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Opinión crítica: El insomnio eterno de Alejandra Pizarnik
La subjetividad vehemente de la poeta de la noche
La narrativa y gramática del poema “La noche” de Alejandra Pizarnik, también conocida como la poeta maldita, fue una literata que plasmó sus percepciones manifestadas en dualidades que componen la existencia básica del de los seres humanos. El poema es un estilo surrealista y, al mismo tiempo, psicoanalista.
El poema representa una oposición complementaria que forma parte de lo que se considera el ciclo de la vida. Estos pueden ser una interpretación de nuestra evolución. La noche es representada por la introspección y la convivencia de emociones contradictorias.
La poeta maldita unió elementos opuestos porque estos conforman una estructura, la cual está expuesta básicamente por la vida y la muerte. Esta es una transición que puede ser conformada por el todo y la nada, el insomnio por el recuerdo, e incluso buscar revivir algo que se fue.
La composición está identificada por el surrealismo y el psicoanálisis, que se puede interpretar como una búsqueda de un tiempo efímero que parece ser eterno. El tema es bastante receptivo, acompañado de reflexión, en donde la sensación del transcurso puede considerarse un tanto intensa.
Este arte fue expuesto en el año 1958, cuando Pizarnik realiza la entrega del poemario “Las aventuras perdidas”, en donde muestra su percepción de la ilusión de la realidad.
Según un testimonio de Bernardo Ezequiel Koremblit, Alejandra deja un legado de una especie de legado para cualquier poeta comprometido con la lírica de la vida. Citándolo, “nuevas fases vienen a significar nuevas creencias y no, como en el campo meramente intelectual, abjuraciones de las precedentes” (Todas las que ella era. Ensayo sobre Alejandra Pizarnik, Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 1991, p. 36).
Lo que trata de originar es una revelación acerca el proceso del paso del tiempo, en donde se ven representados el pasado, el presente y el futuro, y hasta mezclados entre sí. Los extremos generan un equilibrio pues sus componentes son emociones fuertes, opuestas e indispensables entre sí. Aunque las interpretaciones pueden ser al principio confusas, tras un soliloquio se llega a una conclusión personal sobre la interpretación sobre el conjunto de teorías subjetivas acerca de nuestra finalidad como especie, en donde son completamente variadas.
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Crónica: La normalidad como utopía
Desde hace muchos años prevalece un estigma social sobre el cuidado de la salud mental
La permanente invisibilización de las enfermedades mentales ha ocasionado que gran parte de la sociedad minimice los problemas tanto psicológicos como psiquiátricos, generando que los prejuicios acerca de la salud mental aumenten y, por lo tanto, la ignorancia de la importancia del conocimiento del tema permanezca.
Una de las tantas patologías mentales es el Trastorno límite de la personalidad (TLP), también conocido como borderline. Este desorden tiene como una de sus características principales a la inestabilidad emocional. En los siglos anteriores, no se tenía un total entendimiento sobre el tema y, pese a que en la actualidad exista una mayor atención en comparación con el pasado, aún perdura el desconocimiento de la concientización de la salud mental y lo indispensable que es para la coexistencia de la sociedad.
Se recopilaron diversas perspectivas y experiencias de personas que padecen del trastorno límite de la personalidad, para así poder tener un conocimiento más amplio y preciso con respecto a lo que es convivir diariamente con esta patología, dejando de lado los términos técnicos y también los estereotipos creados sobre el borderline.
Adriana (28)
Antes que le diagnostiquen TLP, pensaba que algo andaba mal dentro de ella, pues en ocasiones sentía no reconocerse, y no solo le afectaba en su actitud sino también en su salud física. Al principio pasó por muchos consultorios para poder comprender con exactitud qué era lo que le ocurría. Cuando le diagnosticaron borderline tenía tan solo 23 años, y se encontraba junto a su madre, quien rompió en llanto prometiéndole que saldría de esto y la apoyaría en lo que fuera necesario. Sin embargo, la mayoría de sus familiares no tienen mucho conocimiento sobre la situación, y ella cree que se debe por la insignificante necesidad de guardar mucho las apariencias.
Sin embargo, ella no siente vergüenza en comentar que tiene un trastorno mental, pero admite que sí siente cierto temor, debido al trato distinto por cómo la sociedad tiende a condicionar debido a los dominantes estigmas y por la falta de empatía. "Las enfermedades mentales no deberían hacer sentir peor a las personas, si de por sí ya está sufriendo un montón por tenerlas", agregó.
Diego (22)
Él fue diagnosticado a los 20 años con un trastorno fronterizo moderado, pues conoce otros casos de personas borderline que lo sobrellevan de manera más intensa. Al enterarse de ello, lo tomó "normal" pues opina que cuando no sabes qué te pasa, al ser diagnosticado entiendes que todo encaja con respecto a lo que puedes llegar a sentir dentro de ti.
Asimismo, él cree que no sabría dónde estaría si nunca hubiese ido a un psicólogo. Es mas, dice que aunque padecer de dicho trastorno no es algo de lo que se avergüenza, tampoco es algo de lo que se sienta orgulloso, pues afectó varios aspectos de su vida, como perder amistades por actos impulsivos. También la ansiedad interfirió con algunos de sus proyectos, y aunque a veces le siga ocurriendo, ya no es con la misma intensidad. Además, considera que tiene una distorsionada percepción de sí mismo, subestimando las actividades que realiza, al punto de interferir a veces en su ámbito social.
Desde el año pasado no asiste a terapia; aun así, dice que actualmente se encuentra estable pues no siente con la misma intensidad aquellos patrones como la ansiedad, depresión y los pensamientos suicidas. Empero, esos síntomas suelen presentarse de vez en cuando, pero ahora siente poder controlarlos a diferencia de otras ocasiones. Es por ello que opina que es básico concientizar a la población acerca de los trastornos mentales, debido a que gran parte de la sociedad desconoce del tema. Según Diego, "la mejor forma de evitar una tragedia es conociendo la causa".
