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Hacienda Panoaya – Todo lo que amo en un solo lugar.

A las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl se encuentra uno de los mejores lugares a los que he ido. 

Cuando escuché por primera vez de esta hacienda, lo hice por el Parque de los Venados Acariciables (que gran nombre), pero después descubrí que tenía mucho más que ofrecer. 

El recinto está aproximadamente hora y media de la CDMX. Se llega por la autopista México - Cuautla y se volvió realmente famoso por la hacienda, que es donde vivió Sor Juana cuando era niña. De hecho, la hacienda es la edificación que se encuentra al reverso de los billetes de $200. 

Pero hay muchísimo más que hacer, en el Parque de los Venados Acariciables puedes acariciar no solo venados, sino llamas, vacas, borregos, cabras pigmeas (si, leíste bien), puercos y patos. A mi me encantaron las cabras mini.

También cuenta con un laberinto inglés, que la verdad si nos tardamos un rato en lograr salir (aproximadamente 40 minutos) pero si de plano no puedes, gritas “me doy” y alguien del staff va por ti.

Y hay muchas actividades más, como el aviario, en donde los periquitos australianos se suben a tus brazos y manos. El lemurario, donde les puedes dar una especie de croquetas a los lémures y tienen una jirafa, que se llama Coco, a la cual también le puedes dar de comer lechuga o zanahoria.

La verdad, fue un lugar que me encantó. El precio está bastante accesible, $75  que sólo incluye entrada a la Hacienda y otras actividades menores, después hay dos paquetes de $79 o $99 donde puedes disfrutar de las demás actividades. 

La verdad no se me hizo nada costoso y estuvo increíble. Yo fui con mi novio y nos la pasamos 100/10. Se lo recomendamos. Lleven bloqueador para que no se quemen como nosotros :)

Les tengo una sorpresa más la cual subiré a instagram en la semana jajajaja 

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Mineral de Pozos – ¿Pueblo fantasma?

Decidí ir a Mineral de Pozos, Gto. a una cata de mezcales para descubrir que el mezcal, la verdad, no es lo mío. Llegamos desde la CDMX por la México-Querétaro y nos tomó aproximadamente unas 2 horas y media.  El hotel donde nos quedamos es un hotel boutique que se llama Hotel Villa de Pozos. (Está bien bonito)

Todo el pueblo se puede recorrer a pie, no es realmente necesario el uso de un vehículo, además, se pueden apreciar mejor las fachadas cuando uno va caminando. Hay varias cosas que llaman mucho la atención. Durante la guerra cristera Mineral de Pozos se convirtió en un campo de batalla, que combinado con un decaimiento de la minería en la zona, ocasionó que muchas familias decidieran dejar el pueblo, cerrando con ladrillos las puertas y ventanas, convirtiendo a este lugar en un pueblo fantasma.

Lo segundo interesante del pueblo es su cercanía a los campos de lavanda, por lo que hay muchas plantas a donde uno voltee. Pero lo aún más extraño es la presencia de panales de avispas que la gente usa como decoración en sus casas, justo afuera de mi habitación había uno.

En los alrededores del pueblo igualmente hay varias edificaciones/ruinas de lo que solían ser haciendas. Hay tres que fueron las más importantes (y son las mejor conservadas): la Hacienda Cinco Señores

La Hacienda el Triángulo

y por último, la Hacienda Santa Brígida, que alberga el símbolo del Mineral de Pozos. 

Es un destino bastante interesante, relativamente económico y cerca de la ciudad, que vaya que da un cambio de aire a la rutina citadina. Tengo que regresar a los campos de lavanda, que fue algo de lo cual me enteré el último día y se ven increíbles.

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Quintana Roo como los locales.

Tengo la fortuna de que mis abuelos decidieron comprar casa en Cancún, por lo que se ha convertido en uno de los destinos que constantemente visito. Su casa está ubicada a unos 7 minutos del Aeropuerto Internacional de Cancún y a unos 15 minutos de la zona hotelera. 

Como era de esperarse, los lugares turísticos están llenísimos y los precios son poco accesibles, así que les contaré de 3 lugares un tanto menos turísticos pero igualmente increíbles.

Isla Blanca está ubicado en el municipio de Isla Mujeres, básicamente debes seguir toda la carretera que te lleva a la zona hotelera de Cancún y seguirte, pero ¡CUIDADO! tienes que ir en alguna camioneta 4x4 o caminar, ya que en determinado punto la carretera simplemente se acaba y lo que resta es básicamente arena. Mis abuelos cometieron esta equivocación hace unos cuantos años y la camioneta de aquella ocasión terminó hundida en la arena. 

En Isla Blanca vi el mar más azul de mi vida, ni siquiera hubiera imaginado un azul tan saturado. La catalogan como playa virgen, por lo que debes llevar tus propias provisiones, ¡y repelente de mosquitos! mucho, muchísimo. 

