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Nueva entrada al diario vikingo
Buenas de nuevo, vikingos.
Aquí estamos con una nueva entrada en el diario de aventuras vikingas. Tras haber terminado este bloque quisiera reflexionar y compartir con vosotros lo que he aprendido y cómo lo he hecho.
Esta vez he hecho muchas cosas: he creado insignias, un mapa de itinerario con las tareas y un paisaje digital completo. Todas ellas grandes aventuras.
El mapa era una pieza clave para que los alumnos sepan qué tienen que hacer y por dónde ir. Hay actividades obligatorias, voluntarias y optativas. En mi época de joven vikinga no me daban tantas opciones, todo era obligatorio y se hacía abrumador. Pero al añadir más opciones, se hace más ligero.
Las insignias son premios que otorgan puntos según las actividades completadas, igual que un juego. Puntos que al final del camino se suman y se comparan las puntuaciones de los grupos que han participado. Obviamente hay un podio y el premio es más o menos nota. Es una especie de ente híbrido que combina juego con aprendizaje. Su función es que los alumnos sientan más ganas de participar en las tareas. Al haber un componente de competitividad, un premio atractivo para todos y un itinerario claro, se fomenta la participación y motivación. Además se ve más clara la conexión entre contenidos y tareas, lo que facilita la conexión entre ideas. Y al unirlos con actividades diversas facilitando herramientas diferentes a los alumnos, el aprendizaje sucede casi sin esfuerzo consciente por parte de los alumnos. Es una currada por parte del profesor, pero funciona y al final es más ligero para todos.
Mis insignias tienen esta pinta:
El paisaje digital consiste en crear un hilo conductor o una historia atractiva por la que los alumnos se van moviendo para llegar al final del camino. Hay una línea clara que seguir. Se representa con una imagen de fondo, el camino claramente definido y puntos donde los alumnos se paran a realizar tareas de todo tipo. La clave es que sea atractivo, funcional y educativo.
Lo que más me ha gustado es que al tener esa estructura, las ideas fluyen. Ayuda mucho con la creatividad. Aun así necesito más tiempo para pensar en nuevas ideas porque no siempre se cuenta con ordenadores en las aulas.
Nunca he usado herramientas de storytelling en el aula y me gustaría empezar el próximo curso a usarlas. Tengo mucha curiosidad de ver qué sucede en mis aulas cuando use esas herramientas. De momento, la historia que he creado para mi paisaje es más una competición de mentes. Los alumnos tienen que ir recolectando puntos de las actividades que completan y al final puede que se suban al podio o no. Igual que una competición real. Seguro que en el verano se me ocurre una historia como tal que los alumnos puedan seguir.
Si dispongo de ordenadores en el aula para los alumnos, puedo gamificarlo de todas las maneras posibles para ver cómo los alumnos reaccionan a ellas, cuáles les gustan más y cuáles menos: puntos, insignias, elementos que necesiten trabajo constante como por ejemplo crear mascotas que necesiten alimento y cuidados que pueden ser puntos de trabajo en clase canjeables por “comida” y “juguetes” para las mascotas, etc.
Seguro que también descubro nuevas herramientas para utilizar en y con paisajes digitales. Además, siempre puedo preguntar a profesores vikingos que ya tengan experiencia en ese campo y pedirles consejo.
Me gustan mucho las herramientas digitales de todo tipo y creo que por eso no he tenido problemas. La herramienta digital propuesta por mis maestros vikingos es bastante fácil de utilizar y me ha gustado muchísimo. Es fácil de usar una vez que entiendes todo lo que ofrece. Funciona perfectamente y el resultado final es muy atractivo para los alumnos. Dan ganas de pasarse el día entero trasteando por ahí.
Sí, sí, ya sé que os morís de ganas de ver mi paisaje… pues no esperéis más. Aquí podéis acceder a mi paisaje:
¡Pasadlo bien!
Eso es todo por hoy.
Gracias por vuestro tiempo.
Abrazos vikingos.
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Nueva entrada al diario vikingo!
Buenas de nuevo, vikingos.
A continuación, voy a escribir mi tercera entrada en el diario de aventuras vikingas.
Tras haber terminado este bloque quisiera reflexionar y compartir lo que he aprendido y cómo lo he hecho.
En este bloque se nos pedía trabajar un poco más en profundidad en la matriz de paisaje de aprendizaje que hicimos en el bloque anterior. Más concretamente con respecto a los bloques de contenidos, criterios de evaluación y porcentajes de cada actividad. Todo ello para que los alumnos sepan cuánto vale cada tarea y en qué orden tienen que realizarlas.