María (20)
Ella, desde antes que le diagnostiquen TLP, presentía que tenía dicho trastorno pues, cuando era más joven, la hermana de su ex, quien era psicóloga, había reconocido patrones en ella. Aún así, cuando tuvo 18 años pudo acudir a un profesional y su diagnóstico fue confirmado. Solo algunos de sus amigos conocen que es borderline, su familia no lo sabe y cuando le comentó a su madre, ella no le tomó importancia, lo que le hizo pensar que no le prestaba atención. Pese a eso, sus amigos más cercanos y su ex, se tomaron el tiempo de investigar en qué consistía, por lo que en ocasiones la ayudaron a entrar en razón cuando se presentaban episodios de crisis.
Normalmente no le da vergüenza decir que tiene un trastorno, aunque en la universidad sí ya que, al estudiar psicología, cualquiera pensaría que es un lugar más comprensivo, pero lamentablemente no es así. Dice sentir cierto pudor a raíz del concepto que algunos profesores tienen, el cual se basa solo en el estereotipo del paciente desenfrenando, que se droga, que es promiscuo e impulsivo, ignorando que por más características que existan, la experiencia de alguien con un trastorno siempre es distinta. "Cuando le trato de explicar a las personas acerca de mis crisis, les digo que es como si se me subiera la presión de las emociones", expresa María.
Carolina (23)
Cuando fue diagnosticada con TLP tenía 18 años, y considera que fue bueno para ella porque la ayudó a entenderse de manera psicológica, emocional y física. Se sintió identificada con el trastorno ya que encuentra ciertas características dentro de los patrones de conducta, de los cuales dice que alcanza la mayoría. Al principio llegó a creer que estaba loca, pero luego entendió que existen métodos para mejorar su comportamiento, como los altibajos que suele tener, la depresión, la ansiedad, etc.
Ella tiene la idea de una posible solución para erradicar los prejuicios sobre las enfermedades mentales, la cual se reduce a una adecuada educación sanitaria, pues dice que si fuera así, todas las barreras del estigma social podrían ser derrumbadas. "La educación es una estructura que engloba muchas problemáticas. Otra solución sería la existencia de alguna ONG en el Perú que pueda representar a las personas con trastornos mentales pues, al mismo tiempo opina que, aunque la educación sería una gran ayuda, al mismo tiempo siente que es un pensamiento utópico o lejano", mencionó.
Desde su perspectiva, siente que las personas borderline son consideradas como ciudadanos de segunda categoría solo por tener un trastorno mental, pues escapamos dentro del concepto de lo que es considerado "normal". Concluye con que "necesitamos unirnos para que nos visibilicen y así poder autovalidarnos".
Aldo (22)
Su caso fue diagnosticado a los 18 años, y lo tomó neutral porque sabía que necesitaba ayuda. Primero pasó por un internado en donde solo lo derivaban a psiquiatría, por lo que únicamente lo medicaban y, aunque le recomendaron llevar psicoterapia, pasó por tantos psicólogos que terminó hostigado. Pese a ello, le hubiese gustado tener un estilo de vida usual, en donde no sienta tanta dificultad en las relaciones inter e intrapersonales.
Desde antes que los diagnostiquen, tenía conductas autodestructivas y sabía que algo no andaba bien, y, cuando supo su diagnóstico, trató y reconoce que todavía prefiere no pensar en ello pues detesta padecerlo debido a que dificultó todos los aspectos de su Aun así, al mismo tiempo acepta que es algo con lo que debe sobrellevar toda su vida y confía en que, en un futuro, lo podrá sobrellevar de la mejor forma.
Existen innumerables enfermedades mentales, y el sufrimiento de la gente que lo padece es indescriptible ya que, debido a la desinformación, las personas ajenas al tema no tienen ni la mas mínima idea de la gravedad en la que puede tornarse el problema, no solo psicológico e interpersonal, sino también físico y económico. Olvidan que la salud mental merece una mayor atención, puesto que es una prioridad elemental para el desarrollo adecuado de la convivencia de la sociedad.
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Columna de opinión: Nuestra realidad post-pandemia
Las diversas y verdaderas necesidades fueron sacadas a la luz a raíz de la llegada del COVID-19
Actualmente, la humanidad completa se ve enfrentada ante una crisis económica, política y social debido al enemigo invisible conocido como coronavirus, el cual apareció con la finalidad de exponer las deficiencias que hay en distintos gobiernos, incluyendo a los que están considerados en "el primer mundo". Desde mi punto de vista, la sociedad se encuentra enfocada en cuidar más el ámbito económico que el sanitario, y la llegada de este virus solo sacó a relucir los verdaderos intereses que existen en la mayoría de personas, sobre todo en nuestras autoridades.
Hemos escuchado muchas hipótesis sobre lo que nos deparará en un futuro sin el virus, pero la verdad es que nada volverá a ser igual que antes, y eso podemos verlo desde ahora. La nueva normalidad ha demostrado que existen otras prioridades distintas a las que eran mayormente consideradas en los años anteriores, y esta situación crítica es un llamado de emergencia para evitar hechos aún más catastróficos que los vistos recientemente.
La verdadera pregunta no es qué es lo que vendrá después, sino cuestionarnos si realmente hemos aprendido la lección. Si bien este suceso no se compara en nada a los de antes, se debe a un error repetitivo por parte de las personas, quienes demostramos una vez más que no sabemos vivir en sociedad por preferir los intereses personales.
Por el momento, el futuro global será incierto si seguimos minimizando las innumerables problemáticas sociales y continuamos prefiriendo a ese pasado ignorante en el que nos vimos envueltos, el cual estaba (y permanece) compuesto por una escasa educación, una notoria y preocupante desigualdad social, un desinterés político, una carente estabilidad financiera, una defectuosa calidad sanitaria, entre otros interminables inconvenientes. La solución, aunque no lo hayamos notado a tiempo en su momento, ha estado y sigue estando en nuestras manos. Esta es el desarrollo de una total conciencia social acerca de nuestro pasado y presente, para así poder construir un futuro mejor para la comunidad.
