlo, en aquel momento imágenes de Marie aprecian por su mente, por lo que sin duda se disculpó con Waily. Después de aquel día, su casa del bosque quedo olvidada y ella nunca más se volvió a mostrar.
Cuando Jesse logró arreglar las cosas con Marie, en su consciente se comenzó a odiar. Los días eran atemorizados por su decisión egoísta, y cada día era difícil ver a los ojos a Marie. Cuando el cumpleaños de ella se acercaba y una excursión al lugar favorito de Marie, Jesse prefirió acabar con la relación. Termino por despreciarse y así no creer que era suficientemente bueno para ella. Nunca fue capaz de decirle aquella situación con Waily. Acabar aquella relación lo dejo devastado y así termino deprimiéndose por completo. Marie, como buen ángel, dejo que Jesse se quedara en casa de ella un tiempo más. Aquello genero raros sentimientos hasta volver a tener sexo. Aquel día Marie fue sorprendida al acabar por completo aquella relación, el amor se desvaneció y la depresión atacó una vez más a Jesse. Estaba solo en aquella oscura habitación, su corazón por alguna manera dolía, el vivir le dolía hasta acabar siendo consumido por una materia oscura y así quemado por unas llamas azules, su corazón fue contaminado y su mente dejo de pertenecerle solo a él, en aquel momento, El demonio se revelo ante Jesse como Rómulo y Remo.
Días después de aquello, Jesse decidió irse de aquella casa. Recordó aquel Hotel y alquilo una habitación. Se llevó a Jake con él y en aquel cuarto de hotel no salió por días. No tenía apetito de nada y el día en el que decidió salir, se encontró con una extraña pelirroja. Su nombre era Ambross y de forma espontánea pasar el tiempo con ella le hacía bien. Comenzó a conocerle más y en ese tiempo hizo una relación de amistad con Marie. Los días pasaban, las semanas y agosto llego. El primer beso de Ambross robado por el descaro de Jesse en la azotea del hotel viendo las estrellas. Pero aquella relación era una farsa de amor. Jesse le utilizaba para distraerse de su depresión y lo que Jesse nunca sintió era que aquella relación fue producto del demonio. Si su mente no era estimulada, controlarla se le haría más difícil por lo que jugo bien sus cartas e hizo que Jesse se enamorase de ella. Por suerte para el demonio, aquella chica se le hacía cada vez menos atractiva a Jesse, como persona cada día le veía más infantil y con esto terminaban discutiendo la mayoría de veces, aunque todo se arreglaba con sexo. En el calor de septiembre, Jesse comenzó su investigación sobre el demonio quien termino llamándose de verdad Astaroth. Al saber por lo menos su nombre, le animo a Jesse investigar aún más y entre investigación e investigación Ambross desapareció, Sin Aviso. A finales de Septiembre Ambross dejó solo a Jesse. Espero unas cuantas semanas hasta que supuso que podía hacer lo que se le diera la gana. Con su ausencia en la mesa, Jesse recordó a quien amaba de verdad. Aquella persona seguía a su lado y sin pensarlo se lo propuso. Tener una relación de amigos con ciertos derechos. Una de las reglas de aquella relación era sobre si uno de los dos encontrara a alguien, esa relación tenía que acabar, aquella relación que le costó demostrarle sus verdaderos sentimientos, en aquel momento se dio cuenta que nunca amo a Ambross.
Pasó una semana llena de placeres para ambos. Mientras aquella semana pasaba, Jesse conoció a una linda joven cuyo nombre era Thalia. La primera vez fue para darle su bienvenida, se dieron sus nombres y así es como todo empezó.
