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Esta es mi carta de despedida, hoy le digo adiós a mi habitación de niña y desde mañana seré oficialmente su mujer.

¡Que locura!

Si hace un año me hubieran dicho que esto me pasaría, habría llorado de la risa. Nunca ni siquiera planeé una relación y esta noche, de pronto, tengo algunas cosas en maletas y dejo mi niñez, mi adolescencia, la joven estudiante que se enamoró y desenamoró... dejo atrás recuerdos, la cama que tuve desde los 15 años, me desprendo de todo para darle paso a una nueva yo, a una que busca ideas de cortinas en Pinterest, que piensa en el desastre que es en la cocina, en cómo será que se separa la ropa para poner la lavadora.

Esta es mi última noche durmiendo sola, en esta habitación, es mi última noche viviendo con mis papás y con mi gordo peludito que ya no podrá pedirme que lo suba a la cama.

Tengo sentimientos encontrados, una nostalgia gigante pero también estoy llena de emoción, me ilusiona pensar en mí futuro al lado del hombre que amo. Esa experiencia de ir a comprar electrodomésticos y cosas de cocina con la persona que uno ama, es algo que todos deberíamos vivir en algún momento de la vida.

Esta es mi despedida a esa mujer que le temía enamorarse y comienza mi nueva etapa, como esposa, de la mano de un hombre maravilloso que me hace feliz todos los días.

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Intento de decir lo que siento

Un día elegí renunciar a las relaciones porque siempre me dije “no quieres estar a las 3 de la mañana sin dormir preguntándote un montón de vainas, entre ellas qué está mal contigo”, elegí mi paz mental, la tranquilidad de mi soledad… hoy son las 3 de la mañana y no he podido dormir preguntándome infinidad de cosas. ¿Cómo es que te atreves a hacerme dudar de esta manera? Lograste que me detuviera, que pensara en quedarme y que la nómada que vive en mí hiciera casa.

Creo que he sido muy repetitiva en el tema de mis miedos, la Alejandra que escribe ahorita lo hace desde el miedo y eso también es un sentimiento, uno de los tantos que has despertado. El gigante se levantó. Siento vacío en el estómago, incertidumbre y muchísima desconfianza. Me odio a mí misma por eso. La excusa del matrimonio ya no funciona porque aún si no existiera yo me sentiría igual. Estoy rota y llena de conflictos en mi cabeza que me impiden entender esto, por eso aquí es donde me retiro.

Solo podemos controlar lo que logramos nombrar y no sé qué es esto. Me hiciste vulnerable y esto se salió de órbita. Confieso que me excita la idea de ser una dona irresistible que eliges porque así lo quieres y no el pan integral que eliges porque es bueno para ti; me gusta no ser el refugio seguro, sino el deseo de comerse el mundo, de aventurarse a más cosas. Yo soy una casa de invierno en las montañas, una playa exótica, un viaje en carretera, un vuelo en paracaídas… un riesgo, soy llegar a la esquina y girar a la derecha y no saber qué va a pasar en el siguiente semáforo; no soy el hogar, los hijos, la casa, el carro y la beca.

Mis ideas del amor están pensadas y re pensadas, deconstruidas y desaprendidas, por eso creí que el ‘matched’ radicaba en el balance de lo estable y lineal - que tú representas - y lo salvaje, ambicioso y salido de las líneas de mi forma de entender la vida, pero el mundo no es una fábrica de conceder deseos por lo que cualquier cosa que esto sea, solo existe en mi cabeza. Todo ha sido producto de una imaginación curiosa que carece de voluntad, de valentía.

Quizá me hubiera gustado no sentirme tan sola en este corto viaje porque entiendo que no puedes hacer más, tienes tus propias limitaciones, esperar que eso cambie sería inútil y decepcionante. Con el tiempo todo esto se desvanecerá y también pasará, quizá será una linda anécdota… quizá, como te dije alguna vez, la vida nos encuentre un día a las 3 de la mañana, solteros y llenos de valor, para entonces emprender el viaje, girar a la derecha y ser verdaderamente libres.

Armé mi cubo de rubik y si lo hice mal de pronto en alguna otra vida tenga la posibilidad de intentarlo otra vez, intentarlo en serio, por ahora retiro mi apuesta, te dejo este cubo y mis innumerables dudas.

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The drama

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“En tumblr yace escrito todo lo que mi corazón alguna vez se atrevió a sentir.”

— Eternizado / “Érase una vez en mí.”