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Editorial: La pandemia populista en el gobierno peruano
El populismo parece dominar el futuro del país desde hace muchos años, incluso durante este agitador año
La llegada del COVID-19 al Perú no ha impedido que nuestro gobierno deje de estar influenciado por medidas populistas que nos afectan política, económica y socialmente. Incluso, podría decirse que el Congreso actual se ha aprovechado del momento crítico por el que atraviesa nuestro país, para así poder disfrazar sus actos corruptos ante la población.
Pese a la disolución del anterior Congreso realizada el año pasado por Martín Vizcarra, en donde el partido fujimorista dirigía al Ejecutivo debido a su mayoría autoritaria, actualmente no se puede observar muchos cambios positivos para el desarrollo de nuestro país.
Se han visto muchas confrontaciones entre el Congreso y el presidente Vizcarra, y ni siquiera el determinado estado de emergencia por el coronavirus ha paralizado este enfrentamiento político, en donde el Perú es uno de los principales países de Latinoamérica con más casos confirmados de COVID-19. Nuevamente nos encontramos frente a una reforma política inestable, ya que los problemas en nuestro país no dejan de estar acumulándose sin resolución.
La sociedad peruana se encuentra desorientada. Aún así, esto no es del todo una novedad, ya que desde hace muchos años nos vemos luchando (aparentemente) por mejorar condiciones deficientes que son la poca cultura política, la falta de educación, la ascendente informalidad, la desinformación y la ignorancia.
Estas dicotomías generadas por el invisible populismo nos han dejado en una incertidumbre, no se sabe si existirá un desarrollo adecuado para el país pues ni siquiera podemos encontrar un refugio en nuestras autoridades, quienes se supone nos deben respaldar y representar. Estamos ante la obligación de reforzar nuestra autonomía e informarnos de manera adecuada para dejar de repetir la decadente historia de la política peruana.
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Reportaje: La indispensable educación sobre la salud mental
El cuidado de la salud mental es un tema que se ha abandonado a través de los años, pero nunca dejó de ser necesaria
Después de más de tres meses de la llegada del Covid-19 en el Perú y la cuarentena obligatoria establecida, el gobierno ha tomado medidas de prevención sanitarias para evitar la propagación del virus. Sin embargo, se ha olvidado de otro tipo de salud igual de primordial que la física, la cual es la salud mental. Lamentablemente, la población peruana desconoce mucho sobre la importancia de mantener una salud mental estable debido a que existen muchos estigmas sociales asociados con el superficial conocimiento sobre ella y la desinformación por parte del estado y ciudadanía.
La ignorancia sobre el tema no es algo reciente, a lo largo de los años ha existido una invisibilización o distinción en el trato hacia alguien que expresa algo relacionado a la salud mental. Actualmente, debido a la manifestación de la pandemia, la vulnerabilidad de la salud mental se ha visto expuesta y ha sacado a relucir con mayor potencia las deficiencias de salud en nuestro país. Por ello, se han recopilado opiniones vinculadas con este tema desde perspectivas profesionales.
Psicología
Cyndi Seguin es psicóloga y psicoterapeuta, especializada en el trabajo de adultos, algunos adolescentes y parejas. Ella piensa que todos deberíamos recibir atención psicológica, que el psicólogo debe ser visto como una herramienta de prevención y no esperar a desarrollar algún trastorno para recién tener acceso. No siente que sea bueno esperar a que las autoridades hagan algo ya que eso puede tomar tiempo, la información que puede encontrar acerca de la importancia del autocuidado de la salud mental proviene mayormente de sus colegas, y aunque cree que están haciendo un poco de eco en la sociedad aún sigue habiendo escasa información al respecto.
Cree que se conoce poco sobre la importancia del conocimiento de la salud mental porque no hay información o una entidad proveniente del estado, quien se supone nos respalda. "No hay información o publicidad acerca del autocuidado de la salud mental", expuso. Opina que, si bien existe un Ministerio de Salud, no le dan mucho reconocimiento a la salud mental. Asimismo, dice que hay una falta de profesionales en el país y un notorio descuido del tema.
"Hace falta una entidad que se encargue de psicoeducar a la población para que tengan conocimiento de qué es la salud mental y cómo se cuida", indicó. No ve interés por parte del gobierno en salvaguardar a su población pues no existen programas bien establecidos por las autoridades que cuenten con alguna asistencia gratuita para personas de bajos recursos, y si es que las hay, se desconocen. Incluso, los seguros que uno puede pagar por su salud mayormente no logran cubrir una atención psicológica o psiquiátrica, y la gente al no tener el dinero prefiere no atenderse. También cree que, en parte, depende de los ciudadanos, de lo poco que exigimos al respecto o cuánto podemos llegar a conformarnos.
Psicoterapia
Ana Paola Rivera es una psicóloga que tiene formación en lo que consiste la terapia cognitiva conductual y dialéctica conductual, trabaja con adolescentes y jóvenes, en donde trata con distintos casos como los trastornos de ansiedad, depresión o límite de la personalidad. Confiesa que los tratamientos virtuales al principio los veía como algo complejo debido al contacto que se supone debe tener el terapeuta con sus pacientes. Hoy en día, el contexto ha impulsado un poco a que nos demos cuenta del desarrollo de nuevas habilidades y hemos logrado adaptarnos a la situación. Ha observado un cambio notorio en sus pacientes debido a la pandemia, quienes ahora muchos son conscientes de lo que piensan o sienten, por lo cual sienten la necesidad de buscar ayuda cosa que quizá antes no hubiesen hecho aunque hayan tenido la posibilidad.