-Soy Drown. –
-Qué peculiar, Yo soy Thalia Steele. –
Tuvieron una extraña discusión sobre el mundo exterior. Jesse defendía que aquel lugar era una basura y Thalia defendía de manera educada su punto de vista viendo las pequeñeces que no hacen ese mundo de total color negro. La discusión termino con Jesse comenzando a dar sermones “comunistas” lo que termino teniendo un tono político que por parte de ambos no querían discutir. Ambos estuvieron de acuerdo y Jesse para romper el hielo le invitó a ver a su pequeño perro. Ella acepto algo extraña y comenzó a seguirle. Por desgracia, el aroma de la sangre invitaba a Thalia a atacarle, pues después de perder a su hermano en aquel orfanato, Thalia decidió nunca más aceptar que era parte chupa sangre y parte licántropa. Jesse menciono su pérdida de memoria hasta los 16 años que fue cuando Jesse fue consciente de su existencia. Se dieron ciertos datos de sus pasados hasta que una brisa desgraciadamente paso y así dejando que el aroma de su sangre brotara y pusiera a Thalia nerviosa, quería morderle, pero se juró que nunca iba a tomar sangre. Asustada de hacerle daño, escapo convirtiéndose en Loba. Al llegar al bosque, dejó caer un aullido cargado con su estrés. Jesse había seguido su camino, pero imágenes de ella le hicieron buscarle. Logró encontrarle. Jesse se había subido a los árboles para moverse mucho más fácil, pero cayó ante ella. Esto le asusto, pero Jesse determinado le sincero su secreto –Soy un Dragón oscuro, mitad humano. – Ella le ayudo a levantarse y así ella le dijo lo evidente –Soy una hibrida entre Vampira y licántropa. - Después de liberar sus secretos, Thalia le tendió su ayuda y lo cargo en su espalda para salir de aquel bosque. Fuera de este tuvieron una conversación amistosa terminando en Thalia llevando a Jesse a la playa y dejarlo en el mar. Jesse se hundió en este. Jesse no sabe nadar cosa que lo perjudico, pero sin importar Thalia se dio cuenta de su error y salvo a Jesse del mar. Quedó desmayado y con Thalia desesperada expresando sus sentimientos a oídos sordos.
-Mi vida es... Muy mierda, vivo con el temor de que me maten, me refugio en la fotografía. Eso me salva de muchas cosas, es mi adicción. Ahora casi te muerdo, dios, no sé qué estaba haciendo no era yo, era como si mi subconsciente quisiera que te dijera que soy una híbrida y poder soltarlo todo. Cuando lo viste y supe que no ibas a contar nada... No sabes qué alivio... Y cuando supe que no me dejarías de hablar... Bueno, me alegré, ya puedo contarle todo a alguien, pensé. Cuando viniste después de que huyera...me alegré. Nunca tuve tanto miedo en toda mi vida, pero ahora mismo agradezco que lo hubieras descubierto. No conozco a mi familia, y aunque diga que yo no quiera hacerlo... Es mentira, me encantaría conocerlos y sentir aprecio por alguien de nuevo. Me alegró que me contaras tu secreto y que confiaras en mí. –
Al día siguiente, Jesse ya era amigo de Thalia y le pidió de broma mimos. Aquella charla que tuvieron fue la cereza para ambos cuando Jesse amenazo a Thalia de darle un beso si no borraba la foto que le había tomado cuando estaba sonrojado, Thalia se negó. Como venganza, Jesse le tomó una foto a Thalia después del beso y por el tierno momento ella le devolvió el beso. Las cosas llevaron a la otra y Jesse termino enamorado de Thalia.
Por el otro lado estaba Marie y Ambross. Marie termino por sacrificar su bien por Jesse dejando a un lado los derechos y manteniendo la amistad. Después de ese día, su amistad quedo en estado crítico y se hacían más distantes. Jesse se hizo novio de Thalia el mismo día de su cumplía años y una semana después, a finales del frio octubre, Ambross volvió como si un mes no hubiese pasado, Jesse ya le tenía como perdida. Tuvo una conversación muy deprimente y dura con ella en la que Jesse sincero sus sentimientos, después de ese día, Ambross nunca más se volvió a mostrar. En cierto modo, la relación de Jesse con Thalia fue critica, pues Jesse le contó todo sobre Marie y Ambross, ella simplemente le pidió que arreglara las cosas. Por suerte para él, las cosas se solucionaron con ningún beneficio a futuro sin contar a el amor de Thalia. Estuvieron varios meses hasta el peor día de Jesse.