No es nada nuevo. Llevo varios años preparando programaciones y actividades en las que se tienen que ver claramente los objetivos, competencias y criterios de evaluación que marca la ley. Lo que sí es nuevo es que nunca he hecho un paisaje de aprendizaje el cual permite tareas diferentes a las que suelo hacer en el aula y por tanto buscar a qué contenidos, criterios de evaluación, etc., se corresponde cada una. Pero todo se consigue con la fortaleza y armas vikingas.
Existen herramientas de evaluación que yo utilizo a veces en mis aulas: las maravillosas rúbricas. Son muy útiles porque en una misma tabla ves claramente los objetivos, competencias, criterios de evaluación, la tarea que estás evaluando y el porcentaje o cifra numérica adjudicada a esa tarea. También hay páginas web que ofrecen tareas ya preparadas, los alumnos las resuelven y al terminar te las envían a través de la web y cuando el profesor las recibe, ¡¡ya están corregidas!! Maravilloso. Eso sí, siempre hay que revisarlo por si la corrección está mal. En el caso de algunas actividades que he propuesto en mi paisaje de aprendizaje son los alumnos los que se evalúan pero en otras yo evalúo lo que han hecho. En esos casos, las rúbricas van perfectas.
Cuando digo que los alumnos se evalúan me refiero a que ellos mismos reflexionan sobre su progreso y cuando hablan o muestran sus infografías, los demás compañeros también los evalúan para ver los errores y aciertos de sus compañeros. Obviamente, el profesor se asegurará de que todo está correcto y en el caso de la presentación oral y del podcast, se usarán las rúbricas correspondientes.
Esas rúbricas se les entregarán a los alumnos, tanto antes de realizar las tareas para que sepan lo que se les pide, como después para que puedan autoevaluarse y evaluar a sus compañeros.
Aquí, debajo de este párrafo se puede ver el mapa mental que se les enseñará a los alumnos y que tendrán subida a su aula virtual para que en todo momento sepan qué orden se va a seguir con esta unidad, qué tareas tienen que hacer y cuánto vale cada una. Al final de la unidad deberán tener una nota sobre 10.
Así se combina el paisaje de aprendizaje que yo lo veo más “orgánico” con la nota numérica, que yo veo más “inorgánica”.
A modo de conclusión, podría decir que tengo que recordar el hecho de que siempre hay que conectar todo lo que se haga en clase y se pida a los alumnos con lo que pide la normativa. La creatividad a la hora de diseñar actividades está muy bien siempre que no se salga de lo que pide la ley. Hay que tenerlo siempre muy en cuenta. Visto de otro modo, se puede partir de la normativa para ver qué tareas, ejercicios, actividades, etc., se nos ocurren con lo que se pide. Eso ya, cada profe que decida lo que le funciona mejor.
Eso es todo por hoy.
Gracias por vuestro tiempo.
Abrazos vikingos.
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Buenas de nuevo, vikingos.
A continuación voy a escribir mi segunda entrada en el diario de aventuras vikingas.
Tras haber terminado este bloque quisiera reflexionar y compartir lo que he aprendido y cómo lo he hecho.
He trabajado en mi primer paisaje de aprendizaje. Aquí incluyo una captura de una de mis actividades. Más abajo la veréis. Antes de aprender de verdad lo que son, cómo se crean y cómo se usan en el aula, pensaba que eran como un juego cualquiera de esos que hay por internet. Pero no. Son herramientas muy potentes que sirven para crear un paisaje en el que los elementos del mismo son enlaces a explicaciones, webs, tareas, herramientas, etc. Los alumnos tienen que completar el paisaje para adquirir, poner en práctica y evaluar sus conocimientos sobre la materia. Me gustan bastante porque para mi asignatura, inglés, vienen muy bien. Se pueden plantear como una novela, una historia corta, un periódico, no hay límite. Y los alumnos van haciendo las actividades hasta que al final se ven con un producto o una habilidad que antes no tenían. Se parecen mucho a los video juegos, lo que naturalmente atrae la atención y le quitan pesadez al aprendizaje.
Personalmente se me dan bien las nuevas tecnologías y me gusta aprender nuevas herramientas para usar en el aula.
Mi primer trabajo en el mundo de los paisajes fue utilizar una matriz que incluye las IIMM y la taxonomía de Bloom. De ahí salen 48 actividades, pero sólo hice 5. Esas cinco cruzaban una categoría de la taxonomía de Bloom con una inteligencia. La idea es crear actividades que incluyan ambos enfoques y que los alumnos puedan descubrir nuevas maneras de aprender, crear, reflexionar, evaluar, etc. Hay muchísimas posibilidades y nada aburridas. Me lo he pasado muy bien creando esas actividades y he visto que son perfectamente aplicables en el aula. Que no son una fantasía, que de verdad se pueden usar en aulas reales, con alumnos reales y con temarios reales.
