Alice Lilianne Potter Ravenclaw | Fabian's older twin | Mother of dragons.
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
— También cree que las gomitas de uva son mejores que las de fresa aunque saben a jarabe para la tos. Su opinión no es exactamente la mejor.— Gracias a ese comentario de su papá, Charles tenía la errónea idea de que le había dado su permiso o algo parecido, aunque no parecía tomar en consideración el que ella evidentemente no estaba interesada en algo más allá que la relación profesional que tenían.
— No quieres conducir en Interlagos bajo la lluvia.— Era uno de los circuitos más complicados y recorrerlo bajo la lluvia solo incrementaba la complejidad.— Pero puedes llevarme a acampar bajo la lluvia... Si quieres...— Definitivamente lo mejor para evadir la presión de los demás era ir a algún lugar poco concurrido durante el verano. Quizá podía sonar exagerado, pero quería esperar a las vacaciones para evitar perder la concentración a mitad de la temporada.
Se sentía mucho mejor después de haber tenido esa charla con Ally. Aunque ella no lo había dejado claro, parecía que lo más sensato esperar al menos al descanso por el día de Gracias y sus similares en todo el mundo. Tres semanas de vacaciones para despejar la mente e ir a por todo en las últimas fechas de la temporada.
Y en su caso, probablemente tres semanas para pasear con Ally en algún paraje exótico, dónde nadie pudiera seguirlos ni filtrar imágenes en las redes para que extraños pudieran juzgarlos.
— Probablemente cree que Charles está más a tu altura — respondió casi en automático. No quería propiciar ahora una discusión, pero en su momento aquel gesto del padre de Ally lo hizo sentir furioso—. Pero soportaré cualquier interrogatorio. Incluso si Fabian y Gid quieren cruzar ese puente. Lo que siento por ti me hace sentir valiente, casi salvaje. Cómo conducir en Interlagos bajo la lluvia.
25 notes
·
View notes
Text
— Viendo el lado bueno, no está pidiendo fotografías de después de la fiesta.— Respondió, con una risita, antes de darle un sorbo a su taza de café.— Porque eso sí sería escandaloso.— Después de haber tenido una conversación con su madre sobre la gala, ahora quedaba claro que definitivamente ambas mujeres habían hablado sobre sus sospechas, lo que volvía todo mucho más divertido.
Cada que se le presentaba la oportunidad, como en ese momento, prefería comer con las manos en lugar de tener que usar sus cubiertos. Encontraba un tanto exagerado el tener que tomar sus fresas con un tenedor.
Se tensó en su silla al escuchar la puerta abrirse de manera repentina. Si bien ambos estaban vestidos, habían intercambiado partes de sus pijamas y eso no sería fácil de explicar, pero al ver a la pequeña Dawlish suspiró aliviada.
— No es necesario que hagas eso cuando estamos a solas.— Que los demás tuvieran que hacer reverencias ante ella le parecía demasiado arcaico, especialmente si no se encontraban en público.— Yo diría que llegó en buen momento porque necesito un poco de ayuda con mi pan.— Le hizo un espacio en su propio asiento para que se sentara con ella. Contrariarla y hacer que se fuera en ese momento podía ser contraproducente.
— De saber que te gustaba tanto te habríamos enviado a tomar fotografías desde mucho antes.— Consideró que era lo mejor no decir nada sobre su comentario de los zapatos altos. Si los habían enviado a ese evento de último momento era porque querían que se sintieran lo suficientemente cómodos para animarlos a hablar.
— Claro que vi la transmisión, no iba a perdérmela.— Por supuesto seguiría todo de cerca. Además de todo, era el primer evento al que enviaban a los chicos sin supervisión adulta y eso la ponía un poco nerviosa.— Pero si tienes algunas fotografías usando la capa del atuendo de Alice me gustaría un par de copias.— Por supuesto le había enseñado a George lo que estaba pasando. A sus ojos era una confirmación de su teoría.
84 notes
·
View notes
Text
JONAH HAUER KING & KATHRYN NEWTON,
attends the 2025 Vanity Fair Oscar Party.
90 notes
·
View notes
Text
.
Se aferró a su cadera con su pierna. Estaba terriblemente mal, pero la poca cordura que le quedaba la había abandonado desde el momento en que la siguió hasta su oficina. Pero en ese momento no hubiera podido pedirle que se detuviera. No a menos que él quisiera hacerlo.
Se sujetó de su brazo que se encontraba en la unión entre su cuello y su cabeza, quizá con más fuerza de la necesaria mientras intentaba seguirle el ritmo, pero el extraño sonido del sillón la hizo volver a la realidad por un minuto. No esperaba que la besara en ese momento y al escuchar lo que tenía para decirle, estaba segura de que eso sería todo y se iría.