Antes de mencionar un día crítico, es mejor aclarar personas como Adeline, Diana y Zarek. Adeline y Zarek eran los padres adoptivos de Jesse. Zarek fue por mucho tiempo una figura a paterna además de que le tenía cierto respeto por ser tan prospero en su relación con Adeline, sin embargo, diciembre dejó muchos corazones rotos. Adeline era la bella pareja de Zarek, de manera extraña ella se le hacía ajena y hablaba poco con ella, aunque siempre desde el respeto (exceptuando una broma de mal gusto que se terminó tomando en serio). Adeline comenzó a ser importante para Jesse cuando tuvo que alejarse del mundo ya que su mente le jugó con él teniendo pesadillas relacionadas con Thalia y una de las personas que se preocupó por él fue ella –¿Qué tienes? - Por desgracia ambos pasaban malas situaciones, ella una peor que la de él, pero ambos se apoyaron hablando y aconsejándose.
Diana, Curiosamente esta mujercilla fue el amor de Jesse desde que llegó al pueblo. Antes de hacerse novio de Marie, su corazón se repartía en ellas dos, pero la ausencia de Diana le imposibilito a Jesse conocerle más. Cuando Jesse estaba con Ambross pudo volver a ver a Diana y ahí conocerse un poco más, seguía sintiendo algo por ella, pero nuevamente, cuando Jesse conocía más de ella, se volvió a esfumar. Cuando todo estaba más tranquilo y Jesse encontraba su felicidad en Thalia, Diana llego un día, aquel día Jesse quería liberarle todo y disculparse por nunca decirle. Pensó que así terminaría aquello. No hubo tiempo para hacerlo, se volvió ausentar. Al final, Diana termino siendo un amor fantasioso que Jesse dejaba a un lado al distraerse con otro más siendo verdadero o no. Diana acabó siendo un amor platónico para Jesse que trato de confundirlo queriendo adoptarle como hija, cosa que le disgustó a Thalia. Su amor a Diana solo era pasajero cuando retumbaba ella en su mente.
Lunes 25 de diciembre del 2017.
El frio del pueblo hacían las mañanas más tranquilas para el pueblo. Jesse esperaba ver a Thalia el anterior día, pero su deseo no fue cumplido. Aquel frio día dejó devastado el corazón de Jesse, por primera vez era a él a quien le hacían daño.
Thalia se había comenzado a ausentar desde que noviembre acababa. Aun así, ambos intentaban mantener la relación como antes, pero en diciembre su ausencia fue muy episódica, tanto que le dijo sobre las pesadillas una semana después de superarlo gracias a Adeline. Y ahí es cuando Adeline toma gran parte de los sentimientos de Jesse, pues se volvió muy importante para él, no de manera amorosa, pero si como una muy buena amiga. Se ayudaban mutuamente, Jesse a ella tratando de no dejarle sola ya que la ausencia de Zarek en su corazón persistía y ella él dándole animo con su relación. Eran días depresivos pero la esperanza de ver a Thalia no se iba. Hasta que aquel día de navidad su regalo llego, era Thalia. Jesse le había hecho una carta como regalo de navidad. Aquella carta contenía sus sentimientos en ella. Horas después de compartir juntos empezó la Catarsis de Jesse.
- Jesse, sé que tengo que darte una explicación del porqué no he venido durante un tiempo. Hace mucho que no me siento a gusto aquí, y no, no es por ti, de verdad. He tenido unos problemas y venir aquí no solucionaba nada y quería tomarme un tiempo que no ha servido de mucho. –
-Cariño, no te obligues a hacer cosas por mí. Si todavía tú necesitas tiempo, dátelo. –
-Quiero venir por ti, pero no me siento nada a gusto. -
-Si necesitas estar libre de aquí, no importa, eso no quitara el amor que te tengo. –
-Quizás lo necesite. –
-Hazlo. –
-Pero... No quiero dañarte, te quiero...-
Dejó caer un suspiro mientras acariciaba su mejilla. Jesse no le detendría, ella necesitaba ese tiempo y le amaba tanto que solo quería lo mejor para ella.