"Para muchas personas existe un sentimiento de vergüenza decir que asisten a un psicólogo o psiquiatra, pues tienen la sensación de que ir a alguno de ambos es estar loco, en donde la percepción sobre la locura se asocia con alguien que camina por las calles desorientado y sucio, ignorando que las personas que pueden terminar de esa forma lo más probable es que tengan una clase de esquizofrenia y que nunca han recibido un soporte familiar o del estado. Ese estigma muchas veces es el que genera que los temas acerca sobre la importancia de la salud mental muchas veces no se sepa", expresó.
Continúa, "yo creo que el gobierno no le muestra tanta importancia porque no tiene conciencia de lo importante que es. Eso es una, dos porque las personas tampoco lo exigen, ya sea mediante marchas para mejores centros de salud mental, o por el alto costo de los medicamentos. Otra cosa es que sabemos que algo que nos brinda la psicoterapia es la independencia, y es la oportunidad para ser conscientes de nuestros actos, entonces si el gobierno tiene una población consciente o emocionalmente estable se va a dar cuenta de elegir a un mejor gobernador, entonces podría suponerse que al estado no les convenga tener una sociedad sana".
Psiquiatría
Paul Castañeda es un médico psiquiatra, quien opina que el prejuicio y la negación son las razones principales por las cuales se desconoce acerca de la importancia de la salud mental. Desde siempre se ha creído que el que va a psiquiatría es porque está loco o alucinando. Por otro lado, la negación se genera a que aunque muchas veces estemos muy tristes o con mucho miedo preferimos creer que podemos solucionarlo por nuestra cuenta, pero en realidad se nos puede llegar a complicar más mediante sensaciones de malestar fisico.
"La salud mental son los abandonados de la salud, hay una discriminación hacia los pacientes", mencionó. Él piensa que cuidar la salud mental es importante para cumplir con todos los criterios de tener una buena salud, de un equilibrio del estado tanto físico, mental e incluso social. Por ello, atenderla es esencial pues algunos problemas mentales se manifiestan en el cuerpo, ya que podemos llegar a somatizar la ansiedad o depresión, generando que una persona pueda tener molestias físicas. Cree que sería adecuado que la gente vaya a checar su estado de salud mental cada 6 meses o una vez al año por lo menos, para así poder descartar cualquier tipo de patología o se pueda tratar a tiempo. Si fuera de esta forma, se podrían disminuir los problemas laborales que alguien puede tener, pues afirma que mayormente existe una ausencia laboral debido a problemas psiquiátricos lo cual genera pérdidas económicas o de producción.
A raíz del Covid-19, ha visto un incremento de ansiedad, depresión y ataques de pánico en sus pacientes independientemente de la edad. "Se dice que hay cuatro olas en esta época del coronavirus: La primera ola de todos los casos Covid, la segunda ola de los casos crónicos que se dejan de atender por atender a los pacientes Covid, la tercera ola de cualquier enfermedad que se disminuye su atención por centrarnos en el Covid, y la última ola, y la más grande que ya está aumentando es la de la salud mental, que aún está oculta pero poco a poco está siendo expuesta", añadió.
En conclusión, la difusión de información sobre la salud mental y la normalización de la presencia de algún posible desbalance que puede surgir en esta, es vital para que podamos convivir en sociedad pues así podemos desarrollar una mayor empatía con las personas y, de esta forma, evitar ciertos conflictos que pueden surgir por malinterpretaciones o el desconocimiento sobre el tema.
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Crónica: La normalidad como utopía
Desde hace muchos años prevalece un estigma social sobre el cuidado de la salud mental
La permanente invisibilización de los desórdenes mentales ha ocasionado que gran parte de la sociedad minimice los problemas tanto psicológicos como psiquiátricos, generando que los prejuicios acerca de la salud mental aumenten y, por lo tanto, la ignorancia de la importancia del conocimiento del tema permanezca.
Una de las tantas patologías mentales es el trastorno límite de la personalidad (TLP),también conocido como borderline. Este desorden tiene como una de sus características principales a la inestabilidad emocional. En los siglos anteriores, no se tenía un total entendimiento sobre el tema y, pese a que en la actualidad exista una mayor atención en comparación con el pasado, aún perdura el desconocimiento de la concientización de la salud mental y lo indispensable que es para la coexistencia de la sociedad.
Se recopilaron diversas perspectivas y experiencias de personas que padecen del trastorno límite de la personalidad, para así poder tener un conocimiento más amplio y preciso con respecto a lo que es convivir diariamente con esta patología, dejando de lado los términos técnicos y también los estereotipos creados sobre el borderline.
Adriana (28)
Antes que le diagnostiquen TLP, pensaba que algo andaba mal dentro de ella, pues en ocasiones sentía no reconocerse, y no solo le afectaba en su actitud sino también en su salud física. Al principio pasó por muchos consultorios para poder comprender con exactitud qué era lo que le ocurría. Cuando le diagnosticaron borderline tenía tan solo 23 años, y se encontraba junto a su madre, quien rompió en llanto prometiéndole que saldría de esto y la apoyaría en lo que fuera necesario. Sin embargo, la mayoría de sus familiares no tienen mucho conocimiento sobre la situación, y ella cree que se debe por la insignificante necesidad de guardar mucho las apariencias.
Sin embargo, ella no siente vergüenza en comentar que tiene un trastorno mental, pero admite que sí siente cierto temor, debido al trato distinto por cómo la sociedad tiende a condicionar debido a los dominantes estigmas y por la falta de empatía. "Las enfermedades mentales no deberían hacer sentir peor a las personas, si de por sí ya está sufriendo un montón por tenerlas", agregó.
Diego (22)
Él fue diagnosticado a los 20 años con un trastorno fronterizo moderado, pues conoce otros casos de personas borderline que lo sobrellevan de manera más intensa. Al enterarse de ello, lo tomó "normal" pues opina que cuando no sabes qué te pasa, al ser diagnosticado entiendes que todo encaja con respecto a lo que puedes llegar a sentir dentro de ti.