El segundo destino que ampliamente les recomiendo es Holbox (se pronuncia Jol-bosh), es una pequeña isla únicamente accesible desde el puerto de Chiquilá a través de un ferry que tiene un costo de $140 MXN.  En la isla no hay calles pavimentadas, es una mezcla de arena y tierra, por lo que los locales se mueven en lo que bien puede ser descrito como carritos de golf. La gente es más que amable, el servicio es excelente y lo mejor de todo es que hay ¡hamacas en la playa!  La isla es simplemente mágica, en los meses de verano se llena de flamingos y es uno de los pocos lugares en el mundo donde se puede nadar con tiburones ballena. Igualmente, en los meses de diciembre a marzo, se puede apreciar el fenómeno de bioluminiscencia en sus playas. ¡Un paraíso!  *No olviden probar la pizza de langosta, DICEN que se inventó ahí*

Finalmente, el tercer destino que les recomiendo es Casa Cenote, está ubicado en la carretera Cancún - Tulúm. Es uno de los pocos cenotes al aire libre y además hay de los pececillos que se comen las impurezas de los pies (que debo admitir, no es algo que precisamente disfruté). La entrada al cenote tiene un precio de $40 MXN y es un cenote bastante grande, que si te aburre, cruzando la calle está el mar. 

¡No dejen de visitar Quintana Roo! 

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Cuba, calor en La Habana.

Cuba, la isla caribeña más enigmática y con una de las historias más peculiares, me recibió con mucho calor y aún más sorpresas. Para empezar, deben saber que en este país se manejan dos monedas: el peso cubano (CUP) y el peso cubano convertible (CUC), el último es la moneda turística y tiene un valor de aproximadamente 18.8 pesos mexicanos; un CUC equivale a 25 CUP.

Esto significa que comprar cosas es bastante más caro si eres turista, en especial en los museos y demás atractivos turísticos, además, en casi ningún establecimiento aceptan pagos con tarjeta de crédito.

Estuve hospedada en el Hotel Plaza, un hotel de 108 años ubicado en la Habana Vieja. La ubicación del hotel fue espectacular, la famosa Bodeguita del Medio estaba a unas 6 cuadras, el Bar Floridita en frente y el Capitolio a dos cuadras. El Museo de la Revolución y el Museo de Arte Cubano estaban a dos cuadras también.

La Bodeguita del Medio es un pequeño establecimiento famoso por presuntamente inventar el mojito y por los célebres personajes que lo frecuentaban, como Pablo Neruda o Ernest Hemingway. Otros atractivos incluyen la Plaza de la Revolución, donde se encuentra el memorial a José Martí, y obviamente el Museo de la Revolución, donde se conservan muchos de los objetos usados por Ernesto Che Guevara y Fidel Castro en la época de la guerrilla, sin embargo, el museo aparenta estar fabricado de cierto modo y tiene un feel algo falso. En otros temas, me gustaría señalar algunas peculiaridades que pude notar en esos días. Algo que me pareció muy curioso en Cuba fue la falta de anuncios publicitarios, los únicos que pude observar eran relacionados a campañas gubernamentales o con la imagen de Fidel Castro. La gente en Cuba es muy agradable y sociable, por lo que gracias a ellos me enteré de algunas cosas bastante graciosas; una pareja de cubanos me comentó que al parecer no hay cerveza Bohemia, que “no se ve desde los tiempos de Hemingway” y la atesoran detrás de vitrinas empolvadas como si se tratara de algo sobrenatural.

Hay otros aspectos interesantes y un tanto más tristes en la vida cubana; un hombre de alrededor de 40 años que afirmó ser profesor de historia en lo que es equivalente a la preparatoria me platicó por alrededor de una hora la situación que se vive en el país, me mostró una de las tiendas donde los cubanos pueden comprar su despensa, se refirió a este lugar como “cooperativa”. Era un cuarto pequeño donde en los estantes había productos como pasta, aceite, ron, entre otros. Me comentó que una vez al mes podían ir y adquirir estos bienes, después anotaban su número de registro en una lista y no podían volver a ir hasta el siguiente mes, si querían comprar más de estos productos tenían que pagar lo mismo que un turista, y vaya que era costoso. Otra chica, de nombre Mara, mencionó que sí había educación gratuita pero no había motivación, ya que los médicos, ingenieros, etc. ganan en promedio 20 dólares al mes, cuando un conductor de los clásicos autos americanos de la década de los 50’s puede cobrar hasta 50 dólares por una hora a bordo de su vehículo.

Cuba es una tierra de contrastes, la gente alegre y amable, la constante música en las calles y la historia del pueblo cubano dan como resultado uno de los lugares más sorprendentes, donde aparentemente el tiempo se quedó suspendido en los años cincuenta, y los carros, las edificaciones y la falta de internet refuerzan esta visión.