- ¿Qué paso con Heavens Town? –
-No lo sé, simplemente no tengo ganas de venir por aquí y me siento en desagusto. –
-Perdón. –
- No eres tú. –
-Perdón por hacerte venir. –
-No eres tu No, de verdad, no he venido solo por ti, te quiero. No te eches la culpa que ¡no! tienes. No tienes ninguna culpa. 0 ¿Entiendes? Nada. –
-Pero, de igual manera, volverás solo por mí. – guardaba esperanza.
-Pero tú no tienes la culpa de que esté mal. –
- ¿Por qué estas mal? ¿No te gusta el pueblo? –
- No. –
Mantuvieron un silencio muy pesado de tristeza hasta que Jesse volvió a abrir la boca.
-Thalia, perdón, no sé qué decirte o hacer. Te quiero demasiado por lo que decirte que lo dejes por tu bien me duele... pero de igual manera decirte que te quedes se me hace egoísta ya que siempre querré que estés bien. –
-Lo siento yo, por sentirme así aquí... No puedo controlar lo que siento, pero de verdad, te quiero, te quiero, te amo, y lo siento mucho. –
- O sea… ¿te iras? – No quería saber en realidad.
-Sí... Lo siento... Sé que no sirve de nada repetírtelo porque el daño ya está hecho, pero... Lo siento...-
-Entonces.... seria... un adiós...no sé qué decirte. Quiero llorar. –
-Y yo... Pero lo necesito. –
-Lo sé.... Pero te necesito... aunque te vayas te seguiré necesitando y eso... me duele. –
-Algún día dejarás de hacerlo, ¿vale? A mí me quema por dentro decir todo esto. –
- Por favor Thalia…-
-Te amo. –
-No lo digas. –
- Está bien…-
-Perdón… Solo no quiero perderte. -  
-No me pierdes. Estaré contigo. –
- ¿Cómo? ¿Cómo estarás conmigo? –
-En tu corazón. –
-Está roto… vacío. –
-No, tienes que salir de esta, por mí. A mí también me destroza, pero no puedo quedarme aquí. –
-No podré hacerlo Thalia. –
- ¡Sí podrás! –
- ¡No podré! –
- ¡Sí que podrás! –
- Te necesito en mi vida. –
-Habrá un día que ya no lo hagas. Lo siento, Jesse...-
- Y será el día en el que me muera. –
-Jesse, no. Tienes que pensar positivamente. Aunque creas que no puedas. Sí que puedes. Puedes con todo. Y yo soy solo otra idiota. –
- ¡No! Por qué vienes a esto... Yo pensé que iba a ser todo mucho mejor. –
-Y to también lo pensé. Pensé que había pasado todo… Y solo te estoy arruinando la vida. -
-Thalia, Por favor… No te vayas. –
-Lo siento. Te estoy haciendo daño y si me quedo no dejaré de hacerlo. Eres genial y yo... Yo lo he arruinado todo. –
-Thalia por favor…-
-Jesse…-
-Sé lo que dije hace poco pero no puedo, no quiero perderte. Por favor. –
-Necesito tiempo, mucho tiempo, ha... Ha pasado algo muy gordo y venir aquí no mejora nada...-
-Maldita sea... Por qué por qué soy tan inútil. –
- No eres tú ¡deja de pensar eso! –
-No soy lo suficientemente bueno. –
-Esto me duele igual que a ti… ¡sí lo eres! Deja de pensar eso Diciendo eso solo haces daño. Sé que ahora mismo soy lo peor, Pero te vuelvo a repetir que lo necesito, necesito irme. –
-Lo sé, Pero no quiero, no me quiero alejar de ti. –
-Ni yo de ti, pero esto es un adiós. –
-No por favor Thalia, por favor no te vayas. –
- Adiós, te amo mucho. –
- ¡No! ¡Thalia! ¡por favor! –
-Sé que lo superaras. –
- Thalia… -
Aquello desato que el corazón de Jesse se desmoronara, cada latido de este le dolía y el llanto acompañado de su soledad lo dejaron bastante mal. Empezó a dormir en casa de Adeline ya que ir a la habitación le recordaba bastante a Thalia. Encontró como distracción jugar cualquier cosa en una portátil, pero era poco el tiempo que lograba estar distraído. Había días en los que acompañado de Adeline lloraban juntos por sus desgracias. Después de dos semanas asimilo que ella nunca volvería en su vida.