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Te extraño. Te conozco hace poco aunque hace mucho te miro de lejos; te he visto caminar sin rumbo, te he visto mirar a la nada, veía como te sentabas con una cerveza en la mano y un cigarrillo en la otra, veía cómo te vestías, la gorra que rara vez cambiabas, la forma en la que cruzabas las manos al recostarte en la pared y veías el fútbol… te vi muchas veces aunque no lo notaste.  Fui yo quien pidió tu número y te habló por primera vez, recuerdo que estaba preocupada por la herida que traías en tu brazo y por las heridas que traías en el alma. Pasé días mirando el chat sin ser capaz de hablarte. Hoy te extraño.  Ojalá un día sepas que me hiciste feliz con pequeños detalles, que le sonreía a la pantalla de mi teléfono cuando hablábamos hasta tarde, que me diste mucho en la simplicidad de tu ser, que amé tu estatura porque al abrazarte podía escuchar los latidos de tu corazón y tenía que empinarme con muchas fuerzas al saludarte o decirte adiós; ojalá un día sepas que me encantaba la forma en la que me mirabas y me sonreías, que me encantó como me amarrabas los zapatos cuando se soltaban mis cordones; ojalá alguna vez sepas que el día más bonito que tuve contigo fue cuando te escuché hablarme de tu vida, de tu pasado, de tus miedos. Ojalá un día sepas lo mucho que me gustó que me agarraras la manito y me dijeras “me gusta lo que siento cuando te agarro la manito”, luego hacías algún chiste de mi dedo pulgar extraño y entonces nos reíamos un largo rato.  Llené mi memoria de detalles, de momentos significativos, cómo esa vez que me dijiste por primera vez “mi amor” y sentí tan bonito, o cómo cuando hicimos tantos planes que no se materializaron pero que siempre hablábamos de ellos.  Pero sobre todas las cosas, debes saber que amé dormir contigo como duermen las nutrias.  Fueron solo un par de semanas, quizás sea el único tiempo para los dos, quizás nunca sepas de esto que te escribí pero esta bonita sensación era justamente la otra cara del amor que quería mostrarte. Si una generosa estrella me concede esta noche un deseo, quiero pedirle que te de libertad, libertad para expresarte, para sentir, para querer; que si voy a tener que acostumbrarme a verte siempre de lejos, yo te pueda ver siempre feliz.  Deseo que te sanes por dentro y que tu corta y muy traicionera memoria me lleve a ti alguna vez.  Te escribí esto porque de alguna forma merecías saberlo: te extraño.

Ale-De-Sonrisas

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Jaime Sabines. Cartas a Chepita. 1949.

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— Juliana del Pópolo.

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Que lindo ser la razón por la que vuelves a casa. Imagino ese preciso momento en que abres una puerta y entonces está esa persona especial y tiene una sonrisa... ¡joder! Es la sonrisa más hermosa que he visto en la vida. Luego corre y se lanza sobre ti y te cuenta su día. Amor, sueño tantas cosas contigo que mi cita, mi casa, mi hogar... eres tú.

Ale-De-Sonrisas

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Cartas a Chepita.

[…] No me gustan los trámites, las fórmulas en el amor; no me gustan los compromisos, los juramentos. Si tú quieres escribirme -porque quieres escribirme- cada tres días, encantado. Si yo quiero hacerlo diario, tanto mejor. Pero siempre la cosa espontánea y natural. Quiero ser libre dentro de esta esclavitud. Te quiero, sí, te quiero: pero a medida de que te quiero se me van haciendo innecesarias las palabras; tengo que saber que no es indispensable el decírtelo. […]

Jaime Sabines.

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Mario Benedetti. 240. Nuevo rincón de haikus. [50]

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Aunque tú no lo sepas me he inventado otro nombre, me drogué con promesas y he dormido en los coches.

Aunque tú no lo entiendas nunca escribo el remitente en el sobre por no dejar mis huellas.

Aunque tú no lo sepas me he acostado a tu espalda y mi cama se queda fría cuando te marchas. He blindado mi puerta y al llegar la mañana no me di ni cuenta de que ya nunca estabas.

Aunque tú no lo sepas nos decíamos tanto. Con las manos tan llenas, cada día más flacos. Inventábamos mareas, tripulábamos barcos y encendía con besos el mar de tus labios.

Clara Lago.

[ale-de-sonrisas]

Él siempre iba tan prolijo, tan impecable, tan limpio. Su olor se me quedaba pegado en el cabello por días. Sus manos grandes y en su muñeca un reloj pesado y reluciente. Una sonrisa ancha, dientes perfectamente alineados, blancos y brillantes. Su piel suave y tersa. Sus ojos oscuros y penetrantes. Su móvil perfecto, de última generación, con estuche negro. ¿Cómo es que se viene a enamorar de mí? Yo con mis dientes amarillos por la nicotina, mi móvil de pantalla quebrada, mi cabello largo y desordenado, una piel llena de imperfecciones que se camufla en el maquillaje; yo, de estatura cómicamente pequeña y él en la estratosfera.  

¿Cómo es que se va a enamorar de mí? Él vive en un mundo irreal, un mundo de hombres de traje, camionetas blindadas, escoltas, aviones privados, paraísos tropicales; yo vivo en un departamento de solo dos habitaciones con 3 personas más, voy en servicio público todos los días a mi trabajo y llevo mi propio almuerzo, usualmente uso tenis y jamás he salido del país. 

La última noche que lo vi, noté que me miraba de una forma especial. 

- ¿Por qué me miras así? - Le pregunté. 

- ¿Cómo? - Me contestó. 

- Así, tan fijamente, cómo si quisieras descifrar algo... - le dije. 

- Me encanta mirarte. Eres hermosa. Me parece mentira tenerte aquí conmigo. He sido un imbécil por dejar agotar todas las posibilidades de estar contigo, porque yo podría ser el hombre que esté contigo ahorita y me llené de miedo. - me confesó. 

¿Cómo es que se viene a enamorar precisamente de mi? A esa pregunta jamás tendré respuesta, solo sé que fue el miedo de ambos, a estar juntos, lo que hoy no nos tiene juntos. 

AleDeSonrisas

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No es el fin del mundo. ¿De cuantas más no te has levantado? Sólo es un bajón. Vendrán tiempos mejores, eso te lo aseguro.