Asimismo, él cree que no sabría dónde estaría si nunca hubiese ido a un psicólogo. Es mas, dice que aunque padecer de dicho trastorno no es algo de lo que se avergüenza, tampoco es algo de lo que se sienta orgulloso, pues afectó varios aspectos de su vida, como perder amistades por actos impulsivos. También la ansiedad interfirió con algunos de sus proyectos, y aunque a veces le siga ocurriendo, ya no es con la misma intensidad. Además, considera que tiene una distorsionada percepción de sí mismo, subestimándolas actividades que realiza, al punto de interferir a veces en su ámbito social.
Desde el año pasado no asiste a terapia; aun así, dice que actualmente se encuentra estable pues no siente con la misma intensidad aquellos patrones como la ansiedad, depresión y los pensamientos suicidas. Empero, esos síntomas suelen presentarse de vez en cuando, pero ahora siente poder controlarlos a diferencia de otras ocasiones. Es por ello que opina que es básico concientizar a la población acerca de los trastornos mentales, debido a que gran parte de la sociedad desconoce del tema. Según Diego, "la mejor forma de evitar una tragedia es conociendo la causa".
María (20)
Ella, desde antes que le diagnostiquen TLP, presentía que tenía dicho trastorno pues, cuando era más joven, la hermana de su ex, quien era psicóloga, había reconocido patrones en ella. Aún así, cuando tuvo 18 años pudo acudir a un profesional y su diagnóstico fue confirmado. Solo algunos de sus amigos conocen que es borderline, su familia no lo sabe y cuando le comentó a su madre, ella no le tomó importancia, lo que le hizo pensar que no le prestaba atención. Pese a eso, sus amigos más cercanos y su ex, se tomaron el tiempo de investigar en qué consistía, por lo que en ocasiones la ayudaron a entrar en razón cuando se presentaban episodios de crisis.
Normalmente no le da vergüenza decir que tiene un trastorno, aunque en la universidad sí ya que, al estudiar psicología, cualquiera pensaría que es un lugar más comprensivo, pero lamentablemente no es así. Dice sentir cierto pudor a raíz del concepto que algunos profesores tienen, el cual se basa solo en el estereotipo del paciente desenfrenando, que se droga, que es promiscuo e impulsivo, ignorando que por más características que existan, la experiencia de alguien con un trastorno siempre es distinta. "Cuando le trato de explicar a las personas acerca de mis crisis, les digo que es como si se me subiera la presión de las emociones", expresa María.
Carolina (23)
Cuando fue diagnosticada con TLP tenía 18 años, y considera que fue bueno para ella porque la ayudó a entenderse de manera psicológica, emocional y física. Se sintió identificada con el trastorno ya que encuentra ciertas características dentro de los patrones de conducta, de los cuales dice que alcanza la mayoría. Al principio llegó a creer que estaba loca, pero luego entendió que existen métodos para mejorar su comportamiento, como los altibajos que suele tener, la depresión, la ansiedad, etc.
Ella tiene la idea de una posible solución para erradicar los prejuicios sobre las enfermedades mentales, la cual se reduce a una adecuada educación sanitaria, pues dice que si fuera así, todas las barreras del estigma social podrían ser derrumbadas. "La educación es una estructura que engloba muchas problemáticas. Otra solución sería la existencia de alguna ONG en el Perú que pueda representar a las personas con trastornos mentales pues, al mismo tiempo opina que, aunque la educación sería una gran ayuda, al mismo tiempo siente que es un pensamiento utópico o lejano", mencionó.
Desde su perspectiva, siente que las personas borderline son consideradas como ciudadanos de segunda categoría solo por tener un trastorno mental, pues escapamos dentro del concepto de lo que es considerado "normal". Concluye con que "necesitamos unirnos para que nos visibilicen y así poder auto-validarnos".
Aldo (22)
Su caso fue diagnosticado a los 18 años, y lo tomó neutral porque sabía que necesitaba ayuda. Primero pasó por un internado en donde solo lo derivaban a psiquiatría, por lo que únicamente lo medicaban y, aunque le recomendaron llevar psicoterapia, pasó por tantos psicólogos que terminó hostigado. Pese a ello, le hubiese gustado tener un estilo de vida usual, en donde no sienta tanta dificultad en las relaciones inter e intrapersonales.
Desde antes que los diagnostiquen, tenía conductas autodestructivas y sabía que algo no andaba bien, y, cuando supo su diagnóstico, trató y reconoce que todavía prefiere no pensar en ello pues detesta padecerlo debido a que dificultó todos los aspectos de su vida. Aun así, al mismo tiempo acepta que es algo con lo que debe sobrellevar toda su vida y confía en que, en un futuro, lo podrá sobrellevar de la mejor forma.
Existen innumerables enfermedades mentales, y el sufrimiento de la gente que lo padece es indescriptible ya que, debido a la desinformación, las personas ajenas al tema no tienen ni la mas mínima idea de la gravedad en la que puede tornarse el problema, no solo psicológico e interpersonal, sino también físico y económico. Olvidan que la salud mental merece una mayor atención, puesto que es una prioridad elemental para el desarrollo adecuado de la convivencia de la sociedad.
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Una revolución dentro del espacio íntimo
El perfil periodístico del docente y periodista Hugo Vergara, y el aprendizaje que le brindó su enseñanza
A través de una pantalla digital, se podía visualizar el espacio que describía brevemente quién es Hugo Vergara. No había necesidad de haber empezado a cuestionar qué había tras esa apariencia risueña, de esa mirada que provenía de aquellos ojos chinos, que al principio estaba oculta tras los lentes que lleva puesto probablemente más de la mitad de su vida. Está sentado frente a la cámara de su laptop, dispuesto a que invada un espacio de él sin necesidad de estar presente, en donde se refleja parte de lo que alimenta su personalidad. Se encuentra dentro de una habitación blanca, rodeado de estantes de madera repletos de diversos libros, marcos de pinturas y dibujos, y justo había decidido esconder una cajetilla de cigarrillos que estaba ligeramente a la vista.