La metodología a utilizar es algo que ya llevamos haciendo, creo, cuando llevamos a nuestros alumnos al aula de informática para que puedan utilizar los ordenadores. Pero en lugar de que los usen para hacer el mismo tipo de ejercicios repetitivos, podrían ir más veces a esa aula y beneficiarse de las ventajas de un paisaje de aprendizaje. El docente por su parte tiene que pensar en los objetivos, las actividades a realizar y cómo encajar todo eso en un paisaje de aprendizaje. Seguro que, con la práctica, se nos ocurren ideas. Además, siempre se les puede pedir a los alumnos una lluvia de ideas…
Me he dado cuenta de que en mi asignatura, se pueden usar todas las inteligencias múltiples. Queda un poco raro que los alumnos, por ejemplo, usen su cuerpo para aprender los condicionales en inglés, pero eso no significa que no se pueda hacer. Hay cuatro condicionales, pueden usar los brazos y las piernas para recordar cada uno, por ejemplo. Pueden crear una canción escribiendo la letra de la misma con las fórmulas de los condicionales o directamente que la canción tenga frases en condicional….
La diversidad en el aula no es solo los alumnos más rápidos o más lentos, también son aquellos que aprenden mejor de manera visual o auditiva o con el movimiento de su cuerpo.
En esta actividad, fomento el uso de mi inteligencia dominante, la lingüística. Me gusta mucho escuchar podcast y me consta que a muchos de mis alumnos también. Por eso pensé que al menos una de mis actividades tenía que incluir un podcast. Y aquí está. Es una actividad que incluye varios aspectos perfectamente viables en un aula de hoy en día.
Por eso creo que estos paisajes de aprendizaje junto con la matriz que cruza los elementos de la taxonomía de Bloom con las IIMM son algo muy innovador y extremadamente útil para satisfacer todas las necesidades del alumnado. Se ve como un trabajo arduo porque no estamos acostumbrados en la mayoría de los centros educativos a trabajar de esa forma, pero seguro que poco a poco lo podemos ir introduciendo y aplicando.
Ahora ya casi en mayo, se me acaba el curso y ya son casi todo exámenes por lo que es complicado poder crear y usar en mis aulas de este curso una herramienta como las explicadas anteriormente. Pero voy a intentar crear algo, por pequeño y simple que sea y ver cómo reaccionan mis alumnos.
Para concluir, me gustaría decir que he descubierto un nuevo mundo por explorar y que este verano me lo voy a pasar cacharreando a ver qué aventuras puedo llevar a mis próximos alumnos, sean cuales sean sus inteligencias dominantes.
Eso es todo por hoy.
Abrazos vikingos.
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Diario de aventuras vikingas
Comienzo mi diario de aventuras vikingas con reflexiones sobre las tareas que he realizado hasta ahora y después continuaré con mis reflexiones sobre lo que he aprendido en este primer bloque.
La primera tarea que realicé fue la de hacer un podcast en el que hablé sobre qué habría pasado si yo hubiera recibido una educación más personalizada. Esta tarea está muy relacionada con la siguiente que trataba sobre las inteligencias múltiples (IIMM) donde se pedía que, a través de un test, se viera cómo de desarrolladas tengo esas IIMM y de qué manera creo que influyen en mi manera de dar clase. Hice una primera reflexión en ambas tareas, pero los días posteriores ya de vuelta en el trabajo intenté “adivinar” la inteligencia que cada uno de mis alumnos tiene más desarrollada. Ya les conozco de verles casi todos los días durante 8 meses, así que puedo intentarlo. No les he hecho el test, pero creo que me hago una idea general de la inteligencia imperante en cada una de mis clases.
A modo de ilustración adjunto mis resultados del test:
He llegado a la conclusión de que con 36 alumnos que tengo en un grupo, es imposible crear una metodología personalizada a cada uno de esos 36 alumnos en un aula en la que apenas caben y que cuando vienen todos, tenemos que pedir sillas de sobra en otras aulas. Siempre hay que adaptarse a lo que se tiene en cada momento. Aún así consigo adaptar mi metodología al nivel y manera de aprender del grupo en general, pero es imposible llegar a todos de manera individualizada. Tendría que dedicarme en exclusiva a ese grupo y eso es totalmente inviable.
En el máster aprendimos sobre las IIMM pero nunca se nos mostró de qué manera implementarlas en el aula. Desde que hice el máster han pasado más de 10 años y no veo nada que haga trabajar todas las inteligencias en todas las asignaturas. En inglés, por ejemplo, se trabaja la inteligencia lingüística y poco más. Las leyes de educación no piden que se trabaje con ellas. No recuerdo si se nombran. Por lo que ni las editoriales ni los centros educativos las tienen en cuenta, al menos no se obliga a ello.