Jesse tenía la intención de casarse con Thalia, aunque aquel anillo de compromiso tuvo que guardarlo, cosa que lo dejó con recuerdos de ella. Tener ese anillo le hacía daño, pero a su vez, Jesse juró nunca olvidarla. Había noches en las que se quedaba observando el anillo mientras imaginaba un futuro feliz con ella cuya existencia termino siendo nula. Aquello lo derrumbaba cada día más hasta el día que lo dejó aún más roto. Aquel día en el que las lágrimas de Jesse no paraban de salir y sus penas con ellas. Estaba decidido a lo que iba hacer, Se iba a suicidar. Esto era con lo que estaba luchando internamente. Se aborrecía a si mismo por querer hacerlo, pero llego a un punto en el que el corazón termino doliéndole demasiado. Aunque tenía el apoyo de Marie y Adeline, nada era suficiente para luchar con su mente la cual jugaba con él y le hacía cada día más difícil. Su mente estaba infestada de recuerdos trastornados y macabros transformados por Astaroth. No lograba dormir y apenas comía, su cuerpo era un desastre y estaba acabando con él mismo cada día hasta no soportar más el día a día. Le molestaba estar rodeado de los demás y el hambre le hacía marearse demasiado, había veces en las que alucinaba y veía a Thalia por los lugares recorridos. Todo se juntó con su despreció hasta que decidió comprar una soga y con esta intentar suicidarse. Al intentarlo, su mente destrozada dejo de funcionar y su corazón fue quien ahora jugaba con él dándole la posibilidad de volver a Thalia.
–¿Qué estás haciendo Jesse? –
–Yo…–
- ¿Por qué Jesse?  –
–Yo solo…–
–Jesse, Me lo juraste. Juraste que no ibas hacer esto. –
- ¡Lo sé!  –
– ¿Por qué lo haces Jesse?  –
–Te perdí para siempre. –
–Jesse. –
–Te necesito en mi vida. –
–Habrá un día en el que no lo harás–
–No quiero viví sin ti. –
En ese momento, Thalia le soltó de la cuerda. Y así retractarlo de sus acciones.
–Jesse. Mi Jesse, olvidas todo tan rápido. Siempre has estado conmigo. –
- ¡Mientes!  –
–Antes de irme te lo dije. Siempre estaré en tu corazón no importa qué, siempre estaré aquí. –
Puso sus manos en su pecho, centro del tatuaje del búho.
–Thalia…–
- ¿Por qué me haces esto? –
–Porque te amo. –
Eran palabras frías las cuales rompían con Jesse.
–Solo te pido Jesse… sigue con tu vida, no cometas más este error. Estoy segura que habrá alguien mejor que yo que llenará ese vacío que tienes adentro y así te podrás hacer más fuerte y terminar con tu tormento. –
–¿Por qué no tú? –
–No quiero hacerte más daño Jesse. –
Aquella alucinación se le salía de las manos a Ataroth, se le hacía difícil controlar la mente de Jesse.
–Te amo Jesse. Nunca olvides eso… Ahora toma ese anillo y tíralo–
–¿Por qué? –
–Deja que aquella promesa sea muda, deja que tus miedos me invadan a mí, déjame luchar a tu lado, tira el anillo al mar, así, siempre estarás con alguien en tu vacío. –
De alguna forma, Thalia termino salvando al joven por ese momento. Después de ese día, Jesse volvía a dormir, cada mañana que despertaba e iba a su armario y se quedaba viendo aquella soga. Sus pensamientos eran extraños al verla, pero supuso que era símbolo de seguir adelante. El anillo lo conservo, prefirió quedarse con los recuerdos de Thalia ya que su corazón le podía engañar al igual que su mente. Los días después de intentar suicidarse fueron extraños hasta llegar a ser desastrosos.