No le fue muy difícil reconocer cuáles eran sus defectos, los cuales aceptó sin rasgos de vergüenza, confesando que lo describía ser "a veces insoportablemente renegón, olvidadizo, impaciente, iracundo y un toquecito de resentido". Con una sonrisa, mientras buscaba dentro de su mente sus virtudes, tardó un poco más pues identificaba algunas buenas pero también sentía la posibilidad de que puedan jugarle en contra. Entre ellas estaban la minuciosidad, una gran curiosidad, la empatía, sencillez y "una irracional e incomprensible fe en la humanidad", la cual a veces le desesperaba poseer.
Hugo parecía querer desafiar al tiempo, al tratar de cumplir con la mayoría de sus absorventes responsabilidades, que al expresarlas creía que con sacudirse podría lograr desprenderse de ellas, pero sin permitir que estas interfieran en el camino que llegaba al espacio de su alma. El trabajo le parecía en parte divertido, disfrutaba que la docencia le dejase despertar conciencias y enseñar a quienes se lo permitieran, lo que no gozaba tanto era el aspecto inevitablemente burocrático en que consiste el deber de laborar. Sin embargo, no consiente que ello domine gran aspecto de su vida, y busca equilibrarlo siempre con actividades que le generan placer. Puede partir desde probar preparar un plato de comida que realmente le guste, dentro de lo posible claro, de escuchar música que le agrade, de conversar con alguien que sea de su interés, y sobretodo evitar dejar de lado a esas actividades que reservadamente le apasionan, las cuales son: dibujar, pintar, escribir, leer y ejercer lo que sabe de carpintería. Para lograr organizar la variedad de sus trajines, distribuyó varios horarios, los cuales planificó para evitar perderse a sí mismo dentro los límites establecidos por el tiempo. Su oficio lo tenía, por poco literalmente, atado a su silla ergonómica y, por esa misma razón, siempre se establecía pequeños recesos para poder descansar. Asimismo, tener a la mano algunas artesanías a medio hacer dentro de su espacio de trabajo eran la clave para lograr cumplirse a sí mismo y poder adaptarse a la situación.
Se sacó los lentes cuando aceptó que la actividad que más le apasiona es “lamentablemente” enseñar, y miró hacia la cámara con tanta seriedad, como si estuviese buscando recibir de vuelta la mirada de alguien más. Contrasta la docencia con la otra carrera que también le apasiona, el periodismo, en donde aprendió a leer a las personas. Destacó que la ventaja que lleva la enseñanza a este, es que los estudiantes no desconfiaban tanto del docente, como muchas personas lo hacen de los periodistas y que, a la vez, recalca que enseñando aprendió a comprender más sobre la gente. Luego, explica por qué lo identifica como un hecho al mismo tiempo lamentable pues, a parte de que en ocasiones afectaba su economía, dijo que se ha metido en más líos como profesor que como periodista, en donde ejecutaba investigación policial, debido a que buscaba los derechos para ejercer una mejor educación. También, brindó la perspectiva que tiene sobre el periodismo actual, en donde observa una triste decadencia informativa, que solo brinda alarmar mas no enseñar y reconoce que, si bien no debe faltar la veracidad, tampoco debe verse afectada la luz invisible de la esperanza.
Después, expone lo mucho que se vio afectada su rutina tras la llegada del COVID-19, diciendo que el sedentarismo estaba casi apropiándose de esta, y también recordó con melancolía lo mucho que extraña el simple acto de beber café con compañía. Acota que esta generación, a diferencia de las anteriores, carece de estilo denominándola como fragmentada y "activista de un día" pues si bien puede ver en la sociedad un montón de impulsos, al final raramente prosperan pues aunque por mas que recate que pensamos mucho, poco hacemos. Por otro lado, destacó cierto aspecto positivo que ve en nuestro gobierno ya que, aunque no sea perfecto por extensas razones, hace lo que puede dentro de sus posibilidades en comparación de otras realidades políticas externas a la nuestra, en donde se evita el disturbio que otras culturas actualmente están sufriendo.
Finalmente, comparte con completa transparencia y vehemencia la teoría de su punto de vista acerca de esta realidad social, política y económica. Determina como origen de esta totalidad a la dominación alienígena sobre los seres humanos, interpretando al término como la supremacía de una jerarquía absolutamente desconocida para la sociedad. Considera que, aunque suene un tanto conspiranóico, las grandes élites que realmente controlan el mundo no son como creemos los gobiernos, sino un grupo de entes que tienen un gran interés y preferencia por mantener la hegemonía económica que la estabilidad de la misma población. Lo cual ocasiona esta notoria segregación social, generando un comportamiento sin empatía en muchas personas tras observar al conjunto de autoridades que anteponen lo material en lugar del bien común, originando que la gente cosifique al propio ser humano. Aún así, piensa que aunque la situación en la que estamos involucrados sea compleja, descarta la idea de una solución imposible de lograr, pues dentro de su experiencia ha conocido más gente buena que mala, lo cual es la razón que motiva al mantenimiento de su fe en la humanidad.
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Luis Bahamonde: “Tenemos un gobierno que no cumple con lo que promete y que no satisface las necesidades básicas de todos los ciudadanos“
Regidor provincial de Trujillo formaliza durante esta entrevista su relación con el periodismo y la política. Asimismo, precisa los factores de la decadencia del régimen político regional y nacional antes de y durante la pandemia del Covid-19.
No estaba entre sus planes volverse periodista y, sin querer, se convirtió en un labor fundamental que le daría un ritmo vital a su existencia. "Choyo" Bahamonde Amaya, expresa su transcurso en el área política y el por qué decidió pasar de ser comunicador independiente a formar parte de ella. A su vez, expone su percepción un tanto irónica y, al mismo tiempo, directa con respecto a la administración gubernamental en donde analiza las causas y consecuencias de la misma.
¿En qué momento de su vida decidió ser periodista y por qué?
