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06/06/2020
Querida Rebe,
Este año siento que tengo muy poco que decir porque desde hace un tiempo me vienen acompañando muy pocas palabras. Imagino que es porque hacÃa mucho que no sentÃa un futuro tan volátil. Supongo que esto tiene una lectura mala, pero también otra mejor. Vamos a quedarnos con la última; con que por primera vez no hay necesidad de esforzarse por y para encontrar el margen abierto de la vida, las posibilidades después de tantos giros. Nos acaban de ser dados sin ningún tipo de sentido asociado. Dentro de unos dÃas, la próxima vez que nos veamos, será verdad que todo es nuevo y la responsabilidad de hacer algo con ello, ya no es un simple deseo, sino algo convenido. Prueba de ello es tu decisión de invertir tu dÃa de la manera en la que lo vas a hacer, rodeada de gente que te quiere. Mientras, yo disfrutaré tu dÃa viajando de nuevo al pasado, preguntábamos si podÃamos haber imaginado algo de esto: un mundo en el que con 27 años decidiste constuir un nuevo hogar, empezar a sentir que también las raÃces crecen cerca del mar y que el mejor lenguaje es el que acompaña y el que intercambia. Espero impaciente (y te prometo que es una de las cosas que más me atraen de los próximos 365 dÃas) para ver cómo nos sentiremos exactamente dentro de un año. Ojalá salte fuerte sobre nuestras expectativas, ojalá termine de destruir las grietas, ojalá se acostumbre a la luz.
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06/06/2019
Querida Rebe,
Antes de empezar tus felicitaciones siempre me pregunto por qué cada año, sin fallo ni reticencia, vuelven a mà las mismas preguntas, dudas y pocas certezas. Empiezo a pensar que es el único dÃa del año en el que verdaderamente me permito vivir en la nostalgia e intuir plenamente que los muros que construimos para salvaguardarnos de la hostilidad del mundo (y que no han cambiado tanto) son, en realidad, ventanas. Siento, otro año más, no estar contigo en tu dÃa, pero me tranquiliza y me hace feliz saber que allà donde estás, hoy no sentirás miedo ni impotencia ante el paso del tiempo; porque estás en un lugar en el que el pasado está en las pupilas. Ojalá poder forzarlas y también volver a aquella habitación rosa (y luego blanca y negra) para vernos desde fuera aunque simplemente fuese un ratito.
Estos últimos meses, me enfadé mucho con el viaje forzado diez años atrás por las redes sociales (y esas fotos que comparaban fÃsicos), porque, en nuestro caso, esa marcha atrás terminaba en los 16. No voy a mentirte y decirte que recuerdo perfectamente este dÃa del calendario hace una década, pero lo que sà viene a mi cabeza de manera fácil es la celebración de mi cumpleaños (dentro de un mes y un dÃa diez años atrás, si es que tiene sentido mezclar pasado y futuro. Bueno qué narices, para nosotras sÃ) y lo que brillabas ese dÃa. TenÃas dos trenzas, un pantalón corto y tu camiseta de "She loves you" (una foto me guÃa). Yo llevaba el vestido vaquero y me habÃais organizado un picnic. Jugábamos con las flores. Y siento, y sólo siento, que en la vuelta a casa quisimos (seguro que la idea la sugirió Alba) emular la escena sobre el asfalto de El diario de Noa. De lo que sà estoy segura es de que nos descalzamos. Pasó y ahora mismo siento que lo he leÃdo en alguna parte.
Gracias por permitirme cada 5 y 6 de junio estos minutos, en los que el pasado segrega la imaginación más preciada: aquélla a la que se puede volver incluso si en realidad nunca pasó. Ese salto de fe y de tiempo que es en realidad un refugio donde se agota la posibilidad.
Rebe, aún a riesgo de que pueda sonar repetitivo y simulado (que, te aseguro que no lo es porque me meto bien en el papel; como prueba que no puedes verificar te digo que estoy escuchando Nena Daconte. Dato aleatorio que acabo de descubrir: siguen siendo un grupo y sacaron un CD en el 2018), yo estoy muy orgullosa de ti y, como sé que no he cambiado (tanto) (frustración o triunfo, algún dÃa lo sabré), mi yo de los 16 años también lo está y ese sentimiento no puede, entonces, más que ser compartido por tu yo de la misma época. Sé que al final hemos tomado una bifurcación que no esperábamos (que hubiese todavÃa más opciones que todas las barajadas durante tantos años por teléfono sà que es un mérito), pero el camino principal (el tronco) sigue estando ahÃ, es el mismo. No sé que traerá este año, ni en cuántas ramitas se fracturará el ramal en el que estamos ahora, pero te prometo que es bueno ignorarlo. Si algo nos ha caracterizado siempre es la capacidad de alejarnos de múltiples maneras, siendo una de ellas soñar. En el sueño se acostumbra descuidar los pasos en beneficio del objeto. Vamos a invertirlo: vamos a soñar el paso de hoy (admirando esas piedras), el paso de mañana y el del dÃa siguiente y luego será julio y, asà siempre. Construyendo dÃas completos y redondos, nos invadirán las ganas y el sentido, porque nosotras nunca nunca nunca perdemos la esperanza. La raÃz siempre late sin ser vista.
No sé si estas palabras han sido opacas, pero te juro que en mi cuerpo han tenido sentido.
Gracias por el recuerdo de quién fuimos y quién somos. Vuelvo ya al mundo en el que tú tienes 26 y eres una mujer fuerte y poderosa; al mundo en el que yo te sigo muy de cerca y aprieto  tu mano (y te agradezco que no te marches a pesar de que a veces sea demasiado fuerte y, muchas otras, con las mismas presiones de siempre). Te quiero muchÃsimo y permÃtete a ti misma ser feliz hoy. Plenamente consciente.
La tuya: https://www.youtube.com/watch?v=QTl5vyyO8Q0
La mÃa: https://www.youtube.com/watch?v=8-f1JA9zdsk&frags=pl%2Cwn
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