Se encontraba agitada, confundida y seguramente su cabello era un desastre. No lograba descifrar qué era lo que quería hacer, así que solo dejó que la sujetara de la mano para ayudarla a incorporarse.
Estaba indecisa sobre dejar caer todo su peso sobre él al sentarse pero sus manos sobre su pecho y el que se moviera contra ella la animó a continuar. Se sujetó de sus hombros, haciéndolo recargarse contra el respaldo, utilizando sus rodillas para impulsarse lo necesario. Terminó de acortar la distancia entre ambos, mordiendo su labio inferior con más fuerza de la que había sido su intención inicial al sentirlo de nuevo dentro de ella, buscando establecer el mismo ritmo antes de que tuvieran que detenerse.
.
—Ally... — repitió con ese tono de voz mucho más profundo del que tenía habitualmente. Deslizó con cuidado una de las piernas de ella desde su hombro hacia su cadera, para poder acercarse, besar su pecho y su cuello y susurrarle lo hermosa y perfecta que era.
Porque esa era la verdad. Nunca se sintió tan bien antes y dudaba que volviera a ser el mismo después de esa mañana. Sujetó suavemente su cabeza justo en el sitio de unión con su cuello para evitar que rebotara mientras incrementaba un poco más la velocidad y fuerza de sus embestidas, pero el sofá tenía otros planes. Comenzó a crujir de manera extraña, lo que le provocó una risita. Se estiró para darle un beso en la boca, sonriendo contra sus labios.
—No quiero que recuerdes este día como el mismo en el que arruinamos tu sofá, ven�� la animó a incorporarse sujetándola de la mano con delicadeza.
Se sentó justo en el medio del mueble y la dirigió para que se sentara de frente a él, rodeándolo con sus piernas. Se habían separado pero el calor en su entrepierna no había disminuido ni un poco. Se empujó levemente contra ella cuando estuvo cerca, aún sin unirse pues quería que ella decidiera continuar. Aprovechó la posición para darle algo de atención a sus pechos, tomándolos en sus manos y apretando suavemente, ya que había quedado claro antes que no Alice no disfrutaba del todo el contacto en su espalda.
63 notes
·
View notes
Text
— No es como que pueda estar orgulloso de sus caballos desbocados. Hay algunos rumores sobre algunos de sus patrocinadores no renovando su contrato para el próximo año.— No podía asegurar que esa información era completamente real, pero más valía estar preparada y comenzaría a trabajar en algunas presentaciones en caso de que estuvieran buscando un nuevo equipo en quién invertir.
Tener la pequeña toalla cubriendo su rostro le daba cierta sensación de seguridad. El que no pudiera ver su reacción le permitía meditar un poco más lo que estaba diciendo.
— Papá va a interrogarte, espero que lo sepas.— Su respuesta realmente sonaba como una tontería, pero sentía que había pasado mucho tiempo son decir nada.— Y que lo que sea que pase no puede afectar al resto del equipo o van a matarnos a ambos.— Lo último que quería era que su buena dinámica se viera afectada si las cosas no salían de la forma en la que ambos esperaban. Estarían afectando el trabajo de muchísimas personas empezando por sus propias familias.
Se mantuvo cerca para ayudar. Sabía que aunque la terapia de hielo era prácticamente imprescindible y demasiado beneficiosa, eso no significaba que fuera fácil tomarla. Un desmayo o simplemente una retirada demasiado brusca podría terminar en una lesión.
— Enzo Ferrari estaría orgulloso de ese grito — dijo disimulando una risita. Se sentó frente a ella, en el piso del cuarto de baño, atento por si necesitaba asistencia. Cuando notó que ella mordía algo de hielo, pudo relajar sus hombros. La parte difícil había quedado atrás, al menos la que tenía que ver exclusivamente con la bañera.
— Bueno, si quieres podemos intentar saber si somos una buena combinación fuera de las pistas y de la oficina creativa. Sería como un secreto, al menos frente al equipo en todas las veces que luzcas como Fabian. Tendríamos todos los días que no estuviéramos en semana de carrera en el paddock — comenzó a explicar sintiendo un poco menos de nervios porque Ally no estaba mirándolo —. Y la otra opción es esperar a las vacaciones de invierno. No tendríamos que fingir delante de nadie. Lo único que quiero es demostrarte cómo me siento para que puedas saber si también sientes algo por mi. No estoy seguro de estar usando las palabras correctas.
#lamento mucho la tardanza mi internet decidió abandonarme y fue necesario cambiar toda la instalación x_x#suburban legends
25 notes
·
View notes
Text
Lo siguió hasta el baño mientras se preparaba mentalmente y no solo para tener que sumergirse en el hielo. Estaba por demás decir que se trataba de una semana complicada y no solo por la complicada carrera que le esperaba.
