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La tercera guerra mundial podría estar a la vuelta de la esquina.

Hace pocos días, Estados Unidos, Inglaterra y Francia “autorizaron” a Ucrania a utilizar misiles de estos países de largo alcance en contra del ejército rojo en suelo ruso. Por supuesto, a Putin ese asunto no le hizo gracia –el tema de la guerra por supuesto no es uno que haga gracia en absoluto a nadie- y respondió con consabida retórica. Eso no es nuevo. Lo que sí lo es, además de su retaliación con misiles balísticos capaces de alcanzar una velocidad de entre 2.5 y 3 kilómetros por segundo –un misil indefendible, de acuerdo a su propaganda-, es el hecho de calificar a los tres países mencionados antes, de ser enemigos de la madre patria rusa, en el sentido de ser combatientes “en activo” y reservarse el derecho de defenderse como le convenga, siempre enarbolando el sentimiento patriótico de defender la continuidad e integridad del país que preside.

Más allá de rasgarse las vestiduras y envolverse en la bandera de “todo lo que hago lo hago por amor a Rusia de forma desinteresada en contra de los malos, malísimos de occidente”, hay una cosa que no puede ser tomada más en serio que ésta: según Putin, el conflicto regional con Ucrania dejó de ser eso, regional; y lo tiene en miras de que sea ahora uno global.

Y ojo. Ni los rusos son tan malos, ni los estadounidenses y aliados son tan buenos. Me explico.

Así, de bote pronto, se me ocurre un suceso como punta de lanza y que se pudiera asemejar al tema que nos ocupa ahora, salvando las proporciones y diferencias: la crisis de los misiles cubanos del 62.

En resumen, los EEUU hicieron un desplazamiento de misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear en suelo italiano y turco. Los rusos respondieron “en espejo”, colocando miles de las mismas características en la isla de Cuba. Entonces, ¿quién se pasó de lanza con quién?

Desde la disolución de la URSS, ha habido algunos acercamientos entre rusos y estadounidenses con respecto a limitar los ensayos nucleares, la reducción del armamento atómico, no colocar misiles en tierra de aquellos países con quienes se tenga frontera, etc, etc. Esa es una –sino es que la principal- de las razones por la que el país de los zares y los osos se opone de forma tan vehemente a que haya misiles de la OTAN en suelo ucraniano.

Pero que también Putin no mame. ¿Ahora resulta que hay efectivos norcoreanos inmiscuidos en el conflicto bélico y espera que los norteamericanos no se pongan al pedo? A no succionar.

Yo no sé quién tiene la razón, y quien dice defenderse y su pm envuelta en pasta hojaldre. Lo que sí sé es que este par de ojetes nos puede llevar al borde de la extinción como especie, en cuanto uno de ellos se ponga nervios y oprima el botón rojo del lanzamiento del arsenal nuclear.

Además, el mensaje de Putin con respecto al lanzamiento de su misil hipersónico es abrumador, por no llamarlo aterrador: “Tenemos la capacidad de atacarlos con misiles más sofisticados y potentes que los suyos. Si creen que no responderemos… no se equivoquen. Haré lo que sea necesario”.

Bueno, dicho lo dicho, nos vemos en el infierno. Lleva las chelas y las hieleras, que los pases VIP los tengo yo.

¡Ahí nos!

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Me representa.

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La belleza de los libros.

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Oficina.

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¿Qué libro toca leer hoy?

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Me robé esta imagen de tuiter.

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Los escritores somos muy buenos para modificar la realidad y hacer que ésta encuadre en la narrativa.

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ELLA.

Su sonrisa. Su cabello. Cuando deja el cepillo encima del lavabo. Cómo dedica su tiempo a trabajar las tareas con los niños. Cómo se enfada cuando meto la pata. Sus dotes de enfermera cuando alguno se enferma. El roce de su mano cuando caminamos. Cómo detecta cuando necesito de sus mimos. Su manera de andar, que la hace inconfundible para mí entre la multitud. Su sarcasmo cuando cuento un chiste sin gracia. Su independencia. Su ropa en la silla. Su olor tras la ducha. Su manera de retorcerse el cabello cuando está nerviosa. Todo esto es el amor. Todo esto es ella. Todo ésto es Lesley Fernanda.

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VERDE QUE TE QUIERO VERDE.

Lo consiguió: el pequeño Lalo tiene permiso de su madre para salir al jardín él solito a regar los tomates. Llena la regadera y se dirige hacia donde se encuentran las hortalizas.

Empieza a regarlas y se fija en que una de ellas tiene algo blanco en su superficie. Acerca su carita con curiosidad y observa dos manchas redondas blanquecinas. De repente ve que las manchas… ¡parpadean! En efecto, el tomate tiene ojos.