Termino por demostrarle sus sentimientos a Diana. Al principio fue difícil para ambos. Jesse suponía que salía de su depresión y Diana se negaba a hacerle daño, pues sabía bien que Jesse es quien necesita de alguien a su lado. Ambos se propusieron ser pareja. Jesse juró que sería fuerte por ella y por Thalia, por el otro lado, Diana se juró verle por lo menos una vez sin importar qué. Jesse fue débil. Después de liberar ambos sus sentimientos frustrados por el tiempo su relación se volvió intermitente y dolorosa. Por parte de Jesse, le quemaba no poder estar con ella cada día, le quemaba no poder besarle, le quemaba no poder ver sus ojos por al menos dos segundos. Jesse termino por romper su promesa, los días eran malos para él. Solo lograba una sonrisa cuando ella llegaba, pero su felicidad era escaza sin ella con él. Era difícil mantener aquella relación.
Jesse se hizo amigo de una pequeña señorita cuya intención de muerte era frustrante ante él. Kâylee, era su nombre. Además de que sus misteriosas ganas de morir, ella se le parecía a Thalia y, además, Jesse intento algo con ella solo por su apariencia, pero entre su depresión prefirió no dañar a alguien más y menos a esa indefensa mujer. Sin embargo, intento animarle, pero nada sirvió. Ella se terminó largando. Su ida dio una respuesta a Jesse, supuso que al final todos van a ser arrebatados de su vida como fue con Selene. Su situación terminó volviéndose aún peor. Los días eran aún más pesados para su mente, tenía el miedo de que Marie o Adeline lo dejaran, a su vez la ausencia de Diana era demasiado para él, la ausencia de Thalia y su recurrencia en su mente además de imágenes de su posible muerte. En las mañanas, terminaba por sacar la soga y quedarse viendo esta misma.
Las últimas semanas eran difíciles y asi también sus charlas con Adeline. Cada vez que hablaba con ella sentía que al final, él no era nada para ella. No quería admitir sus celos ante los demás que podían hacerle reír o sacarle una sonrisa, no admitía sus celos ante Stark y Mikael que podían tener a Adeline y encantarla, quererla además de animarle. Le dolía ver como ella se distanciaba de él y así él prefirió comprobar si de verdad le interesaba. Jesse estaba muy ansioso con la soledad y hacía cosas desesperadas. Dejó de hablar con Adeline, a ver si de esa forma ella querría hablar con él, probar si ella en serio lo necesitaba como apoyo y amigo, Probar si de verdad ella se preocupaba por él. Antes de dejarle de hablar notó que le había dejado fuera, fuera de una familia. A Jesse le dolió aquello, pues contaba con Stark y Mikael como su familia, lo que más de le dolía, era la poca atención que le daba. Stark y Mikael, son dos peculiares seres, ambos tienen un don de causar una torpe sonrisa a cualquier persona que se relacioné con ellos y eso es lo que más envidiaba Jesse de ellos dos. Le reprochó a Adeline aquello, aunque se guardó algunas cosas que no quería decirle, asi como que aquello que dejó ver no era lo único, le dolía que tomaba a muchos demás con mucha confianza y asi tanto que él también quería ser importante y encajar en su corazón. También le jodía que ella días antes le dejase de hablar por una estúpida broma que hizo Aquel día que ella le dejo de hablar, era un día que le necesitaba. Ese día conoció de nuevo lo que era la soledad. Y, por último, nunca le dijo lo que más le dolía, el daño que le hacía a ella. Jesse solo sabía hacer llorar a Adeline, siempre tenían conversaciones depresivas y eso no le ayudaba y por esa razón sentía envidia con los demás ya que él nunca podría hacerle feliz. Ante sus palabras mudas prefirió despedirse de Adeline y asi ver si alguna vez ella hablaría con él y saber que al final era importante para ella… Después de ese día nunca más hablaron.  
Con Adeline fuera de su vida, ya estaba decidido a lo que quería hacer para el futuro. Se lo dejaron fácil. Marie le dio la mejor excusa a Jesse para alejarse de ella. Tuvieron una larga discusión sobre el pasado y Marie le echó en cara a Jesse lo que él siempre negara, pero al final sabe que él si es así. La discusión termino con Marie diciéndole a Jesse que lo único que le interesaba era tener sexo con cualquier mujer. Esto ardió demasiado a Jesse, pues, aunque en su pasado pasó por ello, también le acusaba que jugaba con Thalia. Jesse termino por enfadarse demasiado con Marie, tanto que se alejó de ella. Y así lograr estar solo.