Colgó su bata de baño sobre uno de los ganchos que se encontraban en la pared, quedando solo con su traje de baño y el puerquito de juguete que le había llevado.
— ¡ALBÓNDIGAS CON PASTA!— Exclamó en un intento por no soltar una palabrota mientras metía primero los pies en la tina llena de hielo. Cuando estuvo completamente sentada apretó rápidamente el juguete de plástico varias veces, mientras parecía que iba a gritar aunque ningún sonido salía realmente de ella durante esos minutos eternos que le tomaba asimilar la temperatura. Después de lo que le pareció toda una vida, incluso se llevó a la boca uno de los hielos de la parte superior para morderlo.
Había evitado a toda costa hablar sobre Las Vegas. Estaban teniendo una increíble racha ganadora, se acercaba la carrera más complicada de la temporada y no quería arruinarlo por algo que seguramente no había significado nada para él. No tenía sentido. Así que cuando Dawlish comenzó a hablar al respecto, tomó una de las pequeñas toallas faciales cuidadosamente dobladas en el borde de la enorme bañera para cubrirse el rostro. Sin importar lo que fuera a decir, no quería que su expresión la delatara.
— Me gustaría ver cómo le explicarías eso a tu mamá y a la mía.— Respondió, aún con la toalla sobre el rostro. Su mente trabajaba a toda velocidad tratando de procesar todo lo que estaba diciendo, pero no lo quedaba claro a dónde es que quería llegar.— ¿Y cuáles se supone que sean esas dos opciones? Porque si una de ellas es dejar de correr, te mataré.
— Descuida, aunque no tenga la ayuda de los pingüinos nada me separará de tí mientras dure la inmersión en hielos — dijo adelantándose al cuarto de baño para vertir todos los cubos dentro de la bañera. El objetivo no era sólo relajar los músculos, sino también despejar la mente y enfocarse en la carrera. Sin contar con que era de las más peligrosas por tratarse de una carrera nocturna durante la cual las luces y la velocidad podían jugar en contra del piloto.
Pero sabía que había un asunto que no podían ignorar, pues lo que menos quería era que algo así logrará distraer a Alice ese fin de semana.
— Yo... Bueno, quiero hablar sobre la noche después de la carrera. Creo que hablo por ambos al decir que la emoción por el triunfo y las bebidas de la fiesta fueron más de lo que podíamos manejar. Lamento no haber cumplido mi palabra y sólo acompañarte a tu habitación. Tengo recuerdos borrosos de lo que ocurrió para que todo terminara de hecho en mi habitación, pero quiero asegurarte que estoy seguro de que no hice nada que pueda avergonzarme ni que haya vulnerado tu honor. Puedo jurarlo por mi vida.
Tomó un poco de aire antes de continuar, a pesar de que había ensayado lo que diría frente al espejo, podía apostar a qué estaba sonrojado, pues sentía sus mejillas arder.
— No me arrepiento de lo que sucedió. He pasado todos estos meses desde que empezó el sueño de la escudería, preguntándome si la preocupación que siento cuando estás en el auto es sólo porque crecimos juntos o hay algo más. Nada me gustaría más que descubrirlo pero aunque ya no es común que alguien de otro equipo nos gane, he visto lo que sucede cuando alguien gana una carrera espectacular y Lucy me mataría te si beso en transmisión internacional luciendo como Fabian. Así que, supongo que tenemos dos opciones, si estás de acuerdo.
25 notes
·
View notes
Text
— Tal vez me dormiría temprano si alguien no roncara tan fuerte desde el otro lado del pasillo.— Respondió contraatacando. No importaba si no era cierto, era divertido ponerlo en aprietos frente a otras personas.
— Las tartas están ricas, es lo único que he probado. Y definitivamente usé una servilleta después.— Mantenía esa mano en el aire para no ensuciar su ropa o entonces su madre seguramente se daría cuenta de lo que hizo.— Pero creo que probaré las palomitas, sí.— Cerró esa misma mano un par de veces como si se tratara de una pinza antes de tomar la pequeña bolsa como las que se podían conseguir en el cine. — ¿Qué sabes de no arruinar tu apetito con dulces?— La afirmación logró hacerla reír.— Podrías acabarte tú solo una bolsa jumbo de gomitas y aún así terminarte la cena.— Cosa que pasaba bastante a menudo e incluso era sobornada con los mismos dulces para no decirle su secreto a su mamá.
— Un bebé está bien, supongo. Yo quería un dragón miniatura pero dijeron que no porque podía ser peligroso. Como si no hubiera más probabilidades de que Gideon hiciera explotar la casa mientras juega.— Tener acceso ilimitado a los productos de la tienda de bromas de sus tíos no era algo que su hermano no aprovechara.