Fue una decisión una decisión no muy pensada, mas bien obligada. En el año noventa, hubo un choque económico en el gobierno de Fujimori, yo estudiaba derecho en una universidad de Lima y mi familia ya no pudo pagarme los estudios, me dijeron que me dedique a trabajar. Un amigo que había estudiado conmigo en la universidad con el que había llevado unos cursos de comunicaciones, me dijo "en Caretas necesitan un periodista en Trujillo, voy a hablar con el director Enrique Zileri para que tú seas el corresponsal, ya le engañé que tú eres periodista de experiencia". Le digo que no tengo título ni experiencia, y él dijo "solamente tienes que saber redactar bien" y yo siempre había tenido muy buena redacción, incluso había ganado un concurso de poesía dentro de la universidad. Así que me presenté en Lima y esa primera entrevista marcó digamos toda mi carrera, porque Zileri me dijo que no le interesaba si tenía título o experiencia, "ándate a Trujillo y mándame una nota; si tu nota es buena, te contrato, si es mala no me sirves de nada". Así que vine a Trujillo y realicé mi primera nota que fue la historia de un sacerdote trujillano que tenía un promedio de 15 hijos. La nota fue un escándalo, se vendió en toda la edición de Caretas y, a partir de ahí, comencé mi carrera periodística que siempre la he direccionado al tema de la investigación política.
¿Cuándo notó que tenía cierta atracción por la política?
Siempre. Yo tenía 10 u 11 años y ya tenía una conciencia política, era la época del gobierno militar, había mucha represión en las calles. Yo leía en todos los diarios la parte política, me gustaba leer mucho sobre la política internacional, entonces yo estaba enterado de lo que pasaba en el mundo político. Siempre me ha gustado, desde ese entonces, a través de la lectura yo me enteraba de muchas realidades políticas. Cuando empecé con el periodismo simplemente pasé de ser lector, a ser investigador. En los años noventa, en Trujillo, comencé a investigar sobre los temas políticos. Y mucho más, a partir del año 2004, cuando fui director-fundador del diario El Correo y ahí me dediqué casi exclusivamente en el tema de investigación política.
¿No cree que el periodismo y la política son carreras opuestas?
Totalmente, y eso lo estoy sufriendo en este momento. En el año 2017, tuvimos uno de los alcaldes que más daño le hizo a la ciudad y yo, junto a unos jóvenes, salimos a protestar a las calles a raíz de la obra de la Plaza de Armas, y decidimos conformar un colectivo ciudadano que se llama "Trujillo Limpio", y con él comenzamos a hacer actividades políticas, de protesta. Entonces el colectivo fue creciendo, en el 2018 tomé la decisión de intervenir en política, dije "soy un ciudadano, nunca he hecho política, pero quiero intervenir porque justamente creo que es necesario que alguien represente a este colectivo", y hablé con muchos partidos hasta que llegué a Fuerza Popular, y de ese partido no conocía a nadie pero tenía un amigo que era un fuerte dirigente, y este por amistad me colocó en la lista sin yo conocer a los representantes de dicho partido, ya que en FP no me quería nadie, me pusieron como invitado en el número uno en la lista de Trujillo y fue así que llegué a ser regidor, comenzando mi carrera política como regidor en enero del 2019 y es totalmente distinto al tema periodístico porque afuera lo criticas todo, pero adentro te das cuenta que, mas que las personas, es un sistema que permite que no hayan buenos gobernantes. Se supone que en una democracia quien gobierna es el pueblo, pero no es así, la masa vota por determinado partido político y este partido se supone que los representa, y cuando llegan al poder dejan de representar a la población que los eligió y van a representar a sus intereses. Ese es el problema, creo yo, que la gente vote por partidos y no por personas, y eso se traduce en las malas autoridades que actualmente tenemos. Ahora tengo un panorama completo de por qué no andan bien los gobiernos en el Perú.
¿De qué manera cree usted que ha influido la política en su labor como periodista?
Felizmente hasta ahora nada, porque a partir del año 2017 ya estaba ingresado en las redes, creo muchísimo en el tema de la comunicación por las redes sociales, justamente coincidió con este tema de la pandemia, en donde las plataformas digitales prácticamente han tomado el comando en el tema de las comunicaciones. Entonces no influye para nada el tema político, lo separo muy bien porque yo no sería capaz de formar parte de un partído político porque son demasiado verticales, hay caudillismo, y eso es muy malo por eso prefiero la horizontaliedad de este movimiento ciudadano que es la tendencia que debe seguirse ahora porque los medios de comunicación, tal como se conocían, responden porque sus dueños están más preocupados a un tema económico, responden a sus intereses, ya tú no sabes si la noticia que han sacado está falseada con un objetivo.
Y ¿qué piensa sobre la ideología del partido Fuerza Popular? ¿Simpatiza con esa doctrina?
No, para nada, yo he sido invitado y cuando me acerqué al dirigente de ese partido le aclaré que pertenecía a un colectivo ciudadano y era independiente, jamás voy a estar dentro de un partido pero sí me interesa llegar al cargo porque creo que sí podemos llegar a hacer algo con ese colectivo si llegamos a ese puesto. Haciendo esa aclaración, se me invitó a formar parte pero en ningún momento compartimos alguna de esas creencias. Políticamente, yo no tengo ninguna preferencia por algún partido, tengo mis propios conceptos, soy más de los temas de valores ciudadanos y los movimientos colectivos. Además, creo ya que las ideologías ya están obsoletas, ya no creo que alguien sea de izquierda o derecha, ahora creo que todos o son reaccionarios, o son extremistas, o se han allanado con el poder. Es otro tipo de clasificación política la que tenemos hoy en día.
¿Qué opina acerca de la política de nuestra ciudad actualmente?