Sábado 27 de enero del 2018
La soledad y la corrupción dañaban cada vez más a Jesse. Aquel día despertar se le hizo más difícil. No tenía a Marie, no tenía a Adeline y peor aún, no tenía a Diana. En esa mañana se quedó perplejo viendo al techo hasta que como era rutina, fue a ver la soga, esta vez la saco por completo y la dejó encima de su cama. Al sacar la soga, encontró su vieja maleta la cual ocultaba en su estuche de guitarra. Sacó esta misma y comenzó a ver si se había dejado algo. Termino por encontrar unos cigarrillos, un encendedor y en un bolsillo una salida a sus problemas. Escarbo hasta encontrar un bolsillo algo escondido y en este encontró una jeringa y en un frasco marcado con un lenguaje raro para él, (5α,6α)-7,8-didehydro-4,5-epoxy-17-methylmorphinan-3,6-diol diacetate. Aunque era raro e inentendible aquel frasco, sabía lo que había encontrado, era su última droga la cual nunca llego a consumir por la interrupción de Selene en su vida, era heroína. Jesse saco la jeringa algo curioso y a la vez algo asustado. Dejó la jeringa con el frasco dentro de la maleta y la volvió a dejar en aquel rincón del closet. Guardo la nicotina y el encendedor en su bolsillo y la soga la dejó en un pequeño cesto de basura del cual ocupó todo este. Jesse se dirigió al baño para lavarse la cara y asi verse a sí mismo al espejo. En su reflejo, pudo verse atrás de el mismo colgado con la soga logrando su suicidio, esto lo dejo demasiado impactado, tanto que tuvo que volver a abrir la llave del agua para limpiarse las lágrimas. Después de aquello se dirigió a la ducha y asi ducharse para irse a trabajar.  Por unos cuantos meses, Jesse consiguió un trabajo como relojero con aquel viejo que alentó a Jesse a decirle todo lo que sentía a Marie cuando tenían aquella ruptura por culpa de su locura. Los días en su trabajo eran demasiado calmados, pero terminaron siendo demasiado deprimentes para él pues en el silencio del local solo podía recordar y así alentarse que siempre estará solo. Cuando llego la noche, Jesse ya estaba en su habitación. Estaba oscuro, y antes de encerrarse en esta, al llegar del trabajo, tomó a su cachorro y lo dejo cerca del barrio de Marie, así el sabría a donde ir para que Marie lo cuidara. Lograba ya su tranquilidad completa, intentaba dormir, pero algo se lo impedía, sus ojos estaban ya muy secos de llorar. Volvió a baño para repetir sus acciones de la mañana, se vio al espejo y su cara estaba bastante decaída. Estaba sensible y de alguna razón se impregno en él una ira. Salió del baño y abrió su closet, saco aquella maleta y de esta la jeringa junto con la heroína. Tomó un poco de aire y busco con que apretar su brazo y asi descubrir una vena. Opto por amarrarse una camisa en su brazo y asi pudo encontrar la vena, lleno la jeringa y después de dudarlo, cerró los ojos y asi termino con la aguja en su vena, con la droga en su sangre. Al retirar la jeringa, solo tuvo que esperar tres minutos antes de empezar a marearse. Se recostó en la cama y los efectos de la droga lo tranquilizaban. Imágenes en su cabeza se creaban, pudo verse con Diana y un pequeño niño en sus brazos, Pudo ver a Adeline sonriendo ante la presencia de Jesse, logro ver a Marie con alguien más y una sonrisa en ella, pudo ver la primera vez que beso a Thalia y al final se logró ver a si mismo frente al espejo. Era él, era Jesse con una sonrisa en sus labios y vida en sus ojos observando a ese Jesse devastado por la soledad. Ante sus alucinaciones pasaron cuatro días. Jesse no paraba de inyectarse en aquellos días, pues asi podía alejarse de sus desgracias y poder ver la felicidad en todo hasta que terminando el 31 de enero logro despertar de un largo sueño.