— De hecho yo diría que sigues siendo una bebé. Hay que ver qué duermas en las noches y despertarte para el desayuno — dijo acercándose a ambos chicos. Había perdido de visita a Lizz, que comentó algo sobre buscar a Sylvie para pedirle más servilletas y lo dejó solo en el jardín. Al girarse vió a Ally acompañada de uno de los nietos de Greta Catchlove. Por un momento creyó que el hijo de George estaba con ellos también, pero al ver que estaba solos, no pudo evitar acercarse.
— Hola ¿todo en orden? Perdí a tu madre pero me alegra haberte encontrado. ¿Alguna sugerencia, Tyrallysaurius? No dudo que todo esté delicioso pero no quiero arruinar mi apetito con dulces, aunque no me negaré a un bocadillo. ¿Probaron ya las palomitas cubiertas con chocolate?
70 notes
·
View notes
Text
— El que no hayas escuchado sobre ellos no quiere decir que no existan.— Respondió, mientras paseaba por la mirada por la mesa tratando de decidir si comería un cupcake o una porción de palomitas cubiertas de chocolate.— Solo se tiene información de los animagos registrados y aunque no hay datos oficiales estoy casi segura que hay muchos más de los que el ministerio sabe.— Su abuelo y sus amigos lo habían sido. Lograron convertirse en animagos en sus años escolares y jamás le informaron al Ministerio por razones obvias.
Que pudiera existir alguien capaz de transformarse en un animal de ese tipo definitivamente no sería bien recibido por el Ministerio y comprendía que no quisiera informar a las autoridades al respecto. Aún así, investigaría más al respecto.
Pensaba en todas las posibilidades, ignorando por completo el que Robb la estaba mirando y la forma en la que lo hacía.
— Fabian no cuenta, yo también era la bebé. Si no recuerdo mucho de cuando Beth y Gideon eran pequeños, mucho menos de cuando era yo la que usaba los pañales.— Aunque su madre tenía cientos de fotografías e incluso almacenadas en orden cronológico, su memoria no llegaba hasta sus primeros años.
No pudo evitar un suspiro. La idea de un animago dragón había cruzado por la mente de Ally y él pudo darse cuenta. Los ojos de ella brillaron de una forma muy especial y a él le pareció lo más bonito del universo.
Se cubrió la boca un poco apenado por ese gesto, aunque no le molestaba realmente que Ally notara que la miraba con esa mezcla de admiración y ternura. Si alguien lo viera en ese momento, lo sabría, pero Potter no parecía darse cuenta de nada.
—Yo nunca escuché de algún animago que fuera un dragón, pero seguramente tú puedes encontrar la manera. Desde que te conozco, no hay nada que no puedas hacer... Excepto mantener a salvo tus tartas— respondió robando el último trocito de tarta que tenía en la mano, intentando desviar la atención.
—¿Sólo dos? ¿Acaso no estás contando a Fabian? — preguntó con una risita. El hermano gemelo de Ally a quién aún no había visto esa tarde pero podría apostar a qué estaba con Lucy—. Ya sabemos que parece más bien el gemelo de Lucy pero también eres su hermana mayor por lo que recuerdo.
70 notes
·
View notes
Text
Apenas aterrizaron en la siguiente ciudad comenzaron a trabajar. Además de las prácticas no podía dejar de lado las reuniones de trabajo con el quipo de comunicación y los inversionistas.
Había sido un día largo pero agradecía que fuera así pues la mantenía demasiado ocupada como para pensar en lo que había sucedido en Las Vegas después de la carrera. Técnicamente nada había pasado. O por lo menos nada que fuera más allá de algunos, o más que algunos realmente, besos y haberse quedado dormida en la habitación de Elijah.
Que llamaran a la puerta la sacó de sus pensamientos. Tan pronto volvió a su habitación preparó lo necesario para el baño de hielo que necesitaba después del entrenamiento de ese día y era precisamente Dawlish quien se encargaba de llevarle el hielo con tal de proteger su secreto.
— Yo solo acepté meterme en la bañera con hielos porque me prometieron pingüinos.— Respondió, al dejarlo entrar, cerrando la puerta detrás de él. Él no había mencionado el tema y si no lo hacía era porque, a su consideración, no quería hacerlo y ella se negaba a ser la primera en sacar el tema a colación y volver todo el ambiente incómodo.— Y como tampoco tengo patitos de hule, tomaré el puerquito.— Tomó el pequeño juguete que llevaba, dándole un par de apretones para hacerlo sonar.— Ya tengo todo listo en el baño, aunque yo no estoy lista necesariamente.— Sumergirse en el hielo era de sus partes menos favorita de cada temporada.
