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--Entonces no es tan tarde como yo pensaba-- Al cabo de unos segundos se decidió a levantarse, a pesar de que el rubio no solía levantarse a estas horas, era momento de hacer algo productivo y más si había más gente en la habitación. --No voy a demorar demasiado ¿Me esperas?-- La miro antes de entrar a cambiarse.

Permaneció inmóvil en el marco de la puerta, limitándose a observar al rubio mientras sus manos jugaban entre ellas. Estaba procurando mantener su mirada en el rostro del inquilino y no en su torso que se encontraba descubierto, pero al tener ciertos problemas con ello, decidió desviar su atención a la decoración de la habitación de vez en cuando. “Sólo es pasado mediodía, la mayoría no despierta hasta que cae la noche” Encogió los hombros, esbozando una genuina sonrisa. Enseguida, dio un pequeño asentimiento con la cabeza. “Claro, ir a la biblioteca es mi definición de diversión”.

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--No te preocupes-- La castaña se veía algo sorprendida ante su equivocación, pero a decir verdad, la equivocación podría ocurrirle a cualquiera, ya que no llevaban demasiado tiempo aquí. --¿Tan tarde es?-- Abrió los ojos más de lo normal --Si, la verdad es que si, me has hecho un favor-- Rió levemente mirando a la chica.

“Oh” fue lo primero que soltó al notar como realmente se había equivocado, ¿qué demonios le pasaba a su orientación últimamente? “Oh, mierda, yo, ehm, supongo que lo siento” se disculpó con rapidez, quizás demasiado para su propio gusto. De verdad, no podía haberse equivocado; o cambiaban las habitaciones cada dos por tres, o ella estaba últimamente más despistada de lo normal. “Pero bueno, de todas maneras ya es hora de levantarse… Casi que es la hora de comer” se encogió de hombros, no sabiendo qué más decir. “Te he hecho hasta un favor, eh” bromeó, con tal de echar la incomodidad a un lado.

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Miro de reojo al castaño y se sentó en la cama frotándose los ojos --No te preocupes, creo que ya me paso un par de veces aquí ya. Disculpa pero ¿Que hora es ya?--.

Al escuchar una voz dio un pequeño respingo ya que le había causado un susto. Se había adentrado a la habitación con la idea de que era la suya, pero al parecer estaba equivocado.— Oh, lo siento mucho, en verdad. Yo ya me voy, tú vuelve a dormir.

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--Te lo agradezco pero ¿Tan temprano?-- Dijo el rubio siguiendo al castaño con la vista, no tenía demasiada intención de levantarse ni nada parecido, pero no podía quedarse en cama todo el día, menos si tenía visita en el cuarto. Suspiro antes de sentarse en la cama --Vale, pero tendrás que esperarme un rato, aún no planeo levantarme-- Se encogió de hombros.

–¿Te traigo café y así es cómo me recibes?– inquirió desde el marco de la puerta, sosteniendo dos vasos en sus manos. Con una pequeña mueca, se acercó a la cama de contrario para ponerlos sobre una de las mesas y luego volverse nuevamente al rubio. –Vamos, ¡arriba!– animó en una voz un poco más alta de lo normal. –Te dije que te enseñaría a usar tu teléfono y estoy aquí para hacerlo.– anunció. 

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Al escuchar a la chica se sobresalto un poco, estaba dormido pro que se quedara dormido en un aula era algo que jamás pasaría, así que se sentó rápido pensando que estaba durmiendo en un salón, pero no era así --Si andas en búsqueda de un salón... Pues andas un poco perdida, estás son las habitaciones-- soltó una leve risa.

La rubia se paseaba por la universidad, ya había terminado con sus deberes y sentía como una ligera jaqueca se apoderada de su cabeza, pensaba que probablemente se debía al estrés al que se había estado enfrentando en estos últimos días. Se adentró en un aula del instituto y escuchó las palabras que decía el rubio. “Yo…lo siento, creo que definitivamente me he equivocado de salón.” Dijo mientras mordía ligeramente su labio inferior.

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Al incorporarse, noto a la pelirroja bastante sorprendida a decir verdad --¿Que buscas?... Quizás podría ayudarte --Se encogió de hombros levantándose de la cama.

-Ya lo noté-dijo con la mirada completamente abierta. Okay…el chico era atractivo, estaba semidesnudo y ese color de sábanas quedaba muy, muy, muy bien con el tono de su piel.-…E-estaba buscando a…No importa ¿sabes?-agregó un poco incómoda, dudando si debía salir corriendo o no.

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Sin dejar pasar mucho tiempo, el rubio se decidió a abrir los ojos para saber quién había interrumpido su sueño, al ver a Venus en la puerta le sonrió levemente --No te preocupes, después de todo ya es algo tarde para dormir, creo-- rió levemente. --Pensaba en ir a buscar algo que olvide en la biblioteca hace un par de días ¿me acompañas a ver si sigue allá?-- Sabía que tarde o temprano tenía que ir en búsqueda del articulo perdido y quizás acompañado, seria mucho más rápido.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver al chico y sus piernas frenaron abruptamente. De inmediato y por impulso, revisó el número que aparecía en la puerta, notando así que se había adentrado en una habitación antes que la suya. “Lo siento. Lo siento mucho, Austin, no quería despertarte” Soltó, empleando un tono bajo, mas de poco servía ya que de todas formas había irrumpido el sueño del rubio. “Uhm… Yo… Ehm... Ya me voy” Anunció torpemente, llena de vergüenza. 