Jueves Primero de Febrero del 2018
La droga le ayudaba a su vez a dormir y minutos antes había despertado, las alucinaciones habían acabado como también el contenido del frasco. Despertó en aquel oscuro cuarto de hotel y sin ninguna razón empezó a llorar. Ya no podría ver aquella felicidad. Se quedó mirando al vacío de su habitación. Con sus penas en la espalda se dirigió a el baño, de alguna manera tenía la necesidad de verse al espejo. Se limpió la cara y ahí lo vio todo, volvía a ser él. Recordó todos sus errores y perdidas, puso una mano en el espejo y lo acariciaba como si el espejo fuese un animal muy peligroso. Solo se podía ver a él, ya no quería serlo más. Formo un puño y de un golpe quebró el espejo. Las heridas de su mano se regeneraron y esto hizo que una rabia creciera en él. Cayó al suelo y con un pedazo de vidrio algo grande y filoso se comenzó a cortar. Se intentó cortar la garganta, pero la regeneración le impedía morir, se enterraba vidrios en los brazos, pero después de unos segundos se salían de su piel por las duras escamas. Desesperado, corrió a coger la cuerda que dejó en la basura, la basura estaba vacía, emitió un grito desesperado. Se subió a su cama y de la mesa de noche sacó el anillo que guardaba, el anillo de Thalia. Se quedó observando este mismo como idiota mientras lo ensuciaba con sus lágrimas de desesperación y dolor. En aquel cajón también guardaba la carta que había escrito a todos antes de intentar suicidarse con la cuerda. Leyó la carta y después de terminarla y recordar aún más su dolor, tomó el mechero que tenía en su bolsillo y quemo por completo esta carta de suicidio. Con la rabia y el dolor en su corazón se levantó de la cama dejando las cenizas de la carta encima de esta. Busco la jeringa con el frasco y al encontrarlos recordó que la heroína se había acabado, esto lo enfureció aún más y tiro el frasco hacia una pared y asi romper este mismo. Salió del hotel y quedo ciego por unos instantes, pues la luz lo dejó perpleja do. Le dolía ver la luz y esto hizo que tomase el ascensor. Se tropezaba con las puertas y las paredes de los pasillos y al llegar al ascensor se tiro en este y ser recibido por una pared de madera. Se levantó con dificultad, pues el vértigo del desplazamiento del ascensor le hacía daño. Salió del Hotel con los ojos entre cerrados para no recibir tanta luz de los postes de luz. Se dirigió hacia un huerto escondido que tenía. Era una huerta de rosas azules las cuales servían como medicina para cicatrizar heridas. Tomó una y la dejó en casa de Diana. Moverse por la ciudad se le hacía difícil pero aun así lo logro y con aquello hecho se dejó llevar por su mente. Astaroth aún seguía dormido, pues el ataque que tuvo ante la alucinación que tuvo de Thalia impidiendo su suicidio lo dejó sin energías, el deseo de morir era propio de Jesse. El viento soplaba fuerte que se veía como las palmeras bailaban, la noche era tan integra que el frio se inducía en el efecto del ambiente. La luna acertaba el camino de Jesse hacía el muelle y las estrellas delataban la insignificancia de su propio ser. Observó detenidamente el agua… Se agitaban las olas y el ruido de estas dejaban en calma a Jesse. Respiro profundo y se dejó caer al mar. Su cuerpo se hundió.
                            𝒮𝒶𝓋𝑒 𝓂𝑒 𝒻𝓇𝑜𝓂 𝓂𝓎𝓈𝑒𝓁𝒻, 𝒹𝑜𝓃'𝓉 𝓁𝑒𝓉 𝓂𝑒 𝒹𝓇𝑜𝓌𝓃.
Jesse Drown
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Diario de un esquizofrénico. Rómulo y Remo. Día: 1.
http://www.twitlonger.com/show/n_1sq685t
Diario de un esquizofrénico. El demonio de la desdicha. Día: 2.
http://www.twitlonger.com/show/n_1sq6je0
Carta de Navidad a Thalia.
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Esto es un fin.
http://www.twitlonger.com/show/n_1sqd19g?new_post=true
Rol
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