Las prácticas en Abu Dhabi comenzaban como siempre en jueves. Al ser una carrera nocturna, las preparaciones comenzaban en un horario menos exigente, pero aún así sabía que a Ally le gustaba tener todo listo de acuerdo a su itinerario.
Aunque legalmente le correspondía a Sebastian pilotar el segundo monoplaza, alternando carreras con Fabian, él dejó claro que prefería cederle el lugar por una fecha más luego de la aplastante cátedra de conducción en el circuito callejero de Las Vegas. La prensa tuvo sus opiniones al respecto, pero no podían negar que Fabian, o mejor dicho Ally, demostraba con cada carrera un dominio superior del auto.
Llamó a la puerta de la habitación de hotel de Ally. El resto de la escudería incluyendo mecánicos y a los otros ingenieros, se alojaban en un piso diferente. Por lo que su carga de hielo fresco para el baño de Alice, posterior a su entrenamiento de la mañana, estaba a salvo de las miradas curiosas.
Aún no habían hablado de lo que ocurrió entre ellos en Las Vegas. Era indudable que no había pasado nada más allá de unos cuantos besos, pero aún así no todos los días te despiertas compartiendo tu cama con alguien. Por lo que todavía estaba intentando decidir si lo mejor era dejarlo pasar o charlar al respecto.
Pensaba en todo eso mientras la puerta se abría, revelando a la ocupante de la habitación.
—Entrega especial desde el Polo Norte, los pingüinos no estaban incluidos pero te traje un poco de compañía — dijo sacando de su bolsillo un cerdito de goma, que al apachurrarlo emitía un chirrido suave.
25 notes
·
View notes
Text
— ¿Cinco años? Cuando menos se lo esperen Fabian les va a decir que Lucy está horneando algo y no necesariamente un pastel.— Agregó, intentando seguir molestando a su papá y por su reacción parecía que no sería tan difícil.
— No lo sé, ¿Qué consideran que sería apropiado a cambio de guardarles el secreto? Estoy abierta a escuchar ofertas.— De todas formas no diría nada, pero si se presentaba la oportunidad de obtener algo a cambio, la tomaría.
La reacción de su papá la hizo echarse a reír pero rápidamente tuvo que recordarse en dónde estaban.— Lo siento.— Dijo, cubriendo su rostro con su mano tratando de amortiguar el sonido.— Sí claro, aún no tienes ni una. Tampoco arrugas, claro que no.— Agregó cuando pudo recuperar el aire por el ataque de risa. Tomó su vaso para cubrir la pequeña sonrisa que se asomó por su rostro cuando lo escuchó hablar sobre su futuro.— Claro que sí...— Aún no les había dicho sobre sus planes para viajar con Elijah apenas terminara el colegio y sabía que debía hacerlo pronto pero no había encontrado el momento correcto para hacerlo.
— De que puedes llevar a alguien más en tus hombros, claro… Que debas hacerlo eso es otra historia.— Aunque estaba bromeando también, sí la ponía un tanto nerviosa el hecho de que ya no eran tan jóvenes como cuando llegaron los niños.
—Pues por ahora se me ocurre buscar el tinte correcto para ocultar todas las canas que ya tienes.— Agregó, pasando una mano por su cabello. Era solo unos meses mayor que ella, pero no por eso no lo usaba para molestarlo un poco.— Porque tal vez podamos evitar que te veas como el abuelo del bebé, pero no que te hagan abuelo en unos cinco años.— Los niños estaban creciendo muy rápido, y con lo que había visto ese día, solo era cuestión de tiempo para que se fueran de casa y no le sorprendería si Alice decidía hacerlo apenas se graduara del colegio.
— ¿Un incentivo? ¿Qué quieres a cambio de guardarnos el secreto por unos días?— Aún no había pensado en cómo les darían la noticia, pero sí quería hacerlo mientras estaban todos juntos.
361 notes
·
View notes
Text
Por fortuna el resto de la fiesta pasó sin otro incidente, pero se debió en su mayoría a que Elijah no hizo ni el menor intento por volver a acercarse. Todos estaban muy tensos y no era la mejor idea el hacerlos molestar de nuevo.
Eliza había pasado de brazos en brazos jugando y para cuando era hora de volver a casa ya estaba exhausta, lo suficiente para quedarse dormida en sus brazos. Ni siquiera el movimiento al sacarla del auto la hizo despertar y seguramente seguiría así hasta que fuera hora de comer.
— Un sándwich está bien. Gracias mami.— Llevó a la bebé directamente a su cambiador por un pañal limpio y su pijama. Apenas y se movió cuando la dejó en su cuna y solo entonces fue a buscar su pijama.