- ¡Hola, tomate! ¿Cómo te llamas? – a los ojos de un niño de 5 años no parece tan raro…

- Hola, hijo. ¿Recuerdas cuando esparciste las cenizas de papá por el huerto?

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Los cargos, sean del rango que sean, se escriben con minúscula: El presidente se reunió con el ministro.

Siempre es «echar». No escribas nunca «hechar», esa palabra no existe.

En las abreviaturas como EE. UU. o DD. HH. las letras aparecen dos veces para indicar que cada palabra está en plural.

Según las normas ortográficas actuales, la conjunción «o» no lleva nunca tilde, ni siquiera entre números: Quieres 10 o 12 galletas.

Antes las mayúsculas no se tildaban porque las antiguas máquinas de escribir no lo permitían; hoy, es una falta no hacerlo. ¡Tíldalas!

¿Vas a «stalkear»? Lo correcto en español es «acechar», «espiar», «husmear» o incluso «acusar».

«Aún» significa «todavía»: Se fue hace mucho, aún la sigo esperando.

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¿Peter Scully rodó películas del tipo Daisys destruction en México? 😳

Todo comenzó desde hace varios años cuando de forma perversa se viralizó el tristemente célebre video snuff “Daisy’s destruction”, material elaborado y distribuido por el criminal y agresor sexual Peter Scully. No profundizaré al respecto, pues la documentación que rodea dicho material, así como a los involucrados, se ha tratado en profundidad por muchas personas.

No, el motivo que origina el presente es un tema del cual, sin el temor a equivocarme, nadie habla al respecto.

No es secreto que hace algún tiempo, Scully declaró –a quien quiso escucharlo- acerca de su estado de salud. La noticia sorprendió a algunos y enfureció a otros, pues en palabras de éstos últimos, fue “una salida fácil” para el criminal: Peter Scully sufre de cáncer terminal.

En un arrebato de sólo dios sabe qué, Scully, viendo como su suerte y destino han sido echados y sellados, decide dar a conocer datos ocultos que tienen que ver, pero mucho que ver con su carrera criminal.

Scully menciona que más allá de lo que la gente cree, Europa y Asia no son los principales lugares en donde se producen las películas snuff del tipo Daisy’s destruction. Varios de sus grandes éxitos (sic) fueron producidos y rodados en América Latina en general, y Ciudad de México en particular.

Fue mayúsculo mi asombro cuando escuché y comprendí, de viva voz de este maleante, lo que dijo. Este depravado hizo de las suyas, también, en suelo mexicano. Me aterra imaginarme siquiera lo que les hizo a las chicas de mi amado país.

Esa es la punta del iceberg que picó mi curiosidad y me hizo poner manos a la obra en investigar lo relacionado con lo mencionado por esta bestia.

Fueron varias las horas invertidas en frente del monitor de la computadora, así como incontables noches de labor investigativa. Pero al final, lo conseguí… aunque no del todo.

Encontré que, en efecto, lo relatado por Scully es cierto, al menos en parte, en el sentido de que en México se produce material audiovisual snuff hardcore extremo, además de que es de fácil acceso, sabiendo donde buscar. También descubrí que este infeliz nunca rodó nada parecido a sus producciones en suelo mexicano, así como también otras cosas… interesantes, por llamarlas de forma muy amable.

En ciudad de México existe un hotel clandestino –EL hotel-, ubicado en una de las principales avenidas de la capital mexicana, con instalaciones de lujo y todas sus ventanas polarizadas. Por supuesto, al vivir en la misma ciudad, no estoy en condiciones de divulgar ni su nombre, ni su ubicación exacta, por mi propia seguridad. Pero lo que sí puedo compartir es que, en dicho lugar, solo se puede pagar con Bitcoins y el precio por cada noche de alojamiento es de entre los tres mil y cuatro mil dólares norteamericanos. Y los servicios incluidos por tales precios, son, peculiares. ¿Has oído hablar acerca de los “red rooms”? Bueno, pues por el precio, está incluido el tuyo propio, para que des rienda suelta a tus más bajas pasiones.

¿Te atreverías a alojarte en dicho establecimiento? ¿Quién es el responsable de operar y satisfacer las particulares necesidades de los huéspedes? ¿Cómo es que, si yo pude dar con dicha información, las autoridades no han hecho nada al respecto? ¿Quién se beneficia y de qué manera?

Tengo que encontrar la manera de infiltrarme en dicho lugar, ya sea en persona o de forma digital.

Esta historia continúa en desarrollo.

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Te das las piezas toman ahora su lugar.

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Eva Longoria es muy bonita.