Yo definiría la inteligencia como la capacidad de adaptarse al entorno y de solucionar problemas. Por lo visto la inteligencia se puede especializar en varios ámbitos y ahí es donde aparecen las IIMM. Supongo que es cierto que cada persona tiene una o dos más desarrolladas de manera natural y lo ideal sería desarrollarlas todas al máximo y cuanto antes, mejor. De ese modo todos podríamos adaptarnos a todos los entornos y solucionar todo tipo de problemas con muchas más herramientas y puntos de vista. Creo que sería algo maravilloso para la humanidad disponer de esas habilidades. Y lo mejor es que es posible si se fomenta el desarrollo equilibrado de todas ellas en las etapas formativas de las personas. Me recuerda un poco a la metodología Montessori donde se expone al alumno a varias cuestiones y él es el que decide cual escoger para solucionar un problema planteado. No sé hasta qué punto está conectado, pero me ha venido esa idea a la cabeza.
No soy experta en la materia, pero podría decir que puedo identificar al menos la inteligencia más desarrollada que tienen algunos alumnos. A veces es muy fácil de identificar si está muy desarrollada. Por ejemplo, hay alumnos que obviamente les encanta bailar y saben llenar la habitación con su presencia, en esos casos la inteligencia kinestésica es la reina. Por otro lado, algunos alumnos resuelven todos los problemas de manera lógica, algunos son genios con las palabras. Hay de todo, como es natural.
El reto está en crear una escuela que dé respuesta a esa diversidad de inteligencias y que fomente el desarrollo de las inteligencias latentes en cada alumno (y en el profesorado). Habría que darle la vuelta a todo lo que se hace ahora mismo y eso obliga a cambiar las leyes de educación, las programaciones de los centros escolares, los libros de las editoriales, el tipo de exámenes (si es que se mantienen los exámenes) de acceso a la universidad y formación profesional, etc. En resumen, darle un vuelco a la educación, con todos los problemas de recursos humanos y económicos que conllevaría. No es imposible, pero muy difícil.
Sin complicarnos la vida, podría decir que una manera sería pensar en presentar los contenidos usando todas las IIMM. Podría explicarse de qué manera solucionaría cada inteligencia un mismo problema a modo de ejemplo, pedirles a los alumnos que reflexionen sobre ello y sugerirles que encuentren una solución a un nuevo problema usando una o todas las inteligencias. Implicaría la colaboración de todos los profesores y departamentos para desarrollar cada tarea. Lo que supongo supondría que ya no se enseñaría por asignaturas sino por tipo de inteligencia. A lo mejor, sí que me estoy complicando la vida.
¿Es realmente implementable en la realidad de las aulas de hoy en día?
Quizás no de una manera tan radical como he comentado antes, pero sí de una manera más sencilla. Un ejemplo sería que, en cada asignatura, los alumnos entendieran cada inteligencia, supieran cuál es la que ellos dominan y supieran cómo explotarla para avanzar en su educación. Si un alumno destaca naturalmente en su inteligencia musical, podría plantearse estudiar o hacer los deberes escuchando música. También podría hacerse canciones con los contenidos de historia, por ejemplo, aprenderse esa canción para memorizar alguna batalla o cualquier otro acontecimiento histórico. La responsabilidad recae casi al 100% en el alumno en el sentido de que tiene que identificar su inteligencia más desarrollada e implementarla como la manera de aprender. Los profesores podrían dar ejemplos de cómo identificar esa inteligencia y cómo usarla en su asignatura.
Dado que una de mis inteligencias más desarrolladas es la lingüística, mi cerebro me dice que se podría argumentar la parte negativa de esta “metodología”. ¿Podría alguien decir que es una manera de segregar a los alumnos por inteligencias? Algunas como la lógica o al espacial, se podrían considerar como superiores o más importantes que la musical o la naturalista. Y por tanto alumnos de la musical podrían sentirse inferiores o marginados. Otro problema que se me ocurre es que algún alumno podría seleccionar una inteligencia y abandonar a las demás por vaguería o por falta de recursos. Pero eso ya es ponerme en plan negativo.
En general, me parece que al menos todos deberíamos conocer la existencia de todas las IIMM, identificar las que dominamos y las que no dominamos e intentar equilibrarlas todas para poder navegar por el mundo como personas más completas y con más recursos.
Perdón por el ladrillo: estaba inspiradísima.
Seré más breve la próxima vez.
Abrazos vikingos.
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