Cuando bajó a la cocina su sándwich ya estaba esperándola al igual que un vaso de leche con chocolate. No sabía cómo abordar el tema, pero quería asegurarle a su madre que no tenía nada de qué preocuparse. Pensaba en la forma de hacerlo mientras le daba un par de mordidas a su comida.
Se mantuvo cerca de ambas durante el resto de la fiesta con tal de evitar que Elijah pudiera acercarse e intentara llevárselas de nuevo como había sucedido el día anterior. Ambas, especialmente Eliza, necesitaban de una rutina y no iba a permitir que él simplemente llegara a interferir porque se sentía con derecho a hacerlo.
Que el resto de la familia estuviera presente le daba un poco más de calma, pero no estuvo realmente tranquila hasta que la fiesta terminó y fue hora de volver a casa. Mantener entretenida a Eliza el resto de la tarde no fue sencillo pero lo habían logrado e incluso antes de ir al auto ya se había quedado dormida.
— Puedo hacerte algo mientras la llevas a dormir y te cambias si es que tienes hambre.— Dijo, mientras estacionaba el auto. Sabía que tampoco debía ser sencillo para ella y que se angustiara por culpa de Elijah era algo que definitivamente no quería.
243 notes
·
View notes
Text
KATHRYN NEWTON out in New York City, June 7.
179 notes
·
View notes
Text
Al terminar la llamada decidió que lo mejor sería tomar un poco de poción para dormir o estaría despierta hasta tarde y eso era algo que no se podía permitir la noche antes a una carrera, incluso si no sería ella quien estuviera corriendo. A la mañana siguiente además de desayunar se dio el tiempo de meditar un poco antes de que fueran a buscarla. Hacerlo la ayudaba a controlar sus nervios y aquella era una de las carreras más importantes de la temporada.
Aunque tenía toda su fe puesta en el desempeño del equipo, cruzar la línea de meta antes que el resto de los corredores la tenía eufórica, tanto que sus manos temblaban al querer desabrochar el cinturón de seguridad y salir del auto. La descarga de adrenalina de ese momento era tan grande que sentía que podía atravesar todo el circuito corriendo y probablemente hubiera salido a toda velocidad para lanzarse contra el resto del equipo que la estaba esperando para celebrar, pero no había tiempo.
Por la expresión en el rostro de Elijah cuando le quitó el casco y le despejó el cabello supo que el tiempo se agotaba.— Debo correr el baño.— Anunció, lo suficientemente algo para que los demás escucharan y no resultara tan extraño el que saliera corriendo de esa forma, además de avisarle a su hermano que debían ir a los vestidores a hacer el cambio, donde ya tenían todo preparado. Bebió la poción para revertir el efecto y volver a su aspecto normal, además de cambiarse la ropa e intercambiar notas con su hermano sobre lo que vio durante la carrera, pues seguramente sería tema de conversación con los inversionistas y otros invitados de su papá en la fiesta que se ofrecería, además de preguntar por su madre. Albus Potter era lo suficientemente distraído para poder engañarlo, pero hacerlo con su madre no era tan sencillo. Por fortuna su plan había funcionado y seguía sin sospechar nada. Eso la dejaba un poco más tranquila para la siguiente carrera que, en su opinión, era la más difícil de toda la temporada.
Sonrió escuchando ese reclamo disimulado. Si algo admiraba profundamente de ella, era su determinación por el triunfo. Era la fuerza que le permitió construir el mejor auto de la parrilla y obtener el primer lugar en cada podio que corrió, creando las oportunidades perfectas cada vez.
—Por supuesto, es casi un trámite. A la gente en Ferrari no les hará ni pizca de gracia. Pero el auto que tú creaste es el ganador indiscutible— afirmó sin hacer nada por disimular su emoción.
Aquella noche se despidieron más tranquilos y al día siguiente ni siquiera tuvo tiempo para pensar en si estaba o no funcionando el plan con Fabian. Estuvo atento a las gráficas, las estadísticas y a cada segundo en general de la carrera. Por lo que cuando Ally cruzó la meta, salió corriendo a recibirla. De haber podido, la hubiera besado. Pero estaba usando el casco y cuando se lo quitó, fue un recordatorio de que se veía como su hermano.
Extendió la mano en automático para ocultar el mechón de cabello que comenzaba a tornarse rubio y fue prácticamente una señal para que saliera con el verdadero Fabian hacia el vestidor.
Ignoró a su hermana en ese momento pues lo miraba extrañada y también la evadió durante la enorme celebración que tuvieron con todos los mecánicos y otros miembros de la escudería para festejar el Campeonato de Constructores en uno de los más exclusivos hoteles de la ciudad. Su tío Albus había dicho que tendrían una cena formal para celebrar el lunes en la noche en la sede del equipo, pero la mente de Elijah ya estaba en el siguiente fin de semana.