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Aún acostado miro al castaño --Totalmente o... Seria muy vergonzoso haber dormido toda la tarde en una habitación ajena-- Dijo con una leve sonrisa ladina. --No, la verdad es que no consumo alcohol-- Se encogió de hombros. --Igual es bastante fácil confundirse, la mayoría de las habitaciones son casi iguales--.

— ¿Seguro? —inquirió, arrugando su frente, e inspeccionó la habitación con detenimiento, aún de pie bajo el marco y con la puerta a medio abrir.— ¿Estas ebrio? —se atrevió a preguntar, por si las moscas.

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Se sentó lentamente en la cama intentando despertar un poco, para luego encontrarse con la mirada de la castaña --No te preocupes, cualquiera se equivoca. A no ser que este chico semi desnudo, sea tu compañero de habitación-- Se encogió levemente de hombros y sonrió --Depende ¿Que hora es?--.

“Lo siento” comentó rápidamente la chica mientras miraba de reojo al chico “Pensé que esta era mi habitación, pero me di cuenta que en verdad es de un chico rubio semi desnudo” bromeó quitando su vista de encima del joven. “¿No crees qué es un poco tarde para dormir?” comentó sin intenciones de irse de la habitación, quizás él lo podía ayudar a encontrar su habitación.

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Abrió levemente los ojos mirando a la castaña --Pues entonces ¿A que se debe tu visita, desconocida?-- Rió levemente y bostezo. Sin mucho esfuerzo se incorporo en la cama y se sentó, abriendo los ojos.

“Quizás no me equivoqué, quizás entré porque quería…” insinuó con una sonrisa tras cerrar la puerta de la habitación, aunque aquello era una mentira; en realidad, si que se había equivocado. Entre tantas habitaciones parecidas le costaba diferenciar la suya. 

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--No te preocupes, a cualquiera podría pasarle...-- Miró al chico aún estando acostado en la cama, asintió --A decir verdad tienes razón, pero ya fui a todas mis clases e hice lo que tenía que hacer, eso creo--.

La mirada del muchacho se clavó al piso tan pronto vio que aquella no era su habitación en absoluto.—Yo.. dios, lo siento. De verdad.—Se apresuró a decir, sintiendo como la vergüenza llenaba su cuerpo de manera fugaz. – ¿No deberías estar haciendo algo productivo?

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--Lo dudo, duermo a diario aquí, te reconocería o eso creo-- Bostezo sentándose en la cama, miro a la castaña y efectivamente no compartía habitación con ella.--¿Arroparme?-- Rió ante el comentario de la chica sin poder evitar sonrojarse un poco --¿No te dijeron tus padres que no debes arropar desconocidos?--.

—O quizás soy tu compañera de habitación y no lo sabes —bromeó, al darse cuenta de que esa era, de hecho, la habitación incorrecta. Como siempre Piper podía ser muy distraída, y lo había sido cuando dijeron el número de las habitaciones de cada uno, así que ella no sabía cual era suya—. O tal vez vine a arroparte —agregó a su broma.

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Luego de unos segundos logro incorporarse en la cama, se frotó los ojos y se sobresalto un poco al ver a la castaña de pie en la habitación --Pues si yo me equivoque, no te imaginas lo vergonzoso que seria que este babeando una almohada ajena-- Rió levemente aún algo dormido. --Disculpa pero ¿Que hora es?.. Ladeo la cabeza mirando a la chica.

Entró en la habitación sin llamar y sin reparar en cualquier anuncio que pudiera indicarle a que cuarto había entrado, cerró la puerta de un tirón, lo que provocó que hiciera un estruendo no solo dentro de la habitación, sino también fuera. Miró dentro y reparó en la figura que se despertaba en una de las camas y abrió los ojos como plato al darse cuenta que no era ese su cuarto. Soltó una risa nerviosa y asintió con su cabeza. – Sí… creo que me equivoqué – Comentó sin más sonriendo y elevando sus hombros. – ¿O no será que tú te metiste a dormir a una habitación incorrecta? – Entrecerró los ojos y esperó respuesta, aunque sabía que la que se había equivocado era ella.

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Le sonrió a la rubia por su comentario y luego se hizo el ofendido --¿Tan aburrido piensas que soy?-- Rió luego de esto y negó con la cabeza --Para nada, además vamos al mismo lugar, así no te vas sola. Después de todo, la cantidad de personas que anda por ahí fuera de si, es bastante y podría pasarte algo si no vas acompañada--.

“Cieeerto…” Murmuró, alargando la palabra en acto de vergüenza. El contrario tenía razón, no había forma de que pudiese reconocerlo si desconocía su aspecto, y no haber razonado algo tan lógico le resultaba embarazoso. “Bueno, aún así, es bueno verte, quería conocerte en persona” Sonrió, para después asentir. “Sí, me dabas la impresión de no ser un chico al que le guste éste tipo de actividades… Uh, ¿te molesta si te acompaño? No creo estar aportando algo a la fiesta”. 

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--Dije que me voy a ir, chica de pelo azul-- Repitió un poco más fuerte para que ella pudiese escucharle. El ruido, el humo y la mayoría de los ebrios perdiendo su dignidad poco a poco,lo tenían bastante aburrido. --A decir verdad mi concepto de diversión, es bastante más tranquilo y nerd al que podría tener la mayoría-- Rió.

La peliazul volteó cuando escuchó aquella voz, pero era demasiada la música y el alboroto que había en la fraternidad que le fue imposible entender lo que este había dicho. — ¿Dijiste algo? — Cuestionó al momento que elevaba una ceja, analizándolo ligeramente con la mirada, no tenía la actitud de fiesta característica de más del noventa porciento de los estudiantes. — ¿Por qué tan solo? ¿No has venido a divertirte?