Bueno, lamentablemente, el panorama es triste porque durante 6 o 40 años el partido dominante aquí fue el APRA y este no dejó nada bueno para Trujillo, no se planificó la ciudad. Uno de los peores errores que he visto dentro de la municipalidad es que solo se vive el día a día. Visión, para mí, significa que tú vas a decir "la ciudad a 10 años, 5 años, va a tener tantos habitantes, van a necesitar tantos servicios, van a necesitar mejorar en temas de conexiones de agua, el tema de internet", tú tienes que planificar el crecimiento de una ciudad, y acá no planificas nada. Le das poder a partidos que no planifican, solo piensan en sacar plata para financiarse la campaña siguiente y más allá de ese interés no ven. Y del APRA, hemos pasado a APP y no hay ninguna diferencia entre ambos porque a ninguno le ha preocupado la ciudad, sino el tema político y partidario. Sus intereses son totalmente distintos de la población, simulan que sí, pero no; entonces, tenemos un gobierno que no cumple con lo que promete y que no satisface las necesidades básicas de todos los ciudadanos.
Como comunicador y regidor, ¿de qué manera ha sobrellevado su labor profesional frente a la pandemia?
Yo integro dos comisiones, de desarrollo económico local y de salubridad y saneamiento, desde el año pasado ya veníamos trabajando sobretodo en el tema de desarrollo empresarial. En eso vino esta pandemia, en el mes de marzo estuvimos viendo eso de los mercados incluso antes que el gobierno reaccione, y estamos creando un nuevo contexto para el desarrollo de los mercados en toda la ciudad porque ahora los más grandes focos infecciosos son ahí. Igualmente, estamos viendo el tema de los transportes, en ese sentido hemos creado a través de la comisión monitoreando con todos los protocolos sanitarios tanto a las empresas de transporte, estas empresas que se han permitido por el gobierno para practicar delivery estar fiscalizándolas para que cumplan con los requisitos, y a todas las entidades.
¿Cuáles cree que son los factores que han influido para que Trujillo sea de las ciudades con mayores contagios?
En general en el Perú no creo que Trujillo se escape a eso, la responsabilidad del alto número de contagios es del gobierno. Cuando implementas una estrategia la puedes diseñar muy bonita y esperar que obedezcan todos y se acabó, pero tienes que pensar a quiénes les estás pidiendo que se controlen. Le estás pidiendo a un grupo de ciudadanos que de repente sí te van a hacer caso porque tienen un tipo de educación, pero hay un gran sector en el Perú que es el sector informal, el cual ha estado abandonado por el estado desde hace años, ¿cómo le vas a pedir a ese ciudadano que obdezca al estado? Entonces el gobierno tenía que crear otra estrategia para controlar a ese ciudadano. Otro tema gravísimo ha sido que no ha habido un control epidemiológico en todas las regiones del país, los asintomáticos están regando el virus por todos lados. Todos estos errores han ido logrando creo que el Perú esté entre los primeros lugares de América latina con mayor número de contagiados, es lamentable pero han sido errores del gobierno para mí.
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La educación en tiempos de coronavirus
El programa “Aprendo en casa” busca mantener la educación de los peruanos y, al mismo tiempo, expone la carencia de esta en la población
El estado de emergencia que impuso el gobierno peruano a raíz de la pandemia, generó el aplazamiento indefinido de las clases educativas presenciales. Por ello, el estado decidió llevar a cabo la iniciativa del programa denominado “Aprendo en casa”, el cual busca educar a todos los peruanos mediante diferentes plataformas.
Los estudiantes pueden adaptarse al programa de diversas formas. Una de las plataformas es el sistema virtual, en donde el alumno puede conectarse mediante la página web. También, otro medio es el televisivo, cuyos programas que lo transmiten son TV Perú y Canal IPe. Asimismo, el formato radial es otro medio donde se difunden las clases, en los programas de Radio Nacional y RPP Noticias.
En una de sus clases, el martes cinco de mayo, se emitió el tema sobre la diversidad cultural en el castellano, en donde se le sugirió a los alumnos que no se avergüencen ni discriminen a otras personas por no emplear bien el idioma ya que este se encuentra en constante cambio. Sin embargo, este contenido causó mucha polémica para la clase hegemónica, la cual criticó negativamente a dicho programa tachándolo de ser senderista o que incluso quería “dividir” a la población.
A raíz de ello, se puede notar la alarmante necesidad de tapar la supremacía que tienen los grupos de clase alta sobre la población al intentar culpar a un programa de querer crear resentimientos, cuando se sabe claramente que la discriminación abunda en nuestro país desde tiempos inmemorables. Muchos prefieren ignorar que cuentan con más privilegios sobre otros, ya que de lo contrario no tendrían cómo sentirse superiores. Olvidan que somos un país pluricultural, y que traten de justificar la exclusión entre grupos sociales es un hecho lamentable.
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La invisibilidad de la salud mental
La necesidad de erradicar los prejuicios sobre la salud mental para una mejor convivencia social
La estigmatización social de la salud mental es algo difícil de ignorar en estos tiempos. Si bien no pasan desapercibidos los avances de la concientización de la salud mental, esta sigue siendo un tabú y no se le da la importancia que realmente le corresponde. Pocos son los que hablan sobre lo costosos que pueden llegar a ser los tratamientos y medicamentos, y muchos son los que creen que esto se cura mágicamente con tener una actitud positiva.
La salud es un derecho fundamental para todos los seres humanos, pero usualmente se olvida que la salud mental forma parte de ella. Por ello, los servicios de salud mental son elementales para la comunidad y, debido a eso, la normalización de los tratamientos para esta son necesarios.
Además, hace falta la educación adecuada sobre la salud mental, ya que son muchas las personas que no reciben los tratamientos correspondientes no solo por su posible escasez económica, sino por puro desconocimiento. Incluso, los casos de prejuicio son tan grandes que existe gente que tiene temor a recibirlos para evitar la burla o la exclusión.
El deterioro de la salud mental no es menos importante que cualquier otro problema de salud. Nadie es consciente del sufrimiento por el que ha pasado o pasa cada persona, y saber eso es imprescindible para poder convivir mejor en sociedad. La finalidad de todo esto es erradicar los conceptos erróneos que las personas pueden tener sobre ella y buscar desarrollar la empatía con el apoyo de la comunidad.
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