La pista de Yas Marina en Abu Dabi era de las más demandantes de la temporada y la única que incluso Ally no había logrado dominar en el simulador sin tener al menos un ligero encuentro con el muro.
25 notes
·
View notes
Text
.
Que se moviera contra ella de esa manera la hizo estremecerse. Aunque hacía su mejor esfuerzo por ser silenciosa, ni siquiera morder su propio labio inferior para lograrlo era suficiente. Comenzó a moverse contra él, buscando más contacto, pues aquello no parecía ser suficiente.
Lo rodeó con más fuerza con sus piernas cuando por fin lo hizo, haciendo que saliera de ella un sonido que nunca hubiera logrado reprimir. Contuvo la respiración al percatarse que se había detenido. No podía evitar preguntarse si había sido demasiado y ahora él quería irse.
No logró adivinar qué era lo que haría cuando tomó sus piernas, pero cuando volvió a moverse contra ella con más intensidad la obligó a arquear la espalda contra él, aferrándose a sus antebrazos, buscando algo de qué sujetarse, haciéndola emitir varios sonidos ahogados.
— Dilo otra vez...— Pidió, casi de manera instintiva mientras se movía contra él tratando de seguir el ritmo que había establecido haciendo que algo dentro de ella comenzara a contraerse. En ese momento no podía importarle menos si estaba bien o mal lo que estaba pasando. De ninguna forma hubiera podido pedirle que se detuviera.
.
Podía asegurar, por los sonidos que escapaban de la boca de Ally, que estaba disfrutando el momento tanto cómo él. Y cuando ella lo tomó por los hombros, por un segundo fue consciente de que seguramente lucía desastroso: con el cabello alborotado y las mejillas enrojecidas. Agradeció mentalmente que ella hubiera apagado la luz antes. Cuando alcanzó de nuevo su altura, se acercó lo suficiente para darle un beso suave en los labios. Pero Ally no permitió que el beso fuera tan superficial. Al contrario, lo sujetó más cerca y él la siguió hasta el sillón que apenas era visible en la penumbra de la oficina. Porque si lo hubiera visto antes quizá habría sido de ayuda.
Se estremeció de deseo cuando ella lo rodeó con sus piernas, provocando que un gemido nada silencioso escapara de su boca a la vez que empujó sus caderas hacia adelante, aún sin unirse podía notar la exquisita calidez de su entrepierna.
A diferencia de él, el cabello rubio de Ally lucía perfecto desplegado sobre la superficie de tela del sillón como un abanico, su voz ligeramente más profunda por la agitación hizo que una especie de corriente eléctrica recorriera su columna vertebral.
Ni aunque en ese preciso momento alguien llamara a la puerta o incluso si se abriera el techo por un improbable desastre natural, él no podría negarse a lo que ella le pedía.
Se acomodó mejor entre sus piernas, sujetándose a si mismo para deslizarse en su interior, por un instante es consciente de que está conteniendo el aliento. Aunque desde ese ángulo es embriagante el roce por lo estrecha que la encuentra, lo último que quiere es lastimarla, de modo que detiene su avance y sujeta las piernas de ella para colocarlas sobre sus hombros. Ese cambio hace que la resistencia desaparezca y pueda hundirse por completo dentro, al mismo tiempo que un sonido gutural escapa de su boca.
—Alice... — murmuró contra la piel de su cuello mientras retrocede un poco sólo para embestirla de nuevo, todavía con cuidado, dejando que se adapte a él antes de incrementar el ritmo.
63 notes
·
View notes
Text
Aunque trataba de ocultarlo, no estaría tranquila hasta que estuviera de regreso en casa e incluso ahí, sabía que estaría inquieta ante la posibilidad de que su madre o sus hermanos llegaran a tratar de convencerlos. No podía esperar por volver a salir de la ciudad y no tener que preocuparse por que quisieran hacer pruebas en Eliza.
— No lo creo porque yo ya pedí ese brazo...— Ese tipo de juegos eran normales cuando estaban solos. Esperaba que para ella pasara desapercibido el que estaban intentando distraerla. La risa de su bebé logró hacerla sonreír, aunque rápidamente volvió a llenarse de preocupación al ver las mariposas que había conjurado y que no podía asegurar que no fuera intencional. Frotó su espalda suavemente, estrechándola contra ella con la finalidad de que no pudiera ver su expresión angustiada porque su madre la había visto desde el otro extremo del pasillo. Algo así definitivamente haría que su insistencia aumentara.
— Vamos corazón, voy a necesitar tu ayuda para atacar un pedazo de pastel.— Volvió con ella a la sala, esta vez usando una de las almohadas junto a la mesita de café para sentarse, acomodando a la pequeña para que se sentara en sus piernas. Si se tratara de una situación diferente no tendría problema en sentarse en el sillón, pero ella misma necesitaba mantener cerca a su hija para estar tranquila.— Una para ti y una para mí.— Dijo, llamando su atención, entregándole una pequeña cuchara para que pudiera comer el pastel. Ella misma tomó un poco con su cuchara, chocándola con la de la bebé y haciendo un sonido de tintineo.
— Está en la sala con sus pinturas.— Aprovechó la ausencia de ambos y que Eliza estuviera tan entretenida para explicarle rápidamente a George y Sylvie lo que había pasado en el hospital y por qué estaban tan molestos, razón por la que no le sorprendía que Alice fuera a busca a la bebé apenas salió del baño.
— Lo habría hecho pero los niños se terminaron las galletas.— Respondió a Elijah cuando lo escuchó salir, luciendo igual de contrariado que su hija. Si antes el pedirles que consideraran la investigación para Eliza era riesgoso, ahora lucía casi imposible. Les haría llegar la presentación y les aseguraría que la bebé estaría a salvo todo el tiempo, pero presentía que no sería suficiente.
337 notes
·
View notes
Text
— No creo que pudiera tratar solo con vegetarianos. Con omnívoros sí.— Respondió, después de darle una mordida a su tarta, completamente ajena al hecho de que tal vez no seguía hablando sobre animales.— Para que me guste de verdad tendrían que salirte cuatro patas. Y alas. Y echar fuego... ¿Un animago puede ser un dragón? — Sus propias palabras la habían llevado a un lugar completamente diferente del que estaban discutiendo. Se perdió en sus pensamientos tratando de decidir que tan factible era y agradeció tener acceso a una biblioteca con volúmenes mucho más especializados que los que había en Hogwarts. Todo era meramente informativo, por supuesto.
— Técnicamente es como la primera, no recuerdo nada de las otras dos veces.— Respondió, mientras miraba a ambos lados asegurándose de que su madre no la viera chuparse los dedos después de comer su tarta o seguramente la reñiría por no usar una servilleta y a su padre por haberle enseñado a hacer eso cuando era pequeña.
Tomó una de las pequeñas y a simple vista apetitosas tartas de la mesa de postres, tuvo que disimular una risita y luchar por no atragantarse al escuchar el comentario de su amiga.
—Bueno, si es necesario volverse vegetariano para gustarte creo que se puede arreglar — dijo apenas se recuperó un poco de la risa que le produjo su propia broma.
Elevó de nuevo las cejas, sorprendido de nuevo. Elizabeth Potter siempre le pareció una madre devota como la suya, por lo que entendía bien esa clase de preocupaciones.
—Serás una increíble hermana mayor. La cuarta vez sin duda es la ganadora.
70 notes
·
View notes
Text
— No es necesario que se molesten, puedo ir a buscar uno más tarde.— Se había convertido ya en una especie de rutina el escabullirse por las noches a la casa de los Dawlish para volver por la mañana antes de que fueran a buscarla.
— El próximo podría tener más glitter.— Como intuyó la noche anterior sus padres, o al menos su madre, estaba planeando enviarla a más eventos de ese tipo aunque no se quejaba. Fue mucho más divertido que las aburridas reuniones a las que normalmente asistía.— Bueno, creo que no tengo nada en mi agenda para esta noche así que si consiguen pizza de pepperoni...— Su insistencia y el que sus hermanos no fueran a estar presentes le daba a entender que querían hablar con ella sobre algo importante.— Y tarta. Y un tazón de pasta o me temo que no será posible que me presente a la cena.
— No recuerdo haber visto panquecitos en la cocina pero si realmente se te antojan puedo pedir que te preparen algunos para más tarde.— Que estuviera hambrienta era una señal de que se encontraba de buen humor. Al enviarla a la gala de la noche anterior le preocupaba que pudiera llegar a sentirse un poco incómoda.
— Si ese es el caso, podemos buscar otras opciones para el próximo evento al que asistas...— Dijo, atenta principalmente a la expresión en su rostro. Esperaba que quisiera asistir a más eventos de ese tipo y comenzara a desenvolverse.— Y hablando de cosas a las que puedes asistir, en vista de que esto es tu desayuno, tal vez te gustaría acompañarnos a tu padre y a mi para la cena. Tus hermanos no están pero podría pedir tus favoritos para hoy o una pizza si es que se te antoja.— Había hecho los arreglos necesarios para que los niños estuvieran ocupados. Quería que, si Alice se animaba a hablar con ellos, estuvieran a solas y que se sintiera segura.
84 notes
·
View notes